Pedro Echeverría V.
1. Me sucede un caso extraño con esto de los delincuentes: ¿Cómo aceptar en el capitalismo, en México, que en cárceles hallan 250 mil presos de origen pobre, casi todos desempleados, iletrados, incluso sin hablar español? ¿Cómo aprobar que Slim, Larrea, Salinas Pliego, expresidentes, todos para mí delincuentes de cuello blanco que, puta, se les haga homenajes, los invite como consejeros y a comer el mismo presidente? De pronto todo mundo -encabezado por los medios de información- se ensañan contra el Chapo y su hijo y contra los de “cuello blanco”, silencian todo.
2. Mi conciencia me dice: “no olvides (pendejo) que en todas las sociedades capitalistas la llamada justicia es al revés”; al que roba poco, se va derechito a prisión; el que roba mucho, divide con el gobierno y hasta lo premian. Por ello entre los políticos, empresarios y negociantes, todos tienen secretos bien guardados que, aunque tengan la espada de Damocles colgada amenazante sobre la cabeza de todos ellos, nadie se atreve a vivir con honestidad. Luego se olvida que los dueños del sistema son una minoría que cuenta con capital, gobierno, ejército, leyes; la mayoría sólo con los brazos para trabajar.
3. Por ello me he preguntado infinidad de veces: ¿quién ha hecho más mal, más miserable, al pueblo mexicano: los chapos y sus drogas o los empresarios y gobiernos que cada año los hacen más miserables? Considerando lo poco que me queda de marxismo no puedo olvidar que las clases sociales definen todo. El socialismo no existe ni pudo darse en Rusia, China o Cuba, porque fue aplastado de diferentes maneras por el imperio capitalista, pero las clases sociales (ricos y pobres, explotadores y oprimidos) siguen existiendo para reafirmar la desigualdad.
4. ¿Son acaso los gobiernos yanquis y sus secuaces o cómplices mexicanos los que persiguen al Chapo y los que, al mismo tiempo, los que apoyan la delincuencia de los multimillonarios? ¿Qué pasaría si las ganancias del Chapo sobre drogas las dedica a comprar millones de armas que fabrican los yanquis? Me he emborrachado con mis amigos profesores de universidades unas diez veces en los años noventa con pura cerveza, pero nadie ha sido tocado con droga alguna ligada con el Chapo. Sin embargo, cualquier estado de la República, sufre miseria y hambre provocada por los grandes ricos.
5. De los 32 estados de la República quizá sólo en diez de ellos –muy publicados- está el juego de drogas ligadas al Chapo y su hijo; en los 32 solamente perjudica el alcohol; sin embargo, la pobreza, la miseria, el hambre, obvio, es producto de la concentración de la riqueza en pocas manos. Por ello manifiesto que al hablarse en México de delincuencia se pone la persecución y el castigo –como se establece en el capitalismo- en el sector más pobre de la delincuencia. Los poderosos de la clase dominante, -dado que siempre son gobierno- sólo han buscado obtener buenos ingresos para dividir con sus cómplices. (17/IX/23)
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