Por Elvira Hernández Carballido
Doctora en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en Comunicación. Profesora investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, fue jurado en el reciente Premio Nacional de Periodismo.
La columnista nos presenta, a propósito de
este 8 de marzo, una reflexión de cómo las mujeres, desde las
prehispánicas hasta las actuales, han ido construyendo la historia
feminista y son ejemplo e inspiración para seguir avanzando.
8 de marzo exige un recorrido cronológico que obliga a evocar a las
mujeres prehispánicas que nacían con un destino ya escrito que
solamente cantaba a sus bendiciones femeninas y no a sus posibilidades
humanas. Que requiere citar a Sor Juana Inés de la Cruz y su certeza de
que las mujeres no estudiaban para saber más, sino para ignorar menos.
Obliga a mencionar a Leona Vicario, que defendió su prestigio de
heroína al afirmar que "no solo el amor es el móvil de las acciones de
las mujeres y los deseos de la gloria no le son unos sentimientos
extraños". Invita a recordar a Laureana Wright, periodista mexicana del
siglo XIX quien preguntó y respondió: " ¿Qué necesita la mujer para
llegar a la perfección? Fuerza de voluntad, valor moral, amor a la
instrucción y sobre todo, amor a sí misma". Incita volver a la lectura
del semanario de principios de siglo XXI denominado La mujer mexicana,
publicación autodenominada feminista en la que sus colaboradoras
advirtieron: "Si el siglo XIX fue el siglo de los grandes inventos, el
siglo XX es el de la mujer".
8 de marzo exige un repaso por todo ese siglo XX y no olvidar a María Ríos Cárdenas que fundó en los años veinte la revista Mujer y aconsejó a sus contemporáneas para ser la mujer que deseaban ser. Y solicita muy formalmente trazar una galería de mujeres insumisas y transgresoras como Antonieta Rivas Mercado, Lupe Marín, María Izquierdo, Lola Álvarez Bravo, Nahui Ollin y Frida Kahlo, todas ellas mujeres que escribían, se divorciaban, amaban, se desvestían y se hacían autorretratos para delatar la pasión y no necesitaban los "pies para correr porque tenían alas para volar". Y en los años treinta surge la presencia femenina nacional organizada como en ningún momento de la historia de México. El Frente Único Pro Derechos de la Mujer se caracterizó por reunir a miles de mujeres que no dejaron de insistir en que tenían derecho a ser ciudadanas.
Y justo a mitad del siglo XX, por primera vez una mujer mexicana reflexiona desde la filosofía sobre el ser mujer, Rosario Castellanos cuestiona la existencia de una cultura femenina. En su poema "Meditación en el umbral" delata que "debe haber otro modo, otro modo de ser humano y libre". Es importante enumerar que en la década de los setenta apareció la revista FEM , primera publicación feminista en México que durante casi treinta años abrió sus páginas a todas las mujeres que escribían sobre sí mismas o sobre las otras. Así estaba la leída columna "Querido Diario" de Marcela Guijosa que declaró: "Mi feminismo siempre ha sido una indignación, una rebeldía. También, claro, las otras cosas: la búsqueda de nuevas formas de vivir, la solidaridad con las otras mujeres, el análisis y las críticas, la lenta pero inexorable aceptación y conciencia de tu lugar en la sociedad, con tu cuerpo y tus broncas y tus sentimientos de mujer..." Y es necesario acentuar el surgimiento en 1987 del suplemento Doble Jornada , dirigido por Sara Lovera. Durante 10 años denunciaron y explicaron la vida de las mujeres mexicanas.
La década de los ochenta abre espacios a las mujeres y permite expresiones maravillosas como la de la poeta Kira Galván que pregunta: "Contradicciones ideológicas al lavar un plato ¿No?/ Y también quisiera explicar/ Por qué me maquillo y por qué uso perfume/ Por qué quiero cantar la/ belleza del cuerpo masculino/ Quiero aclararme bien ese racismo que existe/ Entre los hombres y las mujeres/ Aclararme por qué cuando lavo un plato/ O coso un botón/ Él no ha de estar haciendo lo mismo".
8 de marzo debe ser un espacio para reconocer que al finalizar el siglo XX otras mujeres escriben desde la filosofía, la historia, la antropología o la sociología para explicarnos y explicarse. Así, la filósofa Graciela Hierro marcó el cambio de la domesticación a la educación femenina. Marcela Lagarde denunciaba los cautiverios de las mujeres: las madresposas, las locas, las putas, las monjas y las presas. Marta Lamas reflexionaba sobre el feminismo. Elsa Muñiz sobre el cuerpo construido.
El 8 de marzo debe ser un breve alto en el camino pero nada más para confirmar que las mujeres del siglo XXI sabemos que todavía queda mucho por hacer, que somos diferentes, pero que deseamos ser nosotras mismas por decisión propia. Las mujeres del siglo XXI agradecemos a las que nos abrieron camino y avanzamos cada vez con más seguridad en nostras mismas.
8 de marzo exige un repaso por todo ese siglo XX y no olvidar a María Ríos Cárdenas que fundó en los años veinte la revista Mujer y aconsejó a sus contemporáneas para ser la mujer que deseaban ser. Y solicita muy formalmente trazar una galería de mujeres insumisas y transgresoras como Antonieta Rivas Mercado, Lupe Marín, María Izquierdo, Lola Álvarez Bravo, Nahui Ollin y Frida Kahlo, todas ellas mujeres que escribían, se divorciaban, amaban, se desvestían y se hacían autorretratos para delatar la pasión y no necesitaban los "pies para correr porque tenían alas para volar". Y en los años treinta surge la presencia femenina nacional organizada como en ningún momento de la historia de México. El Frente Único Pro Derechos de la Mujer se caracterizó por reunir a miles de mujeres que no dejaron de insistir en que tenían derecho a ser ciudadanas.
Y justo a mitad del siglo XX, por primera vez una mujer mexicana reflexiona desde la filosofía sobre el ser mujer, Rosario Castellanos cuestiona la existencia de una cultura femenina. En su poema "Meditación en el umbral" delata que "debe haber otro modo, otro modo de ser humano y libre". Es importante enumerar que en la década de los setenta apareció la revista FEM , primera publicación feminista en México que durante casi treinta años abrió sus páginas a todas las mujeres que escribían sobre sí mismas o sobre las otras. Así estaba la leída columna "Querido Diario" de Marcela Guijosa que declaró: "Mi feminismo siempre ha sido una indignación, una rebeldía. También, claro, las otras cosas: la búsqueda de nuevas formas de vivir, la solidaridad con las otras mujeres, el análisis y las críticas, la lenta pero inexorable aceptación y conciencia de tu lugar en la sociedad, con tu cuerpo y tus broncas y tus sentimientos de mujer..." Y es necesario acentuar el surgimiento en 1987 del suplemento Doble Jornada , dirigido por Sara Lovera. Durante 10 años denunciaron y explicaron la vida de las mujeres mexicanas.
La década de los ochenta abre espacios a las mujeres y permite expresiones maravillosas como la de la poeta Kira Galván que pregunta: "Contradicciones ideológicas al lavar un plato ¿No?/ Y también quisiera explicar/ Por qué me maquillo y por qué uso perfume/ Por qué quiero cantar la/ belleza del cuerpo masculino/ Quiero aclararme bien ese racismo que existe/ Entre los hombres y las mujeres/ Aclararme por qué cuando lavo un plato/ O coso un botón/ Él no ha de estar haciendo lo mismo".
8 de marzo debe ser un espacio para reconocer que al finalizar el siglo XX otras mujeres escriben desde la filosofía, la historia, la antropología o la sociología para explicarnos y explicarse. Así, la filósofa Graciela Hierro marcó el cambio de la domesticación a la educación femenina. Marcela Lagarde denunciaba los cautiverios de las mujeres: las madresposas, las locas, las putas, las monjas y las presas. Marta Lamas reflexionaba sobre el feminismo. Elsa Muñiz sobre el cuerpo construido.
El 8 de marzo debe ser un breve alto en el camino pero nada más para confirmar que las mujeres del siglo XXI sabemos que todavía queda mucho por hacer, que somos diferentes, pero que deseamos ser nosotras mismas por decisión propia. Las mujeres del siglo XXI agradecemos a las que nos abrieron camino y avanzamos cada vez con más seguridad en nostras mismas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario