Agradezco la invitación para participar en este importante conversatorio convocado por Radar Verde
para denunciar, proponer y tomar conciencia sobre una pandemia de otro
tipo que ya la tenemos entre nosotras/os: la instalación acelerada de la
Red Inalámbrica de Quinta Generación o 5G. Quiero saludar a todas/os y
me sumo a las conmemoraciones de hoy 24 de junio, que han mencionado
las/os que me antecedieron:
- El Día de los campesinos y la Reforma Agraria promulgada en 1969 por el Gobierno Revolucionario militar de Juan Velasco Alvarado. Es el Día de los agricultores y el sector rural, cuya fecha en la época de los incas era motivo para celebrar la fertilidad de la tierra y la influencia del Sol, a través de la fiesta del Inti Raymi, debido al inicio del solsticio de invierno.
- El Día de “San Fan” para los Pueblos Indígenas nativos, bosquesinos y urbanos de la región andino-amazónica, fiesta introducida en el Siglo XVI por los españoles, que conmemora el nacimiento de San Juan Bautista (el que bautizó a Jesús en el río Jordán), por lo que la población acude en grandes fiestas y comilonas de “fanes” a los ríos y lagunas para participar del “baño bendito”. Se trata también del inicio del solsticio de invierno y en distintos lugares se enciendan fogatas en conmemoración al comienzo de esta estación.
- El Día Internacional contra la contaminación electromagnética, electropolución o electrosmog, una fecha para tomar conciencia sobre los riesgos de una contaminación que, como el Coronavirus, es invisible, pero está teniendo consecuencias en la salud de las personas, la vida y la biodiversidad, generadas en este caso por equipos electrónicos como celulares u otros elementos producto de la actividad humana.
Considero
que estos daños de las redes 5G y otros anteriores, constituyen una
“pandemia” ya que se trata de un elemento de la naturaleza, la energía y
las ondas electromagnéticas, cuya manipulación humana está fuera de
control y provocando enfermedades e impactos endémicos sobre los seres
vivos. Es pandemia porque se extiende a muchos países y ataca a casi
todos los individuos de una especie, localidad o región. El tema 5G ha
desatado un gran debate internacional promovido por organizaciones
científicas, ONGs ecologistas, organizaciones sociales y urbanas, así
como por algunos gobiernos que están esperando el resultado de
investigaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que
completarán recién el próximo año.
Pero en el 2006, la OMS ya adelantó opinión: “Teniendo
en cuenta los muy bajos niveles de exposición y los resultados de
investigaciones reunidos hasta el momento, no hay ninguna prueba
científica convincente de que las débiles señales de RF (señales de
radiofrecuencia) procedentes de las estaciones de base y de las redes
inalámbricas tengan efectos adversos en la salud” (https://www.who.int/peh-emf/publications/facts/fs304/es/).
Según la OMS no existente evidencias hasta el 2006 que la AF en
estaciones cercanas a poblaciones o por el uso de celulares produzca
cáncer, alteraciones del sueño o de la función cardiovascular.
La
última publicación en español del Proyecto Internacional de Campos
Electromagnéticos CEM sobre este tema data del 2011, en la que señala1
que “Hasta la fecha no se ha confirmado que el uso del teléfono móvil tenga efectos perjudiciales para la salud”. Y que “En
el caso de las frecuencias utilizadas por los teléfonos móviles, la
mayor parte de la energía es absorbida por la piel y otros tejidos
superficiales, de modo que el aumento de temperatura en el cerebro o en
otros órganos del cuerpo es insignificante.”
Sin
embargo, un importante grupo de científicos, formularon el 17 de
diciembre del 2018 un Llamamiento internacional para detener la
implantación de la red 5G en la Tierra y en el espacio” en el que
proporcionan la data e investigaciones existentes sobre el tema y
señalan que. “Nosotros, los científicos, médicos, representantes de
organizaciones medio ambientales, y otros, abajo firmantes de este
llamamiento, de diversos países, pedimos con urgencia que se paralice el
despliegue de la red inalámbrica 5G (quinta generación), incluida la
red 5G de los satélites espaciales. La implantación del 5G incrementará
masivamente la exposición a la radiación de radiofrecuencia (RF) de las
telecomunicaciones acumulándose a la ya existente con las actuales redes
2G, 3G y 4G. La radiación de radiofrecuencias ha demostrado ser
perjudicial para los seres humanos y el medio ambiente. El despliegue
del 5G constituye un experimento sobre la humanidad y el medio ambiente
que bajo el prisma del derecho internacional puede definirse como un
crimen contra la humanidad” (https://www.avaate.org/declaraciones/article/llamamiento-internacional-para-detener-la-implantacio%CC%81n-de-la-red-5g-en-la)
Pero
por ahora, la OMS está ocupada con la pandemia del CODIV 19, cuyos
efectos están siendo letales. En el Perú, luego de 101 días de
cuarentena, con 8,404 fallecidos, 260,000 infectados, ambas cifras en
ascenso y una economía en descenso y devastada a consecuencia del
Coronavirus y el neoliberalismo depredador, no existe tiempo para
discutir la otra pandemia electromagnética en la que ya estamos, de la
que nos ocupamos en este foro, así como la OMS tampoco tiene tiempo de
culminar sus estudios sobre los impactos en los seres humanos. La
pandemia del CODIV 19 o los impactos del cambio climático ¿son cortinas
de humo para esconder un problema mayor? Esta es una de las preguntas
que nos hacemos y que ojalá en este foro podamos dilucidar.
Sin
embargo, la pandemia 5G no es tan nueva – hubo 2G, 3G, ahora estamos en
4G – y posiblemente ya se está asentando en el Perú en medio de una
guerra geopolítica entre China y EEUU, por el control de las
comunicaciones, los recursos naturales, mercados y gentes del planeta.
Ello nos obliga a reflexionar sobre las 5 funciones que tiene la región
andino-amazónica.
- Es el pulmón de buena parte del planeta ya que produce oxígeno O2.
- Es el riñón del mundo ya que absorbe y produce CO2, uno de los principales gases de efecto invernadero GEI), al concentrar la mayor parte de los bosques del planeta.
- Es el aguatero de al menos el 25% del agua dulce del mundo que convierten las nubes de este a oeste en verdaderos ríos voladores para irrigar las costas del Perú, Ecuador, Chile y hasta las pampas argentina1s y uruguayas (ver el vídeo “¿Por qué defendemos la amazonía?” en: ).
- Es la equilibradora del clima.
- Es la despensa de la biodiversidad del planeta, de los conocimientos ancestrales sobre principios activos de plantas y animales, así como la reserva estratégica de América del Sur para el Buen Vivir en el Siglo XXI, como sostiene Róger Rumrrrill y muchos otras y otros.
Como sostiene el sociólogo francés Philippe Descola: "Las
zoonosis -enfermedades infecciosas que se transmiten de los animales a
los humanos y viceversa- han existido desde que la humanidad comenzó a
movilizarse, pero lo alarmante del virus actual, es la velocidad con la
que se ha propagado y, en los pueblos indígenas de la Amazonia, el modelo de desarrollo occidental es uno de los culpables" (https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-53066587).
Es
como sucede con el principal factor del cambio climático y
calentamiento global, es decir la generación de GEI principalmente el
CO2 y el metano, pero todos sabemos que es el modelo de producción y de
provisión de energía basado en combustibles fósiles, así como el estilo
de consumo no sostenible, que son los tres basamentos del capitalismo y
socialismo autoritario .... estamos donde estamos. Por ello, mi tesis
con la que coinciden varios, es que "volver a la normalidad", a la
"nueva normalidad", a la "nueva convivencia" y, recientemente desde el
Foro Económico Mundial FEM-WEF, al "gran reinicio", no resolverá los
problemas que tenemos, sino que los dispersará, profundizará y serán
parte de la realidad tanática en la que vivimos desde que en 1993 se nos
impuso la Constitución fujimorista.
Los
dueños del Perú, siendo los principales responsables del colapso
sanitario y productivo actualmente existente, son los que sostienen que
la economía y la reactivación debe ser “normalizada”, con despido de
trabajadores, “suspensión perfecta” y “Perú país minero”, o sea …. su
bolsa vale más que la vida. Es por ello que tiene sentido común,
criterio y lógica lo escrito por alguien con mucha rabia en una
cartelera o sitio web: “Basta de corona para los ricos y virus para el pueblo”. Lamentablemente, nos esperan aún “tiempos recios”, de protestas con propuestas.
Ya
se sabe que el Coronavirus viajó en avión de Europa y el lejano oriente
hacia los barrios mesocráticos de Lima, se trasladó en combi, buses y
moto taxis hacia los conos y los cerros empobrecidos de Lima, a pie o en
buses hacia las regiones, distritos y provincias y, luego de varias
semanas, en bote hacia las comunidades nativas y territorios de los
bosquesinos en la Amazonía.
Lamentablemente,
en estos largos tres meses de cuarentena, el Gobierno no ha actuado con
coherencia, criterio, lógica y sentido común al aplicar sus medidas sin
diagnósticos certeros y cual “pilotos de bombardero”, además de no
hacerlo con transparencia, ética mínima y sentido de equidad
diferenciada, social y territorialmente. La población exige que el
Gobierno debería tener otra lógica, la de los de abajo y adentro, la de
las mayorías, no la1 del neoliberalismo, depredador y excluyente que
incrementa las desigualdades. Debería tener otros criterios, los de los
trabajadores, los agricultores y los pueblos indígenas, no los de los
dueños del Perú, los de los más ricos. Debería tener otro sentido común,
el del valor de uso sostenible de los recursos naturales (agua, bosques, energía y biodiversidad), en lugar del valor de cambio
(precios y mercado) del neoliberalismo depredador y concentrador de
ingresos. Pero, lamentablemente, creo no le podemos pedir peras al olmo
ya que, como el emperador en Estados Unidos, el neoliberalismo en el
Perú … ha quedado desnudo.
Luego de la emergencia, debemos marchar hacia un nuevo pacto político socio-ambiental a nivel global y constitucional,
que elimine el capítulo económico de la Constitución mafiosa de 1993,
que ayude a combatir las plagas que nos acosan y que vaya al fondo de
los problemas. Este pacto debería estar sustentado en la disolución
cuanto antes de los mitos del modelo ideológico del neoliberalismo
extractivista exportador y depredador1,
que se ensaña contra los más pobres, contra los trabajadores, contra la
región andino-amazónica, sus bosques, sus pueblos y ... el país.
Todos
sabemos que en el Perú no existe actualmente una verdadera Política de
Estado sobre Ordenamiento Territorial (PEOT), sino un conjunto de
variables supuestamente técnicas, cada una más desconectada que la otra y
con una institucionalidad dispersa, incoherente, ineficiente y alejada
de la realidad de los territorios y sus habitantes. Una PEOT la entiendo
junto con otros estudiosos como un proceso social, político, histórico, cultural, institucional, territorial, económico y también técnico, en ese orden.
Esta PEOT debería ser el eje central de toda Planificación Estratégica
para un país como el Perú que es abigarrado, disperso, multicultural y
biodiverso, que se supone que busca ser moderno, competitivo, justo y
respetuoso de los seres humanos y del buen uso de sus recursos
naturales. La pandemia del CODIV 19 nos ha mostrado dramáticamente que
esto no ha sido así. El neoliberalismo sin ordenamiento de sus
territorios, como el Emperador del norte … ha quedado desnudo.
Esperamos
que este nuevo pacto social tenga entre su base, la moratoria de la
minería y extracción de petróleo, la tala de bosques, los transgénicos y
por supuesto … las redes electromagnéticas de quinta generación 5G,
cuando no su prohibición.
Hugo Cabieses Cubas
Economista licenciado en la Universidad del Pacífico (Lima,1972), ex Viceministro de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales del MINAM (2011), actual investigador del Instituto para el Desarrollo y la Paz Amazónica (IDPA) y del Foro Social Pan Amazónico (FOSPA). Socialista convicto y confeso.
1 Ver mi escrito “Perú: a disolver los 10 mitos de un modelo caduco y corrupto” en: https://www. Lo.alainet.org/es/articulo/202633
https://www.alainet.org/es/articulo/207456
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