7/27/2024

Trabajadoras mexicanas celebran su victoria en un conflicto laboral en Canadá

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Trabajadores en las instalaciones de recolección y procesamiento de pepinos de mar de Ocean Pride. La Comisión de Trabajo de Nueva Escocia ordenó a la empresa a indemnizar a un grupo de trabajadores inmigrantes.

FOTO: (OCEANPRIDEFISHERIES.COM)

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En la provincia marítima de Nueva Escocia, dos trabajadoras temporales mexicanas recibieron con satisfacción su victoria en una disputa laboral con la compañía que los empleaba, Ocean Pride Fisheries, una empresa procesadora de productos de mar. Ellas consideran que su ejemplo alentará a otros trabajadores extranjeros a que hagan respetar sus derechos.

Estoy feliz porque fuimos escuchadas. Sí, tenemos derechos, dijo Karla Midori Barrera Ehuan por teléfono.

La trabajadora migrante reside en Canadá desde 2019. Trabajó para Ocean Pride Fisheries, una empresa procesadora de pepinos de mar en la localidad de Wedgeport, al suroeste de la provincia. Pero en 2021 fue despedida.

En una decisión publicada el 14 de junio, la Comisión de Trabajo de Nueva Escocia ordenó a Ocean Pride Fisheries pagar más de 23.000 dólares en compensación a ocho ex empleados.

Esta entidad, que arbitra disputas relacionadas con el Código de Normas Laborales, determinó que la empresa con sede en Wedgeport no había cumplido con las reglas para despedir a los ocho empleados cuando fueron echados en septiembre de 2021.

El presidente de la empresa Ocean Pride Fisheries, Jules LeBlanc, cuestionó la decisión. Por correo electrónico, él afirmó que en realidad fueron los propios empleados quienes dimitieron.

La barrera del idioma

El origen del conflicto, según Karla Midori Barrera Ehuan, fue la falta de entendimiento entre los trabajadores temporales mexicanos y su empleador.

Queríamos hablar sobre cuestiones de cumplimiento de las normas laborales, pero no pudimos hacer oír nuestra voz, así que el gerente simplemente nos despidió.

Eso ocurrió porque no conocíamos nuestros derechos ni lo que debíamos o no hacer, añadió Sherlyn Anrea Loria Haydar, otra trabajadora que se benefició del arbitraje favorable.

En su decisión, la comisión señala el problema del idioma, ya que las trabajadoras mexicanas hablaban poco inglés. Entonces confiaron a un colega la tarea de comunicarse con su supervisor por mensaje de texto.

Sherlyn Anrea Loria Haydar dijo que una secretaria de la empresa hablaba español, pero que las trabajadoras mexicanas no pudieron hablar con ella el día que tuvieron que irse.

“Sería bueno que las empresas tengan a alguien que pueda informar a los trabajadores sobre sus derechos y las normas laborales tanto en inglés como en español , señaló Karla Midori Barrera Ehuan.

Jules LeBlanc y Colin Fraser.

Jules LeBlanc (izquierda) muestra un pepino de mar seco al diputado Colin Fraser en 2016 en la planta de Ocean Pride Fisheries en Wedgeport.

Foto: Radio-Canada / Paul Withers

El apoyo de la comunidad

Cuando Barrera Ehuan fue echada de la empresa Ocean Pride Fisheries, ella se encontró de golpe sin techo, una experiencia que le afectó fuertemente.

Afortunadamente, los canadienses nos ayudaron. Se acercaron a nosotras, llenos de amabilidad, dijo.

Según la abogada especializada en inmigración Jael Duarte, que ayudó a varios trabajadores en sus trámites ante el Departamento de Inmigración de Canadá, fue una iglesia local la que acogió a las mexicanas. Un miembro de la comunidad alertó sobre la situación al Centro para los Derechos de los Trabajadores Migrantes de Nueva Escocia.

Fueron cuatro los mexicanos solicitaron un permiso de trabajo abierto a Inmigración Canadá en virtud de su condición de trabajadores vulnerables, explicó el abogado.

El empleador no quería que los trabajadores migrantes tengan una vida social fuera del trabajo.

Este empleador controlaba con quién hablaba la gente, controlaba el internet, controlaba todo… No sabíamos que teníamos derechos, que no podían maltratarnos o gritarnos.

El presidente de la empresa, Jules LeBlanc, respondió señalando que las investigaciones del Departamento de Servicios de Canadá y de la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá determinaron que él respetó la ley.

Añadió que en 2021 sus empleados debían cumplir ciertas normas sanitarias. Cualquier control que teníamos sobre sus movimientos y contactos se basaba en protocolos sobre el Covid-19, argumentó LeBlanc.

No veo cómo podríamos ‘controlar el internet’. Si el abogado quiere decir que ofrecíamos acceso a internet en el alojamiento, entonces sí, y gratis, añadió.

Nuevos empleadores

Al final, de los cuatro solicitantes, dos obtuvieron un permiso de trabajo abierto que les autoriza a firmar un contrato con cualquier empleador, según el abogado.

Karla Midori Barrera Ehuan encontró un nuevo trabajo que le permitió quedarse en Nueva Escocia. Tiene un permiso de trabajo cerrado, pero por ahora está contenta con su situación.

Mis nuevos empleadores fueron muy pacientes porque cuando comencé no entendía absolutamente nada, pero me capacitaron y aprendí, explicó.

Sherlyn Anrea Loria Haydar también pudo quedarse en Nueva Escocia. Trabaja para otra empresa procesadora de productos del mar.

Fuente: RC / A. Blanc

Adaptación: RCI / R. Valencia

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