Consuelo
Castillo, es originaria del municipio de Tocoa, en el norte de
Honduras. Es agricultora y se formó en el Movimiento Unificado de
Campesinos de Aguán (MUCA), una organización mixta en la que identificó
numerosos casos de violencia contra las mujeres, maltrato, exclusión, y
campañas de difamación. Consuelo no deja de denunciar estos casos.
A propósito de la “Misión Feminista de Solidaridad El Abrazo”, que
llevó a 52 defensoras de Derechos Humanos a una gira por Honduras para
conocer la situación de las defensoras locales, Cimacnoticias tuvo
oportunidad de hablar con varias de ellas acerca de diferentes aspectos,
como la violencia de género, las amenazas, la lucha contra
megaproyectos, y la situación política en sus respectivos países.
En esta entrega, reproducimos la entrevista con Consuelo Castillo,
una de las fundadoras de la Red de Mujeres Campesinas que también forma
parte de la Red Nacional de Defensoras.
- Sonia Gerth (SG): ¿Qué es lo que ha vivido usted en esas organizaciones mixtas, cuando empezó?
- Consuelo Castillo (CC): Cuando empezamos en algún momento me sentía
bien porque en el movimiento MUCA, tal vez no había el nivel de
inclusión de género que queríamos pero sí estábamos dentro de las
estructuras de las empresas, estábamos participando entre 30 y 40 por
ciento las mujeres. Pero luego se dio que cuando las mujeres comenzamos a
formarnos, a orientarnos sobre derechos de las mujeres y aprendimos a
identificar las diversas violencias que las mujeres enfrentamos, y
comenzamos a alzar la voz, a decir ¡No puede ser! No pueden hacer esto y
lo otro con las mujeres, porque es violencia, es delito, entonces
empezaron a reaccionar los hombres. Empezaron a hacer acuerdos
organizativos, las propuestas eran que las mujeres no tenían que salir a
talleres, a procesos de formación, porque las mujeres salían a poner en
mal a los hombres y en mal perfil a la organización. Entonces en un
momento encerraron a todas las mujeres en el movimiento campesino. Yo
fui una de las personas que gracias a las compañeras como Berta Cáceres y
Miriam Miranda, y las compañeras del Foro Mujeres por la Vida, no
lograron encerrarme. Ellas me animaban y yo sabía poco de organización
de mujeres, estaba aprendiendo, aunque en la práctica hacia muchas cosas
de feminismo. Pero yo no me reconocía como feminista, no tenía esa
orientación. Y empecé a hacer trabajo con las mujeres individualmente. Y
logramos de tener una red de mujeres campesinas organizadas.
CIRCULO VICIOSO DE VIOLENCIA
- SG: Lo que dice a propósito de identificar la violencia que se
ejerce contra las mujeres ¿sigue siendo un problema que la violencia es
tan normalizada que las mujeres en su entorno tienen problemas de verla
como algo que no es normal?
- CC: De alguna forma, las mujeres hemos evolucionado, y no lo vemos
como normal. Lamentablemente hay mujeres que viven violencia y que no
pueden liberarse, cuando es de la pareja por ejemplo. La pareja
acostumbra intimidar a las mujeres para someterla. Así cuando la mujer
ya está sometida, sabe que está viviendo violencia, pero muchas veces no
saben qué hacer, se sienten solas o tienen miedo porque el agresor les
practica múltiples amenazas. En realidad, la violencia es un factor que
no es fácil para decir, no quiero esto y tomar esta decisión. Por eso
las mujeres estamos empobrecidas, porque uno de los factores que someten
a la mujer es la pobreza económica, el patriarcado nos afecta más
económicamente a las mujeres.
- SG: Luego también son dependientes de sus parejas, por ejemplo.
- CC: Sí, la mayoría de las mujeres en Honduras son dependientes de
la pareja, o algún otro pariente. Cuando yo digo, “no podemos tolerar la
violencia, hay que denunciarla y buscar forma de erradicarla” hay
mujeres que me han dicho: “no podemos, tengo tantos hijos, yo nunca he
trabajado para ganarme algún salario, y si tengo un empleo fuera de la
casa, voy a descuidar los niños.”
Entonces, todos esos factores son los que someten a las mujeres a
vivir con la violencia. Y en la organización, los factores son diversos.
Cuando hay una mujer que tiene claridad, una mujer segura de que las
cosas son como las nombra, es bien complicado porque en el caso mío, en
mi organización han hecho muchas campañas incluso para expulsarme,
porque dicen que soy un peligro para la organización, porque siempre
estoy identificando mujeres que sufren violencia. Yo me enfrento a los
directivos, diciendo ‘cómo es posible que no van a atender tal cosa, tal
situación?’ De hecho, recién hubo una asamblea en mi comunidad, donde
un hombre hirió de machete a su compañera de hogar. Y cuando yo les digo
a los directivos: “¿Qué pasa? ¿Por qué no informan a la asamblea sobre
tal hecho?” entonces obviamente los que reaccionan negativamente son los
hombres. Porque son ellos los violentos, todos hacen lo mismo, quieren
ser cómplices del derramamiento de sangre de las mujeres. Y hubo alguien
que me dijo que no anduviera diciendo esas cosas porque al fin quien
queda en ridículo soy yo. Es una cosa como que las mujeres no interesan.
Si una mujer sufre golpes de cualquier compañero o la pareja, parece
que la violencia en pareja es vida privada y nadie se puede meter. Son
personas que forman parte de la organización, incluso tipos que dizque
líderes, pero que también violentan a sus parejas.
- SG:… o prefieren no mirar para no atender el problema…
- CC: Exactamente. No le conviene decir “¡Mira!”, como él es parte
de la violencia. Si dice, yo vi esto de mi compañero, no le conviene
porque este compañero es parte de la asamblea y es un líder, es un
directivo, alguien que dirige la organización. Entonces es horrible lo
que se vive porque a alguien dentro de las organizaciones se niega el
derecho a la justicia en relación a la violencia que las mujeres
vivimos, estamos perdidas pues.
HOMBRES CÓMPLICES
- SG: Pero en las organizaciones solamente de mujeres, se atiende
mejor a estos casos? ¿O también hay mujeres que prefieren no meterse?
- CC: Habemos un equipo de cuatro personas que acompañamos mujeres
víctimas de violencia, de todo tipo. Y nosotras las acompañamos a la
fiscalía para poner denuncias, al Comisionado Nacional de Derechos
Humanos (Conadeh) y todo. Y damos seguimiento a los casos.
Lamentablemente en Honduras el organismo de operación de justicia no
funciona. Todo está viciado, muy amañado y cuando se trata de las
mujeres, incluso revictimizan a la mujer. Siempre es “Y qué hicistes
para que te pegara?” por ejemplo. “Te portaste mal? O algo mal le
hiciste.” Siempre la víctima al final no es la persona que ha sufrido
golpe, o algún otro tipo de violencia, siempre ubican en lugar de
víctima al hombre. Como él es hombre, la mujer le tiene que lavar, tiene
que cocinar y todo. En algunos casos de violencia, dicen “Ella es
haragana, no le tenía la comida.” Pero no ven por ejemplo si el tipo le
lleva de cocinar o no. Sino que solo ven que ella no tenía la comida,
por eso él se enojó y la golpeó.
- SG: Ni hablando de que se podrían compartir las tareas del hogar…
- CC: Exacto. Entonces es bien difícil la vida de las mujeres en este
país, y pienso que no sólo Honduras, sino a nivel mundial, las mujeres
son muy violentadas. Esto es preocupante, y si no tenemos gobiernos que
les interese el bienestar social, porque las mujeres somos un sector
importante, sin nosotras nada es posible. Pero cuando no hay un gobierno
que reconozca esa importancia que las mujeres tenemos para el
desarrollo de los países, difícilmente vamos a tener cambios.
MIGRACIÓN AFECTA MÁS A MUJERES
- SG: Bueno, conectando esa temática con el éxodo que han vivido en
el norte del país. Precisamente las personas que sostienen, son las que
se van dentro de las caravanas de migrantes. ¿Por qué hay tantas
familias que se deciden en cuestión de 15 minutos dejar todo?
- CC: Es una situación sobre todo el exceso de inseguridad a lo que
se ha llegado en Honduras. Porque hay muchos problemas de inseguridad
social. Empezando con la privatización de los servicios públicos, por
ejemplo los hospitales. Cuando una familia de escasos recursos se
enferma, no tiene cómo pagarse los gastos médicos. Entonces en este país
si sobrevivieran personas son las que tienen dinero para pagarse la
salud por ejemplo. Y otro es el factor desempleo. No hay trabajo. Hay
familias que llevan años y no hay un empleo. Esto afecta más a las
mujeres también porque en Honduras, hay parte de la sociedad masculina
que son muy irresponsables con la familia. Y de repente tienen hijos e
hijas, pero quienes cargan con este rol de cuidar y crecer a la familia
son las mujeres. Entonces estas mujeres en un país donde no hay
oportunidad de empleo, donde no hay oportunidades de una mejor vida, lo
que predica Juan Orlando (Hernández, actual presidente) de la vida
mejor, ¡eso no es cierto! En Honduras no hay vida mejor, no existe.
Yo he platicado con muchas familias que se han ido. Algunas que han
regresado, y en un lapso de 15 minutos para decidir, o me quedo o me
voy, entonces decía alguien: “Sí total, ¿de qué me sirve seguir en
Honduras? Si aquí ya no tengo nada.” Es muy duro ver como las familias
toman decisiones tan fuertes. Porque soy mujer, soy madre, tengo hijas e
hijos. Y han habido momentos en que he pensado tomar una decisión como
ésta, lo he analizado muchas veces. Para mi es difícil agarrar a mis
hijos e hijas y salir, sin esperanza de nada, porque muchas familias que
se van, no llevan ni una lempira en su bolsillo. Se van con sus dos o
tres mudaditas que es lo único que pueden llevar. Salen con sus hijos e
hijas. No saben que va pasar en el camino. Han habido niños que han
sido desaparecidos, mujeres violadas en esas caravanas.
- SG: ¿Y tú has escuchado las historias de un muchacho que volvió a la comunidad?
- CC: Sí, de mi comunidad se han ido unas ocho familias, a pesar de
estar organizados: Muchos creen que como estamos organizados dicen
“¡Esos campesinos tienen plata!” Es lo que la gente piensa y cree pero
nosotros tenemos una enorme deuda que no sabemos ni como la vamos a
pagar. Somos productores de palma. Vendemos el producto, pero si pagamos
la deuda no comemos. Y nos hemos dado cuenta que la deuda es impagable.
Entonces es cuestión como, me muero de hambre y le pago la deuda al
gobierno, o como y no pago. Hay acuerdos firmados entre gobierno y
movimiento campesino, y el gobierno no ha cumplido con sus compromisos y
responsabilidades dentro de esos acuerdos, sin embargo nos exige al
movimiento campesino que cumplamos. Entonces toda esta situación genera
que haya crisis alimentaria, crisis económica, hay de todo, muchas
dificultades. Entonces este tipo de cosas llevan a las familias a tomar
decisiones.
Fui a entrevistar a la compañera de ese compañero, ella se había
quedado a trabajar en el campo, porque son socios de una empresa de
MUCA, y hay que trabajar seis días de la semana. Ella se quedó cuidando
el resto de los hijos y haciendo el trabajo de campo y él migró con el
niño mayor. Fue en la caravana y en México se separó de la caravana
porque se dio cuenta de la inseguridad. Me decía la compañera: “Él ya no
está con el grupo.” ¿Por qué razón? le pregunto. “Porque de repente se
escuchan padres y madres que gritan, me arrebataron a mi hijo, y no
saben quién fue.” Y se los llevan y no se sabe qué pasa con esos
jóvenes. Dice que hay mujeres violadas en la caravana. También los
jóvenes que han muerto por accidentes. Este muchacho que se separó de la
caravana dijo que el mayor miedo de él era que lo desaparecieran.
Porque en un camión habían subido un grupo de personas y el camión
desapareció con las personas, no se sabe qué pasó con ellas. Por eso es
muy difícil tomar esa decisión, pero en algún momento algunas personas
no tienen otra opción.
VIOLENCIA EN LAS CARAVANAS
- SG: La mayoría de las personas que se fueron en la caravana de
octubre están ahora estancadas en Tijuana. O dicen que volvieron, o no
se sabe exactamente. ¿Usted sabe de algunas personas qué les pasó?
- CC: No. Una porque él regresó y no he podido ir a hablar con él
para ver si maneja más información. Pero mire, la realidad de Honduras
actualmente con la dictadura y el narcogobierno que hay… Cuando se dio
la primera caravana, los migrantes hondureños que decidieron salir
lograron cruzar la frontera guatemalteca y llegar a la frontera de
México.
Ante la presión que estaba haciendo Donald (Trump), el presidente de
Honduras empezó a criminalizar a la gente de la caravana, dijo que eran
delincuentes y que eran mareros y no sé qué. Y luego empezó a exigir que
regresaran a su país. Que aquí los iban a recibir y los iban a atender
bien. Pero la gente no cedió. Movilizó buses vacíos que salieron de aquí
de Honduras a la frontera de México. Movilizó personas que son
empleados del Partido Nacional actualmente, los movilizó en avión, y
regresaron en estos buses vacíos que llevaba y dijo que esa gente era de
la caravana y que estaban regresando. Cosa que es totalmente falsa
porque la gente de la caravana regresaron unos que otros que tuvieron
problemas para seguir, pero la mayoría de la gente se fue. Están incluso
ya en territorio estadounidense y los que regresaron, regresaron por
cuenta propia, no regresaron en los buses que él (Juan Orlando
Hernández) llevó.
Entonces toda la farsa de mentiras que él vendió al mundo cuando
surgieron las otras caravanas después de la primera que salió,
militarizó las fronteras. En esas fronteras ha habido hondureños que han
sido capturados, han sido torturados cruelmente, han sido gaseados,
encarcelados. También tenemos el caso de Bartolo Fuentes que toda su
vida ha trabajado apoyando a migrantes, y actualmente lo están acusando
de promover la migración. Y eso no es cierto. Aquí, el hondureño que se
va, lo decide personalmente porque en este país sólo tiene dos opciones:
se queda y se muere con su familia de hambre, de epidemia, o las balas
los van a alcanzar en algún momento. O migra. Se va buscando forma de
supervivencia, es lo que la gente está buscando.
19/SG/LGL