Christine Lagarde y
Úrsula von der Leyen han sido elegidas Directora del Banco Central
Europeo y Presidenta de la Comisión Europea, respectivamente. Las dos
pertenecen al Partido Popular Europeo, que ha dirigido la Comisión
Europea durante 15 años ininterrumpidos y sigue siendo el grupo político
más grande de la UE, y que después de las últimas elecciones ha logrado
imponer su candidata, cuando parecía que la socialdemocracia recogería
al fin el testigo.
Pero esta elección parece haber contentado
tanto a la derecha como a los socialistas españoles que presumen de
haber situado por primera vez a mujeres en los puestos de dirección más
importantes de la Unión. Para Lagarde su condición de mujer ha sido
clave en su elección para el BCE, ya que Macron hizo de la paridad uno
de sus objetivos en el reparto de cargos europeos. Fue también la
primera fémina al frente del FMI y la primera en una reunión de
ministros económicos del G7. Con estos méritos está justificada y
aplaudida su elección.
Ursula Gertrud von der Leyen, a su vez,
es alemana y ministra de Defensa desde el año 2013. También reúne el
mérito de ser la primera mujer en la historia de Alemania que ocupa este
cargo. Su profesión es médica, anteriormente fue ministra de Trabajo y Asuntos Sociales desde el 2009 hasta el 2013 y ministra de Tercera Edad, Mujeres y Juventud desde el 2005 al 2009. Durante mucho tiempo fue vista como posible sucesora de la canciller Angela Merkel
debido a su instinto político y a su lealtad hacia la canciller. Y por
ello, ha alcanzado uno de los más importantes puestos de la Unión
Europea, la presidencia de la Comisión Europea, el órgano directivo y
ejecutivo de la misma.
Y como si estas mujeres no representaran
la misma política de la derecha que ha gobernado la Comunidad Económica
primero y la Unión Europea más tarde, desde 1957 en que se firmó el
Tratado de Roma, los medios de comunicación, los políticos de diversos
pelajes e incluso el MF por acción o por omisión, aplauden sus
nombramientos por el mérito de que se trata de mujeres. La estrategia de
la derecha de promocionar mujeres le está dando muy buenos resultados.
Convertido el feminismo en una condición biológica la ideología no
tiene protagonismo. El solo hecho de ser mujer, por tanto, redime a
Margaret Thatcher, Golda Meir, Indira Gandhi, Madeleine Albrigth,
Condoleeza Rice, que además era negra, entre otras muchas, de su
adscripción a las fuerzas del capital que han desencadenado guerras
imperialistas como la de las Malvinas y las de Afganistán, Irak, Libia,
Yemen, han mantenido las políticas depredadoras de las naciones pobres y
esquilmadas por Europa y EEUU, la explotación cada vez mayor de
trabajadores y mujeres, la desigualdad económica y patriarcal, la
masacre de emigrantes y refugiados en las fronteras europeas, la
extracción de las materias primas en África, la trata de mujeres y niñas
con fines de explotación sexual, el infame comercio de la prostitución,
el dominio de Israel en Palestina, el genocidio que se está practicando
en la frontera de México y EEUU, Guantánamo y los campos de
concentración para emigrantes en Grecia, en Turquía, en Libia, que
constituyen verdaderos centros de tortura y exterminio, y tantas otras
infamias.
Según este criterio el feminismo debía aplaudir a la
pléyade de féminas que el PP llevó a puestos de responsabilidad: Isabel
Tocino, Celia Villalobos, Esperanza Aguirre, Cristina Cifuentes, María
Dolores de Cospedal, entre otras, y ahora a la futura presidenta de la
Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Pero veamos cuales son los méritos de las nuevas gobernantas de Europa.
Úrsula Von der Leyen es aristócrata, descendiente de esa casta de
empresarios belgas del siglo XIX que hicieron su fortuna con la
explotación de los recursos naturales del Congo y el tráfico de
esclavos. En el 2003, Leyen fue parte de un grupo organizado por la
líder y presidenta de su partido político (CDU) Angela Merkel, para
preparar una serie de alternativas con las que reformar el sistema
social en respuesta a la Agenda 2010 del canciller Gerhard Schröder ,
que ya había llevado a cabo reformas en la protección social,
precisamente a las que hoy se achaca el fracaso electoral de la
socialdemocracia. En la misma línea, en 2005, Merkel eligió a Ursula von
der Leyen para ocupar las carteras de Mujeres, Juventud, Familia y
Seguridad social en su gabinete . El tema de Úrsula es la Familia. Tiene siete hijos.
Y además es sionista. En los festejos del 60 aniversario de la
fundación de Israel, von der Leyen participó en el primer gabinete
conjunto de los gobiernos de Alemania e Israel en Jerusalén en marzo del 2008.
Finalmente, nombrada Ministra de Defensa, dedica parte de los recursos
del ministerio a la compra de armas y a la fabricación y exportación de
éstas. Entre otros países a India con el apoyo a la construcción de
submarinos a ese país, lo que derivó en una investigación de Tribunal de
cuentas por sospechas de corrupción que obligó a abrir una comisión de
investigación en el Parlamento.
Úrsula organiza la
participación de la Fuerzas Armadas de Alemania en Afganistán, así como
en la guerra kurda apoyando a Turquía. Un ejemplo de su postura fue su
decisión en septiembre del 2014 de enviar armas a las fuerzas kurdas e
iraquíes, medida que rompió el tabú de que Alemania no enviaba armas a
zonas en conflictos, y apoya la creación de un ejército europeo.
Implantó un programa para hacer más atractivas las fuerzas armadas para
los jóvenes.
Von der Leyen constituye la propaganda feminista
de la CDU, apoyando el incremento del número de jardines maternales, la
introducción de una cuota de mujeres en los cargos directivos de
empresas, el matrimonio entre personas del mismo sexo , el bloqueo de las páginas de pornografía infantil en Internet y un salario mínimo
en todo el país. Von der Leyen se hizo enemigos dentro del sector más
tradicional de su partido y al mismo tiempo se ganó muchos admiradores
de la izquierda. La derecha alemana la catalogó de feminista, y con esta
calificación ha sido elegida para presidir la Comisión Europea. Y
parece que engaña incluso a los socialistas que se muestran satisfechos
con haber cumplido con la cuota femenina.
La otra ilustre que
ha sido designada para dirigir el Banco Central Europeo, Christine
Lagarde, fue ministra con varios Gobiernos conservadores de Jacques
Chirac y Nicolas Sarkozy y ha tenido problemas notables con la justicia:
unos meses después de ser Presidenta del FMI, un tribunal francés
ordenó una investigación sobre su papel en un arbitraje de 403 millones
de euros a favor del empresario Bernard Tapie (que había apoyado una
campaña de Sarkozy) en 2008. Lagarde fue declarada formalmente
investigada por negligencia, meses antes de ser elegida para un segundo
mandato en el FMI, en 2016. Y meses después de esta reelección, fue
declarada culpable, pero no recibió ninguna condena por su estatus
político y porque los hechos ocurrieron en plena crisis económica
mundial (eso dijo el tribunal). El FMI respaldó a Lagarde, incluso tras
publicarse en Le Monde una carta manuscrita dirigida a Sarkozy en la que
le decía frases como: “Utilízame mientras te convenga y convenga a tu proyecto”.
La presidenta del BCE será, junto a Ursula von der Leyen, presidenta de
la Comisión Europea, y Angela Merkel, canciller alemana –las tres
conservadoras–, una de las mujeres más poderosas de Europa y el mundo.
El comentarista añade de su cosecha que “tendrá la oportunidad de demostrar que las cosas se hacen distintas con mano femenina; y si es posible, que se hacen mejor”.
Y me pregunto, ¿la trayectoria de las tres mujeres, pilares de la
política de derechas que ha hundido en la miseria a Grecia, nos ha
condenado a un paro estructural inamovible, establece las fronteras de
Europa que permite la muerte de miles de emigrantes en el Mediterráneo,
realiza los más perversos pactos con Israel y Arabia Saudí, alimenta el
comercio de armas y las guerras con Oriente Medio, firma acuerdos como
el Mercosur con Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina, y mantiene las
desigualdades económicas, sociales y patriarcales en los Estados de la
Unión, permite esperar que “ la mano femenina ” haga las cosas mejor?.
El discurso de valorar “ lo femenino
” ha sido difundido tradicionalmente por la ideología patriarcal para
mantener las diferencias sociales y económicas entre los hombres y las
mujeres. Cuando esta distinción se desprestigió, las fuerzas de la
derecha se dedicaron a promocionar mujeres que bien les sirvieran,
estrategia con la que han obtenido un notable éxito. Pero que no puede
engañar al feminismo.
El feminismo es una ideología no una
condición biológica. Que la mujer sea una clase explotada no significa
que todas ellas tengan la conciencia de clase para inscribirse en el
feminismo. Bien sabemos que la mayoría de las mujeres ni aun siquiera
conoce los términos de su explotación, amén de que como en todas las
clases hay siempre traidores. Si todos los obreros votaran a la
izquierda otro sería su poder. Si todas las mujeres trabajaran por el
feminismo hace tiempo que habríamos hecho la más transcendental
revolución: la feminista.
Lidia
Falcón O'Neill es licenciada en Derecho, en Arte Dramático y
Periodismo y Doctora en Filosofía. Nombrada Doctora Honoris Causa por la
Universidad de Wooster, Ohio. Es fundadora de las revistas Vindicación
Feminista , y Poder y Libertad , que actualmente dirige. Creadora del Partido Feminista de España y de la Confederación de
Organizaciones Feministas del Estado Español. Ha participado en el
Tribunal Internacional de Crímenes contra la Mujer de Bruselas, en el
congreso Sisterhood Is Global de Nueva York, en todas las Ferias
Internacionales del Libro Feminista y en los Foros Internacionales de la
Mujer de Nairobi y de Beijín.
Es colaboradora de
numerosos periódicos y revistas de España y de Estados Unidos. Ha
publicado 42 libros. En el terreno del ensayo destacan: Mujer y sociedad, La razón feminista, Violencia contra la mujer, Mujer y poder político y Los nuevos mitos del feminismo que han sido traducidas a varios idiomas.
Asimismo tiene una extensa obra narrativa
Cartas a una idiota española, Es largo esperar callado, Los hijos de
los vencidos, En el infierno, El juego de la piel, Rupturas, Camino
sin retorno, Postmodernos, Clara, Asesinando el pasado, Memorias
políticas, Al fin estaba sola, Una mujer de nuestro tiempo, Ejecución
sumaria y el libro de poesías Mirar ardiente y desgarrado.