El consentimiento es la diferencia entre seducir y hostigar, afirman expertos
Las caricias, comentarios sugestivos e invitaciones
insistentes a salir con alguien puede ser considerado parte del coqueteo
y del proceso de seducción, pero también pasa a una forma de acoso y
hostigamiento sexual; una clave para diferenciarlo es el consentimiento,
indicaron especialistas.
Claudio Tzompantzi Miguel, sociólogo, especialista en sexualidad y
académico de la Facultad de Sicología de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), asegura que para cortejar se ha enseñado que
son los hombres quienes tienen que tomar la iniciativa, insistir y
ganarse a las mujeres, mientras ellas tienen que mostrar resistencia
para que no sean calificadas como
fáciles.
Las líneas de seducción, agregó,
han sido dejadas muy a la ligera, digamos que nunca las hemos cuestionado. Están ahí, pero pareciera ser que nos preocupan cuando las mismas reglas que están supuestamente para una relación sin violencia son iguales a las que son con violencia.
El cortejo
Al respecto, José Gabriel Licea Muñoz, sicólogo y
fundador de Equidad, Bienestar y Salud, colectivo que trabaja con
hombres en la construcción de la igualdad de género, afirmó que es
difícil distinguir entre acoso y cortejo,
sobre todo cuando una mujer, desde su construcción de la identidad, se plantea que si ella cede a la primera aun cuando también le interese pueda verse mal, y ante esto los hombres también suelen persistir.
Por eso, los especialistas indican que es necesario hablar con la
persona y no olvidar la lectura corporal. Si quien está siendo cortejado
dice que no o muestra rechazo con su cuerpo, se debe aceptar el no, y
en caso de mandar dobles señales, mejor preguntar directamente.
El debate en torno a este tema tomó fuerza luego de la ola de
denuncias sobre presuntos casos de acoso y hostigamiento sexual, varias
hechas de forma anónima, que se difundieron a través de la etiqueta
#MeToo, y en el que una tras una acusación en Twitter el músico y
escritor Armando Vega-Gil se suicidara.
En un documento sobre hostigamiento y acoso sexual, la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) señala que el primero es el
ejercicio del poder en una relación de subordinación real de la víctima
frente al agresor en los ámbitos laboral y/o escolar, y el segundo es
cualquier comportamiento –físico o verbal– de naturaleza sexual que
tenga el propósito o produzca el efecto de atentar contra la dignidad de
una persona.
Violencia física y verbal
Refiere que entre las acciones que constituyen alguno de
estos dos delitos, en lo físico es violencia, tocamientos, pellizcos,
caricias, acercamientos innecesarios, abrazos o besos que no son
deseados. En lo verbal están los comentarios y preguntas sobre el
aspecto, el estilo de vida, la orientación sexual, comentarios o bromas
sugestivas, invitaciones no deseadas para tener sexo o persistentes
peticiones para salir a citas, entre otras.
Los especialistas dijeron que las dificultades que se presentan por acoso, hostigamiento y seducción o coqueteo
son sorpresivospara los hombres, y junto con otros cambios en los ámbitos laboral, educativo y doméstico han hecho que cuestionen su masculinidad.
Y si bien
una parte de la población lo toma todavía como posibilidad, la gran mayoría lo ve como un reto
a esa masculinidad rígida, hegemónica y machista, dijo Tzompantzi Miguel.
René López Pérez, responsable de investigación de género y desarrollo, dijo que los varones han tenido
poca posibilidad de cuestionar muchas formas en las que hemos aprendido a ser hombres. Por eso pidió hacer un autoanálisis:
Comprender que hemos actuado de una manera, no necesariamente porque seamos buenos o malossino por lo socialmente aprendido.
Jessica Xantomila
Periódico La Jornada
Lunes 8 de abril de 2019, p. 8
Lunes 8 de abril de 2019, p. 8
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