El caso Ayotzinapa condensa el corazón de la impunidad y
la corrupción, de ahí que los compromisos que el presidente electo,
Andrés Manuel López Obrador, asumió ante los padres de los 43
estudiantes desaparecidos son trascendentales y reflejan su empatía con
las víctimas. El gran reto será traducirlos a la realidad,
particularmente para romper
los pactos de impunidad.
Mario Patrón, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín
Pro Juárez (Centro Prodh), una de las organizaciones que han acompañado a
las familias desde hace cuatro años en su búsqueda de verdad y
justicia, señaló lo anterior en entrevista con La Jornada.
Destacó que los puntos a los que se comprometió el próximo mandatario
representan esperanza para madres y padres de los normalistas, y
muestran su voluntad política.
Su gobierno heredará instituciones podridas, entre ellas la Procuraduría General de la República (PGR), en particular la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada, que ha obstaculizado la investigación; o la Secretaría de la Defensa Nacional, cuyo personal estuvo presente en momentos clave y no hubo disposición para dar información. El reto es cómo aseguramos que la disposición del presidente electo se traduzca en hechos y que rompamos con los pactos de impunidad.
El miércoles pasado, en el cuarto aniversario de los hechos, López
Obrador se reunió con las familias ante quienes contrajo tres
compromisos: crear una comisión para la verdad y la justicia, firmar un
decreto el primero de diciembre con las acciones que impulsará su
gobierno para que ninguna instancia obstaculice la justicia y que el
Estado mexicano aceptará asistencia técnica de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos y de la Organización de las Naciones
Unidas.
Patrón dijo que el gobierno de Enrique Peña Nieto cerrará su sexenio
con cientos de miles de víctimas directas e indirectas de la violencia
en el país y la generalizada violación a las garantías fundamentales.
“En este contexto tan complejo la empatía es transformadora y López
Obrador la mostró; basta describir la reunión con los padres: nada
mediaba el contacto con las víctimas, estaba a un metro de la gente, no
hubo intervenciones formales, por el contrario, fue un diálogo. Los
padres se pudieron levantar, se le acercaron, le enseñaron documentos y
fotografías. Frente a más de 37 mil desaparecidos –oficialmente–, si en
este asunto se llega a la verdad y la justicia, se generarían las
condiciones para entrarle a los demás.”
Emir Olivares Alonso
Periódico La Jornada
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