7/18/2012

Los periodistas pal café....




Sucedió durante el Día de los Inocentes, el año pasado. Una elección importante, la de la presidencia municipal de Morelia, capital de Michoacán, fue anulada el 28 de diciembre de 2011 por magistrados pertenecientes a la sala regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con sede en Toluca.
Dos razones centrales tuvieron los jueces para echar abajo esos comicios: la aparición durante cuatro minutos y cuarenta segundos (cuando los tiempos de campaña y exposición pública habían fenecido para él)  del candidato priísta a presidente de Morelia, Wilfrido Lázaro, en una transmisión televisiva por cable contratada durante 45 minutos por el aspirante a gobernador, Fausto Vallejo. Y la inclusión de un emblema del PRI en una parte del calzoncillo de boxeo de Juan Manuel Márquez en una fiera pelea, que perdió (entre acusaciones de robo y fraude) frente al implacable filipino Manny Paquiao, en Las Vegas, Nevada, un día antes de los comicios michoacanos.
Casi cinco minutos ilegales al aire en una transmisión televisiva local por cable, y un logotipo en el calzoncillo de alguien que boxeaba fuera del país constituyeron factores suficientes para que el tribunal electoral federal anulara los comicios de la capital de una entidad social, política y electoralmente incendiada: Michoacán, donde el hermano Felipe no pudo colocar a Cocoa como gobernadora y donde el PRI se quedó con el máximo cargo, en la figura de Fausto Vallejo y donde luego, ya en segundos comicios, el pasado 1º, el también priísta Wilfrido Lázaro volvió a ganar esa presidencia municipal, con una diferencia de votos tres veces mayor a la original.
Las evidencias públicas de violaciones electorales en la pasada contienda presidencial, infinitamente superiores a las de Morelia, no parecen estar destinadas, sin embargo, a provocar similares criterios anulatorios en los miembros de la sala superior del tribunal electoral federal que analizarán el tema. Sólo en términos televisivos, los 4 minutos y 40 segundos de Wilfrido Lázaro son una incidencia microscópica frente al despliegue de tiempo en pantalla en favor de Enrique Peña Nieto, con la abundancia de propaganda disfrazada de información en Televisa y Televisión Azteca y con la barra de comentarios, noticieros y programas de variedades consignada abiertamente a la promoción del mexiquense. El logotipo del PRI en la indumentaria deportiva de Márquez frente a Paquiao es una mísera minucia gráfica frente a los espectaculares por todo el país, los artículos utilitarios para regalo, la contratación de espacios en redes sociales, cines y publicaciones diversas para promover al priísta generador de saturación.
El citado tribunal electoral cuenta desde ahora con una amplia desconfianza respecto del cumplimiento justiciero de sus obligaciones. Está integrado por personajes de trayectoria turbia, provenientes de arreglos políticos facciosos y mafiosos, nombrados para satisfacer los intereses de quienes intervinieron en el arreglo de sus designaciones, demostradamente lejanos de la dignidad republicana que el momento requiere. Imbuidos de la filosofía de pragmatismo claudicante que pretende que las elecciones no deben ser ganadas en la mesa, sino en el campo de juego (una virtual confesión de la inutilidad de ese costoso tribunal), los magistrados depuran ya el portafolio de tecnicismos jurídicos que les permita evadir el fondo del asunto (la comisión de un evidente y escandaloso fraude electoral) y declarar consolidada la victoria formal de Enrique Peña Nieto.
Frente a ello, Andrés Manuel López Obrador anunciará hoy un plan de lucha por la democracia y la dignidad. Las circunstancias políticas lo constriñen a transitar el camino del tribunal electoral como si en éste hubiera posibilidad de corrección jurídica. Pero, además, prepara la recurrencia a instancias interamericanas defensoras de los derechos humanos para buscar allá la justicia que acá no encontrará (en anterior entrega de esta columna se habló de las abogadas que llevaron ante la CIDH el caso Campo Algodonero). Mientras tanto, Calderón se reunía anoche con Peña Nieto para definir la ruta conjunta que caminarán mientras el segundo asume el poder, haiga de ser como haiga de ser.
A propósito, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión está lista para dar por aprobadas hoy las modificaciones constitucionales que como presunta reforma política fueron aprobadas en el primer trimestre del presente año. Superficial e insuficiente respecto de los grandes temas cívicamente deseados, esa reforma significará una bendición operativa para aquel candidato presidencial cuyo triunfo sea formalmente declarado por el tribunal electoral, pero socialmente enfrente oposición fuerte a la hora de rendir protesta.
Ya no será necesario un espectáculo lastimero como el protagonizado por FCH en diciembre de 2006: ahora, aquel a quien lleguen a acusar de espurio, y por ello pretendan impedirle que cumpla con el ritual protocolario en San Lázaro, en sesión general del Congreso de la Unión, podrá hacerlo ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (que tiene dos sedes en las que puede reunirse), o ante las mesas directivas de las cámaras del poder legislativo (¿en un hotel, en un restaurante, en algún salón privado?) o, si las cosas se complicasen tanto, el presunto presidente en fuga podrá rendir la dichosa protesta de inmediato ante el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (¿en la casa de este ministro, o en cualquier lugar o en ninguno, nomás con llenar actas y dar por realizada esa cermonia?). El punto es, como puede verse, que el PPP (presunto presidente... la otra P ya no supo este tecleador a qué se deba, tal vez a algún apellido) sea declarado presidente de la República a como dé lugar, por encima de protestas y oposición.
Y, mientras es visto el video de los representantes de casilla del PRI en el distrito 34 de la ciudad de México, a los que no les pagaron mil pesos prometidos, del que se habló ayer aquí y que en http://bit.ly/ORpOG0 está disponible... ¡hasta mañana!
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Alguna vez Pemex ocupó la tercera posición mundial en cuanto a reservas probadas de petróleo y gas. Ha sido víctima de un saqueo sin freno y se deslizó a la posición número ocho. Sin embargo, sigue siendo un botín codiciado. Genera 40 por ciento de los ingresos del gobierno federal y una parte va a los estados. La próxima reforma intentará subir los impuestos para que disminuya la dependencia del gobierno respecto del petróleo, de tal suerte que las acciones de Pemex resulten atractivas a inversionistas privados, nacionales e internacionales, en las bolsas de valores de México y Nueva York. Al menos ese es uno de los planes que manejan algunos de los integrantes del equipo de Peña Nieto.
La tortuga
Ya pasó mucho tiempo desde aquel 15 de octubre de 2008, cuando el entonces secretario de Hacienda, Agustín Carstens, ordenó al presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Guillermo Babatz, realizar una investigación sobre los saca-dólares que habían exportado del país muchos miles de millones de dólares, causando una severa devaluación. Fueron operaciones que no son normales, que son atípicas, dijo Carstens. Si Babatz compitiera con una tortuga en materia de velocidad, llegaría a la meta en segundo lugar, o no llegaría nunca, como es el caso, porque todavía debe a la opinión pública el resultado de la investigación. La fuga de dólares le costó al Banco de México 30 mil millones, que fueron tomados de las reservas para equilibrar el mercado. Babatz siempre tiene una explicación para no hacer las cosas, trátese de la cadena de bancos de Wal-Mart, de Monex y ahora de HSBC. Hace tiempo que debieron pedirle la renuncia.
Aquí nunca hallaría empleo
Marissa Mayer es una mujer que nunca hallaría trabajo en México. Primero, tiene 37 años de edad, y ya ven que en la mayoría de las empresas las quieren jovencitas. Por otro lado, está embarazada, el próximo octubre nacerá su bebé; ya sabe que será varoncito. Y las compañías nunca aceptarían a una señora en esas condiciones, a sabiendas de que dejará de trabajar varias semanas después del parto, incluso en algunos lugares les piden que firmen una carta en el sentido de que no piensan ser mamás pronto. Sin embargo, Marissa Mayer es desde ayer la nueva presidenta de Yahoo, la empresa de Internet con más de 700 millones de usuarios y millares de trabajadores en todo el mundo, incluido México. Le hicieron una oferta que no pudo resistir y dejó su empleo en Google.

En el encuentro 18 del Foro de Sao Paulo, en Caracas, el geopolitólogo Ronaldo Carmona –coordinador del grupo de trabajo temático sobre defensa e investigador de la Universidad de Sao Paulo– me había invitado a su panel, al que por premuras no pude asistir.
El documento matricial de Ronaldo Carmona aborda la nueva visión estratégica que se desarrolla en Brasil, en particular, desde el establecimiento de la Estrategia Nacional de Defensa (END) en 2008, que comporta tres aspectos nodales:
La definición de tres áreas estratégicas de defensa: nuclear, espacial y cibernética. A mi juicio, este rubro es insuficiente y pertenece a la etapa de la guerra fría; hoy el enfoque debe ser también en los rubros de GNR (genoma, nanotecnología y robótica), sin descuidar la segunda generación informática y, en especial, la ciberguerra y sus supercomputadoras, donde Estados Unidos goza una primacía disuasiva.

Cero y van diez mil. De nueva cuenta al gobierno mexicano lo agarraron papando moscas, en medio del discurso sobre los buenos resultados de la estrategia contra el crimen organizado. Una vez más, en Estados Unidos se destapa un voluminoso operativo de lavado de dinero en nuestro país, realizado por la trasnacional financiera HSBC la cual, junto con las demás del sector financiero que funciona en México, permanece intocada por la presunta autoridad judicial, no obstante las reiteradas advertencias que en tal sentido, y a lo largo de los años, han hecho instituciones nacionales e internacionales.
Resulta que, de acuerdo con la investigación que sobre el particular realizó el Comité Permanente de Investigaciones del Senado estadunidense, entre 2007 y 2008 HSBC, por medio de su filial en México, remitió alrededor de 7 mil millones de dólares en efectivo a la sucursal que el corporativo mantiene en el vecino del norte. Así, durante un par de años en promedio se enviaron 10 millones de billetes verdes cada día, incluidos sábados, domingos y días festivos, y la aceitada maquinaria del combate al crimen organizado del gobierno mexicano no se enteró.
Cuando menos eso es lo que dice el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, quien ayer sostuvo que tal dependencia del Ejecutivo “no tiene informes sobre la posible responsabilidad de las sucursales del banco HSBC en México en operaciones de lavado de dinero, como señala un informe del Senado estadunidense… De existir indicios de actividades delictivas en esa institución bancaria, las autoridades correspondientes en México estén llevando a cabo una investigación al respecto y, en su momento den a conocer los resultados de dichas indagatorias” (La Jornada, Ciro Pérez Silva).
Eso sí, el funcionario se retorció cuando los colegas le recordaron que un informe previo, también del Senado estadunidense, subraya la ineficacia de la estrategia calderonista contra el crimen organizado. Rechazo categóricamente esas consideraciones que no se apegan a la realidad, posiblemente porque los senadores de Estados Unidos desconozcan la realidad de la estrategia que encabeza el inquilino de Los Pinos (aunque aceptó como posibles los datos del segundo informe del Congreso de Estados Unidos sobre las investigaciones a HSBC). Entre otros muchos elementos, 7 mil millones de billetes verdes lo desmienten.
El voluminoso lavado que presuntamente realizó HSBC México se dio precisamente en un lapso (2007 y 2008) en el que el Departamento estadunidense de Estado advertía al gobierno calderonista sobre el gran campo de acción que el narcotráfico tiene en el sistema financiero que opera en nuestro país. En este sentido, presentó su inventario: en México existen 46 bancos (incluyendo seis bancos de desarrollo) y 71 oficinas de representación de instituciones financieras extranjeras, 95 compañías de seguros, 479 sociedades de inversión, 155 uniones de crédito y 24 casas de cambio. El comercio ilícito de drogas es la principal fuente de fondos blanqueados a través del sistema financiero mexicano. Otras fuentes importantes de ingresos ilegales que se blanquean incluyen corrupción, secuestro, tráfico de armas y personas, y otros delitos. El contrabando de embarques a granel de moneda estadunidense a México y su repatriación (ya lavada) en efectivo a Estados Unidos a través de correos, vehículos blindados y transferencias bancarias siguen siendo métodos para el blanqueo de ganancias de la droga.
Pero en Bucareli aseguran que no estaban enterados y que la estrategia gubernamental funciona de maravilla. De nueva cuenta, queda más que obvio que el gobierno calderonista nunca mostró interés por atender, entre muchas otras, la recomendación de seguir el dinero (follow the money) hecha en reiteradas ocasiones por especialistas y funcionarios de organismos internacionales. Tampoco consideró supervisar a detalle las transacciones bancarias, mucho menos realizar trabajo de inteligencia en el sistema financiero, porque el criterio, por llamarle así, de las presuntas autoridades es que la inversión se espantaría, por mucho que 30 mil millones de dólares anuales metidos a la lavadora (39 mil millones de acuerdo con el más reciente reporte del Departamento de Estado) nadie los puede ocultar.
Pues bien, en su informe 2009 (International Narcotics Control Strategy Report) el Departamento de Estado subraya: de la cifra estimada de 25 mil millones de dólares que circulan ilegalmente en el sistema bancario, la Procuraduría General de la República sólo es capaz de detectar uno por ciento (250 millones). Y ello no sólo es producto de la enorme corrupción que campea, sino de la carencia de personal calificado en sus unidades especializadas: faltan investigadores, fiscales, auditores de recursos monetarios, base de datos completa y moderna, y equipamiento tecnológico… Hasta ahora los esfuerzos se han dirigido sólo a los estados claves como Tamaulipas, Sinaloa, Nuevo León, ciudad de México y Jalisco, pero la PGR considera que hay motivos para volver a centrarse en otras regiones, como los estados de Quintana Roo y Yucatán, donde las autoridades han detectado grandes movimientos de recursos ilícitos”.
¿De qué tamaño es la falta de conocimiento (Bucareli dixit) de la presunta autoridad sobre el lavado de dinero en México? Con base en la evaluación que hace el Departamento de Estado, la constante es que anualmente el sistema financiero que opera en México lava entre 25 mil y 30 mil millones de dólares provenientes del narcotráfico, entonces la cifra acumulada de 1996 (primero de los informes divulgado, en tiempos de Ernesto Zedillo) a 2012 (último del actual inquilino de Los Pinos) resulta espeluznante: entre 400 mil y 480 mil millones de billetes verdes han pasado por la lavandería bancaria en este país (algo así como 40 por ciento del producto interno bruto). Pero dicen que nadie sabe, nadie supo, y nadie quiere saber, aunque presumen que la estrategia funciona.
Las rebanadas del pastel
Apresurada por limpiar su imagen, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores brincó a la palestra para gritar, urbi et orbi, que en materia de lavado de dinero desde 2002 evidenciamos a HSBC. Pero fueron tantas sus urgencias, que olvidó explicar por qué la trasnacional financiera siguió lave que te lave, con todo y evidencias, sin que la autoridad mexicana le cancelara la licencia para operar en México y la denunciara penalmente. Y por el lado del corporativo bancario, sus directivos dicen lo sentimos y se acabó el problema.


Un ardor de ruiseñores
sonreía en el rosal
que rebosaba de flores
al borde de un manantial
cuyo son elemental
despierta un sueño profundo
y un hablar suelta fecundo,
hablar que fluye en olvido
de sí y de todo sonido.
Con ese hablar me confundo.




En respuesta al anuncio de que el gobierno federal planea instalar una mesa de diálogo para discutir la Ley General de Víctimas –aprobada por las cámaras de diputados y senadores en abril pasado, y vetada hace unos días por el titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón–, integrantes de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión dijeron ayer que, en caso de que la autoridad federal no cumpla con su obligación de promulgar dicha normativa, sus integrantes estarían incurriendo en desacato.

Fraude del PRI, sin dejar huella
Es evidente que el PRI se preparó como nunca para no dejar huella del fraude. La parafernalia con que se presentaba su candidato en los mítines desaparecía como por arte de magia al término de los mismos.

Durante siglos, las referencias a China y los chinos suscitaron en Occidente las emociones que seguramente sintió el escribiente Rusticello de Pisa cuando su compañero de celda, el veneciano Marco Polo, le platicaba de sus aventuras en los vastos dominios del emperador mongol Kublai Khan.

Mis hijos, que rondan los 25 años, se avergüenzan de que su padre sea consejero local del IFE. A pesar de todos los esfuerzos, el IFE no pudo sacudirse el fantasma de 2006 en este proceso electoral. Hay que reconocerlo, su imagen no salió bien librada. Flota en el ánimo ciudadano que el Consejo General pudo haber hecho mucho más. Ése es uno de los tópicos que los consejeros locales de diversos estados intercambiamos de manera informal. A pesar de que técnicamente el proceso estuvo bien coordinado, que en la operación como tal el IFE cumplió su tarea, importantes sectores de la sociedad le reprochan no haber ido más lejos en su calidad de árbitro y no sólo organizador. Desde sus facultades pudo haber ido más lejos para garantizar elecciones más equitativas y, sobre todo, frenar la compra y coacción del voto.

Las maniobras del aparato de comunicación colectiva del país no intentan clarificar los referentes del debate nacional, sino asentar un mediocre concepto de modernidad. Se pretende desviar la atención para imponer, como visión dominante, masivos intereses grupales. Una operación orquestada desde antes de la elección y prolongada a posteriori. El esfuerzo llevado a cabo por los grandes sectores de presión, sus partidos políticos y amanuenses mediáticos, estuvo dirigido, de manera compulsiva y abrumadora, a combatir las pretensiones de la izquierda para llegar al poder. Se resistieron con eficacia a que los ciudadanos eligieran, con informada libertad, los cambios que el modelo de gobierno en boga requiere con urgente justicia. Al parejo acentuaron, con todos los instrumentos mercadológicos a su alcance, en especial los difusivos, los rasgos seductores de una imagen sugerente, jovial y tranquila: era indetenible, proclamaron por todos los confines. Y cuando sospecharon que los trabajos no serían suficientes para soldar sus ambiciones, echaron mano del enorme catálogo de las malas artes: la compra de votos, el dispendio y la coacción a los votantes.

Anular las elecciones es la única forma de recuperar la confianza en la democracia electoral y en las instituciones. Si no pedimos que se anule un proceso teñido de inequidad, corruptelas, uso de dinero público para comprar votos, coacción del voto a través de la autoridad laboral, alianzas millonarias con empresas, televisoras y encuestadoras para construir la percepción de ventaja de un candidato, todo ello como mecanismos naturales de las reglas del juego electoral; si no exigimos que se anulen unas elecciones donde el que tiene más dinero es el que tiene más votos, entonces estaríamos consintiendo que ése es el único juego electoral posible y la única forma de institucionalidad; que la cultura política de nuestro país sólo puede ser clientelar y formar electores que se venden y no ciudadanos que se informan; que la elección no es un acto libre, informado y razonado de la ciudadanía, sino que aprovecha, reproduce y manipula la pobreza y la desinformación de la gente, enajenando su voto por unos cuantos pesos, bolsas de cemento, carne para asar, tarjetas prepago de Soriana o rifas de electrodomésticos. Si no se anulan estas elecciones y aceptamos sin chistar, estaríamos reduciendo a eso el momento más importante de la pobre democracia mexicana.

¿Cuándo fue la última vez que una economía capitalista se mantuvo en expansión y en armonía social? Parece que hay que hacer un buen ejercicio de memoria porque no es fácil recordar semejante episodio de placidez. Y sin embargo, en el imaginario social perdura la creencia de que en una época perdida que habría que recuperar, el capitalismo pudo hacer entrega de buenos resultados. Quizás el anhelo profundo del ser humano es ese mundo de paz, bienestar y justicia. Pero esa aspiración no significa que ese mundo anhelado sea posible bajo la feroz regla del capital

Fue un pionero en el estudio del crecimiento de las áreas urbanas periféricas. En analizar las formas de organización y los mecanismos que hacen posible que miles de familias levanten sus viviendas sin el apoyo gubernamental ni de las instancias financieras privadas o públicas. En mostrarnos los liderazgos e intereses políticos y económicos que facilitan esa urbanización, que muchas veces va de la mano de la invasión de tierras agrícolas y de reserva ecológica.


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