Para ser coherente con este programa no podemos dejar pasar el Aniversario del nacimiento de Simone de Beauvoir, Escritora, profesora, filósofa y feminista francesa, autora de la obra ‘El segundo sexo’, análisis crítico del papel de las mujeres en una sociedad cargada de doble moral, machista y patriarcal, su posición marcada en pro de los derechos de libertad de las mujeres fué duramente criticado dado el momento social y cultural que se vivía, es por eso que resulta aún más importante, El segundo sexo está considerada una de las obras más relevantes, a nivel filosófico, del siglo XX. Escrito en 1949 fue un rotundo éxito de ventas. Su autora comenzó a escribirlo cuando reflexionó, a propuesta de Jean-Paul Sartre, sobre lo que había significado para ella el ser mujer. Comenzó a investigar acerca de la situación de las mujeres a lo largo de la historia y escribió este extenso ensayo que aborda cómo se ha concebido a la mujer, qué situaciones viven las mujeres y cómo se puede intentar que mejoren sus vidas y se amplíen sus libertades.
Y hablando de derechos de las mujeres y en especial de los derechos reproductivos y la doble moral de la sociedad, hoy tenemos un ejemplo de cuánto falta por trabajar en la defensa de los derechos reproductivos, sobre todo en los países latinoamericanos que por un lado desean avanzar hacia un gobierno progresista, respetuoso de los derechos pero por el otro se criminaliza la pobreza de las mujeres a través de imponer una pena por aborto así sea necesario y este de por medio la vida de las mujeres, Informes recientes (gire/adc 2012; Guillaume y Lerner 2007) indican que en cinco países latinoamericanos el aborto se criminaliza en forma total. Esto significa que no se permite llevarlo a cabo ni bajo circunstancias extremas, Nicaragua, Honduras, República Dominicana, Chile y El Salvador prohíben el aborto de manera absoluta. En este último país, a través de dos reformas —una realizada al Código Penal y otra a la Constitución— se penalizó el aborto en todas sus formas desde 1998, con lo cual se castiga a las mujeres hasta con 50 años de cárcel y con 12 al personal médico que realiza la intervención, conoceremos la historia de Beatriz una joven campesina salvadoreña que en marzo de 2013 solicitó la interrupción de su embarazo
Y no todo es oscuridad, los espacios a través de la lucha contínua se ganan y es asi este caso en donde en los últimos 15 años, el grupo Mujeres Sacerdotisas Católicas Romanas ha desafiado la doctrina de la iglesia, quien continuamente desacredita la idea de mujeres en el poder clerical , este grupo ha ordenado a docenas de mujeres en todo el mundo incluyendo algunas en Canadá
y para terminar nuestros programa este sabado, hablaremos de una importante noticia ya hemos hablado al respecto y recientemente con la economista feminista Carmen Ponce de Cimacnoticias sobre el trabajo no remmunerado de cuidados, bien pues en la Ciudad de México se convertirá en la primera entidad en implementar un Sistema de Cuidados para atender a niñas, niños, adultos mayores, personas en situación de dependencia por enfermedad o discapacidad a fin de aligerar las tareas de cuidado que realizan las mujeres
Mary Evans-Bouclin, (de rodillas) en la ceremonia de ordenación como obispo en Alemania.
Photo Credit: Cortesía
Las mujeres desempeñan muchos papeles clave en la Iglesia Católica. De hecho, el Papa Francisco las estimula a hacerlo.
Pero también dice que nunca llegarán a ser sacerdotisas.
En
los últimos 15 años, el grupo Mujeres Sacerdotisas Católicas Romanas
ha desafiado la doctrina de la iglesia. Ha ordenado a docenas de mujeres
en todo el mundo incluyendo algunas en Canadá.
Cuando en julio del 2001, representantes de 26 países se
reunieron en Dublín para el Primer Congreso Ecuménico del Movimiento
Mundial por la Ordenación de la Mujer, probablemente el Vaticano no tomó
muy en serio sus planteamientos; después de todo, el sacerdocio
femenino fue oficialmente prohibido en los albores mismos del
catolicismo, concretamente en el año 325 durante el llamado concilio de
Nicea.
Y desde entonces hasta ahora, del siglo IV hasta la fecha, la cuestión ha permanecido aparentemente inalterable.
Pero
ya soplan vientos de cambios y las mujeres no esperan la aprobación de
los hombres de la Iglesia católica para ordenarse sacerdotisas en un
claro desafío al orden que perdura desde siglos.
Una misa secreta
tiene lugar en una sala de estar de una casa en Sudbury, Ontario. En un
altar, se encendieron velas y llenando un cáliz con vino tinto.
Algunas de las feligreses están tan preocupadas que le han pedido al periodista Nick Purdon de CBC no ser identificadas.
¿Por qué?
Porque este servicio va contra 2000 años de tradición y doctrina católica.
Una mujer está a punto de dar la comunión. Ella es Marie
Bouclin, la única obispo canadiense del movimiento de sacerdotisas
católicas.
“En la Iglesia antigua, la gente se reunía en sus
hogares”, dice Bouclin. “¿Quién puede decir que lo que hacemos no es
válido? A veces tenemos que obedecer a Dios y no a los hombres. Y
aunque algunos católicos no quieren escuchar esto, el Papa no es Dios”.
Bouclin se considera hereje.
Por supuesto que sí. Una hereje es alguien que piensa diferente.
El
Movimiento por la Ordenación de las Mujeres no sólo defiende el
ministerio femenino, sino además, promueve el fin del celibato
obligatorio entre los sacerdotes, tanto hombres como mujeres.
Bouclin,
de 75 años, se convirtió en monja cuando tenía 18 años, pero después de
siete años decidió dejar el convento para casarse y criar a tres hijos.
Obtuvo una Maestría en Teología de la Universidad de Sherbrooke,
centrándose en el estudio de mujeres que habían sido abusadas por el
clero.
Eso la llevó a comenzar a trabajar con una organización
llamada Women’s Ordination Worldwide, Movimiento por la Ordenación de
las Mujeres. En 2007, se convirtió en sacerdotisa y en 2011, fue elegida
por las otras sacerdotisas para servir como obispo en Canadá.
La
misión de Bouclin es hacer que las mujeres sean aceptadas como
sacerdotisas católicas. Pero es una idea tan prohibida que alguien que
públicamente la apoye es excomulgada. Por eso, Bouclin y sus feligreses,
como Anita Corriveau, se encuentran en secreto.
Siento
que me estoy escondiendo. No quiero esconderme. Quiero un lugar donde la
gente nos vea y diga que ella es una mujer sacerdote y ella es católica
y ella es obispo, la primera obispo en Canadá. Eso sería genial.
El
movimiento de sacerdotisas católicas está creciendo alrededor del
mundo. En Canadá, 15 mujeres han sido ya ordenadas. Y es el trabajo de
Bouclin, encontrar más. Como la profesora retirada Pat Cook.
¿Por qué ella quiere ser sacerdotisa?
El
Génesis nos dice que Dios nos creó a todos, hombres y mujeres por
igual. Creo que la iglesia está equivocada al excluir a las mujeres.
Cook
dice que su ordenación será tan válida como la de un hombre porque el
movimiento de sacerdotisas católicas sigue las mismas reglas
establecidas por la iglesia.
Seguiré las reglas. No puedo evitar ser una mujer. Y no me disculparé por eso.
Aun así, las expectativas son altas. Mientras que una
encuesta reciente muestra que el 70 por ciento de los católicos apoyan
la ordenación de las mujeres, la iglesia se opone vehementemente. El
portavoz del Papa en Canadá es el padre Thomas Rosica.
¿Por qué las mujeres no pueden ser sacerdotes?
Es
una pregunta muy legítima, de hecho es un reto para nosotros explicarla
porque vivimos en una sociedad donde la gente espera mucho por el
lenguaje de la igualdad, si un hombre puede hacerlo una mujer puede
hacerlo, si un hombre puede candidato a presidente, una mujer puede
postularse a presidente. Por lo que todo el mundo piensa que la
igualdad es el factor determinante, pero esa es una igualdad de la que
habla el mundo. La iglesia católica está basando su decisión en un
enorme período histórico, una gran tradición.
Es el día de la ordenación de Pat Cook. Las mujeres han encontrado una Iglesia unida en Toronto dispuesta a recibirla.
Antes
de que la iglesia católica se convirtiera en una de las religiones más
seguidas en el mundo, comenzó con sus propias pequeñas reuniones. Con
eso en mente, quien sabe hasta dónde llegarán estas mujeres.
Los inicios del movimiento
Fue en
2002 cuando Rómulo Braschi, un arzobispo argentino, él mismo
excomulgado, y fundador de la Iglesia Carismática Católica-Apostólica de
Jesús Rey, se decidió a ordenar como sacerdotes a un simbólico número
de 7 mujeres: cuatro alemanas, dos austriacas y una estadounidense. Así,
ante la presencia de unos 300 testigos, estas mujeres recibieron el
sacramento ritual de la orden sacerdotal: el movimiento clerical
femenino, no hacía más que comenzar.
Hoy ellas son 182 sacerdotisas y 16 obispos en todo el mundo.
Si
hay un mensaje que la sociedad le hace saber a las niñas y mujeres
desde que nacemos es el siguiente: que no te violen. No importa lo que
pase, no importa en todos los líos y problemas en que te metas:
asegúrate de no ser una violada más. El mensaje está escrito en los
consejos sabios de “no salgas vestida así esta noche” y “que no se
olvide llamar desde que llegues”. Está en los noticieros cuando reportan
que “fue poco prudente que la víctima caminara por esa zona a esa hora”
y las recriminaciones que te recuerdan el carácter trágico e
irreparable que tiene una violación. “Una vida destruida”, nos dicen
algunos con cara de tragedia irreparable.
La violación sexual
tiene un poder omnipotente en la vida de las niñas y mujeres. El
patriarcado nos construye como unas muñecas de porcelana, desechables y
necesarias para ser explotadas a su conveniencia, pero sea como sea, de
porcelana. Una violación te rompe. Y la sociedad, a veces incluso
aquellas personas bien intencionadas, reproducen el mensaje de que lo
peor que le puede pasar a una niña o a una mujer es que la violen.
Cuando eso sucede ya quedaste bien sucia, indigna, rota.
Pondremos
a un lado el debate que la violación es un acto grave y un trauma
trágico con repercusiones serias. Ahora, ¿hasta qué punto debemos
construir una cultura de duelo irreparable y perpetuar la idea de que si
te violaron ya estas dañada? ¿Hasta qué punto fomentamos la idea de que
las mujeres y niñas somos como un plato y una violación rompe el plato?
Yo
personalmente no sé la respuesta, pero reflexiono sobre esa disyuntiva
constantemente. Es por eso que no me quiero ni imaginar el terror y la
desesperación que sentirán muchas niñas y mujeres ante el fenómeno de no
solo ser violada y cargar con el peso tanto de su trauma como de estas
preguntas que acabo de articular, sino también con la realidad de que
sus violadores documenten sus violaciones grabándolas en video y
vendiéndolas por dinero o distribuyéndola entre sus compinches
patriarcales “para socializar”.
Un violador (o varios) buscándote,
tomándose turnos con sus amigos para decidir quién te viola primero y
quien agarra la cámara es un pastel putrefacto que incluye todos los
ingredientes misóginos más repugnantes: la violencia y agresión por puro
placer machista, la comercialización de la vejación hacia las mujeres y
niñas para aumentar un capitalismo que nunca es, ni será aliado nuestro
y la socialización de la masculinidad tóxica. Y ahí en la grabación
queda ella, la violada, siendo simplemente un instrumento para
mezclarlos todos juntos pero que se vuelve a poner en el fregadero,
hasta cuando otros te quieran volver a utilizar.
Es que yo aquí no
estoy hablando de cosas abstractas. Estoy hablando de realidades
materiales que están violentando y matando mujeres y niñas,
probablemente mientras tú estás leyendo mis palabras. Nos cuenta Al Jazeera
en un reportaje investigativo titulado ‘Un Comercio Oscuro: Vídeos de
Violación A la Venta en la India’ que: “en este estado industrial del
norte (de la India, Uttar Pradesh), puedes comprar vídeos de una mujer
siendo violada por el precio de una comida barata. Al Jazeera
encontró lo que parece mostrar violaciones a la venta. Cuestan desde 20
Rs a 200 Rs (de 30 centavos a 3 dólares) y se transmiten al teléfono
móvil de persona a persona en una cuestión de segundos”.
Y para
que no quede duda de que la razón principal de los vídeos es humillar
para siempre a las mujeres y niñas que desafortunadamente cayeron en las
garras de trogloditas tan sádicos, el reportaje nos aclara: “las caras
de las mujeres son visibles. Sus voces son claras. Las vejaciones son
brutales”. Y para que nadie piense que son difíciles de conseguir o que
los camuflajean, Al Jazeera nos cuenta que los vídeos son bien
claros en su descripción. Se venden como “los vídeos de las violaciones”
pero a veces usan eufemismos y les llaman “los vídeos locales”.
Según
la persona que colaboró con el medio de comunicación proveyendo
información, la intención de los vídeos no es en realidad venderlos al
público, aunque eso existe. La intención principal es chantajear a las
víctimas para que no vayan a la policía. Pero muchas veces cuando los
violadores llevan sus teléfonos móviles a tiendas para repararlos, los
trabajadores de la tienda sacan los vídeos del celular y los venden.
Otro ejemplo del pastel repugnante.
La abogada Mangla Verma, quien
trabaja para la Alta Corte de Delhi, explica que “La violación es vista
como una imposición del poder de un hombre sobre una mujer. Es ese
proceso que se presenta en los vídeos; se muestra que él puede no solo
cometer la violación, sino también grabarla y distribuirla”. Según las
estadísticas oficiales, en la India se reportaron 34, 651 violaciones
solo en el año 2015. Que no se nos olvide cuando leamos esos números
estadísticos, que la gran mayoría de mujeres y niñas nunca reporta una
violación lo cual quiere decir que ese número es en realidad solo una
pizca muy mínima del problema.
¿Y las mujeres y niñas? ¿Qué dicen ella de todo este fenómeno?
Bueno,
las mujeres y niñas que salen en los vídeos siendo violadas pelean y
gritan. Les ruegan a sus violadores que primero, no las violen. Pero
segundo, que si las van a violar que no lo graben con el celular.
Las
que ya han pasado por una violación reflexionan sobre la situación con
desasosiego. Dice Shikha (seudónimo), quien fue víctima de una violación
a los 15 años, que ella “ni se imagina el sufrimiento de las victimas
que han sido grabadas siendo violadas”. Cuando la violaron a ella, ella
tuvo que aguantar la vergüenza social de su comunidad y sus compañeros
de clase. “Estos vídeos van a levantar la moral de los perpetradores
porque ahora ellos saben no solo que ahora pueden cometer esos crímenes
con completa inmunidad, sino también que pueden circular los vídeos del
crimen”, argumenta la adolescente.
Shikha analiza: “Yo no me
imagino lo que tienen que sufrir esas mujeres… yo me pregunto qué les
pasara a ellas ahora que sus vídeos están siendo vendidos en el mercado.
Yo dudo que muchas de ellas no hayan pensado en suicidarse”.
Todo
esto suena verdaderamente asqueroso y no me sorprende si todas en este
punto tuviéramos ganas de vomitar. Pero antes de que alguien piense que
esos son “problemas del patriarcado de por allá” o que “son cuestiones
culturales” analicemos las conexiones que puede tener el asunto más
cerca de nosotras.
De hecho, los incidentes de hombres grabando
violaciones y utilizándolas para extorsionar mujeres y niñas es una
epidemia internacional. Se conocen casos en Suráfrica, Australia, Estados Unidos, Brasil, España…
En
Estados Unidos se da con una variante y es mejor conocido como ‘porno
vengativo’ porque comienzan como vídeos supuestamente consensuados entre
la pareja. El análisis feminista nos puede indicar que, en el
heteropatriarcado, existe una presión ejercida
sobre las mujeres y niñas para que actúen el sexo como las actrices
pagadas del porno. Y los varones, alentados por la normalización del
porno en la cultura, las coercionen a grabar las relaciones sexuales.
Cuando la relación termina, muchos hombres luego utilizan esos vídeos
para chantajear y extorsionar a sus exparejas.
Un estudio
realizado en el 2013 sobre la temática encontró que el 10 por ciento de
los hombres amenazan a sus exparejas con subir vídeos íntimos a las
redes sociales. Y de ese 10% que amenaza, el 60% cumple con su palabra.
El problema se convierte en una bestia para las mujeres y niñas luego de
que esos vídeos caen en el Internet. Estamos hablando de miles de
hombres viendo tus fotografías íntimas, tus vídeos, tu cuerpo, tu
sexualidad… sin tu consentimiento. Una y otra vez. Cuantas veces
quieran. Pueden llamar hasta a sus amigos para que te vean también. ¿No
es eso también una violación? ¿No te están violando todos esos hombres
cada vez que dan un click?
En Brasil se registra una epidemia similar
donde los patriarcales han encontrado una manera bien ingeniosa de
infligir el máximo de dolor a las mujeres y niñas, esta vez aunando
esfuerzos con la tecnología y las redes sociales.
¿Nos olvidamos
ya del horripilante caso de violación de una adolescente de 16 años en
el que 33 hombres se turnaban para violarla… y para tomarle fotos y
grabarla? El espectáculo de la misoginia fue orquestado por el novio de
la muchacha de 19 años quien la invitó a su casa y la drogó. Luego la
llevó a otro sitio donde se la repartieron entre los 33 hombres que
llevaban armas de fuego.
Reporta el Globe and Mail
que antes de que suspendieran las cuentas, los tuits (de las
fotografías y vídeos) tenía más de 550 ‘Me Gusta’ y un diluvio de
caritas felices y felicitaciones. La gente comentaba cosas vulgares,
celebrando el daño aparente infringido en los genitales de la
adolescente y decían que “sin duda, ella se lo buscó”. Hoy la muchacha habla de que se tiene que tomar “muchas duchas” y que siente “basura saliendo de mi cuerpo, de mi boca, de mis ojos”.
Sin hablar también, obviamente, de España donde durante los últimos Sanfermines
5 hombres grabaron la violación de una joven de 18 años y durante la
misma, se reían de ella y alentaban al violador en turno. Ni hablemos
tampoco de las violaciones que son grabadas, literalmente para la gran
pantalla, como la violación de Marlon Brando
a su compañera de escena durante la película ‘El Último Tango en Paris’
ni de las justificaciones de los supuestos grandes genios como Almodóvar
al decir que hablar del asunto era “sensacionalismo” y que “hay
problemas actuales más acuciantes”… como si las indignadas tenemos que
entender que cuando la violación llega al cine deja de ser una agresión y
se convierte en una pieza de arte.
Aquí tenemos que hacernos una
pausa para poder atar cabos y concluir el análisis. Hay que hacer
preguntas de carácter ideológico.
¿Dónde aprenden los hombres que
la violación es muy divertida y que a las mujeres nos encanta que nos
violen? ¿Dónde estarán aprendiendo tantos hombres y niños, a nivel
global, que grabar violaciones y compartir los vídeos entre sus amigos
es una buena idea? Sea consensuado o sea violación, la tecnología y el
patriarcado están conspirando para ubermisoginizar el asunto, pero nos
falta otro elemento…
¿Nos atrevemos a cuestionar el porno? ¿Nos atrevemos a cuestionar que, en la gran mayoría de las películas porno, incluso el “porno feminista”
se presente la violencia contra la mujer como algo excitante y no
denigrante? ¿Nos atrevemos a cuestionar que la pornografía siga
sexualizado la violación? (Como recordaremos, la violación es un acto de
agresión que tiene más en común con el deseo de controlar y dominar que
con el sexo como acto intrínseco). ¿Nos atrevemos a cuestionar que al
final de las películas porno, a las actrices les pagan para que
reaccionen a todas las agresiones (que les causan en su gran mayoría
hombres) con agradecimiento y placer, no con asco ni furia?
Eduardo Aguayo sí se atrevió
a hacer las preguntas difíciles desde la posición de su masculinidad y
entró a Google para analizar qué era lo que el buscador arrojaba cuando
escribía la palabra ‘violadas’. Lo que encontró fue simple: porno que
glorifica la violación.
Escribe Aguayo “Google muestra lo
mainstream, lo relevante para los y las que realizamos las búsquedas. El
buscador es un reflejo de lo que nosotros y nosotras mismas intentamos
encontrar. ¿Qué ocurre cuando ponemos la palabra “violadas”? Lo primero
que nos aparece es una página de pornografía, con nombre que no deja
lugar a dudas, donde al gusto del “consumidor” podemos ver maltratadas y
vejadas a todo tipo de mujeres:
“Madura violada por joven”;
“Flaquita gritona es violada”; “Adolescente inocente abusada”; “Félix
terror: amenazada y violada”; “Violada mientras duerme”; “Rape
mainstream”…
Y es que, aunque nosotras por alguna razón u otra, no
queramos hacer la conexión con el porno, los violadores que deciden
grabar sus violaciones hacen la conexión por nosotras.
Volviendo a la noticia de la distribución de las violaciones 100% reales por menos de $3 dólares en la India, parece que entre los hombres que entrevistó Al Jazeera, existe una confusión entre la pornografía y los vídeos de la violación. Al Jazeera
escribe “un hombre que admite abiertamente que él frecuentemente compra
pornografía -particularmente pornografía con motivos de violación- le
informó a Al Jazeera que él compra los vídeos en la comunidad
vecina”. Los vídeos que compra los compra en tiendas y kioscos a quienes
otros hombres les venden vídeos. El hombre informa que “él tiene una
colección de estos vídeos en su ordenador y describe los vídeos de
violaciones como ‘pornografía’”.
¿Por qué ese hombre mira esos
vídeos de violación? Pues porque según él, los vídeos tanto de la
violación en la pornografía como de la violación en la vida real le dan
“paz mental”.
¿Y las violadas? ¿Qué piensa él de todas esas mujeres y niñas violadas que salen en los vídeos que él compra tan baratos?
No
nos hagamos las tontas, que esa respuesta nos la han enseñado muy bien
desde pequeñas. Según el patriarcado, esa porcelana ya se rompió.
Es el feminismo por sí mismo una forma de protesta, es la lucha de las
mujeres contra la falsa percepción de condición de inferioridad de las
mujeres, que es de las ideas más antiguas que más cabida tienen en el
imaginario colectivo.
En cambio lo que permanece ayer como hoy es esa misma conciencia de
deseos de libertad y de justicia que mueve a las feministas a empatizar
con las causas sociales, con la de obreros y obreras, con las de las
clases más afectadas por las crisis económicas, y por supuesto en
entender desde una óptica de “marginada social” a todas las poblaciones
que habitan las periferias y los sótanos de la sociedad.
Históricamente las feministas han participado en los movimientos
sociales más importantes para la búsqueda del voto, contra las guerras,
en demanda de respeto, contra gobiernos capitalistas y neoliberales, por
la protección al medio ambiente y muchas otras causas, y es mediante la
protesta como se expresa la inconformidad.
No hay otra forma de hacer y de ser feminista si no es con la protesta,
saliendo a las calles, manifestándonos y sumándonos a las realidades del
país. No hay forma de decirnos o enunciarnos feministas si no va de por
medio el cuerpo en la protesta y el activismo para expresar nuestras
ideas, siempre lo fue así y así lo recuerdan las ancestras que lucharon
por el voto, pero también las obreras que demandaban horarios y salarios
más justos.
Fue el feminismo blanco de Inglaterra y Estados Unidos, el que protestó
tomando los espacios públicos para exigir el voto femenino, conquista
que no se lograría si no fuera por medio de la lucha organizada, las
alianzas, las resistencias y memorables aliados. Ha sido el feminismo de
Europa del Este el que luchó contra las guerras, el feminismo
latinoamericano el que se opone al colonialismo y el neoliberalismo.
Es la invisibilización de los asesinatos de las mujeres en todo el mundo
los que hemos tenido que salir a denunciar marchando, tomando calles a
lo ancho y largo, exigiendo justicia y exigiendo que legisladores y
gobernantes de todo el mundo y el país cumplan con su trabajo. No hay
otra forma de decirlo, hemos denunciado al Estado feminicida y sabemos
que es el Estado omiso el responsable y causante de los asesinatos de
las mujeres.
No es solo la muerte a manos del agresor, del esposo, del atacante
desconocido, es la forma pasiva con la que el Estado permite y alienta
la violencia contra las mujeres y las niñas contra la que hemos
protestado y es también ese empobrecimiento que se agudiza contra las
mujeres la que tenemos obligación de denunciar.
La lucha feminista nos lleva a tomar conciencia de que el Estado
empobrece a la población por la corrupción y la impunidad, que es el
Estado con sus brazos opresores de Policía que salen a combatir
ciudadanía armada con piedras pero que es incapaz de perseguir y poner
un freno a los casos de feminicidio y a la narcopolítica que violenta a
las mujeres.
Nos lleva a expresar conscientes que el Estado debería preocuparse por
agudizar la pobreza de su población, en la que son las mujeres y las
niñas las pobres entre las pobres, las que más padecerán de empleos mal
remunerados, de no contar con seguros médicos y de que el dinero de un
trabajo no alcance para la leche de sus hijas e hijos.
Que ese territorio llamado “nación” es la que recorren a diario las
mujeres en calles oscuras sin vigilancia policial, donde no hay un peso
invertido en cámaras y hay lotes baldíos en donde son asesinadas y sus
cuerpos arrojados.
No, no se puede ser feminista sin tomar conciencia que salir a la calle a
exigir justicia para las mujeres asesinadas es también un reclamo
permanente al Estado feminicida que hoy asesta un nuevo golpe contra las
mujeres y las niñas al encarecer su vida aún más con el alza a los
combustibles y los alimentos.
Decir que los incrementos no afectarán a los pobres, tiene la malsana
intención de generar ambientes de separación, separar a los pobres y las
pobres, de quienes aún les queda algo de poder adquisitivo y pagan
impuestos, equiparándolos a estos últimos como poderosos cuando en
realidad los que se han enriquecido impunemente a costa del erario
público son quienes tendrían que devolver el dinero que han robado a la
sociedad.
Sí, es el feminismo y no se puede ser feminista de otra forma, sin el
reclamo de que el empobrecimiento de las mujeres es también resultado de
la corrupción de servidores públicos que se quedan con dinero que debía
destinarse a la prevención de la violencia, y que son tan culpables
estos como aquellas y aquellos que desconocen sus responsabilidades y
las asumen por el pago que recibirán y para mantener posiciones
políticas a costa de la vida de las mujeres y las niñas.
Las calles se quedan vacías para reclamar las injusticias contra las
mujeres, somos pocas y lo sabemos, apenas el 24 de abril y el 25 de
noviembre del año pasado en algunas ciudades se lograron reunir
centenares, pero en general las protestas feministas son cada vez menos.
Porque en teoría hay más feministas pero en las calles luchando y
exigiendo justicia somos las mismas de siempre y cada vez menos.
Estamos solas no solo de los compañeros de izquierda o de otros grupos
que no asumen que la nuestra, la lucha en contra de la violencia, es
también una lucha contra el Estado opresor. Estamos solas porque incluso
hay compañeras que no ven en las calles la lucha sino en un escritorio,
como si ello cortara los pies para salir y hacer nuestras las
protestas.
Necesitamos sí volver a ser como las feministas de antes, las ancestras
que salían a las calles y ponían el cuerpo en la lucha de nuestro
derecho a la educación, al trabajo, al voto, a la vida.
* Integrante de la Red Nacional de Periodistas y del Observatorio de Feminicidio en Campeche.
Nos alcanzó una realidad muy cruda al inicio de 2017. En primer lugar
se siguen incrementando los casos de feminicidio en todo el país, y es
inexplicable como siguen sucediendo aún en los municipios donde se ha
declarado la Alerta de Género.
Qué pasa, qué están haciendo los gobiernos estatales y municipales para
aplicar las recomendaciones que los comités de expertas han hecho para
cada estado. Yo me pregunto, hay presupuestos o se siguen dando
presupuestos raquíticos y cursitos que no representan respuestas reales
que permitan incidir en la reducción de la violencia feminicida.
Por otro lado, se han abierto y están funcionando 30 Centros de Justicia
para las Mujeres, y la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la
Violencia Contra las Mujeres (Conavim), los califica como: “Una de las
políticas públicas más exitosas que ha puesto en marcha la Conavim desde
el 2010 … la creación y fortalecimiento de los Centros de Justicia para
las Mujeres, y yo me pregunto el éxito cómo lo miden, si hay
indicadores cuantitativos y también cualitativos para medirlo o
simplemente por el número de atenciones que brindan, sin importar el
resultado que se logre.
Y me pregunto lo anterior porque en la página web de la Conavim no se
menciona nada relacionado con la evaluación cuantitativa y cualitativa
de los resultados de los Centros de Justicia para las Mujeres, lo único
que dice es:
“La Secretaría de Gobernación, a través de la Comisión Nacional para
Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), trabaja
en el diseño de programas y políticas públicas de carácter integral que
tienen como fin último garantizar y proteger los Derechos Humanos de las
mujeres.
Una de las políticas públicas más exitosas que ha puesto en marcha la
Conavim desde 2010, ha sido la creación y fortalecimiento de los Centros
de Justicia para las Mujeres (CJM), los cuales buscan dar respuesta a
las obligaciones en materia de atención y prevención de violencia contra
las mujeres, así como atender diversas recomendaciones internacionales
formuladas al Estado mexicano en la materia.
En estos Centros se busca fortalecer el acceso a la justicia por medio
de un proceso de autovaloración para detener la violencia, así como
proporcionar herramientas que propicien la toma de decisiones informada y
encaminada a construir un proyecto de vida en entornos libres de
violencia. Pero por los resultados que vemos todos los días, el número
de casos de feminicidio, el número de mujeres y niñas desaparecidas
parece que es una política pública que no está dando resultados.
Otro gran problema que tenemos que enfrentar las mujeres es el
gasolinazo, que ha traído aumentos en la canasta básica, incluso hasta
15.00 pesos el kilo de tortillas, el aumento del gas, y nos espera el de
la electricidad, el aumento al transporte; lo que coloca a las mujeres
en mayores condiciones de vulnerabilidad y pobreza, porque las alzas
perjudican a toda la población, pero sobre todo a las mujeres.
A todo lo anterior debemos agregar los saqueos organizados que ha
provocado que la delincuencia se desate y actúe por todas las ciudades
impunemente, robando, asaltando en motocicletas y con pistolas como nos
pasó el jueves pasado en la puerta de nuestra oficina. Son grupos
organizados y pagados para justificar la represión a las legítimas
protestas pacíficas que se vienen dando en 25 entidades del país.
Y, finalmente, no podemos dejar de comentar lo que está sucediendo en la
Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, donde a pesar de que se
hicieron y votaron dictámenes por Comisión, por cada capítulo de la
Constitución, desde el 3 de enero de 2017, se han empezado a discutir
esos dictámenes, artículo por artículo, y por cada artículo, inciso, o
fracción, se presentan hasta 30 reservas, como si no se hubieran votado
previamente en las comisiones, es más, en muchos casos se aprueban en lo
general, pero se reservan infinidad de las disposiciones incluidas,
tanto así que se han regresado a Comisiones varias fracciones de
artículos e incisos, que tendrán que volver a consensar.
El lunes 9 de enero, el Pleno de la Asamblea inició la discusión del
Artículo 15 del Dictamen de la Comisión Carta de Derechos, que es
justamente el artículo donde el proyecto inicial incluía el derecho al
“trabajo sexual”, para el Jefe de Gobierno y su Comisión Redactora, y
que en el dictamen quedó superado y ya no aparece, sin embargo, no nos
extrañaría que se presenten varias reservas con el propósito de regresar
al texto la prostitución disque voluntaria y autónoma, por eso debemos
estar pendientes de qué diputadas o diputados presentan reservas en este
artículo y quiénes y cómo votan.
En lo personal el proyecto original no me convencía en nada, ya que
realmente impulsaba la precarización del trabajo, reconociendo tanto el
ambulantaje, los trabajadores de la cultura, el arte o deporte, las
mujeres en condición de explotación sexual como trabajo no asalariado,
en una suerte de renunciar a luchar por trabajos dignos, que ofrezcan
prestaciones, permanencia de posibilidades de ascenso, un ingreso
suficiente, lo que resultaría nocivo para muchos negocios establecidos,
creo que en el fondo lo que buscan es censarlos para cobrarles impuesto.
Por lo menos se despejará esta incógnita, y nos daremos cuenta que
diputadas y diputados tienen o una falsa interpretación de las mujeres
en explotación sexual, sus causas y consecuencias o bien que existen
intereses en el negocio para explotar a mujeres y niñas. Debemos estar
pendientes.
Ante este panorama, estoy convencida que sólo nos queda un camino, la
organización y la lucha constante. No nos debemos de cansar, ni dar por
vencidas, exigir rendición de cuentas y recuperar los espacios públicos
para poder caminar seguras, y también estar seguras en nuestros
hogares. El futuro debe ser nuestro.
*Directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas
en América Latina y el Caribe (CATWLAC por sus siglas en inglés)
Constituyentes aprueban apoyo a mujeres que cuidan enfermos
La Ciudad de México se convertirá en la primera entidad en implementar
un Sistema de Cuidados para atender a niñas, niños, adultos mayores,
personas en situación de dependencia por enfermedad o discapacidad a fin
de aligerar las tareas de cuidado que realizan las mujeres.
El pasado sábado 7 de enero, la Asamblea Constituyente aprobó que la
Constitución Política de la Ciudad de México incluya en el artículo 14,
inciso B, la obligación de las autoridades capitalinas de crear un
Sistema de Cuidados que preste “servicios universales, accesibles,
pertinentes, suficientes y de calidad”.
El pleno de la Asamblea que debate y aprobará la Carta Magna que regirá
la capital –la cual deberá estar lista el próximo 31 de enero– recogió
la demanda del movimiento feminista que exigió al Estado participar en
las tareas de cuidados que realizan las mujeres.
Este fin de semana las y los diputados constituyentes aprobaron la
redacción del artículo 14, apartado B, que dirá que “toda persona tiene
derecho al cuidado que sustente su vida y le otorgue los elementos
materiales y simbólicos para vivir en sociedad a lo largo de toda su
vida”.
Entre quienes propusieron incluir este tema en el texto constitucional
estuvo la cofundadora de la Red de Investigación y Acción Feminista, Yazmin Pérez Haro,
quien indicó que hay personas que por su edad, ciclo de vida,
condiciones físicas, mentales o por afectaciones a su salud se
encuentran temporal o permanente en condiciones de dependencia o
requieren cuidados específicos.
Con el apoyo del colectivo, Las Constituyentes CDMX, Pérez Haro hizo
llegar a las y los diputados una propuesta donde explicó que las mujeres
son quienes realizan las tareas de cuidado, lo que constituye un
trabajo no remunerado; por ello destacó que esta actividad se debe
considerar un derecho y así diseñar e implementar un Sistema Público de
Cuidados.
El objetivo es que la Ciudad de México, las familias, las empresas
privadas, las organizaciones sociales y las comunidades sean
corresponsables y en conjunto tomen acciones para cuidar a las personas
dependientes y permitir que las mujeres obtengan una remuneración por
realizar estas tareas o puedan dedicarse a otras actividades
remuneradas.
Al respecto ONU Mujeres indicaron que dedicarse al hogar o al cuidado de
personas dependientes, sin recibir remuneración alguna, restringe
notablemente la posibilidad de las mujeres de contar con ingresos
propios, de buscar opciones en el mercado laboral y de participar
plenamente en la política y la sociedad, entre otras consecuencias.
El organismo también destacó que en México, de acuerdo con la Cuenta
Satélite del Trabajo no remunerado de los Hogares que realizó el
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en 2013, las
labores domésticas y de cuidado no remuneradas que hacen las mujeres
equivale a 42 mil 500 pesos al año.
En la sesión donde se aprobó este artículo, la constituyente Clara
Jusidman Rapoport –designada diputada por el Jefe de Gobierno– destacó
que las mujeres, en su mayoría, han sido las encargadas de cuidar a
otras personas, por lo que es necesario reconocer la desigualdad que
esto genera, sin que haga de la asistencia social un derecho.
Por otra parte el artículo aprobado también establece el derecho a la
salud al más alto nivel posible; el derecho al agua; la prevención,
tratamiento y control de las enfermedades transmisibles, no
transmisibles, crónicas e infecciosas; el desarrollo de investigación
científica; la promoción de la medicina tradicional indígena y el uso
médico y terapéutico de la cannabis.
El
feminismo es la lucha por la liberación y el empoderamiento de las
mujeres, pero a nuestro empoderamiento lo llaman venganza y a nuestra
liberación radicalismo. Quizás porque para muchos así es: en su afán de
verlo todo como una competición, ven nuestra liberación como una
revancha
No conozco a ninguna feminista que no se haya topado alguna vez con un
hombre que la tilde de "radical". Lo normal, de hecho, es que lidien con
este apelativo a menudo. Y siempre es usado de forma peyorativa, por
supuesto: "El feminismo está bien, tú eres una radical".
Me pregunto siempre a qué se referirán con eso de "el feminismo está
bien", a veces se lo he preguntado a algún interlocutor, que rápidamente
ha usado la palabras "revanchistas" para equipararla con "radicales",
como si fueran sinónimos, vaya.
También me intrigó siempre el
famoso "las feministas de antes sí buscaban la igualdad", pero a este
respecto prefieren por lo general no nombrar a ninguna. Parece como que,
de haber leído a tantas "feministas de las antes", no saben por cuál de
todas decantarse.
Así que no sé ustedes, pero yo ni siquiera sé
a qué "antes" se refieren. Imagino que tendrán que referirse a antes de
2017 y a antes incluso de la década de los 70, que fue cuando surgió
realmente el verdadero Feminismo Radical, una corriente dentro del
feminismo que si se llamó así es porque iban a la raíz del problema: el
patriarcado y las relaciones entre hombres y mujeres. Ya ven qué locura y
qué revanchismo.
El problema es que los que increpan a
cualquier feminista con el "radical" o el "revanchista" tienen a famosos
escritores con el mismo discurso que ellos, que legitiman y fomentan su
fobia al feminismo y a cualquier acción por la liberación de las
mujeres. Y no sólo eso, también tienen a una buena parte de la prensa
cipotuda difundiendo misoginia y ataques a feministas, que son
publicados y jaleados sin que nadie se sonroje por ellos.
Recurren –todos ellos, unos y otros– a una supuesta "corrección
política" que está matando la libertad de expresión, porque es que,
fíjense, ya no se puede decir nada sin que alguien te salte a la
yugular. Que no se puede llamar guapa a ninguna mujer, ni abrirle la
puerta ni cederle el asiento ni nada. Es todo terrible.
Imagínense
lo que debe de ser eso. No poder evaluar físicamente a una mujer sin
que nadie se lo haya pedido, o quedarse sentado en el metro delante de
una mujer, como si de un hombre fuerte se tratase. Será posible tamaño
despropósito. Es lógico, pues, que la necesidad de estos gestos de
"altruismo" les haga luego abrirse cuentas de Twitter y perfiles de
Facebook para acosar a feministas, y registrarse en medios como éste
para ser los primeros en comentar negativamente a mí o a cualquier
compañera. Y si hace falta, pues se nos insulta también. Porque somos
unas radicales. Nosotras.
Pues sí, claro que somos feministas
radicales, lo que no parecen entender es que estamos orgullosas de ello,
y que nos lo tomamos como el "antisistema" de la prensa rancia: con
honor. Y sabemos perfectamente que no, que no están preocupados por no
poder cedernos asientos o abrirnos puertas, sino por el hecho de que nos
revolvamos contra pequeños gestos, ya que eso significa que estamos
entendiendo en qué repercuten luego.
En definitiva, reaccionan
porque estamos yendo hasta la raíz de un problema mucho mayor, como
buenas feministas radicales. Y si no sólo gritamos porque matan a
mujeres sino que empezamos a no consentir ninguna demostración de
condescendencia o prepotencia machista, por pequeña que sea, significa
que estamos dejando de apartarnos, de callarnos, de mirar a otro lado,
de ser sumisas hasta en las más insignificantes de las situaciones. Eso
es lo que no toleran.
Y a todo esto lo llaman "revanchismo".
Me pregunto cómo de sucia
ha de tener uno la conciencia para pensar que las mujeres queremos
vengarnos. ¿Cómo se puede llamar revanchistas a mujeres si jamás has
hecho nada que merezca ser vengado? ¿De qué tenemos que vengarnos
nosotras si, según ellos, el feminismo no es necesario y fueron las
"feministas de antes" las que peleaban por causas justas? ¿O es que
insinúan que queremos vengarnos de lo que pasaron otras en el pasado y
que ni siquiera hemos vivido?
La venganza no tiene nada que ver con el feminismo.
El feminismo es la lucha por la liberación y el empoderamiento de las mujeres, y quizás por eso a nuestro empoderamiento lo llaman revancha y a nuestra liberación radicalismo. Y
quizás lo hacen porque para muchos así es: en su afán de verlo todo
como una competición, ven nuestra liberación como una venganza.
Realmente, pueden seguir percibiéndolo como quieran... no son ellos
quienes tienen que entenderlo, sino nosotras.
Al fin y al cabo, somos nosotras las que lideramos esta lucha y las que
no necesitan de terceros para llevar a cabo el cambio.
Ellos
pueden ser nuestros cómplices o pueden no serlo, pero el feminismo será
una realidad en nuestra sociedad tarde o temprano y se terminará colando
en cada barrio, en cada casa y en cada mujer.
Se llama progreso
y, como todo progreso, sólo tiene una dirección posible: hacia delante.
Este carro no va a ir a más despacio ni se va a parar, todos y todas lo
sabemos. Así que a ellos sólo les queda intentar que vaya más despacio o
empujar para que vaya más rápido pero, en última instancia, son un
elemento absolutamente prescindible para nuestro propósito.
Madrid, 09 ene. 17. AmecoPress/ LaRed21.- La
web marroquí Enti, especializada en el público femenino, ha iniciado
con un vídeo una campaña para denunciar la violencia de género sufrida
por las mujeres en el país norteafricano y animarlas a denunciar el
maltrato.
Con
el nombre Flawlessness (“perfección” o “impecabilidad” en inglés) la
grabación, de menos de dos minutos muestra a una mujer que, mientras se
desmaquilla, enseña los signos de golpes y lesiones en su rostro.
La
campaña responde al programa emitido en el mes de noviembre en la tv
pública de ese país que enseñaba a las mujeres víctimas de violencia
doméstica a maquillarse para ocultar los golpes. El nuevo video apunta
justamente a lo contrario, a no tapar la violencia y denunciarla
Respuesta
El vídeo
fue publicado en el Facebook de la Enti el pasado 1 de enero pretende
responder a la más que polémica emisión de un tutorial en el segundo
canal de la televisión pública marroquí (2M) en el que se pretendía
enseñar a las mujeres maltratadas como camuflar las huellas de la
violencia.
La pieza formaba parte del programa matinal “Sabahiyat
2M” que ese día realizaba una edición especial para celebrar el Día
Internacional para la Lucha contra la Violencia de Género.
En el
video una maquilladora profesional, sonriente en todo momento, mostraba a
una modelo con moretones falsos cómo ocultar marcas de golpes en la
cara con maquillaje.
“Esperamos que estos consejos de belleza le
ayuden a seguir con su vida diaria”,fue la frase con la que finalizó el
programa emitido el pasado 23 de noviembre.
Tras la indignación
que despertó tanto dentro como fuera del país el canal 2M no tuvo más
remedio que retirar la emisión de su página web y publicó en su cuenta
de Facebook una disculpa por su falta de respeto a un tema tan sensible y
delicado.
Esta nueva campaña que condena la emisión de aquel
programa sentencia “seis de cada diez mujeres son víctimas de violencia
de género en Marruecos. No maquilles su violencia, denúnciala”.
Madrid, 10 ene. 17. AmecoPress. Hoy,
9 de enero, es el aniversario del nacimiento de Simone de Beauvoir, una
de las intelectuales francesas más importantes del siglo pasado, un
icono de la reivindicación femenina y de los movimientos que luchan
tanto por la equidad de género como, en general, por erradicar las
prácticas sociales que reducen a la mujer a un segundo plano. Su
pensamiento se enmarca dentro del existencialismo y algunas obras, como
‘El segundo sexo’, se consideran elementos fundacionales del feminismo.
Vivió el cruce de corrientes de pensamiento particularmente estimulantes
como el existencialismo y el marxismo, con las cuales dialogó para
formar su propia manera de entender y, lo más importante, cuestionar el
mundo.
Escribió novelas, ensayos, biografías y monográficos sobre
temas políticos, sociales y filosóficos. Sin embargo, el tema
fundamental de la actividad intelectual, literaria y social de Simone
fue la mujer. Pensaba que para rescatar a la mujer era preciso
devolverle su libertad. Pero una libertad total: una libertad
condicionada deja de ser libertad. Al mundo que se derrumba, construido
por los hombres, hay que oponer un mundo nuevo, no construido por las
mujeres, sino por ellas y por los hombres, iguales en todo,
especialmente en su dignidad humana. Y sólo desde la libertad total,
proyectada hacia el futuro, surgirán la trascendencia auténtica y el
éxito. Para lo cual es necesario que hombres y mujeres en correlación
asuman su tarea humana. Porque vivimos en un mundo en el que lo único
importante son los hombres.
Fue pareja del también filósofo Jean Paul Sartre. Sin embargo, nunca se
casaron ni vivieron bajo el mismo techo. Ambos vivieron en completa
libertad, practicando la poligamia y sintiéndose felices con el lazo que
habían creado entre ellos. Este esquema relacional novedoso se
cimentaba en el rechazo profundo y visceral del modo de vida burgués.
Sartre propuso la fórmula de su relación: «Entre nosotros se trata de un
amor necesario, pero conviene que también conozcamos amores
contingentes".
Simone de Beauvoir fue escolarizada desde sus cinco
años en el Cours Désir, donde solía enviarse a las hijas de familias
burguesas. Desde su niñez, De Beauvoir destacó por sus habilidades
intelectuales, que hicieron que acabase cada año primera de su clase.
Tras
la ruina familiar, sus padres compartían la convicción de que, dada la
mediocre condición económica en la que se hallaba la familia, la única
esperanza de mejora social para sus dos hijas eran los estudios.
Con
solamente quince años, ya estaba decidida sobre la forma de este
destino: quería ser escritora. Tras haber aprobado el bachillerato en
1925, De Beauvoir empezó sus estudios superiores en el Instituto
Católico de París, institución religiosa privada a la que solían asistir
las muchachas de buena familia. Allí completó su formación matemática,
mientras que ampliaba su formación literaria en el Instituto
Sainte-Marie de Neuilly.
Tras su primer año universitario en París, logró obtener certificados de matemáticas generales, literatura y latín.
En 1926, se dedicó a estudiar filosofía y obtuvo en junio de 1927 su certificado de filosofía general.
En
1928 acabó licenciándose en letras, con especialización en filosofía,
tras haber aprobado también unas certificaciones de ética y de
psicología. Sus estudios universitarios concluyeron con la redacción de
una tesina sobre Leibniz, culminación de sus estudios superiores.
En
1929, tras haber sido profesora agregada de filosofía, Beauvoir, se
preparó para ser profesora titular. Su primer destino fue Marsella.
Sartre obtuvo a su vez un puesto en Le Havre en marzo de 1931 y la
perspectiva de separarse de él destrozó a De Beauvoir. Para que pudiesen
ser nombrados en el mismo instituto, Sartre le propuso que se casasen.
Pese a su amor profundo por él, ella se negó. En ‘La fuerza de las
Cosas’, explicó el porqué: “Tengo que decir que no pensé en aceptar
aquella propuesta ni un segundo. El matrimonio multiplica por dos las
obligaciones familiares y todas las faenas sociales. Al modificar
nuestras relaciones con los demás, habría alterado fatalmente las que
existían entre nosotros dos. El afán de preservar mi propia
independencia no pesó mucho en mi decisión; me habría parecido
artificial buscar en la ausencia una libertad que, con toda sinceridad,
solamente podía encontrar en mi cabeza y en mi corazón”.
Mantuvo
relaciones amorosas con algunas de sus alumnas, entre ellas, Olga
Kosakiewitcz y Bianca Bienenfeld: el pacto que la unió a Sartre le
permitía conocer estos “amores contingentes”.
También mantuvo una breve relación con un alumno de Sartre, apodado “el pequeño Bost.
Poco antes de la Segunda Guerra Mundial, la pareja Sartre-De Beauvoir fue destinada a París.
De 1936 a 1938, De Beauvoir enseñó en el liceo Molière, del que fue
despedida tras haber entablado una relación amorosa con Bianca
Bienenfeld, una de sus alumnas.
Las editoriales Gallimard y Grasset rechazaron su primera novela,
Primaldad de lo espiritual, escrita entre 1935 y 1937, que se publicó
tardíamente en 1979 con el título Cuando predomina lo espiritual.
La
Invitada se publicó en 1943; en esta novela, la escritora describía,
mediante personajes ficticios, la relación entre Sartre, Olga y ella
misma, a la vez que elaboraba una reflexión filosófica sobre la lucha
entre las conciencias y las posibilidades de la reciprocidad. Fue un
éxito editorial inmediato que la llevó a ser suspendida en junio de 1943
de la Educación Nacional, tras la presentación de una denuncia por
incitación a la perversión de personas menores en diciembre de 1941 por
la madre de Nathalie Sorokine, una de sus alumnas.
Se la reintegró
como profesora tras la Liberación; durante la Ocupación trabajó para la
radio libre francesa («Radio Vichy»), donde organizó programas
dedicados a la música.
Con Sartre, Raymond Aron, Michel Leiris,
Maurice Merleau-Ponty, Boris Vian y otros intelectuales franceses de
izquierda, fue la fundadora de una revista, Les Temps Modernes, que
pretendía difundir la corriente existencialista a través de la
literatura contemporánea.
De forma paralela, continuó sus
producciones personales: tras la publicación de varios ensayos y novelas
donde hablaba de su compromiso con el comunismo, el ateísmo y el
existencialismo.
Simone consiguió independizarse económicamente y
se dedicó plenamente a ser escritora. Viajó por numerosos países (EE.
UU., China, Rusia, Cuba...) donde conoció a otras personalidades
comunistas como Fidel Castro, Che Guevara, Mao Zedong o Richard Wright.
En los Estados Unidos, entabló una relación pasional con el escritor
americano Nelson Algren con quien mantuvo una intensa relación
epistolar, llegando a intercambiar unas trescientas cartas.
Obras:
‘La
invitada’ (1943), donde exploró los dilemas existencialistas de la
libertad, la acción y la responsabilidad individual, temas que abordó
igualmente en novelas posteriores como ‘La sangre de los otros’ (1944),
‘Los Mandarines’, publicado el 1945, marcó el reconocimiento de su
talento literario por la comunidad intelectual: se le otorgó por esta
novela el prestigioso Premio Goncourt.
Su consagración literaria
tuvo lugar el año 1949: la publicación de ‘El segundo sexo’, del que se
vendieron más de veintidós mil ejemplares en la primera semana, causó
escándalo y fue objeto de animados debates literarios y filosóficos.
A
partir de 1958, emprendió la escritura de su autobiografía, en la que
describe el mundo burgués en el que creció, sus prejuicios, sus
tradiciones degradantes y los esfuerzos que llevó a cabo para deshacerse
de ellos pese a su condición de mujer. Una serie de obras
autobiográficas, cuatro en total, entre las que destacan ‘Memorias de
una joven formal’ (1958)
En 1964, publicó ‘Una muerte muy dulce’,
que relata la muerte de su madre. La eutanasia o el luto forman el
núcleo de este relato cargado de emoción. A lo largo de su luto, a la
escritora le acompaña una muchacha que conoció entonces: Sylvie Le Bon,
estudiante en filosofía. La relación que unió a las dos mujeres era
ambigua: madre-hija, de amistad o de amor.
En su cuarto escrito
autobiográfico, ‘Final de cuentas’, (1972), De Beauvoir declaraba que
compartió con Sylvie el mismo tipo de relación que la unió, cincuenta
años antes, a su mejor amiga Zaza. Sylvie Le Bon fue adoptada
oficialmente como hija por la escritora, y se la nombró heredera de su
obra literaria y de sus bienes.
‘La vejez’ (1970), centrada en la
situación de la ancianidad en el imaginario occidental y en donde
criticó apasionadamente su marginación y ocultamiento.
Tras la muerte de Sartre en 1980, publicó en 1981 ‘La ceremonia del
adiós’, donde relató los diez últimos años de vida de su compañero
sentimental. Este texto se completó con la publicación de sus
conversaciones con Sartre grabadas en Roma entre agosto y septiembre de
1974.
Ensayos:
‘Para qué la acción’ (1944).Para una moral de la ambigüedad (1947). ‘El existencialismo y la sabiduría de los pueblos’ (1948)
‘América al día’ (1948). ‘El segundo sexo’ (1949). ‘El pensamiento
político de la derecha’ (1955). ‘La larga marcha’ (Ensayo sobre China)
(1957). ‘La vejez’ (año 1970).
Memorias y diarios:
‘Norteamérica
al desnudo’ (1948). ‘Memorias de una joven formal’ (1958). ‘La plenitud
de la vida’ (1960). ‘La fuerza de las cosas’ (1963). ‘Una muerte muy
dulce’ (1964). ‘Final de cuentas’ (1972). ‘La ceremonia del adiós’
(1981). ‘Diario de guerra: septiembre de 1939-enero de 1941’ (edición
póstuma a cargo de Sylvie Le Bon de Beauvoir) (1990). ‘Cahiers de
jeunesse, 1926-1930’.
Teatro:
‘Las bocas inútiles’ (1945).
Correspondencia:
‘Cartas
a Sartre’ (1990). ‘Cartas a Nelson Algren: un amor transatlántico’
(1998). ‘Correspondance croisée avec Jacques-Laurent Bost’ (1937-1940).
En 2008 se creó en su honor el Premio Simone de Beauvoir por la Libertad
de las Mujeres, más conocido simplemente como Premio Simone de
Beauvoir.
El segundo sexo
Simone de Beauvoir
se convirtió en precursora del movimiento feminista al describir a una
sociedad en la que se relega a la mujer a una situación de inferioridad.
Su análisis de la condición femenina, en ruptura con las creencias
existencialistas, se apoya en los mitos, las civilizaciones, las
religiones, la anatomía y las tradiciones. Este análisis desató un
escándalo, en particular el capítulo dedicado a la maternidad y al
aborto, entonces equiparado al homicidio. Describía el matrimonio como
una institución burguesa repugnante, similar a la prostitución en la que
la mujer depende económicamente de su marido y no tiene posibilidad de
independizarse.
El segundo sexo está considerada una de las obras más relevantes, a
nivel filosófico, del siglo XX. Escrito en 1949 fue un rotundo éxito de
ventas. Su autora comenzó a escribirlo cuando reflexionó, a propuesta de
Jean-Paul Sartre, sobre lo que había significado para ella el ser
mujer. Comenzó a investigar acerca de la situación de las mujeres a lo
largo de la historia y escribió este extenso ensayo que aborda cómo se
ha concebido a la mujer, qué situaciones viven las mujeres y cómo se
puede intentar que mejoren sus vidas y se amplíen sus libertades.
Es
una de las obras fundacionales del Feminismo y utiliza los conceptos
existencialistas para indagar acerca de la vida de la mitad de la
humanidad. También es considerada una obra enciclopédica, pues aborda la
identidad de las mujeres y la diferencia sexual desde los puntos de
vista de la psicología, la historia, la antropología, la biología, la
reproducción y la relación afectivo-sexual.
La teoría principal
que sostiene Beauvoir es que "la mujer", o más exactamente lo que
entendemos por mujer es un producto cultural que se ha construido
socialmente. La mujer se ha definido a lo largo de la historia siempre
respecto a algo: como madre, esposa, hija, hermana... Así pues, la
principal tarea de la mujer es reconquistar su propia identidad
específica y desde sus propios criterios. Muchas de las características
que presentan las mujeres no les vienen dadas de su genética, sino de
cómo han sido educadas y socializadas. La frase que resume esta teoría
es muy célebre: "No se nace mujer: llega una a serlo".
Tras
escribir este ensayo y recibir multitud de cartas escritas por mujeres
diciendo que ahora comprendían mejor sus vidas, la filósofa se dio
cuenta de que hacía falta un cambio social y político, por lo que se
hizo feminista. El segundo sexo es considerado hoy como la obra
principal de referencia de la corriente denominada feminismo de la
igualdad.
Este ensayo de casi un millar de páginas aspira a
manejar una pluralidad de registros que van desde lo biológico, lo
psicoanalítico, pasando por lo histórico y lo marxista.
La actividad de Simone de Beauvoir fue, junto con la Gisèle Halimi y
Elisabeth Badinter, central para obtener el reconocimiento de los
maltratos sufridos por las mujeres durante la guerra de Argelia, así
como para la obtención del derecho al aborto en Francia.
Fue una
de las redactoras del importantísimo Manifiesto de las 343, publicado en
abril de 1971 por la revista Le Nouvel Observateur. Con Gisèle Halimi,
fundó también el movimiento Choisir, que tuvo un papel determinante en
la legalización del aborto.