Escrito por Arantza Díaz
Ciudad de México.- Durante el Encuentro Nacional: El Futuro de los cuidados en México, organizado por el Instituto Nacional de las Mujeres, Citlalli Hernández la titular de la Secretaría de las Mujeres, tras sus declaraciones dejó claro que este sexenio no tendrá un Sistema Nacional de Cuidados y con ello se despejó la incertidumbre por la promesa de campaña de la actual presidenta de México:
«Difícilmente, México gozará de éste en 2025, pues ese será un año crucial de trabajo, diseño y estadística que permita poner las primeras piedras rumbo a 2026; configurar un Sistema Nacional de Cuidados requerirá de años de planeación, políticos y recursos que, probablemente, no alcancen a estar completamente cubiertos al cierre del sexenio.
De acuerdo con la periodista Lucía Lagunes Huerta, en su columna Claudia y los cuidados nos recordó que fue el inicio del gobierno federal de AMLO cuando se anunció con gran aspaviento que se desarrollaría el Sistema Nacional de Cuidados como la gran política nacional para abonar a la igualdad entre mujeres y hombres.
Pero no pasó de anuncio y de iniciativa, si bien, en el senado de la República, Malú Micher encabezó la cruzada para la creación del Sistema Nacional, el cálculo financiero de la secretaria de Hacienda, paró el tema en seco.
Con este quiebre de promesa de la actual presidenta Sheinbaum Pardo, se cae parte fundamental de la agenda que había prometido para las mujeres en este país.
Hay que recordar que el pasado 25 de junio de este 2024, ante feministas y colectivas, Claudia Sheinbaum Pardo, realizó un encuentro que fue percibido como una vindicación con las luchas que ellas han sostenido en el país y como un acto conciliatorio después de un sexenio en el que se criminalizó la participación política de las mujeres.
Aquí te dejamos el audio de la promesa:
Con una Secretaría de las Mujeres establecida, el camino para construir el primer Sistema Nacional de Cuidados ha comenzado a despejarse; uno de los planes federales más ambiciosos del sexenio y que pretende consolidar el derecho de todas las personas a cuidar y ser cuidadas.
Para dimensionar lo que representa esta apuesta, en nuestro país 58.3 millones de personas necesitan de cuidados, esto es más que la población total de países como Ecuador o Perú, ante este panorama que podría resultar poco incierto, se gestó el Encuentro Nacional: El Futuro de los cuidados en México; un encuentro que, aunque gozó de hallazgos importantes en la materia, también advierte que México podría estar lejos de consolidar este proyecto de nación.
La discusión fue celebrada a través del Global Alliance For Care y la participación de las políticas mexicanas fue fundamental para saber hacia dónde apuntará el Sistema Nacional de Cuidados, cuáles serán los retos futuros y los primeros compromisos para convertir en una realidad este proyecto de nación, eso sí, la primera acotación es que,
¿Qué compromisos ya están en la agenda? La senadora Malú Micher recalcó que, a pesar de que se hará todo esfuerzo viable, la carrera contra el tiempo se mantiene vigente y atajó que, antes de cualquier política pública, existen 4 actores pilares que deben empezar a trabajar si se desea hablar de corresponsabilidad: El Estado, la sociedad civil, la familia y las empresas.
Ahora bien, según se discutió en el foro, existen 3 acciones primarias «irrenunciables» que están próximas a gestarse; la primera será un parlamento abierto con mujeres y organizaciones de todo el país; en segundo lugar, se invitará a escuchar las buenas prácticas en materia de cuidados que han tenido éxito a nivel nacional y regional, esto dotará de herramientas diversas para aplicarlas en el Sistema Nacional de Cuidados y finalmente, el trabajo de corresponsabilidad que ya advertía Micher.
Citlalli Hernández, titular de la Secretaría de las Mujeres fue la invitada que cerró el foro y reconoció que este nuevo órgano está en sintonía con el proceso histórico que se está viviendo junto a la primera presidenta en 200 años de vida democrática
«Repensar el papel de las mujeres en la labor de cuidados y repensar que, durante mucho tiempo, se nos asignaron los roles de género (…) yo quisiera decirles que es de suma relevancia hablar de un sistema progresivo de cuidados y ser muy responsables en decir que lo que podemos hacer en 6 años no será suficiente, ni será la instalación de un sistema, sino el inicio de una sociedad de cuidados que amerita mucho tiempo, presupuesto, infraestructura y convocar a todos los sectores sociales»
Asimismo, Citlalli Hernández aprovechó el espacio para referir que se deben realizar acciones muy concretas para poner en marcha el plan de los cuidados, como por ejemplo, saber qué acciones se harán desde el espacio local con las municipalidades y cómo se articulará el gobierno federal: «Estaremos en esa construcción«
La titular de la Secretaría de las Mujeres, recordó que se iniciará este proyecto con las mujeres al norte del país quienes se desempeñan en las fábricas, entre las acciones primarias estará su acceso a guarderías y la abolición de los contratos laborales irregulares.
Sin embargo, aunque esbozó que el trabajo por erradicar las desigualdades de género sería arduo y consistente, también reconoció que se trataba de un proceso largo que requeriría de un esfuerzo magno. Citlalli Hernández zanjó su participación de cierre celebrando que México está -aproximadamente- a una semana de tener su primera Secretaría de las Mujeres y reafirmó su compromiso por transformar el panorama social de las mujeres y niñas del país.
El objeto de la discusión se centró en la experiencia de múltiples mujeres que, desde sus espacios de trabajo compartieron, sus necesidades y cómo inciden en espectros diversos, desde la política, el espacio empresarial, mujeres que pertenecen a sindicatos, lideresas de organizaciones civiles y una representante de aviación, sector donde las mujeres no tienden a ser consideradas y la tasa de representación es muy baja.
«Queremos que nos tomen en cuenta, la diferencia entre mi trabajo y el de otra persona, es que, si me llaman porque mi hijo se fracturó el brazo, pero si yo soy piloto de un avión me tomará de 24 a 36 horas llegar a apapachar a mi hijo o atender a mi esposa que acaba de tener a mi hijo. Nosotras no podemos cuidar a nuestras familias, la legislación no describe a los pilotos como pilotas, ni siquiera nos nombran al hablar de la lactancia, tomarnos en cuenta aumentaría la participación de mujeres en estas áreas, eso sería para mí maravilloso»
La piloto Erika Alfa Ramírez, de la asociación sindical de pilotos aviadores de México.
Espacio geográfico
Por un lado, Mijane Jiménez de la organización Mano Amiga de la Costa Chica compartió que no se podría hablar de ninguna política pública si las mujeres afromexicanas no estaban contempladas; si no se nombraba la discriminación, la pobreza y la exclusión que el Estado mexicano ha ejercido en su contra, por ello, expuso que para consolidar un Sistema Nacional de Cuidados, éste debía de estar ajustado a diversos contextos, es decir, que no existiría una verdadera política de cuidados sin contemplar que la vida de las mujeres al sur, es diferente al de las mujeres del norte; las necesidades de ser cuidadas y de cuidar, están sujetas a los contextos territoriales.
Esta opinión fue secundada por Fabiola Sánchez, madre cuidadora de una persona con discapacidad múltiple e integrante de la coalición por el derecho al cuidado digno y tiempo propio de las mujeres.
«Las políticas públicas siempre deben ser del territorio al escritorio y no al revés, Todo plan debe ser individual y adaptado a las necesidades (…), yo tengo un hijo con discapacidad múltiple, pero también debemos mirar a personas mayores, personas con incapacidad total. A veces no son sólo las madres quienes cuidan, sino también las hijas, ¿y las que cuidamos? Bueno, también merecemos cuidados, que se nos consideren»
Lo más importante a referir es que, estos dos grupos poblacionales que requieren de cuidados, también se enfrentan a una serie de factores estructurales como la pobreza, el rezago educativo, inaccesibilidad a servicios de salud y carencias alimentarias.
Por ejemplo, las infancias y adolescencias que reciben más tiempo de cuidados en nuestro país, se localizan en Chiapas y su principal rezago, es el educativo; este sector se concentra en los municipios de Balleza, Batopilas y Carichí, todos, poblados indígenas.
Esto resulta importante acotarlo, pues mientras existe un rezago al sur del país, los centros de cuidado están concentrados en la capital del país y las entidades vecinas como Pachuca, Morelos o Querétaro. En total, se conforman casi 90 mil centros públicos y privados de cuidados, mientras que al sur, hay menos de 12 mil.
Cuando se habla de este mismo grupo de edad pero que viven con una discapacidad, el rezago es aún mayor, pues no sólo es educativo, sino también, de seguridad social y alimentación.
Iztapalapa en CDMX, Tijuana y Ecatepec, cuentan con un aproximado de 35 mil infancias y adolescencias con discapacidad, el 40% de este grupo, no tiene acceso a la seguridad social.
Presentación y el primer decálogo del SNC
A lo largo del foro, se destacó la proyección de 2 herramientas que serán fundamentales para la creación del primer Sistema Nacional de Cuidados (SNC): La política de las 5R y el decálogo de la política del cuidado.
La primera herramienta hace alusión a las medidas que el estado debe considerar para el diseño de este proyecto federal: Reconocer, reducir, redistribuir, remunerar y recompensar, 5 «R» que asegurarán la representación de las necesidades de las personas que cuidan y que buscará destinar inversiones fiscales justas, así como generar sistemas de monitoreo y evaluación para las políticas de cuidados.
Durante la presentación del decálogo, representantes de este consorcio de cuidado, conformado por la Alianza Global por los Cuidados (AGC), Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), Coalición por el Derecho al Cuidado Digno y Tiempo Propio de las Mujeres, Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS), Cooperación Técnica Alemana (GIZ) en México, Fundación Friedrich Ebert (FES) en México, Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), ONU Mujeres, Organización Internacional del Trabajo (OIT) y Oxfam México (OMX), refirieron:
«Los datos nos muestran que el trabajo de cuidados recae desproporcionadamente en las mujeres, limitando su autonomía económica y participación social. Este Decálogo busca cambiar esta realidad, proponiendo medidas concretas que promuevan la corresponsabilidad y la justicia social»
1) Promover el enfoque interseccional y reconocer las discriminaciones sistémicas y estructurales que afectan a las personas de manera diferenciada. El Sistema de Cuidados debe de articularse con otras políticas que erradiquen las condiciones de desventaja y desigualdad.
2) Contar con una perspectiva de género a través de marcos normativos donde se garantice el derecho a recibir cuidados, brindarlos y el autocuidado. El Estado deberá sensibilizarse e instar, de manera interinstitucional, a producir un cambio en el mercado, la sociedad civil y los hogares para desfeminizar el cuidado.
3) Fomentar la autonomía durante todo el ciclo de vida de las persona, entendiendo que todas requerirán de ser cuidadas y que todas pueden cuidar -no sólo las mujeres-
4) Mantener el enfoque de las 5R
5) Crear, articular y diversificar servicios públicos de cuidados; con la finalidad de fortalecer alternativas de sus modalidades, tales como servicios domiciliarios para ciertos grupos como personas con discapacidad o personas mayores
6) Establecer condiciones dignas para la provisión de cuidados: acceso a prestaciones de seguridad social y garantizar condiciones laborales dignas tanto para las personas que cuidan en forma remunerada, como las que lo hacen de manera no remunerada.
7) Destinar inversiones a través de financiamiento progresivo, gasto social y estrategias fiscales con una perspectiva de derechos humanos.
8) Consulta, socialización e información permanente a todas las personas civiles.
9) Producir estadísticas y sistemas de evaluación para profundizar en el estudio de la economía del cuidado; tomar mejores decisiones basadas en evidencia.
10) Reconocer los cuidados comunitarios y colectivos, buscando el bienestar de las personas, los territorios, los recursos naturales y los saberes desde la colectividad, asegurando la adecuación cultural de las acciones y políticas de cuidados.
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