En estos días me ronda en la memoria la frase de la filósofa Amelia
Valcárcel, quien afirma que la igualdad entre los géneros llegará cuando
las mujeres puedan cometer los mismos errores que los hombres y no ser
insultadas por ello.
Razonamiento brillante que en su simpleza encierra el doble rasero con el que son medidas las mujeres permanentemente.
La exigencia de no cometer errores que se demanda en la vida
cotidiana, se vuelve mucho más cruenta cuando las mujeres actúan en el
mundo público. Ahí, existe la exigencia de la perfección, en un juego
perverso que les demanda el doble esfuerzo para demostrar porque se
“ganaron” un lugar, que por derecho les corresponde. Donde el error y el
pensamiento propio se paga con la destitución y en muchas ocasiones con
el entierro político, situación que no suele ocurrir en la misma
proporción que en los hombres.
La salida reciente de las funcionarias Mónica Maccise, Mara Gómez y Asa Cristina Laurel, nos dejan ver que las
mujeres están invitadas a la mesa del poder, pero no para ejercerlo a
plenitud, no sólo por la exigencia de la perfección, sino por la demanda
de sumisión que pesa sobre ellas.
Y no es sólo un problema de este gobierno, es histórico y
estructural, el agravante hoy esta en la presunción de la paridad como
si el número lo fuera todo y la igualdad plena de las mujeres estuviera
ganada.
Las mujeres tienen tres siglos en la exigencia, a través del
feminismo, del reconocimiento pleno de la ciudadanía y de la humanidad.
Quieren estar en la mesa del poder con todo el menú completo, siendo
ellas mismas, sin tener que estar reprimiéndose para no incomodar,
siendo inteligentes, sin ser acusadas de protagónicas, dando su opinión
libremente y no sólo cuando se les solicite, defendiendo lo que ellas
creen sin ser castigadas por ello.
La ausencia de estas tres funcionarias deja un hueco enorme en el
camino a la igualdad que cuando parece estar cerca, se aleja un paso
más, por la enorme simulación que se hace en este camino.
No se quiere que se aparente que somos iguales, queremos serlo en toda la amplitud del término. Es decir, queremos ser equivalentemente humanas y gozar de todos los derechos de manera plena.
¿Necesitamos a las mujeres en el poder?
Por supuesto, con todos los derechos, incluso al de equivocarse con
la posibilidad de corregir, con libertad de pensamiento y el derecho a
disentir.
Las necesitamos en el primer plano, para construir nuevos símbolos, el de la inclusión, la no discriminación y la igualdad.
Necesitamos escuchar a las mujeres todos los días en todos los temas,
con voz propia para acostumbrarnos a compartir el espacio público y el
privado en igualdad de condiciones.
Para construir un pensamiento más complejo articulando las visiones del mundo que hasta el día de hoy han estado asimétricas.
Claro que necesitamos a las mujeres en el poder, porque la historia
nos ha demostrado que son ellas las que suelen impulsar la igualdad para
todas y todos.
Qué sería este mundo sin una Rosa Parks quien luchó contra el racismo
en Estados Unidos, una Berta Lutz, quien junto con Eleanor Roosevelt
impulsaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos o una Elvia
Carrillo Puerto, quien defendió el derecho de las mexicanas a votar y
ser electas.
Todas ellas ejercieron el poder a contra corriente para que todas
gocemos del derecho de estar en la mesa del poder con el menú completo.
Mujeres frente a la pandemia: Serie de conversaciones con mujeres que
están al frente de las luchas claves en tiempos de coronavirus.
Los hombres y mujeres empleados en las procesadoras de carne en Estados Unidos, son trabajadores esenciales y estan muriendo. Más de cien personas de plantas en varios estados han perdido la vida por Covid-19, y se calcula que por lo menos 22 mil, han contraído el virus. Mujeres, afro-americanos, migrantes, refugiados de América Latina y África laboran en condiciones inhumanas y ahora enfrentan el riesgo de contagio, sin equipo de protección ni prestaciones adecuadas.
En este programa hablamos con Martha Ojeda, organizadora con
Interfaith Justice Worker, una coalición de 63 grupos de fe y centros de
trabajo en Estados Unidos sobre la situación de miles de trabajadoras y
trabajadores en la industria de carne, y su lucha por la salud y un
trabajo digno.
Las
mujeres en sus centros de labor pueden ser víctimas de violencia y
acoso sexual en prácticamente todo el mundo, según la organización
humanitaria Human Rights Watch, que urgió a que se apruebe el convenio
internacional contra esas prácticas para aumentar la protección de los
trabajadores. Foto: Samuel Muscati/HRW
NUEVA YORK, 19 jun 2020 (IPS) -
La organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) urgió este viernes
19 a las naciones del mundo para que ratifiquen el Convenio 190 de la
OIT sobre la violencia y el acoso en el trabajo.
Ese convenio de la OIT (Organización Internacional del Trabajo)
“brinda orientación vital para los gobiernos sobre cómo prevenir este
tipo de violencia y cómo proteger a los trabajadores frente al estigma y
las represalias”, destacó Nisha Varia, directora de derechos de la
mujer en HRW.
Uruguay es, desde el 12 de junio, el único país que ha ratificado ese
convenio adoptado por la Conferencia Internacional del Trabajo hace un
año.
HRW dijo que Alemania, Argentina, Bélgica, España, Filipinas,
Finlandia, Fiyi, Francia, Islandia, Irlanda, Italia, Namibia, Sudáfrica y
Uganda prevén ratificar el instrumento, que implica adecuar sus leyes
nacionales a los estándares del tratado y ser evaluados periódicamente
por la OIT para determinar si cumplen con lo asumido.
El movimiento contra el acoso #MeToo, con gran auge en los años 2018
y 2019, y ataques contra trabajadores de la salud en el contexto de la
pandemia covid-19, “han puesto de manifiesto la urgencia de adoptar
medidas contundentes para prevenir la violencia y el acoso vinculados
con el trabajo”, sostuvo una declaración de HRW.
“Aunque ninguna persona debería tener que tolerar violencia ni acoso,
para muchos trabajadores, sobre todo las mujeres, suele ser inevitable
para conseguir o conservar un trabajo”, observó Varia.
Una encuesta de la organización Chile Mujeres en 2019 reveló que en
los últimos cinco años 53 por ciento de las empresas de ese país
sudamericano tuvieron casos de acoso laboral y 37 por ciento de acoso
sexual.
Con base en sus estudios, el Workplace Bullying Institute de Estados
Unidos calculó que 27 por ciento de los trabajadores de ese país
experimentaron conductas abusivas en sus centros de labor y 21 por
ciento de los encuestados dijeron haberlas presenciado.
Otra encuesta, de 2014 a 42 000 mujeres en 28 países de Europa,
concluyó que 55 por ciento de ellas fue víctima de acoso sexual al menos
en una ocasión desde los 15 años de edad, y 32 por ciento indicó que el
acoso se produjo en el entorno laboral.
HRW documentó incidentes de violencia y acoso en el trabajo en todo
el mundo, en sectores como agricultura, trabajo doméstico, educación,
pesca, industria de la indumentaria, salud, periodismo, minería,
administración pública y fuerzas armadas.
La OIT señaló que muchas de las leyes de protección laboral vigentes
excluyen a los trabajadores que se encuentran más expuestos a
situaciones de violencia, como trabajadoras del hogar, los de la
agricultura y personas con empleos precarios.
Un informe del Banco Mundial de 2018 señaló que 59 de 189 economías
no habían adoptado disposiciones jurídicas específicas sobre acoso
sexual en el trabajo.
Según el Convenio 190, los gobiernos deben asegurar que haya leyes
nacionales exhaustivas contra el acoso y la violencia en el trabajo, y
que se establezcan las medidas de prevención pertinentes, como realizar
campañas de información e identificar a sectores de alto riesgo, recordó
HRW.
El texto de la OIT aborda la violencia de género, incluida la
conexión entre violencia doméstica y trabajo, así como los pasos que
deben dar los gobiernos, incluidas las protecciones para que las
personas sobrevivientes de hechos de violencia doméstica puedan obtener
ayuda sin perder su trabajo.
También que la violencia y el acoso pueden ocurrir fuera del espacio
físico de labor, e incluye otras actividades vinculadas, como los
trayectos desde y hacia el trabajo y los eventos laborales que se
desarrollan fuera del lugar de trabajo.
Ciudad de México. La secretaria de Gobernación,
Olga Sánchez Cordero, aseguró que está garantizada la suficiencia
presupuestaria para los programas diseñados para combatir la violencia
contra las mujeres.
Luego de la incertidumbre que mantuvieron las autoridades federales
desde marzo pasado con respecto a si estarían asegurados los recursos
financieros para la atención de las mujeres víctimas de violencia
durante la pandemia, la secretaria de Gobernación aseguró en conferencia
de prensa este 25 de junio que “está garantizada la suficiencia
presupuestaria para los programas que combaten la violencia contra las
mujeres”, lo que quiere decir –detalló– que se mantienen en
funcionamiento las líneas directas de emergencias, como el 911, y las de
atención psicológica, los Centros de Justicia para las Mujeres y los
Refugios especializados.
De acuerdo con el análisis del gasto programático del 2020, durante
el primer trimestre del año la Comisión Nacional para Prevenir y
Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim) gastó el monto total
aprobado para ese periodo de su gestión, asimismo, las dependencias
gastaron 100 por ciento del dinero destinado a la “prevención de la
violencia” en el Presupuesto de Egresos de la Federación.
Por su parte, la titular del Instituto Nacional de las Mujeres,
Nadine Gasman Zylbermann, informó también en la conferencia que en estos
5 meses del año (tres de ellos con pandemia), los 48 Centros de
Justicia para las Mujeres en el país atienden diariamente en promedio a
600 personas, 80 por ciento por asistencia jurídica; esto representaría
siete por ciento menos que en el año anterior. Asimismo, durante abril
de este año se atendieron a 30 mil 306 mujeres en los Centros de
Atención Externa de los PAIMEF, mil mujeres por día; por su parte, el
Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF)
registró entre abril y mayo de 2020 una atención directa a más de dos
mil niñas y niños que viven violencia.
La funcionaria detalló que durante esta contingencia sanitaria se han
capacitado a las y los operadores del 911 de 14 entidades, se amplió la
difusión de los servicios de atención a víctimas de violencia contra
las mujeres a través de un Directorio Nacional y se elaboró un mapa
georreferenciado que desarrolló Indesol con todos estos servicios con
información desagregada por entidad federativa y municipio; se crearon
“salas de situación” para dar seguimiento a casos concretos y graves de
violencia; y se han firmado 80 de los 103 proyectos para albergues
especializados que se recibieron.
Gasman señaló como buenos ejemplos de acciones para prevenir la
violencia contra las mujeres emprendidas por los gobiernos locales
durante la contingencia sanitaria las campañas que lanzaron en medios de
comunicación y redes sociales, las aplicaciones digitales y los botones
de pánico que se desarrollaron, los perifoneos en zonas de mayor
incidencia delictiva, la traducción de los mensajes en lenguas
indígenas, entre otros.
Con respecto a las llamadas al 911, las funcionarias explicaron que
este mes de mayo hubo un aumento del seis por ciento, con respecto al
mes anterior. de las llamadas por temas vinculados a violencia contra
las mujeres.
Actualmente es posible conocer el número y tipo de atenciones que
recibieron las mujeres que llamaron al 911 por alguna violencia
vinculada con su género, ya que de acuerdo con lo que el Secretariado
Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública respondió a
Cimacnoticias vía transparencia, “son datos que no remiten los Centros
de Control, Comando, Cómputo y Comunicación (C5) o su equivalente y los
Centros de Atención de Llamadas de Emergencia (CALLE)”.
Ciudad de México. La suspensión de clases, el
confinamiento y el aumento de personas enfermas de COVID-19 está
generando una crisis en los cuidados en el mundo, lo que ha afectado con
sobrecarga de trabajo a las mujeres, principalmente las que reciben
ingresos bajos, advirtió ONU Mujeres.
A través de una tarjeta informativa, ONU Mujeres señaló que la
experiencia de las crisis del Ébola y del VIH mostraron que, cuando los
sistemas de salud fallan, son las mujeres quienes intervienen como
cuidadoras no remuneradas en el hogar, a menudo con impactos
“devastadores” en su propia salud. Durante esta pandemia, las mujeres
han estado en la primera línea en la provisión de cuidados remunerados y
no remunerados a nivel global.
En el mundo, mujeres representan más de dos tercios de la fuerza
laboral en el rubro de los cuidados. En México, de acuerdo con la
Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, las personas trabajadoras en el
cuidado de otros, que incluye a niñas, niños, personas con discapacidad
y personas mayores, tanto en establecimientos como en casas
particulares, ascienden a 360 mil personas, de las cuales 96 por ciento
son mujeres, señaló el organismo internacional.
Las trabajadoras del hogar, por su parte, constituyen otro sector que
aporta en gran medida a cubrir el trabajo de cuidados de manera
remunerada. Solo en América Latina se calculan alrededor de 18 millones
de personas dedicadas al trabajo doméstico remunerado, de las cuales 93
por ciento son mujeres.
En México hay 2.2 millones de personas trabajadoras del hogar; 90 por
ciento son mujeres, de las cuales 75 por ciento no tiene prestaciones
sociales. Muchas de las mujeres que se dedican de manera remunerada al
trabajo doméstico y de cuidados, además de ganar salarios bajos, carecen
de protección social, lo que incrementa su vulnerabilidad, expresó el
organismo.
De acuerdo con ONU Mujeres, las mujeres en la “primera línea del
cuidado” se han visto afectadas por la contingencia sanitaria de varias
maneras. A muchas de ellas les han suspendido sus empleos para prevenir
contagios en el sitio de trabajo. En otros casos, han incrementado
sustancialmente las labores domésticas y de cuidado en las casas
particulares, producto del confinamiento y la suspensión de las clases
presenciales en las escuelas, aumentando su sobrecarga física y
emocional. Además, podrían estar insertas en escenarios con alto riesgo
de contagio de COVID-19, al tener que cuidar a personas infectadas.
En México, la suspensión de clases para prevenir contagio del
COVID-19 hace que 25.5 millones de personas en edad de ser cuidadas por
una persona adulta se queden en sus hogares durante el confinamiento. En
al menos un cuarto de los hogares del país hay una persona menor de 6
años.
Esto se suma al tiempo que las mujeres ya dedicaban al cuidado de
familiares en el hogar previo a la pandemia y, en muchos casos, al
trabajo remunerado que muchas mujeres están desarrollando desde casa,
denunció la ONU. A nivel mundial, las mujeres dedican 2.6 veces más
tiempo que los hombres a realizar trabajo doméstico y de cuidados no
remunerado y, en México, el triple de horas. “Lo anterior implica una
sobrecarga que impacta el bienestar físico y mental de las mujeres y a
su dinámica de vida durante la pandemia de COVID-19”, detalló el
organismo.
Otro rubro esencial en el que participan activamente las mujeres es
en las ocupaciones vinculadas con los servicios, explicó la ONU. En
México, 79 por ciento de mujeres ocupadas labora en el sector terciario,
de las cuales, 33 por ciento trabaja en comercio y 15 por ciento en
restaurantes y servicios de alojamiento. Adicionalmente, muchas mujeres
participan en los servicios y la atención que se da en establecimientos
esenciales en el periodo de confinamiento, tales como farmacias y
supermercados. De acuerdo con la ENOE 2019, 62 por ciento de 1.04
millones de personas que se desempeñan en este tipo de empleo en México,
son mujeres, por lo que en este periodo de cuarentena están en un mayor
riesgo al no poder quedarse en casa.
Por todo ello, ONU Mujeres recomendó priorizar la protección social
de la población dedicada a los cuidados remunerados, de las trabajadoras
del hogar y de las mujeres que trabajan en la informalidad, y asegurar
la inclusión de las mujeres en situación de riesgo en fondos de
contingencia, así como proteger los empleos, negocios y medios de vida
de todas las personas, especialmente de las mujeres más vulnerables, y
poner en marcha, lo antes posible, medidas que garanticen empleos
decentes y una recuperación económica equitativa y sostenible.
El organismo también pidió garantizar el acceso de las mujeres a
servicios de salud mental y apoyo psicológico por el desgaste y la
contención que implica el trabajo de cuidados. Impulsar acciones para
reconocer, reducir y redistribuir el trabajo doméstico y de cuidados,
remunerado y no remunerado que realizan mayoritariamente las mujeres y
promover la corresponsabilidad y solidaridad al interior de los hogares.
Ciudad de México. En su programa semanal “Análisis
Feminista”, en Violeta Radio, la periodista y directora de CIMAC, Lucía
Lagunes Huerta, analizó con la abogada y asesora de Naciones Unidas,
Patricia Olamendi Torres, y la Coordinadora del Fortalecimiento
Institucional en Documenta AC, Karina Cruz Mendoza, las recientes
renuncias de funcionarias de organismos gubernamentales, como Mónica
Maccise Duayhe, antes directora del Consejo para Prevenir la
Discriminación (Conapred), de Mara Gómez Pérez, titular de la Comisión
Estatal de Atención a Víctimas (CEAV), y de Asa Cristina Laurell,
subsecretaria de Integración y Desarrollo de la Secretaría de Salud.
Las expertas, así como las invitadas especiales del programa, Haydeé
Pérez Garrido, de la Asamblea Consultiva del Conapred, y Norma Ledezma
Ortega, del Consejo Consultivo de la CEAV, coincidieron en que es
preocupante el desmontaje público de mujeres con amplia trayectoria
profesional, que fueron nombradas por el Ejecutivo. Al mismo tiempo,
consideraron necesario una revisión transparente para ver si los
organismos sirven para las necesidades para las cuales fueron creados.
Olamendi Torres aclaró que tanto el Conapred como la CEAV son
organismos creados por una Ley, sin embargo hasta el momento el poder
legislativo no se ha pronunciado sobre las renuncias de las titulares.
“Es cierto que el presidente tiene las facultades para decidir sobre los
nombramientos, pero ¿cuál es la motivación para estas decisiones?”,
preguntó. Coincidió con Andrés Manuel López Obrador en que se han creado
muchos organismos para atención específica en los últimos 20 años, y
que existe un interés para determinar si dichos organismos en verdad
benefician a las personas que soliciten su apoyo, o si son “adornos, en
calidad de florero, que no tienen facultades”.
La experta opinó que es necesario revisar y reformar el marco
normativo para Conapred y CEAV. En el caso de Conapred, “la ley está muy
desfasada de la situación actual después de las reformas del 2011. El
marco normativo en México es impresionante. En general es para
garantizar los Derechos Humanos. Pero ahí le dicen vulgarmente, ‘el
audio no me checa con el video’, Se necesita gente realmente
independiente”, dijo Olamendi Torres.
“Indignante, el discurso del presidente”
Pérez Garrido y Ledezma Ortega confirmaron la impresión de que no es
así en este momento. “Según mi información, la secretaria de
Gobernación, Olga Sánchez Cordero, le pidió la renuncia a Mónica
Maccise”, afirmó en el programa. Sería necesario hacer una revisión de
las instituciones que se han creado en el país, “pero era un plumazo
innecesario”, insistió. “Hay que preguntar por qué no tienen suficientes
dientes para adelantar, por qué no fueron capaces de rendir efectos.
Pero es irresponsable el discurso del presidente”.
La consejera recordó que las instituciones son los resultados de
luchas sociales de grupos afectados, y que Conapred ha avanzado en los
derechos de personas con discapacidad, la comunidad afromexicana, o las
trabajadoras del hogar, entre otros. “Entonces se necesita una revisión
profunda, pero para fortalecerlo y darle capacidad de acción y
presupuesto para hacer efectiva la labor”, opinó.
En el caso de la CEAV, donde colectivos de familiares que pusieron un
plantón en el Zócalo demandaron la destitución de Gómez Pérez y todavía
expresan dudas sobre si la renuncia es oficial, la consejera Ledezma
Ortega dijo que es indignante la postura de Andrés Manuel López Obrador.
“No depende de una titular, si de arriba, desde el titular del
Ejecutivo necesitamos compromiso, y él desconoce la necesidad de las
víctimas, desconoce los contenidos de la ley, hace decisiones
insensibles a miles de víctimas que se ven perjudicadas”, opinó.
Dijo que el Consejo ve el cambio de persona como “algo catastrófico”,
no por la renuncia, “sino en el ¿Qué sigue? ¿Otra terna? Luego sigue el
proceso de publicación etc., y se termina el año sin titular”. Desde la
sociedad civil, es necesario no poner nombres en la mesa, sino perfiles
para personas calificadas. Sin embargo, lo más importante seguiría
siendo “el apoyo desde arriba”.
Olamendi Torres opinó que sería preocupante ver que las dos
funcionarias, fueron instaladas desde arriba. Recordó que tanto Maccise
como Gómez eran personas cercanas a la secretaria de Gobernación, Olga
Sánchez Cordero, que trabajaron con ella en la Suprema Corte, por lo
tanto, “los nombramientos en realidad respondieron a una decisión de
ella al frente de Gobernación. Todos los nombramientos de Segob parecen
terriblemente cuestionados por el propio presidente”.
Cruz Mendoza agregó que el presidente ha mostrado una actitud muy
defensiva hacia las exigencias del movimiento feminista, incluso que sus
discursos han estado “plagados de estereotipos, desde las abuelitas
cuidan a nietas y nietos, su pretensión de que las familias son felices y
no existe la violencia contra las mujeres, etc.” Ambas expertas
coincidieron en que las destituciones podrían calificar como violencia
política de género.
“Que haya mujeres en puestos de decisiones y que no se les permita
operar ciertos mecanismos, o que a la menor provocación se les pide la
renuncia, o renuncien, sí entra en lo que es violencia política”, dijo.
Esto sería peligroso, “porque hace eco en sectores de la sociedad”. Sin
embargo, ambas coincidieron en que el presidente tiene la facultad de
cambiar altas funcionarias de su gobierno, si no le agradan.
Se necesita una revisión objetiva y transparente de las instituciones
Habría que poner mucho cuidado, dijeron, en no creer que porque hay
muchas mujeres “invitadas a la mesa”, eso quiere decir que realmente
tienen el poder de decisión, porque en muchos casos como en el del
Conapred y la CEAV, los organismos carecen de recursos y capacidad
operativa. “En la sociedad civil, muchas veces terminamos cayendo en esa
simulación de un organismo que en la vida real funciona muy poco o no
cumple con sus atribuciones”, advirtió Olamendi Torres.
Por eso, abogaron por un análisis objetivo para saber si los
organismos autónomos que se crearon sirven las necesidades para las que
fueron creados, sin embargo, este proceso debería de ser transparente y
participativo, dijeron.
Ciudad de México. Familiares de la defensora de los
derechos laborales, Susana Prieto Terrazas, pidieron a la Comisión
Nacional de Derechos Humanos (CNDH) que intervenga directamente en el
caso para revisar las posibles violaciones al debido proceso durante su
detención y las omisiones en las que pudo haber incurrido la Secretaría
de Gobernación al no haberla integrado oportunamente en el Mecanismo de
Protección para Personas Defensoras y Periodistas.
Este 26 de junio, un grupo de personas se manifestó afuera de las
instalaciones de la CNDH, en la Ciudad de México, en apoyo a la familia
de la abogada Prieto Terrazas, quien junto con el Colectivo Aequus.-Promoción y Defensa de Derechos Humanos se reunió con la presidenta del organismo, Rosario Piedra Ibarra.
Tras la reunión con la CNDH,la vocera de la familia de la abogada,
Alina Alvídrez, informó a la prensa que pidieron que intervenga a la
Comisión directamente en el caso y no la comisión estatal (donde
inicialmente se presentaron quejas) por la “serie de arbitrariedades que
se han cometido en el debido proceso”.
La familia pidió a la CNDH que haga una relatoría de las violaciones
al debido proceso que pudieron haber sucedido durante la detención de
Prieto Terrazas, toda vez que no se le informó en el momento la razón
por la que se le detenía, se le presentó nueve horas después frente a un
juzgado y no se le juzgó con perspectiva de género.
Asimismo, acusaron ante el organismo la violación a su presunción de
inocencia a partir de la criminalización que hizo la Fiscalía General de
Justicia de la entidad tras filtrar una fotografía de la defensora
durante su detención. La familia también pidió al organismo nacional que
revise las posibles omisiones en las que pudo haber incurrido la Segob
al no haber integrado a Prieto Terrazas oportunamente en el Mecanismo de
Protección para Personas Defensoras y Periodistas, aunque se informó
que el pasado 24 de junio ya fue reconocida.
La familia también pidió a la CNDH que garantice el respeto al
derecho al trabajo de la defensora y de miles de personas trabajadoras
que ella representa como abogada litigante y representante legal del
Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores de Industrias y
Servicios.
Susana Prieto permanece recluida en Tamaulipas acusada de “delitos
cometidos contra servidores públicos, motín, amenazas y coacción de
particulares”, por una manifestación de obreras y obreros ocurrida el
pasado 10 de marzo afuera de una Junta Local de Conciliación y Arbitraje
en Matamoros, Tamaulipas. Luego de nueve horas de haber sido detenida,
la abogada fue presentada ante la Jueza de Control de la Tercera Región
Judicial del Sistema de Justicia Penal del estado de Tamaulipas, quien
la vinculó a proceso y, aunque los delitos no lo ameritaban, decidió
mantenerla en prisión preventiva.
Este 26 de junio, se llevará a cabo la primera audiencia en la que se
definirá si la abogada podría enfrentar su proceso en libertad.
De acuerdo con ello, la Teoría Queer (TQ) rechaza la clasificación de
los individuos en categorías universales como “homosexual“,
“heterosexual“, “hombre” o “mujer“, sosteniendo que éstas esconden un
número enorme de variaciones culturales, ninguna de las cuales sería más
fundamental o natural que las otras. Contra el concepto clásico de
género, que distinguía lo “heterosexual” socialmente aceptado (en inglés
straight) de lo “anómalo” (queer), la Teoría Queer afirma que todas las
identidades sociales son igualmente anómalas.
Contra las clasificaciones tradicionales:
La Teoría Queer critica las clasificaciones sociales de la
psicología, la filosofía, la antropología y la sociología tradicionales,
basadas habitualmente en el uso de un solo patrón de segmentación —sea
la clase social, el sexo, la raza o cualquier otra— y sostiene que las
identidades sociales se elaboran de manera más compleja como
intersección de múltiples grupos, corrientes y criterios (Papalia,
2001).
El borrado de las mujeres
Esta teoría no sólo ignora los avances de las ciencias sociales y la
biología, desconociendo a la propia naturaleza, negando la existencia de
las mujeres, nombrándonos mujeres cis o cuerpos menstruantes o
gestantes. Negar la violencia contra las mujeres, promoviendo la
explotación sexual y reproductiva de las mujeres, incluso, para algunos,
la pederastia y pedofilia, ya que se ha comprobado en varios casos de
alquiler de vientres en que las niñas y niños comprados acaban en la
prostitución o la pornografía infantil.
La Filantropía, el Lobby Proxeneta y el Transactivismo
El lobby proxeneta, la filantropía de las Open Societies, encabezadas
por George Soros que no sólo financian a las organizaciones pro
“trabajo sexual”, sino también apoya al transactivismo y la ideología
queer empeñada en invisibilizar a las mujeres y sus demandas. Pero que
también ofrece becas a las universidades para formar cuadros para su
ideología.
George Soros y Bill Gates son de los pocos empresarios que se dan el
lujo de asistir con voz al Foro Económico de Davos. Y es muy interesante
darnos cuenta que el transactivismo y el lobby proxeneta acompañados de
la ideología queer no sólo son un troyano que busca destruir al
feminismo desde adentro, y, por supuesto, al sujeto político del
feminismo, las mujeres. Lo que significa que el capitalismo y el
neoliberalismo son enemigos del movimiento feminista que a últimas
fechas ha demostrado ser una fuerza importante que avanza. Incluso el
discurso queer es un discurso que favorece al patriarcado y la violencia
contra las mujeres. Y por eso hoy cobra mayor vigencia esa consigna
que dice: “patriarcado y capital son una alianza criminal”.
Tenemos que erradicar de nuestro discurso todas las veces que
hablamos de género: como violencia de género, hoy debemos de manejar
violencia contra las mujeres; o igualdad de género, debemos usar
igualdad entre mujeres y hombres; y paridad de género, por paridad para
las mujeres, porque de lo contario los avances que tenemos los
tendríamos que compartir con el colectivo trans a mujeres, como la
paridad en todos los niveles de gobierno.
Y el movimiento LGTTTIQ+ creció, se consolidó y logró reconocimiento
gracias al apoyo del movimiento feminista y hoy regodeándose en su
justificación y su auto victimización, nos tildan a todas las que
pensamos distinto, y lo manifestamos, de transfóbicas.
“Ser feminista, no es una vivencia intima o personal, es ser parte de
un movimiento político y social. Ser feminista es identificarse con una
agenda. Y no traicionar la agenda para hacer que se adapte a las
expectativas de cada uno o cada una en lo individual.”
Es no caer en las trampas conceptuales sobre la identidad de género,
basadas en la subjetividad y diversidad. Ser feminista es
des-identificarse de las pautas de adscripción de género, justo lo
contrario del modo de operar transgénero, que pretende que nos
identifiquemos al género.
El debate se traslada de la igualdad a la diversidad, de los derechos
a los deseos, de la vindicación colectiva a la subjetividad individual.
Un nuevo sujeto omnímodo que no duda en disputar al feminismo sus
espacios, queriendo convertirlo en transfeminismo a partir de categorías
fluidas e inestables. Se trata de la imposición reactiva de la
misoginia patriarcal. Y si no aceptamos esta imposición de otra teoría
con su propia jerga, nos inventan nuevos insultos que integran la serie
de loca, puta, bruja, transfóbica o terf.
Y entonces resulta que no importa el sexo con el que nacemos mujeres y
hombres, si no nuestras preferencias, y nuestros gustos para cambiar
nuestra identidad en el momento en que se nos antoje. Pero también se
atreven a defender que también los niños y las niñas pueden elegir
cambiar su identidad de género, mediante el uso de bloqueadores de la
pubertad. Trampa en que han caído distintas autoridades, sin medir las
consecuencias que sobre la salud de las niñas y niños puede tener el que
elijan una identidad distinta al sexo con el que nacieron.
Y resulta que quienes impulsan el reconocimiento de la prostitución
como trabajo y que también impulsan los vientres de alquiler, ahora
impulsan que el Estado reconozca a niñas y niños trans.
Bajo el discurso de que el Gobierno de México respeta todas las
orientaciones sexuales e identidades o expresiones de género, una alta
funcionaria del gobierno pidió al Poder Legislativo avanzar en las
normas legales que otorguen mayores derechos a quienes integran este
sector de la sociedad, incluso desde que son menores de edad, lo que es
brutal, cuando en el gabinete hay una ex ministra de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, cuando nuestro derecho civil establece que en el
caso de niñas y niños hay vicio en el consentimiento.
Y la Convención de los Derechos de la Niñez, que si bien establece
Derechos Humanos para las niñas desde el nacimiento, también establece
obligaciones para su cuidado y desarrollo, ya que hay derechos que van
adquiriendo conforme se desarrollan, pero además le da la obligación
subsidiaria al Estado para su cuidado y desarrollo.
El feminismo debe dar la batalla contra el discurso de asignación de
género y buscar la anulación de esa categoría y sus consecuencias.
Tenemos mucho que perder.
Movilización en Madrid para pedir el fin de la violencia de género y de la prostitución EFE
Como nunca antes en la historia de las luchas sociales la
prostitución está siendo considerada aceptable por una parte de la izquierda.
El cáncer social que supone aceptar que la mujer es el sexo que debe prestarse
a los deseos salaces del varón por una miserable cantidad de dinero, que ha
sido siempre una de las enfermedades crónicas del Patriarcado, y de cuyo
negocio se lucran con ingentes cantidades de dinero las mafias internacionales,
se intentó erradicar por las más preclaras figuras políticas, sociales e
intelectuales del mundo hace siglos. En España desde Concepción Arenal las
pensadoras y activistas feministas pretendieron lograr que se aboliera en
todo el mundo, como se planteó en la Convención Internacional contra la Trata
de 1905. Es interesante consultar el artículo que escribió Lenin en aquella
ocasión y la polémica que desató sobre la libertad sexual. Pero ciertamente así
se llevó a cabo en la URSS a partir de la Revolución de Octubre.
Las anarquistas españolas pusieron mucho
énfasis en la crítica de la permisividad que sus compañeros de ideología
mantenían hacia la prostitución, reprochándoles que frecuentaran los
prostíbulos. En las Cortes de la II República, impulsada por Clara Campoamor se
abolió la prostitución y Federica Montseny, la primera mujer ministra española,
que lo fue de Sanidad, anarquista, la llevó a cabo cerrando los lupanares y
creando los «liberatorios de prostitución», en plena guerra Civil.
El largo tiempo que atravesamos en la
dictadura no permitió que se reclamara la abolición, pero ciertamente no
existía ninguna duda tanto en la moral social mayoritaria como en la conciencia
feminista de que ser prostituida era la explotación y la humillación más grave
que podía sufrir una mujer.
Ha sido con la llegada de la democracia
cuando la ideología capitalista –y no se debe añadir el calificativo de liberal
porque es un disparate- se adueñó del discurso dominante y la mafia de la
prostitución ha introducido en la conciencia social la idea de que la
prostitución «libre» es aceptable, a veces hasta recomendable, como
un trabajo más. No se califique de liberal esta concepción porque es un insulto
a los liberales, aquellos que lucharon contra la esclavitud y la prostitución
durante todo el siglo XIX, y cuyo partido fundó John Stuart Mill, el filósofo y
diputado inglés, uno de nuestros admirados feministas, que tanto trabajó para
lograr el voto para la mujer. En España, desde las Cortes de Cádiz en 1812, los
liberales lucharon heroicamente contra la reacción tiránica y a favor de la
República.
Pero ya sabemos que hoy los términos
clásicos se desprecian y se corrompen. Desde que el marxismo es execrado por
los posmodernos para sustituir este método de conocimiento por el engrudo
ideológico que nos sirven todos los días los políticos, incluyendo a los de
izquierdas, y aún peor, la Universidad convertida en un páramo del pensamiento,
hablar de esclavitud sexual para definir la prostitución provoca rechazo en los
sectores que se lucran del negocio, que son muchos más de los que la mayoría de
la ciudadanía conoce.
Si mi abuela, anarquista, Regina de Lamo,
resucitara y oyera que la prostitución se denomina ahora «trabajo
sexual», y que políticas con poder ejecutivo financian una «escuela
de prostitución», que unas cuantas propagandistas aseguran que es una
buena solución económica para las mujeres, y que las que persistimos en lograr
la abolición somos anticuadas, ñoñas, prejuiciadas y putofóbicas –nuevo vocablo
en el vocabulario posmoderno de las prostituidoras- volvería a morirse. Y con
ella todas las grandes pensadoras y activistas feministas de dos siglos:
Alejandra Kollöntai, Rosa Luxemburgo, Clara Zetkin, Federica Montseny como ya
he mencionado, Clara Campoamor, Victoria Kent, Margarita Nelken, Dolores
Ibárruri, las precursoras que nos abrieron un luminoso camino en la selva
oscura del Patriarcado y que ahora son despreciadas.
Lo más penoso es comprobar que hoy no
debemos abrigar muchas esperanzas de que se apruebe en España la abolición de
la prostitución. A pesar de las Plataformas y Frentes y Asociaciones y Asambleas
abolicionistas, demasiadas para que tengan verdadera fuerza, que la reclaman y
que incluso se proponen elaborar la ley, lo cierto es que una ley se aprueba en
el Parlamento y no en la calle ni en las reuniones, asambleas, jornadas y
conferencias que de cuando en cuando se realizan. Y en el Parlamento en este
momento tenemos partidos públicamente prostituidores: Podemos, Ciudadanos,
Esquerra Republicana y Mas País que con 61 escaños pueden frenar cualquier
proyecto de ley en ese sentido. Los demás, PSOE, PP, PNV, y los nacionalistas,
sin que estén defendiendo la regulación de la prostitución como hacen los
otros, se muestran muy tibios en su afán de acabar con ella.
Si contamos que tanto el PSOE como el PP
han gobernado decenas de años por mayorías absolutas o con la ayuda de los
nacionalistas y nunca han planteado un proyecto de ley abolicionista, no sé por
qué ahora, con la debilidad parlamentaria que todos padecen iban a hacerlo.
Como decía Lenin «excepto el poder todo lo demás es pura ilusión»,
y el poder desde luego hoy no lo tiene el Movimiento Feminista. A pesar de su
demostración de capacidad de convocatoria de masas en las manifestaciones, las
declaraciones de sus dirigentes de que nos encaminamos a la abolición de la
prostitución son puras ilusiones.
Del PSOE no sabemos qué acabará haciendo, a
pesar de las declaraciones abolicionistas de las mujeres del partido, que por
otro lado se han conformado durante los 24 años que han gobernado con que la
abolición quedara siempre en la cuneta, y en este tema con menos poder sin el
apoyo de UP. Los de la derecha, algunos incluso confesionales, se harán los
exquisitos con enmiendas y sugerencias y abstenciones haciéndonos perder el
tiempo. Y al final la aritmética parlamentaria no será suficiente para dar una
alegría al Movimiento abolicionista, que cree, ensoñado en sus ilusiones, que
con manifestaciones en la calle y asambleas multitudinarias se cambian leyes y
gobiernos. Cuando nunca ha sido así. Ni siquiera ante movimientos
internacionales que sacaron a la calle a millones de personas en ocasiones
memorables como las que se opusieron a la guerra de Irak, y que ya tristemente
hemos comprobado cómo se hundió a esa región del planeta en la destrucción, la
miseria y el conflicto perpetuo, sin que ninguno de sus autores recibiera el
castigo que se merecían.
Es cierto que el MF ha luchado y protestado
activamente desde que se acabó la dictadura y que gracias a su esfuerzo se
logró aprobar algún artículo de la Constitución prohibiendo discriminaciones y
más tarde leyes más o menos progresistas. Pero que tales avances no nos hagan
engañarnos. En cada una de esas ocasiones hubo partidos políticos que votaron a
favor de la causa, porque si no nunca hubieran ganado. Y ahí tenemos el voto
femenino en las Cortes Constituyentes de la República, la Constitución de 1978,
y las siguientes leyes de divorcio, aborto, violencia, igualdad, matrimonio
homosexual, a las que los partidos dominantes dieron el visto bueno.
Porque o triunfa una revolución, que suele
llevar aparejada una guerra, o se ganan las elecciones parlamentarias y se
forma gobierno, o te quedas en la calle con una pancarta en la mano. Que es lo
que lleva haciendo el Movimiento Feminista hace cuarenta años.
LIDIA FALCÓN O’NEILL es licenciada en Derecho,
en Arte Dramático y Periodismo y Doctora en Filosofía. Nombrada Doctora
Honoris Causa por la Universidad de Wooster, Ohio. Es fundadora de las
revistas Vindicación Feminista, y Poder y Libertad, que actualmente
dirige. Creadora del Partido Feminista de España y de la Confederación
de Organizaciones Feministas del Estado Español. Ha participado en el
Tribunal Internacional de Crímenes contra la Mujer de Bruselas, en el
congreso Sisterhood Is Global de Nueva York, en todas las Ferias
Internacionales del Libro Feminista y en los Foros Internacionales de la
Mujer de Nairobi y de Beijín.
Ciudad de México. Violencia familiar fue el cuarto
incidente de seguridad más registrado en las llamadas procedentes
(reales) al 911 durante el primer trimestre de 2020, pero no existen
datos del número y tipo de atención que recibieron las víctimas, de
acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de
Seguridad Pública (SESNSP).
De enero a marzo de 2020, el 911 –el número definido para atender
emergencia de distintos tipos en todo el país– recibió 170 mil 214
llamadas (todas procedentes y reales) por violencia familiar, de acuerdo
con el informe “Estadística nacional de llamadas de emergencia al
número único 9-1-1”, que generó el SESNSP en abril, último mes en el que
se hizo el registro.
Esto colocó a la “violencia familiar” como el cuarto incidente que
requirió más servicios de seguridad registrado al 911, después de
“accidentes de tránsito”, “persona agresiva” y “persona sospechosa”.
Los datos también demuestran que las emergencias reales por violencia
familiar se dispararon durante 2020, toda vez que en 2019, el número de
llamadas procedentes o reales por violencia familiar que recibió el 911
en el primer trimestre fueron 155 mil 178, mientras que en 2018 fueron
156 mil 488.
Si bien durante el primer trimestre de 2020 se recibieron 13 millones
261 mil 689 llamadas de emergencia no procedentes (la gran mayoría
mudas o de “no emergencia”), estos datos demuestran que –contrario a lo
que dijo el mandatario federal el pasado 15 de marzo– la violencia
contra las mujeres dentro del hogar en México es real, toda vez que hubo
170 mil 214 llamadas que fueron reales y requirieron servicios de
seguridad por un hecho de violencia familiar.
Asimismo, de acuerdo con los datos del Secretariado, este 2020
disminuyeron las llamadas improcedentes (o “falsas”) al 911 y aumentaron
tres por ciento las llamadas de emergencia reales.
Sin datos sobre el tipo de atención para las mujeres que llaman al 911
Cimacnoticias solicitó vía transparencia al SESNSP y a la Comisión
Nacional para Prevenir y Erradicar y la Violencia contra las Mujeres
(Conavim) –que promueve las llamadas al 911– el número y tipo de
atenciones que se brindaron a las mujeres víctimas de violencia
familiar, sexual, acoso y hostigamiento y de género (como las clasifica
el Secretariado) que llamaron al 911.
No obstante, la CONAVIM rechazó por escrito tener competencia en el
tema y el SESNSP negó la existencia de esa información, ya que “son
datos que no remiten los Centros de Control, Comando, Cómputo y
Comunicación (C5) o su equivalente y los Centros de Atención de Llamadas
de Emergencia (CALLE)”.
Recién en abril de 2020, tras el rechazo que originaron las
declaraciones del presidente de México sobre que las llamadas al 911 por
violencia familiar eran falsas, el SESNSP, a través del Centro Nacional
de Prevención del Delito y Participación Ciudadana, y en colaboración
con el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES ) firmó un convenio
de colaboración para acompañar y asesorar a los municipios y alcaldías
beneficiarias del Subsidio para el fortalecimiento del desempeño en
materia de seguridad pública (FORTASEG), para generar mejores
estadísticas en el tema.
Hermosillo, Son. En 2016, un grupo de mujeres
comcáac viajó a la India. Salieron juntas de sus comunidades ubicadas en
el desierto sonorense para viajar a otro desierto mucho más lejano.
Iban a estudiar y capacitarse en energía solar y diseñar un proyecto
durante 6 meses. Al regresar y luego de casi cuatro años de trabajo,
materializaron su sueño colectivo: por fin tener luz y agua para sus
pueblos.
Verónica Molina, Cecilia Moreno y las hermanas Francisca y Guillermina Barnett,
dejaron a sus familias durante 6 meses en El Desemboque de los Seris y
en Punta Chueca -los dos pueblos que integran a la Nación Comcáac- para
capacitarse y crear un plan que trajera un beneficio comunitario.
A su regreso a Sonora y con el apoyo de mucha gente, tocando
incontables puertas, en junio de 2020 instalaron 46 paneles solares de
375 watts de potencia cada uno, en el pozo que abastece de agua a El
Desemboque, para que este funcione con energía solar y no con luz
eléctrica, en un logro histórico para la comunidad.
Antes los recibos por el servicio se volvieron prácticamente
impagables: se acumularon uno tras otro y, por eso, la gente se quedó
sin acceso al agua en sus casas durante largas temporadas.
“Es lo que se batalla más aquí, con el agua, por el alto costo de la
energía”, contó Verónica, de 46 años, a través de mensajes de audio en
WhatsApp, “también, en épocas de lluvias, se cortaba la luz y no
teníamos agua: a veces hasta medio año sin tener agua en el pueblo”.
Su conexión con el Barefoot College -en Rajastán, India– fue después
de participar en una serie de talleres sobre el cambio climático
otorgados por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas
(Conanp) en el territorio de la Nación Comcáac entre 2015 y 2016.
Por esos días, ellas cuatro fueron propuestas por otros miembros de
la tribu para representarles y viajar fuera del país. Las cuatro se
fueron con becas completas desde septiembre de 2016 y regresaron a sus
casas en marzo del año siguiente: ya eran unas “Solar Mamas”, como
llaman a cada una de las mujeres egresadas del programa que capacita a
mujeres originarias de comunidades vulnerables alrededor del mundo.
“Nosotras dos de El Desemboque -Vero y Cecy- fuimos con la idea de
poder hacer algo en el pozo de la comunidad”, dijo Vero, “y actualmente
ya se están poniendo los paneles solares; nos ayudó una amiga gran
norteamericana, Laura Monti, que ella consiguió el financiamiento con el
fin de ayudarnos”.
Laura Monti, líder de la organización no gubernamental Borderlands
Restoration Networks, tiene una historia de más de 20 años de
colaboración con la gente de la Nación Comcáac y fue quien se encargó de
establecer el vínculo con la Honnold Foundation, agrupación también
dedicada al cuidado del medio ambiente, quien otorgó los fondos para
instalar los paneles.
Previamente, el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI),
ya había establecido contacto con la comunidad y aportado un 30 por
ciento -alrededor de 253 mil pesos- del proyecto inicial que fue
complementado con los recursos de la fundación.
“Hemos tenido esta conciencia de que la falta de agua en el pueblo es
la raíz de muchos otros problemas y enfermedades”, dijo Laura al
teléfono, “estas mujeres han sido líderes en la comunidad, fueron hasta
la India e hicieron un esfuerzo grande para entrenarse: llegaron con el
plan de instalar paneles en las casas y de hacer lámparas. Son mujeres
muy dedicadas, comprometidas y, cuando surgió lo de estos fondos, se
pusieron muy contentas porque sabían que será un gran beneficio para el
pueblo”.
Pero el proyecto es mucho más amplio: en una primera etapa, se
instalaron los paneles en el pozo de El Desemboque, pero también, en la
segunda fase, se electrificarán 30 casas de la comunidad y se les
instalarán huertos para autoconsumo, en un proceso que iniciará en
alrededor de dos semanas más. Una tercera fase consistiría en llevar
energía solar a las casas del otro pueblo, Punta Chueca, para ahorrar en
los recibos que pagan cada mes a la Comisión Federal de Electricidad
(CFE).
“La segunda fase del proyecto es electrificar unas 30 viviendas de
aquí del pueblo y, aunque sí va a estar conectado también con la energía
de la CFE, pagará menos luz la gente que tendrá paneles solares, porque
si es alto el costo de la luz”, explicó Vero Molina.
“Algunas familias no pueden pagarla porque no tienen un sueldo fijo y
algunas familias no tienen trabajo: hay mujeres viudas, mujeres solas
que nadie trabaja por ellas y les es difícil pagar la luz”, agregó.
Ellas fueron las primeras en ser escogidas: las mujeres más
vulnerables del pueblo contarán con paneles para apoyar a sus familias.
“Son personas responsables, que pueden cuidar lo que se les va a dar y
que los necesitan más, a esas personas escogimos”, sostuvo.
Las hermanas Barnett
Guillermina y Francisca Barnett Díaz son hermanas, ambas originarias
de Punta Chueca. Ellas idearon juntas el proyecto para tener energía
solar en las casas de su comunidad para aminorar las dificultades que
tienen las familias. Sin embargo, Francisca falleció antes de ver su
sueño cristalizado. Murió a los 49 años, a causa del cáncer, apenas el 3
de junio pasado. Se fue justo en los días en que estaban terminando de
instalar los paneles en el pozo.
Las hermanas Barnett aparecieron en un documental: “Flip the switch”,
del Barefoot College, donde se narra la experiencia de ellas y de otras
mujeres durante la escuela en la India y las experiencias al volver a
sus pueblos, cargadas de conocimientos.
“No sabíamos nada de cómo armar una lámpara, pero poco a poco
aprendí”, dijo Francisca en el comedor de su casa, en un fragmento del
documental, donde mostró la lámpara solar que armó en la escuela, “no
entendíamos el idioma y se nos dificultaba mucho, pero estar lejos de mi
familia fue lo más difícil. Me siento muy orgullosa de ser una Solar
Mama”.
Para Guillermina -“Mina”, como la llaman de cariño- la pérdida de su
hermana fue sumamente dolorosa, por lo que no se sentía preparada para
hablar de ella y prefirió que alguien más lo hiciera.
“Lo de Francisca fue un golpe duro para nosotras”, dijo Cecy Moreno,
su compañera de 51 años, “me da tristeza porque ella quería ver que se
realizará algo en su comunidad y se nos adelantó sin ver realizado su
sueño de tener paneles en Punta Chueca”.
Cecy y Vero se están capacitando para ser quienes monitoreen el
funcionamiento de los paneles del pozo en El Desemboque. Junto a
los ingenieros Santiago Aguirre y Santiago Aguirre hijo, de la empresa
Solarex, instalaron los paneles a siete kilómetros del pueblo y los
revisan a través de sus celulares, con tecnología para trabajar a
distancia.
“Estuvimos checando junto con el ingeniero y sus ayudantes, ver que
estén conectados todos los paneles, porque es una estructura que está
más alta que nosotras”, narró la ingeniera solar, “hizo mucho calor y
estuvimos dos días yendo al pozo y, el tercer día, fuimos al entierro de
nuestra compañera Francisca a Punta Chueca.”
Y continuó: “Yo me sentí satisfecha de ver los paneles en el pozo y a
la vez triste, por nuestra compañera; me hubiera gustado que estuviera
con nosotras para que viera que no fue en vano haber ido a estudiar tan
lejos de nuestra comunidad y nuestro país. La verdad, es duro para mí,
porque aparte era la esposa de mi primo. Ella era muy juguetona, le
gustaba andar siempre positiva, nos hacía reír mucho con sus ocurrencias
y, como madre, siempre estuvo al pendiente de sus hijos. Estaba muy
emocionada con los avances del proyecto”.
El par de mujeres de El Desemboque habían enfrentado discriminación y
malos comentarios por ser mujeres y por intentar construir un cambio.
No todos les creían hasta que lo vieron hecho realidad.
“Hay veces que nos subestiman algunas personas”, dijo Vero, “pero
para nosotras es importante que otras mujeres, si les interesa aprender,
nosotras les podemos enseñar: ¡sí nos gustaría compartir los
conocimientos a otras mujeres!”
Por eso, otro gran sueño es tener su propio taller de energía solar, dijeron ambas. Una escuela.
¿Cómo funciona el pozo?
El ingeniero Santiago Aguirre explicó que el pozo aún está
interconectado a la energía eléctrica de la CFE para garantizar que, en
caso de días nublados, nunca se quede sin funcionar la bomba, porque
resulta mucho más complicado instalar una batería que tiene un plazo de
vida útil muy escaso.
“Todo lo que la bomba está consumiendo en la noche, en las primeras
horas del día -cuando sale el sol- empieza a devolver toda la energía
por medio del medidor, de tal manera que, al final del día, el recibo va
a quedar en cero”, explicó el experto.
En total, se invirtieron cerca de 18 mil dólares en un sistema que da
energía a la bomba por 18 horas diarias, con una potencia de 17.25
kilowatts por hora, pero faltan alrededor de 70 mil dólares más para
complementar el proyecto de las casas y sus huertos, detalló.
“Estamos en cinturón del mundo favorecidos enormemente con el sol”,
aseguró el ingeniero, “el pozo está a siete kilómetros del pueblo y no
hemos entrado a la comunidad por respeto a las medidas de sana distancia
por el COVID-19, porque es una de las preocupaciones de la organización
y de la fundación: no poner en riesgo a la gente, y nosotros hemos
respetado a los seris y los seris a nosotros. El gobernador Saúl Molina
dio la aprobación para que trabajemos únicamente en el área del pozo”.
Este proyecto, dijo el gobernador, significa un respiro para el gasto
energético y la economía del pueblo acostumbrado a quedarse sin trabajo
durante la temporada de veda en la pesca y donde no hay ingresos
económicos en absoluto, en pleno verano, cuando más se necesitan la
energía y el agua.
“Cada mes pagábamos entre 7 y 8 mil pesos, pero se iban acumulando
hasta llegar a los cien mil”, detalló Saúl Molina, “esto de los paneles
es muy bueno, porque sí debemos mucho todavía a la Comisión, aunque
buscaremos una condonación, porque hay unas 19 o 20 torres de la CFE
dentro de nuestro territorio y nosotros pensamos que ellos nos deben más
a nosotros”.
Cecy y Vero están paradas debajo de la estructura de paneles solares,
revisan el cableado, luego el sistema de monitoreo en sus celulares. Se
secan el sudor de la frente con sus rebozos. “Gracias a Dios ya hay
agua en todo el pueblo”, dijo Cecy. Y junto a los ingenieros y las
organizaciones que las apoyaron lo deciden: los paneles del pozo se
llamarán “Proyecto Solar Francisca Barnett Díaz”.
El confinamiento por la pandemia y el uso del poder ejercido por
algunos dirigentes políticos ha dejado muchas vergüenzas aireadas.
El exdiputado por Ciudadanos, Marcos de Quinto, hizo un comentario en
una red social sobre la ministra de Igualdad, Irene Montero, que
evidenciaba el rancio machismo del que hace gala cada vez que tiene
ocasión y en demasiadas ocasiones disfrazado de chiste maloliente y
casposo.
Los privilegios que el patriarcado otorga a los hombres, estos se los
toman como derechos naturales, o lo que es lo mismo, derechos con los
que se nace por ser hombre y que por tanto pueden hacer los que les
venga en gana y opinar lo que les venga en gana con respecto a las
mujeres, sus cuerpos y sus palabras o actos.
Ese privilegio constituido por ellos como derecho natural usa a las
mujeres para saciar sus apetitos sexuales, quieran estas o no. Se llama
violación. Otro ejemplo es el consumo de mujeres dentro de la
prostitución sin importar los deseos de las mujeres prostituidas o su
propia situación vital. Tengo un deseo, soy hombre, puedo pagar pues voy
y lo sacio. Así de fácil. Y así de doloroso al mismo tiempo.
No me cansaré de recordar que los deseos, sobre todo masculinos, no
son derechos, son solo eso, deseos que pueden satisfacerse o no, pero no
son derechos. Por tanto, si una mujer dice NO ha de ser respetada y no
forzada ni manipulada con violencias machistas de todo tipo hasta que
ceda. Sencillamente no tiene ninguna obligación de satisfacer los deseos
del tipo que sean, de otra persona.
Como vengo denunciando hace un tiempo, el patriarcado, con tal de
pervivir y mantener sus privilegios se camufla como sea e incluso se
infiltra dentro del movimiento feminista para destruirlo desde dentro
apoyándose en una pseudo teoría para dividir e intentar dinamitar los
logros conseguidos por el movimiento feminista que, a su vez se estaba
convirtiendo en demasiado peligroso por su importante ascenso y avance.
Intentar abolir el sexo, desdibujando así a las mujeres, es la nueva
estrategia patriarcal. Nos quieren convertir en “personas gestantes”,
“progenitor gestante”, “persona con vulva”, etc. y seguimos siendo y
viviendo como mujeres. Ni menos ni más que como mujeres.
Personas nacidas con sexo de mujer y socializadas como mujeres y es
ahí donde el género entra en acción, puesto que en esa socialización
diferenciada es cuando el patriarcado marca las distancias entre lo que
es ser mujer y lo que es ser hombre. Por tanto, el género, no deja de
ser una construcción social utilizada por el patriarcado para
socializarnos en la obediencia debida a lo masculino y la renuncia al
“yo” y al “para mi” como mujer y pasar a ser “para los otros” y “de los
otros” que son los hombres.
Sólo desde el movimiento feminista se puede parar el avance de ese
camuflaje del patriarcado para destruirlo desde dentro. Ya se intentó
con la abolición de la prostitución en donde de inmediato aparecieron
grupos defendiendo su legalización e incluso un pseudo sindicato que
pretendía reivindicar los derecho de las mal llamadas “trabajadoras
sexuales”, cuando en realidad son mujeres en situación de esclavitud
sexual al servicio de unos proxenetas que las mantienen en esta
condición y no les dan tregua.
Estos grupos pro legalización de la prostitución estaban financiados
por esos proxenetas que esclavizan y extorsionan a las mujeres que
compran en terceros países y en donde la pobreza es extrema.
Pero nada de esto le importa al patriarcado que solo se preocupa de
hacer perdurar sus privilegios reconvertidos en derechos naturales en
aras a su condición de haber nacido con sexo masculino.
Y eso mismo debe de ser lo que pensó el zafio de Marcos de Quinto
para opinar de la manera en que lo hizo de la ministra de Igualdad,
Irene Montero. Debió de pensar que en su condición de hombre podía no
solo opinar, sino también dar paso a interpretaciones erróneas con la
redacción de su tuit.
Y precisamente por eso es tan importante desenmascarar ese machismo
disfrazado de chiste malo, porque esconde prejuicios machistas de
dominación a las mujeres negándonos nuestros talentos, nuestros saberes,
nuestras voces, y nuestras posiciones como iguales en una sociedad que
busca ser más justa y con mayor equidad entre hombres y mujeres
En el espacio de una verdadera equidad me encontrarán y, por supuesto
en contra de todos los derechos “naturales” emanados de la condición de
hombre por el simple hecho de ser hombres.
No sé explicar ese abrazo. Esa intensidad de la pérdida y los reencuentros
"¿Cómo se ve la luz de una vela cuando está apagada?". -Lewis Carroll
Mi padremurió en el mes de septiembre del 2019. Fue un hombre longevo.
La frase anterior es un esfuerzo por remitirme a un dato duro,
racional. Vivió casi 93 años. Si me concentro podría decir que para
entonces, su cuerpo lo traicionaba con una crueldad tal, que no había
manera de imaginar o desear prolongaciones. Si me desconcentro diría que
aún no logro entender que también a él, lo traicionara hasta matarlo,
el cuerpo. Se aferró a la vida, luchó por ella. Hasta el último día
quiso salir a la sala y recorrerla –un viaje larguísimo- de un sofá al
otro. Pidió su cuaderno para intentar escribir. No recordaba cómo. Miró desolado su cuaderno de rayitas, como un niño extraviado. Sabía que ya no sabía escribir. Sabía que alguna vez había sabido.
Esta
consciencia que por momentos él tomaba ante la dimensión de sus
pérdidas fue de un desamparo avasallante. Suponía que si retomaba sus
rituales, la vida se quedaba con él. Unos días, unos meses más. Quiso
bañarse, vestirse, ponerse su camisa bonita. No creía en ningún más
allá. Estaba solo ante su muerte, así a como estamos. Desamparada y
valientemente solo. Decía: "me estoy muriendo" y planeaba futuros. Tenía
razón. Las personas tenemos un futuro hasta ese último segundo en el que es un hecho que dejamos de tenerlo. No hay nada que una hija pueda hacer para proteger a su padre
que no quiere morirse y que a la vez entiende que es inevitable. No hay
nada que nadie pueda hacer. Su pecho comenzó a hacer "ese ruidito". Tan
reconocible. Aunque una nunca lo haya escuchado. Esa especie de gemido
que sale de la garganta y se va apagando.
Pasó sus últimos días
yendo y viniendo (como desde hacía tiempo) entre la realidad y sus
mundos otros, que también eran muy suyos. Anoté fragmentos de sus viajes. Sin papel y sin lápiz.
Adentro mío. No podría haber nada en el delirio que sea ajeno a quien
delira. Versiones distintas de una persona, de una historia de vida. Una
escucha que alrededor murmuran: "ya no sabe lo que dice". Solo es una
parte de la verdad. Digamos que en esos tránsitos ya no funcionaba esa
parte de él que solía controlar de manera ordenada lo que decía, pero
ese dato no retira ni un segundo de verdad a los contenidos de sus
palabras. Como sucede en los sueños: los delirios nos hablan de verdades
muy profundas.
Fue niño y tuvo miedo. Fue niño y llamó a su
mamá. Fue un adolescente triste que me decía: "quiero ir a la
universidad y no puedo, hay que trabajar". Le preocupaban muchísimos sus
hermanas. En la realidad, ya solo le quedaba una. Y sus hijas. Fue un
adulto en medio de una ventolera, así decía él: "ventolera", me pedía
que nos sacara de la intemperie. Me confundía con mi hermana, con sus
hermanas, con su madre. Les hablaba a través mío. Y yo le respondía como
si fuera una de ellas. Como si en medio de la ventolera me iniciara en
el oficio de medium. No fue difícil, nos daba por ser chalados cuando
estábamos juntos.
Ahora es el domingo del Día del Padre, nada más arbitrario y hechizo que esta fecha. Y, sin embargo, hoy mi padre tomó la casa. Mi vecino chef hizo paella para celebrar. A la una de la tarde me senté ante la mesa con una copa de vino y le dije: "te amo mucho, papá". No es que me haya respondido como responden los vivos, sino a su manera de ahora. No sé explicar ese abrazo. Esa intensidad de la pérdida y los reencuentros.
Mis hijos le decían Pepé. Cuando les dije: "Pepé les mandó saludos",
ellos saben que no es la realidad, pero que no estoy mintiendo. Es una
verdad alternativa y rotunda.
Cuando era niña mi papá no deliraba,
solo le encantaba inventar historias. Aún las más improbables. Esas
historias tejían nuestra relación. Sé que fui su hija preferida porque
no lo juzgaba, porque adoraba esa sinrazón que nos unía: podíamos ser
niños juntos. Podíamos inventar. Podíamos jugar. Éramos libres para
hacerlo. Mi padre tuvo una vida muy ruda y ese jugar
con su hija era su forma de resarcimiento. Su manera de escapar de esos
dolores hondos que no resolvió. Hay heridas suyas que nunca sanaron. Yo
las guardo. Las que sé y las que no. Hay cantidad de transmisiones
inconscientes.
No le dio por ser el padre atento a las vicisitudes de mi vida, él se ocupaba de las suyas. Era el padre
que llamaba para decir: "hay una mamá pato en el lago paseando feliz
con sus patitos, me recordó a ti". "¿Ya aprendió tu hijo a pronunciar
otorrinolaringólogo?" "Los libros en tu casa son como ladrillitos, ¿te das cuenta que con esos ladrillos tus hijos van a construir su casa?" "Ayer tú y yo atravesamos el estrecho de Gibraltar. Qué viajes hacemos hija, qué viajes". "¿Con qué rima ´tiempo´, ¿a ver? ¿a ver?" "No vayas a escribir en el periódico que soy un viejito baldado que mira a sus vaquitas desde una camioneta, me desprestigias". Y se reía.
Al casi final no se rió para preguntarme: "En ese cuaderno
rojo, ¿escribes de mí?" "Sí, en varios cuadernos escribo de ti". "Ahora
que me muera escribe más de mí". "Tienes el resto de mi vida para
apersonarte y dictarme". "Así me muero, pero no completito".
Mi papá era muy sordo, nuestras conversaciones eran a veces, murmullos
casi a gritos. Frases que le repetía cerca de la oreja, un poquito más
lejos. Había que calcular la distancia para que pudiera escuchar. Era
una distancia variable. Como ahora. Va y viene. Pasan horas del día en
las que no lo recuerdo, pero no pasa un día en el que no lo recuerde. A
veces con suavidad, a veces en plena ventolera. Como hoy.
Tengo la
sensación de que tengo que "salvarlo" de algo. Salvarlo de las
traiciones tan brutales que tuvo que vivir. "Salvarlo" de haberse
muerto sin ganas. Nombrarlo. Hacerle "justicia". Sanarlo a destiempo.
Inventar una historia que terminé así: "Ya no te duele más nada. Tú y yo
juntos derrotamos al mal". Mi papá se llama Marco Antonio. Es yucateco de padres tabasqueños. Ama el mar, el maya, la selva, los animalitos. Creo que me ama mucho a su errática manera. Escribo su nombre: Marco Antonio. Para que nunca se muera "completito".