Aniversario de una medida unilateral
▲ Las personas que ingresan a México o que deporta Estados Unidos ya se
cuentan por dece-nas de miles. En la imagen, la Patrulla Fronteriza,
vista desde Ciudad Juárez.
La decisión de Estados Unidos de enviar a México
solicitantes de asilo de distintas nacionalidades cumplió un año y,
según información de la Secretaría de Gobernación (SG), el plan
unilateral de Washington sigue sin fecha de caducidad.
Del 29 de enero de 2019 a la misma fecha de 2020, nuestro país
recibió 63 mil 7 migrantes para esperar aquí respuesta a sus procesos y
cita en la Corte que lleva su caso, indican cifras a las que tuvo acceso
La Jornada.
Al cierre de 2019 se habían registrado 20 mil 741 menores de edad; esto es, una tercera parte del total en este momento.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) alertó que 2 mil 200 migrantes, incluidos 700 menores de edad,
se encuentran atrapadosen Matamoros.
Debido al tiempo de espera de los solicitantes de asilo,
semanas o meses, esta población se encuentra en una situación de
inseguridad y acceso limitado a servicios básicos, por lo que Unicef instó de
modo vehementea las instituciones mexicanas a cumplir con sus propios protocolos en favor de la infancia y la adolescencia migrante.
Hasta ahora, ninguno de los dos gobiernos ha puntualizado las medidas
de atención para quienes buscan protección internacio-nal y son
enviados a un país en el cual no quieren vivir. En su momento, sólo
vieron a México como área de tránsito.
Los puntos por donde se dan los envíos tienen ya, según las
autoridades locales, alerta por el aumento del flujo migratorio, tanto
de los que vienen de la frontera sur como los devueltos por Estados
Unidos.
Al inicio del plan unilateral (aceptado por México por razones
humanitarias), el vecino país di-jo que trasladaría a centroamericanos
que llegaron a su territorio vía su frontera sur, pero apenas fortaleció
el esquema mandó a migrantes de distintas nacionalidades.
Provienen de 35 países
Además de los grupos mayoritarios (centroamericanos), la lista de nacionalidades rebasa los 35 países.
Con ello se refuerza la posición de México como lugar de tránsito.
Un informe difundido esta semana por la SG destaca que a partir de
2013, la presencia de personas migrantes provenientes de fuera del
continente americano se intensificó de manera considerable.
Tan sólo de aquellos que no cumplieron su objetivo, es decir, los
detectados por el Instituto Nacional de Migración y llevados a
estaciones, la movilidad extracontinental y extraregional, pasó de 3.4 a
8.3 por ciento del total de registrados oficialmente.
El análisis de Gobernación indica que durante el lapso 2013-2018,
esta población, distinta a los centroamericanos, pasó de 2 mil 963 a 11
mil 619 personas.
En 2019, de un total de 186 mil 750 presentados ante la autoridad
migratoria, 6.1 proceden de naciones del Caribe; los asiáticos
constituyeron 3.4 por ciento y los de África, 3.9 por ciento.
Es decir, el flujo migratorio que ingresa a México –o que es devuelto
aquí por Estados Unidos– ya se cuenta por decenas de miles.
Como se indicó, 63 mil fueron enviados en un año a esperar aquí
respuesta a sus solicitudes de asilo, mientras poco más de 70 mil hizo
la respectiva solicitud de protección al Estado mexicano. A ello debe
agregarse los que sí consiguen su objetivo de internarse a Estados
Unidos.
Todos transitan en algún momento por México.
La SG detalla en el informe Personas migrantes extracontinentales y extrarregionales en los flujos en tránsito por México
las rutas que toman los grupos, según su nacionalidad, por lo cual el
gobierno refuerza la alerta de la posible operación de redes de tráfico
de personas.
La dependencia subraya la importancia de contar con recursos mínimos para atender a la población en tránsito.
Además, la necesidad de reforzar
la agilidad en los trámites administrativos; la atención a la población en situaciones de vulnerabilidad, así como en cuanto a su integración, aunque ésta sea temporal y de cor-ta duración
Foto Afp
Fabiola Martínez
Periódico La Jornada
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