En ninguna parte el programa Oportunidades condiciona la ayuda, dice investigadora
Rosa Rojas y Fernando Camacho
Periódico La Jornada
El
programa Oportunidades continúa violando los derechos humanos de las
mujeres indígenas a decidir sobre su cuerpo y el número de hijos que
quieran tener o no, y su asistencialismo es cada vez más autoritario,
aseveró Martha Sánchez Néstor, coordinadora del Programa de Mujeres
Indígenas del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB).
Ello, en respuesta al anuncio de la titular de la Secretaría de
Desarrollo Social, Rosario Robles, de que familias indígenas con más de
tres hijos ya no tendrán apoyo de ese programa, ya que la procreación
se está viendo como forma de que ingrese más dinero al hogar.
Otros representantes comunitarios y de organizaciones sociales criticaron la postura de Robles Berlanga y sus declaraciones
superficiales y desafortunadas.
Carlos Beas, de la Unión de Comunidades Indígenas de la zona Norte
del Istmo de Tehuantepec (Ucizoni), advirtió que el gobierno federal
priísta
reincide en la imposición de programas de control de la natalidad que violentan y desconocen la cultura de las comunidades indígenas y específicamente los derechos de las mujeres.
¿Dónde queda el derecho a decidir de las mujeres?, se preguntó la
dirigente amuzga guerrerense Sánchez Néstor, señalando que es más
preocupante que ese programa Oportunidades. Alertó sobre el riesgo de
que el gobierno mexicano regrese a épocas en que las administraciones
priístas impusieron programas de esterilización masiva y de
implantación del diafragma intrauterino (DIU) a las indígenas sin su
consentimiento e incluso sin informarlas.
Con ello coincidió Beas, quien consideró que la posición de Robles Berlanga
es la de una política urbana que desconoce la concepción indígena y rural de la familia, donde el mayor número de hijos es una forma de apoyar en el trabajo del campo y, por tanto, en el sustento de la familia, pero también una forma de compensar la alta mortalidad infantilque se padece.
Igualmente, Alejandra Ancheita, directora de la organización
Prodesc, consideró que las declaraciones de Robles Berlanga son una
total falta de respetoa los derechos reproductivos de las mujeres de los pueblos originarios, además de un acto discriminatorio que podría estar basado únicamente en las opiniones personales de dicha funcionaria.
Para Ancheita, además de una declaración
superficial y desafortunada, los señalamientos de Robles dejan ver que la servidora pública está tomando sus propias opiniones como si fueran la política oficial del gobierno, lo cual obliga a la Sedesol a explicar cuáles son las bases para afirmar que las familias indígenas con más de tres hijos ya no pueden ser beneficiarias de programas sociales.
En el mismo sentido, Daniela Díaz, investigadora del Centro de
Análisis e Investigación Fundar, subrayó que luego de revisar las
reglas de operación de Oportunidades, no encontró ningún apartado donde
se hablara del número de hijos de una solicitante como elemento para
aceptarla o rechazarla.
“Es una especie de declaración no argumentada, muy subjetiva. En
ninguna parte del programa nacional México sin hambre 2014-2018,
publicado el 30 de abril en el Diario Oficial de la Federación, se menciona nada de eso”, añadió la especialista en temas presupuestales.
La Sedesol
debería ser sensible y cuidadosa con estos temas, y está sumamente fuera de lugar que diga esto, un día después de que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social informó que 53 por ciento los niños y adolescentes pasan hambre, recalcó.
El programa Sin Hambre del gobierno de Enrique Peña Nieto –promovido mediante la Sedesol–
no resuelve nada, ni el hambre ni la miseria que viven millones de habitantes del país, afirmaron maestros de la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), ayer en Zacatecas.
Los maestros Magdaleno Toledo, Jorge Gallegos y Laurentino Díaz, en
nombre de sus compañeros de la sección 22, criticaron la postura de
Rosario Robles de condicionar la entrega de subsidios a los indígenas
del país que tengan más de tres hijos.
(Con información de Alfredo Valadez R., Corresponsal)