Pedro Echeverría V.
1. las elecciones presidenciales en México, con el consciente voto de “electores”, nunca han existido, mucho menos en la selección de candidatos. Para ser presidente de México –basta revisar un poco la historia- el presidente en funciones, después de consultar a empresarios y al imperio yanqui, “destapa al candidato para que los medios de información armen la algarada, el alboroto, con el fin de que el país se entere. Desde ese momento empiezan los “chorros”, la lluvia de dinero que se empleará en el pago de medio millón de salarios de jóvenes que casa por casa llevarán regalos y propaganda para comprar o comprometer el voto, hasta llevarlos a las urnas.
2. Sin esta gigantesca campaña millonaria nadie saldría a votar, o sólo votarían los dirigentes de partidos subsidiados, así como los miles de trabajadores del gobierno (burócratas obligados). Los candidatos no han sido líderes naturales de algún movimiento. Han salido de una secretaría de gobierno para luego convertirse en “el sucesor”. Los llamados partidos de oposición siempre fueron partidos subsidiados por el PRI-gobierno para aparentar democracia. El PAN, desde que nació en 1939, fue oposición subsidiada en 60 años, hasta que Fox fue hecho presidente. Por ello el PRI gobernó –muy feliz y cómodo- más de 70 años.
3. Para López Obrador sólo existen tres precandidatos y una favorita; por lo contrario, la llamada “oposición” cuenta con 50 anotados que realmente buscan ser legisladores porque sólo uno será presidencial. Pero el que no ha aparecido, no sé por qué, es el único opositor real que se ha burlado durante cuatro años del presidente, le ha ganado el pleito de que su INE cobre en ese tiempo los salarios más altos del país, impidió que AMLO lo derrumbe del cargo y, ahora logró que una de sus funcionarios favoritos recupere el cargo del que había sido expulsado. Este señor Lorenzo Córdova es el único en el país que ha enfrentado al presidente y lo ha derrotado.
4. Esto me lleva a pensar que la llamada “oposición” derechista hará candidato presidencial a Córdova sin que nadie le compita. (Arnaldo, su padre fallecido, mi compañero en el SPAUNAN a fines de los años 70, estaría refunfuñando). Aunque yo nunca he votado por ser enemigo de los procesos electorales, pienso que las elecciones burguesas de 2024 podrían calentarse teniendo a la vista a lópezobradoristas y a sus enemigos en los mítines y confrontaciones. Además, los dos podrían lograr suficientes cantidades de dinero (muchísimos millones de pesos) para repartir. (He visto que muchas personas muy pobres acudían a todos los mítines (del candidato o partido que sea) para recoger los regalos que se daban.
5. He pensado siempre que las llamadas encuestas más que ser reales, ayudan en la campaña política de quien las paga. Si dicen que unos competidores tienen 10 o 20, y quien las paga tiene 60, pues la gente se suma –como se fuera “la divina providencia”- inmediatamente al que tiene más. No es que la gente sea idiota; al contrario, dado que en el sistema capitalista manda el dinero y el poder, pues inmediatamente se acomoda. Ahora preguntan: ¿Quién es la o el candidato presidencial del presidente para que me apunte en la lista? No es idiotismo sino oportunismo para aprovechar la brecha que se ofrezca. “En el capitalismo hay que estar atento para sentir dónde sopla el viento”. (15/III/23)
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