8/04/2018

La educación de las niñas “es responsabilidad de todos”


Más niñas van a la escuela en zonas rurales de Bihar, India ahora que la conexión a minirredes de electricidad les brinda dos horas adicionales de estudio por la noche. Crédito: Manipadma Jena / IPS
NACIONES UNIDAS, 30 jul 2018 (IPS) - Una mejor y más prolongada educación contribuirá a reducir el elevado analfabetismo, el abuso sexual y el matrimonio precoz entre la población femenina más vulnerable del mundo.
“Cuando las niñas permanecen en la escuela, el VIH disminuye, el matrimonio precoz disminuye y la violencia sexual disminuye”, remarcó Alice Albright, directora ejecutiva de la Asociación Global para la Educación, que busca fortalecer los sistemas educativos en los países en desarrollo.
Albright realizó una presentación en el panel “Mantener a las niñas en la escuela: ¿Qué impacta en la lucha contra el VIH, la tuberculosis y la malaria?”, en el marco del Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible, realizado en julio en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York.
“El ciclo de pobreza y mala salud se perpetúa cuando las niñas no tienen acceso a una educación de calidad”, dijo a IPS la portavoz de la organización Campaña para la Educación Femenina (Camfed, en inglés).
La relación entre salud y educación de las mujeres ha sido una preocupación de los estados miembro de la ONU que buscaron atender en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que deberán alcanzarse para 2030.
Además de Albright, el panel contó con la participación de Brian Flynn, vice representante permanente de Irlanda en la ONU, Jens Frølich Holte, vicecanciller de Noruega, Marijke Wijnroks, jefa de personal del Fondo Global, Sonita Alizadeh, de la organización Girls not Brides, y Mohamed Sidibay, en representación de los jóvenes.
El informe de ONU Mujeres “Hacer las promesa realidad: La igualdad de género en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, concluyó que 15 millones de niñas en edad escolar no aprenden a leer ni a escribir (como tampoco 10 millones de niños), 15 millones de niñas entre 15 y 19 fueron víctimas de abuso sexual, y 750 millones contrajeron matrimonio antes de los 18 años.
Asuntos como el matrimonio precoz, el abuso sexual, la falta de productos para la salud y la responsabilidad de las tareas del hogar generan una enorme disparidad entre niños y niñas que repercute en la educación de estas últimas.
“Las niñas son diferentes a los niños en su grado de vulnerabilidad a la explotación sexual, en especial en contextos de pobreza rural, donde la presión de mantener sexo transaccional para tener dinero para comida y educación puede generar infecciones peligrosas”, explicó la portavoz de Camfed.
Con más de 2,4 millones de jóvenes entre 15 y 24 años viviendo con VIH (virus de inmunodeficiencia humana), causante del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) urge que los gobernantes presten atención a estos temas.
“Las niñas y las jóvenes tienen que hacer frente a barreras sociales, culturales, políticas y estructurales para gozar del derecho a la salud, en especial en que lo que respecta a la salud sexual y reproductiva”, explicó Nazneen Damji, asesora en políticas para mujeres en la ONU.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), cada año adicional de educación secundaria significa un aumento de 15 por ciento en el futuro ingreso de las mujeres.
Pero es muy difícil para ellas hacer un año más, pues tienen menos tiempo para estudiar porque las tareas domésticas les ocupan la mayor parte del tiempo, y las familias dependen de las tareas cotidianas que ellas realizan y que no podrían hacer si van a la escuela.
“Las escuelas secundarias son pocas y están alejadas en las zonas rurales, y las largas y cansadoras caminatas también pueden tornarse peligrosas para las niñas” por la explotación sexual, los peligrosos cruces de ríos y los animales salvajes, explicó a IPS la portavoz de Camfed.
“Además, la mayoría de las escuelas en África subsahariana están mal equipadas para recibirlas cuando están con la menstruación”, añadió, refiriéndose a los obstáculos que deben afrontar las niñas para continuar con su educación.
“Sabemos que educar a las niñas, en especial a las adolescentes, genera una cascada de beneficios, con efecto dominó”, explicó el portavoz de Unicef.
“Las niñas con educación tienen menos probabilidades de casarse o de tener hijos muy jóvenes, pueden protegerse mejor del VIH/sida, de la explotación y el abuso sexual”, apuntó.
“Y tienen menos probabilidades de morir en el parto y mucho más probabilidades de tener bebés saludables que sobrevivan y prosperen”, añadió.
“Vemos que con más niñas en la escuela, se casan más tarde”, relató Safeena Hussain, fundadora de la organización Educate Girls, que en India ha ayudado a unas 200.000 niñas a regresar a la escuela desde 2007.

“Esas niñas con educación se sienten empoderadas para tomar decisiones informadas y defender sus derechos”, añadió.
“Algunas de las que logramos inscribir y que permanecieran en la escuela toda la primaria tomaron decisiones conscientes de posponer su compromiso con niños con menos grado de educación. Es una decisión valiente para una niña en una sociedad rural y patriarcal, en la que han visto mujeres cubiertas bajo un velo toda su vida”, relató.
“El gran efecto multiplicador de la educación de las niñas es que en el futuro podrán tomar decisiones”, subrayó.
“Serán las mujeres las que elegirán cómo cuidar a la próxima generación, y si saben cómo cuidarse durante el embarazo y cuándo tener hijos, eso tendrá un impacto inmediato en la salud de la próxima generación”, añadió.
¿Qué puede hacerse?
Los cambios en la educación de las niñas deben promoverlos los gobiernos nacionales, la sociedad civil y el sector privado, a través de inversiones.
“Ayudamos a los países a construir sistemas educativos más sólidos que ofrezcan una educación de calidad para niños y niñas”, explicó el portavoz de Unicef.
Es fundamental que las políticas y los planes educativos consideren el factor de género para que tanto niños como niñas puedan ingresar a la escuela y que les vaya bien.
El género se toma en cuenta removiendo los estereotipos de los textos o formando y capacitando a los maestros en la importancia de este asunto, explicó.
“Las necesidades políticas deben de estar a cargo de las niñas y las jóvenes que encuentran esas barreras, y necesitamos coaliciones locales que las derriben, de forma holística, con todos los involucrados: padres, escuelas, líderes locales y tradicionales, autoridades de la educación local y nacional, trabajadores sociales y de la salud”, concluyó el portavoz de Camfed.
Y para Hussain, de Educate Girls, “el sector privado puede aportar los fondos y el apetito por el riesgo para ayudar a impulsar la innovación y generar evidencias de qué es lo que funciona. La sociedad civil está más cerca de donde están los problemas, tiene acceso a la comunidad y conocen su voz”.
“Cuando se tienen las soluciones, la escalada real solo ocurrirá con la participación de los gobiernos, pues pueden integrar el cambio a las políticas o financiar la escalada de las soluciones”, añadió.
“Es responsabilidad de todos”, comentó, al ser consultada sobre quién tiene la responsabilidad de encabezar el cambio.

Traducción: Verónica Firme

Desaparecer en Tlaxcala, el costo de la impunidad

Más de la mitad del estado con redes de trata de personas


En el estado de Tlaxcala, más de la mitad de municipios que lo conforman (46 de 60 municipios) familias completas se dedican a crear y fortalecer redes de captura, traslado, y explotación sexual de menores de edad en el país y en el extranjero.

Durante los últimos 20 años diversos informes de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés); del Instituto Nacional de Mujeres; y de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, sostienen la existencia de un corredor de trata de personas en los estados de Tlaxcala-Puebla, e incluso refieren distintas rutas que utilizan los grupos delictivos para el traslado de las personas, principalmente mujeres y niñas.
Con los años, este negocio ilícito ha ido modificando la forma de captar a sus víctimas. En décadas pasadas los tratantes invertían alrededor de 6 meses para “engancharlas”, a través del enamoramiento y ellas aceptaban irse a vivir con ellos a otros estados, lejos de sus familias, para después, ser sometidas a condiciones de prostitución.
Sin embargo mediante este “proceso de enamoramiento” los tratantes podían alegar ante la ley y las familias de sus víctimas, que ellas estaban “por decisión propia”. Hoy en día es tal el grado de impunidad que los tratantes ya no ven la necesidad de enamorarlas o convencerlas, ahora son espiadas en sus rutinas, en la calles y la mayoría de las veces se utilizan sustancias como el cloroformo para desmayarlas y poder capturarlas. ¿Para qué invertir tiempo en enamorar si nadie va a investigar? lo de hoy es el secuestro.
Datos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos revelan que en México, aproximadamente 500 mil personas son víctimas de trata. De éstas, 70 mil son menores de edad explotadas sexualmente, alrededor de 50 mil se encuentran en esta situación en las zonas fronterizas. México se encuentra dentro de los 25 países del mundo con mayor ocurrencia de este delito.
Hoy se conmemora el Día Mundial contra la Trata, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la resolución a/RES/68/192, el 18 de diciembre de 2013.
A propósito de la efeméride, Cimacnoticias realizó una investigación sobre víctimas que lograron ser rescatadas de la trata en Tlaxcala, y de las que por seguridad, se omite su nombre verdadero.
KARLA: LA ÚLTIMA FOTO FAMILIAR
Karla desapareció el 13 de enero de 2016 en el municipio de San Pablo del Monte, ubicado en el extremo sur del estado, casi colindando con Puebla. Esa mañana, a diferencia de otros días, la madre de Karla optó por mandarla sola a la escuela. Le dio un teléfono celular para que llegando a la secundaria se comunicara con ella. Pasaron los minutos y las horas y Karla jamás llamó. Su hermano Rafael, fue quien se enteró que su hermana no había llegado a la escuela cuando a la hora del receso, la buscó para darle sus alimentos.
“Karla es una niña tímida. En la escuela lo que me platicaban sus maestros es que se llevaba con todos sus compañeros, muy tranquila. A Karla no le gusta bailar, es buena hermana, para todos lados iba junto con Rafa, peleaban, pero al ratito se abrazaban. Era muy cariñosa, le gustaba escribirme cartas, me escribía que me agradecía mucho por haberle dado la vida, que me quería mucho, se disculpaba porque a veces tenía arranques de enojo. Es una excelente hija, con defectos y virtudes, pero yo así la quiero, recordó en entrevista la madre de Karla, Olga Tezmol.
Y es que desaparecer en Tlaxcala es diferente a hacerlo en otra entidad del país, dice enfática la coordinadora jurídica de la Red Retoño, Miriam Pascual Jiménez, quien en entrevista, afirmó que cada vez se reduce más la edad de las mujeres que desaparecen.
Desde hace 3 años en la Ciudad de México surgió la organización civil “Red Retoño para la Prevención Social de la Delincuencia Organizada”, que realiza búsquedas de mujeres y niñas víctimas de desaparición con fines de trata para explotación sexual comercial. En este periodo han logrado rescatar a siete niñas originarias del estado de Tlaxcala.
“Los informes de hace 10 años establecen un margen de 18 a 25 años. Cuando desaparece Karla se inició una discusión entre las organizaciones sociales porque consideraban que el rango de edad (11 años) no concordaba con los registros anteriores de las víctimas de trata. A partir de los distintos casos que nos han llegado nos damos cuenta que la amplitud y diversificación de las víctimas también se va transformando. A partir de los patrones de impunidad, crece el negocio y el perfil de las víctimas”, sostiene.
Desaparecer en Tlaxcala debería implicar una situación de búsqueda urgente, pero en la realidad esto no sucede así, y ejemplificó que en el caso de Karla, la entonces procuradora de Justicia de la entidad, Alicia Fregoso, descartó iniciar una averiguación ya que argumentó que no había delito que perseguir por la desaparición de una niña de 11 años en San Pablo del Monte, un municipio que además, ha sido señalado por diversas organizaciones civiles con trabajo en trata, como un foco rojo.
“La extraño, extraño escucharla gritando por toda la casa”, comentó la madre de Karla al ser entrevistada dentro de la estética que lleva el nombre de su hija, quien la ayudaba por las tardes a hacer cortes de cabello y peinados.
“Hay altas y bajas, a veces Rafa también siente el vacío, me dice que se siente muy solo, que por qué le quitan a su hermana, y a veces cuando me tengo que ausentar para buscarla, él lo siente, me lo dice: ´cuando te vaya s a buscar a mi hermana avísame porque te vas y no me avisas, y cuando yo despierto ya no tengo mamá´”.
Para la familia de Karla la vida social terminó, su ausencia los ha alejado de las reuniones familiares. “La última reunión que tuvimos fue dos días antes de su desaparición, nos tomamos una foto familiar en el bautizo de su hermanita de un año de edad en aquel entonces, es la última foto de Karla con nosotros”.
 EMMA: CUANDO LA AUTORIDAD NO HACE NADA
Soy originaria de San Pablo del Monte, Tlaxcala, tengo más niñas y no quiero que les suceda lo mismo que a Emma, acá en San Pablo hay muchas niñas que se están perdiendo, agradezco a mis familiares y amigos, gracias a ellos se rescató a mi niña, la autoridad no hizo nada”, dijo en entrevista Magdalena, madre de Emma G.
Emma desapareció el 7 de diciembre del 2016, a unos metros de su casa mientras caminaba rumbo a la escuela. Fue golpeada y arrastrada hasta un vehículo donde la subieron a la fuerza y la trasladaron.
“Mi vida antes de ese día era tranquila, segura, era todo normal, pero a partir de lo que sucedió ya no estoy tranquila, mi hija no es la única, y sigue sucediendo lo mismo, hay varias desaparecidas. Ahora ya no las dejamos ir a la tienda solas, ni a la escuela, la gente esa no tiene corazón de lo que hacen. Ahora salimos con miedo, ya no podemos confiar en nadie”, comentó.
Convencida de que las autoridades no realizarían ninguna investigación ni búsqueda de su hija, fue a través de conocidos que Magdalena se enteró del caso de Karla y se puso en contacto con su madre Olga Tezmol, quien a su vez, la canalizó con la abogada de la “Red Retoño”, Miriam Pascual Jiménez, quien después de una búsqueda inmediata realizada en conjunto con familiares y amigos, lograron encontrar a Emma en el estado de Puebla, al día siguiente de su captura, alrededor de las 10 de la mañana. Tenía signos de violencia física y sexual.
“Dado que las víctimas son trasladadas a otros países, la implementación de un protocolo de búsqueda inmediato es imprescindible. Dicen, se fue con el novio. El novio generalmente en Tlaxcala es enganchador, hijos de los que les llaman padrotes, o son novios que tienen 40 ó 50 años y las niñas tienen 15 o menos, el no vislumbrar esto fortalece el problema”, acotó Pascual Jiménez.
“Generalmente en todos los estados se da la cuestión de estereotipos de género, esto de se fue con el novio, seguro está de fiesta, habla de que las autoridades al subestimar una situación de riesgo facilitan o pierden horas trascendentes, en algunos casos ha habido situaciones en donde las víctimas son encontradas asesinadas, y se convierten en víctimas de feminicidio”.
A partir de estos acontecimientos, un grupo pequeño de familias, víctimas indirectas y víctimas directas, están en contacto constante para realizar acciones grupales como terapias psicológicas o convivencias en sus hogares. Magdalena, la madre de Emma, narró que a partir de esas juntas que promueven la unidad entre las afectadas, se siente un poco más tranquila, ya que entre ellas pueden expresarse y sacar el dolor que esto les provoca.
“Para mi Tlaxcala no es un pueblo seguro, es un pueblo de corruptos, ni en la policía puedes confiar. Lo que ellos ven lo callan, y se alían con los delincuentes. Tlaxcala ya no es un lugar seguro. Aquí lo que reinan son los padrotes, son gente sin corazón”, afirmó.
SILVIA: FIRMAR EN BLANCO
“Soy originaria de San Pablo del Monte, Tlaxcala, me gustaría no mostrar mi rostro, tengo mucho miedo”, pidió durante la entrevista, Juana, madre de Silvia F.
Silvia desapareció el 13 de marzo de 2017. Fue enganchada por su tratante por medio del enamoramiento quien logró que se fuera de casa sin avisar a sus familiares, dos días después de haber cumplido los 18 años. El tratante, a quien apodan “el enano”, tiene aproximadamente 40 años de edad. Trabajaba en Puebla, cerca del puesto de comida donde Silvia laboraba.
Juana se enteró por el empleador de su hija Silvia, Alejandro, que “el enano”, había estado acosando a su hija, así que decidida, recolectó datos importantes y presentó una denuncia en su contra. Silvia se comunicó con su mamá y la amenazó con no volver a su casa si no se retractaba de la denuncia.
El 14 de marzo, “el enano” llevó un video al negocio del empleador de Silvia, donde ella aparece llorando y pidiendo que “la dejara vivir su vida”. El mensaje del tratante fue contundente para Juana: si quería volver a ver a su hija debería retirar la demanda, de otra forma, nunca la volvería a ver.
Fue entonces cuando Juana acudió a la Procuraduría General de Justicia del Estado de Tlaxcala, entonces a cargo de Tito Cervantes Zepeda, actualmente secretario de Gobernación de la entidad. Ahí relató las amenazas e intimidación por parte de “el enano”. Agentes al mando de Cervantes Zepeda le solicitaron firmar una hoja y le dijeron (a Juana) que “todo estaba en orden”. Pero Juana no sabe leer ni escribir, así que firmó el documento con su huella dactilar.
El 22 de marzo Juana, acompañada por la abogada Miriam Pascual Jiménez, se trasladaron a la oficina del procurador Tito Cervantes, quien las atendió personalmente. Ahí, Juana se enteró que la investigación sobre la desaparición de su hija estaba cerrada debido a que los policías a cargo del caso la habían reportado como localizada.
Les mostró la declaración firmada por Juana, aquella que plasmó con su huella, donde decía que “era de su conocimiento que su hija se encontraba sana y salva, y que daba a su hija reportada como localizada”.
Dos meses después y con la ayuda del empleador de su hija, Alejandro, y la “Red Retoño”, Juana dio con el paradero de su hija. “La encontramos en un cuarto horrible tirada en el piso”. Negociaron su libertad y su tratante decidió entregarla porque estaba embarazada de él.
JUDITH: LAS REDES QUE LLEGAN A LA CIUDAD
“Tengo 16 años, soy de Tlaxcala. Vivo con mi hermana, mi mamá y mi papá. No quiero hablar de cómo son mis padres, ellos no saben mucho de mí, no tienen mucho que decir, supongo que dirían que soy callada”, comentó en entrevista Judith.
Ella es una adolescente que fue raptada al salir de su trabajo el 8 de enero del 2018. Fue trasladada inmediatamente a la Ciudad de México por medio de las redes de trata de personas.
Su padre, José, describe a su hija como “una persona sencilla. Le gusta mucho leer, le gusta demasiado escribir, la mayoría del tiempo le gusta convivir con su familia. Es muy inteligente. Por el problema que pasó decidimos que de momento no fuera a la escuela por cuestiones de seguridad. Prácticamente ahorita está todo el tiempo con nosotros”, dice en entrevista.
A los dos días de su desaparición, sus familiares dieron con su paradero en la capital del país. Con la ayuda de la procuraduría capitalina, fueron trasladados a la Ciudad de México donde las labores de rescate se dieron el 10 de enero.
A pesar de lo que vivió Judith tiene grandes expectativas de vida y se muestra entusiasta con su futuro. Ha ido recuperando poco a poco la confianza en sí misma y tiene planes de estudiar una licenciatura en administración.
“Ahorita me puse una meta, terminar la preparatoria. Mi segundo propósito es entrar a la universidad, quiero estudiar administración de empresas”.
También le gustan las artes. Dibuja y escribe, incluso creó un personaje literario que llamó “Emef”, a quien dibuja con su cabello castaño con unas mechas más largas que otras, tez morena, con un semblante serio que sólo muestra su alegría con su hermana menor. “A veces tiene miedo de que todo explote dentro de ella pero al final termina superándolo”, contó Judith.
“Me gusta sentir y saber que está bien lo que yo hago, confiar en mí misma, sin necesidad de que los demás vengan a decirme a cada rato que todo estará bien”, agregó.
ESTADO OMISO ANTE DESAPARICIÓN Y TRATA
En agosto del 2017, organizaciones civiles de Tlaxcala presentaron ante la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim) la segunda petición para activar la Alerta de Violencia de Género (AVG) por la desaparición de niñas, adolescentes y mujeres para toda la entidad, pues únicamente de 2016 a agosto de 2017 se contabilizaron 35 casos.
La primera solicitud se realizó un año antes, en agosto de 2016 por la organización “Todos para Todos”, quien la pidió para 13 municipios de la entidad donde han localizado organizaciones delincuenciales dedicadas a este delito.
Sin embargo, ambas solicitudes fueron negadas bajo el argumento de que no había “elementos suficientes” para mantener al estado en Alerta.
Como resultado de la primera solicitud, el estado de Tlaxcala debió haber creado una Fiscalía Especializada para la Investigación de los Delitos en Materia de Trata de Personas, un protocolo para identificar víctimas de trata, acciones en las rutas de movilidad de trata de niñas y mujeres identificadas, y una base de datos sobre los tipos de violencia contra las mujeres en el territorio.
Como ocurre en la mayoría de los casos, son las organizaciones civiles quienes desempeñan el papel que corresponde al Estado, como la “Red Retoño” cuya presencia se ubica en los estados del centro y sur del país por la alta incidencia de este delito.
La abogada Miriam Pascual Jiménez afirmó: “hago esto porque soy mujer, porque las mujeres de mi familia muchas de ellas fueron obligadas al matrimonio forzado desde los 11 años, es una forma de violencia muy parecida a la trata, y porque siento un compromiso social de vida con otras mujeres. El decir si tocan a una nos tocan a todas, parece eslogan, pero en realidad es trascendente, cuando lastiman a una mujer, a una niña, la siguiente puedes ser tú, tu hija, tu nieta”, concluyó.
CIMACFoto: Tercero Díaz
Por: Tercero Díaz
Cimacnoticias | Tlaxcala, Tlax .-

ONU pide a Estado mexicano investigar violaciones a DH de la periodista Lydia Cacho

Por vez primera emite resolución a favor de una periodista

A 13 años de la tortura y detención arbitraria de la periodista Lydia Cacho Ribeiro, este 31 de julio el Comité de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas  (ONU) emitió una resolución donde pide al Estado mexicano que investigue las violaciones a Derechos Humanos cometidas contra la también escritora.
En esta resolución, la primera que resuelve sistema de Naciones Unidas por violencia cometida por funcionarios del Estado contra una mujer periodista, el organismo llamó a las autoridades mexicanas a reactivar las investigaciones de lo ocurrido a Cacho Ribeiro, ofrecerle una compensación adecuada y despenalizar los delitos de difamación y calumnia en todas las entidades federativas.
En octubre de 2014 la también defensora de los derechos de mujeres, niñas y niños, junto con abogados de la organización Artículo 19, presentó una comunicación individual ante el Comité a fin de que este organismo se pronunciara sobre el caso y las violaciones que cometió el Estado mexicano al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, petición que fue admitida y resulta a su favor.
En 2005 Lydia Cacho fue acusada de difamación debido a la publicación de su libro “Los Demonios del Edén” donde denunció una red de pederastia en la que participaron hombres de negocios y políticos de alto perfil.
Con base en esta información el empresario Kamel Nacif Borge la denunció penalmente por el delito de difamación, en el estado de Puebla. El 16 de diciembre de 2005 ella fue detenida ilegalmente en Cancún y trasladada a Puebla. En el trayecto de aproximadamente 20 horas fue torturada. Ella obtuvo su libertad el 19 de diciembre del mismo mes.
El 14 de febrero de 2006 se conoció la grabación de una llamada telefónica entre el gobernador de Puebla y Kamel Nacif, en la cual este último le agradecía el favor hecho por el entonces gobernador de Puebla, Mario Marín Torres. Desde entonces, la periodista ha enfrentado múltiples violaciones al debido proceso.
En conferencia de prensa esta mañana en la Ciudad de México, la periodista dijo que convertirse en una sobreviviente de tortura implica comprometerse con una misma a permanecer con salud mental y física y seguir dando la batalla porque muchos de sus amigos no lo lograron, como la periodista de la revista Proceso, Regina Martínez, asesinada en abril de 2012.
“Después de 13 años tengo una sensación: por un lado es un mérito de esta sociedad; por otro lado vamos a lograr empujar que las leyes se cambien, sentamos un precedente ya. Logramos que las Fiscalías sean analizadas y observadas por la prensa y la sociedad. Es un día para celebrar".
Al hablar de los medios como un puente entre la sociedad y la realidad agregó: “no debiera tocarnos a las y los periodistas, de este país y de ningún otro, convertirnos en héroe. Nos está tocando ser sobrevivientes de una tragedia nacional en la que el Estado, los gobiernos, uno tras otro, han intentado silenciarnos justamente por documentar la historia de México”.
El abogado Leopoldo Maldonado recordó que luego de 13 años de búsqueda de justicia, solamente uno de los agentes policiales acusados en el caso, José Montaño, fue sentenciado a seis años de prisión por el delito de tortura, mientras otro se encuentra prófugo. Sin embargo, las demás violaciones a Derechos Humanos y sus perpetradores materiales e intelectuales permanecen impunes.
Estos hechos fueron analizados por el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, el órgano de la ONU encargado de interpretar y velar por el cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que estableció que los hechos ocurridos en diciembre de 2005 son violatorios de los Derechos Humanos de la periodista.
El organismo internacional enfatizó que la defensora vivió discriminación por razón de sexo, debido a los comentarios sexuales, el trato sexualizado y la violencia de género, por lo que el abogado precisó que se debe reactivar la investigación aún abierta en la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE).
En opinión del representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Jan Jarab, en México las y los periodistas que al mismo tiempo son defensores de Derechos Humanos corren estos riesgos, por lo que destacó que el dictamen de la ONU es relevante porque este tipo de agresiones siguen repitiéndose.
Resaltó seis áreas de preocupación: el uso de la tortura como instrumento de investigación, intimidación y castigo; la violencia de género y la discriminación contra las mujeres; la privación arbitraria de la libertad; la violencia contra periodistas; la impunidad como un factor recurrente en los temas de Derechos Humanos y la colusión de poder económico y empresarial con el poder político.
Para la directora de Artículo 19, Ana Cristina Ruelas y el editor de “Los Demonios del Edén, Ariel Rosas”, esta resolución muestra que las violaciones cometidas contra la escritora fueron ciertas y merecen una reparación del daño y el Estado debe rendir cuentas por ello a través de la reparación del daño y de la investigación y sanción de los responsables.
Este es el primer caso de una mujer periodista víctima de tortura que llega al Comité de la ONU. En 2012 el periodista de la revista Proceso, Rafael Rodríguez Castañeda, presentó una comunicación ante el organismo, donde señaló violaciones a su derecho a buscar, recibir e impartir información porque el Estado no le permitió acceder a las boletas electorales de 2006. Sin embargo la resolución no le fue favorable. 
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Anayeli García Martínez
Cimacnoticias | Ciudad de México.-

Pensar desde la periferia

Quinto Poder



Feminista periférica como soy, considero que la construcción de una República democrática que incluya a las mujeres y plantee un enfoque desde la alteridad y el reconocimiento a la enorme base social que apueste por la formación de un país, necesita considerar principios, discursos alternativos que deconstruyan la hegemonía del poder fáctico, patriarcal, centralista y colonizador, vertical y descendente.

1.-Descentralizar. No sólo es mover oficinas del centro hacia las periferias, es pensar como periferia, es abrir espacios a las personas que desde la periferia hacen y han hecho literatura, poesía, teoría, que no sólo lo que se escribe o dice en el centro está sucediendo. Hace mucho que desde las periferias construimos teoría y práctica de Derechos Humanos, feminismo, literatura, poesía, investigación.
Las ciudades responden, como el país, a un centro que ejerce un discurso vertical y descendente, pero también hegemónico y colonizador, desde una lógica de que lo que se piensa desde el centro resuelve problemas que son las propias regiones las que lo conocen.
Es decir, el proceso de construcción de una nueva república implica apostar a la autorreflexión y desde los sectores populares y la capacidad de organización para construir poder popular, de las mujeres, de las periferias. Esto permitirá que por primera vez se escuchen las voces regionales, las voces populares, y a las comunidades para hacer comunidad.
Es la apuesta y reconocimiento de procesos y métodos alternativos, discursos que hasta hoy se han considerado marginales o periféricos desde una centralidad discursiva que sólo se oye a sí misma. Y en esencia, es escuchar el pensamiento de las periferias generando sus propias soluciones y caminos a recorrer para recomponer y por qué no, incluso rehacer el tejido social de aquellas zonas que fueron prácticamente fragmentadas por poderes fácticos.
Esto por supuesto implica:
2.-Despatriarcalizar el ejercicio del poder
La noción del poder se concibe generalmente como un mecanismo que sólo puede ser entendido y ejercido con ciertas características inherentes al sistema patriarcal, es decir en forma hegemónica, imperativa, violenta, opresiva y subyugadora. Eso supone -desde esa lógica patriarcal- que quien tiene el poder debe ejercerlo bajo esos mismos parámetros, ya que son los “métodos del poder” porque socialmente no hay muchos ejemplos de los cuales aprender sobre formas de ejercicio del poder popular.
Analizar cuándo y cómo las mujeres son patriarcales en el ejercicio, imitando la única forma conocida de gobernar, de ejercer poder y no se atreven a explorar otras formas y que su presencia no garantiza.
En otros casos, lo que tenemos es la “masculinización del poder”, es decir al sólo existir como parámetro la forma de ejercer el poder desde la sociedad patriarcal y por hombres, las mujeres lo ejercen en los mismos términos.
Entonces no hay cambio ni por la postura política ni en la persona que está en oportunidad de tener una posición de poder, entendiendo el poder como la capacidad de decidir y acompañar a otras personas hacia un punto, sino que la forma de tomar esa oportunidad de decisión sobre otras personas se hace desde la forma patriarcal vertical y descendente, es decir sin tomar en cuenta lo que opinan los demás y sin escucharlos, acompañado de opresión y con mecanismos de control y de sometimiento que pueden ser coercitivos.
3.-Poner en el centro de las decisiones el amor a la sociedad, la familia, la pareja, las y los hijos, la comunidad. Vivir el amor al prójimo. Sólo así podrá entenderse que "perder un privilegio", en realidad significa abonar a una sociedad más justa. Aportar trabajo a la sociedad tiene que ser un deseo nato en el corazón de quienes recibieron becas de estudio, ser solidarios y sororales no es una cuestión de pose, es una práctica real de compartirnos espacios y hacer redes de apoyo.
Si hablamos de un país, una República, y nos atrevemos a derribar el concepto “nación” patriarcal y de connotación nacionalista, podremos repensar otra forma no solo para el poder y la protección de su ciudadanía.
Tenemos el reto de hacer de México un país honesto, sin impunidad y que otorgue las mismas garantías de protección a todas las personas, el derecho a la libertad y la seguridad, a volver a reunirse con sus familiares desplazados, a encontrar los restos de quienes fueron asesinados en la guerra contra el crimen organizado, a perdonarse y a empezar de nuevo una vida.
Implica repensar que no son más horas de jornada laboral, sino calidad de vida en las familias, que las madres y padres puedan pasar tiempo con sus familias y que éste sea de calidad, vaciar la televisión de contenidos que violentan a las familias diversas, que violentan a todo aquel que piensa diferente. Entender que México no es un país católico, que lo mismo podemos amarnos siendo cristianas o ateos, y que esa no es razón para tener diferencias. Aceptar que no somos guadalupanos y que ese mito fue derrumbado por el tiempo transcurrido en una sociedad diversa y que también es mexicana en su significado más amplio.
Que la familia es la gente del sur y la del norte, del centro y de occidente, que sin importar las diferencias que podamos tener entre todos tenemos la circunstancia de reunirnos bajo una unidad denominada país.
4.-Y por último, en medio de la crisis de Derechos Humanos, de 40 mil personas desaparecidas, de 200 mil muertos como reconoció la próxima Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, nos falta renunciar al usufructo del dolor como un pretexto para oprimir al otro, u otra. México no puede sostenerse bajo el "ojo por ojo", ni la venganza, ni la revancha ni la opresión, de eso hemos tenido por 80 años y solo sirvió para sentar odios profundos que agudizaron diferencias, en las que las niñas y las mujeres fueron las más vulneradas y hoy vivimos una sociedad de gravísimas violencias.
No podemos vivir en el pasado, tenemos que dar el paso para seguir, salir de esta guerra que duró tantos años, todas las personas perdimos algo, pero ese amor extraviado debe servirnos para caminar en la construcción de un país mejor para las niñas y los niños, con derecho a vivir sin violencia.
* Integrante de la Red Nacional de Periodistas y Fundadora del Observatorio de Violencia Social y de Género en Campeche
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Argentina Casanova*
Cimacnoticias | Campeche, Cam.-

Mujeres afro que destacan en la política en AL y el Caribe

Invisibles en las estadísticas, sobresalientes en su trabajo

La política formal, un escenario tradicionalmente “de hombres” y de difícil acceso para las mujeres, se presenta como una barrera más alta cuando ellas son afrodescendientes.
Los escasos datos sobre las mujeres afro en la región latinoamericana y del Caribe, son una muestra de la ausencia de construcción estadística con enfoque diferencial e interseccional.
Mujeres políticas como Mónica Rey Gutiérrez y Epsy Campbell Barr, han declarado como un esfuerzo y lucha de las organizaciones afrodescendientes la inclusión de las comunidades afro en censos estatales.
Uno de los aspectos que más preocupa es el de la pobreza, el panorama social de América Latina de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) muestra que “en los siete países con información disponible la tasa de pobreza de los grupos indígenas o afrodescendientes puede exceder de 1 a 4 veces a la del resto de la población”. Claramente, la pobreza se convierte en un obstáculo para el acceso de las personas a los bienes materiales y simbólicos.
Si las mujeres soportan grandes discriminaciones asociadas a su género, la interseccionalidad permite comprender que, adicional a esta opresión, se encuentran las relacionadas con la raza o la etnia, así que en las afro e indígenas se profundiza la discriminación.
Con fenómenos como la feminización de la pobreza, las mujeres racializadas son las que llevan la peor parte, registrándose en los más altos niveles de pobreza; de manera inversamente proporcional, las mujeres afro e indígenas, son las que menos lugares de representación política tienen en la sociedad.
Hoy queremos que sean protagonistas algunas afrodescendientes que se han destacado o se destacan en la política. Un escenario clásicamente masculino de difícil acceso para las mujeres, y doblemente más cerrado si se es afrodescendiente. Por ello, destacamos a las siguientes mujeres.
La colombiana Zulia Mena García, nació en 1965. Fue la primera mujer afrocolombiana congresista; alcaldesa de Quibdó en Chocó y viceministra de Cultura.
Susana Esther Baca de la Colina, nació en Perú en 1944. Cantante, compositora e investigadora de música, fue la segunda mujer afro en asumir un ministerio en el gobierno peruano, presidió la Comisión Interamericana de Cultura  de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
La uruguaya Susana Andrade, nació en 1963. Se desempeñó como Procuradora, periodista, religiosa umbanda y política. Fue la primera afroumbandista diputada, integrante de la Comisión Honoraria contra el Racismo.
En Bolivia, la activista, educadora y política Mónica Rey Gutiérrez. Nació en 1964. Fue delegada supranacional de la Asamblea Legislativa Plurinacional de su país.
La brasileña asesinada en marzo de este año, Marielle Francisco da Silva, era una sociológa, feminista, política y defensora de los Derechos Humanos y de las mujeres afro. Fue concejal de la Cámara Municipal de Río de Janeiro.
En Panamá, Gumercinda Páez Villarreal, fue la primera mujer en ser diputada en la Asamblea Nacional por la provincia de Panamá y segunda vicepresidenta de la Asamblea Constituyente de 1946.
Francia Márquez Mina, de Colombia, es activista y defensora de los Derechos Humanos, política y ganadora del Premio Medio Ambiental Goldman en 2018.
La costarricense Epsy Campbell Barr, nació en 1963. Es economista y ha sido diputada en dos oportunidades. Recién electa como Primera vicepresidenta mujer y afro de Costa Rica.
Edmonde Supplice Beauzile nació en 1961. Ha sido Parlamentaria y senadora de la República en varias oportunidades. Contendió por la candidatura presidencial de Haití en el 2015.
Benedita Souza da Silva Sampaio. Nació en 1942.  Fue la primera mujer afro que llegó al Senado Federal y a la Cámara de Concejales de la Ciudad de Río de Janeiro, Brasil. Fue diputada Federal dos veces, ministra de Asistencia Social y vicegobernadora del Estado de Río de Janeiro, en Brasil.
* Artículo retomado del portal mujeresconfiar.com
Imagen retomada de Facebook
Por: Sandra Valoyes Villa*
Cimacnoticias | Bogotá, Col.-

La trata atenta contra los derechos humanos de las mujeres, no contra las fronteras

 30 de julio: Día Mundial contra la Trata de Personas

Mientras los gobiernos destinan cada vez más presupuestos a campañas sobre la trata, blindan sus fronteras, obligando a las mujeres a acudir a las redes que las puedan traer a Europa

 Gloria López

Madrid, 31 julio. 18. AmecoPress. Según datos de la Estrategia de la Unión Europea para la erradicación de la trata de seres humanos, el 80% de las víctimas de trata son mujeres, de las cuales un 12% son niñas y, en relación con la trata para la explotación sexual, el 96% son mujeres: de ahí la necesidad de abordar este fenómeno desde una perspectiva de género y de infancia.

Si bien trata e inmigración no siempre van unidas, los procesos migratorios, de desplazamiento y búsqueda de refugio evidencian la necesidad de un enfoque que priorice los derechos humanos y no la persecución de la inmigración ilegal y el cierre de fronteras.

La celebración el 30 de julio del Día Mundial contra la Trata se sitúa este año en medio de “una envenenada atmósfera política antinmigración”, utilizada desde el poder con gran irresponsabilidad y consentida por la ausencia de respuestas contundentes por gran parte de las poblaciones. Pero también, hay que ponderarlo, en medio de un auge de la solidaridad, que no por estar amenazada es menos destacable: resistencias, procesos de autoorganización de las personas inmigrantes y defensa de la acogida. 

La relatora especial contra el tráfico de personas, Maria Grazia Giammarinaro, señala que “los Estados alrededor del mundo deben actuar para mejorar sus esfuerzos en prevenir y combatir” este flagelo “asegurando que las víctimas y potenciales víctimas son consideradas y tratadas como titulares de derechos humanos”.

Pero este enfoque no es el que predomina en el diseño de las estrategias políticas, ni mucho menos. El cierre de fronteras de la Unión Europea y EEUU fuerza a miles de mujeres a acudir a las redes de trata para llegar a sus tierras e intentar mejorar sus vidas y las de sus seres queridos. Si logran escapar de sus tratantes y consiguen pedir ayuda, ya en el país de destino, la mayoría de las veces quedan en la clandestinidad, sin posibilidad de acceder a los papeles y, por tanto, sometidas a la discriminación y la desesperanza. Mientras, los gobiernos destinan cada vez más presupuesto a campañas de sensibilización contra la trata, ese gran negocio que mueve miles de miles de millones de euros cada año, sin buscar la raíz de su existencia: la creciente desigualdad Norte-Sur y el fracaso de un sistema depredador. 

En una declaración publicada con motivo del Día Mundial contra la Trata Giammarinaro afirma: “muchas personas víctimas de los traficantes son migrantes, incluidos refugiados y solicitantes de asilo, que han decidido abandonar su país por diversas razones, como por ejemplo conflictos, desastres naturales, persecución o pobreza extrema. Han dejado atrás su red de protección social y son particularmente vulnerables al tráfico y la explotación”.

La experta señala que existe actualmente “una atmósfera política antinmigración envenenada” en la que “a menudo los migrantes son descritos como una amenaza, cuando en realidad contribuyen a la prosperidad de los países de acogida en los que viven y trabajan”. En este contexto, el discurso contra la trata a menudo se usa indebidamente para justificar políticas de migración restrictivas y acciones que llevan a un retroceso: “Repudiar los enfoques xenófobos y racistas, así como la violencia, el odio y la discriminación, es un deber moral que está en el poder de todos”, asegura la relatora. 

Cada año, se incrementa el número de desplazamientos de personas refugiadas y migrantes según el primer Estudio Mundial sobre el tráfico ilícito de migrantes, publicado recientemente por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). En este informe se explica la interconexión que existe en muchos casos entre la Trata de Personas con fines de explotación y el Tráfico ilícito de migrantes. Se explicita cómo muchas veces durante los tránsitos, las personas que acuden a las redes de tráfico ilícito de migrantes se enfrentan, frecuentemente, a violencia, violaciones, robos, secuestros, extorsiones y también a la trata de seres humanos. Corren el riesgo de ser explotadas tanto durante el viaje, como en el país de destino y la situación administrativa irregular en la que se encuentran les sitúa en una gran vulnerabilidad.

También la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) menciona en su último informe que atendió a mujeres que relataron haber sufrido violencia sexual por parte de Fuerzas y Cuerpos de seguridad en Marruecos o de compañeros de viaje, “parejas” a las que percibieron como “protectores” a lo largo de la ruta a cambio de favores sexuales como forma de supervivencia y “protección”.

Defender los derechos humanos y una vida sin violencia

Helena Maleno dedica su vida a “defender la vida”. Sabe, por propia experiencia y por la labor que ha desarrollado durante años, que las mujeres migrantes y las mujeres defensoras de los derechos humanos enfrentan una mayor violencia por el hecho de ser mujeres. “Existe una violencia que se dirige a la condición de mujer: a tu cuerpo, a tus hijos”. Y en el caso de las mujeres que emigran, durante el tránsito y también en el país de destino tienen que enfrentar la violencia sexual, “un peaje que se asume como parte del viaje”.

La defensora acaba de participar en un estudio realizado a partir del testimonio de 101 mujeres nigerianas. “Por primera vez las mujeres hablan de feminicidio racial en las fronteras, denuncian que las ven como pobres, putas y malas madres y hablan de la violencia sexual como “una estrategia para no morir””. Y recuerda que estas mujeres “tampoco tienen derecho a no migrar”. Maleno defiende que tenemos que acoger cuando las instituciones no acogen y que tenemos una responsabilidad con el discurso racista, presente incluso dentro de los centros de acogida. “Hay que dar voz a las compañeras. Necesitamos que la acogida sea un proceso y que las mujeres decidan qué hacer y cuando”. Y afirma: “Ante las políticas de horror y muerte, nosotras construimos políticas de amor y de vida”.

Porque está demostrado: la falta de solidaridad y de compromiso con las personas refugiadas y migrantes contribuye al incremento de la violencia en las rutas y una vez más, mujeres y niñas son las más perjudicadas. Las organizaciones denuncian que la trata se siga abordando como un problema de extranjería –y más concretamente de persecución de la inmigración ilegal- y no desde el enfoque de derechos humanos, y que se sostengan estereotipos que dificultan la lucha contra diversas formas de explotación. “El punto central de todo estudio de la trata debe ser el reconocimiento de que vulnera numerosos derechos humanos”, afirma Teresa Fernández, abogada especializada en temas de trata de la organización Women’s Link. “Además, hay que tener en cuenta que la trata constituye una forma violencia de género y, por tanto, es una forma de discriminación por género prohibida por la normativa internacional, regional y nacional”.

La protección

Actualmente en España, gran parte de la protección que se les ofrece a quienes sufren trata reside en su calidad de testigo y su predisposición para colaborar con la justicia. "Eso es una limitación enorme. Una víctima es víctima porque ha sufrido un delito, no porque se decida a colaborar. Además, en caso de acceder a "colaborar con la justicia", la declaración de la víctima deberá ser coherente y no contradecirse.

“No es fácil generar las condiciones que permitan que las víctimas cuenten lo que les está pasando, mucho más en el caso de las menores”, explican las ongs especializadas en trata y que cuentan mucha experiencia en atender a las víctimas.
Cómo están establecidas las condiciones y los recursos para la protección de las víctimas de trata es una de las muestras más evidentes del error de enfoque en la lucha contra una forma de violencia que es a la vez un negocio rodeado de opacidad que otorga muchísimos beneficios económicos. El hecho de que la protección a las víctimas se recoja en la Ley de Extranjería habla mucho de la perspectiva que se le da.

Entre otras cosas, este enfoque imposibilita además que las personas víctimas de trata españolas o que pertenecen a la Unión Europea queden protegidas, pese a que Rumanía y Bulgaria sean dos de las principales nacionalidades de procedencia de algunas de las víctimas de trata que llegan a nuestro país.

Respecto de la Ley reguladora del derecho de asilo y de la protección subsidiaria, hay que tener en cuenta que tanto el Protocolo de Palermo como el Convenio Europeo de lucha contra la trata y directivas europeas dictadas en materia de trata prevén la posibilidad de que la víctima se acoja al régimen de protección internacional, que pueda solicitar asilo y ser reconocida como refugiada o como beneficiaria de protección subsidiaria.

Pese a este reconocimiento formal de la trata como forma de persecución, mujeres y niñas víctimas de trata para la explotación sexual no son consideradas personas necesitadas de protección internacional porque la trata es considerada como un delito a perseguir y como una cuestión migratoria más que como una cuestión de protección internacional.

En concreto en España han existido muchas reticencias a reconocer a mujeres víctimas de trata como necesitadas de protección internacional, la trata de personas para la explotación sexual es difícilmente reconocida como persecución y la mayor parte de casos se canalizan a través de la ley de extranjería.

Ley integral

La trata de seres humanos es un fenómeno complejo y global, que exige coordinación y formación entre todas las autoridades y recursos que intervienen en el proceso de detección, protección de las víctimas y persecución del delito.
Los criminales siempre van por delante de la policía. Se adaptan muy fácilmente a los cambios. Las formas de explotación también son múltiples. Además de la explotación sexual, otras variantes de la trata de personas son los matrimonios forzosos, el tráfico de drogas, la explotación laboral, la venta de órganos o tejidos, y la experimentación biomédica.

“Es el momento de apoyar una Ley Integral de Prevención, Asistencia y Protección a las víctimas, que establezca un mandato a todas las administraciones, asegurando la cooperación y coordinación entre todos los organismos implicados para la atención integral a las víctimas”, defiende APRAMP en un manifiesto difundido con motivo del Día Internacional contra la trata. La organización insiste en colocar a las víctimas en el lugar central de cualquier política y cualquier intervención: “El enfoque de derechos humanos y de género debe poner a la víctima en el centro de todas las actuaciones con independencia de su situación administrativa y procedencia”, asegura.

La aprobación de una Ley Integral de Lucha contra la Trata de Seres humanos y Protección a las Víctimas ofrecería más garantías a las personas que sufren esta enorme violación de derechos humanos. Es lo que defienden las organizaciones que forman parte de la Red contra la Trata en el Estado español: Women’s Link, APRAMP, Proyecto Esperanza, entre otras. La Ley podría ser una herramienta para consolidar la perspectiva que sitúa a las víctimas en el centro de todo y garantizar un enfoque integral basado en derechos humanos. Una ley contribuiría también a algo fundamental: cambiar la percepción que la sociedad tiene sobre la trata y empezar a abordarla como un problema de derechos humanos.

Además, hay que completar y fortalecer el carácter integral asegurando que cualquier aproximación al fenómeno incorpore una clara perspectiva de género y de infancia porque justamente las mujeres y los niños y las niñas son la mayoría de víctimas de este delito. El sistema actual todavía no recoge estos aspectos y así las organizaciones de derechos humanos y las administraciones desconocen el alcance y la dimensión cuantitativa de la situación de niños, niñas y jóvenes víctimas. Para Proyecto Esperanza es fundamental apoyar la recuperación integral de cada una de las mujeres atendidas y exigir que el Estado asuma y cumpla su responsabilidad en la lucha contra la trata, tanto en la prevención, como en la protección, reparación y compensación a las víctimas, evitando en todo momento su revictimización.

España cuenta con un Plan de lucha contra la trata que teóricamente se evalúa y ajusta cada cuatro años. A pesar de las dificultades, es cierto que se han ido promoviendo avances, cambios en los modos de actuación y ciertas transformaciones en la percepción que la sociedad tiene acerca del fenómeno de la trata. Esto ha sido posible especialmente por el trabajo de las organizaciones. Ellas y, sobre todo, las supervivientes son las protagonistas de este día.

Foto: archivo AmecoPress 

El largo camino del feminismo: dogmas y disensos

Dinámicas & Feminismo mayoritario


Pikara Magazine

En un momento de movilizaciones masivas a favor de los derechos de las mujeres, Paloma Uría Ríos pone encima de la mesa algunas dinámicas del feminismo mayoritario que la inquietan. Entre otras, el blindaje de las identidades de género, el abuso del castigo y de la censura y el estado de “pánico moral” que propagan lemas como ‘Nos están matando’
Imagen de la multitudinaria manifestación del 8 de marzo en Bilbao./ Ecuador Etxea
El feminismo en España, tanto en su vertiente organizativa como en sus manifestaciones teóricas e ideológicas, reaparece y se manifiesta con fuerza a la muerte del dictador, y sus avances van paralelos con los avances de la democracia y, a veces, en vanguardia. Sus acciones unitarias son variadas y ocurren sobre todo en los primeros diez o quince años. Su efecto en la opinión pública es notorio aunque contradictorio: suscita por igual simpatías y apoyos o rechazos y desconfianzas. Sus logros son impactantes, tanto en lo que se refiere a la acción legislativa como a la penetración en el ámbito cultural y a la fuerza y confianza en sí mismas que confiere a las mujeres.
Si nos atenemos a los avances legislativos, en los primeros diez o quince años se alcanzan las reivindicaciones más sentidas, enriqueciendo de esta forma la naciente e imperfecta democracia: derechos civiles, derechos sexuales, igualdad formal…. Los avances sociales son también importantes y se manifiestan en el crecimiento del empleo, la irrupción imparable de las mujeres en los estudios superiores, su cada vez mayor presencia en la política y en bastantes ámbitos de la cultura. Pasados, sin embargo, estos primeros años de logros, llega la percepción de lo que se dio en llamar el techo de cristal en lo que se refiere a los avances económicos y sociales, y se ponen de manifiesto con crudeza algunas de las lacras que afectan a la vida de muchas mujeres: los malos tratos, las agresiones sexuales, la intolerancia ante lo que vulnere la norma heterosexual, la persistencia de la cultura machista, el paro y la precariedad laboral.
Por lo que se refiere a la influencia del feminismo sobre la opinión pública, los efectos han ido variando. Después de aquella primera época de impacto y, quizá, de sobresalto, vino una etapa de relativa aceptación que se manifestaba en las encuestas y en una cierta tranquilidad en la vida social, contrastada con la constante presencia en los medios de comunicación del goteo incesante de crímenes machistas que suscitaban una condena generalizada y una cierta sensación de impotencia ante la dificultad de ponerles fin.
La vertiente teórica del feminismo se ha caracterizado más por sus por sus diferencias y polémicas que por sus acuerdos¹. En estos últimos quince años, el Instituto de la Mujer y las organizaciones afines han llevado la iniciativa en el discurso feminista, sin que por ello hayan dejado de oírse voces diferentes procedentes de sectores feministas con menor influencia en la opinión pública. La movilización social feminista disminuyó, casi limitada a las protestas ante los asesinatos machistas. Pero hubo al menos tres hitos que manifestaban que algo se movía en la retaguardia. Uno de ellos fue la masiva asistencia a las Jornadas que organizó la Coordinadora de Organizaciones Feministas en Granadaen diciembre del 2009 y en la que aparecieron nutridos grupos de chicas jóvenes con novedosos planteamientos. Otro fue la importante movilización contra el intento del gobierno del PP de cercenar la ley de interrupción voluntaria del embarazo, protagonizada por el Tren de la Libertad en enero del 2014, impulsada principalmente por organizaciones afines a PSOE pero con una nutrida asistencia femenina de todo tipo. El tercer hito se está produciendo ahora y parece que tiene un carácter internacional. Comienza con las manifestaciones contra las agresiones sexuales, con el movimiento #MeToo y tiene su eclosión con la impresionante movilización del 8 de marzo de 2018 y la huelga feminista. Todavía es pronto para valorar esta movilización y en qué medida puede modificar o rejuvenecer el discurso feminista.
El feminismo como objetivo y como ideología
En líneas generales podemos afirmar que los objetivos concretos más difundidos del feminismo hoy no suscitan grandes discrepancias; los lemas que se han aireado en la huelga feminista están básicamente asumidos por todas: igualdad salarial, reparto de los cuidados, erradicación del maltrato y de las agresiones y de los abusos sexuales. A estas se pueden unir otras reivindicaciones más minoritarias y polémicas: contra la norma heterosexual, por los derechos de los colectivos LGTBI y por los derechos de las trabajadoras del sexo. Sin embargo, el discurso que subyace o que se expresa abiertamente como discurso feminista mayoritario presenta determinados rasgos que suscitan algunas discrepancias, como las manifestadas ya en los orígenes del movimiento, y que hoy se unen a ciertos posicionamientos propios de una democracia en retroceso. No obstante, el reparo ante algunos de estos rasgos no invalida, en absoluto, lo positivo y liberador tiene el feminismo en la actualidad.
Los principales problemas se derivan de dos postulados característicos de algunas corrientes feministas: la confusión del plano estructural con el individual y la conversión del feminismo en un movimiento identitario, muy en la corriente de la actual deriva de los movimientos sociopolíticos.
Por lo que se refiere a la primera cuestión, hay una tendencia a desplazar las responsabilidades derivadas de una sociedad todavía marcadamente patriarcal hacia los individuos del género masculino. No es que no existan culpas, privilegios y complicidades individuales entre los hombres, pero ello no puede hacernos olvidar que tanto hombres como mujeres nos hemos educado, formado y hemos vivido en una sociedad en la que las mujeres hemos ocupado un papel determinado, habitualmente subordinado al género masculino. Precisamente por eso, el movimiento feminista, ya desde el siglo XIX, dirigió sus demandas principalmente a los gobiernos y a las instituciones para exigir cambios radicales en las leyes, normas y costumbres. Al mismo tiempo, el feminismo pretendía dirigirse a toda la sociedad para lograr cambios en la conciencia y en el comportamiento social, mediante la educación, la sensibilización y la difusión de sus justas demandas, de suerte que entre todos se pudiera alcanzar una sociedad más igualitaria, justa y libre. La lucha contra los individuos quedaba reducida a las denuncias de graves abusos perpetrados por personas concretas para las que se pedía la acción de la justicia.
En la medida en que se fueron aprobando leyes más justas e igualitarias para las mujeres, las instituciones y algunos grupos feministas a ellas vinculados tal vez creyeron haber hecho lo suficiente y desplazaron en parte su acción a culpabilizar a los individuos, pero no solo a los individuos concretos que incumplían las leyes o presentaban un comportamiento gravemente machista, sino al género masculino en su conjunto. No se trata ya solo de prevenir una agresión o reeducar a un probable machista, sino de dirigirse a todo el género masculino como posible y, quizá probable agresor, dominador o abusador de sus privilegios masculinos. El género masculino es culpable de machismo hasta que no demuestre su inocencia y buen comportamiento.
Paralelamente, el género femenino (“la mujer”) es, también por definición, la eterna víctima, siempre dominada, subyugada, maltratada y agredida, independientemente de su condición social, su estatus, profesión, etnia. Porque resulta que si una mujer es agredida o maltratada, lo somos todas las mujeres. Sin embargo, no hay razón para que las mujeres se sientan más horrorizadas cuando un hombre mata a su pareja que cuando un ultra, por ejemplo, mata a un mendigo, ni han de sentir más rechazo que el que sienta un varón que muestre su empatía y su repudio de la violencia. ¿Cómo se puede entrar en estas subjetividades, no ya personales, sino sociales?
A este victimismo contribuye la predisposición de ciertos sectores del feminismo a afirmar que toda discriminación es violencia. En un principio, en el feminismo se reservaba el término violencia para el dominio o el abuso ejercido mediante el uso de la fuerza física o psicológica, especialmente la ejercida en el acoso sexual, la violación o en el maltrato doméstico, porque si a todo llamamos violencia, ¿qué nombre reservamos para el maltrato físico o psicológico y la violencia sexual, dos de las lacras más graves que sufren todavía muchas mujeres en nuestra sociedad?
Proteccionismo que limita la autonomía personal
Para la mujer-víctima se reclaman constantemente leyes y disposiciones que la protejan y la defiendan, y aunque estas medidas sean necesarias, sin embargo se desconsidera la capacidad de autodeterminación de las mujeres, y no se tiene en cuenta la importancia de fortalecer la autonomía personal, como ocurre con la exigencia de denuncia y las órdenes automáticas de protección y alejamiento en los casos de maltrato, sin tener en cuenta las opiniones y deseos de las mujeres. La misma desconsideración de la capacidad de decidir se manifiesta cuando se considera que las prostitutas están siempre obligadas o forzadas, confundiendo deliberadamente la trata con la libre decisión, o cuando se decide que ninguna mujer en su sano “juicio femenino” se prestaría a una gestación subrogada.
Un movimiento identitario
Otro problema emana de tratar de construir un movimiento fuertemente identitario. El feminismo contemporáneo nace y se desarrolla en la que podríamos llamar etapa de transición entre la modernidad y la postmodernidad. Por una parte, las grandes luchas sociales interclasistas: del proletariado contra la burguesía; de los pobres contra los ricos, de los colonizados contra los colonizadores, y las grandes luchas ideológicas: del comunismo contra el capitalismo, de la democracia contra el nazismo y el fascismo, en las que los contendientes se veían atravesados por distintas identidades étnicas, nacionales, ideológicas y sexuales (o de género). Y por otra parte, las luchas identitarias: étnicas (black power), religiosas (islamismo), nacionales (los Balcanes)… En este contexto renace la lucha feminista.
En un primer momento, las mujeres que inician este movimiento probablemente no tenían un proyecto identitario claro; de hecho, la mayoría procedían de las luchas sociales y del campo de la izquierda. Pasado el tiempo, sin embargo, por la evolución de los contextos nacionales e internacionales o por la propia evolución interna del movimiento, al final se encontraron afirmando una identidad fuerte—la femenina—, frente a otra igualmente blindada—la identidad masculina—. Bien es cierto que a partir de los noventa el propio movimiento pone sobre la mesa las diferencias entre las mujeres (étnicas y de preferencia sexual, principalmente) y posteriormente se cuestiona el concepto de género y, por tanto, la identidad fuerte, pero estos cuestionamientos preocupan a sectores minoritarios, o quizá amplios pero menos visibles en el movimiento feminista organizado, el cual, en su perfil más conocido, sigue apareciendo como un movimiento de mujeres, de todas las mujeres, con una identidad de género claramente diferenciada, si no opuesta, al género masculino. Así, las explotaciones, los objetivos y los intereses son comunes a todas las mujeres. Por ejemplo, en las últimas movilizaciones se exigía poner fin a la brecha salarial y se ponían ejemplos de diferencias salariales entre directores de cine, presentadores de televisión, catedráticos de Universidad de ambos sexos…, desigualdades ciertas e injustificables, pero… ¿cómo relacionarlas con los 2,5 euros por hora que cobran las camareras de piso de los hoteles? ¿No tienen estas más que ver con los contratos precarios y abusivos de camareros, repartidores, peones de la construcción, a pesar de la innegable diferencia salarial por razón de género? Sobre todo si tenemos en cuenta el creciente proceso de acentuación de las desigualdades económicas y sociales en la actual coyuntura².
Por otra parte, al establecer un estricto binarismo de género, clasificando el sexo y género en dos formas opuestas que se identifican rígidamente con lo masculino y lo femenino, al construir una identidad femenina rígida, queda poco campo para las ambigüedades. Así en amplios sectores del feminismo se ve con sospecha y desconfianza al movimiento LGTBI y en concreto al transgénero y no se comprende que se adopte una identidad débil o mutable, ni se entiende el deseo de tránsito de género.
Consecuencias
Basándose en esta concepción del género y en esta identidad femenina fuerte, esta versión del feminismo se ha hecho doctrinaria y dogmática en determinados sectores del movimiento. Es un feminismo que decide cuáles son los intereses de la mujer, establece la ética feminista, fija la sexualidad feminista normativa y, finalmente, sentencia quién o qué es feminista o no lo es. Son algunas feministas las que establecen en qué consiste ser feminista y quiénes traicionan los ideales feministas. Promueven una ética que no admite discrepancias y las disidentes son rechazadas por engañadas o vulneradoras de esos principios éticos. Así, las mujeres que defienden los derechos de las prostitutas, y qué decir de las propias prostitutas, están violando los sagrados principios del feminismo.
Esta identidad feminista fija principalmente en el cuerpo sexuado la identidad o la imagen femenina. La protección de la mujer es, sobre todo, la protección de su cuerpo. Por ello se entiende que toda intervención ajena es un atentado a la dignidad e integridad de la mujer. En donde más claramente se manifiesta la pretendida protección de la dignidad de la mujer es en el rechazo a la representación de las mujeres desnudas o con actitudes “provocadoras”, ya sea con fines estéticos, eróticos o publicitarios, y se desconfía de las mujeres que voluntariamente, por las razones que sean (publicitarias, crematísticas…), exponen su cuerpo, olvidando que la dignidad está íntimamente ligada al respeto a su autonomía y a sus decisiones. En los primeros tiempos del feminismo unitario predominaba el entusiasmo por la liberación sexual, el abandono del puritanismo y del pudor a que la educación religiosa y retrógrada del franquismo nos había constreñido; sin embargo, la influencia del feminismo cultural estadounidense pronto se dejó sentir. No se comprende que las mujeres puedan sentirse orgullosas o cómodas con mostrar su cuerpo y su sexualidad, porque consideran que se están exponiendo a los deseos eróticos o sexuales incontrolados de los hombres. Esta idea está explícitamente argumentada en la condena a la pornografía, que lejos de ser considerada como una forma lícita de obtener placer, tanto para hombres como para mujeres, se ve como una incitación a la violación, y sin embargo, la pornografía responde en realidad a las fantasías sexuales, al deseo y no al orden de la realidad y del acto.
El análisis, la censura, la crítica y el castigo
“Se ha creado la impresión de un ambiente de agresividad masculina generalizada y de un peligro constante para las mujeres”, afirma la autora
La discriminación, la desigualdad y, a veces, el sometimiento de las mujeres siguen formando parte de nuestra vida social y personal. Ante esta situación, el feminismo denuncia y se moviliza, como hemos visto en los últimos tiempos. Pero, además, algunos sectores mantienen ciertas actitudes que parecen más dudosas, como es el abuso al recurso de la denuncia judicial y de la censura. Es importante para combatir el machismo que las agresiones (malos tratos, violaciones, abusos sexuales…) se denuncien ante los tribunales y ante la opinión pública, aunque no me parecen defendibles las denuncias anónimas contra personas concretas en las redes sociales. Bien es cierto que los tribunales de justicia pueden ser poco o nada sensibles a las exigencias de las mujeres y también que el Código Penal puede ser claramente mejorable en su tratamiento de las agresiones sexuales, como ha puesto de manifiesto la reciente sentencia de “la manada”, pero ello no impide que sigamos denunciando y exigiendo sentencias justas y reformas legales pertinentes.
Sin embargo, al recurrir a los tribunales, se plantean problemas que es preciso tener en cuenta y que muestran las causas por las que muchas mujeres son reacias a denunciar los malos tratos; tampoco se pueden minimizar los problemas que las denuncias por violación o acoso sexual suponen para algunas mujeres, que prefieren no pasar por el calvario de un juicio o una exposición pública de su agresión, máxime con el comportamiento que últimamente han tenido los medios de comunicación, aireando todo tipo de comentarios, juicios y opiniones sobre las vidas privadas.
Otra cuestión a tener en cuenta es que, por muy indignante que resulte una agresión machista y aunque se denuncie, no es posible abstraerse del derecho a la presunción de inocencia del acusado y su derecho a la defensa efectiva y a no reconocer su culpabilidad ante los tribunales. El movimiento feminista hace la denuncia y exige justicia, pero no juzga ni dicta la sentencia, aunque se reserve el derecho de criticar sentencias y tribunales y de movilizarse como protesta.
En la última campaña de ámbito internacional contra el acoso sexual bajo la etiqueta #MeToo, que ha alcanzado un inusitado protagonismo, y las polémicas suscitadas, se consiguió hacer relevante ante la opinión pública un verdadero problema que genera sufrimiento a muchas mujeres. Pero en la campaña hay algunos aspectos sobre los que conviene reflexionar. Se ha tendido a mezclar conductas gravemente criminales, como las agresiones ejercidas haciendo gala de violencia, intimidación o poder, con otras conductas que, si bien pueden ser rechazables, no presentan la misma gravedad: acosos de menor intensidad, muchas veces ejercido por amigos o compañeros de trabajo, como puede ser un tocamiento o un beso no deseados, una invitación insistente, ciertas miradas “lascivas”, los chistes verdes e inclusos requiebros y piropos que pueden molestar u ofender a algunas mujeres, mientras que a otras les resulta indiferente. Hay conductas que constituyen delitos y que siempre o casi siempre se deben denunciar, pero hay otros comportamientos a los que las mujeres pueden y deben responder con su protesta y su rechazo; esta es la mejor manera de hacer ver a los acosadores el derecho de las mujeres a su libertad sexual y a su autonomía. También es importante la actividad educativa en los centros de trabajo o de estudio que se pueden activar desde los planes de igualdad, por ejemplo.
El problema es que al aparecer todos estos comportamientos, más o menos agresivos, ante la opinión pública y con insistente publicidad, se creó la impresión de un ambiente de agresividad masculina generalizada y de un peligro constante para las mujeres; es decir, se dio lugar a lo que podemos considerar un “pánico moral”. Los pánicos morales tienen como base, habitualmente, algún hecho o varios hechos reales que tienden a generalizarse y a convertirse en “pánicos”³. Aunque no exclusivamente relacionados con la sexualidad, hemos tenido ejemplos que se aproximan a crear una situación de alerta generalizada. Hace unos años fue el bullying o acoso escolar: parecía que los centros escolares se estaban convirtiendo en centros de tortura. El maltrato en la pareja es otro ejemplo; sin querer minimizar su importancia, el foco se pone en los asesinatos, y parece que todas las mujeres corremos serio peligro de acabar nuestros días bajo “el hacha del verdugo”. Frases del movimiento feminista, como “nos están matando” o “España no es un país para mujeres” son indicativas de este estado de ánimo. Al mismo tiempo, se difunden datos de encuestas que arrojan una situación de violencia muy extendida entre la población, especialmente la juvenil, entre otras razones porque las encuestas no establecen claramente una diferencia entre el maltrato con el no tratarse siempre bien; sin embargo, algunas investigadoras sostienen que, si bien en la adolescencia y juventud perviven comportamientos violentos, ningún estudio demuestra que la juventud sea más violenta que el resto de la población o que lo sea más que en el pasado. Ahora puede ocurrir lo mismo con el acoso sexual.
Los delitos de odio
Nos encontramos, a veces, con la expresión de ideas y comportamientos que no implican violencia o coacción física, sino verbal, figurativa, plástica, musical…, que no suponen acoso sexual o que no incitan abiertamente a la violencia, aunque puedan hacerlo de manera indirecta. Con frecuencia, estas expresiones tienen un contenido racista, antisemita, homofóbico o misógino. La gravedad de estos ataques ha llevado al legislador a introducir en el Código Penal la tipificación de los “delitos de odio” (art. 515.4º). Este nuevo artículo ha recibido numerosas críticas desde ámbitos jurídicos y democráticos porque su redacción es sumamente ambigua y general y permite la tipificación como delito de aquellas críticas o descalificaciones dirigidas contra quienes no nos gustan, desaprobamos o incluso hasta odiamos, ¿pero acaso es delito odiar? El Código Penal es un instrumento que solo en última instancia se debe utilizar, y sin embargo, los poderes públicos recurren a los tribunales cada vez con más frecuencia para abordar los problemas sociales y políticos, haciendo dejadez de su responsabilidad como dirigentes democráticamente elegidos. No parece oportuno que el feminismo y el movimiento LGTBI invoquen este artículo del CP sobre delitos de odio; su denuncia debe centrarse, como han hecho siempre, en la crítica y en la movilización social.
Otras veces, sin que se presente denuncia judicial, se alzan voces desde el feminismo y desde los Institutos de la mujer que piden a la Administración que prohíba, retire o censure determinadas manifestaciones, lemas, artículos o carteles que son discriminatorios o que denigran verbal o visualmente a determinados colectivos o que lesionan el principio de igualdad. En estos casosdebería predominar la libertad de expresión y no la prohibición o censura; en cambio, se debe ejercer con firmeza el derecho a la crítica ante cualquier ataque a la dignidad e igualdad de las personas. Por otra parte, el sentido denigratorio de algunas de estas expresiones es discutible o, en todo caso, opinable, como las representaciones o referencias al cuerpo femenino o a su sexualidad, cosa que ocurre con frecuencia en el ámbito de la publicidad.
Los estereotipos. El arte, la literatura
En el movimiento feminista se han combatido los estereotipos que han moldeado en parte nuestra cultura; es decir, los papeles, características y rasgos que se atribuyen a la masculinidad y a la feminidad y que, en gran parte, contribuyen a mantener la situación de desigualdad y la heterosexualidad como norma. Es importante desvelar y tratar de superar la influencia de estos estereotipos tal como se dan en la vida real, en la relación entre las personas, en las relaciones sociales, en las costumbres, en la educación, etc.
Blanco de las críticas feministas suelen ser a algunos aspectos de la cultura popular y tradicional: canciones, chistes, monólogos, refranes… Sin embargo estas manifestaciones son actos culturales que pueden analizarse, si es el caso, en su contexto histórico y social, pero respetando y, ¿por qué no?, disfrutando o divirtiéndose con su expresión.
Más grave parece la creciente tendencia a la crítica y a la censura de determinadas obras de arte o de literatura que no se ajustan a lo políticamente correcto, especialmente en el ámbito de lo sexual (aunque no solo). Se han censurado y prohibido en exposiciones y museos obras de reconocidos artistas, como fotografías de Mapplethorpe o cuadros del pintor austriaco del siglo XIX, Egon Schiele, y se han criticado como perniciosas y ofensivas novelas como Lolita, de Vladimir Nobokov o Memoria de mis putas tristes, de García Márquez. Si seguimos en esta dinámica acabaremos tapando los genitales de nuestras esculturas, como en el Museo Vaticano, o retirando de su exposición obras como El rapto de las sabinas (¿incita a la violación?) y, en justa reciprocidad, las obras de Caravaggio, Judith y Holofernes (Judith seduce a Holofernes para poder cortarle la cabeza) o Salomé y la cabeza del Bautista… Es cuanto a la literatura, pocas obras maestras se salvarían, y podría quizá empezarse por prohibir una de las más grandiosas obras teatrales, la Medea de Eurípides, porque ¡ay¡ Medea mata a sus hijos para vengarse de su amante.
Lo mismo que al hablar de la pornografía y de las fantasías sexuales distinguíamos entre lo vivido y lo soñado o imaginado, en el caso del arte y de la literatura hemos de tener en cuenta que se dirigen a nuestras emociones, a nuestra capacidad de percibir la belleza, el dolor y el horror, la bondad y la maldad y también a nuestra razón. Pero no son obras didácticas, no nos muestran cómo debe ser la vida, sino cómo el artista percibe en un momento dado las emociones, la pasión, el sentimiento o la razón, y los lectores lo perciben como les parece en el momento de su contemplación o su lectura. Se espera que las personas adultas hayan desarrollado suficiente criterio para comprender, disfrutar o rechazar lo que se les ofrece.
Notas al pie:
En El feminismo que no llegó al poder (Talasa 2009) intenté destacar las principales polémicas planteadas a lo largo de casi treinta años, tomando partido en ellas desde mi punto de vista y el del colectivo feminista al que me sentía vinculada.

Es preciso constatar que el movimiento feminista también se muestra solidario y participa en la defensa de otras causas, como la de los pensionistas, lo inmigrantes o los refugiados, por poner algunos ejemplos.

Jeffrey Weeks denomina “pánico moral” a aquellos momentos sociales en los que la sexualidad se convierte en un terreno propicio para canalizar diversas ansiedades y temores sociales más amplios.

"'La manada' va a significar un antes y un después en la conciencia crítica con respecto a la violencia sexual"


Violencia sexual & Feminismo



Ana Sánchez Borroy
www.eldiario.es

Entrevista a Rosa Cobo, profesora de Sociología del Género en la Universidad de La Coruña "La violencia contra las mujeres es, en realidad, el centro del relato pornográfico" "No es posible acabar con la violencia sexual si un 40% de la población masculina ve normal que los hombres accedan al cuerpo de las mujeres por dinero" "Lo único que ha hecho el feminismo es ensanchar la democracia"

Rosa Cobo, profesora de Sociología del Género en la Universidad de La Coruña Juan Manzanara / Zaragoza

  El Instituto Aragonés de la Mujer celebró la primera semana de Julio su  XXV aniversario y ha impulsado la I Escuela de Pensamiento Feminista. Una de las ponentes fue la profesora de Sociología del Género en la Universidad de La Coruña Rosa Cobo (La Cavada, 1956). Su conferencia llevaba por título '¿Prácticas culturales o prácticas patriarcales? Respuestas desde el feminismo'.

¿Asumimos como culturales prácticas que son claramente patriarcales?

La cuestión clave es la discusión sobre las prácticas de las distintas comunidades culturales. Es decir, el debate es si las culturas son sagradas y si las prácticas culturales también. ¿Hasta qué punto son interpelables las prácticas culturales? ¿Hasta qué punto se pueden cuestionar las culturas? La respuesta sería que todas las culturas son respetables, pero no lo son todas las prácticas culturales. Aquellas prácticas culturales que no promueven la igualdad, que enfatizan y defienden la desigualdad, que no defienden los derechos humanos no son respetables, no son dignas de protección y se deben interpelar.

En la cultura occidental, ¿cuáles serían esas prácticas que deberíamos interpelar?

Todas aquellas que promueven la desigualdad de las mujeres deben ser puestas en cuestión. Hay prácticas que tienen que ver con la hipersexualización de las mujeres; tienen que ser necesariamente interpeladas porque esencializan a las mujeres, nos contemplan como si fuésemos meramente objetos, mercancías, cosas. Por ejemplo, todos aquellos valores relacionados con el canon de belleza. Todas aquellas prácticas que no nos fortalecen como individuos, como sujetos, deben ser cuestionadas.

¿Qué consecuencias tiene que estas prácticas sigan vigentes?

Que aquellas prácticas que, con el paso del tiempo, se hacen dominantes, hegemónicas, contribuyen a formar una imagen de lo que es la mujer. En esa imagen se miran nuestras chicas, nuestras adolescentes y se encuentran con que se está construyendo una identidad de lo femenino articulada en torno al atractivo sexual y físico. Ese espejo en el que se miran nuestras niñas y adolescentes las coloca en una posición de objetualización y de cosificación.

Hablamos mucho de auge del feminismo desde el pasado 8 de marzo, pero ¿cree que se están cuestionando esas prácticas realmente?

No se podría decir de una forma completamente homogénea. Hay sectores sociales que defienden esas prácticas dominantes, por ejemplo, esa imagen tradicional e hipersexualizada de lo que deben ser las mujeres. Después, hay otros sectores sociales que cuestionan esa imagen. ¿Quiénes? Pues yo creo que lo cuestionan, en primer lugar y fundamentalmente, el feminismo: el feminismo como marco teórico y conceptual, pero también como movimiento social. Los dos procesos que más atan a las mujeres son los que tienen que ver con su objetualización y con su mercantilización. Es decir, ese canon de belleza tan exagerado, al que ninguna mujer nos podemos casi ni acercar, que es prácticamente imposible. O todo lo que tiene que ver con la cirugía estética o con la imagen en la publicidad y la pornografía... Esa imagen, en primer lugar, nos objetualiza, nos convierte en cosas, en una imagen que erosiona nuestra subjetividad y nuestra individualidad. Pero, por otra parte, esa imagen y estos valores dominantes se utilizan como mercancías en el mercado capitalista neoliberal.

¿Se pueden aplicar medidas concretas contra estos dos procesos?

Se pueden hacer muchas cosas; otra cosa es que haya voluntad política y recursos para hacerlo. Lo primero que sería imprescindible es que en Primaria, Secundaria y en las Universidades, la igualdad entre niños y niñas, entre hombres y mujeres, forme parte del currículum. Eso es fundamental. El profesorado tiene que formarse para que los chicos y chicas reciban talleres sobre educación afectivo sexual y educación en igualdad. Introducir la igualdad dentro del currículum es fundamental para modificar esa identidad de lo femenino y de lo masculino, que están construidas jerárquicamente. La segunda cuestión que creo que es imprescindible es "meter mano" a la pornografía, que se comienza a ver a los once años y se ha convertido en la gran fórmula de educación sexual, sobre todo, para nuestros chicos; también para nuestras chicas, pero muchísimo menos. La pornografía, como una buenísima parte de la publicidad, ofrece imágenes hipersexualizadas de las mujeres y también la visión de que las mujeres, en realidad, obtienen gratificación y placer con un tipo de sexualidad en el que se ejerce violencia sobre ellas. No se puede dejar la pornografía en abierto. La publicidad también debe ser regulada de alguna forma. Además, no debería haber ninguna institución ni ningún espacio de poder que no sea paritario, porque cuando niños y niñas ven que sólo aparecen hombres en cualquier espacio valorado socialmente, parecerá que poder y masculino son sinónimos; esa idea se irá asentando en el imaginario de nuestros chicos y chicas. También es importantísimo, por ejemplo, que los chicos no se socialicen en la idea del ejercicio masculino de una sexualidad hegemónica que se traduce muchas veces en acoso o en violencia. En el último estudio importante que se ha hecho al respecto se explica cómo hay muchos chicos que no conceptualizan como violencia tener gestos de agresividad o de control hacia las chicas. Hay un campo enorme para hacer políticas públicas en las que se tienen que desactivar esas prácticas.

¿Está esperanzada con el nuevo gobierno de Pedro Sánchez?

Pues sí, la verdad es que sí que estoy esperanzada. No sé exactamente cuál va a ser el recorrido del nuevo gobierno, tampoco si va a tener mucho o poco margen de maniobra, pero la primera esperanza tiene que ver con que no debe ocupar el gobierno un partido en el que no sólo varios de sus miembros han sido acusados de corrupción, sino también la propia financiación del partido. También me alegra muchísimo que haya un gobierno que tiene un compromiso explícito con la igualdad, que tiene una posición crítica hacia la prostitución, la pornografía y los vientres de alquiler.

En Aragón, el Instituto Aragonés de la Mujer se ha decidido a organizar una I Escuela de Pensamiento Feminista, en la que usted ha participado esta semana. ¿Le parecen buena idea las iniciativas para difundir el pensamiento feminista?

A mí me parece que es imprescindible, fundamental, indispensable. El feminismo en una tradición intelectual y un movimiento social con tres siglos de historia que lo único que ha hecho es proporcionar calidad democrática, ensanchar la democracia de las sociedades en las que se desarrolla. Pese a eso, el feminismo, tanto en la tradición intelectual, en el movimiento social, como en las políticas públicas dentro del poder político, muchas veces es fuertemente cuestionado. Entonces, que haya espacios de formación en los que se trate de explicar que el feminismo ha civilizado las sociedades en las que se desarrolla, ha ensanchado la democracia y proporciona contenido a la ciudadanía, a mí me parece una tarea indispensable. Y creo que todas las instituciones democráticas tienen que ponerse al servicio de cuáles son los objetivos del feminismo. Y los objetivos son que la igualdad se convierta en una realidad para niños, niñas, hombres y mujeres.

¿Qué debates del feminismo actual le parecen más interesantes?

A mí particularmente el debate que más me interesa es el debate en torno a la pornografía, la prostitución y los vientres de alquiler. Por una razón: porque se inscribe en un debate más amplio, que es la violencia sexual, que es quizá la preocupación fundamental de las chicas y de las mujeres, no sólo en el territorio español. Están apareciendo como un problema real las diversas formas de violencia sexual contra las mujeres en Chile, Argentina, Irán, en muchísimos sitios... Hacer políticas para poder neutralizar, desactivar, la violencia sexual me parece fundamental. Para acabar con la violencia contra las mujeres, es necesario acabar con la prostitución, con la pornografía y no dejar que crezca el mercado de los vientres de alquiler. Cuatro hombres de cada diez en España acuden a la prostitución. ¿Puede conseguirse una sociedad igualitaria en la que existen realidades sociales como la prostitución, en la que los varones pueden desarrollar hasta extremos inimaginables la masculinidad hegemónica, la hiper masculinidad? Pensamos que no, que no es posible que desaparezca la violencia si ese 40% de la población masculina española no deja de ver como normal que los hombres puedan acceder sexualmente al cuerpo de las mujeres por dinero. Tampoco es posible alcanzar la igualdad ni que desaparezca la violencia sexual si la pornografía se convierte en la gran instancia de educación sexual de nuestros chicos y chicas, donde la violencia contra las mujeres es, en realidad, el centro del relato pornográfico.

¿Cree que el caso de "la manada" está consiguiendo despertar conciencia feminista?

El caso de 'la manada' ha sido muy doloroso, muy amargo y muy desdichado. Hubiese sido infinitamente mejor que no hubiese ocurrido. Pero, ciertamente, ha sucedido en medio de esta cuarta ola feminista que estamos viviendo, en medio de toda esta ola de aumento de la conciencia crítica feminista y de aumento de las movilizaciones sociales. Desde esta perspectiva sí tengo la impresión de que lo que ha sucedido con 'la manada' va a significar un antes y un después en la conciencia crítica con respecto a la violencia sexual. El de 'la manada' ha sido un caso fundamental, pero ha habido otros con quizá menos cobertura mediática, como la violencia sexual contra las temporeras de la fresa en Huelva. Ambos son paradigmáticos de lo que no debe ocurrir: que a mayor vulnerabilidad, siempre haya más violencia sexual. En 'la manada', una chica sola, a las tantas de la mañana, que había bebido: eso es vulnerabilidad. En las temporeras de la fresa, son mujeres que vienen a trabajar doce horas diarias, que se les paga poco, que están desarraigadas, que están a merced del capataz…. Tenemos que darle visibilidad para obligar a que esos que yo llamo 'bárbaros del patriarcado' detengan esa violencia contra algunas de estas mujeres. Y ambos casos son paradigmáticos también de cómo se está articulando una nueva conciencia crítica contra la violencia sexual.

Fuente: https://www.eldiario.es/aragon/sociedad/significar-despues-conciencia-respecto-violencia_0_790221069.html