La dignidad se soprepuso a la tristeza. Aclaró su
garganta dejando ahogar el llanto que le impedía hilar palabras, y
Severiano Sánchez alzó la voz de manera enérgica en Tlatelolco para
hablar en nombre de los sobrevivientes y de las víctimas de la matanza
del 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas:
No queremos monumentos, queremos justicia.
En esa frase encerró el sentir de miles que sufrieron la represión
hace medio siglo, en ese espacio que se cubrió de sangre. Con las
emociones encontradas se paró frente a una plancha de cemento llena de
huellas, que representó el caos de aquella tarde en la plaza, cuando los
disparos iniciaron.
Habló por los sobrevivientes de ese negro episodio de la historia
nacional durante la ceremonia de inauguración de la instalación del
Monumento a la Ausencia, una de las actividades con las que la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Comisión Ejecutiva
de Atención a Víctimas conmemoraron ayer el 50 aniversario de aquellos
hechos.
El acto tuvo lugar en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco,
que se levanta en la antigua sede de la cancillería, a un costado de la
Plaza de las Tres Culturas, donde hace 50 años el Ejército y el Batallón
Olimpia arremetieron contra estudiantes que realizaban un mitin en
forma pacífica.
Frente a funcionarios y autoridades universitarias, Severiano Sánchez sostuvo que a 50 años del
genocidio cometido por Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez, así como los altos mandos del Ejército, las víctimas no olvidan:
Justicia es lo que queremos. No queremos dinero ni disculpas ni monumentos; queremos justicia.
El Monumento a la Ausencia es un proyecto antimonumental de la
artista israelí Yael Bartana, que se propone como espacio de memoria y
forma parte de una resolución de reparación simbólica colectiva.
Consiste en una enorme plancha de cemento con la impresión de más de 400
huellas de sobrevivientes, familiares de las víctimas y de los
desaparecidos.
A la par se inauguró la Colección M68 Ciudadanías en Movimiento, una
plataforma digital de libre acceso que tiene como punto de partida 25
mil registros y casi 100 mil objetos digitales, como documentos,
fotografías, caricaturas, mantas, entrevistas, volantes, manuscritos y
expedientes sobre los movimientos sociales, políticos y culturales más
significativos desde 1968 hasta la fecha, y que han impulsado el
reconocimiento de derechos en México.
Se trata de hacer un Google sobre el 68, se informó.
Emir Olivares Alonso
Periódico La Jornada
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