La Jornada
Bajo la lupa
Alfredo Jalife-Rahme
Ya había abordado la multitudinaria pedofilia consuetudinaria del
suicidadomultimillonario de Wall Street, Jeffrey Epstein (https://bit.ly/3dWLjb8), cuya hediondez –que ha infectado desde la Casa Real Británica, pasando por Bill Clinton y Michael Bloomberg, hasta Bill Gates y Elon Musk– obligó a la renuncia del secretario
latinodel Trabajo, Alexander Acosta” (https://bit.ly/2ZEuQ62) y (https://bit.ly/2YWOcUX).
Existe una
pequeña lista negrade 92 páginas develada por Gawker de los
invitadosespeciales de Jeffrey Epstein (https://bit.ly/2BDPqJh).
Wayne Madsen ex funcionario del National Security Agency (NSA), expuso los vínculos de Jeffrey Epstein con el Mossad, agencia de espionaje de Israel, y sus periplos del
tercer tipoa Francia y a México.
Wayne Madsen interpreta la hermenéutica pedófila del Mossad: “el uso de menores (sic) en los casos de ‘trampas de miel’ son prácticamente la exclusividad del Mossad”.
Dos años antes publiqué Sexoescándalos politizados: Israel, Mossad y Harvey Weinstein controlan Hollywood (https://bit.ly/3gmFchM).
A un año del
convenientesuicidio de Jeffrey Epstein, su ex novia, la israelí-británica y criminal más buscada del mundo, Ghislaine Maxwell, fue detenida por la FBI.
MadameMaxwell, hoy de 58 años, sirvió de proxeneta durante 30 años para su ex novio: el israelí-estadunidense Jeffrey Epstein.
La biografía del padre de Ghislaine Maxwell, el magnate israelí-británico de multimedia, Robert Maxwell, fue hallado muerto en altamar, supuestamente por un
accidenteen su yate.
Gordon Thomas, especialista de las andanzas del Mossad (https://amzn.to/3iwk3n5), escribió un libro donde expone que el padre de Ghislaine Maxwell fue un
súper-espía de Israel(https://amzn.to/2BrI2n1).
Son conocidos los vínculos del abusador sexual Harvey Weinstein, en su plaza de Hollywood, con el pedófilo Epstein (https://bit.ly/3glUZ0g) quien operaba en su erótico
trapeciogeométrico y circense: en Nueva York, en su
isla de la pederastia(en Las Islas Vírgenes de EU), en su rancho en Nuevo México, y en West Palm Beach.
Bill Clinton fue
viajero frecuentedel avión particular de Epstein: Lolita Express.
Una foto del New York Post exhibe a los tres operadores del Mossad juntos: Weinstein, Epstein y Ghislaine Maxwell en una fiesta del príncipe Andrew sobre quien pende la espada sicalíptica de Damocles (https://bit.ly/3ivOv0y).
La
MadameGhislaine Maxwell será encarcelada en la misma celda de Manhattan donde se
suicidósu ex novio pedófilo, lo que ha inducido a que se presagie la repetición de una arreglada
muerte convincente, quizá infectada por el Covid-19, como aduce el blog Sic Semper Tyrannis (02/07/20):
me pregunto por qué se estaba presuntamente escondiendo en New Hampshire. Hubiera pensado que su destino más seguro era Israel (¡mega-sic!). ¿Existe arreglo?
La desaparición y ahora la captura de Ghislaine Maxwell se prestan a todo tipo de conjeturas y cuyo testimonio, redireccionado por el Departamento de Justicia, hoy a cargo de William Barr, incondicional de Trump, puede afectar e infectar la elección presidencial.No será determinante, pero si muy cacofónico.
¿Qué tanto la fetidez de Bill Clinton mancillará a Joe Biden?
Según mi dicotomía de los dos grupos que luchan a muerte por el control de EU y del mundo – Nacionalismo Contra Globalismo: Dicotomía del Siglo XXI antes de la Inteligencia Artificial(https://bit.ly/38q6ZLl)–, coloqué del lado del grupo de Rothschild/Soros/Ehud Barak tanto a Jeffrey Epstein como a Harvey Weinstein debido a sus traslapes financieros sectoriales.
Las andanzas de Jeffrey Epstein, que serán refrendadas a conveniencia vital y financiera por su ex novia Ghislaine Maxwell salpican a un nivel meramente cupular tanto a Trump como a Bill Clinton.
Saldrá mejor beneficiado a quien afecte menos el lodazal erótico, dadas las circunstancias y la explosividad de estrujantes nuevas revelaciones (https://bit.ly/3eXvmCQ).
Si por su cacofonía multimediática los conoceréis, llama la atención que el portal Breitbart y el canal Fox News, ambos muy cercanos a Trump, exulten y exalten el arresto de Ghislaine Maxwell, mientras The New York Times, The Financial Times y The Economist, muy favorables a Joe Biden, guardan un silencio sepulcral al respecto.
Facebook: AlfredoJalife
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