Expertos
Deben ser vistos como víctimas y no criminalizarlos, destacan en foro
Los actos de violencia en que se han visto involucrados niños, niñas y adolescentes
son reflejo directo de la inequidad social y la exclusión, de las cuales los pequeños son una de las principales víctimas, por lo que es necesario atender las causas profundas de este fenómeno y no criminalizarlos, ni a sus familias.
Tal fue una de las principales conclusiones de los participantes en el foro Infancia y juventud frente a la crisis y el conflicto social en América Latina y el Caribe”, quienes alertaron que operativos como Mochila segura
violan el derecho a la intimidad de los estudiantes y que la pobreza en
que viven muchos niños ha repuntado de forma preocupante desde 2014.
El abogado y catedrático español Jorge Cardona, ex integrante del
Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas (CDN-ONU), enfatizó
que los menores que participan en actos de violencia también deben ser
considerados víctimas, ya sea de un entorno familiar agresivo o de
factores externos, como grupos criminales, muchos de los cuales los
reclutan a edades muy tempranas.
La violencia es efecto, no causa, por eso hay que enfocarse en las causas reales, como la inequidad social, exclusión, desigualdad económica, mala calidad de la educación y falta de acceso a oportunidades, señaló.
En ese sentido, el especialista consideró que operativos como Mochila segura
–defendidos por el presidente Andrés Manuel López Obrador– quitan a
niñas y niños el derecho a la intimidad y resultan absurdos.
Lo que hay que buscar son las causas de la violencia; el Estado policial no es la solución, destacó.
Por su parte, el pediatra argentino Norberto Liwski, ex
vicepresidente del CDN-ONU y asesor del Instituto Interamericano del
Niño, explicó que las pobrezas moderada y extrema han repuntado desde
2014 en la región latinoamericana, luego de haber remitido en 2012, lo
que significa un
elemento determinante de conflictividad social.
De acuerdo con estudios de la Comisión Económica para América Latina y
el Caribe, dijo, de 2012 a 2014 se logró reducir las carencias de buena
parte de la población, de tal manera que 27.8 por ciento estaba en
pobreza y 7 por ciento en pobreza extrema, pero a partir de 2014 y hasta
2019 esos índices aumentaron a 31 y 12 por ciento, respectivamente.
La socióloga y politóloga ecuatoriana Sara Oviedo, ex vicepresidenta
del CDN-ONU, resaltó que aunque las niñas, niños y adolescentes son uno
de los sectores más vulnerables ante la violencia, no deben ser vistos
únicamente como víctimas, sino como actores sociales muy importantes,
como demuestra el caso de las movilizaciones estudiantiles en Chile.
Fernando Camacho Servín
Periódico La Jornada
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