“Yo ya no espero justicia porque la veo muy lejos después de tanto…”;
respondió la hermana de María Elena, a un mensaje de texto del fiscal de
Oaxaca, Rubén Vasconcelos Méndez quien le solicitó reunirse para revisión de
las investigaciones. La petición surgió luego de que la familia difundiera en
medios de comunicación el olvido y la indiferencia de las autoridades sobre
este caso de violencia de género que representa el primero del que se tiene
registro en Oaxaca y el cuarto a nivel nacional.
“Yo estaba por no interrumpir las averiguaciones, había permanecido
callada para no entorpecer el proceso, pero ahora ya estoy desesperada por la
salud de mi hermana. Ella entró a una última cirugía y no me habían dicho nada,
hasta hoy, de que no habían tenido éxito”, señala la hermana quien autorizó
citarla como fuente pero con la omisión de su nombre.
La mujer, de profesión abogada, precisó que la mayoría de los injertos
colocados en la primera operación fueron rechazados a la tercera semana. Hace
15 días volvieron a intervenir a María Elena; le retiraron más piel en busca de
un injerto exitoso, pero el intento fracasó.
Durante la última reunión realizada con el fiscal, Rubén Vasconcelos
Méndez, la familia le hizo saber que ya no le interesaba conocer de los avances
en las investigaciones sino la ayuda para trasladar a María Elena a otro
hospital especializado sobre quemaduras.
“En ese momento le marcó al secretario de salud y lo puso en altavoz, el
secretario me dijo que estaban en eso y que verían si se podía hacer el
traslado a la Ciudad de México, que me resolvían en tres o cuatro horas.
Pasaron 15 días después de las 4 horas que ellos me dijeron y no he recibido
ninguna atención en trasladar a mi hermana”, expuso.
Durante los tres meses transcurridos, María Elena ha sido internada en
tres ocasiones en el Hospital Civil Doctor Aurelio Valdivieso ubicado en la
capital del estado nosocomio que no es especialista en atención de quemaduras.
La familia también solicitó ayuda directa al presidente Andrés Manuel
López Obrador, durante una gira de trabajo por la entidad. En aquella ocasión
el mandatario encomendó a la delegada especial Nancy Ortiz, dar seguimiento al
caso. A su vez la delegada remitió el asunto a personal a su cargo, quien lo
único que ofreció fue una beca dentro del rubro de personas con discapacidad.
“Eso fue una burla, una falta de respeto porque lo que buscábamos era justicia
y atención médica adecuada”, expuso la abogada.
Los hechos y los indicios
El 9 de septiembre de 2019, María Elena fue atacada en el interior de su
domicilio el cual utilizaba como oficina en la gestoría de trámites. El agresor
material la contactó vía telefónica e hizo una cita, al llegar al lugar María
Elena le pidió que tomara asiento mientras ella tomaba algunos datos, minutos
más tarde, el agresor le lanzó un líquido corrosivo directo al rostro. La joven
fue auxiliada por su madre quien en ese momento se encontraba en casa.
En su momento, la presidenta municipal de Huajuapan de León, Juanita
Cruz Cruz, indicó que algunas cámaras de seguridad captaron al agresor en su
huída pero no el trayecto completo por falta de cámaras de seguridad en
distintos puntos.
La carpeta de investigación 31351/HUAJUPAN/2019 interpuesta ante la
fiscalía regional de la mixteca calificó lo ocurrido como lesiones de forma
dolosa, con modalidad simple pero de manera violenta.
La familia exigió que se investigara como intento de feminicidio, sin
embargo no fue considerado así.
Un exdiputado del PRI y empresario, principal sospechoso
La familia señaló como responsable del ataque con ácido al exdiputado
local del PRI, Juan Vera Carrizal y así quedó asentado en la carpeta de
investigación. La familia aportó pruebas.
Los registros de las llamadas telefónicas del agresor material, mensajes
de texto, así como vía Facebook enviados a María Elena, forma parte de los
indicios que -de acuerdo con la familia- tiene en su poder la Fiscalía de
Justicia de Oaxaca.
La investigación indica de las llamadas telefónicas que el agresor
material hizo a María Elena previo al ataque, fueron realizadas de un número
telefónico que únicamente tiene registro de ese uso y de un equipo telefónico
desde donde el autor intelectual habría hecho llamadas telefónicas a la familia
de María Elena para deslindarse de los hechos tras el reclamo directo que hizo
la víctima.
“A dos meses salieron las investigaciones, la fiscalía sabe de dónde
salieron las llamadas, tienen retrato hablado del agresor y la conexión de
cruces de vía telefónica con este ex diputado, pero no han hecho nada”, afirma
la hermana de María Elena.
“Necesitamos ayuda para mi hermana en un hospital especial, particular y
de alta especialidad, ya sea dentro o fuera del país, esa ha sido mi petición
porque la justicia está muy lejos de nosotros pero mi hermana está sufriendo y
eso sí que nosotros ya no queremos. El gobierno puede ayudarla y no ha hecho
nada”, declaró.
Ataque con ácido, crimen de odio
En el país, los ataques con ácido se han presentado en la Ciudad de
México, Puebla, Estado de México y en Oaxaca. Este tipo de ataque no busca la
muerte de la víctima, sino afectar de manera permanente su vida debido a las
secuelas, pues el líquido destruye en instantes glóbulos oculares, párpados,
oídos, labios, nariz y boca.
Una revisión realizada a cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema
Nacional de Seguridad Pública evidencia que a pesar de lo grave que resultan
estos ataques las cifras son invisibles.
El crimen en expansión ha pasado desapercibido, entre otras expresiones
de violencia extrema.
Previo al cometido en contra de María Elena, de 26 años de edad, atacada
en Huajuapan de León, Oaxaca, la tarde del 9 de septiembre, se encuentran las
de dos mujeres, madre e hija, de 43 y 24 años, quienes fueron el blanco de un
hombre que les arrojó ácido en la cara en Puebla.
Otro más fue el cometido en contra de Kenny Finol, una joven de 26 años
de edad, que fuera hallada en Ecatepec, Estado de México con el rostro
carcomido por el ácido que le aventó su asesino.
Otros muchos casos también han sido documentos únicamente por medios
de comunicación. La desfiguración producida por el ácido lleva los daños
físicos a un plano psicológico, ya que las víctimas sufren depresión y
trastornos del cambio de apariencia.
Oaxaca, Oax.
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