A través del contrato colectivo de trabajo, el Sindicato Nacional de
Trabajadoras y Trabajadores del Hogar (Sinactraho) busca que sus
afiliadas puedan gozar de sus derechos laborales como es un salario
justo, días de descanso, retiro y seguridad social, y no quedar bajo la
voluntad de quienes las contratan.
Apegado a los instrumentos internacionales y nacionales en materia laboral, el contrato colectivo de trabajo es una propuesta del Sindicato Nacional, para frenar los abusos y la informalidad en la que se desempeñan las 2.4 millones de trabajadoras del hogar en México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En entrevista con Cimacnoticias, la principal impulsora del contrato colectivo, Marcelina Bautista Bautista, explicó que históricamente el trabajo del hogar se ha regido por un acuerdo verbal, donde siempre se sobrepone la voluntad de él o la empleadora: “cómo debe funcionar, cuánto debe de pagar, todo bajo su condición”.
Entre limpiar, planchar, lavar, hacer de comer y cuidar personas por únicamente dos salarios mínimos, nueve de cada 10 trabajas del hogar no tienen un contrato que regule las tareas, el precio de los servicios que realizan o un retiro digno, según datos del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred, 2015).
“Hay empleadoras que se quejan de eso porque no saben lo que cuesta el trabajo del hogar, hay estados donde nuestra compañeras ganan muy poquito, 50 pesos al día, son situaciones muy críticas, para sobrevivir las trabajadoras tienen que ir a todas la casas que puedan para ganar más”, señala la también directora del Centro de Apoyo y Capacitación para las Empleadas del Hogar (CACEH).
A esto se suma otro factor en contra de las empleadas del hogar, agrega Bautista: la nula intervención del Estado mexicano pues no existe ningún marco normativo que obligue a las y los empleadores a garantizar los derechos laborales de este sector. “Sin leyes ¿quién obliga a las empleadoras?” se pregunta la defensora.
Entonces la responsabilidad recae en las trabajadoras, que intentan convencer a quienes las contratan de suscribirlas al Seguro Social, acordar su salario y días de descanso, muchas ni siquiera lo logran y se enfrentan a situaciones de explotación laboral.
CONTRATO COLECTIVO: GANANCIA DOBLE
Firmar el contrato colectivo, indica Marcelina Bautista, permite no sólo acabar con estas condiciones precarias que enfrentas las trabajadoras del hogar, también da a las empleadoras la seguridad de saber los servicios que se les deben garantizar y explica cómo funciona:
El contrato colectivo se firma entre la empleadora, la empleada y una representante del Sindicato. Contiene cinco rúbricas; la primera es un tabulador de salarios que establece el pago de la trabajadora conforme a los servicios que realice y su experiencia.
Por ejemplo, se contempla a empleadas que realizan la limpieza general, hasta aquellas que tienen una profesionalización técnica como chef o de cuidado de personas. El salario mínimo es de 250 hasta 550 pesos diarios, dependiendo del servicio.
Bautista expone que el documento también toma en cuenta el tipo de modalidad en las que se emplean las trabajadoras, las que viven en la casa en la que trabajan y aquellas que laboran únicamente seis días o menos. Esto evita despidos injustificados, o pagos excesivos en especie como en alimentación o vivienda.
En los otros rubros se hace obligatorio afiliar a las trabajadoras al Seguro Social, dar permisos de incapacidad por enfermedades, permiso de maternidad, y asegurar su retiro, asimismo, capacitarlas para realizar las tareas y crear espacios de trabajo seguros, responsables y de respeto entre las dos partes.
El contrato, asegura la directora de CACEH, es un arduo trabajo de la organización, que durante un año en colaboración con abogados y entrevistas a 100 trabajadoras, lo crearon conforme las recomendaciones del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sobre el trabajo digno del hogar.
EMPLEADORES TAMBIÉN DEBEN PARTICIPAR
Para empleadoras como Jessica Hernández Bonilla, tener un contrato con las dos trabajadoras que laboran en su hogar, es una manera de poder generar mejores condiciones de trabajo, acuerdos entre ellas, establecer responsabilidades y derechos, pero sobre todo, visibilizar esta profesión.
En entrevista con Cimacnoticias, Jessica Hernández, quien radica en el municipio de Libres, Puebla, refiere que estaría dispuesta a firmar el contrato “por ser una manera de reconocer el valor del trabajo del hogar”, no sólo dentro de su familia, sino como ejemplo para otras empleadoras.
Sin embargo, Marcelina Bautista narra que la mayoría de los empleadores se resisten a firmar el contrato, la respuesta constante es que no estarían dispuestos a garantizarles sus derechos, bajo el pretexto que después los demandarán por abusos laborales.
“Hay una resistencia, hay muchas cosas que son estructurales como la discriminación, y que necesitan cambiarse desde la familia hasta el Estado, porque saben que hay acciones que realizan que podrían generarles demandas”, declaró.
De acuerdo con datos de Conapred, uno de cada 10 empleadores no garantiza a las trabajadoras del hogar su fondo de ahorro para el retiro. Muestra de la discriminación que viven las empleadas del hogar es que 14 por ciento reportó ser víctima de maltrato verbal; siete por ciento físico; y 25 de cada 100 empleadores justifican darles de comer alimentos sobrantes.
CRUCIAL FIRMAR CONVENIO 189 Y CONTRATO
Marcelina Bautista insiste sobre la responsabilidad concretamente del Estado, pues a vísperas del Día Internacional del Trabajo del Hogar, que se conmemora el próximo 22 de julio, el Ejecutivo no ha ratificado desde hace seis años el Convenio 189 que lo obligaría a crear todas las condiciones legislativas para garantizar los derechos de las trabajadoras del hogar.
En tanto, este año a través de una campaña nacional, el Sindicato, el CACEH y las trabajadoras, promoverán que más empleadores firmen el contrato. “La meta del Sindicato es seguir incidiendo y exigiendo los derechos que deberían de tener las trabajadoras del hogar y buscar la manera en que éste se implemente”, concluyó Bautista.
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Hazel Zamora Mendieta
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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