1/19/2020

El Círculo Teatral circula de nuevo

Arte y tiempo
Raúl Díaz

Rodolfo Usigli, Padre fundador del teatro moderno mexicano, se encargó de dejar asentado que Un pueblo sin teatro es un pueblo sin historia. La desaparición de un teatro es, en consecuencia, un hecho lamentable que afecta no únicamente a sus dueños y a los que en él laboran o puedan trabajar, sino a toda la sociedad, ya que, como también se dice, un pueblo sin teatro es un pueblo sin verdad. Por eso, la historia que sigue.
Seriamente afectado por el terremoto de 2017, al igual que otros miles de mexicanos que aún no han recibido la atención debida de las autoridades, El Círculo Teatral se vio obligado a suspender sus actividades materiales, pero los conocidos actores y promotores teatrales Víctor Carpinteiro y Alberto Estrella porfiaron en su propósito de renacerlo de las ruinas.
Durante dos años buscaron, removieron lápidas de escritorios y conciencias, apelaron a la solidaridad de los desposeídos, actores, cantantes, danzantes, músicos poetas, periodistas, dramaturgos, toda esa fauna que arribamos al teatro y que en El Círculo Teatral encontramos una plácida bahía. Con ellos como pivote, la utopía se sostuvo. Galeano, claro, siempre estuvo allí.
FotoTenía que ser así porque El Círculo Teatral fue durante toda su primera existencia un nicho en el que podía recalarse con confianza, siempre y cuando se tuviera un proyecto interesante para el teatro, lo cual, por supuesto, excluía la valoración monetaria, pues lo que importaba y para lo cual el Círculo fue concebido era el teatro.
▲ Afuera del Círculo Teatral, manifestantes contra el cierre del recinto, en 2017.Foto Medios y Media
Así se mantuvo durante sus primeros 15 años, como espacio abierto a los teatreros y creadores en general que tenían algo importante que decir. Fue escuela formal, pero, en un sentido amplio –mucho más importante– fue escuela de vida en cuanto lugar de encuentro, aprendizaje extra aulas, trabajo y de qué y cómo hacer en torno a la escena y también donde surgieron buen número de complicidades que fueron fecundas. Acaso no al frente de todo esto, que sólo pudo ser abatido físicamente por un terremoto, estaba una complicidad que ni éste pudo acabar y tan no pudo, que sigue, heroicamente necia, la complicidad imbatible de Estrella y Carpinteiro que, junto con la espléndida, solidaria, combativa y creativa comunidad artística e intelectual, ha echado a andar de nuevo El Círculo Teatral.
Para anunciar y celebrar esta nueva vida que será únicamente la de muchos proyectos y creadores y la de nuevos aprendices y maestros, la dupla necia cómplice organizó un festejo de fin e inicio de año, acto de todos que se prolongó durante horas y en el que el teatro, desde luego, fue señor y la música reinó al tiempo que la poesía y la reflexión intelectual. Zaide Silvia Gutiérrez, Mauricio Jiménez, Ángeles Marín, Ofelia Medina y, comprometiéndose motu proprio para que en febrero ya haya condiciones para empezar a andar, César Cravioto, responsable por parte de la Ciudad de México para la reconstrucción, a voz en cuello, expresaron el anhelo colectivo ¡Larga nueva vida al Círculo Teatral!

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