10/18/2014

República Dominicana: Exigua participación de mujeres en puestos políticos



Santo Domingo, 08 oct. 14. AmecoPress/SEMlac.- Los estereotipos a los que están sometidas las mujeres en la sociedad constituyen el mayor obstáculo para que ellas ocupen posiciones de poder, lo que las relega a un segundo plano, pese a demostrar que poseen igual capacidad para ejercer un determinado cargo.
Para la experta en Comunicación y consultora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Virginia García Beaudoux, es sumamente preocupante la situación de desventaja en que se encuentran las mujeres, tanto en América Latina como en el resto del mundo.
García Beaudoux y otros representantes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y de la Comisión Permanente de Equidad de Género de la Cámara de Diputados, impartieron sendas jornadas de capacitación para comunicadores y comunicadoras sociales, en Santo Domingo y Santiago, segunda provincia de importancia en el país.
En ambos encuentros, destinados a promover una cobertura noticiosa que propicie el tratamiento igualitario para mujeres y hombres dedicados a la política, se identificaron estereotipos de género que dañan la imagen de las mujeres.
Más militancia, menos cargos
Según la consultora del PNUD, 51 por ciento de la militancia de los partidos políticos en la región está compuesta por mujeres, pero solo 16 por ciento ocupa las presidencias o secretarías generales.
Señaló, además, que las personas relacionan el liderazgo con características que se consideran típicas masculinas, tales como la agresividad o la competitividad; en cambio, ninguno de los rasgos del estereotipo femenino se asocian con liderar.
Esta situación se evidencia con mayor intensidad en el ámbito político, dijo, "debido a que los medios de comunicación no se centran en sus facultades intelectuales, sino que se enfocan en resaltar cualidades físicas como su belleza, vestuario y cómo lleva el cabello", enfatizó.
El representante del PNUD en el país, Lorenzo Jiménez de Louis, criticó la baja participación en política de la juventud y la mujer en República Dominicana y afirmó que algunas organizaciones limitaron la intervención de esa población de manera intencional.
Indicó que la poca presencia de mujeres debilita las altas instancias del poder, evidente en que de 32 senadurías solo cuatro las ocupan ellas; de 190 diputaciones, poseen 40 y de 155 alcaldías, solo han conquistado 12. Por su parte, la oficial de género del PNUD, Raissa Crespo, insistió en que el propósito no es lograr las cuotas mínimas, sino conseguir la paridad para fortalecer la democracia del país.
"La baja participación de la mujer nos hace reflexionar sobre los retos que todavía tienen que vencer para que sus intereses se implanten en las altas instancia de poder" enfatizó.
Retos
En tanto que la presidenta de la Comisión Permanente de Equidad de Género de la Cámara de Diputados, Magda Rodríguez Acosta, reflexionó sobre "los retos que todavía tienen las mujeres dominicanas para que sus intereses se encuentren bien representados en las altas instancias de poder".
Detalló que el puesto político más equitativo en el cuadro de género es la regiduría, de las cuales, 1. 143,183 son ocupadas por mujeres: "Ustedes saben que la ley electoral obliga que por cada dos hombres haya una mujer y por eso se cumple el 33 por ciento", observó.
Recordó que en el Poder Ejecutivo, de 21 ministerios, solo tres mujeres desarrollan la función de titulares: "No puede haber democracia sin mujeres. Si somos más de la mitad de la población y votamos, entonces ¿por qué somos menos las electas en los puestos políticos?", subrayó.
Rodríguez Acosta informó que, junto al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), impulsan una mayor participación de las mujeres en política, de cara a las elecciones de 2016, en las que se presentarán aproximadamente 17.000 candidaturas a puestos electivos y se escogerán alrededor de 4.150 cargos.
En este sentido, García Beaudoux explicó que las personas relacionan el liderazgo con cualidades, y ninguno de los rasgos del estereotipo femenino se asocia con liderar. "Esos y otros aspectos son reforzados y amplificados, tanto por las informaciones periodísticas, como por las secciones dedicadas a la cultura o el entretenimiento.
"Para la mayoría, una mujer se define como débil, delicada, frágil y con capacidades para tareas domésticas; pero no se la imaginan como luchadora, competitiva, estratégica y buena administradora", precisó.
Sostiene, además, la necesidad de evitar que los prejuicios impidan que la gente escuche y valore el discurso y las propuestas de las mujeres políticas. La especialista propone que los medios "reencuadren la información. O sea, que se contemple una variedad de perspectiva con el propósito de no estigmatizar a la población femenina".
Tanto Virginia García Beaudoux como Raissa Crespo consideran que el primer paso para mitigar los daños de los encuadres informativos es nunca hacer una pregunta a una mujer funcionaria que no se le haría a un hombre en la misma posición.
Asimismo, recomiendan conocer las capacidades de las postulantes a cualquier candidatura más que sus atributos físicos.
Entienden que los estereotipos o falsas creencias son muy difíciles de erradicar, por lo que ello debe ser una lucha que empiece desde los hogares, las escuelas, instituciones y estamentos del Estado.
Presidenta se opone, urgen modificaciones
La presidenta del Senado dominicano, Cristina Lizardo, se opone a que sean asignadas cuotas en los cargos electivos a las mujeres, tanto congresionales como municipales.
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"Ellas deben participar en política de igual a igual con los hombres, sin que sea necesario que se les asignen cuotas de participación como manda la ley; debe ser una expresión de sus capacidades demostradas", razonó la congresista de acuerdo a un reporte de prensa de la Cámara Alta, resaltado por el multimedios DominicanosHoy el pasado 23 de septiembre.
Al concluir la redacción de estas líneas, pudo conocer que el presidente de la Comisión Especial de la Cámara de Diputados, Henry Merán, que estudia la Ley de Partidos y Agrupaciones Políticas, informó la aprobación del empleo del lenguaje de género en dicha legislación, como requisito establecido en la Constitución de la República.
Se recuerda que la nación dominicana solo cuenta con la Ley 24-97 contra la violencia intrafamiliar, promulgada en 1997, la cual castiga los asesinatos de mujeres, pero no tipifica el feminicidio al nivel que lo requiere.
Un estudio reseñado el 23 de septiembre por Listín Diario señala la urgencia de promulgar y aplicar leyes que disminuyan la incidencia del feminicidio en la República Dominicana, tercer país con más muertes por esta causa en Latinoamérica.
Realizada por Greidys Roa Chalas, investigador de la Unidad de Políticas Públicas del Observatorio Político Dominicano (OPD), entidad adscrita a la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), la investigación recomienda reformar la Ley 24-97, "que permite la conciliación como método alterno para la resolución de controversias y con ello deja abierta la posibilidad de acuerdos entre una mujer abusada y su agresor, sin que este último haya pagado por su culpa".
Numerosas agrupaciones feministas, instituciones y organizaciones políticas y sociales han protestado contra ese contenido legislativo y exigen la respuesta sancionadora y reparadora del Estado, que hasta ahora ha sido deficiente en la implementación de políticas públicas destinadas a reducir los altos índices de violencia de género que sustenta el país.
La cifra de feminicidios durante el primer semestre del actual año ascendió a 45 casos, 40 por ciento más que en 2013.
Las voces críticas exigen que se cumplan las leyes existentes, al tiempo de fortalecer los canales de denuncia y que se les brinde el seguimiento necesario a las víctimas; además, como medidas preventivas para disminuir los feminicidios, el análisis formula una mayor inclusión de las mujeres en la vida productiva de la sociedad por medio de políticas destinadas a mejorar sus condiciones de vida.
"Se necesita brindar oportunidades para incrementar sus ingresos, principalmente a las mujeres más desposeídas, como son las madres adolescentes, trabajadoras domésticas, trabajadoras del sector informal y las envejecidas, para que no se vean forzadas a depender económicamente de compañeros abusivos", concluye el documento.
Fotos: Archivo AmecoPress. 1. Virginia García Beaudoux, experta en Comunicación y consultora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). 2. La presidenta del Senado dominicano, Cristina Lizardo.
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Programa es Tiempo de Mujeres, la trinchera de genero en la radio de la Universidad de Guelph CFRU sabado 18 oct

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MUJERES POR LA DEMOCRACIA

Bienvenida al programa de hoy
Noticias de Género en la Red

Género en la mira con

 Daniela Villegas
Regarding Susan Sontag
hoy egénero en la mira el espacio de nuestra amiga y compañera la maestra en estudios de género Daniela Villegas quien desde Sydney Autralia, nos habla del documental Regarding Susan Sontag, una mujer combativa, militante de la igualdad entre hombres y mujeres, simpatizante del comunismo, crítica con la política y la sociedad de su país, gran ensayista del arte, escritora respetada, intelectual contemporánea poco frecuente, que acompaño con textos de calidad constante y de naturaleza siempre controvertida


#Organizaciones #internacionales convocaron al II #Seminario Internacional de #Violencia contra las #Mujeres: Feminicidio, para debatir sobre los avances y retos en América Latina y Europa para conseguir que las mujeres disfruten el derecho a una vida libre de violencia. Gracias a la organización y la movilización ha sido posible dar foco a un problema que antes se creía era del ámbito privado y por ello no discutible, al ámbito público, la violencia contra la mujer afecta a la sociedad en su conjunto, y aún cuando ha sido difícil hacer responsable a los Gobiernos de la falta de políticas públicas, ha habido un avance que debemo seguir empujando, hablaremos sobre, 
Y precisamente hablando de los #Estados o #Gobiernos que no cumplen aun con todos los esfuerzos de la #SociedadCivil y los avances en materia#legislativa y el reconocimiento de las violaciones a Derechos Humanos (#DH), en México existe “una política de incumplimiento” de las recomendaciones y observaciones realizadas por el Sistema Internacional de DH, sin embargo la #CEDAW pidió a #México rendir un “Informe a Mediano Plazo” con limite de tiempo ya que los informes dados por el Estado no son acorde a lo señalado por los #informes llamados #sombra de Organizaciones No Gubernamentales que llevan registros de estos datos. 
Y parte de los #avances de las #mujeres en sus diversos derechos se encuentran los #DerechosPolíticos, en este campo, “América es la región con el mayor número de mujeres en el nivel político más alto”, recién vimos la disputa habida entre Dilma y Marina por la presidencia de Brasil, sin embargo hablar sobre el avance en leyes y mejores condiciones para las mujeres es parte de otro capitulo, porque si bien es cierto que hay logros estos no son suficientes aún cuando sean las mujeres las funcionarias públicas, hablaremos de 

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La rabia y la maledicencia

La maledicencia habla bastante más de quien la ejerce, que de la persona a quien intenta devastar.

lasillarota.com


¿Cuál es ese dolor, cuál es, el que lleva a una persona a hablar de otra persona como si se refiriera a una “cosa” desechable? ¿Cuál es esa rabia, cuál es, la que lleva a una persona a desvirtuar la realidad, otorgarle tintes siniestros, en aras de descalificar a otra/o? ¿Cuál es ese resentimiento, cuál es, el que nos lleva a describir a una persona a la que conocemos, con la que tuvimos algún tipo de relación, como si fuera la encarnación absoluta de los peores defectos sin nada que sea bueno en ella?

¿Por qué nos ensañamos con personas que en tantas ocasiones ni siquiera actuaron daño alguno en nuestra contra? ¿Cómo sucede que expidamos (a grandes velocidades) juicios e imaginarios “datos duros” con respecto a eso que suponemos que es/fue la vida de otra persona? Es un asunto de maneras de frasear, tonos de voz. Excesos.

Hay personas que no nos gustan, con las que no coincidimos, hay personas que nos dañan o nos dañaron,  ser dañadas/os produce enojo, tristeza, dolor. Es cierto.

Pero, es otra cosa ese momento en el que con nuestras palabras atravesamos la delgada línea roja y ya no estamos nombrando un conflicto, sino intentando destruir al otro.

Hay una enorme diferencia entre el dolor y el enojo ante las acciones del otro,  y ese deseo de “destruirlo” en términos simbólicos. Como si semejante cosa fuera posible. Una/o no destruye al otro con palabras, pero si puede infligirle muchísimo daño. Muchísimo, en algunos casos. Ni un arañazo, en otros casos, en donde la/el “perseguida/o” con palabras, avanza tranquilamente y ni siquiera se da por enterada/o.

Pero más allá de lo que pueda “lograrse” en el acto de denigrarlo, me pregunto, desde el lugar de quien lo hace: ¿cuál sería el sentido de sostener y alimentar la rabia? ¿Por qué estaríamos dispuestos a sostener o hasta inventar “versiones” de hechos que quizá nos fueron cercanos, o tantas veces ni siquiera? Nada nos consta, pero hablamos, describimos casi como testigos presenciales, avanzamos juicios rotundos.  Aún en el caso de aquello que nos “consta”, ¿qué sabemos en realidad? ¿Por qué nos urge hablar como si supiéramos? ¿Por qué ir de mesa en mesa repitiendo y agregándole a eso que queremos pensar que sabemos de la vida de los otros?

Creo que todas/os hemos vivido esa incomodidad, esa tristeza, ese desconcierto, cuando escuchamos a personas que nos son cercanas, queridas o estimadas, colocando su furia de vida, en la vida de otro.  Cuando percibimos ese ataque a rajatabla, sin la más mínima acotación, ni el más mínimo matiz. Allí en donde una/o comienza a decirse: “Esto es ya un juicio sumario, este intento de devastar a la otra persona no tiene que  ver con la realidad”. ¿Qué le duele a quien habla? ¿Con qué tiene que ver la urgencia de calumniar, la insistencia para no reconocer en el otro/la otra, virtud alguna?

Ante el exceso, una no puede pensar sino que ya ese otro (que a veces conocen mucho, a veces poco, o casi nada) está colocado en el lugar del chivo expiatorio. El “chivo expiatorio” cumple cantidad de funciones en lo íntimo y en lo colectivo. No quiero ahora referirme a los mecanismos sociales y a la manera en la cual el lenguaje discriminatorio y su repetición enfurecida, rabiosa, o muy irresponsable (o todo junto) es  y ha sido –a través de los siglos- el principio, el alimento y la “justificación” de las más terribles cacerías de seres humanos contra seres humanos. Me limito ahora a intentar entender el momento bien concreto (que puede ser repetido a lo largo del tiempo) en el que una persona arma una casi campaña contra otra. Otra a la que en muchas ocasiones, ni siquiera conoce.

Algunas veces, en las familias que funcionan como “clanes” particularmente cerrados y como consecuencia excluyentes, el “chivo expiatorio” suele ser la persona que estuvo allí, y por razones o sinrazones decidió alejarse.  También – y es más terrible- puede ser un miembro de la familia al que se percibió como “distinto” a los demás, o al que se le atribuyó ese lugar desde muy pequeño, por motivos que varían de una familia a otra.

Con frecuencia hay chivos expiatorios en los salones de clases, en los grupos de trabajo, en esas comunidades en las que se plantea que para mantener la “fuerza” de los vínculos, es necesario perseguir a alguien y denigrarlo. ¿Qué es lo que ahora llamamos bullying, sino el acoso a una persona elegida para victimizarla? “Valientemente” y entre todos. O una persona sola a otra. El acoso cuenta –de entrada- con el silencio de la víctima. Ese acto cobarde de “echar montón”, o de manera individual, de intentar detectar al otro que puede estar en un cierto estado de fragilidad.

¿Cómo elegimos como personas y como grupo a nuestro chivo expiatorio, cuando es el caso? Creo que es una pregunta que cada persona necesita hacerse a solas. Una/o solitita/o en su casa.  ¿Cuál es mi relación con esa persona? ¿Por qué me urge avasallarla? ¿De veras “me hizo algo”? ¿Y si “me hizo algo”, puedo analizar nuestra circunstancia y separar argumentos y emociones? ¿”Me hizo algo” porque así sucedió, o me daña el sólo hecho de que esa persona exista, tal y como es, y tenga lo que tiene, aunque a mí jamás me haya hecho nada? ¿De veras ese desencuentro con esa persona amerita las dimensiones de mi rabia? Sola/l ante una/o misma/o. ¿De veras mi conflicto con esa persona fue el “desencuentro” en cuestión, o inflo ese desencuentro como globo aerostático para justificar mi agresión? ¿De dónde viene esa agresión en mí?

Una podría preguntárselo porque en términos morales, difamar a otra persona, atacarla de manera insistente, someterla a juicios  sumarios es deshumanizarla e infligirle un daño, o por lo menos intentarlo con pasmosa tenacidad.  Pero quizá antes que todo lo demás, es un hecho que preguntarnos, ¿por qué necesito difamarla? ¿por qué fantaseo con “destruirla”? podría revelarnos cantidad de datos muy importantes que no tienen que ver con el otro, sino con nosotras/os mismas/os.  Quizá allí hay un hilito que jalar que nos lleve a conocernos un poco más: conocer más nuestros deseos, nuestras necesidades, nuestros temores, nuestros dolores y nuestras frustraciones.

La maledicencia habla bastante más de quien la ejerce, que de la persona a quien intenta devastar.

Quienes crecimos en ciudades pequeñas, conocemos muy bien la función que la maledicencia cumple en términos  de control social. Muy evidente, en el caso de la educación de las niñas y adolescentes, aunque vale –por supuesto- para todos. Aquel que se salga de la norma, será perseguido sin más, aunque en la realidad no haya nada en su actitud y en su conducta que dañe a terceros.  El problema entonces, podría ser no los daños en la realidad, sino en los imaginarios. ¿Cómo vivimos a quien es distinto a nosotras/os?  ¿Acaso nos prueba que hay tantas maneras de vivir y sentir como personas existen y ese “dato” nos es insoportable? ¿Una manera distinta de vivir nos cuestiona con respecto a nuestra propia vida? ¿Por qué?  ¿Y si sentimos que la diferencia “ataca”, sin más nuestro modo de vida, no sería bueno cuestionarnos qué es lo que no nos gusta de nuestras vidas?

Con frecuencia la maledicencia es un “desfogue” de nuestra rabia colocada en esa persona, tenga que ver con ella o no. La persona termina utilizada como un pretexto. Usada para fines que no tienen nada que ver con ella: descargar frustración, sentir el oscuro “gozo” de hacer daño, sentirse poderosa/o a costa de otra/o, sentir que una/o sí que sabe vivir del lado “correcto” y luminoso de la acera. Perseguir a otra/o es una manera de decirnos: “Yo sí que valgo la pena y él/ella no”.  Así de absurdo, dado que una no es, ni será un mejor ser humano (con respecto a una/o misma/o) por denigrar a otra persona. Es muy desconcertante la fantasía de poder, la omnipotencia inscrita en el trasfondo del discurso maledicente.

Como si alguien dijera: “Yo tengo el poder de destruir, tengo el poder de manipular a quien me escucha y de sumarlo a mis odios”. Y la fantasía que sigue: “Entre más personas sume a mis odios, más me pruebo que tengo la razón, entre más me pruebo que tengo la razón, menos tengo que cuestionar por qué traigo esta rabia, este dolor que traigo, que no tiene nada que ver con ese otro,  ese dolor que es sólo mío, que no resuelvo atacando a otra persona…sólo lo tapo, lo anego por un rato, lo pospongo”.

La envidia no es un dato menor a analizar, cuando vivimos esa profunda incomodidad que produce escuchar el discurso de la maledicencia y sus excesos.  La envidia, esa admiración contrariada. Esa admiración que no sabe y no soporta decir su nombre, y que se convierte entonces en la aplanadora en la negación del otro.  ¿Qué tiene ese otro que la persona maledicente quiere? ¿A qué la está confrontando que no soporta?

¿Por qué la persona maledicente siente que aquello bueno que tiene el otro, se lo está arrebatando a ella? Y entonces se sube a esa actuación desmesurada: “Puesto que tu existencia me señala lo que quiero y no tengo, puesto que lo que es tuyo, me hace sentir despojada/o, tengo derecho a invadirte, agredirte y despojarte  con palabras”.

Detenerse a solas, detenerse tantito. ¿Cuál es el sentido de deshumanizar a otra persona? ¿De qué supondría el maledicente que se sana, denigrando? Porque no, no se sana de nada. Al contrario. La maledicencia es una manera de fugarse –a costa de otro- de nuestras demandas interiores fundamentales. Si una/o acepta su envidia, por ejemplo, allí donde se da, quizá pueda trabajar de más cerca sus necesidades y sus deseos. Quizá pueda construir un vínculo más creativo con eso que una/o tiene, con eso que a una/o le falta. Agradecer más lo que sí es nuestro. Eso. Agradecer en lugar de intentar “arrebatar”.

Las Hijas del Anáhuac, precursoras del periodismo feminista


Daniela Villegas 

Este mes se cumplen 141 años de haber aparecido el primer número de Las Hijas del Anáhuac, la primera publicación escrita y dirigida únicamente por mujeres en nuestro México. Impreso en la Escuela de Artes y Oficios para la Mujer tuvo como editoras a Guadalupe Ramírez y Concepción García de Ontiveros, quienes invitaban a sus lectoras a escribir pues “ya no es mal visto que la mujer escriba y exprese sus sentimientos por medio de la pluma”.

Pese a que la pionera en los textos periodísticos feministas fue Rita Cetina Gutiérrez quien publicó en Yucatán en 1870, La siempreviva, es considerada Las Hijas del Anáhuac, la precursora del periodismo feminista en nuestro país y data según documentos de la Biblioteca Nacional de México del 19 de octubre de 1873.

En 1887 apareció Violetas del Anáhuac haciendo eco del nombre de la publicación pionera. Fue dirigida en sus inicios por Laureana Wright de Kleinhans (1846-1896) y posteriormente por Mateana Murguía (1856-1906).

Laureana Wright de Kleinhans, quien formaba parte de la clase privilegiada en México tuvo acceso a la educación durante el Porfiriato lo cual la concientizó sobre el papel fundamental de la educación para las mujeres. Escribió numerosos artículos y editoriales además de las obras: La emancipación de la mujer por medio del estudio, Educación errónea de la mujer y medios prácticos para corregirla

Los ejes temáticos de estas primeras publicaciones tendían a enfocarse en consejos domésticos, crónicas de la ciudad, literatura, arte culinario, higiene de la familia y escasamente en crítica social como sus sucesoras habrían de hacer en años posteriores.

En la editorial del primer tomo de Las Hijas del Anáhuac se hace evidente que se continuaban manteniendo estructuras de reproducción de los estereotipos de subordinación de las mujeres al ámbito de lo doméstico.
“… al recomendaros que estudiéis y que escribáis no creáis nunca que opinamos que la mujer, olvidada de la misión sublime que tiene que cumplir en la tierra se dedique, solamente a la bella literatura, lejos de nosotras tan errónea idea: queremos sí, que la mujer escriba y estudie, pero nunca que por esto se olvide de sus atenciones domésticas”

Para las redactoras de esas líneas la educación no significa que las mujeres se salgan de las estructuras de subordinación, es más la domesticidad, la esfera de lo privado es calificado de sublime. El ángel del hogar como le llamara la escritora Rosario Castellanos a la mujer dedicada a las labores domésticas, al cuidado de la familia es encumbrado. Al final escribir y estudiar se ve opacado y termina como mero adorno por esa imperiosa necesidad de agradar y cubrir con las expectativas de domesticidad y de cuidados que se espera de ellas.

Esta postura era coincidente con la ideología positivista que reinaba en México a finales del siglo XIX, en donde la esencia femenina se identificaba con el estadío místico, con la naturaleza.

En otro extracto señalan:

“… el ser más perfecto de la creación, el que os dio la vida y comparte con vosotros vuestras penas y sufrimientos. La mujer es un ser nacido para gozar, sin embargo su corazón guarda siempre una historia de amargura: su abnegación toca lo infinito… El mundo siempre censura hasta la más sencilla de sus acciones, buscando un motivo para ridiculizarla”

Se hablaba de la madre como todo amor y abnegación alejada de un proyecto personal, que pese a que daba todo su apoyo llegaba a recibir rechazo o indiferencia. Sin embargo no se explicaba a qué se debía este fenómeno, cuáles eran las razones de esta subordinación que ellas mismas reproducían. Nunca llegan a hacer una crítica muy fuerte a las estructuras patriarcales de las cuales ellas también forman parte y que pese a que las oprimen, por ser mujeres, siguen recibiendo beneficios al ser mujeres privilegiadas, ya que podían adentrarse en el mundo de las letras y tener acceso a la educación, al menos las participantes en los citados semanarios.

Todo va con mesura con precaución de no querer conmocionar al público al que va dirigido sus escritos, mujeres privilegiadas de la ciudad de México principalmente. Quizá fuera en Las Violetas del Anáhuac, dirigida por Laureana Wright una de las primeras que en un principio expusiera su interés por los derechos de las mujeres, entre ellos el acceso al voto y a la educación más combativamente.

Los inicios del periodismo feminista en México si bien pudieron haber reproducido una serie de estereotipos de domesticidad entre mujeres de clase alta, es un importante hecho que escribieran y se expresaran a sí mismas con un ímpetu de crear un espacio de pensamiento que abriría el camino a muchas otras publicaciones realizadas por mujeres en México que a la postre irían tirando estereotipos de domesticidad y sujeción a lo largo de los años. 

Las mujeres: ¿ganan terreno en la política?


Dilma o Marina son los nombres de dos mujeres que, durante varias semanas, estuvieron disputándose la posibilidad de dirigir el destino de 196 millones de personas



 Jován Pulgarín


Madrid, 13 oct. 14. AmecoPress/Theobjective.- La estrepitosa caída de la candidata Marina Silva impidió que dos mujeres se disputaran la presidencia de Brasil. Una experiencia de la que sólo Chile puede presumir y que destaca la regla: los hombres siguen al mando.

Dilma o Marina, son los nombres de dos mujeres que durante varias semanas estuvieron disputándose la posibilidad de dirigir hasta el año 2018 el destino de 196 millones de personas. ¿Su objetivo? La presidencia de Brasil, un país reconocido en el mundo por ser una potencia del deporte masculino por antonomasia: el fútbol. ¿Una demostración del progreso de las mujeres en la política? Los números dicen que sí, al menos en América.
Con seis jefas de Estado o de Gobierno, “América es la región con el mayor número de mujeres en el nivel político más alto”. La estadística se observa en el “Mapa 2014 de las Mujeres en Política”, que realizó la Unión Interparlamentaria (UIP) y ONU Mujeres. El nuevo continente también lidera la “Liga” en porcentaje de ministras (22,9%). Le sigue África (20,4 %), Europa (18,2 %), el Pacífico (12,4 %), Asia (8,7%) y el mundo árabe (8,3%).

Significativo si se revisan los antecedentes: Isabel Martínez de Perón en Argentina (1974-1976), Lidia Gueiler en Bolivia (1979-1980), Violeta Chamorro en Nicaragua (1990-1997), Rosalia Arteaga en Ecuador (tres días en 1997) y Janet Rosemberg Jagan en Guyana (1997-1999).

En 2010, Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), consiguió un gol de portería a portería al convertirse en la primera presidente mujer, al derrotar a José Serra del partido de la Social Democracia de Brasil (PSDB). La economista de 62 años, que fue guerillera y estuvo en prisión entre 1970 y 1973, lo logró con una propuesta sencilla: continuar con las políticas de Luis Inacio Lula Da Silva para desarrollar “un Brasil con alma y corazón de mujer”.

Lula, que cerró su periodo presidencial respaldado por el 83% de los brasileños, basó su política en la justicia social y la reducción de la pobreza. Cuando se hizo oficial la victoria de su mano derecha, declaró que Serra “hizo una campaña agresiva contra Dilma, que fue víctima del prejuicio contra la mujer”.

JPG - 44.8 KB“Más mujeres están ahora en la política e influyen en la agenda política en los niveles altos. Eso está claro. Pero no en el nivel más alto”, explica Anders B. Johnsson, Secretario General de la UIP al departamento de prensa de ONU Mujeres. “Algunos líderes han roto el techo de cristal para las mujeres a través de su propia visión personal y voluntad política. Ellos han demostrado la importancia crítica del liderazgo político para producir el cambio. Ahora necesitamos más líderes que muestren el mismo coraje político”.

La politóloga Merike Blofield, investigadora asociada al Centro de Estudios Latinoamericanos de Miami, explicaba a El País de España: “Si vemos las cuatro presidentas (de esta década), todas han sido sucesoras de presidentes hombres muy populares y candidatas de las mismas coaliciones de partidos. Su primera elección era segura, pues representaban la continuidad del Gobierno en funciones. Bachelet recibió el poder de manos de Ricardo Lagos (en 2006); Rousseff de Lula Da Silva; Laura Chinchilla (en 2010), de Óscar Arias y Cristina Fernández de su esposo (en 2007)”.

Marina Silva, que nació en la aldea amazónica de Breu Velho, una zona reconocida por ser productora de caucho y donde contrajo cinco veces malaria, esperaba obligar a Rousseff a una segunda vuelta sin ese apoyo. “No soy hija de un político tradicional ni de un empresario”, suele responder la candidata de 56 años cuando se le pregunta por su lento ascenso en la política. De hecho, si impedía la reelección de su contrincante, la sorpresa hubiera sido mayor que el 7-1 de Alemania al scratch de Felipao en la semifinal del Mundial.

“Cada elección es una oportunidad crítica para avanzar hacia una mayor participación de las mujeres como votantes y candidatas”, reflexiona el Director Ejecutivo Adjunto de ONU Mujeres, John Hendra, al explicar la utilidad de medir en un mapa el comportamiento político del género femenino. “Es una gran herramienta para realizar un análisis comparativo del progreso y para garantizar la rendición de cuentas”.

Cuentas que muestran avances, sí, pero también la resistencia al cambio. Al comenzar 2014, 36 países tenían 30% o más de ministras, 10 más que hace dos años. Los que encabezan este departamento son: Nicaragua, Suecia, Finlandia, Francia, Cabo Verde y Noruega. También hay crecimiento, aunque no muy pronunciado, en los países árabes, Europa y el Pacífico. El porcentaje de mujeres parlamentarias se incrementó en 2014: 21,8 a nivel mundial. La tendencia, pues, está marcada.

Y no se trata solo de cantidad, sino también de relevancia. Siguiendo las estadísticas de la ONU, el número de mujeres al frente de un Ministerio de Defensa se ha duplicado (de 7 a 14 desde 2012), al igual que el de mujeres a cargo de asuntos exteriores y la cooperación internacional.

El sistema de cuotas y el ejemplo de los países nórdicos

“No es posible abordar el problema de la representación femenina únicamente por medio de un sistema de cuotas. Los partidos políticos, ONG, los sindicatos, la Iglesia: todos deben asumir su responsabilidad dentro de sus propias organizaciones para promover de forma sistemática la participación femenina desde los niveles inferiores hasta los más altos. Esto no ocurrirá de la noche a la mañana, ni en uno ni en cinco años: tomará una o dos generaciones lograr un cambio significativo. Es en esto en lo que trabajamos actualmente en Suecia.

Nosotros no comenzamos con un sistema de cuotas. Primero sentamos las bases para facilitar el acceso de las mujeres a la política; las preparamos para garantizar que fueran competentes cuando ocuparan sus cargos; y preparamos el sistema, lo cual hizo que fuera un poco menos vergonzoso para los hombres hacerse a un lado. Fue posteriormente cuando utilizamos las cuotas como instrumento en segmentos e instituciones donde necesitábamos un avance significativo”, ha explicado Brigitta Dahl, quien fue presidenta del Parlamento de Suecia entre 1994 y 2002.

JPG - 123.6 KBAna Balletbo, ex diputada del Partido de los Socialistas de Cataluña (1979 – 2000), también ha advertido sobre los riesgos del sistema de cuotas: “Son un arma de doble filo. Por un lado, obligan a los hombres a pensar en incluir a las mujeres en el proceso de toma de decisiones, por lo que deben crear espacios para ellas. Por otra parte, puesto que son los hombres quienes abren estos espacios, buscarán mujeres a quienes puedan manejar: mujeres que acepten más fácilmente la hegemonía masculina”.

Drude Dahlerup es profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Estocolmo y una autoridad en el análisis de la representación política de la mujer. En su ensayo “El uso de cuotas para incrementar la representación política de la mujer”, explica: “La idea central de los sistemas de cuotas es seleccionar mujeres para puestos en las instituciones del gobierno y garantizar que estas no queden marginadas de la vida política o tengan una presencia meramente decorativa”.

Aplicadas en principio en los países nórdicos, hoy se reconoce su aporte para avanzar en el concepto de paridad, si bien su base filosófica sigue en discusión. Las estadísticas hablan por sí solas: en 1995, Suecia alcanzaba el 41% de representación de mujeres en política. Le seguían: Finlandia (con 35,5%), los Países Bajos (33,3) y Dinamarca (32,9). Todos superaban ampliamente al promedio, que se situaba entre 16 y 19,3 por ciento. Actualmente, en Suecia hay más mujeres a cargo de ministerios (13), que hombres (10) y en Finlandia la paridad es absoluta: 9 por género.

¿Tal representatividad derivó en leyes que mejoraron la calidad de vida de la mujer? Esta puede ser la partida para otro tema de investigación, pero ciertamente el modelo económico es reconocido por su impacto positivo en la sociedad. Que las mujeres casadas consiguieran derechos independientes de sus esposos, es un ejemplo. La asistencia a embarazadas y, en general, los beneficios sociales son consecuencias de acuerdos entre partidos de derecha y de izquierda, en los que las mujeres han sido clave.

¿Y España? Logró importantes avances en la última década, desde que en 1999 se nombró a la primera mujer Presidenta del Senado, Esperanza Aguirre, y en 2000 a la primera Presidenta del Congreso de Diputados, Luisa Fernanda Rudi. Ayudó que durante el primer mandato de José Luis Rodríguez Zapatero se aprobara la Ley Orgánica para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, que limitaba la presencia de candidatos de un mismo sexo en una lista política. Sin embargo, aún cuando hay mayor visibilidad, todavía no hay paridad.

“El número en altos cargos de los gobiernos central, autonómicos y locales es manifiestamente inferior al de hombres. También en el Congreso de los Diputados, donde las distancias se acortan mandato tras mandato. Sin embargo, no puede afirmarse que su papel tenga un segundo plano en la actualidad”, analiza el diario El Imparcial, que hizo una“radiografía” del actual gobierno de Mariano Rajoy.

El debate por la igualdad de genero logró gran visibilidad en el Parlamento Europeo, cuando la eurodiputada italiana Licia Ronzulli, comenzó a asistir a las sesiones llevando a su pequeña hija que entonces tenía apenas seis semanas de nacida. La parlamentaria se mostró sorprendida por el impacto que tuvo su acción pero aclaró que se trataba, en primer lugar, de un gesto maternal y, en segundo lugar, deuna forma de recordar que muchas madres no tienen la oportunidad de seguir junto a sus hijos cuando asisten al trabajo.

Los números afirman que en casi todo el mundo se avanza lento pero seguro. Como los primeros equipos de Pep Guardiola, antes de partir a Alemania. Y decimos casi porque debemos dejar claro que representatividad no es sinónimo de igualdad. Y, peor aún, porque aún hay países que no tienen mujeres en el gobierno o cuya presencia es testimonial. Pertenecen a esa lista Arabia Saudita, Brunei Darussalam, Líbano, las Islas Salomón y Vanuatu. Ellos juegan en otra liga.

Foto: Dos mujeres se disputaban la presidencia de Brasil 

Texas despoja a las mujeres de salud y derechos


Amy Goodman, con la colaboración de Denis Moynihan

SAN ANTONIO— En Texas, es posible medir cuánto han avanzado las mujeres en función del camino que deben recorrer. Una gran cantidad de establecimientos médicos  han debido cerrar sus puertas en Texas, dejando así a casi un millón de mujeres a cientos de kilómetros de los centros de salud que podrían resultarles necesarios. ¿El motivo? Uno de los servicios que brindaban estos centros médicos era el aborto legal y seguro. La semana pasada, el Tribunal Federal de Apelaciones del Quinto Circuito confirmó las restricciones impuestas por el estado de Texas al acceso al aborto, lo que provocó el cierre inmediato de otras trece clínicas. En total, el 80% de las clínicas de Texas que incluían entre sus servicios el aborto han cerrado desde que entró en vigor dicha normativa.

Imaginemos que un día nos encontráramos con la siguiente noticia: “Un tribunal de apelaciones de Texas determinó el cierre del 80% de las armerías de Texas". Los autoproclamados patriotas de Texas se levantarían en armas. Pero en el estado de la estrella solitaria, no todos los derechos nacen iguales. El derecho de una mujer a elegir sobre su maternidad, su derecho a poner fin a un embarazo, su derecho a la privacidad fueron establecidos por la Corte Suprema en 1973, hace más de 40 años, en el histórico fallo emitido en el caso Roe contra Wade.

En 2013, el poder legislativo de Texas, el Gobernador Rick Perry y el Fiscal General (y actual candidato republicano a gobernador) Greg Abbott establecieron una serie de leyes que impusieron barreras al funcionamiento de las clínicas de Texas que practican abortos. En primer lugar, se exigió que los médicos de dichas clínicas contaran con derechos de admisión en hospitales cercanos. Luego se establecieron una serie de requisitos edilicios, aplicables únicamente a clínicas en que se practican abortos, los cuales exigieron importantes reformas a fin de que los establecimientos pudieran permanecer abiertos.

Los grupos que defienden el derecho al aborto calificaron a estas leyes de reglamentación selectiva de los centros en que se practican abortos como “leyes TRAP”, sigla que en inglés significa “trampa”. El instituto de investigación en torno a asuntos de salud reproductiva Guttmacher Institute informó recientemente que "26 estados del país cuentan con leyes o políticas que regulan a los centros médicos que proveen abortos y que exceden lo que resulta necesario para garantizar la seguridad de las pacientes. La totalidad de dichas normativas se aplica a las clínicas en que se practican abortos quirúrgicos".

Jeffrey Hons, presidente y director ejecutivo de la organización de planificación familiar Planned Parenthood South Texas, me dijo: “El nuestro es el centro ubicado más al sur y más al oeste en el que se puede acceder a un aborto en Texas, pero hay una buena parte de Texas que se encuentra aún más al sur y al oeste que nosotros". La clínica de Hons es una de las solo tres que quedan en San Antonio que realizan abortos.

Hons describió el impacto en las mujeres más vulnerables, que ahora deben viajar grandes distancias para practicarse un aborto: “Para una mujer que se encuentra en estas zonas alejadas e intenta encontrar un centro quirúrgico, la distancia que debe recorrer, los puestos de control de inmigración que ella y su pareja deben atravesar y el miedo de atravesar estos controles de inmigración, porque puede ser que tengan o no los documentos en regla... todo ello representa una verdadera carga. Y la carga psicológica de saber que debemos abandonar nuestro hogar, nuestra familia, nuestra localidad, nuestro mundo para ir en busca de este tipo de asistencia médica tan privada e íntima, tras un proceso de toma de decisiones que resulta tan difícil, es muy grande. Y más ahora sabiendo que hay que hacerlo en un lugar donde no contamos con nuestra red de apoyo para que nos contenga".

El Centro de Derechos Reproductivos, que fue la organización que defendió el derecho constitucional al aborto ante el tribunal de apelaciones, destacó que el fallo del tribunal hace que “casi un millón de mujeres de Texas se enfrenten a un viaje de ida y vuelta de casi 500 kilómetros como mínimo para poder ejercer su derecho constitucional a un aborto”.

Lindsay Rodriguez, presidenta del Fondo Lilith, que brinda apoyo económico y educación a mujeres que necesitan acceder a un aborto, expresó: “Todo el tiempo escuchamos historias de gente que tiene que viajar desde zonas como el Valle de Rio Grande hasta San Antonio para intentar acceder a este tipo de atención de la salud”. Rodriguez agregó: “En su gran mayoría, las personas que se van a ver más afectadas por estas leyes son las personas con menos recursos económicos, las personas que tal vez enfrenten problemas migratorios. Puede que sean personas que, por diversos motivos, se encuentran con más barreras para poder acceder a la asistencia médica en general, no sólo para acceder a un aborto, sino para acceder a asistencia médica".

Estos viajes más largos y más costosos tendrán como consecuencia que las mujeres demoren el procedimiento, lo cual lo tornará más complejo y oneroso. Con el cierre de estas clínicas, la ley reduce además el acceso a métodos anticonceptivos, lo cual provoca más embarazos no deseados, perpetuando así la demanda de abortos.

Tras el fallo del tribunal de apelaciones, el Centro de Derechos Reproductivos, junto a otras organizaciones, entabló inmediatamente un recurso de amparo ante la Corte Suprema de Estados Unidos en procura de una orden judicial contra la ley de Texas.

Mientras tanto, los ciudadanos de Texas se preparan para elegir nuevo gobernador. En una de las contiendas seguidas más de cerca en todo el país, el Fiscal General Greg Abbott se enfrenta a su contrincante demócrata, Wendy Davis. Sus posturas no podían ser más opuestas. En junio de 2013, siendo senadora estatal, Davis se opuso y obstruyó esta ley de restricción del aborto durante once horas, demorando así su aprobación, al tiempo que miles de personas se habían congregado en el recinto para brindarle su apoyo. Recientemente, Davis reveló haber puesto fin a dos embarazos por motivos de salud en la década de 1990. Para ella, al igual que para todas las mujeres del país, este asunto político resulta profundamente personal. Se trata de un asunto que debería unir a personas provenientes de todo el espectro político. Se trata de vernos libres de la injerencia del gobierno a la hora de tomar las decisiones más íntimas de nuestras vidas.


© 2014 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Fernanda Gerpe. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

Nobel de la Paz a Malala trae “rayo de esperanza” a Pakistán


El movimiento radical Talibán dañó más de mil escuelas en el norte de Pakistán desde que se expandió desde Afganistán en 2001, lo que impidió que miles de niños, y especialmente niñas, reciban una educación. Crédito: Ashfaq Yusufzai/IPS

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El movimiento radical Talibán dañó más de mil escuelas en el norte de Pakistán desde que se expandió desde Afganistán en 2001, lo que impidió que miles de niños, y especialmente niñas, reciban una educación. Crédito: Ashfaq Yusufzai/IPS

PESHAWAR, Pakistán, 13 oct 2014 (IPS) - Para las niñas que viven en las regiones tribales del norte de Pakistán, la lucha por la educación comenzó mucho antes del día en que miembros del radical movimiento Talibán balearon en la cabeza a una estudiante de 15 años de edad, y sin duda continuará por mucho tiempo. 
No obstante, la noticia de que a esa joven, Malala Yousafzai, quien hasta el incidente residía en el valle de Swat, en la norteña provincia de Jyber Pajtunjwa, le fue concedido el premio Nobel de la Paz el 10 de este mes, recargó las energías a quienes luchan contra la férrea oposición de los talibanes hacia la educación de las niñas.

"Le pedimos a Malala que gaste fondos para promover la educación en las FATA": Yasmeen Bibi.

Habitantes de esta región dijeron a IPS que cuando Malala sobrevivió al atentado contra su vida el 9 de octubre de 2012, la joven se convirtió en un ícono de la situación de terror que se apoderó de la existencia cotidiana en esta zona.

Nobel de la Paz a Malala trae rayo de esperanza a Pakistán
Al concederle  el premio de la paz más prestigioso del mundo, compartido con el indio Kailash Satyarthi, el Comité Nobel envió un firme mensaje a todas las personas que permanecen atrapadas en zonas donde la educación está subordinada a los peligros de un conflicto armado, según los expertos.

Muhammad Shafique, un profesor de la Universidad de Peshawar, la capital de Jyber Pajtunjwa, dijo a IPS que el premio a Malala arrojó “luz sobre la importancia de la educación”.

“Va a ser un factor de motivación para que los padres envíen a sus hijas de vuelta a la escuela”, agregó.

Desde que los talibanes comenzaron a cruzar la frontera con Afganistán en 2001, tras la invasión y ocupación de Estados Unidos en ese país, los habitantes de estas zonas montañosas soportan todo el peso de las campañas extremistas para imponer un gobierno islámico a la población.

En el apogeo de su dominio en el valle de Swat, el Talibán destruyó 224 escuelas y privó a más de 100.000 niños y niñas de su educación entre 2007 y 2009.

Colegialas de Peshawar rezan por Malala Yousafzai. Crédito: Ashfaq Yusufzai/IPS

En 2009, Malala, entonces de 12 años, comenzó a registrar las dificultades que tenía para acceder a la educación, mediante informes periódicos que publicaba el servicio urdu de la británica BBC desde su ciudad natal de Swat.

Su lucha tuvo eco en todo el norte de Pakistán, donde cientos de miles de jóvenes como ella vivían con el temor constante de las represalias por atreverse a continuar sus estudios.

En las Áreas Tribales Administradas Federalmente (FATA), por ejemplo, los edictos talibanes que prohíben las escuelas laicas porque presuntamente serían un “ardid” de Occidente para socavar al Islam, mantuvieron a la mitad de los niños y niñas en edad escolar fuera de las aulas.

A partir de 2004, los talibanes dañaron unas 750 escuelas, 422 de ellas dedicadas exclusivamente a las niñas, según una autoridad educativa de la región.

Las FATA tienen una de las tasas de matriculación más bajas del país, ya que solo 33 por ciento de los niños y niñas en edad escolar acceden a la enseñanza. En total, cerca de 518.000 niños no asisten a la escuela, según las cifras oficiales.

La tasa de deserción ascendió a 73 por ciento entre 2007 y 2013, mientras las familias huían de un distrito a otro para escapar de los talibanes. En la última ola de desplazamiento cerca de un millón de personas de la agencia de Waziristán del Norte abandonaron sus casas desde el 15 de junio y se refugiaron en la ciudad de Bannu, en Jyber Pajtunjwa.

Un informe de la Organización de las Naciones Unidas publicado en agosto concluyó que 98,7 por ciento de las niñas y 97,9 por ciento de los niños desplazados no recibían enseñanza alguna en los campamentos de refugiados.

Con una tasa de matriculación en la escuela primaria de 37 por ciento, Bannu está al borde de una crisis en la enseñanza, ya que 80 por ciento de sus edificios escolares están ocupados por refugiados.

De esta manera, el premio Nobel conferido a Malala afectó a miles de personas y dio nueva vida a la campaña por el derecho a la educación. Desde octubre de 2012, la matriculación en el valle de Swat subió dos por ciento, según el funcionario Maskeen Khan, de Swat.

Nobel de la Paz a Malala trae rayo de esperanza a Pakistán
“Esperamos un gran impulso después del premio”, manifestó el funcionario a IPS.


Colegialas en una manifestación en Peshawar a favor de Malala Yousafzai. Crédito: Ashfaq Yusufzai/IPS.

Naila Ahmed, una estudiante de décimo grado oriunda de Waziristán del Norte y refugiada en Bannu, siente que su generación tuvo “mala suerte” al verse obligada a crecer sin educación.

Ahmed ve su desplazamiento como una “bendición oculta”, ya que el traslado a Bannu le permitió inscribirse en una escuela privada por primera vez en muchos años.

Pero ella es una de las afortunadas. Pocos padres en esta región llena de talibanes pueden pagar el costo de la enseñanza privada, indicó.

Los padres de Yasmeen Bibi, de 13 años, no pueden asumir ese costo. “Esperamos que el gobierno se encargue de nuestra educación”, dijo a IPS desde su casa improvisada en un campo de refugiados en Bannu.

“Le pedimos a Malala que gaste fondos para promover la educación en las FATA”, añadió en referencia al premio Nobel de la Paz, que equivale a 1,1 millones de dólares, compartido entre los dos beneficiados.

Sus palabras recuerdan la época inmediatamente posterior a la decisión de Malala de huir del país, cuando muchos en el valle de Swat y sus provincias circundantes se sintieron decepcionados por la personalidad en ascenso.

Algunos estuvieron de acuerdo con la afirmación de los talibanes de que la joven había “abandonado el Islam por la laicidad”, al aceptar una oferta de vivir y estudiar en Gran Bretaña.

Sin embargo, en los últimos días se disiparon los malos sentimientos hacia Malala, que a sus 17 años es la ganadora más joven de un premio Nobel, y en su lugar quedó una especie de euforia colectiva tras el reconocimiento mundial a su valentía.

El 10 de octubre, las escuelas de niñas en todo Swat distribuyeron dulces y festejaron en las calles.

Una antigua compañera de Malala, Mushatari Bibi, aseguró que la noticia fue como “un rayo de esperanza” para las demás jóvenes, que corren peligro cada vez que salen de sus casas para ir a estudiar.

Algunos dicen que el premio Nobel, y la esperanza que provocó en la población, representa un desafío para la base misma del poder talibán, ya que ahora mucha gente sentirá la obligación de enfrentar a los extremistas que altera la vida de millones de personas desde hace más de una década.

Editado por Kanya D’Almeida / Traducido por Álvaro Queiruga