7/27/2020

Columnas y opinión del periódico La Jornada


Lozoyagate ¿y los perredistas? 
 Schlumberger, pérdidas cuantiosas 

Lo que el viento se llevó 
Ya transcurrió más de una semana desde que Emilio Lozoya fue extraditado a México. Se supone que no pisó la cárcel y que fue internado en un hospital de lujo, pero no hay videos ni fotos. También se supone que en Madrid hizo una declaración en la que embarró a integrantes del gabinete de Enrique Peña Nieto y prominentes legisladores panistas, éstos porque recibieron moches para aprobar la reforma energética. Se especula que su defensor, el ex juez Baltasar Garzón, dirige la campaña de medios cuya finalidad sería hacer posible que no sea encarcelado e incluso que sus bienes no sean tocados. ¿Y la Fiscalía General de la República? En silencio. Los principales embarrados priístas son Peña Nieto, Luis Videgaray y David Penchyna, así como los panistas Ricardo Anaya, Ernesto Cordero, Francisco Domínguez (gobernador de Querétaro), Francisco García Cabeza de Vaca (mandatario de Tamaulipas), Salvador Vega Casillas y Jorge Luis Lavalle Mauri. Han guardado silencio Peña Nieto y Videgaray, otros han negado cualquier vínculo. Anda un cabo suelto, en realidad varios. ¿Y los perredistas? Hasta hoy sólo aparecen prianistas. Según narraron las crónicas de los días en que se aprobó la reforma, hubo un pacto en lo oscurito: el PAN presentaría en el Congreso la iniciativa de la reforma energética, pero no acudirían los perredistas a sesión porque iba contra sus principios. En cambio, sí presentaban (los perredistas) la iniciativa de reforma fiscal, pero en ausencia de los panistas, por la misma razón de principios. Ambas fueron aprobadas al final. ¿Cuánto habrán cobrado Los Chuchos por el servicio? Todavía no aparecen en el lodazal. El caso es que la opinión pública ya quiere conocer el segundo capítulo del lozoyagate, no en escondites, sino en tribunales.
Pega la crisis a los grandes
La compañía petrolera Schlumberger probablemente es la mayor proveedora de servicios de Pemex; le ha asignado contratos con valor de miles de millones de pesos. Está pasando por una mala racha, pues informó de una segunda pérdida en el segundo trimestre del año tras una drástica caída de ingresos en cuanto a petróleo de esquisto y el deterioro de activos en Estados Unidos, en lo que probablemente ha sido el trimestre más difícil en las últimas décadas, dijo el CEO Olivier Le Peuch. La empresa anunció que cancelaría 21 mil puestos de trabajo y reportó una pérdida neta de 3 mil 434 millones de dólares para el segundo trimestre (abril a junio), después de los 7 mil 376 millones del primero.
El año pasado corrió la versión de que Schlumberger demandaría judicialmente a Pemex por un considerable atraso en los pagos, pero la empresa lo desmintió. Su nombre está ligado prácticamente al de todos los personajes que han transitado por su dirección general.
Lo que el viento se llevó
Falleció Olivia de Havilland, a los 104 años, en París. Fue protagonista del filme Lo que el viento se llevó, según los conocedores, el más taquillero de la historia (descontada la inflación).
Ombudsman Social
¿Por qué mover a Rosa Icela? 
Puertos: narco y corrupción
Suárez del Real, al relevo
Frenaaa e himno guadalupano
No es buena noticia para la Ciudad de México la salida de Rosa Icela Rodríguez Velázquez de la Secretaría de Gobierno. Su especialidad ha sido la política y la administración de la Ciudad de México, con especial acento en temas de seguridad pública. Veintitrés años atrás dejó el reporteo periodístico para iniciar una carrera de servicio público en la que ha tenido como coordinador a Martí Batres en la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México y a Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera como jefes de Gobierno, con estos dos últimos como estratégica secretaria de Desarrollo Social.
Como secretaria de Gobierno de la capital del país –desde el 5 de diciembre de 2018, hasta hoy– Rosa Icela parecía la fórmula ideal para Claudia Sheinbaum, quien tenía en el segundo cargo de importancia a una colaboradora discreta, eficaz, muy trabajadora y con una extendida fama de honestidad. Sin embargo, el verdadero jefe político de la funcionaria Rodríguez, López Obrador, quien le tiene una alta estima profesional, decidió retirarla del escaparate chilango y nombrarla coordinadora de Puertos y Marina Mercante de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Nacida en la Huasteca potosina, licenciada en periodismo y mujer de izquierda, Rosa Icela es enviada a una delicada misión, para la cual no sólo son necesarios los conocimientos técnicos, que irá adquiriendo, sino las características que ya posee: honestidad, disciplina y la plena confianza de su jefe. Su nombramiento se produce luego de la renuncia de Javier Jiménez Espriú a la SCT, en desacuerdo por la llegada de la Secretaría de Marina a encargarse de las funciones eminentemente civiles de los puertos, la marina mercante y la formación de marinos mercantes.
Lo que se busca, equivocadamente, a juicio de este tecleador, es que la fuerza militar de la Armada ayude a frenar y erradicar la enorme corrupción que rodea la operación en puertos y aduanas marítimas y, en particular, el predominio operativo de los intereses de fuertes cárteles del crimen organizado. Nada garantiza o sugiere que la cesión de mando a la Armada pueda cambiar, más que en términos efectistas (como ha sucedido con la Guardia Nacional, que ha devenido en mera extensión de la Secretaría de la Defensa Nacional, con otro nombre y uniforme), la putrefacta realidad en esos puntos marítimos. Todo podría quedar en un simple cambio de gerentes del mismo negocio, tal vez con estilos distintos. A supervisar a nombre de AMLO que no suceda así, va Rosa Icela Rodríguez. Ya se verán los resultados.
Alfonso Suárez del Real fue nombrado nuevo secretario de Gobierno de la Ciudad de México. Ha sido diputado local y federal y hasta hoy ha sido secretario de Cultura con Sheinbaum como gobernante. Tiene estudios de bachillerato y ha tomado cursos de periodismo, historia y cultura, siendo esta materia en la que más se ha especializado. Fue delegado sustituto en Cuauhtémoc durante casi siete meses, luego de que Dolores Padierna dejó el cargo para ir a una candidatura. También fue subdirector del Metro.
El propio Presidente de la República suele hacer profesión pública de sus creencias religiosas e incluso ha orado en Palacio Nacional con grupos evangélicos, según ha asegurado el pastor Arturo Farela. Pero ayer tomó otra dimensión el uso de esas referencias durante una de las marchas en automóviles que organiza ciertos fines de semana el Frente Nacional Anti-AMLO (Frenaaa). En San Luis Potosí se utilizó, desde bocinas en vehículos, un himno guadalupano (https://bit.ly/2CGizXC), según puede apreciarse en el video tomado por Eduardo Martínez Benavente (https://bit.ly/2D3gB3b). Una de las estrofas, según transcribió José Rosario Valles, reza así: Mexicanos: volad presurosos del pendón de la Virgen en pos. Y en la lucha saldréis victoriosos, defendiendo a la patria y a Dios.
Y, mientras un fiscal de Estados Unidos ha negado al ex gobernador priísta de Chihuahua César Duarte que lleve su proceso en libertad bajo fianza, ¡hasta mañana!

La brutal violencia familiar
Una de las conductas más lesivas en la vida comunitaria se expresa en la denominada violencia familiar, la cual se refiere a los hechos delictivos que se cometen al interior de nuestra célula social más íntima y sensible, que es la familia; y todo ello, fundamentalmente, en contra de la mujer, de los niños y las niñas.
Estos delitos, que generalmente conducen a lesiones que pueden llegar hasta la misma muerte, implican también humillaciones y ofensas muy graves e injustas hacia las mujeres; como resultado del abuso cobarde y desmesurado que se ejerce en contra de quienes, por amor o por debilidad natural, no pueden defenderse o se encuentran a expensas de quien provee el dinero y los elementos de vida que son indispensables para esas víctimas.
Esas agresiones son todavía más repugnantes cuando se realizan en contra de niños y niñas. Y en tales casos las cometen generalmente los padres, las madres o parientes cercanos, que convierten a esas criaturas en las víctimas más indefensas y frágiles de la brutalidad y la cobardía de quienes utilizan esos hechos incalificables para dar salida a sus frustraciones y a sus aberraciones conductuales absolutamente reprobables.
En el marco jurídico federal, sólo unos cuantos artículos se refieren a esos casos que son tan graves y repetitivos, sancionándolos como leves. Cuando dichas conductas representan todo lo contrario, como lo muestran las estadísticas generales sobre ese delito, que constantemente se vincula con lesiones, ­violaciones y homicidios, mostrando su magnitud y consecuencias.
Las cifras oficiales nos señalan que durante 2019 en nuestro país se cometieron 44 mil 827 homicidios, 208 mil 547 delitos por lesiones, hubo 204 mil 173 denuncias por violencia familiar y 17 mil 141 violaciones. A su vez, las estadísticas indican que 43.9 por ciento de las mujeres en México han sufrido violencia física o sexual, inferida por su pareja. En tanto que, del total de ellas, únicamente 2 por ciento solicitó apoyo a alguna institución.
En relación con lo anterior, hay que tomar en cuenta que, tanto las mujeres como los niños y las niñas, difícilmente se atreven a denunciar. Y cuando llegan a hacerlo, la presión de su propia supervivencia y sus necesidades afectivas los llevan constantemente a perdonar a sus victimarios; sometiéndose a un dolor permanente que, a su vez, va generando un sedimento de humillación y coraje que habrá de reflejarse en retaliaciones que reproducirán y magnificarán la violencia sufrida.
Este fenómeno de agresividad desmedida, frecuentemente está vinculado con casos de alcoholismo y drogadicción, que propician esos resultados catastróficos en la vida familiar, como consecuencia de la repetición constante de esas conductas aberrantes.
Experiencias profesionales en diferentes ciudades y poblaciones del país, nos han permitido comprobar que estos crímenes abominables se multiplican al llegar cada fin de semana. Cuando la ingestión abusiva de alcohol o de drogas lleva a sus consumidores a perder todo sentido de control y responsabilidad, desatando sus peores compulsiones, cuya brutalidad incontenible llega a producir verdaderas tragedias humanas.
El sometimiento y la indefensión de sus víctimas genera a dichos delincuentes un placer morboso que los incita a producir mayor daño, hasta llegar a provocar la pérdida de la vida. En esa misma dinámica se multiplican también, de manera exponencial, los delitos sexuales, en los cuales la violación de mujeres, niños y niñas se convierte en acciones repetitivas e inevitables para esas víctimas que sufren profundos daños físicos y mentales, que los habrán de marcar de por vida, atrapándolos muchas veces en una vorágine aniquilante de la cual es muy difícil escapar.
Malandrines no mexicanos
Foto
▲ Emilio Lozoya, ex director de Petróleos Mexicanos, en imagen de 2013.Foto Francisco Olvera
Dos palabras, tan sólo dos palabras. Las grité y repetí dándome apenas unos segundos para el resuello. Mi voz seguramente hubiera resultado inaudible, de no haber formado parte del reclamo colectivo de miles de gargantas que, en muchas lenguas, con los tonos y los acentos más diversos, le daban a la consigna común, una inusitada pluralidad y riqueza. Algunos de los gritones lo hacían en su propio idioma, otros trataban de imitar lo más posible los sonidos que surgían de las gargantas de los hispanohablantes, lo cual complicaba la barahúnda imperante. Qué difícil para los finlandeses comprender, ellos, a quienes entenderles es todo un reto para nosotros, que los argentinos celebraran fastos tan emotivos con canciones plenas de lloros y dolencias. A los escandinavos, o a los mismos británicos, el harto trabajo de entender que los españoles, al mismo tiempo que reivindicaban a la Caridad del Cobre como miliciana y socialista, no dejaban de batir palmas (aplaudiéndose a sí mismos, pensaban ellos), y evitando a los presentes oír, con sus palmeadas tan rítmicas, precisas, lo que querían transmitir. ¿Se imaginan el azoro de ucranianos y japoneses cuando descubrieron que los brasileños, más que hablar en portugués se expresaban girando su maravilloso derrière, hoy el mayor incentivo erótico del sexo masculino? Esos tipos no hablan con su garganta y sus cuerdas vocales, o sea, parte del aparato fonador responsable de la producción de la voz. Lo hacen con ese lenguaje corporal que provoca un estallido de adrenalina milagroso que nos transformó a los jóvenes de todos los continentes que esa tarde estábamos allí reunidos.
Ya me autorrebasé por la izquierda. Inicié este relato porque me confundí de fecha. Ubicaba lo que estoy tratando al día siguiente de mi emocionante visita a Sierra Maestra, el 26 de julio de 1961, primer aniversario, en libertad, del inicio de la rebelión que en esos momentos había logrado constituir en nuestro continente, el Primer territorio libre de América. Pero no fue así. El acontecimiento que pretendía en este relato, según he comprobado en mis archivos, sucedió, tal como lo describo, pero unos días después. Repetirlo cuantas veces pueda no me incomoda, lo haría a diario, pero por hoy no es justo, hay dos que tres temas imprescindibles de tratar. De manera poco usual y comedida, pero con la confianza que tengo cultivada con la multitud, abruptamente dejo en suspenso mi viejo relato, que no elimino, pero sí pospongo, para abordar un tema que hoy por hoy me tiene, lo menos, insomne.
El pasado sábado 25, al recoger bajo la puerta mi periódico, me trastorné. Como en una película en la que uno sueña algo terrible y al despertar lo ve como un acontecimiento ya hasta cronicado en el diario que tiene en la mano, el terror lo invade. La portada de La Jornada de esa fecha decía: Reventar el juicio a Lozoya, meta de la estrategia de Garzón. Luego unos avances. En el PJF ven trampa para impedir que el ex director de Pemex pise la cárcel. Hospitalizarlo sin llevarlo al juez viola el debido proceso.
Pero entonces, me reconforté, no es mi paranoia. La hipótesis es clara, evidente. Yo, fanático y veedor constante de todas películas policiacas y las series televisivas, los finales me resultan un lugar común, ya casi los predigo y se mengua mi interés. ¿Para qué escoger a un costoso y poco confiable alto funcionario si, bajando la mira, se consiguen beneficios más económicos y menos riesgosos?
No tienen que ser el juez o los magistrados. Basta un secretario, un escribano que gana la centésima parte que sus jefes y que sabe, le constan, los arrumacos que lo sensibilizan. Un error, disque de dedo, puede ser definitivo para que la mano pachona, presumiendo su plena autonomía y honorabilidad, escriba una barrabasada que le garantice la vida hasta la quinta generación. Yo, de ser uno de los responsables de la seguridad de Emilio Lozoya, me haría habilitar un catre al lado de su cama. Cada alimento, bebida o medicina que ingiriera sería previamente degustado por los señores Peña o Videgaray, ni siquiera por sus cercanos familiares porque, ya hemos visto, afortunadamente para la República, no son vulnerables a presiones relacionadas con la familiaridad o los afectos. Puede que siga platicando de esto, pero no quiero, por hoy, tragarme un sapo: no estoy, por esta extraña ocasión, de acuerdo (con todo respeto) con el señor Presidente. Recobrar lo que se llegue a comprobar que los consignados –que deberían ser muchos más que dos o tres grandulones– se apropiaron de los dineros públicos, es imposible: los Corderos (que ya demostraron que no los son tanto), los Maderos de San Juan, de Pedro o de Judas (bueno o malo, según sus relaciones públicas), los Anayas (la columneta es incapaz de hacer un obvio, en todos sentidos, juego de palabras con el apellido, ni siquiera de quienes lo merecen), no sé cuánto dinero se agenciaron ni qué problemas resolvería en esta terrible crisis, pero en una seria encuesta que levanté entre cinco amigos y otros tantos familiares (pero mucho más confiable que las encuestadoras de postín), conseguí esta casi unánime opinión: señor Presidente, ni todo el dinero que llegara usted a recuperar dejaría al pueblo más gratificado que el justo castigo a estos malandrines en nada –por supuesto que en nada– mexicanos.
Según índices de actividad económica del INEGI, la industrial inició una leve declinación desde principios del año respecto a 2019; fue hasta abril, ya declarada la pandemia, que se registró una caída estrepitosa de la actividad industrial total de -27.9% respecto a marzo y de -30.5 respecto a enero (Gráfico 1). En mayo (últimas cifras disponibles), la caída parece haber tocado fondo y el índice muestra incluso una ligera recuperación de 1.1%. La pérdida enero-mayo es de -29.8%
Con gran similitud, la industria manufacturera registra una leve declinación en el primer trimestre, y un desplome en abril de -34.0% respecto a marzo, y de -35.8% respecto a enero (Gráfico 2), mostrando en mayo una ligera recuperación de 3.2% para una pérdida enero-mayo de -33.7%
La construcción, así mismo, en abril cayó -32.7% respecto a marzo y -35.9% respecto a enero, pero con otra ligera baja en mayo de -1.2% (Gráfico 3). Con ello, la caída acumulada enero-mayo es de -36.7%
El comercio minorista cayó -24.4% en abril respecto a marzo, y -27.3% respecto a enero (Gráfico 4), con un repunte en mayo de 7.0%. Con ello, la pérdida enero-mayo se ubica en -22.2%
Alojamiento, restaurantes y bares, registran graves impactos por el confinamiento y el cierre de operaciones turísticas. En abril habían caído -47.4% respecto a marzo, y -57.4% respecto a enero; y en mayo bajan -6.7% adicional (Gráfico 5), acumulando una caída enero-mayo de -60.3%
Esparcimiento, cultura y deportes, peor aún, son actividades en caída libre desde enero y hasta mayo (Gráfico 6), período en el que acumulan una pérdida de -87.4%
La ocupación total del país se desplomó, según cifras conocidas del INEGI, de 55.8 millones de personas en marzo a 43.3 millones en abril, una pérdida ocupacional de -12.5 millones (-22.4%). La encuesta telefónica de mayo indica que tal caída se detuvo e incluso se registró un repunte marginal a 43.6 millones (Gráfico 7).
Los trabajadores afiliados al IMSS (formales) han venido disminuyendo de 20 millones 614 mil en febrero (cifra máxima de este año) a 19 millones 500 mil en junio, esto es, una pérdida de 1 millón 114 mil empleos, aunque en junio se ralentizó la baja a -83 mil 311 afiliados.
Los ingresos fiscales del sector público registraron en mayo una baja considerable a 327 mil millones de pesos respecto a los 413 mm captados en mayo de 2019 (Gráfico 8); no obstante, la captación acumulada enero-mayo de 2020 (2.196 billones) es aun similar a la de 2019 (2.199 b).

¿Cuándo sanará Lozoya?
Clase política: hasta el cuello
Garzón: lucro, ante todo 
Emilio Lozoya cumple 10 días de estancia en el lujoso hospital privado que le dio asilo tras la aparición de una extraña enfermedad que habría adquirido en pleno vuelo Madrid-Ciudad de México, porque la autoridad española lo extraditó sano y salvo, y hay constancia médica. Fue cosa de pisar suelo nacional para que, de la nada, el ex director de Pemex reportara un delicado estado de salud y con ello evitara –se supone que en forma momentánea– su traslado a la cárcel. Desde ahí, Baltasar Garzón, su abogado defensor, enseñó el cobre y reveló su estrategia: reventar el juicio en contra de su cliente.
Pero la mala salud del ex funcionario no impidió a su defensa –y achichincles gachupines que lo acompañan– la selecta filtración a ciertos medios mexicanos de las primeras declaraciones de Lozoya en Madrid, rendidas ante los representantes de la Fiscalía General de la República, que involucran –como debe ser– a la tradicional famiglia ( capisci) política nacional, coimera por excelencia.
Como bien lo publicó La Jornada, el traslado directo de Lozoya Austin del aeropuerto de la Ciudad de México al hospital, haber conseguido que no se pusiera a disposición de los jueces para las audiencias iniciales, así como la filtración de información a medios periodísticos, forman parte de la estrategia que la defensa del ex director de Pemex, que encabeza Garzón, habría desplegado para descarrilar el posible juicio en su contra y evitar así que su cliente pise la cárcel. Funcionarios y litigantes consultados indicaron que con la estancia de Lozoya en un hospital y que no haya sido puesto a disposición de jueces federales se trata de evitar que pise la cárcel; encontrarle una salida digna y viciar el proceso que impida al Ministerio Público Federal llevarlo a prisión (Gustavo Castillo y Roberto Garduño).
Las vueltas que da la vida: Baltasar Garzón pasó de defender a las víctimas de delitos de lesa humanidad (como los del franquismo), terrorismo de Estado (como en el gobierno de Felipe González), violación de los derechos humanos y corrupción política, a proteger los oscuros intereses de delincuentes de cuello blanco como Emilio Lozoya y la caterva de asaltantes que este personaje representa, desvalijadores profesionales de la nación. Así, para el ex juez español –inhabilitado como tal en su país por prevaricación– ahora lo único importante es obtener una buena raja de los dineros mal habidos del ex director de Pemex y la pandilla que lo acompaña.
En vía de mientras, la filtración de las primeras declaraciones de Lozoya ha provocado terror entre la famiglia política mexicana. Sus integrantes están conscientes de que por primera vez el proceso judicial en su contra va en serio. Y no sólo es el caso Odebrecht, lavado de dinero, la campaña electoral de EPN, el cochinero de AgroNitrogenados y Fertinal, y el robo en despoblado, sino los sobornos para que las reformas peñanietistas (11 en sus primeros dos años de estancia en Los Pinos) fueran aprobadas rapidito y sin chistar, para dar la imagen de la fortaleza política del régimen y del exitoso Pacto por México (firmado por muchos que hoy están en proceso judicial o a punto de enfrentarlo).
Tales reformas fueron un jugoso negocio (siempre a costillas de la nación), pero no sólo para Peña Nieto y su pandilla político-empresarial (no hay que olvidar a Calderón y sus guajiros), sino para los levanta dedos en el Congreso y magnates afines, sin olvidar a ciertos periodistas que todo lo veían color de rosa. Así, tras las primeras revelaciones del ex director de Pemex, mágicamente comenzaron a registrarse apresuradas renuncias en el Senado, desapariciones de ex funcionarios (ahí te hablan, Videgaray), los clásicos deslindes de yo no fui, yo no estaba, yo no asistí a la votación, por mucho, que desde hace mucho tiempo es conocido, el lucrativo negocio de los moches y el cobro por votar en tal o cual sentido.
Las rebanadas del pastel
Entonces, ¿queda claro el interés de la famiglia en dinamitar el proceso judicial en contra de Lozoya?
A 100 días de lo que algunos sabios aseguran es la elección más importante en la historia de Estados Unidos, cuyas consecuencias no se limitarán a este lado de los muros fronterizos y las costas, el futuro depende de la resistencia popular contra las políticas y fuerzas antidemocráticas del régimen en Washington y sus cómplices.
Durante los últimos 58 días el movimiento descentralizado y horizontal de Black Lives Matter se ha convertido en la protesta social más grande en la historia estadunidense transformando el centro del debate público nacional. Trump y sus cómplices han declarado que son anarquistas, terroristas e izquierda radical quienes amenazan al país y su respuesta represiva, que incluye el envío de fuerzas federales paramilitares a varias ciudades, ha sido denunciada como autoritarismo por un amplísimo abanico de voces reconocidas que advierten que esto no tiene precedente en la historia del país.
La resistencia contra este atentado antidemocrático se ha expresado de múltiples maneras desde la elección de Trump, pero ahora está encabezado por Black Lives Matter, el cual está evolucionando en un movimiento multitemático y multirracial, o sea, se está volviendo cada vez más peligroso. Peligroso porque ya no es sólo una protesta contra la brutalidad policiaca hacia los afroestadunidenses, sino que empieza a cuestionar los fundamentos del sistema estadunidense y su injusticia económica, social y política protegida a través de la violencia racista oficial.
Es una de esas coyunturas en la que todo queda al descubierto –en gran parte por la pandemia y sus consecuencias económicas como una catástrofe creada por cuatro décadas de neoliberalismo– y eso está abriendo la posibilidad de una respuesta social colectiva que surge del encuentro de diversos movimientos, la recuperación de la memoria histórica de los de abajo, y con ello, la insistencia en un futuro progresista.
Por ahora su expresión más visual está en las calles, donde lo más espectacular no son las nubes de gas lacrimógeno, arrestos y sangre, sino las movilizaciones incesantes, las asambleas y encuentros, la música y los actos de dignidad ante la violencia oficial, actos que en su abrumadora mayoría son realizados de manera pacífica (para no caer en la trampa de Trump que busca una reacción violenta, argumentan algunos organizadores).
En Portland, Oregon, en respuesta al envío de fuerzas paramilitares federales y un par de noches de represión violenta, de repente aparecieron brigadas de madres para ser escudos humanos –el muro de madres– de jóvenes activistas. Poco después se presentó una brigada de padres contra el fascismo, algunos armados con máquinas portátiles sopla-hojas para dispersar el gas lacrimógeno. Pocos días despues, apareció una columna de veteranos de guerra que se pusieron cara a cara, con las manos atrás, frente a las fuerzas federales, algunos con la bandera estadunidense boca abajo, señal oficial de socorro; uno llevaba una pancarta que exhibió a las fuerzas federales en camuflaje en que se leía: estás viendo hacia el lado equivocado, voltea (https://twitter.com/hashtag/ WallOfVets?src=hashtag_click). También llegaron enfermeras en sus uniformes de trabajo.
Con estas imágenes, entre otras, se rompe la imagen oficial pintada por Trump y su gente de que anarquistas y otros están buscando destruir el país. De hecho, se está mostrando que la amenaza y la provocación del caos proviene de Trump para sus fines electorales.
Estas escenas se empiezan a repetir en otras ciudades en solidaridad con Portland y sumándose a la resistencia contra las medidas represivas de Trump en los últimos días.
El futuro de la superpotencia al otro lado del muro está en juego en las calles y otras trincheras de la resistencia contra el asalto antidemocrático en Estados Unidos. (https://blacklivesmatter.com; https://m4bl.org).
¿Tal vez es hora de una Brigada Abraham Lincoln para asistir en la defensa de los principios democráticos, pero esta vez en la república de ese presidente?


Editorial
A12 años de iniciarse su construcción, el proyecto Mitikah, megadesarrollo inmobiliario ubicado en el pueblo de Xoco, alcaldía Benito Juárez, en esta capital, se ha convertido en un emblema de los impactos negativos que esta clase de obras generan en el entorno urbano. Los daños ecológicos provocados por la edificación –como la tala ilegal de 80 árboles cometida el año pasado–, el perjuicio a construcciones colindantes por los movimientos del suelo, los intentos de privatización de espacios públicos –como la pretensión de anexar al desarrollo, con diversos pretextos y coartadas, la calle Real de Mayorazgo–, la destrucción de vestigios arqueológicos, la depredación de los recursos hídricos –se calcula que el conjunto consumirá más de 200 mil litros diarios–, el inexorable deterioro de la movilidad en la zona y la alteración del mercado inmobiliario local, que puede desembocar en la expulsión económica de sus habitantes.

Trabajadores requieren programas efectivos
La pandemia de Covid-19 y sus efectos en lo económico y social han evidenciado una diferencia entre las empresas trasnacionales, las grandes y algunas medianas, respecto de las micro y pequeñas industrias.

Se terminó la paz, si es que alguna vez la hubo, en la batalla por ganar las próximas elecciones en Estados Unidos. Donald Trump y sus asesores decidieron que es tiempo de abrir el fuego indiscriminado en contra de todo lo que sea o parezca representar los ideales del partido demócrata. Los nueve puntos que en las encuestas de popularidad separan a Joseph Biden del presidente, y en sus aspiraciones de reelegirse, son motivo de honda preocupación en la Casa Blanca a sólo tres meses de las elecciones. En opinión de quienes conocen la política y sus tiempos, a menos que suceda algo inesperado, Trump tiene que subir una cuesta muy empinada para alcanzar a Biden.

Luego del efecto devastador en la salud de la humanidad, más de 15 millones de contagios en los cinco continentes, el siguiente impacto del Covid-19 se está pulsando y padeciendo en las economías familiares y las condiciones sociales de los sectores más rezagados, los indicadores de la pobreza y la pobreza extrema, especialmente en nuestro espacio geopolítico y cultural, América Latina, el epicentro de la pandemia desde junio, con récord de hasta 100 mil casos en un día.
Paso a paso se extienden rebeliones que definen la condición actual. Las hay silenciosas y pacíficas, casi invisibles, que siguen empeñosamente su ruta radical. Otras muchas entran a confrontaciones abiertas de difícil pronóstico.
El lunes pasado publiqué datos sobre cómo la industria refresquera se apodera del agua de la nación. El mismo día, la Asociación de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas publicaron en nuestro diario a página entera un texto donde condenan “las lamentables declaraciones del subsecretario de Prevención y promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, quien calificó a nuestros productos como ‘veneno embotellado’”. Consideran inaudito que un funcionario promotor de la salud estigmatice a una industria que cumple a cabalidad con todas las normas y regulaciones en México. Y en descargo de que los refrescos embotellados causen obesidad y sobrepeso, la asociación alega que la evidencia científica muestra que esos dos males tienen diversas causas, como los hábitos alimentarios, falta de actividad física y el entorno social.
Gracias a la atención y la confianza tanto de la ciudadanía como de los diputados federales logramos salvar al Instituto Nacional Electoral (INE) de un desastre mayor. Tres de los cuatro nuevos consejeros electorales, Uuc-Kib Espadas, Norma de la Cruz y Martín Faz, cuentan con trayectorias plenamente independientes tanto de los partidos políticos como de la mafiocracia electoral imperante.
Producto del espíritu de la época, el clan Lozoya –Emi­lio Lozoya Thalmann, director general del Issste y secretario de Energía, Minas e Industria Paraestatal durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, y su hijo, Emilio Lozoya Austin, director de Petróleos Mexicanos (Pemex) en la administración de Enrique Peña Nieto− sintetiza en la coyuntura a la cleptocracia como el mecanismo único de la corrupción entre los monopolios y oligopolios y la política.
“La crisis económica ya tocó fondo”, afirmó el gobierno a principios de junio; lo mismo aseguró otra vez al empezar julio. Mientras tanto, el Inegi, en las condiciones adversas de la pandemia, produce indicadores relevantes que dan cuenta de la severidad inocultable de la crisis en materia económica y social.
La crisis del virus llegó para quedarse y dejar secuelas. Su prevalencia será mayor que la mera gripe estacional, y anuncia una época donde las viremias y otros males nuevos lloverán cada vez más y no serán tan impredecibles como quieren hacernos creer los gobiernos, los medios y las iglesias. Conforme se desenvuelven las cuarentenas, las resistencias a ella, los retornos a un nuevo futuro, la necesidad de hacerse a la idea de demasiados cambios en la cotidianidad, también se adquiere una perspectiva de las cifras de muertos, heridos y desaparecidos, como en una guerra. Un mayor realismo ante la muerte misma, sus otras causas, sus otras estadísticas, permite relativizar (¿normalizar?) el impacto sicológico y de salud causado por el Covid-19 a su paso por el mundo.

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