VIOLENCIA
Políticas anticrimen carecen de visión de género, dice experta
La investigadora experta en género y urbanismo Sara Ortiz Escalante advirtió que para crear ciudades seguras las políticas urbanas deben considerar que las mujeres experimentan “miedos” diferentes que los varones.
Durante su participación en el “Encuentro internacional de ciudades seguras para las mujeres”, realizado en esta capital, la investigadora feminista explicó que la planeación urbana debe considerar la “percepción del miedo”.
Señaló que si en una calle donde el 100 por ciento de las personas que viven son mujeres y a una la violan, las consecuencias no afectan sólo al 1 por ciento de ellas sino a todas, ya que ese hecho aumentará la percepción de inseguridad y miedo.
La también socióloga explicó que en una ciudad las mujeres pueden sentir temor de ser víctimas del mismo delito que le ocurrió a otra mujer, en especial si se trata de una transgresión a su cuerpo y sexualidad.
La consultora en urbanismo y seguridad abundó que el miedo y la percepción de inseguridad también están condicionados por la diferencia que existe entre el tipo de violencia que pueden experimentar hombres y mujeres.
“Es muy diferente que tengas miedo de que te asalten o te den una paliza, que de ser violada; las consecuencias son diferentes y también la respuesta”, detalló.
Según este análisis, si asaltan a un hombre y le pegan en la calle es probable que lo cuente a sus amigos y denuncie el hecho. En cambio, cuando a una mujer la violan es difícil que lo divulgue y lo denuncie, ya que se suma el miedo a ser revictimizada y culpada.
Por tanto, precisó la experta, en una ciudad donde prevalece el miedo se limita la libertad de las mujeres, porque ellas se ven obligadas a salir de sus casas a ciertas horas del día y evitar ciertas zonas o espacios públicos que pudieran implicar un riesgo.
Aunado a lo anterior, las mujeres ven mermado el sentimiento de pertenencia a su comunidad, y en consecuencia participarán de forma menos activa.
Ortiz Escalante criticó que las medidas de los gobiernos locales sobre prevención y control del delito normalmente provienen del ámbito de la justicia y la criminología, y carecen de visión de género.
Las políticas para promover ciudades seguras están enfocadas en estrategias restrictivas, como incrementar la presencia de la policía y el control en el acceso a los espacios públicos, pero sin contemplar las diferencias sociales entre mujeres y hombres, recalcó.
También se han utilizado otras estrategias como incrementar la presencia de personas en el espacio público o atacar las raíces del problema con talleres educativos en comunidades más desfavorecidas.
Sin embargo es importante integrar en las políticas de seguridad la perspectiva de género, y tener en cuenta la percepción del miedo y la inseguridad a fin de promover entornos seguros e inclusivos.
Así por ejemplo se pueden promover las “auditorías sobre la seguridad de las mujeres”, que consisten en reunir a un grupo de mujeres que recorrerán las calles, por lo general de noche, para evaluar las zonas seguras y peligrosas de su ciudad.
La consultora destacó que otra medida es abrir centros comunitarios que brinden apoyo informativo, práctico y emocional a las mujeres, y que también sirvan como lugares de encuentro para hablar de salud, empleo y Derechos Humanos.
Un modelo de seguridad también debería incluir estadísticas e informes sobre delitos y violencia con datos desagregados por sexo, y contemple la perspectiva de género en el desarrollo, implementación y evaluación de programas de prevención de la violencia.