Santo
Domingo, 08 oct. 14. AmecoPress/SEMlac.- Los estereotipos a los que
están sometidas las mujeres en la sociedad constituyen el mayor
obstáculo para que ellas ocupen posiciones de poder, lo que las relega
a un segundo plano, pese a demostrar que poseen igual capacidad para
ejercer un determinado cargo.
Para
la experta en Comunicación y consultora del Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD), Virginia García Beaudoux, es
sumamente preocupante la situación de desventaja en que se encuentran
las mujeres, tanto en América Latina como en el resto del mundo.
García
Beaudoux y otros representantes del Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD), y de la Comisión Permanente de Equidad de
Género de la Cámara de Diputados, impartieron sendas jornadas de
capacitación para comunicadores y comunicadoras sociales, en Santo
Domingo y Santiago, segunda provincia de importancia en el país.
En ambos
encuentros, destinados a promover una cobertura noticiosa que propicie
el tratamiento igualitario para mujeres y hombres dedicados a la
política, se identificaron estereotipos de género que dañan la imagen
de las mujeres.
Más militancia, menos cargos
Según la
consultora del PNUD, 51 por ciento de la militancia de los partidos
políticos en la región está compuesta por mujeres, pero solo 16 por
ciento ocupa las presidencias o secretarías generales.
Señaló,
además, que las personas relacionan el liderazgo con características
que se consideran típicas masculinas, tales como la agresividad o la
competitividad; en cambio, ninguno de los rasgos del estereotipo
femenino se asocian con liderar.
Esta situación
se evidencia con mayor intensidad en el ámbito político, dijo, "debido
a que los medios de comunicación no se centran en sus facultades
intelectuales, sino que se enfocan en resaltar cualidades físicas como
su belleza, vestuario y cómo lleva el cabello", enfatizó.
El
representante del PNUD en el país, Lorenzo Jiménez de Louis, criticó la
baja participación en política de la juventud y la mujer en República
Dominicana y afirmó que algunas organizaciones limitaron la
intervención de esa población de manera intencional.
Indicó que la
poca presencia de mujeres debilita las altas instancias del poder,
evidente en que de 32 senadurías solo cuatro las ocupan ellas; de 190
diputaciones, poseen 40 y de 155 alcaldías, solo han conquistado 12.
Por su parte, la oficial de género del PNUD, Raissa Crespo, insistió en
que el propósito no es lograr las cuotas mínimas, sino conseguir la
paridad para fortalecer la democracia del país.
"La baja
participación de la mujer nos hace reflexionar sobre los retos que
todavía tienen que vencer para que sus intereses se implanten en las
altas instancia de poder" enfatizó.
Retos
En tanto que
la presidenta de la Comisión Permanente de Equidad de Género de la
Cámara de Diputados, Magda Rodríguez Acosta, reflexionó sobre "los
retos que todavía tienen las mujeres dominicanas para que sus intereses
se encuentren bien representados en las altas instancias de poder".
Detalló que el
puesto político más equitativo en el cuadro de género es la regiduría,
de las cuales, 1. 143,183 son ocupadas por mujeres: "Ustedes saben que
la ley electoral obliga que por cada dos hombres haya una mujer y por
eso se cumple el 33 por ciento", observó.
Recordó que en
el Poder Ejecutivo, de 21 ministerios, solo tres mujeres desarrollan la
función de titulares: "No puede haber democracia sin mujeres. Si somos
más de la mitad de la población y votamos, entonces ¿por qué somos
menos las electas en los puestos políticos?", subrayó.
Rodríguez
Acosta informó que, junto al Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD), impulsan una mayor participación de las mujeres en
política, de cara a las elecciones de 2016, en las que se presentarán
aproximadamente 17.000 candidaturas a puestos electivos y se escogerán
alrededor de 4.150 cargos.
En este
sentido, García Beaudoux explicó que las personas relacionan el
liderazgo con cualidades, y ninguno de los rasgos del estereotipo
femenino se asocia con liderar. "Esos y otros aspectos son reforzados y
amplificados, tanto por las informaciones periodísticas, como por las
secciones dedicadas a la cultura o el entretenimiento.
"Para la
mayoría, una mujer se define como débil, delicada, frágil y con
capacidades para tareas domésticas; pero no se la imaginan como
luchadora, competitiva, estratégica y buena administradora", precisó.
Sostiene,
además, la necesidad de evitar que los prejuicios impidan que la gente
escuche y valore el discurso y las propuestas de las mujeres políticas.
La especialista propone que los medios "reencuadren la información. O
sea, que se contemple una variedad de perspectiva con el propósito de
no estigmatizar a la población femenina".
Tanto Virginia
García Beaudoux como Raissa Crespo consideran que el primer paso para
mitigar los daños de los encuadres informativos es nunca hacer una
pregunta a una mujer funcionaria que no se le haría a un hombre en la
misma posición.
Asimismo, recomiendan conocer las capacidades de las postulantes a cualquier candidatura más que sus atributos físicos.
Entienden que
los estereotipos o falsas creencias son muy difíciles de erradicar, por
lo que ello debe ser una lucha que empiece desde los hogares, las
escuelas, instituciones y estamentos del Estado.
Presidenta se opone, urgen modificaciones
La presidenta
del Senado dominicano, Cristina Lizardo, se opone a que sean asignadas
cuotas en los cargos electivos a las mujeres, tanto congresionales como
municipales.
"Ellas deben
participar en política de igual a igual con los hombres, sin que sea
necesario que se les asignen cuotas de participación como manda la ley;
debe ser una expresión de sus capacidades demostradas", razonó la
congresista de acuerdo a un reporte de prensa de la Cámara Alta,
resaltado por el multimedios DominicanosHoy el pasado 23 de septiembre.
Al concluir la
redacción de estas líneas, pudo conocer que el presidente de la
Comisión Especial de la Cámara de Diputados, Henry Merán, que estudia
la Ley de Partidos y Agrupaciones Políticas, informó la aprobación del
empleo del lenguaje de género en dicha legislación, como requisito
establecido en la Constitución de la República.
Se recuerda
que la nación dominicana solo cuenta con la Ley 24-97 contra la
violencia intrafamiliar, promulgada en 1997, la cual castiga los
asesinatos de mujeres, pero no tipifica el feminicidio al nivel que lo
requiere.
Un estudio
reseñado el 23 de septiembre por Listín Diario señala la urgencia de
promulgar y aplicar leyes que disminuyan la incidencia del feminicidio
en la República Dominicana, tercer país con más muertes por esta causa
en Latinoamérica.
Realizada por
Greidys Roa Chalas, investigador de la Unidad de Políticas Públicas del
Observatorio Político Dominicano (OPD), entidad adscrita a la Fundación
Global Democracia y Desarrollo (Funglode), la investigación recomienda
reformar la Ley 24-97, "que permite la conciliación como método alterno
para la resolución de controversias y con ello deja abierta la
posibilidad de acuerdos entre una mujer abusada y su agresor, sin que
este último haya pagado por su culpa".
Numerosas
agrupaciones feministas, instituciones y organizaciones políticas y
sociales han protestado contra ese contenido legislativo y exigen la
respuesta sancionadora y reparadora del Estado, que hasta ahora ha sido
deficiente en la implementación de políticas públicas destinadas a
reducir los altos índices de violencia de género que sustenta el país.
La cifra de feminicidios durante el primer semestre del actual año ascendió a 45 casos, 40 por ciento más que en 2013.
Las voces
críticas exigen que se cumplan las leyes existentes, al tiempo de
fortalecer los canales de denuncia y que se les brinde el seguimiento
necesario a las víctimas; además, como medidas preventivas para
disminuir los feminicidios, el análisis formula una mayor inclusión de
las mujeres en la vida productiva de la sociedad por medio de políticas
destinadas a mejorar sus condiciones de vida.
"Se necesita
brindar oportunidades para incrementar sus ingresos, principalmente a
las mujeres más desposeídas, como son las madres adolescentes,
trabajadoras domésticas, trabajadoras del sector informal y las
envejecidas, para que no se vean forzadas a depender económicamente de
compañeros abusivos", concluye el documento.
Fotos:
Archivo AmecoPress. 1. Virginia García Beaudoux, experta en
Comunicación y consultora del Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD). 2. La presidenta del Senado dominicano, Cristina
Lizardo.
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