Entrevista a Blanca Athié escritora y promotora cultural mexicana
Blanca Athié obtuvo el Premio de Cuento José Agustín en el 2013. Fue semifinalista del Mundial de Escritura en el 2020. Su producción literaria aparece en diversas antologías y portales digitales.
Se destaca la antología: El tejido de la mujer araña sobre maternidades disidentes, publicado a través del Mapa de Escritoras Mexicanas Contemporáneas. Ha sido invitada a la Feria Municipal del Libro de Guadalajara (2017-2018-2019). Como promotora cultural dirigió la Feria Nacional del Libro de Iguala en mayo del 2016 dedicada a Elena Garro, primera feria temática y dedicarla a escritoras mexicanas. Coordinó con Julio Moguel la Feria Internacional del Libro de Acapulco (2016). Imparte talleres literarios a mujeres privadas de su libertad y en el Centro de Justicia para mujeres en el estado de Jalisco. Además, lidera talleres sobre Literatura del cuerpo en otros espacios.
JFSJ: ¿Cuándo y por qué decidiste realizar un taller de poesía en la cárcel de mujeres?
BA: Me gusta más el termino “escritura para mujeres” que taller de poesía o taller literario. Nos ayuda a resituar la escritura como resiliencia o territorio donde todas las mujeres nos encontramos y nos escribimos. Fue una iniciativa personal. A mí me interesa la escritura de mujer como territorio donde autoafirmamos nuestra identidad, resistimos y colectivizamos. Las mujeres privadas de su libertad (somos respetuosas con ellas al usar este término y cuidar su dignidad y la no re victimización usando otros) son un ejemplo de resistencia.
Por ello, el año pasado busqué a la Secretaría de Cultura de Jalisco, y en convenio con la Dirección General de Prevención y Reinserción Social (DIGPRES) aceptaron el proyecto e iniciamos en la segunda semana de agosto del 2021.
JFSJ: ¿En qué centro penitenciario estuviste y cuántas mujeres participaron?
BA: En el Centro de Reinserción social para Mujeres privadas de su libertad en Puerto Vallarta, Jalisco. Realicé ocho sesiones. Se inscribieron 20 personas, pero completaron el proceso siete mujeres.
JSFJ: ¿Qué metodología utilizaste?
BA: Metodología propia. Diseñé un programa basado en escritura o literatura de mujer con fundamento en la crítica feminista y decolonial para diseñarlo a manera de subjetividad literaria. Por ejemplo, la escritura como un Cuarto propio pensando en Virgina Woolf, o privilegiando diarios tales como el Cuaderno dorado de Doris Lessing, e incorporando el sentir de nuestras hermanas afrodescendientes e indígenas, apropiándonos de nuestros cuerpos como espacios o territorios desde los que escribimos. El ser “cuerpos” permite el contacto con otros cuerpos, como los árboles. En ese lugar tenían jardines, por eso como tarea abrazaban árboles y dejaban fluir las sensaciones para luego escribirlas.
JFSJ: ¿Cuáles son los temas recurrentes de sus poesías?
BA: El erotismo, la metáfora animal o vegetal para la resistencia e identidad. También las emociones propias habitadas a raíz de sus historias personales.
BA: Para la sesión de animalización usamos las metáforas como forma de supervivencia y evolución. Me gustó mucho que recurrieron a la mariposa y al águila, animales con alas.
“Mi vida la comparo con la metamorfosis de la mariposa por sus tres etapas. Primero, el gusano, por feo, insignificante y desagradable a la vista. Segundo, se convierte en un capullo donde se prepara para transformarse en lo bello y hermosa que es la mariposa, una transformación espectacular, como las etapas de la vida. Eso soy: una mariposa”.
“Siempre me he soñado águila. Vuelo. Siempre fui libre, emprendía mi vuelo muy alto, pues nunca pensé caer. Hoy en día soy un águila con el ala rota, hoy no puedo volar, pero tengo la esperanza y la fe que pronto voy a volver a emprender el vuelo”.
(Ambos fragmentos pertenecen a Mago).
No solo el tema animal como metáfora, sino como amor y cuidado. Becky suele representar a las compañeras en concursos literarios. Ella encontró el cuidado y amor mutuo en su gato llamado “Timy”. Algunas mujeres privadas de su libertad tienen animales de compañía.
“Sentir miedo de perder eso que me hace sonreír, quien llegó a mi vida para cambiar este espacio lleno de soledad por compañía. No quiero que se vaya de mi vida, este miedo incesante, si se va no lo soportaría. Como no llegar a quererte tanto si tú alegras con tu cariño, juegos y alegrías. Estás atento a cada paso que doy, me sigues, corres lleno de vida hacía mí. Aquí, un hogar que te esperó por mucho tiempo que por miedo a amarte tanto no te aceptaba, te cerré por muchos días esta puerta fría en estas cuatro paredes, y de mi pesar: nada; hoy que te tengo. Yo te amo y me dueles, me duele si te vas de mi vida. Te llamo por tu nombre, me miras con tus ojitos aceitunados, te estiras y yo te miro con estos ojos cargados de lágrimas, y pienso en el hecho de tenerte clandestinamente –una cárcel dentro de otra cárcel–, y si enfermas no sé qué haría, correría para salvarte la vida. Ya no te vayas de mi vida, ni de estas cuatro paredes frías, de esta cruel vida, porque por más que lo intente, este acero jamás rompería, y estas bardas inútilmente atravesaría.
Te amo, porque ya eres parte de mi vida. Inocente eres y no te importa pasar tu vida en esta cárcel haciéndome compañía, tal vez para el mundo sea un simple gato, pero para mí: eres mi mundo”. Becky
La pérdida es también un tema que nos atraviesa a los seres humanos, pero recobra particular significado cuando esa pérdida son hijos. Escribir para que los seres amados vivan siempre.
“Dios y la vida me dieron un regalo de nueve meses de espera, había una vida dentro de mí, alegrías, pero más que nada tristezas me acompañaron esos meses, la muerte de mi padre y la renuncia de mi trabajo, pero al verla por primera vez sólo sentía alegría y amor. Cuatro años, sólo cuatro años pude verla crecer, por la ambición de su padre y su abuela ya no está conmigo de la manera más cruel y vil me la arrebataron de mis brazos, me ha quedado un vacío en mi corazón, una herida que nunca sanará, sólo dos fotografías, un peluche y recuerdos me quedan de ella, solamente en mis sueños la puedo abrazar, solamente en mis sueños la veo creciendo. Ahora eres una estrella que brilla en la noche.”.
Unicornio
La naturaleza como resiliencia. Es el caso de Marta:
“La naturaleza es lo que nos mantiene con vida, si observas delicadamente un árbol es un ser mutilado, sólo que su cabeza está plantada en la tierra, sus ramas son sus brazos, piernas, acabas con la especie marina, estás acabando con todo lo que nos da vida, vida, vida… la ecología es lo más importante en este planeta, gobiernos, leyes, son una porquería , poder, control, generar dinero es lo único que les importa, expedientes muertos, arrumbados de personas inocentes y que ya tienen su libertad pero por no trabajar en ellos siguen pagando un delito, no me destruyas, mejor ayúdame sociedad, en vez de juzgarme ven y ayúdame que el dios del universo te lo regresará” Marta
La verticalidad y el coraje de mantenerse viva y fuerte, como el caso de Ana:
“En un instante, repentinamente, como suelen ocurrir las cosas que te trasforman, la vida se me destrozó, como fractura un cuerpo en pleno accidente. Un parpadear de ojos basta para que te despiertes y tú cuerpo y casa ya sean otros. Un cuerpo que recibió una bala por accidente y me dio un nuevo caminar, a lo mejor lento, pero más firme que nunca. La vida –¿O yo?— me dio una oportunidad más para darme cuenta lo fuerte que soy y la verdad llegue Más allá de lo que tengo que llegar. Más allá del miedo. Más allá de los miedos. De mis miedos. Si me dieran a escoger, sí volvería a pedir ser yo, con todas mis desgracias que al final son oportunidades sí sabemos canalizar nuestro coraje”. Ana
JFSJ: ¿Has pensado en realizar este taller en otros centros penitenciarios?
BA: Si, me gustaría replicar la experiencia en otros Centros. Sin duda seguiré gestionando.
JFSJ: ¿Cambió tu escritura a raíz de esta experiencia?
BA: Mucho. Yo dinamité mi propia escritura. Ahora valoro mucho visibilizar estos temas en mis cuentos. Incluso he creado un personaje, mujer privada de su libertad, para mi primera novela. Son experiencias que nos encaran con otras partes de nosotras que desconocemos, pero que están ahí, porque a las mujeres se nos ha callado la voz por siglos. Por ejemplo, el famoso síndrome de la impostora que todas tenemos donde persiste la idea de no valorarnos a nosotras mismas ni lo que escribimos, lo cual fortalece al patriarcado. Este taller me hizo encarar a mi impostora: escribir es resistir y existir. Todas las letras importan, así como todos los cuerpos y todas las vidas. Tenemos que hacer de nuestras letras, algo que nos pertenezca, para confrontar al patriarcado que nos quiere calladas, inseguras y encarceladas.
JFSJ: ¿Qué otros proyectos desarrollas actualmente?
BA: Actualmente me dedico a temas de Crítica literaria feminista, talleres sobre literatura del cuerpo. Estoy coordinando un libro colectivo, sobre Mujeres en la Independencia de México, resituando a nuestras hermanas insurgentes en una Matria, que este año verá la luz.
J. Fernanda Sánchez Jaramillo, animal humano, mujer sentipensante. Candidata a doctora en derecho, jurista, comunicadora social y periodista, magister en relaciones internacionales y trabajadora social comunitaria. Feminista libertaria y comunitaria suramericana.
@fresearchs
Fotografías: suministradas por Blanca Athié