Este
miércoles, Moody’s Analytics, aseguró que el excesivo gasto del
gobierno federal a cargo de EPN aumentó los desequilibrios fiscales y
externo del país, hizo más vulnerable la economía y no hubo mejorías en
el crecimiento.
“El déficit externo se duplicó en los primeros cuatro años de la
actual administración. Dado que el sector privado ha mantenido un
balance equilibrado, el creciente déficit externo ha sido
responsabilidad total del desequilibrio fiscal. La corrección de esta
vulnerabilidad está en manos del gobierno” – mencionó Alfredo Coutiño,
director para América Latina de la firma de análisis.
Según
Coutiño, desde el inicio del gobierno de Peña Nieto en 2012, los
déficits fiscal han crecido de manera importante y también, la cuenta
corriente de la balanza de pagos, la cual mide las transacciones
financieras de los sectores público y privado con el exterior.
Expuso
que específicamente, en los pasados cuatro años, el desequilibró de la
cuenta corriente llegó a duplicarse, ya que pasó de representar 1.4 por
ciento del producto interno bruto (PIB) en 2012 a 2.7 por ciento en
2016. Por otra parte, el déficit fiscal subió de 2.6 por ciento del PIB
en 2012 a 3.4 por ciento en 2015 y 2.5 por ciento en 2016.
Explicó
que la cuenta corriente representa el resultado de las decisiones de
ahorro o gasto en la economía, las cuales son tomadas por el sector
público y el privado. El desequilibrio existente en cuentas externas
refleja un exceso de gasto del gobierno, del sector privado o de ambos.
En
cuanto a la ampliación de los desequilibrios macroeconómicos del país,
mencionó que estos se derivan de las intencionadas políticas expansivas,
las cuales se han reflejado en una ampliación del déficit fiscal, la
creciente deuda pública, el aumento del desequilibrio externo y más
recientemente, inflación al alza.
Por tanto, explicó
que “dado que la reforma fiscal de principios del gobierno aumentó los
ingresos públicos, el desbalance fiscal se explica por una expansión del
gasto. Esto no es una sorpresa, puesto que desde 2014 se tomó la
decisión de incurrir en déficits fiscales multianuales, a los cuales se
unió una política monetaria expansiva –reflejada en bajas tasas de
interés de referencia. Así, la expansión del presupuesto público,
combinada con una mayor y más barata oferta crediticia impulsaron el
gasto interno en la economía”.
El director lamentó
que la expansión del gasto no se reflejara en un alza del crecimiento,
debido a la poca capacidad productiva de la economía. El crecimiento
potencial del PIB está limitado a no más de 2.3 por ciento al año
gracias a la anemia de inversión productiva en el país. Por esto,
Coutiño explicó que cualquier gasto en exceso representa inflación o
importaciones, dos síntomas actuales y reales en México.
“La
corrección de la vulnerabilidad externa del país tiene dos componentes.
Uno, a través de precios y el otro en cantidad. El ajuste en precios ya
se manifiesta en la significativa depreciación cambiaria que encarece
las importaciones y abarata las exportaciones, mejorando la balanza
comercial. El ajuste se da por medio del gasto. Es decir, la corrección
estructural o de fondo está en el regreso a la disciplina fiscal, la
cual de ser permanente ajustaría los niveles de gasto público a la
capacidad de recaudación del propio gobierno”.
Para finalizar, aseveró que el país generó sus debilidades a partir de la falta de disciplina en sus políticas económicas.
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