Superaría las reservas de Bolivia
En la región limítrofe entre Chihuahua y Sonora, afectada
por la actividad del crimen organizado –ahí fue atacada la familia
Lebarón–, está el corazón de un negocio nunca antes explotado en el
país: el litio, mineral que está llamado a ser el
petróleo del futuro. Justo en esa zona México tiene un megayacimiento en desarrollo, con el cual se convertirá en uno de los mayores productores del mundo.
Dicha oportunidad no ha pasado inadvertida para la empresa canadiense
Bacanora Lithium y la china Ganfeng Lithium, las cuales se han
instalado en el municipio de Bacadéhuachi, ubicado en la sierra alta de
Sonora, con el objetivo de explorar un yacimiento que el grupo Mining
Technology calificó como
el mayor depósito de litio en desarrollo del mundo, el cual cuenta con reservas por 243 millones de toneladas.
Las reservas probadas y probables del yacimiento mexicano superan las
21 millones de toneladas del campo Uyuni en Bolivia; la diferencia,
explicó Carlos Alberto Jiménez, investigador y especialista de la
Facultad de Negocios de la Universidad La Salle, es que las del país
sudamericano están certificadas, es decir, hay certeza de que existen,
mientras las de México aún no lo están.
En el caso mexicano, la canadiense Bacanora ha comprobado la
existencia de 4.5 millones de toneladas, por lo cual realizará una
inversión de alrededor de 420 millones de dólares y se espera obtenga
más de mil millones de dólares.
En el caso mexicano, las empresas Bacanora y la china Ganfeng han
visto una gran oportunidad de negocio en un país donde la producción de
litio es inexistente, toda vez que los últimos datos de la Secretaría de
Economía revelan que en 2016 el país exportó tres kilogramos de este
mineral, lo que representó apenas 658 dólares; en contraste, se
importaron 219 mil kilogramos, equivalentes a 1.6 millones de dólares.
Actualmente en el país no se cuenta con ningún yacimiento de litio en explotación; no obstante, a la fecha se encuentran en etapa de exploración tres yacimientos que contienen este mineral en los estados de Baja California, San Luis Potosí-Zacatecas y Sonora, señala la dependencia en un documento de finales de 2018.
El mercado de litio en México está en nacimiento, al grado de que la
Secretaría de Economía asegura que hay importantes oportunidades de
inversión en esta industria, las cuales se ven sustentadas por varios
factores, como por ejemplo, la cercanía con Estados Unidos, la salida
natural al mercado del Pacífico, la posibilidad de establecer nuevas
formas de asociación y complementar las inversiones nacionales con
recursos externos.
De acuerdo con el catedrático, en los pasados cinco años el precio
del litio ha aumentado a un promedio anual de 15 por ciento, y en los
siguientes años será clave en el crecimiento de la industria automotriz,
por lo que su explotación y control es crucial para los principales
gobiernos del mundo.
Recientemente Bolivia se convirtió en el centro de atención de varias
empresas y países interesados en el desarrollo de autos eléctricos,
pues la nación sudamericana, donde un golpe de Estado derrocó al
presidente Evo Morales, tiene una reserva de alrededor de 21 millones de
toneladas de litio comprobadas, una de las más importantes del mundo.
De hecho, no son pocos los especialistas que aseguran que el cambio
de gobierno en el país sudamericano esconde intereses de Estados Unidos
por hacerse del control de este mineral, toda vez que Bolivia forma
junto con Argentina y Chile el llamado Triángulo del Litio, región que,
se estima, tiene 68 por ciento de las reservas mundiales probadas del
mineral.
La importancia del litio se debe a su uso en la elaboración de las
baterías de los autos eléctricos, un sector en pleno crecimiento, pero
también se puede usar en la industria del aluminio, vidrio y cerámica,
aire acondicionado, grasas y lubricantes, caucho sintético, y en pilas
de celulares, entre otros.
Proyecto sonorense
Este yacimiento, que encabeza el “El top 10 de
las las minas de litio más grandes del mundo” y fue concesionado durante
el sexenio del gobierno de Enrique Peña Nieto, tiene reservas probadas y
probables de 243 millones de toneladas. Lejos, en segundo lugar, se
encuentra Thacker Pass (Humboldt, Nevada, Estados Unidos), con 179.4
millones de toneladas. Bacanora, la empresa canadiense que encabeza el
proyecto, señaló en su estudio de viabilidad, que el yacimiento ubicado
en Sonora será una operación a cielo abierto a desarrollarse en dos
etapas, con una primera capacidad de producción de 17 mil 500 toneladas
anuales de litio, mientras en la segunda la duplicará a 35 mil.
Asimismo, se espera que su vida sea de 19 años.
México debe trabajar más en el desarrollo de su industria del litio,
pero de alcanzar dichos objetivos se metería de lleno en la élite
mundial de productores, toda vez que, según la Secretaría de Economía,
la lista es encabezada por Australia, cuya producción anual asciende a
14 mil 300 toneladas, le sigue Chile con 12 mil y Argentina, con 5 mil
700 toneladas.
Las reservas de litio en México son muy importantes, pero oficialmente aún no son son tan grandes como las que existen en sudamérica; la realidad es que estamos lejos de las potencias y todavía no existe una industria tan desarrollada, dijo el investigador.
Los otros dos yacimientos en exploración que hay en México son el de
Baja California, administrado por la estadunidense Pan American Lithium,
y el de San Luis Potosí-Zacatecas, en manos de Litiomex, la cual estima
que hay en total 8 millones de toneladas de litio.
Braulio Carbajal
Periódico La Jornada
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