En agosto de 2018 el quinto
Congreso Nacional de Morena, máxima autoridad del partido, mandató a la
secretaria general en funciones de presidenta, Yeidckol Polevnsky
Gurwitz, a dar al partido un padrón actualizado y confiable. Polevnsky
tardó 11 meses en designar al secretario de Organización, encargado de
dicha tarea, lo que le ha dado argumentos para posponer indefinidamente
el sexto Congreso Nacional en que deben renovarse los órganos
partidistas.
El mismo congreso ordenó crear el Instituto Nacional de Formación Política (INFP), bajo la dirección de Rafael Barajas Durán, El Fisgón,
para capacitar y formar a los cuadros del partido y a los servidores
públicos y representantes populares emanados del mismo. Ha pasado un año
y medio y la encargada de la presidencia del partido ha encontrado una
variedad de pretextos para no cumplir el mandato del congreso. Tampoco
liberó los recursos que el mismo congreso ordenó que administrara el
propio INFP. Por el contrario, las acciones de Polevnsky parecen
encaminadas a sabotear al INFP.
También ha omitido la celebración semanal de sesiones del Comité
Ejecutivo Nacional, como establece el artículo 38 de los estatutos, y
muchas de las sesiones se han convocado de manera urgente y han
sesionado sin quórum. El Consejo Consultivo, definido en el artículo 39
de los estatutos, no ha sesionado una sola vez desde el quinto Congreso
Nacional, que, para todo fin práctico, ya no existe.
Siendo el Consejo Nacional (CN) la máxima autoridad de Morena entre
un congreso y otro, Polevnsky ha incumplido, de manera sistemática, las
resoluciones del máximo órgano partidario: el 3 de marzo de 2019, el CN
avaló la integración y los reglamentos del INFP. La presidenta del
partido encontró la manera de no reconocerlo ni entregarle los recursos
mandatados por el congreso.
El 7 de julio, el CN decidió iniciar la credencialización de la
militancia; reconocer el padrón interno de 3.1 millones de afiliados,
así como la aprobación y entrega inmediata de los recursos al INFP.
También, convocó a Congreso Nacional para noviembre. Polevnsky
desconoció los acuerdos y no los cumplió, porque
violaban el estatuto.
El 10 de noviembre, el CN y el Comité Ejecutivo Nacional, convocaron a
Congreso Nacional para el 30 de noviembre. Polevnsky hizo la
presentación de dicha convocatoria al lado de la presidenta del CN,
Bertha Luján, y del presidente de la Comisión Nacional de Honestidad y
Justicia, Héctor Díaz Polanco. El congreso no se realizó, porque
Polevnsky se negó a convocarlo, desconociendo su palabra, como señaló
Pedro Miguel en este diario (29/11/19):
Dirigentes, funcionarios partidistas, bases, cuadros e individuos sin relevancia jerárquica hicimos innumerables y desgastantes esfuerzos para mantener la unidad y la institucionalidad de Morena y no se logró. Se transigió en todo y a la postre la secretaria general en funciones de presidenta del Comité Ejecutivo Nacional, Yeidckol Polevnsky, incumplió el acuerdo político de última hora que permitiría resolver la crisis mediante una sola convocatoria a un congreso extraordinario. Se cumplió el plazo establecido y del sector del CEN dominado por ella, que se dice mayoritario, no salió convocatoria alguna. Días después Polevnsky declaró, entre vituperios a dirigentes de otros órganos partidistas, que no firmaría la convocatoria acordada.
La sesión del CN del 29 de noviembre fue desconocida por Polevnsky.
Entre los acuerdos de esa sesión estaba la convocatoria a Congreso
Nacional del partido para enero de este año. Podemos apostar a que no se
realizará dicho congreso.
Además del sistemático incumplimiento de las resoluciones de los
máximos órganos del partido, Polevnsky ha judicializado la vida interna
del partido. Ha cuestionado la validez del padrón de Morena
desconociendo los acuerdos del quinto congreso y la disposición del
Instituto Nacional Electoral de enero de 2019. Intentó eliminar las
candidaturas a la presidencia del partido distintas a la suya con
interpretaciones a modo de los artículos 8 y 10 del estatuto, para
quedarse sin rival al frente en la elección interna. También desconoció
el proceso interno, organizado por el CEN por ella presidido y el
secretario de Organización por ella designado, para evitar la
realización del Congreso Nacional en noviembre de 2019.
De estas acciones, la más grave es la invalidación de los acuerdos
relativos al INFP, tanto del congreso y el Consejo Nacional del partido,
como de las autoridades electorales (resolución del INE del 18 de
diciembre de 2018). Particularmente grave, porque un gobierno
progresista sin partido y movimiento que lo respalde, sin formación de
cuadros, no tiene futuro.
Esos son los hechos. Me reservo mis opiniones.
Pd. No, AMLO no intervendrá: lo ha declarado al menos dos veces. No intervenir no significa avalar. Y está en lo correcto.
Twitter: @HistoriaPedro
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