PERFIL
Ronald D. Johnson, coronel con un amplio historial al frente de operaciones militares en países como El Salvador, Afganistán e Irak, será, a falta de ser ratificado, Embajador de Estados Unidos en México a pedido expreso del Presidente electo Donald Trump.
Ciudad de México, 11 de diciembre (SinEmbargo).– El coronel Ronald D. Johnson ha estado al frente en distintos conflictos bélicos en los que Estados Unidos ha participado alrededor del mundo. Dirigió, por ejemplo, operaciones de combate en El Salvador como uno de los 55 asesores militares autorizados durante la guerra civil en la década de 1980, en la que el Gobierno estadounidense equipó a la Fuerza Armada de El Salvador (FAES) para combatir a los movimientos insurgentes en la región, particularmente al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.
Años después dirigió despliegues en las zonas de guerra de Afganistán e Irak. Tanto aéreos, terrestres y marítimos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), en la que trabajó a lo largo de 20 años, y estuvo a cargo de todas las operaciones de paracaidismo de la Agencia, es decir labores de espionaje. Johnson también se ha desempeñado como asesor del comandante del Comando Sur de los EU, el brazo responsable de Washington de conducir operaciones militares en Centroamérica, Sudamérica y el Caribe, el cual ha estado detrás del injerencismo estadounidense como ocurrió en años recientes cuando respaldó a Juan Guaidó como Presidente legítimo de Venezuela.
También fue enviado a los Balcanes en la década de 1990 como oficial militar de alto rango de un equipo integrado de la Agencia Central de Inteligencia, la Agencia de Seguridad Nacional y el personal de la Unidad de Misiones Especiales para detener a personas acusadas de crímenes de guerra. Después de su carrera militar, Johnson cumplió una segunda carrera con la Agencia Central de Inteligencia y participó en experiencias operativas y de combate en todo el mundo en acciones integradas con unidades de misiones especiales.
Esa es la trayectoria que puede reconstruirse de él a partir del puñado de perfiles que existen sobre él en espacios como El Centro y Escuela de Guerra Especial John F. Kennedy, una institución educativa del Ejército de los Estados Unidos que se encuentra en Fort Liberty, Carolina del Norte, y el Club de Hombres Republicanos del Condado de Collier.
Ahora Ronald D. Johnson tendrá un encargo que, en los hechos, estará lejos de este tipo de despliegue militar y de inteligencia. Ocupará –si es ratificado, como se espera– su segunda Embajada en el continente americano a pedido de Donald Trump. Primero lo hizo en El Salvador donde estrechó una amistad con el derechista Nayib Bukele. Ahora lo hará en México, justo cuando el Gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha dado continuidad a la política del expresidente Andrés Manuel López Obrador de “cooperación sí, subordinación no”.
Su arribo previsto en México ocurre, además, justo cuando al frente de la Secretaría de Estado de Estados Unidos asumirá Marco Rubio, un republicano que en el pasado ha acusado al Gobierno de López Obrador de haber entregado el control de México a los cárteles de la droga. También se da en un momento en el que la oposición ha insistido en tipificar el delito de narcoterrorismo en el Código Penal Federal y abrir la puerta, de nuevo, a la cooperación en territorio de Estados Unidos, algo que fue regulado por López Obrador con la Ley de Seguridad Nacional que desde diciembre de 2020 regula la presencia de agentes extranjeros en México, como la DEA, el FBI y la CIA, quienes deben notificar al Gobierno del país sobre sus operaciones en el territorio.
De hecho, el papel de Ronald D. Johnson en El Salvador trabajó con las autoridades de ese país para reducir los crímenes violentos y la inmigración. Rubén Zamora, un político de izquierdas que fue embajador de El Salvador en Estados Unidos y ante las Naciones Unidas, reseñó en El Faro, de El Salvador, cómo en su paso por este país su estrategia fue la de “acercarse lo más posible al Presidente (Nayib Bukele), ofrecerle apoyos y mantenerse alejado de lo que pueda ser tachado de oposición política al gobierno”.
“De allí su repetida presencia pública no solo en aquellos actos oficiales, que son obligatorios para todo el cuerpo diplomático, sino en otros actos, en los cuales no suele estar presente y mucho menos si son de carácter publicitario o se les da publicidad oficial, tales como las conferencias de prensa del presidente, la participación en actos puramente privados, como el bautismo de la hija del Presidente”, reseñaba en ese entonces Rubén Zamora. En su paso por El Salvador, en donde estuvo hasta 2021, recibió los dos premios más importantes de este país: la Gran Orden de Francisco Morazán y la Gran Cruz de Plata.
Este miércoles, la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo fue cuestionada sobre el perfil, precisamente, de Ronald D. Johnson. Sheinbaum Pardo sostuvo que "las y los mexicanos deben tener la certeza la certeza de que nosotros siempre vamos a defender a México como un país libre, soberano e independiente".;
"Cualquier colaboración, coordinación con el gobierno, particularmente, de Estados Unidos va a ser de iguales, siempre, eso lo tenemos que defender. Porque durante, particularmente, en el periodo de (Felipe) Calderón (2006-2012) hubo mucha subordinación. Y nosotros no; vamos a colaborar, vamos a coordinarnos, pero sin subordinarnos, siempre poniendo en alto el nombre de México", apuntó.
Obed Rosas
Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM. Estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras.
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