Organizaciones de mujeres resisten el avance de un monocultivo que invade sus tierras y genera escasez y contaminación de agua. En este podcast, explican la situación que viven y su lucha. El trabajo fue realizado por los grupos Mujeres de la Costa de Chiapas ante la Palma Aceitera y Mujeres de la Costa en Rebeldía, en colaboración con el WRM.
Organizaciones de mujeres en el estado de Chiapas, en el sur de México, llevan adelante una lucha para detener el avance de los monocultivos de palma aceitera. Estas plantaciones invaden tierras fértiles donde las comunidades cultivan alimentos y crían animales. Además, consumen gran cantidad de agua y contaminan el ambiente, lo que provoca escasez y enfermedades.
Las plantaciones comenzaron a expandirse a fines de los años 90, con el impulso de empresas del sector en connivencia con los gobiernos. Hoy, el estado de Chiapas concentra cerca del 44 por ciento de toda la palma que se cultiva en México. Una de las modalidades de expansión son los contratos con familias campesinas para que éstas produzcan palma en sus tierras, lo que ha traído muchos más problemas que beneficios a las comunidades.
En este podcast, producido por Mujeres de la Costa de Chiapas ante la Palma Aceitera y Mujeres de la Costa en Rebeldía, en colaboración con el WRM, integrantes de las organizaciones hablan sobre los impactos de este monocultivo y sobre su lucha. Sus nombres se resguardan por su seguridad.
Les invitamos a escucharo y compartirlo.
Transcripción:
Locución: Una producción de Mujeres de la Costa en Rebeldía. Reentramados para la vida en defensa de los territorios. En colaboración con el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales
Locución: Viajemos hasta México, a la costa de Chiapas. Una región de playas y manglares bañados por las aguas del Pacífico, que conviven con la fauna y la flora de campos y cerros. Un territorio donde las mujeres construyen su realidad y defienden la tierra.
Entrevistada 1: ¿Cómo empezamos a luchar? Primero, conociendo nuestros problemas, reconociendo lo que estamos viviendo y padeciendo, cómo estamos luchando compartiendo nuestras experiencias, lo que está pasando en nuestras comunidades, lo que está pasando en nuestras casas, lo que está pasando en nuestros territorios, cómo estamos luchando, conociendo otros espacios.
Entrevistada 2: Aquí en la costa las mujeres ahora estamos siendo invadidas por la palma aceitera, que le llaman. Nos estamos dando cuenta que daña la tierra, y no solo la tierra sino también el medio ambiente. Donde procesan el coquillo (fabricación de harina a partir de la almendra del fruto de la palma), toda esa ceniza que cae es dañina para la salud.
Locución: El monocultivo de palma aceitera comenzó a expandirse en Chiapas a fines de los años 90, con un fuerte impulso por parte del Estado y empresas del sector. A través de subsidios económicos, entrega de plantas y bajo promesas de obtener grandes beneficios económicos, se promovió que las familias campesinas plantaran palma en sus tierras y firmaran contratos con las empresas.
Entrevistada 3: Contra los megaproyectos que se están usando mucho…Al menos la palma africana está perjudicando más y quitándonos el agua, está perjudicando mucho las parcelas, el ganado se está quedando sin tomar agua. Ya no se puede cultivar otro tipo de plantas, solamente tiene que ser eso y ya no hay más frutos que ésos solamente. En los recorridos de las palmas no encuentras en ese modelo otra planta más que pura palma, palma, palma, palma. Ya las vacas están en un lugar muy alejado.
Entrevistada 1: Bueno, lo que nosotros hemos visto que las palmas aceiteras provocan en los territorios es que la mayoría de las palmas que se han sembrado en estos territorios ha sido cerca de ríos. Ese río era un río muy caudaloso hace cinco años. En la actualidad es un río seco, es un río contaminado, con mucha grasa, con mucha nata dicen ellos, no dicen grasa, con una nata como aceite, como petróleo encima, ¿no?, que se va por las venas de la tierra o de los afluentes y llega hasta los pozos de sus casas. Y esa nata igual se cría en esos pozos y entonces no sirve ni para lavar la ropa, mucho menos para tomar.
Entrevistada 2: Los sembradíos que se hacen ya no se cosechan de la misma manera que antes porque ya el suelo se volvió como muy seco, ya esa planta absorbe demasiada agua.
Entrevistada 3: Por los químicos, si nos tomamos esa agua que tiene químicos y todo, claro que nos enfermamos de cáncer, nos enfermamos de todo en la piel, en el cuerpo.
Entrevistada 1: Pues en nuestro cuerpo nos trae muchas enfermedades, como es la depresión, como es la presión alta. Nuestro cuerpo lo siente ¿no? Y además cuando hay mucha contaminación -llámese plástico, llámese basura, llámese deshechos, los drenajes- al agua.
Entrevistada 3: Porque también para que puedan matar un huerto de palma africana, ellos piensan que quemándolo ya se murió. Otros no, ya supieron que tienen que hacerle un hoyo a la planta en el centro y echarle químico. Y al echarle el químico a la planta, se va directo a la raíz para que se muera. Y esas raíces, ¿dónde están? Están conectadas con los ríos y muchas personas todavía tomamos agua de los ríos, de los manantiales, y por eso pienso que también nos estamos enfermando mucho al matar esa planta de la palma, porque hace como una alfombra muy gruesa y ese grosor de la palma es una alfombra súper tupida y no deja cruzar el agua. Esa alfombra se está tomando toda el agua, se la está absorbiendo.
Locución: La afectación de la disponibilidad y calidad del agua se relaciona no solo con la expansión de las plantaciones sino con el procesamiento del aceite en crudo. En Chiapas hay once procesadoras de aceite de palma crudo, que luego se refina como aceite vegetal en plantas ubicadas en los estados de Veracruz y Jalisco. Cada una de esas procesadoras de aceite crudo fomenta la expansión de la siembra de palmas.
Entrevistada 3: Estamos haciendo muchos recorridos por muchos lugares donde todavía piensan cultivar esas palmas, y estamos dándoles videos para enseñarles cómo está todo, cómo les afecta. Primero pensaron que iban a ganar mucho dinero, y están pagando $ 1,99 por kilo del granito (fruto) que sacan, ¡y es un trabajo!
Entrevistada 1: Estamos sensibilizando para que vean cuál es la parte negativa que traen estos megaproyectos a la salud, a la contaminación, al medio ambiente. Pero también nos han dicho que pues esto no basta, con que los hayan tirado, porque las raíces ahí están y por abajo de la tierra son tan profundas que se tejen como un petate fuerte, fuerte. Pues ellas siguen jalando agua. Y pues sensibilizar a la gente, decirles que ése no es el medio para tener recursos económicos sino al contrario. Ese dinero que ellos piensan que va a ser para tener ese recurso económico, no les va a alcanzar cuando les llegue una enfermedad grande ¿no? que les va a ocasionar toda la contaminación que traen las plantaciones de palma.
Entrevistada 2: Y de la persona que ya cosechó y ya por último, veinte años después, se dio cuenta del daño que provoca la palma. Entonces eso nos ayuda a hacer una comparación y ahora sí que reafirmarnos y decir NO, NO ACEPTAMOS la palma, estamos contra la palma.
Entrevistada 1: Pues solamente invitar a todas las mujeres a que nos sigamos organizando, que no claudiquemos. Consideramos que nuestra lucha es por la vida y tenemos que seguir adelante.
Locución: La lucha de mujeres organizadas en contra del modelo agroextractivista palmero se desarrolla no solo en la búsqueda de la erradicación de este monocultivo sino también en la búsqueda de la participación en igualdad, en la toma de decisiones sobre sus territorios, sus tierras, su producción, sus vidas y sus cuerpos.
Locución: Una producción de Mujeres de la costa de Chiapas ante la palma aceitera. Mujeres de la Costa en Rebeldía. Reentramados para la vida en defensa de los territorios. En colaboración con el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales.
Publicado originalmente en Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales
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