Hay más dudas que certezas dice su familia
Son las 2 de la madrugada del lunes 5 de junio. El teléfono de la
familia Cortés Santiago suena. -¿Bueno?- contesta Benito Cortés, padre
de Belén, la estudiante de la Universidad Autónoma de la Ciudad de
México (UACM) desaparecida el 29 de abril de este año. Se oye una voz
que le dice “¿papá? Soy Belén”.
Incrédulo y aún adormilado por la hora él responde -Tú no eres Belén-,
pero la voz al otro lado de la bocina insiste -¡Sí!, ¡cómo no voy a ser
yo!
Benito Cortés reacciona y le pregunta -¿Dónde estás? Belén responde -No
puedo decirles dónde -y rectifica inmediatamente- no quiero decirles
dónde estoy, pero les envío un video que me tomaron los… Benito la
interrumpe- ¡Todos te queremos, te queremos ver, ven a la casa, te
extrañamos! Ella responde: -Estoy bien no se preocupen-.
La llamada dura 33 minutos, Belén pregunta insistente sobre su hermana
menor de 12 años de edad y pide que la cuiden mucho. Ésta es la primera y
única ocasión, desde su desaparición, en que la familia de Belén ha
podido hablar con ella.
“Se escuchaba extraña, ella no habla así y ¿por qué llamó a esa hora?
¿por qué dijo que gente de CAPEA fue a buscarla si ellos me dijeron que
ya habían cerrado la carpeta de investigación?”, externó preocupada a
Cimacnoticias la mamá de Belén, Leticia Santiago.
Dos días después de la llamada, el 7 de junio, familiares de Belén
fueron citados en las oficinas del Centro de Atención de Personas
Extraviadas y Ausentes (CAPEA), de la Procuraduría General de Justicia
de la Ciudad de México, ubicadas en la colonia Doctores, y acudieron
acompañados de la académica de la UACM, Samantha Zaragoza.
En un cuarto con paredes amarillas y desgastadas se sentaron con el
director general de Atención a Víctimas del Delito, Carlos Rodríguez
Sánchez; con el director del CAPEA, José Antonio Ferrer y la
subdirectora Psicosocial del Centro, Susana Méndez Cedillo.
“Belén se acercó y nos pidió que por favor les transmitiéramos este
video porque sabía de la inquietud que tenían ustedes de no haberla
visto y con la intención de tranquilizarlos”, afirmaron Antonio Ferrer y
Carlos Rodríguez antes de proyectar en la pared el primer video.
VIDEOS
En un video de tres minutos se observa a Belén sosteniendo el periódico
Reforma con fecha del lunes 5 de junio y su credencial de elector, la
misma que el personal del CAPEA omitió pedir a Belén cuando la localizó y
ella dio su declaración. Lleva puesta una sudadera gris con líneas
horizontales blancas y letras rojas. Una media cola recoge su cabello
ondulado que ahora es negro y no rojo como cuando desapareció. Es de
noche. Está de pie frente a una pared de tabiques grises y en lo que
parece ser un jardín porque hay pasto y tierra.
El video continúa. Belén saluda: “este video es para decirles que estoy
bien, me encuentro muy bien”. Mira al piso, alarga las palabras y
aprieta sus labios antes de explicar que no quiso informarles en donde
estaba.
Belén continúa: “Hoy me vienen a ver y me dicen que siguen las marchas y
muchas cosas más que están haciendo y, pues, yo no sabía nada de esto,
pero quiero decirles que me encuentro muy bien”, menciona nerviosa.
Belén Montserrat Cortés Santiago
desapareció el 29 de abril cuando tenía 19 años, hoy tiene 20. Ese día
salió a trabajar vendiendo pastes en la colonia San Miguel Teotongo,
Iztapalapa, pero no regreso a casa. Luego de las exigencias que la
comunidad universitaria hizo para agilizar la búsqueda la PGJDF anunció
su localización el 25 de mayo y aseguró que ella no quería ver a su
familia.
En el video, al que esta agencia tuvo acceso, se observa que Belén
voltea a ver a quienes la están grabando: “Me encuentro –hace una pausa
de dos segundos- en un lugar muy bonito, con personas muy gentiles que
empiezo a apreciar y estoy muy bien de salud, estoy aquí por mi propia
voluntad”. Agradece a su familia el interés por buscarla.
Esforzándose por no llorar, manda saludos a su hermana menor y enfatiza “cuídenla mucho, protéjanla”.
También menciona: “Espero que estén tranquilos con este video, los
quiero mucho, familia, gracias por todo”. Apenas termina la frase
comienza a llorar, asiente con la cabeza, se cubre el rostro con el
periódico y el video finaliza.
Al terminar la proyección y durante la reunión, el papá de Belén, Benito
Cortés les dice a los de CAPEA con un tono incrédulo: “ella no está
bien, su labio inferior está hinchado y se ve triste”.
Leticia Santiago, su madre, afirma categórica: “Estaba nerviosa, no
dejaba de mover sus manos, de morder sus labios, no veía a la cámara y
volteaba a ver siempre a los del CAPEA, a los que grabaron los videos,
como si les preguntara ‘¿está bien lo que dije?’ como si la estuvieran
obligando a decir lo que ellos querían”.
Cuando terminaron de ver el video, molestos, sus padres y sus hermanos
insistieron en que eso no probaba que ella estuviera bien, por lo que,
serios, Antonio Ferrer, Carlos Rodríguez y la directora general de
Derechos Humanos de la PGJDF, Eunice Beatriz Castañeda junto con el
subdirector Jurídico del CAPEA, Magdaleno Montes de Oca, también
presentes en la reunión, insistieron en mostrarles un segundo video, que
contiene la grabación de la llamada de la madrugada del 5 de junio.
“Se los mostramos para que vean el desenvolvimiento de Belén en la
plática que tuvo con ustedes”, recalcó Antonio Ferrer e inició la
proyección de un video de aproximadamente 35 minutos.
En él, Belén aparece parada en el mismo lugar que en el video anterior
momentos antes de llamar a su familia. Acaricia sus brazos para darse
calor, parece que tiene frío. La subdirectora Psicosocial del CAPEA,
Susana Méndez, se acerca con la joven y le presta su celular. En altavoz
marca a un número que nadie contesta. “Han de estar bien dormidos”,
menciona Belén y pide llamar a su casa.
La subdirectora le pide que dicte el teléfono, la marcación es
incorrecta, esto provoca la risa de Susana Méndez, Belén la observa y
sonríe nerviosa, como si no entendiera por qué ríe. Están en otra
entidad. La funcionaria marca en su celular la lada y el número de la
Ciudad de México.
Detrás de la cámara, Ferrer, el director del CAPEA, se dirige a Belén:
“Puedes pedir hablar con tu mamá o con quien te conteste”- “O con quien
tú quieras”-interrumpe Susana Méndez. Antes de que contesten, Ferrer
agrega: “Diles que les mandas un video, para que vean que estás bien y
se calmen”.
Belén habla con su papá, su mamá y uno de sus hermanos. Al fondo, se
escuchan ladridos de perros y gallos que cantan. Aún sin preguntarle,
ella afirma que se fue por su propia voluntad y repite varias veces
“estoy bien, me encuentro bien”.
Cuando César Cortés, su hermano, le preguntó por qué llamó a esa hora
Belén respondió: “porque a esta hora me vinieron a ver” y contó que el
día que despareció le robaron su celular en el local donde trabajaba. En
más de cuatro ocasiones insistió “cuiden mucho a mi hermanita”.
Al terminar el video la familia de Belén cuestionó a Juan Antonio Ferrer
y Susana Méndez Cedillo qué hacían ahí y por qué la habían buscado a
las dos de la madrugada.
Sobre la hora, el director del CAPEA aseguró: “nosotros teníamos que
ajustarnos a las horas donde la podíamos ver”. Más adelante y, con un
tono engreído, como si estuviera cansado de responder a esa pregunta
mencionó: “fue a esa hora porque ella lo pidió así”.
En el video se observa que Belén no conocía a las personas que acudieron
a buscarla. Cuando su hermano César le preguntó de dónde llamó ella
respondió: “Hablo del celular de una –hace una pausa y voltea a ver en
dirección de la cámara - ¿qué es usted?”, se escucha que Susana Méndez
ríe y le responde “de una persona de CAPEA”, Belén repite esa
respuesta.
Las contradicciones continuaron. Los familiares de Belén confrontaron al
personal del CAPEA por las incongruencias. “El problema está en lo que
dicen, primero comentan que Belén los buscó a ustedes y ella claramente
afirma que fue al revés”, expresó molesto, Víctor Cortés Santiago, el
hermano mayor de Belén.
Antonio Ferrer argumentó: “La buscamos porque ustedes manifestaron que
querían ver a su hija, querían saber que estaba bien y que sí contaba
con su credencial de elector, por eso, a pesar de que ya cerramos la
carpeta de investigación, le compartimos a Belén su inquietud y quisimos
darles algún elemento visual para que estuvieran más tranquilos”.
Susana Méndez señaló: “Buscar a Belén no fue una diligencia de la
carpeta es más bien ‘un acto’ de parte de la procuraduría sabiendo que
Belén tiene nuestra confianza –corrigió de inmediato- más bien, ella
confía en nosotros. Lo que afirmó también el director general de
Atención a Víctimas del Delito.
Al terminar la reunión, la familia solicitó, mediante un escrito, el
acceso completo a la carpeta de investigación. Días después, en
entrevista con Cimacnoticias, el hermano de Belén, César Cortés
Santiago, dijo que ésta se les entregó, pero les fueron negados los
videos con el argumento de que no pertenecen a la investigación.
La abogada de la familia, Karla Micheel Salas, explicó en entrevista con
Cimacnoticias que la decisión del cierre de carpeta no es definitiva
hasta que la PGJDF les entregue un documento oficial que lo acredite.
Por lo que, luego de analizar la carpeta, pueden impugnar la decisión
ante un juez de control.
Después de la reunión de casi dos horas, Benito Cortés fue firme y claro
con los funcionarios: “No les creemos. No le enseñé a mi hija a
hablarnos así, por videos, si estuviera bien nos buscaría y lo diría en
persona”.
“Vamos a estar tranquilos hasta que volvamos a ver en persona a Belén.
No es normal que de la noche a la mañana dejara a sus amigos, su escuela
y a su familia, todos la extrañamos y la queremos de vuelta”, aseguró
Leticia Santiago.
Antes de dejar las instalaciones del CAPEA, Samantha Zaragoza,
consternada, opinó que la actitud de los funcionarios y las constantes
violaciones por parte de la PGJDF al Protocolo para la búsqueda
inmediata de mujeres extraviadas acrecientan las dudas.
“Su familia y la comunidad universitaria nos cuestionamos hoy más que nunca “¿Dónde, cómo y con quién estás, Belén?”, concluyó.
CIMACFoto: César Martínez López
Por: la Redacción Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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