11/23/2019

El delicioso feminismo de Nina Paley



Maria Teresa Priego 

Tengo muchas dudas para seguir a mi musa, cuando mi musa me guía por senderos extraños. Pero también sé que, si hago algo sólo porque pienso que la gente va a aprobarlo, eso no va a ayudarme como artista". –Nina Paley.
Nina Paley vivía con su esposo en San Francisco. Él recibió una invitación para trabajar seis meses en la India. Se va y ella se queda en el hogar en común. Pasado ese tiempo, le hace saber a Nina que su contrato se prolonga por un año. Nina llora, se deprime y deciden que lo alcance. El recibimiento –en el aeropuerto – es gélido, como el tiempo que sigue. Nina es invitada por una semana a Nueva York, él la anima a realizar el viaje. Una vez allá Nina abre su computadora y se encuentra el siguiente (¡tan valiente y empático mensaje!): "Querida Nina, no regreses. Con amor, Dave". Esta es la parte autobiográfica de la película de animación. La del abandono y la del duelo.
Ante la "traición", el fuego toma la escena y el personaje femenino danza entre las llamas. Arde en ellas. Pero, "Sita canta el blues" es también la historia que corre paralela; el "Ramayana" y sus personajes: Rama que destierra a su esposa porque su pueblo (y, él mismo, quizá) sospecha que es "impura". ¿Cómo se pasa del "no puedo vivir sin ti" al destierro? La pregunta de fondo. ¿Cómo pueden los cánticos celebrar la bondad y la perfección de Rama si expulsó a su esposa de su reino? Las historias se van entrelazando.
Paley es una artista estadounidense (nacida en Illinois) dedicada a la animación. Sus obras son exquisitas. Un entrecruzamiento entre el pasado remoto, el pasado menos remoto y el presente. El feminismo. El cuestionamiento al patriarcado y sus mandatos. Las religiones (y el lugar en el que colocan a las mujeres), la historia, la mitología, la música y la danza. Es también una activista por la defensa de la "propiedad común", por sobre "el derecho de autor", sus obras circulan en internet con la libertad de ser reproducidas de manera legal. "Sita canta el blues"; música de jazz de los años veinte, la voz y las canciones de Annette Hanshaw. Dos mujeres, la de la realidad (la autora misma) y la de la mitología comparten una misma historia de dolor y de abandono. Pero, Paley no es dramática, sus obras están llenas de ingenuidad, de sutilezas, de humor.
En "Paroles, Paroles", Nina retoma la famosísima canción (interpretada en su primera versión por Dalida y Alain Delon), pero la voz masculina proviene de un ser de cabellos y barbas blancas, cabeza coronada. El patriarca infalible. El Gran Sabio. Las respuestas desde la voz femenina la ofrecen figurillas animadas de Diosas. Y mientras ese Dios promete y jura, una silueta femenina danza con movimientos muy suaves y a su alrededor cruzan palabras en cantidad de escrituras diferentes. Cuando el autoritarismo llama (cualquiera que sea la lengua): "paroles, paroles, paroles".
Nina inventa a un Moisés que no para de caer desmayado. "´Seder-Masoch´ trata del libro del Éxodo de la Torah/Biblia e, indirectamente del Corán... mi interpretación del Éxodo es que es la creación del patriarcado y la eliminación de cualquier veneración restante a diosas de tiempos antiguos", citada por Global Voices. La película comienza con un homenaje (delicioso) a las Diosas. Aparece Moisés cuidando a sus animalitos en el campo y un letrero nos anuncia: "Escrito por Dios, Moisés, o una serie de hombres patriarcales dependiendo de a quién le preguntes". Moisés se desmaya. Su cuerpo al caer hace ¡plop!. La celebración de las Diosas. Una reivindicación de las femineidades y un cuestionamiento continuo de la desigualdad entre hombres y mujeres. El absurdo de los mandatos patriarcales. El amor y el desamor. La educación de las mujeres dirigida a que aprendan a colocarse en un lugar de incondicionalidad hacia su pareja –pase lo que pase– desde Sita en el "Ramayana", hasta la autora en San Francisco. Una invitación a analizar la indefensión aprendida.
Le preguntan a Nina: "¿Te consideras una feminista radical?", "Uso el término Feminismo Radical para distinguir una línea de pensamiento con respecto al Feminismo Liberal. El Feminismo Liberal ´es la variedad del feminismo que trabaja dentro de la estructura de las tendencias dominantes de la sociedad, para integrar a las mujeres a esa estructura´. El Feminismo Radical cuestiona la estructura en sí misma, especialmente los roles de género".
Una incursión en el delicioso trabajo de Nina Paley:

Feminicidio se desdibujó de la AVG para la CDMX: OSC


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Tras considerar que la declaratoria de Alerta de Violencia de Género (AVG) para la capital “es un paso importante para reducir la violencia sexual en el ámbito familiar”, en la Ciudad “existe un grave contexto de violencia comunitaria”, por lo que es fundamental que se contemplen acciones frente a otros delitos como el feminicidio y la desaparición de mujeres, niñas y adolescentes, señalaron en un pronunciamiento, el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) y Católicas por el Derecho a Decidir. 
De acuerdo con datos del OCNF, con peticiones de información a la Procuraduría de Justicia local, de enero a junio de 2019 fueron asesinadas 122 mujeres en la capital de México. Sólo 17 casos se investigaron como feminicidio. 
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reportó por su parte otros datos. De enero a octubre de este año, 55 casos de feminicidio. 
En el caso de la desaparición, el OCNF y CDD señalan que en el mismo periodo los datos oficiales documentan 927 mujeres y niñas desaparecidas; 648 fueron localizadas y 279 siguen sin hallarse. 53 por ciento de los casos se trata de niñas y adolescentes menores de 17 años.
Hacer frente a dos graves problemas de la Ciudad de México como es el feminicidio y la desaparición de mujeres también es una observación que hizo el Grupo de Trabajo que evaluó la solicitud de AVG que presentaron agrupaciones civiles en septiembre de 2017. 
Este equipo que conformaron académicas especializadas en violencia contra las mujeres, recomendó en un informe dirigido al entonces jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, puntuales políticas en la procuración e impartición de justicia en relación a la atención al feminicidio, y lo que concierne a los protocolos de actuación relacionados con la no localización de mujeres. 
También se refirieron a los problemas en los registros estadísticos sobre la atención a las mujeres en situación de violencia; del desempeño de quienes se encuentran directamente en las áreas de atención a mujeres víctimas de violencia, que, en la medida en la que ésta es deficiente, permite impunidad, permisividad y revictimización.
Sin embargo, la AVG decretada la mañana de ayer por Sheinbaum Pardo, no contempla ni estas medidas o las propuestas por organizaciones civiles, cuya participaron en el proceso ha sido cuestionada por la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las mujeres (Conavim). La instancia alega que la función de la sociedad civil se reduce al trámite de petición de Alerta, no a su seguimiento.
El OCNF consideró en su comunicado, que la Ley faculta a la jefa de gobierno a decretar la Alerta pues de acuerdo con la Ley de Acceso de las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia capitalina, corresponde a la Secretaría de Gobierno hacerlo, a petición de la Secretaría de la Mujeres capitalina o a las personas titulares de las Alcaldías.
Así, la AVG obedece más a una agenda de la jefa de gobierno, como dotar de recursos para 2020 a los Centros de Atención Integral a las Mujeres; profesionalizar a Ministerios Públicos, asesores jurídicos y peritos en delitos de carácter sexual. 
También trabajar con el Congreso de la capital para aprobar una Ley que sanciona la violencia digital y otra para crear un banco de ADN de agresores sexuales, “para que todos en esta ciudad sepas quienes son los violadores”.
La gobernadora recordó otras acciones que ha implementado desde diciembre de 2018 que tomó el cargo, como las 166 abogadas que asesoran jurídicamente a mujeres que buscan interponer una denuncia en los Ministerios Públicos, cámaras y botones de auxilio en las calles y campañas en los medios de comunicación sobre la violencia de género. 
Horas después que Sheinbaum Pardo anunció su decisión en redes sociales, la Conavim se congratuló de la decisión, aún cuando esta misma instancia había negado meses atrás, la misma petición que hicieron las organizaciones civiles.
¿Quién vigila a la gobernadora?
La jefa de Gobierno, quien antes descalificó la función del mecanismo de Alerta que crearon feministas en 2007 con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, indicó que su autodeclaratoria es muestra de sus prioridades para establecer una política para erradicar la violencia de género.
Pero este un mecanismo que pretende una inmediata y articulada actuación entre los tres niveles de gobierno y los tres poderes estatales, frente situaciones extremas de violencia, su procedencia o improcedencia por Ley la determina el gobierno Federal por medio de la Conavim. 
En la Ciudad de México, la Ley de Acceso local, permite no sólo que organismos de Derechos Humanos y organizaciones de la sociedad civil tramiten la solicitud de AVG, también faculta a la Secretaría de las Mujeres (antes Inmujeres) y titulares de las alcaldías.
Además, en el Reglamento de la Ley local, artículo 10, se indica que si la Secretaría de Gobierno considera procedente la declaratoria establecerá el grupo interinstitucional y multidisciplinario -conocido como GIM- para iniciar la ejecución de las acciones. “Este equipo permite gestionar periódicamente la publicación de los avances en las acciones de emergencia para garantizar el cese de la violencia feminicida”.
En este sentido las organizaciones de la sociedad civil también pidieron a la gobernadora de la urbe, mesas entre autoridades, expertas en delitos sexuales, feminicidio y desapariciones, organizaciones que solicitaron la AVG y familiares de víctimas para que revisen y se establezcan las medidas adecuadas para atender las problemáticas de desapariciones y casos de feminicidio. 

Alerta de violencia contra las mujeres en la Ciudad de México


El día de ayer la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, tomó la decisión de decretar la alerta por violencia en contra las mujeres en la Ciudad de México.
Desde que ella llegó al gobierno de la ciudad, una de sus prioridades fue establecer una política pública para erradicar la violencia de género. Instruyó desde entonces a la Secretaría de las Mujeres contratar y capacitar a 166 mujeres abogadas, las cuales se encuentran desde mayo pasado atendiendo en las agencias descentralizadas del Ministerio Público en diversos módulos donde ofrecen asesorías y acompañan a niñas, jóvenes y mujeres adultas para denunciar situaciones de violencia, especialmente agresión sexual y violencia intrafamiliar.
Al apoyar a mujeres en su proceso de denuncia, aumentaron las carpetas de investigación y las detenciones, y lógicamente, se incrementó el registro de los delitos de agresión sexual y violaciones: entre octubre de 2018 y el mismo mes de 2019, subieron en 10 por ciento las carpetas de investigación por violación. Con dolor, Claudia Sheinbaum compartió el dato de que en esta ciudad 65 por ciento de los casos de violación ocurre en domicilios, donde se caracteriza al agresor, en 95 por ciento de los casos quien lo comete es un conocido de la víctima.
Con la declaración de alerta por violencia se busca hacer más visible el problema de la violencia hacia las mujeres y dar mejores resultados; en tal sentido la jefa de Gobierno anunció nuevas medidas:
La próxima semana enviará una iniciativa de ley al Congreso de la Ciudad de México que cree el Registro Público de Agresores Sexuales con sentencia firme para que todos y todas (en la capital del país) sepamos quiénes son los violadores.
Exhorta al Congreso de la Ciudad de México a aprobar la ley que sancionará el acoso y la violencia digital, denominada Ley Olimpia, así como la ley que envió desde hace unos meses para crear el Banco ADN, contra agresores sexuales.
Informó que a partir de 2020 se ampliará el presupuesto para los Centros de Atención Integral para las Mujeres.
Gestionará la profesionalización con certificación de los Ministerios Públicos, asesores jurídicos y peritos especializados que atienden delitos de carácter sexual.
Construirá más Senderos Camina Libre Camina Segura, los cuales incluyen luminarias, alarmas, botones de auxilio y mejoras de la imagen urbana.
Todas esas acciones se suman a cámaras y botón de auxilio que vienen instalándose en calles y en medios del transporte público, la campaña en escuelas: No es costumbre, es violencia, y la que se difunde en medios masivos de comunicación y de transporte #DateCuenta, entre todos paremos la violencia.
Claudia Sheinbaum reconoció que el rostro de desigualdad que persiste entre hombres y mujeres no es tolerable en pleno siglo XXI, y que la violación y los feminicidios son el rostro más vergonzoso de esta desigualdad. Además, compartió su enojo e inconformidad, así como la impotencia que viven tantas mujeres de la capital.
El decreto confirma el compromiso de los entes públicos de su gobierno para redoblar los esfuerzos, de acuerdo con sus atribuciones, con la finalidad de mejorar y ejecutar las medidas de prevención, atención, seguridad y justicia que sean necesarias para garantizar a las mujeres y las niñas el derecho a una vida libre de violencia.
Pero eso no será todo; además, sienta las bases para superar las ineficiencias señaladas en las 18 entidades federativas donde se ha declarado la alerta de violencia de género, con el fin de aprovechar esta oportunidad para reconstruir este mecanismo, con el fin de que las acciones que se desarrollen en la Ciudad de México marquen nuevas pautas para convertirlo en una medida eficaz, un instrumento que permita que las mujeres y las niñas se sientan libres y seguras.
* Titular de la Secretaría de las Mujeres.

“Honor a las muertas, protección a las vivas”



Escrito por Guillermo Rivas*

Bilbao, Esp. Cargadas con cubos de pegamento líquido y cepillos, en grupos de tres, cada noche desde hace más de dos meses, decenas de mujeres recorren las calles de París pegando en las paredes los nombres de las más de 136 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas desde que empezó el año. Tras años de sensibilización por parte de los movimientos feministas, 2019 parece ser el año en el que tanto el gobierno como la sociedad han tomado conciencia de la extensión de una problemática particularmente enquistada en Francia: cada dos días se comete un nuevo feminicidio y, a falta de un mes para terminar el año, las cifras superan ya las de 2018.
En la tranquilidad de la noche, Maud, Julie y Laura recorren los alrededores de la Place de Clichy escrutando muros limpios donde colocar sus collages. En medio de una pegada, se les suma espontáneamente otra chica, Bertie, que ha visto las acciones del grupo a través de Instagram. Para todas ellas, esta es su primera acción como militantes feministas ya que, como explican: “Este es un tema que como mujer me conmueve, cada feminicidio es como una puñalada”, subraya Bertie, y añade: “Antes era un tema tabú y las mujeres teníamos miedo de hablar”. Una opinión que respalda Maud: “El #MeToo ha hecho que la violencia hacia las mujeres se exteriorice cada vez más, lo que ha provocado que el feminismo en Francia esté tomando una nueva dimensión”.
Con asombrosa tenacidad, las militantes se reúnen cada día bajo las vigas del ático de un edificio ocupado por un colectivo de artistas. En cuclillas o tumbadas, van creando todas las tardes sobre folios DIN A4 las letras de los mensajes que pegarán por la noche: lemas que van de lo político a lo emocional y, con escalofriante frecuencia, nuevos nombres de mujeres asesinadas, 35 desde que empezaron a pegar. El movimiento nació el 28 de agosto a raíz del llamamiento en Twitter de la antigua militante de Femen en Francia, Marguerite Stern, para organizar una gran acción de pegadas de collages en París. Desde entonces, el flujo de nuevas militantes es continuo, reuniéndose de media una treintena de mujeres cada noche.
Ante las recién llegadas, Stern repite una consigna fundacional: “No queremos que el movimiento tenga un nombre porque corremos el riesgo de que se vuelva más importante que el de las mujeres asesinadas. No estamos aquí para hablar por ellas. El objetivo debe ser honrarlas, que su memoria tenga un espacio en la sociedad”. Aunque entre las participantes hay mujeres de todas las edades, la mayoría tienen entre 20 y 30 años. Astrid, de 25 años, presente desde el tercer día, ayuda a dibujar el perfil del grupo: “Muchas de las que estamos aquí tenemos un pasado de violencia machista y creo que todas teníamos ganas de levantarnos del sofá y hablar de este tema”.

Collages como ventanas

Desde un punto de vista gráfico, el collage está a medio camino entre el póster y el grafiti, con una tipografía muy depurada que recuerda a los tipos de una imprenta y que, por lo tanto, impacta y es visible desde lejos. Por otro lado, algunos mensajes hielan la sangre: “Papá mató a mamá”, “Céline, defenestrada por su marido”, “Chantal, asesinada por su marido mientras dormía”. Una violencia escrita que según Stern, la impulsora de la campaña, es absolutamente intencionada: “Se espera de nosotras que seamos discretas y frágiles, pero queremos que los collages sean así, duros, como reflejo de una realidad violenta”. Para otras militantes, como Lise, se trata de poner sobre la mesa un problema que hasta ahora no había sido abordado desde el ángulo correcto: “A veces nos da miedo salir por la noche o encontrarnos solas en un parking por lo que pueda ocurrir, pero la violencia se da en nuestras habitaciones, en nuestras casas. Por eso, nuestros collages funcionan como ventanas que hacen público algo que pertenece a la esfera privada”.
La acción, que desde sus inicios tuvo una gran repercusión mediática, se extendió rápidamente por más de una decena de ciudades francesas y también a otros países como Bélgica y Suiza.
En la sede de París, las militantes intentan dar un carácter internacional a sus mensajes para engarzar su lucha en una corriente global. Así se han podido leer eslóganes del tipo “Ni una menos” en recuerdo de las movilizaciones de Chile y Argentina, y otros que apelan al turista y a los medios extranjeros: “In France, a feminicide every 2 days”.
En otras ocasiones, son las propias familias de las mujeres asesinadas quienes les contactan para que inscriban en las paredes el nombre de un familiar: “Ahí es donde te das cuenta de que la acción era necesaria, porque no molesta a las familias, al contrario”, apunta Marguerite Stern. Para Astrid, pintar los nombres se convierte en una responsabilidad: “El pincel se vuelve más pesado”.
De vuelta a las calles, las activistas han tenido que hacer frente a todo tipo de reacciones, desde vecinas y vecinos que se solidarizan con ellas y les echan una mano, hasta hombres que les increpan porque “ellos nunca han pegado a nadie” o que les acusan de degradar el espacio público. Según Astrid son, sorprendentemente, las mujeres mayores quienes mejor han acogido su acción: “Te das cuenta de que esperaban una campaña así, porque, aunque son contemporáneas de mujeres como Simone de Beauvoir y Simone Veil (impulsora en 1975 de la ley que despenalizó el aborto en Francia), el marco en el que crecieron seguía aceptando como ‘normal’ la violencia contra las mujeres”.

La política publicitaria del presidente Macron

Los collages buscan también ser un arma de presión política en un momento en el que el presidente de la República, Emmanuel Macron, ha decidido hacer de la lucha contra la violencia conyugal uno de los ejes de su mandato. A través de su secretaria de Estado para la Igualdad entre mujeres y hombres, Marlène Schiappa, el gobierno lanzó el 3 de septiembre una concertación entre diputadas y diputados, asociaciones de víctimas, abogacía, personal médico y los cuerpos de seguridad del Estado con el objetivo de definir un gran pacto para mejorar la prevención y la protección de las mujeres víctimas de violencia conyugal.
Según los datos recogidos por el último informe de la Inspección General de Justicia, publicado el domingo 17 de noviembre, en el 41 por ciento de los casos de asesinatos estudiados, las víctimas habían denunciado previamente a su agresor; denuncias que, en 80 por ciento de las veces, fueron archivadas sin consecuencias legales. Estas cifras han obligado a la propia ministra de Justicia, Nicole Belloubet, a reconocer que los fallos son estructurales: “Nuestro sistema es incapaz de proteger a las mujeres víctimas de violencia conyugal”.
Con los medios de comunicación loando la dotación de medios y de medidas que prevé la ley española de 2004, el gobierno francés anunció al inicio de las reuniones algunas propuestas como la apertura de mil nuevas plazas de acogida para mujeres maltratadas, la posibilidad de denunciar en el hospital o la implantación del brazalete electrónico a los maltratadores desde el momento en que se judicializa el caso. “Llevamos años proponiendo esas medidas”, puntualiza Laura Jovignot, de Nous Toutes, “pero no sirven de nada sin los mil millones de euros de financiación que reclama el Alto consejo por la igualdad entre hombres y mujeres (HCE) desde 2018”. Una cantidad que Marlène Schiappa se ha comprometido a igualar en 2020, aun cuando hoy en día el presupuesto de la Secretaría que dirige sea la mitad, 530 millones de euros.
“La concertación del Gobierno llega tarde, y como un elefante en una cacharrería”, afirma Alaia Berhonde de la asociación de Bayona PAF (Pour une alternative féministe), “desde París se nos quiere decir lo que hay que hacer, pero son las asociaciones las que están batallando el día a día en condiciones de trabajo a menudo pésimas”, sentencia. Además, Berhonde considera que antes de que el gobierno pusiera en marcha este gran pacto ya existían observatorios locales como el de Bayona que fueron desapareciendo por falta de financiación.
En las calles de París, otro collage recuerda que “una de cada tres mujeres asesinadas por su pareja había denunciado a su agresor”. Y es que, como recoge en un comunicado la asociación Woman Safe que acompaña a mujeres víctimas de violencia conyugal, Francia necesita apostar por la creación de tribunales y fiscales especializados ya que a pesar de que algunas propuestas del gobierno, como el brazalete electrónico, ya figuran en la legislación actual, los jueces dudan en aplicarlas por falta de conocimientos o de medios.
Otro gran aspecto en el que inciden los colectivos feministas es en la necesidad de abordar el problema de la violencia machista en su conjunto. “Desde hace dos años, con el #MeToo, la sociedad se ha concienciado de verdad sobre la magnitud del problema”, defiende Jovignot, “y sin embargo el gobierno nos presenta una perspectiva reactiva ante la violencia, proponiendo estudios después de cada feminicidio para saber dónde se ha fallado, cuando lo que hay que favorecer es la prevención”.
Desde PAF (colectivo feminista que se reivindica mixto) inciden en la importancia de la sensibilización para acabar con este problema, también entre los hombres: “Tiene que convertirse en un tema de debate de primer nivel, que se oigan los testimonios de violencia”, declara Alaia Berhonde, quien afirma tener pocas expectativas ante las medidas del Gobierno, “sólo abarca dos o tres aspectos puntuales del problema pero no todo el marco de la violencia. La violencia es consecuencia de la falta de igualdad, y a la igualdad sólo se llega por el feminismo”.
El gobierno ha escogido una fecha significativa para el cierre de este gran pacto nacional, el 25 de noviembre, jornada internacional por la eliminación de la violencia contra las mujeres. “Estamos en una situación de urgencia, les pedimos que acaben con el politiqueo y pongan el dinero sobre la mesa”, zanja Marguerite Stern. Es un tiempo para, como recuerda uno de los collages: “Honrar a las muertas, proteger a las vivas”.
* Este artículo fue retomado del portal pikaramagazine.com
Foto: Retomada del portal Pikaramagazine |Teresa Suárez

Legisladoras proponen prevenir violencia digital sin enfoque punitivo


Ciudad de México. La violencia contra las mujeres y las niñas en las redes sociodigitales como Facebook, Twitter o Instagram; o en páginas web, motores de búsqueda, blogs o servicios de mensajería instantánea va a la alza.
El Módulo sobre Ciberacoso (MOCIBA) 2017, del Instituto de Estadística y Geografía (Inegi), muestra que adolescentes y jóvenes son las personas más expuestas al acoso en internet: uno de cada cinco usuarios, de 12 a 29 años, señalaron haber vivido algún tipo de ciberacoso.
De acuerdo con esta estadística (la única oficial en el país) la violencia digital es recibir mensajes ofensivos, ser contactados mediante identidades falsas y recibir llamadas, también ofensivas, pero las mujeres están más expuestas a recibir insinuaciones o propuestas sexuales y fotos o videos de contenido sexual.
Ante este contexto, en el Congreso de la Ciudad de México se han presentado 12 iniciativas para sancionar la violencia digital, con prisión, por medio de reformas al Código Penal, siguiendo el modelo de la “Ley Olimpia”, previamente aprobada en 13 entidades. 
Sin embargo, en opinión de académicas feministas como la abogada Andrea Medina Rosas, legislar la violencia contra las mujeres, en el ámbito digital, no implica necesariamente sancionar con cárcel. En un foro público precisó que al feminismo no le compete impulsar políticas solo punitivas.
Es por ello que el 7 de noviembre, la diputada por Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Paula Soto Maldonado, quien retomó los comentarios de Medina Rosas, presentó una iniciativa que se aleja de la propuesta planteada por la “Ley Olimpia”.
La legisladora propuso redefinir el concepto de violencia mediática en la Ley de Acceso a la Mujeres a una Vida Libre de Violencia de la Ciudad de México. Desde 2017, la ley local reconoce la “violencia mediática contra las mujeres”, como aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados a través de cualquier medio de comunicación
Al presentar su propuesta, Soto Maldonado, sostuvo que la reforma es para que la norma abarque las nuevas tecnologías y las redes sociales. La violencia mediática, según esta propuesta, es cualquier acto que, a través de medios de comunicación, internet, telecomunicaciones o las tecnologías de la información y la comunicación, utilice mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e imágenes pornográficas, entre otras consideraciones.
Por esta razón, la propuesta incluye definir qué se entiende por “medios de comunicación”, “internet”, “radiocomunicación”, “Red de telecomunicaciones”, “Red pública de telecomunicaciones” y “Tecnologías de la Información y la Comunicación”.
La definición de violencia mediática también dirá que ésta se ejerce por toda persona que utilice internet o tecnologías de la información y la comunicación para producir y difundir sin el consentimiento de una mujer contenidos íntimos que atentan contra su autoestima, salud, integridad, libertad y seguridad.
Sin introducir conceptos como “ciberacoso” o “pornovenganza”, la propuesta de reforma dice que esta violencia puede consistir en un solo evento dañino o en una serie de eventos. Incluye también el acoso y el hostigamiento sexual y el acoso laboral.
La iniciativa de reforma, que contó con insumos de la académica feminista Aimée Vega Montiel, también indica que la responsabilidad de prevenir la violencia mediática, atenderla, sancionarla, repararla y eliminarla concierne a los tres órdenes de gobierno y a las instituciones de medios de comunicación.
Por otra parte, en la Cámara de Diputados se han presentado ocho iniciativas para reconocer esta violencia. Las diputadas de la Comisión de Igualdad de Género analizaron las propuestas y encontraron que en los documentos se incluían por igual referencias a “violencia digital”, “ciberacoso”, “sexting” (acción de recibir o enviar textos, imágenes o videos de contenido sexual, con consentimiento) y “grooming” (acoso de un adulto a una persona menor de edad).  
Tras analizar las propuestas, finalmente presentaron un dictamen, que debe ser avalado por el pleno, en el que optaron por incluir el término violencia digital en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, para señalar actos de actos de acoso a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, plataformas de internet, redes sociales, entre otros. 

UNAM sanciona a 500 agresores de mujeres, y sigue juicio a otros 450


Autor: Jordana Gonzalez y Nancy Flores / @Nancy_Contra

Denuncias de estudiantes, académicas y trabajadoras, así como paros en escuelas para demandar justicia, revelan que la UNAM, el IPN y la ENAH carecen de herramientas para prevenir hostigamiento sexual, acoso, violaciones y hasta feminicidios en sus instalaciones. Ninguna institución dice con claridad cuáles son los límites de la relación profesor-alumno, lo que fomenta “amistades”, “noviazgos” y violencia sexual. En este primer reportaje, el caso de la Universidad: en 3 años, identificados 499 agresores

Primera de tres partes.
De 950 denuncias por violencia de género que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recibió entre agosto de 2016 y agosto de 2019, se identificaron a 499 agresores. La máxima casa de estudios del país admite que, en muchos casos, éstos ejercieron más de un tipo de violencia contra sus víctimas.
Por ello se establecieron las siguientes sanciones: 119 recisiones de contrato; 17 expulsiones; nueve no renovaciones del contrato por honorarios; 180 suspensiones; 104 amonestaciones; 18 exhortos; 16 firmas de carta-compromiso; 20 acuerdos entre las partes; dos actas administrativas.
Además, en esos 3 años, otros 22 casos fueron declarados insubsistentes porque –antes de que se concluyeran los procedimientos– los presuntos responsables murieron accidental o intencionalmente, renunciaron, se jubilaron o los corrieron por otras causas.
Todos los casos sancionados fueron por agresiones consumadas, puesto que la UNAM es una de las tres universidades públicas más importantes del país que carece de herramientas preventivas para el hostigamiento, acoso y demás formas de violencia sexual y de género en sus instalaciones. Las otras dos son el Instituto Politécnico Nacional y la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
Aunque la máxima casa de estudios del país sí cuenta con un protocolo contra la violencia de género y el IPN emplea uno de la Secretaría de Educación Pública, ambos mecanismos son “ilusorios”, opinan expertas, pues no han resuelto las problemáticas que se presentan en las aulas y demás recintos universitarios.
En lo que respecta a la ENAH, alumnas denuncian la desaparición del Protocolo para la Atención a Víctimas de Violencia de Género en la actual administración de Julieta Valle Esquivel, directora de la institución desde 2016, por lo que las mismas estudiantes, junto con académicas y trabajadoras, elaboraron una propuesta de mecanismo para atender a quienes fueron víctimas de tales delitos, pero ésta fue rechazada.

El caso de la UNAM

El problema en la UNAM ya ha sido reconocido por las propias autoridades, al señalar que desde 2016 “impulsó un protocolo para la debida atención de estos casos. Desde entonces, dicho instrumento ha sido modificado para actualizarlo y dar una mayor visibilidad al problema. Sin embargo, es claro que hay mucho por mejorar”; ello, en respuesta a los paros en noviembre en las facultades de Ciencias Políticas y Sociales, Filosofía y Letras y Cuautitlán, en demanda de justicia para los casos de violencia sexual en esas escuelas.
Datos de la abogada general de la Universidad, Mónica González Contró, indican que en 3 años –desde su instrumentación, el 29 de agosto de 2016, y hasta agosto de 2019– se registraron 950 denuncias en el marco del Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de Género de la UNAM; lo que significó un aumento de 1 mil por ciento, pues en más de 13 años –de enero de 2003 al 28 de agosto de 2016– se habían recibido sólo 396 denuncias de este tipo.
De acuerdo con el artículo 13 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, el hostigamiento es “el ejercicio del poder, en una relación de subordinación real de la víctima frente al agresor en los ámbitos laboral y/o escolar”. Y el acoso es el ejercicio de poder “en una relación simétrica entre pares”, explica a Contralínea Alejandra Buggs Lomelí, directora del Centro de Salud Mental y Género de México. Ambos fenómenos se presentan en Preparatorias, Colegios de Ciencias y Humanidades, Facultades, escuelas, Institutos y demás espacios universitarios, como sus museos.
Además del temor a denunciar, el desconocimiento de los conceptos así como de los instrumentos de acompañamiento y de denuncias es uno de los principales problemas. Ello responde al lenguaje “técnico” con el que están escritos los protocolos, apunta Yolitzin Sillas Rangel, abogada por la Universidad de Aguascalientes.
Otro impedimento es que su difusión es escasa, señala Buggs Lomelí, psicóloga clínica por la Universidad de las Américas. Agrega que esa poca difusión de los mecanismos y la nula existencia de herramientas preventivas es porque a ninguna institución académica “le conviene que la sociedad sepa que dentro de sus instalaciones hay situaciones de hostigamiento, acoso, violación y hasta feminicidios”.

La FCPS

Al lenguaje técnico y la escasa difusión se suman la falta de empatía y sensibilidad y, lo peor, impunidad. Es por ello que 11 escuelas de la Universidad se fueron a paro en demanda de una solución real. Las más combativas han sido la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, que desde el 23 de octubre frenó actividades y aún no reanuda; la Facultad de Filosofía y Letras, desde el 4 de noviembre; y la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
En este último caso, por ejemplo, maestros señalados como presuntamente hostigadores siguen impartiendo clases, explicaron alumnas del plantel en una de las manifestaciones que han estado realizando en este 2019 y que mantuvo un paro de 10 días –del 5 al 15 de noviembre– para visibilizar que el problema es grave.
El tema es de fondo y no de forma: las autoridades de la Facultad sólo atienden denuncias formales y no anónimas, como las hechas a través de los llamados tendederos (pancartas que exhiben los nombres de los presuntos agresores, así como los actos de los que se les avisa, que se pegan en lugares públicos de la propia escuela, como la cafetería) y las redes sociales (por ejemplo, del movimiento #MeToo).
Ello no sólo implica que siempre sea la palabra de la estudiante frente a la del maestro, sino también que no haya un mecanismo preventivo: todos los actos que se investigan son consumados. Y a esto se suma que las autoridades privilegian la presunción de inocencia del acusado y el “debido proceso”, que implica la presentación de pruebas y testigos en una relación asimétrica y de poder.
Para la abogada Yolitzin Sillas, el respeto de igualdad entre las partes es de suma importancia porque en la violencia de género nunca se estará en igualdad de condiciones, por el poder ejercido contra la víctima.
El 8 de noviembre de 2019, la Facultad admitió que la administración de la doctora Angélica Cuéllar ha rescindido “contratos a profesores, trabajadores y administrativos que fueron denunciados ante la Unidad Jurídica”, en el marco del Protocolo, sin precisar cuántos. Ello evidencia que se comprobaron los hechos de violencia de género que durante años han señalado las estudiantes de esa institución.
Mas aún, en la máxima casa de estudios del país, los directores de las facultades y escuelas no pueden rescindir el contrato de trabajo a los docentes si no hay denuncias formales y una investigación judicial, explica a este semanario Octavio Solís, consejero universitario del Sindicato de Trabajadores de la UNAM. Por ello, los presuntos hostigadores “vuelven a impartir clases”.
Ante la ausencia de dicho procedimiento, las autoridades “hacen como que no les quieren dar grupos” y no les renuevan contratos, para no tener problemas políticos y limpiar la imagen institucional, agrega.
Según el área jurídica de Ciencias Políticas, la Oficina de la Abogada General de la UNAM es la primera instancia a donde puede acudir una presunta víctima de violencia sexual. En el caso de proseguir con una queja, la probable víctima llena un formato para registrar sus datos.
De acuerdo con el abogado Alfonso Lozano Rebollo, miembro del Jurídico de esa Facultad: “se investiga hasta dar con el agresor, porque regularmente son hombres”. Incluso, de ser necesario, los casos son llevados a audiencia en el Tribunal Universitario (última instancia a la que se llega en la Universidad). En la audiencia se reúnen el o la decano de la escuela, los consejeros de la facultad, el tribunal y los implicados (el acusado para defenderse).
No obstante, estudiantes miembros de la colectiva feminista de la NO-FCPyS acusaron, en un comunicado, a la administración de la doctora Angélica Cuéllar de no “erradicar la violencia de género” en la Facultad.
Las estudiantes señalaron el trato de los abogados como “revictimizante”, además de que “hacen más lentos los procesos de denuncia y entorpecen la impartición de justicia”: buscan “convencer” a las víctimas de desistir del proceso y notifican primero al denunciado sobre los resultados del caso.

Protocolo de la UNAM, burocrático y revictimizante

La abogada Yolitzin Sillas observa que el origen del problema es el propio Protocolo para la atención de casos de violencia de género de la UNAM, porque carece de claridad: su lenguaje es muy “técnico”; además de ser “un proceso burocrático y revictimizante”.
La tecnicidad del lenguaje se debe a que tales documentos están dirigidos a quienes los ejercerán: especialistas en derecho, en el estudio de la violencia de género o instituciones encargadas de llevar los casos. El documento debería ser “más digerible para las víctimas”, opina Sillas Rangel.
Los flujogramas que explican los procesos de interposición de quejas y los tiempos en los que se llevará a cabo la investigación son “confusos y extensos; las líneas no llevan a ningún lado”, observa la abogada.
La máxima casa de estudios establece dos posibles procedimientos para  interponer una queja: el formal y el alternativo con enfoque restaurativo. La diferencia estriba en que el alternativo descansa en los principios de equidad centrándose “en las necesidades de las personas afectadas”.
La revictimización “podría” vislumbrarse en las “medidas urgentes de protección” brindadas a quien presenta la queja, pues repercuten en el actuar de la víctima y no en el probable agresor, señala Yolitzin Sillas, abogada con especialidad en estudios del género por la UAM.
Tales medidas radican en cambiar de turno, grupo o plantel a quien interpone la queja; establecer medidas de comunicación mediante terceras personas o medios electrónicos; que la evaluación no sea realizada por el presunto agresor o bien serán aplicadas “las medidas pertinentes en cada caso”, refiere el punto 48 del Protocolo.
Tampoco son señalados los derechos de las víctimas y esto provoca que las personas afectadas den un paso atrás para decidir denunciar, pues se sienten violentadas por segunda vez, incluso más que por quien las violentó, explica Alejandra Buggs.
Además de contar con el Protocolo, la Universidad Nacional Autónoma de México dispone de los Lineamientos Generales para la Igualdad de Género. Al analizarlo, la abogada Sillas Rangel observa que las definiciones que expone son “incorrectas”.
La acepción de los términos “acoso laboral” y “hostigamiento”, advierte, “es la misma”. En el artículo 2 de los Lineamientos “se entiende” a ambas palabras como: “tipo de violencia de género que se caracteriza por el ejercicio de poder en una relación de subordinación de la víctima frente al agresor en los ámbitos laboral y escolar. Se expresa en conductas verbales, físicas o ambas, relacionadas con la sexualidad de connotación lasciva”.
En ambas “se alude a la subordinación. Es peligroso, porque en realidad cuando se trata de determinar la jerarquía que hay entre el agresor y la víctima se trata de hostigamiento; en el acoso se da entre iguales, en una relación lineal”, reitera.
La abogacía general universitaria reconoce, en el mismo Protocolo, que este puede ser perfectible. Tal perfectibilidad debe ser tomada de inmediato, considera la abogada Yolitzin Sillas: el Protocolo debería revisarse cada 2 o 3 años, opina.
Leonardo Olivos Santoyo, miembro del Comité de Ética del Subsistema de Humanidades, indica que el Consejo Universitario aprobó la creación del Protocolo sólo porque fue iniciativa del rector Enrique Graue. “Votó por la disciplina asquerosamente priísta de la Universidad, pero creo que en el fondo de su corazón estaban verdaderamente molestos, indignados de que hubiera un Protocolo de atención a la violencia. Les parece irracional”.

Sin medidas preventivas

La mejor universidad de América Latina, según rankings internacionales, no cuenta con medidas preventivas para el acoso, el hostigamiento y la violencia sexual, como podría ser un código de ética. “No hay nada explícito”, como la existencia de un documento donde se reglamenten las relaciones docentes-alumnos, asegura Amparo Ruiz del Castillo, doctora en sociología con especialidad en docencia por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
De acuerdo con el Informe sobre la implementación del Protocolo de atención a víctimas de violencia de género en la UNAM 2019, fueron presentadas 436 quejas por violencia de género, en su mayoría por jóvenes universitarias de entre 18 y 24 años, desde junio de 2018 y hasta junio de 2019.
En ese periodo fueron encontrados 385 presuntos agresores, miembros de la comunidad unamita, en su mayoría docentes de facultades e institutos ubicados en Ciudad Universitaria: el 94.5 por ciento fueron hombres; en su mayoría, académicos, con el 44. 5 por ciento, detalla el mismo informe
Tan sólo de enero a junio de 2019 fueron presentadas 109 quejas por acoso y hostigamiento sexual, admite la UNAM en la respuesta a la solicitud de información F64400000158719, hecha por Contralínea.
Por más de 5 meses, esta revista gestionó una entrevista con la abogada general de la Universidad, Mónica González Contró, para hablar del tema. Sin embargo, la Dirección de Comunicación Social no dio respuesta.
Al término del conversatorio “La justicia restaurativa para la atención a casos de violencia de género” –llevado a cabo el 28 de agosto pasado– se le consultó sobre la falta de herramientas para prevenir la violencia sexual y los resultados reales de la aplicación del Protocolo. Se le cuestionó sobre el proceso de denuncia, así como de las sanciones hacia los profesores hostigadores.
Visiblemente molesta, la doctora en derechos fundamentales por la Universidad Autónoma de Madrid sólo respondió:
—No puedo contestar, no soy experta. Vine a un evento meramente académico. Déjame contestar las preguntas que tienen que ver con justicia restaurativa.
La abogada general da cobertura legal a una comunidad de 356 mil 530 alumnos y 41 mil 318 académicos, investigadores y ayudantes, de los cuales 12 mil 368 son de tiempo completo.
Esa población se distribuye en educación superior –15 facultades, cinco unidades multidisciplinarias y nueve escuelas nacionales–,bachillerato –nueve planteles de la Escuela Nacional Preparatoria y cinco del Colegio de Ciencias y Humanidades–  e investigación –34 institutos, 14 centros y 12 programas universitarios.

El poder gremial del STUNAM y la AAPAUNAM

La esencia de cualquier sindicato es la de “defender al trabajador afiliado” porque es como un “abogado de oficio”; por ello, el Sindicato de Trabajadores de la UNAM (STUNAM) defiende a cualquier afiliado acusado por hostigamiento o acoso sexual. No obstante, ambos delitos transgreden “el actuar con probidad y honradez de los trabajadores”, señala en entrevista Octavio Solís, consejero técnico del Sindicato.
A pesar de su naturaleza de defender al trabajador, en el Sindicato “no estamos a favor de la violencia contra las mujeres. Al contrario, creemos que hay que fomentar campañas de combate hacia la cultura machista”, asegura el consejero.
Agrega que hasta ahora, al Sindicato no ha llegado denuncia alguna por violación de la cláusula en el Contrato Colectivo de Trabajo que hace referencia a la falta de probidad y honradez.
Sin embargo, Octavio Solís explica que si el STUNAM llegara a recibir alguna contra sus afiliados, se apegaría al protocolo de atención a víctimas de la UNAM y, de acuerdo con el resolutivo del Tribunal Universitario, la falta de probidad y honradez “se aplica y se rescinde el contrato”. Entonces el trabajador tendría que llevar su caso externamente, ante una Junta de Conciliación y Arbitraje.
“La organización estudiantil es legítima y loable, pero ha faltado impulsar la cultura de la denuncia en las universidades. Estoy de acuerdo que se tienen que combatir esta clase de actos, pero deben hacerse bajo procedimientos eficaces, opina el consejero.
Por su parte, Álvaro Pulido Aranda, vocero del Sindicato, dice a Contralínea que si no se utilizan las estructuras jurídicas, las denuncias no pueden elevarse en calidad. Por ello considera que el Protocolo de género fue un avance en la Universidad, porque acompaña a las mujeres que han sufrido este tipo de violencia sin revictimizarlas.
Además del Sindicato, en la máxima casa de estudios existen otras organizaciones gremiales, de las cuales la más relevante es la Asociación Autónoma de Personal Académico (AAPAUNAM). Su postura ante “el aumento de denuncias interpuestas por algunos alumnos contra docentes” es pública: responsabilizar a los quejosos por “afectar las relaciones laborales” de sus agremiados, “violentando el Contrato Colectivo de Trabajo”, según un comunicado emitido el 7 de junio de 2018, que aún circula.
En ese posicionamiento oficial, la AAPAUNAM acusó a estudiantes de “planear y premeditar” delitos “prefabricados por ellos”,  ya que los estudiantes encontraron “la forma incorrecta y anti universitaria de obtener beneficios de sus profesores”.
Por ello, la Asociación exhortó a los docentes a “estar alerta” y “no establecer una relación más allá que la de profesor-alumno”, evitar hablar de forma aislada con el alumno, no asistir a festejos y celebraciones con el alumnado fuera del horario de clase, así como evitar dar asesorías extraclase.
Jordana González / Nancy Flores
[INVESTIGACIÓN] [SOCIEDAD]

¿Piropos o acoso?




“En mis tiempos…” así comenzó la frase un señor que defendía su privilegio para, en su opinión, halagar a las mujeres con eso que se ha llamado “piropos”. Y protestaba porque yo a eso le llamaba “acoso callejero”.
De unos años para acá lo que tradicionalmente se llamaban “piropos” están puestos bajo el reflector. Y lo están junto con muchas otras conductas que se consideraban “normales”. Sin importar lo que opináramos. Las mujeres quiero decir.
La costumbre permitía a los hombres decirles a las mujeres que se cruzaban por su camino, lo que les viniera en gana. Y de su boca lo mismo podía salir una frase más o menos poética o vulgar y violenta. O todo junto. O todo lo que cupiera entre uno y otro extremo.
Pero el punto es que las mujeres debíamos recibir eso como un halago. No importaba si lo deseábamos o no. No importaba si era bienvenido o no. No importaba si nos molestaba o no. No importaba si nos parecía ofensivo o no. Nuestra opinión no contaba en absoluto.
¿Quién decide si esos comentarios son ofensivos o no?, ¿quién califica de elegantes o vulgares esos dichos? Hasta hace poco, sólo quien los profería. Así que si al señor le parecía galante lo que a nosotras una ofensa, qué pena con nuestra opinión porque a nadie le importaba.
Eso ha cambiado. Porque ahora importa. A muchas nos importa. Y nos parece que lo único importante es nuestro consentimiento.
¿Por qué hemos de aguantar lo que otro nos diga al caminar por la calle?, ¿por qué hemos de recibir su opinión sobre nuestro cuerpo sin chistar?, ¿por qué hemos de aceptar -con gratitud y de buen modo, además- los comentarios de un hombre?
Los privilegios deben terminar donde comienzan los derechos. Y nuestro derecho a una vida libre de violencia incluye terminar con el privilegio masculino a decirnos lo que les venga en gana mientras caminamos por la calle, por los pasillos, por la vida. Por eso le hemos cambiado el nombre y ahora le llamamos “acoso callejero”.
He impartido en muchas ciudades del país conferencias y talleres de prevención del acoso y hostigamiento sexual, en los que incluyo el tema del acoso callejero. Y en ninguno –léase bien: ninguno- las mujeres que me escuchan han dicho que se sintieron halagadas o contentas con algún “piropo”.
Todo lo contrario. Dicen que sienten: miedo, angustia y mucha incomodidad.
Pero poner un alto a esto no es tan simple como pareciera. Porque hay muchas personas –señores principalmente- dispuestos a defender su privilegio sin atender -o escuchar con empatía- a las potenciales receptoras de lo que él considera un halago.
Eso me sucedió en la conferencia que al respecto ofrecí recientemente en una universidad.
“En mis tiempos –comenzó su argumentación un profesor- los piropos eran buenos piropos. No como los de ahora. Pero con posturas como la suya –me dijo- nos debemos quedar calladitos. Se pierde el romanticismo. Ustedes se lo pierden”.
Maestras que estaban ahí lo fueron interrumpiendo. Cuando el profesor dijo: “…nos debemos quedar calladitos”, ellas dijeron en voz alta: “mejor”. “… se pierde el romanticismo…” Algunas dijeron: “ni falta que hace”. Pero la risa estalló cuando el profesor remató: “ustedes se lo pierden”. Yo sonreí y alcancé a decir: “No se preocupe. Podemos vivir con eso”.
CIMACFoto: César Martínez López

Inmujeres, Segob y Presidencia firman acuerdo por la igualdad entre hombres y mujeres


La presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Nadine Gasman Zylbermann y la secretaria de Gobernación (Segob), Olga Sánchez Cordero en conjunto con el presidente Andrés Manuel López Obrador firmaron el Acuerdo por la Igualdad entre mujeres y hombres que buscará garantizar una mejor calidad de vida, seguridad y oportunidades desarrollo para las mujeres y niñas.
Durante el evento realizado en Palacio Nacional, las funcionarias indicaron que dicho acuerdo plasma las necesidades expresadas por las mexicanas en los foros de consulta “Mujeres trabajando juntas por la transformación de México” realizados a lo largo de tres meses en los 32 estados de la república donde se dialogó con casi 5 mil mujeres para conocer sus demandas y propuestas, entre las que destacaron el trabajo de cuidado de otras personas y el acceso pleno al desarrollo económico.
“Muchas de estas mujeres tienen niños pequeños, personas con discapacidad y adultos mayores… ellas están al cuidado de esta personas en su hogar, de estos integrantes de su familia que tienen que cuidar y no pueden laborar fuera de sus casas” indicó la secretaria de Gobernación. 
Por su parte, la presidenta del Inmujeres, destacó que la firma del Acuerdo nace también de los principios del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 
“Es muestra de la voluntad transformadora del Ejecutivo federal, de una nueva forma de hacer política en nuestro país, que no solo mira a las personas sino que construye con ellas”
Nadine Gasman Zylbermann , presidenta de Inmujeres
Añadió que los programas sociales que ha puesto en marcha la actual administración  ha beneficiado en su mayoría a las mujeres, sobre todo a aquellas que han enfrentado las mayores desventajas sociales, culturales y económicas.
“Como ejemplo contamos con “Jóvenes construyendo el futuro”, donde representan casi 60 por ciento de las becas para la inserción laboral o el “Programa de Apoyo a Bienestar de niñas y niños de madres trabajadoras”, en donde las mujeres representan 90 por ciento de este beneficio económico” aseguró la presidenta del Inmujeres. 
Finalmente, Gasman Zylbermann destacó que con este acuerdo se adoptan seis compromisos, 37 estrategias y 273 acciones que benefician el avance de los derechos de las mujeres en su calidad de vida, en su seguridad y de la paz para ellas.
“Tengan por seguro que trabajaremos para que estos acuerdos se cumplan… no dejaremos a ninguna mujer atrás, ni a ninguna mujer fuera” finalizó la titular de Inmujeres.
 
Ciudad de México. 

Feministas y pueblos originarios orientan nuestros pasos


Las calles de Santiago siguen ocupadas por miles de personas que no las abandonan, pese a la represión y tampoco por el pacto firmado entre el gobierno y la oposición para desmovilizar las protestas. Se trata del Acuerdo por la paz y la nueva Constitución, que no garantiza ni la una ni la otra y es una muestra de que los políticos siguen dando la espalda a la población.
El 14 de noviembre todos los partidos, de izquierda y derecha, con excepción del Partido Comunista, rubricaron un acuerdo que prevé que en abril de 2020 se realice un plebiscito donde la población decidirá si quiere una nueva Constitución y si los convencionales serán mitad parlamentarios y mitad electos o si todos deberán ser elegidos. Además exige que haya dos tercios para aprobar los acuerdos.
Por la izquierda, lo firmaron el Partido Socialista, el Partido por la Democracia, Revolución Democrática y el Frente Amplio, del cual se fugaron decenas de dirigentes que consideraron que es contrario en esencia a las demandas que las diferentes y diversas manifestaciones han enunciado en las calles de Chile (https://bit.ly/2KBPmgV).
Como está sucediendo en los principales conflictos en toda América Latina, han sido las feministas y los pueblos originarios los que han nombrado los hechos de forma más clara y contundente.
Un comunicado de la Coordinadora Feminista 8M rechaza la impunidad y asegura: este acuerdo salva de su propia crisis a un gobierno criminal que ha gobernado con las manos manchadas de sangre. Achaca al presidente Sebastián Piñera muertes, mutilaciones, violencia política sexual, torturas, secuestros y desapariciones.
Aseguran las feministas que la convocatoria de una constituyente en estas condiciones es un nuevo Congreso a la medida de los partidos, a la medida de quienes causaron esta crisis y que han administrado la precarización de nuestras vidas (https://bit.ly/35o0vu1). Sostienen que el objetivo final del acuerdo es retirarlas de las calles para convertirnos en espectadores una vez más.
El mundo mapuche se expresó a través de tres organizaciones, por lo menos: la Alianza Territorial Mapuche, el parlamento de Koz Koz y el colectivo informativo Mapuexpress.
Este colectivo hace un recuento de daños provocados por la represión, destacando la violencia sexual y las torturas. Por eso destaca que el acuerdo por la paz fue firmado en el contexto de terrorismo de Estado, mediante la aplicación de la Ley de Seguridad Interior de la dictadura de Pinochet. El riesgo mayor es que las fuerzas político-empresariales que apoyaron la dictadura y se hicieron con la mayoría del Parlamento en democracia terminen siendo las que redacten la nueva Constitución.
El Parlamento Mapuche Koz Koz, conmemora con ese nombre el histórico encuentro que las comunidades mapuche sostuvieron en la zona de Panguipulli (provincia de Valdivia) poco después de finalizar la guerra de ocupación militar chilena del territorio. Su comunicado asegura que el acuerdo apuesta a la desmovilización y aleja la posibilidad de cambios reales (https://bit.ly/2qt4zKv).
Valora que se trataría de confundir al movimiento social, ya que sólo busca crear una base para seguir usurpando el poder. La Alianza Territorial, por su parte, llama a construir una asamblea de naciones y movimientos, que puede ser similar al parlamento indígena y popular del Ecuador, ya que se propone como un espacio de articulación permanente entre organizaciones sociales (https://bit.ly/2ramG7S).
A mi modo de ver, la irrupción de pueblos originarios y feministas está modificando la vieja cultura política con mayor profundidad que cualquier debate ideológico. El impacto es altísimo y no es fácil de medir. Una pista nos la ofrece que la bandera mapuche sea la más ondeada en las manifestaciones y que ya nadie acepte depender de estructuras organizativas jerárquicas, ni se doblegue ante caudillos.
Las mujeres antipatriarcales y los pueblos indígenas nos enseñan el valor de los liderazgos colectivos, rechazando a los caciques de izquierda, a los partidos y al vanguardismo.
La prioridad para las personas organizadas y movilizadas es la construcción de espacios propios y seguros, con relaciones cara a cara, de confianza mutua, lo que resulta de mayor importancia que programas abstractos que tienen poca utilidad, ya que cuando llega el momento de ponerlos en acción, esos mismos caudillos que los redactaron los hacen a un lado. Los cabildos abiertos van en esa dirección.
Como lo enseñan las intervenciones de Silvia Rivera Cusicanqui, Rita Segato, María Galindo y Mujeres Creando, así como sectores de la Conaie y de las mujeres ecuatorianas, aparece un rechazo explícito a la cultura macho-vanguardista de colocar todas las fuerzas para aniquilar al enemigo.
Desde el alzamiento zapatista debatimos si para cambiar el mundo hay que ocupar el Estado. Ellas corrieron el debate. Está naciendo un modo antipatriarcal y anticolonial de hacer política.

México es uno de los lugares más peligrosos para las mujeres según organismos



Una activista maquillada como "Catrina" participa en una manifestación contra el feminicidio en la víspera del día de las celebraciones de los muertos en la Ciudad de México, 1 de noviembre de 2017. Docenas de feministas maquilladas como "Catrinas" marcharon para exigir justicia en los casos de feminicidio en todos los estados del país / AFP PHOTO / YURI CORTEZ (Crédito de la foto debe leer YURI CORTEZ / AFP a través de Getty Images)

7 mexicanas son asesinadas cada día, solo un 25% de los casos son investigados como feminicidios, según el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio.

Las mujeres constituyen un grupo de la población que enfrenta una mayor vulnerabilidad y discriminación, al estar expuestas a diferentes formas de violencia entre las que se encuentran el acoso, la violencia física, la violencia psicológica, la violencia patrimonial, la violencia sexual, entre otras dijo recientemente en México Amnistía Internacional.

México se coloca en primer lugar en términos de feminicidios en América Latina, 3,366 desde 2015, por encima de países violentos en materia de género como Brasil. De acuerdo con AI, durante el primer bimestre del 2019, se registraron en dicho país 568 crímenes contra mujeres, de los cuales apenas 147 son investigados como feminicidios.

Otro estudio realizado por el Instituto Latinoamericano de Ciencias Sociales coloca a México en el sexto lugar en la lista de países del mundo con la tasa más alta de asesinatos de mujeres, con nueve mujeres asesinadas cada día, según destaca la agencia AFP.

Ciudad de México, 1 de noviembre de 2017. Docenas de feministas maquilladas como «Catrinas» marcharon para exigir justicia en casos de feminicidio en todos los estados del país / YURI CORTEZ / AFP a través de Getty Imágenes)
Pistas de soluciones parciales y ausencia del gobierno

Una universidad en el distrito de Azcapotzalco está alentando a las mujeres a defenderse dándoles cinco clases gratuitas de defensa.

Varios otros establecimientos en la ciudad están implementando la misma práctica.

En toda la ciudad, las estudiantes ahora están familiarizadas con el boxeo y las artes marciales.

La agencia AFP relata el ejemplo de Sabina, una joven transexual punk,que les enseña a sus alumnas a convertir bolsos, paraguas o partes del cuerpo en armas de tremenda efectividad.

Pero la acción de las autoridades se hace esperar.

La Ciudad de México admitió que seis de cada diez mujeres fueron violadas en el espacio público en 2018 y que 41 feminicidios fueron incluidos en la lista durante el mismo año, sin embargo se negó a lanzar en septiembre una campaña para erradicar ese flagelo.

Un mes antes, el caso de una niña de 17 años que afirmó haber sido violada por agentes de policía en la oficina del alcalde de Azcapotzalco tuvo gran repercusión mediática en el país.

La desidia gubernamental es manifiesta, a pesar de que en 2017 la Cámara de Diputados había aprobado una reforma para que el feminicidio en México sea considerado delito grave y amerite prisión preventiva.

Dos años después de que OSC solicitaran AVG, Sheinbaum la decreta


 
Ciudad de México. Después de sostener que la Alerta de Violencia de Género (AVG) no genera resultados y que la Ciudad de México estaba lejana a las regiones más afectadas por el feminicidio, la jefa de Gobierno Claudia Sheibaum Pardo decretó este 21 de noviembre el mecanismo en la capital. 
La AVG, dijo la jefa de Gobierno en un comunicado, permitirá hacer más visible la violencia que enfrentan las mujeres y niñas en la capital de México, donde de octubre de 2018 a 2019, aumentaron en 10 por ciento las carpetas de investigación por el delito de violación. Según la estadística del Gobierno, 65 por ciento de estos casos ocurren en el domicilio y en 95 por ciento el agresor era conocido de la víctima. 
En septiembre de este año, ya un Juez había ordenado al gobierno Federal, a través de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), declarar a la Ciudad de México en estado de Alerta de Género porque advertía un contexto de violencia feminicida. 
Pero la jefa de Gobierno entonces respondió a la orden de declaratoria -derivada de un amparo que interpuso un grupo de organizaciones civiles- que no podía basarse en los resultados del régimen  de Miguel Ángel Mancera, pese a que se venían intensificando las protestas de mujeres, desde que tomó el mando, por intentos de desapariciones de mujeres afuera de las estaciones del transporte Metro, hasta presuntos casos de violaciones perpetrados por policías del gobierno.
Hoy Sheinbaum Pardo se autodecretó la AVG en vísperas del 25 de noviembre Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y como parte de las acciones a tomar, repitió las propuestas que ha venido anunciando en diversas oportunidades.
La próxima semana presentará una iniciativa de Ley al Congreso local para crear un registro público de agresores sexuales con sentencia firme; en 2020 dará mayor presupuesto para los Centros de Atención Integral a las Mujeres.
Se busca profesionalizar a los Ministerios Públicos, asesores jurídicos y peritos que atienden delitos de carácter sexual; se construirán senderos seguros; e insistirá al Congreso local aprobar la Ley que sanciona la violencia digital, denominada “Ley Olimpia”.
Cabe mencionar que en la Ciudad de México la jefa de Gobierno no tiene la facultad de decretar la Alerta de Violencia. En la Ley de Acceso de las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia capitalina se establece que mediante la Secretaría de las Mujeres se puede solicitar a la Secretaría de Gobernación (Segob) emitir el mecanismo.
Sobre la decisión de la gobernadora capitalina del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), la coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), María de la Luz Estrada Mendoza, externó en entrevista con Cimacnoticias, que observa un riesgo de simulación y falta de rendición de cuentas si no existe un equipo externo al gobierno que evalúe las acciones anunciadas este día, así como su pertinencia.
Indicó además que las propuestas de la gobernadora se reducen al ámbito de delitos sexuales, con especial énfasis en la violencia familiar, dejando a un lado problemáticas como severas como las desapariciones de mujeres y el feminicidio. Según datos de la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México en 2019 hasta el mes de septiembre, se han abierto 46 carpetas de investigación por el delito de feminicidio.
La AVG en la Ciudad de México es una demanda no sólo de las organizaciones civiles, es sobre todo de madres de mujeres que han sido asesinadas y cuyos casos peligran en la impunidad por la negligente actuación de las autoridades del gobierno.
En septiembre de 2017 habían presentado a la Conavim la petición de AVG un grupo de agrupaciones civiles formado por el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, Justicia Pro Personas, la Red Todos los Derechos para Todas y Todos, y el OCNF, ante la falta de acceso a la justicia en los casos de feminicidio. 
Sin embargo, la Conavim letargó la respuesta a su petición cerca de dos años. El 7 de junio de 2019, la Comisión Nacional determinó que no emitiría el mecanismo porque la nueva jefa de Gobierno había hecho suficiente en sólo unos meses para atender la situación de violencia contra las ciudadanas.
Las organizaciones tuvieron que ampararse y aunque fueron favorecidas por un Juez, el proceso continua en un Tribunal Colegiado porque la Conavim interpuso una revisión al amparo al considerar que las organizaciones civiles no pueden ser partícipes en el proceso de seguimiento de la Alerta.
En este sentido la declaratoria de Alerta de Género era un hecho inminente, por que lo en consideración la defensora Luz Estrada, la decisión de la gobernadora fue adelantarse. 
CIMACFoto: Hazel Zamora MEndieta

Colonia Simona Robles, un espacio donde las mujeres encuentran la sanación por la violencia


 
Llegó a Juchitán huyendo de su natal Veracruz y en esta ciudad fue arropada por un grupo de feministas encabezadas por Rogelia González, que le ayudaron a reencontrarse dotándole de un espacio de vida en la colonia Simona Robles, que es un ejemplo de resiliencia para mujeres víctimas de violencia de género.
Ubicada a 5 kilómetros de la ciudad de Juchitán, esta colonia se fundó hace 7 años un 11 de noviembre con la finalidad de ser un espacio sanador.
Actualmente la habitan 40 familias, entre ellas mujeres que junto con sus hijos e hijas han descubierto que pueden vivir sin violencia.
A cada familia se le donó un espacio de terreno de 10 por 15 metros, en donde han construido su vivienda; además, se privilegia el tequio, porque de lo que se trata es que en este espacio reine la armonía y la paz.
“Aquí vivo tranquila y en paz, tuve que salir huyendo de mi casa; imagínate tengo 8  hijos, y solo me vine con el más pequeño de 2 años, muchas veces las mujeres aguantamos por los hijos, pero eso es una mentira.
“Hoy soy una mujer diferente, primero mi salud mental y física, mis hijos me han perdonado y aquí estoy viva y contándolo, quién sabe si me hubiera quedado estaría aún viva”, expresó.
Adriana ahora tiene 40 años y el sueño más anhelado es tener su propio negocio de comida, porque la cocina se ha convertido en su mejor aliada en esta etapa de sanación.
Cocina con fogón, todas las tardes junto con su hijo colecta ramas secas y también en un pedazo de su espacio lo habilitó como un huerto. Adriana no vive con las comodidades de antes pero ahora es feliz y su corazón está en paz.
A esta colonia, según datos de las feministas y defensoras de Derechos Humanos, las mujeres que han llegado a este lugar huyendo de la violencia en que viven no son originarias de Juchitán sino de los estados de Chiapas, Veracruz y de la capital de Oaxaca.
“Así como Adriana, llegan varias mujeres  a quienes se les brinda una atención integral, muchas vienen destrozadas de su estado emocional y también físico, con hijos muchas de ellas, primero se internan en el refugio de mujeres que tenemos y que es único en Oaxaca.
“Posteriormente las traemos a las casas de transición mientras se le asigna su lote para que construyan sus viviendas, es una forma de ayudarlas, de solidarizarnos y crear sororidad”, explicó Rogelia González Luis, defensora del Grupo de Mujeres 8 de Marzo.
También existe una “Casa de transición” que se les presta a las mujeres por un lapso de seis meses para que vivan con sus hijas e hijos una vez que abandona el refugio y pueda iniciar una nueva etapa de su vida.
La colonia Simona Robles cuenta con todos los servicios básicos además de dos escuelas: Una primaria y un jardín de niños, así como áreas verdes; y los fines de semana los más de 80 menores que viven ahí reciben talleres infantiles.
“En 2019 se ha disparado la violencia contra las mujeres, cada 48 horas  asesinan a una mujer en Oaxaca, ahora la trata de mujeres, violación a menores y los feminicidios se han hecho el pan de cada día”, declaró Rogelia González Luis, feminista y defensora por más de 30 años.
La defensora señaló que a través del Centro de Atención para la Mujer Istmeña (CAMI) han brindado atención a muchas mujeres que llegan huyendo de sus hogares, la mayoría son de Chiapas, Veracruz y la capital oaxaqueña.
“En este año hemos superado la meta, por ejemplo en el refugio hay más de 30 familias, tenemos lleno todo, y en el CAMI se han atendido a más de 700  mujeres por primera vez víctimas de violencia desde física hasta económica, y más de mil mujeres que subsecuentemente llegan a tomar terapias”.
Además de ambas agrupaciones, Rogelia González es pionera en la fundación de un refugio para mujeres víctimas de violencia en Oaxaca y que le ha costado una serie de amenazas y hostigamientos.
Por último, agregó que es urgente que las autoridades como los sistemas DIF de los estados y municipios asuman su papel de prevención, porque ante estos casos de violencia, se les hace fácil “canalizar” a las mujeres y menores víctimas sin conocimiento de protocolos de seguridad.
“Hace falta mucha sensibilidad y concientización de las autoridades, es momento de asumir responsabilidades y protocolos, a nosotras como defensoras nos llegan muchas solicitudes de refugio, pero ellos desde su sistema DIF deben tomar cartas y accionar”, concluyó.

Juchitán, Oax. (Cimacnoticias/pagina3.mx).