Judith Amador Tello
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Con ocasión del Bicentenario
de la Independencia de América Latina y en vísperas de la V Cumbre de
las Américas realizada en Trinidad y Tobago en el año 2009, Proceso entrevistó al escritor uruguayo Eduardo Galeano, autor del volumen emblemático Las venas abiertas de América Latina. La conversación, sostenida en torno al libro que el autor vino a presentar a México, Espejos fue publicada el 19 de abril de 2009 bajo el título de Las venas diversas de América Latina, que se reproduce íntegra.
* * *
¡Vértigo! Eso es lo que provocan a Eduardo Galeano las “cumbres”. Por
ello la V Cumbre de las Américas realizada en Trinidad y Tobago no le
causa el menor interés:
“Son lugares muy aburridos. Es todo lo que puedo decir”.
Y cuenta:
“Un amigo ingeniero me enseñó que lo único que se hace desde arriba
son los pozos, todo lo demás se hace desde abajo, por lo tanto no
debemos estar tan pendientes de las cumbres.”
Muestra más entusiasmo al hablar del incipiente gobierno de Barack
Obama en Estados Unidos (EU), en quien percibe buenos signos, aunque en
lo “esencial” no haya cambios; de la nueva Constitución promovida en
Bolivia por su actual presidente, Evo Morales; y de su nuevo libro Espejos.
Una historia casi universal (Siglo XXI Editores), en el cual mediante
narraciones breves ofrece su visión del mundo desde la antigüedad hasta
nuestros días.
En el hotel Sheraton Centro Histórico, a punto de concluir una breve
visita a México, el autor de la trilogía Memoria de fuego, así como de
Las venas abiertas de América Latina, El siglo del viento y una vasta
obra, conversa con Proceso. Lo que sí reprueba del nuevo gobierno de EU es su presupuesto y actitud ante la guerra, y las invasiones a Irak y Afganistán.
Y cuando habla de estos temas, advierte:
“Por cierto que ya México está en la mira.”
Como algunos críticos y analistas políticos han vislumbrado en la
supuesta “colaboración” por la lucha contra el narcotráfico, para
Galeano es “la gran coartada” para invadir países:
“Es el gran pretexto. La mayor fuente de ganancias de sus bancos más
importantes son los narcodólares. Las cifras oficiales de Naciones
Unidas indican que 90% de la heroína proviene de Afganistán. Y es un
país ocupado por ellos, por lo tanto son ellos quienes directa o
indirectamente la están suministrando. Obama explica que manda tropas a
Afganistán para luchar contra los talibanes y contra el terrorismo, pero
no dice que sea para luchar contra el narcotráfico. Ya que les preocupa
tanto el tema de la droga, ¿por qué no empiezan por casa?”
–La idea de la invasión a México también se ha manejado aquí, aunque
el gobierno calderonista y hasta algunos analistas partidarios del
régimen hablan de colaboración.
–Bueno, no sé. No sé qué va a pasar y no estoy vendiendo hielo a los
esquimales, quienes entienden de México son los mexicanos. Me limito a
decir que hay signos de que la droga puede ser el pretexto para una
intervención militar creciente, disfrazada de colaboración. Se ha vivido
en el caso de Colombia y hay que estar alerta contra eso y, en todo
caso, hacer preguntas de sentido común. Hemos perdido el sentido común,
el mundo entero ha perdido el sentido común.
Él lanza la pregunta:
“Señores, si les preocupa tanto el tema, ¿por qué el país que ustedes
están ocupando suministra heroína a todos? ¡La heroína es la peor de
las drogas, la más devastadora! Ustedes son responsables de lo que
ocurre ahí, lo dice la legislación internacional: ‘Las potencias
ocupantes son responsables de lo que ocurre en el país ocupado’. Es
clarísimo. ¿Por qué no se ocupan de su país ocupado? Nadie va a
formularles esa pregunta, por eso la formulo yo, porque nadie me va a
escuchar.”
Aunque Galeano no piensa que la llegada de Obama a la presidencia sea
resultado de una lucha ganada al racismo, sí celebra su triunfo. La
autorización del envío de remesas de los emigrados cubanos y su actitud
frente a Cuba, le parecen buenos signos. Pero en lo esencial no ve
cambio:
“Lo esencial es que ahí hay un modelo social que se ha impuesto en el
planeta como único modelo de vida posible, centrado en el consumo y en
la violencia. Eso provocó una crisis en el propio Estados Unidos, porque
es muy caro pagarlo. Cada bebé estadunidense nace debiendo 9 mil
dólares –son las últimas cifras oficiales– y en una manita empuña un
automóvil y en la otra una ametralladora. Es el modelo en síntesis: En
una manita un automóvil y en la otra un arma.
“Eso no tiene destino, digo, es un modelo suicida. Creo que el mundo
merece algo mejor que esta consagración universal al mutuo exterminio.
Cada minuto el mundo destina 3 millones de dólares a gastos militares.
¡Tres millones de dólares por minuto! –enfatiza–, y cada minuto mueren
de hambre o de enfermedades curables 15 niños, según los últimos datos
de la UNICEF… O sea, son asesinados por un sistema especializado en el
exterminio del prójimo.”
Sangre negra
Varios de los relatos de Espejos hablan del racismo y la
lucha contra la discriminación. El titulado “Sangre negra” le da pie
para reflexionar que hacia la primera mitad del siglo XX Obama no habría
podido ser presidente, “ni siquiera hubiera podido donar sangre”.
Cuenta que en 1942, cuando EU ingresaba a la segunda Guerra Mundial,
el Pentágono prohibió las transfusiones de sangre de negros, “para que
no se hiciera por inyección la mezcla prohibida en la cama”. Charles
Drew, quien “perfeccionó la técnica de utilización del plasma para
salvar vidas humanas”, era director de la Cruz Roja en Estados Unidos.
Cuando recibió la orden, se negó a aplicarla argumentando que era una
estupidez, pues la sangre negra no existe, es roja. Entonces lo
renunciaron:
“Era negro, es dato interesante, había llegado a ese puesto
insólitamente importante por ser científico y porque había hecho
posibles las transfusiones, entonces era tan importante que no había
manera de negarlo y lo hicieron director del Banco de Plasma de la Cruz
Roja.”
Es a partir de historias como ésta que valora y celebra la llegada de
Obama, pero por otro lado considera “muy grave” el incremento al
presupuesto de guerra, “que ya era enorme, el más grande del mundo… Eso
me parece revelador de que –lamentablemente– no se están produciendo los
cambios en profundidad que esperábamos”.
Subraya:
“Además, hipócritamente se le llama presupuesto de defensa. ¿Defensa
contra quién? El único que los invadió fue Pancho Villa y poquito duró
la expedición. Entonces no sé contra quién. ¿Presupuesto de defensa?
¡Secretaría de Defensa se llama el Ministerio de Guerra!”
Luego reitera que se está lejos de ganar la lucha contra el racismo,
pues además no empieza ni termina con el color de la piel. Tras recordar
que fue en el Renacimiento cuando “la piel empezó a ser signo de
desgracia” y se difundió “la falsa noticia de que ser negro era igual a
nacer esclavo”, expone otro caso de racismo:
“Es lo que nos ocurre cuando leemos los diarios. Abrimos las páginas y
tenemos la cifra exacta de los invasores muertos en Irak que andan por
los 5 mil –no recuerdo bien–, y nada sobre los invadidos muertos, que
son 100, mil veces más, nadie sabe cuántos son, nadie los cuenta porque
son muertos de cuarta categoría. Y esos muertos de cuarta categoría han
nacido, vivido, crecido en el país que inventó la escritura, en el país
que fue la cuna de la civilización humana. La civilización nació en
Irak, cuando todavía no se llamaba Irak.”
A esta región del mundo dedica también varios textos en Espejos.
Tierra objeto de “devastación y desprecio, que sufre y sigue sufriendo
una guerra que nació de una mentira: Irak no tenía armas de destrucción
masiva, la guerra nació de una mentira y mintiendo siguen”.
–Varios países de América Latina tienen ahora gobiernos que parecen
haber virado a la izquierda y sin embargo también parecen anclados al
sistema impuesto por EU.
–Es muy difícil. Hay que empezar por recuperar lo perdido. No hay
experiencia posible de cambio si no pasa antes por la recuperación de lo
que se ha perdido en estos largos años de política –dirigida desde el
Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)– a la
aniquilación del Estado, a la aniquilación del poder público. Hicieron
puré el poder público en todos los países latinoamericanos o casi todos,
imponiendo privatizaciones, y en una victoriosa campaña contra el
Estado como un obstáculo ante el progreso y la felicidad que nos
brindaría el mercado.
“El punto es que cuando llegó la crisis a los países ricos el Estado
entró a salvar al mercado, pero nosotros no tenemos a quien recurrir,
porque el Estado ha sido pulverizado; peor todavía, ha sido reducido a
la triste función de carcelero y verdugo, no más que eso”.
Cuando la crisis se hizo pública, no faltó quien, echando campanas al
vuelo, anunció el derrumbe del sistema capitalista que Carlos Marx ya
había previsto en su obra. Galeano dice no ser profeta como para
anticipar que el sistema se derrumbará o no.
Lo que sí cree es que otro mundo es posible y habría que tomar de la
“historia reciente del siglo XX la dura lección que dio a la humanidad,
en el sentido de que la mitad del mundo sacrificó la justicia en nombre
de la libertad y la otra mitad sacrificó la libertad en nombre de la
justicia”:
“Por lo menos deberíamos aprender que la libertad y la justicia nacieron para vivir bien pegaditas, espalda contra espalda.”
Ya no más
Espejos es un recuento histórico en fragmentos. No sigue un
orden cronológico o temático, aunque se siente entre uno y otro relato
un hilo conductor. Habla por ejemplo, en una sección de las mujeres en
los títulos: Mexicanas, Egipcias, Hebreas, Hindúes, Chinas, Romanas,
Griegas y Amazonas; igual de prohibiciones, fundaciones, personajes,
pintores, escritores y una multiplicidad de temas.
En palabras de Galeano, es una historia que no acepta fronteras ni
del mapa ni del tiempo, que va del presente al pasado y del pasado al
presente, y viaja por el mundo con entera libertad:
“Es una tentativa de recuperación de la diversidad humana. Una visita
al pasado con ojos del tiempo presente que quiere contribuir a
restablecer los múltiples colores del arco iris terrestre. O sea, somos
mucho más de lo que nos han dicho que somos, pero hemos recibido una
historia mutilada y conocemos una realidad también mutilada. Mutilada
por el machismo, en primer lugar, que las excluyó a ustedes las mujeres,
por el racismo, por el militarismo, por el elitismo, por todos los
ismos que nos han dejado ciegos de nosotros mismos.”
Sobre esto dice en un fragmento de su libro:
“Bolivia demoró 181 en enterarse de que era un país de amplia mayoría
indígena. La revelación ocurrió en 2006, cuando Evo Morales, indio
aymara, pudo consagrarse presidente por una avalancha de votos.
“Ese mismo año, Chile se enteró de que la mitad de los chilenos eran chilenas, y Michelle Bachelet fue presidenta.”
Para Galeano, Bolivia ha actuado por primera vez con sentido común,
al aceptar que es un país de mayoría indígena y no “el país mentido que
impusieron los doctores de la primera Constitución”. Recuerda que en
ésta se estableció que sólo eran ciudadanos 3% de sus habitantes:
“Fue cuando nacía la república. Qué republicana fue esa república que
dejó a 97% de la población fuera, en una constitución que –por cierto–
redactó Simón Bolívar de puño y letra. Quedaban fuera las mujeres, que
eran la mitad, y todos los que no sabían hablar y escribir correctamente
la lengua castellana que eran casi todos, por supuesto.”
–Se sabe que magnificamos héroes y no queremos ver sus errores, pero
¿cómo pudo Bolívar redactar una Constitución en esos términos?
–Era un hombre de su tiempo e hizo la mejor Constitución que cabía
imaginar para la clase dominante de su tiempo. No se le podía exigir
otra cosa. En algunas cosas fue más allá de los límites que su clase y
su tiempo le imponían. Por ejemplo, en su visión de la América hispánica
como una unidad, en otras cosas, no. Fue contradictorio, como
contradictoria es la vida, bien lo sabían los indios mesoamericanos, que
el motor de la vida es la contradicción, lo supieron antes que Hegel y
por lo tanto antes que Marx.
Sólo sabían escribir y hablar el castellano “los doctores, vampiros
de indios”, añade Galeano, que ocuparon el poder hasta la llegada de Evo
Morales, quien asume diciendo “soy indio y Bolivia es un país de raíz y
mayoría indígena, vamos a actuar con sentido común, somos esto y
tenemos el orgullo de serlo, esta es nuestra dignidad”.
El escritor evoca una anécdota reciente, cuando Morales fue al pueblo
minero de cobre de Corocoro y preguntó a los hijos de los mineros,
“todos indios, viviendo en muy malas condiciones”, qué querían ser de
grandes. Pensó que los más responderían que futbolistas o estrellas de
la televisión, y así fue.
“Pero hubo un niño de siete u ocho años que le contestó alzando la
cara y sin parpadear, mirándolo fijamente a los ojos: ‘Cuando sea grande
voy a ser presidente de Bolivia’. Es un cambio de actitud muy
importante, porque ese niño no estaba mirando al suelo pidiendo perdón
por existir, estaba encarando de igual a igual al presidente para
anunciarle que él también iba a ser presidente. Es una buena metáfora de
los cambios, pero además es un hecho real, ocurrió hace poquito.”
–Se dice además que lo más difícil de cambiar es justo la mentalidad.
–Sí, pero para cambiar la mentalidad hay que cambiar todo lo demás,
porque cuando alguien está condenado a vivir sometido a un sistema que
le niega su dignidad, bueno, por más que cambie su mentalidad,
difícilmente va a tener la posibilidad de cambiar su situación.
“Una de las medidas que Evo tomó, por ejemplo, es permitir el ingreso
de los médicos indígenas, los llamados brujos y hechiceros, la medicina
natural, la medicina tradicional, a los hospitales públicos, y exigir
que fueran tratados en igualdad con los otros médicos diplomados en la
Facultad de Medicina. Se dirá que son pequeñas cosas, pero no son tan
pequeñas, como tampoco es pequeño el hecho de que en un acto de sentido
común admirable, Rafael Correa, en Ecuador, haya decidido que va a pagar
la deuda, pero primero le demuestren que es legítima.
“Eso deberían hacer los demás países latinoamericanos. Nos pasamos
pagando deudas y no sabemos de dónde salieron. La mayor parte son
ilegítimas, provienen del garrote que nos golpeó durante las dictaduras
militares, o del saqueo de los políticos que robaron cuando llegaron al
gobierno. ¿Por qué el pueblo va a tener que pagar ese saqueo y ese
garrote?”
En opinión suya, antes de pagar esas deudas históricas cada país
debería preguntar de dónde vienen, quién las firmó y si era un gobierno
legítimo. Pues, añade, las dictaduras militares fueron tratadas muy bien
por los bancos internacionales, el FMI y el BM, como ningún otro
gobierno en la historia de América Latina.
“Las dictaduras militares fueron mimadas, besadas, acariciadas, les
cantaron boleros románticos. Ahora llegó la hora de la verdad: ‘Si
ustedes tanto dinero prestaron a esos regímenes ilegítimos y asesinos,
ahora por qué tengo que pagarlo yo’. Son actos de sentido común.”
–¿Usted cree que la mayoría de los países latinoamericanos realmente han cambiado hacia la izquierda?
–No, esos cambios se hacen de a poco y son muy complejos. Ese tipo de
generalización sirve para los grandes especialistas gringos que dictan
sentencias sobre nuestra realidad y nuestro destino desde los
aeropuertos, al cabo de visitas de 15 minutos. Esta es una región del
mundo muy diversa y por lo tanto son muy diversos también los cambios
que la conducen a la liberación o por lo menos al cambio, a una
situación que quiere ser mejor.
“Son caminos muy diversos y lo mejor que tenemos es esa diversidad,
no hay que verla como un defecto sino como una virtud. Qué suerte que
somos tan diversos y diversos serán también nuestros caminos. Por eso se
equivocan esos expertos en América Latina, los latinoamericanólogos que
nos reducen, nos simplifican para entendernos, pero en el fondo es para
despreciarnos.”
A punto ya de despedirse se le pide una última respuesta: ¿Qué se va a
celebrar en los países donde se cumplen 200 años de Independencia? ¿Hay
realmente algo que celebrar?
–La Independencia es una tarea a cumplir, es un desafío planteado.
Todavía no somos independientes, ya lo había dicho y lo había visto con
claridad el maestro de Simón Bolívar, don Simón Rodríguez, gran educador
latinoamericano del siglo XIX, quizá el más entrañable de nuestros
pensadores, porque pensó sintiendo y sintió pensando.
“Pasó la vida predicando en el desierto a lomo de mula, nadie lo
escuchaba, murió solo, solísimo, y él decía eso: No somos
independientes, somos liberados de España, pero no independientes. No
hemos aprendido a pensar con nuestra propia cabeza. Entonces increpaba a
las clases dominantes, a los que mandaban ciudad por ciudad, pueblo por
pueblo, les decía: ‘Ustedes que copian todo lo que viene de Europa y de
Estados Unidos, ¿por qué no les copian lo más importante que es la
originalidad?’. Yo creo que él lo vio claro y por eso nadie lo ve a él.
Es un héroe ignorado porque dijo la verdad.”
Concluye:
“En América Latina son casi tantas las estatuas que faltan como las estatuas que sobran.”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario