Por: Mariel García Montes*
Entre todas mis compañeras veo mensajes de tedio y desesperanza ante
tuits, actualizaciones de Facebook y otras formas de discurso de machos,
machiprogres y gente que en general no entiende que no entiende. No
tengo autoridad, hablando desde la comodidad de la distancia geográfica,
pero nunca sobra registrar los logros de la lucha de estos días:
El hecho de que #HechoEnCU haya sido tendencia en Twitter en México por
la pinta de las letras en Ciudad Universitaria indica que tácticamente
la acción fue visible, uno de los principales objetivos de cualquier
protesta social. Las peleas de los usurpadores del hashtag #SiMeMatan,
desde los machitrolls amateurs hasta los líderes de opinión, son
evidencia de lo mismo.
Que haya habido una movilización tan grande en la UNAM, donde marchar
ha sido táctica desgastada esta última década, muestra dos cosas: que
los movimientos feministas en la comunidad universitaria están
consiguiendo masa crítica, y también la reapropiación del marchar como
táctica de exigencia de cambio en la Universidad.
Que en medios tradicionales haya notas sobre la vida de Lesvy basadas
en el testimonio de su madre, que la PGJDF haya emitido una disculpa por
sus injustas y contraproducentes palabras iniciales, y que algunos
medios hayan retirado sus notas iniciales de cobertura del caso, muestra
una microvictoria a nivel de narrativa con perspectiva de género.
Y, entre nosotras, debemos celebrar que haya más mensajes feministas de
mujeres que durante mucho tiempo se burlaron del movimiento, o que
tardaron en reconocer su importancia; que haya habido compañeras por
primera vez marchando; que haya habido profesoras que por primera vez
hayan dedicado en su aula espacio a la discusión de la violencia de
género. Queda de nosotras darles la bienvenida y asegurarnos de que se
mantengan en el camino.
Juntas nombremos a Lesvy Berlín Rivera Osorio, y también a Adriana
Morlett Espinosa, quien fue vista con vida por última vez en Ciudad
Universitaria en 2011. Nos hacen falta, y es nuestra responsabilidad
exigir justicia para ellas. Que la respuesta negativa a esta exigencia
no nos desaliente, y menos aleje nuestra atención de las victorias que
ellas inspiraron y que ya estamos consiguiendo.
*Mariel García Montes es comunicadora y “hippy” (“chaira”,
“activistoide”) en temas de TIC para el cambio social con jóvenes y
activistas. Ya no es tan joven, pero cada vez es más feminista, y quiere
aprender de y con mujeres que así se identifiquen.
CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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