Como se sabe, el
pasado 11 de mayo de 2022, el ministro Arturo Zaldívar, presidente de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), realizó una visita
inusitada al penal femenil de Santa Martha Acatitla, luego de que, en el
marco del Día Internacional de las Mujeres, cerca de 500 mujeres
privadas de libertad le entregaran una carta denunciando condiciones de
maltrato y precariedad. Ocho días después de su visita, el ministro
manifestó una serie de cinco medidas tendientes a generar un cambio de
paradigma en relación con la prisión preventiva oficiosa y justificada,
con el fin de, parafraseando al destacado jurista Ronald Dworkin, tomar los derechos en serio.
Es la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos la que,
en su artículo 18, establece que el sistema penitenciario deberá basarse
en el respeto a los derechos humanos, aunque lamentablemente la
realidad es otra, pues la situación que enfrentan las mujeres privadas
de libertad en el país es sumamente grave, así como permanente su
invisibilidad y el abandono por parte del sistema judicial.
Entre las medidas destaca el derecho a tener una defensa adecuada y
la apertura de incidentes, es decir, que derivada de un criterio emitido
recientemente por la primera sala de la SCJN, que establece que a
partir de los dos años de cumplirse la medida de prisión preventiva,
ésta necesariamente tiene que ser revisada, correspondiendo al
Ministerio Público en cuestión acreditar las razones que justifiquen que
dicha prisión preventiva puede seguir operando. En este sentido, se
deben tener en cuenta las diferencias sustanciales entre lo que implica
la prisión preventiva oficiosa y la justificada. En cuanto a la prisión
preventiva oficiosa, el rasgo preponderante tiene que ver con el tipo de
delito que es cometido, como está establecido en el párrafo segundo del
artículo 19 de la Constitución y 167 del Código Nacional de
Procedimientos Penales. Y por lo que respecta a la prisión preventiva
justificada, se aplica con el fin de evitar que las personas imputadas
puedan sustraerse de la acción de la justicia, procurando la protección
de las víctimas, ante la manifestación de una conducta que haga
presumible su riesgo social. Es decir, que a pesar de que se considere
una excepción, si se quiere aplicar a determinada persona o grupo de
personas, la prisión preventiva justificada termina convirtiéndose en
una regla, pues para el Estado, de manera discrecional, cualquier
conducta podría constituir un riesgo social que dé pie a la
imposición de la prisión preventiva, traduciéndose esto en compurgar una
pena sin sentencia, vulnerando con ello los derechos de las personas.
En este caso de las mujeres actualmente privadas de la libertad, que no
contaron con la garantía de un debido proceso, una defensa adecuada, y
mucho menos que su caso fuera analizado con una perspectiva de género.
A este respecto, diversos instrumentos internacionales anteponen los
derechos fundamentales de las personas privadas de la libertad. Por
ejemplo, la regla siete de las llamadas Reglas Nelson Mandela de Naciones Unidas enuncia que ninguna persona podrá ser internada en un establecimiento penitenciario sin una orden válida de reclusión. O el principio tres de los Principios y buenas prácticas sobre la protección de las personas privadas de libertad en las Américas (https://bit.ly/38Fh4IX),
que enuncia que “la privación preventiva de la libertad, como medida
cautelar y no punitiva, deberá obedecer a los principios de legalidad,
presunción de inocencia, necesidad y proporcionalidad (…), que sólo
podrá proceder de acuerdo con los límites estrictamente necesarios, para
asegurar que no se impedirá el desarrollo eficiente de las
investigaciones ni se eludirá la acción de la justicia”. Por tanto, se
debe abdicar de aplicar el poder punitivo del Estado bajo la lógica del
derecho penal del enemigo, y transitar hacia la aplicación efectiva del
derecho penal como la ley del más débil, a fin de romper el velo de la normalidad y naturalidad que oculta la opresión y discriminación histórica de relaciones asimétricas de poder, estipulando un nunca más el poder privado y político por encima de los derechos fundamentales y, en específico, de las mujeres privadas de la libertad.
Hacemos, por último, un llamado a seguir de cerca la próxima
publicación del comunicado sobre la misión de observación que desde la
sociedad civil se realizó al penal de máxima seguridad en Morelos, a
efecto de visibilizar los mecanismos de poder con los cuales se pretende
disciplinar la lucha social a partir de la acción de Kenia
Hernández, mujer indígena n’ooomdaa’, de Xochistlahuaca, Guerrero,
hablante de la lengua amuzga y abogada feminista injustamente presa,
quien ha dedicado parte de su vida a la defensa jurídica y política de
los derechos humanos de mujeres víctimas de violencia, en su lucha por
la tierra y el territorio de pueblos campesinos, originarios e
indígenas, y por la defensa de personas presas por motivos políticos.
¿Por qué algunos hombres creen que tirándole besos o gritándole a mujeres desconocidas éstas les van a hacer caso?
@AlcarazSheila:
Es
una forma de ejercer poder en el espacio público, de decirnos que no
pertenecemos ahí. Además, una manera simbólica de querer relegarnos al
espacio privado, donde creen que si pertenecemos.
El anterior comentario de Twitter ilustra el acoso, pero también lo que describo como disciplinas socio-espaciales de género.
Se trata de técnicas simples que rigen socio-espacialmente a la mujer
de forma cotidiana, y para ilustrarlo voy a referirme a tres ejemplos
actuales.
Antes que nada, me gustaría comenzar por delimitar,
cuando menos y grosso modo, lo que entiendo por disciplinas
socio-espaciales de género. Primero, estas disciplinas operan
enderezando conductas, y para que esto suceda se valen de diversas
técnicas e instrumentos que facilitan su imposición. En segundo lugar,
estas disciplinas se valen del espacio, en tanto que no sólo es un
producto social sino parte indisoluble de las relaciones sociales y sus
prácticas. Esto quiere decir que el espacio no es neutral y que, por esa
razón, el género se puede imponer y disciplinar a quienes lo habitan,
como ocurre con los roles de género que dividen y moldean a hombres y
mujeres.
Pero ¿cómo es que se puede disciplinar
socio-espacialmente a la mujer? Para ello debe tenerse en cuenta que el
patriarcado predomina en las relaciones sociales, organizando
jerárquicamente la masculinidad frente a la feminidad, representado en
hombres y mujeres. La expansión del patriarcado moderno, aunado al
capitalismo, intensificó la separación entre la esfera pública y la
privada. Además, en la medida que el patriarcado se extendió, afianzó el
binarismo de manera espacial; en otras palabras, también organizó el
espacio. Así, el poder político pasó a ser parte del espacio público y
con acceso exclusivo a hombres, mientras que, en cambio, convirtió el
espacio doméstico y a las mujeres en privado.
La disciplina
socio-espacial de género también se expresa de forma simbólica y
material en los asentamientos urbanos. El sociólogo Henri Lefebvre decía
que en las ciudades existen símbolos en torno al sexo, la edad y el
deseo, como son los antiguos monumentos y edificios que aluden al falo y
más recientemente las torres y rascacielos. En todo caso, es un
discurso fruto del patriarcado que representa las virtudes y valores de
la masculinidad entre el capital y el poder. A partir de ello podemos
decir que, tal y como lo entiende la arquitecta inglesa Jane Darke: “Nuestras ciudades son el patriarcado escrito en piedra, ladrillo, vidrio y hormigón”.
Una
vez reconocida la influencia del patriarcado en la construcción de
ciudades, podemos entender cuáles son esas disciplinas que experimentan
las mujeres en la actualidad. Me sirven de ejemplo la movilidad, los
tiempos y la inseguridad, como muestro a continuación.
En primer
lugar, la movilidad de las mujeres no sólo puede ser vista en términos
de desplazamientos, pues gran parte de sus movimientos lo hacen en las
compras, llevando a los hijos (as) a la escuela y efectuando otras
actividades de carácter doméstico y de cuidado. Además, el uso del
transporte público es otra arista importante, porque las mujeres lo
relacionan con un lugar de riesgo por la aglomeración, limitando sus
desplazamientos. Como muestra la Encuesta Nacional de Seguridad Pública
(ENVIPE) 2019, la percepción de inseguridad en los espacios públicos es
mayor en mujeres, con un 77.2 por ciento, que en hombres, con un 67.8
por ciento, y en el caso del transporte público se perfila en un 75 por
ciento en mujeres y 67.4 por ciento en hombres.
En segundo lugar,
las mujeres disponen de menos tiempo libre por las limitaciones que
implica compaginar las actividades del hogar con el trabajo productivo.
Algunas mujeres inclusive realizan jornadas dobles y triples. Según la
Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo (ENUT) 2019, el trabajo que
prevalece entre las mujeres es de tipo no remunerado en los hogares, con
un 67 por ciento, muy por encima de los hombres, con 28 por ciento.
Asimismo, en promedio las mujeres trabajan 6.2 horas más que los
hombres.
Por último, en cuanto a la inseguridad, el 42.7 por
ciento de los delitos ocurre en la calle donde las mujeres sufren el
91.8 por ciento del hostigamiento sexual y el 82.5 por ciento del delito
de violación. Los datos de la Encuesta Nacional de Victimización y
Percepción de Seguridad Pública (ENVIPE) 2019 también muestran que las
mujeres se sienten inseguras en cualquier espacio público. En
consecuencia, la movilidad queda limitada por la percepción a ser
violentadas, afectando sus tiempos y horarios, ya que se ven obligadas a
cambiar sus rutinas y su vestimenta, entre otros aspectos, para tratar
de no ser víctimas de algún delito sexual.
Los anteriores ejemplos
forman parte del género, de la disciplina y la posición que las mujeres
tenemos al habitar el espacio urbano. Para conocer los miedos sólo es
cuestión de observar a nuestro alrededor y las actividades que
realizamos. Al observarlas también podemos darnos cuenta de la
diversidad de estrategias que manejamos a la hora de desplazarnos por la
ciudad, el barrio u otros lugares de nuestro interés, pues ante todo el
espacio es un lugar de lucha constante. Por ello, hay que evocar
nuestro derecho a la ciudad, para la (re) construcción de ciudades más
justas e inclusivas para todas las mujeres.
Las calles también
nos pertenecen y desobedecer las disciplinas socio-espaciales es una
manera de darle frente a la hostilidad y a esas reglas que excluyen y
tratan de controlar el habitar de las mujeres. Pues no hay mayor acción
en el espacio que la apropiación y el interés por habitarlo en un
sentido libre y creativo en conexión con nuestras necesidades
colectivas.
*Estudiante de la Maestría en Acción Pública y Desarrollo Social, El Colegio de la Frontera Norte (Colef)
CIMACFoto: Hazel Zamora Mendieta.- Ciudad de México.- En una conferencia de prensa realizada en 2019, el presidente Andrés Manuel López Obrador firmó el “Acuerdo por la Igualdad”, a través del cual se comprometió a que su gobierno priorizaría a las mujeres, adolescentes y niñas
en México. Sin embargo, con el paso de la pandemia se evidenció la
realidad: los casos de feminicidio no cesaron, la violencia familiar
alcanzó cifras récord, las desapariciones continuaron, se dejó de lado
la atención médica al supuesto sector prioritario del gobierno federal y
los trabajos de cuidados se sobrecargaron a las mujeres.
Fue el 21 de noviembre de 2019 cuando López Obrador, acompañado de la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Nadine GasmanZylbermann, y la entonces secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero,
presumieron el acuerdo. También aprovecharon la ocasión para enfatizar
que su gobierno estaba comprometido a erradicar el machismo y la
discriminación hacia las mujeres, adolescentes y niñas.
Pero a más de dos años de la firma del “Acuerdo por la Igualdad”, las mexicanas continúan siendo violentadas en espacios públicos y privados, de forma física, psicológica, patrimonial, económica y sexual.
En entrevista con Cimacnoticias, María Inés MestaOrendain, investigadora del programa de violencias de género del Centro Universitario por la Dignidad y Justicia del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), expresó que el acuerdo es en realidad una serie de postulados genéricos “que no tienen sustancia”.
“Parece
más una carta de buenas intenciones que un postulado que tenga acciones
concretas, estables, orientadas a un objetivo específico, que parta de
un diagnóstico y una aceptación de la realidad, no de una negación de
ella. Como vemos que se ha dado con el tema de violencia contra las
mujeres, hay resistencia a aceptar la situación que se ha agravado con
la nueva administración”.
María Inés Mesta Orendain
A continuación, desglosamos a qué se comprometió el gobierno federal y cuáles son las cifras en la realidad mexicana:
“Para
que las mujeres y niñas más pobres y discriminadas estén siempre en el
centro de la Cuarta Transformación y del desarrollo de México”
De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), entre 2018 y 2020 el número de mujeres que experimentan pobreza aumentóde 27.1 a 29.1 millones, lo que representa un incremento del 42.6 al 44.4 por ciento a nivel nacional. Esto quiere decir que hasta el 2021, 44.4 por cientode las mujeres en el país vivían en esta situación.
En general, respecto a las personas en situación de pobreza en México, hay 2.5 millones más mujeres que hombres.
En este sentido, Coneval destaca que “la discriminación que viven ellas
por el hecho de ser mujeres hace que tengan menos herramientas para
salir de esta situación”.
De acuerdo con laOrganización
de las Naciones Unidas (ONU), sería posible sacar de la pobreza a más
de 100 millones de mujeres y niñas a nivel mundial “si los gobiernos
implementan una estrategia integral orientada a mejorar el acceso a la
educación y a la planificación familiar, un salario justo y equitativo y
la ampliación de transferencias sociales”.
“Para que haya más trabajo formal, mejores condiciones y más derechos para las mujeres”
El análisis #ConLupaDeGénero 2022, realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO)
reveló que los estados de la República mexicana no brindan condiciones
laborales óptimas para las mujeres, lo cual limita su independencia
económica y frena el potencial del país.
Según el análisis, las
entidades obtuvieron en promedio 43 de 100 puntos en la evaluación de 18
indicadores que miden las condiciones laborales para las mujeres, entre
los que se encuentran: ingresos, participación de mujeres en puestos de
liderazgo y políticas de flexibilidad que sean compatibles con sus
necesidades.
“En
estados como Colima, la tasa de participación económica femenina es de
casi 56 por ciento, similar a la de Estados Unidos. Sin embargo, hay
entidades como Chiapas, cuya tasa (31 por ciento) es similar a la de
Turquía”.
IMCO
“Para
garantizar mayor bienestar en la vida de mujeres y niñas, con educación
para todas, respeto, no violencia, paz y seguridad”
De 2019 a 2021, la violencia feminicida ha tenido un incremento. El mismo año queel presidente López Obrador firmó el acuerdo, se registraron 947 casos de feminicidio, en 2020 hubo 948 víctimas y para 2021 la cifra subió a 978, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Por su parte, en lo que va de 2022 se han perpetrado 310 feminicidios y 848 asesinatos violentos en contra de mujeres.
Al
hablar de violencia familiar, las cifras presentan un aumento
preocupante: en 2019 se registraron 210 mil 188 denuncias por este
delito, para 2020 se acrecentó a 220 mil 031 y en 2021 hubo un total de
253 mil 736 casos. En lo que va de 2022, se han contabilizado 83 mil 030
víctimas; cabe señalar que el último marzo fue el mes más violento de los últimos siete años.
Otro
delito que tuvo un crecimiento notable durante los últimos tres años
fue el de violación, con un total de 17 mil 342 víctimas en 2019, 16 mil
543 en 2020, 21 mil 189 en 2021 y siete mil 455 en los primeros cuatro
meses de 2022.
Al respecto, el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF)
instó urgentemente al gobierno de México a revisar las políticas de
prevención, atención y sanción para atender la violencia contra las
mujeres y niñas.
“Para que las familias y centros de trabajo compartan los trabajos de cuidado y las mujeres tengan más tiempo propio”
El
IMCO propone que, para que las mujeres logren insertarse en el mercado
laboral se debe “avanzar hacia la aprobación y asignación de presupuesto
para un Sistema Nacional de Cuidados asequible y de calidad, generar
incentivos para que las empresas implementen políticas vida-trabajo para
sus empleados, desarrollar habilidades en las niñas y mujeres para que
mejoren sus oportunidades en el mercado laboral e incentivar la
corresponsabilidad de cuidado en la primera infancia a través de
permisos de paternidad extendidos”.
En este sentido, se destaca
que durante el primer año de la pandemia por COVID-19 el trabajo de
cuidados no remunerado dejó ver un ligero incremento en la participación
de los hombres. Pese a esto, la actividad sigue delegándose
principalmente a las mujeres.
Según datos delInstituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los hombres dedican en promedio 20 horas a la semana a los trabajos de cuidado no remunerados, mientas que las mujeres destinan 50 horas a estas tareas.
Sobre el tema, María Inés Mesta aseguró que el gobierno federal tiene tarea pendiente, pues el desmantelamiento y los recortes a escuelas de tiempo completo, guarderías y espacios de atención a la salud mental provocan que las mujeres abandonen actividades remuneradas para dedicarse al trabajo de cuidados.
Por
ello, la especialista recomendó invertir en “sistemas efectivos e
infraestructura” que obliguen al gobierno a atender a las poblaciones
que lo necesitan para evitar que las mujeres sigan como encargadas
principales del cuidado de niñas, niños, adultas y adultos mayores.
“Para que se procure una mejor atención a la salud de las mujeres a lo largo de su vida”
María
Inés Mesta resaltó que debido a la pandemia por COVID-19, aspectos de
la salud como los tratamientos contra el cáncer y los medicamentos
fueron descuidados por el gobierno de México. En este ámbito,
sobresalta el hecho de que en el país solo 44 de cada 100 mujeres están afiliadas a alguna institución de salud
–según cifras del Inegi–, por lo que el resto ve mermada su atención e
incluso debe cubrir por cuenta propia los gastos que supone el acceso a
servicios de salud.
Aunado a esto, la Comisión Nacional de
Derechos Humanos (CNDH) también remarca que la salud sexual y
reproductiva para adolescentes fue otro ámbito perjudicado durante el
confinamiento. Los aspectos más afectados fueron la disponibilidad de
los servicios de salud sexual y reproductiva, los recursos y el
equipamiento, la demanda y el acceso a los servicios de salud.
Al respecto, la secretaria general del Consejo Nacional de Población (Conapo), Gabriela Rodríguez Ramírez, afirmó que:
“La
pandemia por COVID-19 ha tenido un impacto demográfico en el país,
principalmente por el número de muertes, pero también por el número de
embarazos no deseados que ha propiciado el confinamiento”.
Ante este panorama, la directora general del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva,
Karla Berdichevsky Feldman, ha subrayado la urgencia de implementar
“programas que coadyuven a reducir las brechas de acceso en salud entre
hombres y mujeres, promuevan el empoderamiento de las mujeres, incidan
en la reducción de la violencia asociada al género, eliminen las
barreras institucionales y la revictimización de las mujeres en las
instituciones de salud”.
“Para trabajar juntas y
juntos por una nueva cultura nacional basada en los valores y principios
de gobierno, la igualdad de derechos y oportunidades para mujeres y
niñas”
Para María Inés Mesta, los objetivos deben partir de un análisis de la realidad, ya que con “buenas intenciones” no se logrará brindar la atención integral que requieren las mujeres en México, pues de acuerdo con la especialista “no es un favor o un buen gesto, son obligaciones del Estado”.
Por ello, la investigadora aseguró que Andrés Manuel López Obrador debe reconocer la realidad y escuchar a expertas para orientar el presupuesto a acciones que contribuyan de manera efectiva, “más allá de simulación”.
“No
existe, ni siquiera dentro de las reglas de operación, la igualdad de
género y erradicación de la violencia como objetivo principal. No
importa cuánto incremente el presupuesto si no se reconoce la violencia,
debemos dejarnos de postulados y poner el presupuesto donde debe ser”.
FOTO: Women's Equality Center (WEC).- Ciudad de México.- Ante el miedo que permea en Estados Unidos por la amenaza que supone derogar el fallo ‘Roe versus Wade‘, mismo que permitió dejar de criminalizar la interrupción del embarazo en el país, senadoras norteamericanas exigieron al Tribunal Supremo
dejar de lado sus creencias y privilegiar los derechos de las
mujeres. Además realizaron una visita a México en coordinación con Women’s Equality Center (WEC) para debatir con organizaciones como CIMAC,
Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) e IPAS, los avances
y retos en favor de la libertad sexual y reproductiva de las mujeres.
Cabe recordar que hace unas semanas se filtró un borrador del Tribunal Supremo a través del cual la mayoría conservadora busca echar abajo el fallo ‘Roe versus Wade‘,
mismo que fue un parteaguas para que las mujeres pudieran decidir sobre
su cuerpo. Será en el mes de junio cuando se dé un veredicto final
sobre este dictamen, lo que ha provocado manifestaciones que convocan a
miles de mujeres del país para evitar un retroceso en sus derechos.
Ante este panorama, en entrevista con Cimacnoticias, la senadora por Colorado, Julie Gonzales, expresó su preocupación y dejó en claro que su estado no abandonará a las mujeres.
“Decida
lo que decida la Corte Suprema de Estados Unidos, nosotras vamos a
tener que actuar, hemos actuado. Vamos a tener que construir una red,
así como la Marea Verde que existe en México, Argentina y otros países.
Activistas, organizaciones y médicas vamos a cambiar las cosas”, señaló
Gonzales.
La senadora criticó que los miembros del Tribunal Supremo
-que cuenta con seis jueces conservadores y tres liberales- pongan al
frente sus creencias y decidan criminalizar a las mujeres por decidir
interrumpir o no un embarazo.
“Ojalá
que actúen y protejan las vidas de las mujeres. Mi país demuestra que
si no vigilan sus derechos, los pueden perder. Por qué criminalizar lo
que es una parte del cuidado de salud, por qué juzgar a cualquier
decisión que hace una mujer sobre su cuerpo y su futuro, cualquier
decisión reproductiva debe ser respetada sin juzgar”, sentenció.
En lo anterior coincidió la representante de Nuevo México, Micaela Lara Cadena,
quien externó que las mujeres están decepcionadas y aterradas, más no
sorprendidas, pues lo que se impulsa desde el Tribunal es una estrategia
que se ha preparado desde hace décadas.
“Ha
habido legisladores antiaborto por todo el país que incluso hacian
cosas fuera de lo que debían hacer para poder eliminar este derecho. En
el país, varios políticos, durante 50 años han puesto su propia policía
religiosa en todo el país para garantizar que dólares federales no sean
entregados al aborto, lo que ha provocado que las personas que no tienen
los medios no puedan acceder a la interrupción”, explicó.
La
política destacó que en caso de que el Tribunal decida en contra de las
mujeres, esto afectará principalmente a mujeres latinas, afroamericanas
y migrantes, quienes viven en situaciones vulnerables. Por ello,
adelantó que en Nuevo México también se preparan estrategias para no abandonar a las mujeres de este y los demás estados.
“El
gobierno federal no nos va a salvar, tenemos que poner nuestra lucha en
garantizar que estemos listas con los programas y recursos que
necesitamos para construir redes”.
Necesario normalizar el aborto en Estados Unidos y América Latina
Paula Ávila Guillén, directora ejecutiva de Women’s Equality Center instó a políticos de Estados Unidos voltear a ver a América Latina, donde la lucha de un movimiento feminista ha permitido eliminar las leyes restrictivas en torno a la interrupción del embarazo.
Debido
a lo anterior, Ávila Guillén y WEC coordinaron la visita de las
senadoras a México para compartir experiencias en torno al aborto y
mostrar que un movimiento feminista fuerte “puede ayudar a los políticos
a hacer lo correcto”. Además resaltó la necesidad de que el aborto sea
visto como un servicio de salud más y gratuito, que permita que
cualquiera pueda acercarse a recibir atención sin ser criminalizada.
“No
es algo en lo que tengas que ir a una clínica que sólo provee abortos,
sino es parte del servicio integral que ofrece el sistema de salud”.
En
ese sentido, expuso como necesario que todos los países trabajen juntos
para proteger la salud de las mujeres, pues a todas las atraviesa el
mismo “sistema opresor que busca controlar sus cuerpos”.
Cimac Foto: César Martínez López.- Ciudad de México.- El
pasado 22 de mayo, las autoridades de Monterrey, Nuevo León detuvieron
al director del Instituto “Las Brisas” por haber colocado cámaras en los
baños de una instalación perteneciente a la escuela. En marzo, otro
caso similar en los alrededores del Colegio de Ciencias y Humanidades
(CCH) Naucalpan, Estado de México, sacudió las redes sociales. Estos
eventos no son hechos aislados podrían formar parte de una amplia red de
delitos de pornografía y explotación sexual infantil en las escuelas de México.
Resulta
alarmante que, al hablar sobre el tema, las grabaciones sin
consentimiento parecen el primer grado de agresiones en estos espacios.
De acuerdo con un reporte de la Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia A.C. (ODI), en el 2020, en por lo menos 18 escuelas del país hubo denuncias por casos de violación y otras agresiones sexuales contra menores de edad; en 14 de ellas había cámaras grabando.
El primer caso registrado sucedió en el kínder “Andrés Oscoy”, en la alcaldía Iztapalapa de Ciudad de México: más de 30 niños denunciaron diversas agresiones en 2011
y hubo una sentencia para los culpables cinco años después. Sin
embargo, hay otros casos que no se resuelven, uno de ellos es el de la
hija de Marcela Alemán.
La impunidad marca las denuncias por explotación sexual infantil en México
Marcela
Alemán fue una de las mujeres que inició la toma de la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en septiembre de 2020. Su hija fue víctima de abuso sexual en el Instituto “Luis Gonzaga Urbina” de San Luis Potosí, en 2017. En ese entonces, la niña tenía cuatro años.
Inicialmente,
Marcela creyó que eran dos profesoras quienes habían abusado de su
hija. No obstante, durante la terapia psicológica con la menor se reveló
que hubo más implicados. También se descubrió que dichas personas
sacaban a la niña de la escuela para abusar de ella en repetidas
ocasiones y, a veces, grabar lo que le hacían. A pesar de que se cuenta
con pruebas y la hija de Marcela ha identificado a sus agresores, las autoridades no han hecho nada por detenerlos o procesarlos.
De acuerdo con el reporte de la ODI, esta impunidad es una constante en
los casos de denuncia por explotación sexual infantil en espacios
escolares. La asociación explica que esto se debe, en parte, a que las denuncias individuales se investigan como hechos aislados en lugar de tratarlos como redes de abuso;
a esto se suma la falta de métodos adecuados para las declaraciones
infantiles y la exclusión de las víctimas en los procedimientos.
El caso de la pornografía infantil
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México ocupa el primer lugar en pornografía infantil. Según el diario Eje Central, como en el caso de la explotación sexual, la pornografía infantil también es uno de los delitos con mayor índice de impunidad.
Jorge “N”, dueño del Instituto “Las Brisas” en Monterrey, se encuentra en proceso por este delito. En un cateo realizado en su hogar
el pasado 27 de mayo se encontraron varios celulares, equipos de
computadoras y una cámara fotográfica; el procedimiento legal continuará
en los próximos días.
Otro caso también abierto es el de CCH
Naucalpan. La institución levantó un reporte frente a la Secretaría de
Seguridad Pública del municipio porque se descubrió que el empleado de
una tienda aledaña al colegio grababa a quienes utilizaban el baño del
negocio.
Frente a estos hechos, los alumnos del CCH protestaron y destrozaron la tienda
en respuesta. Hasta el momento, no se ha dado a conocer más información
sobre el tema, no se sabe si hay alguna resolución o si –como en otros
casos de pornografía y explotación sexual– será la impunidad la que
selle las investigaciones.
Diaconía España presenta en Metro de Madrid una campaña para alertar sobre los peligros del sugardating
Madrid, 02. jun. 2022. AmecoPress.- “¿Quieres
ser una sugar baby?”, se pregunta en los carteles colocados desde el
pasado viernes en puntos estratégicos del Metro de Madrid en una campaña
promovida desde Diaconía España. “¿Quieres ser una sugar baby?” es la
pregunta utilizada por diversas plataformas y aplicaciones móviles para
“captar” a mujeres jóvenes, prometiendo dinero fácil por “acompañar” a
hombres adultos, dispuestos a pagar por su compañía. Pero lo que la
campaña quiere advertir es que este tipo de relaciones entre un sugar daddy –generalmente hombre, mayor y con alto poder adquisitivo– y una sugar baby
–en la gran mayoría de ocasiones mujer, joven y estudiante– puede
desembocar en diferentes escenarios de acoso, manipulación e incluso
agresión sexual.
“Tenemos que hablar del sugardating”, insiste Eva Márquez,
Coordinadora de lucha contra la trata en Diaconía España y responsable
de la campaña. El fenómeno está mucho más extendido de lo que parece,
los y las jóvenes lo conocen y en internet se encuentran hasta
tutoriales que explican cómo declarar a Hacienda los ingresos obtenidos
mediante estas relaciones. España es el quinto país en las páginas web
de sugar dating con más de 400.000 personas dadas de alta. De ellas, el
63% son mujeres jóvenes estudiantes universitarias. Este gran aumento de
personas que buscan ser sugar dadies y sugar babies pone
de manifiesto “la necesidad de reflexionar acerca de determinadas
prácticas que normalizan la violencia, el abuso y la desigualdad de
género, y que suponen una clara puerta de entrada a diferentes
escenarios de acoso, manipulación e incluso agresión sexual”, insiste
Márquez. Para ello nace esta campaña.
Lo que aparece en las redes y en la mente de las más jóvenes como una
relación comercial limpia se convierte en muchas ocasiones en
violencia: “sabemos que hay chicas que quieren dejar la relación y se
les amenaza con perjudicar su carrera profesional, chicas que no quieren
mantener relaciones sexuales con su sugar daddy y este les
amenaza con no pagar lo comprometido, que a veces para ellas significa
tener que dejar los estudios, por ejemplo”, explica la coordinadora de
la campaña que, a partir de numerosos testimonios ha construido la
historia de Marta para ilustrar la pasarela hacia la explotación sexual
en la que puede convertirse esta práctica publicitada sin ningún tipo de
control por las redes.
Quizás haya que plantearse una vez más las consecuencias de la
desigualdad. Quizás haya que reflexionar sobre los modelos de vida,
basados en el superficial lujo, que están influyendo en lo que parte de
las y los jóvenes aspiran a lograr. Quizás haya que defender una
educación con espíritu crítico que cuestione roles y mandatos de género,
y reflexione sobre la sexualidad y las relaciones afectivas.
Marta: "Mi vida secreta como Sugarbaby"
El bar estaba a tope, quizás porque era uno de los lugares de moda
del momento. Días antes lo había comentado con una compañera de carrera
que me animó a hacerlo. Era la primera vez que escuchaba el término sugarbaby.
Cuando entré ahí estaba él esperándome en la barra bebiendo un
Gin-tonic. Pensé que tendría unos 20 años más que yo. Ese fue mi primer
pensamiento, no sabía lo que me esperaba.
Era una oportunidad de oro para tener algo de dinero fácil para mis
gastos, y por qué no, para darme algún capricho. Por eso me apetecía
estar a la altura, no quería hacer el ridículo.
La verdad es que el tío no estaba nada mal, con su estilo ejecutivo
desenfadado y buen rollo. Así que poco a poco, se me fueron quitando los
nervios.
Fue mi compañera de clase la que me dijo que probase, total, “no
tenía nada que perder”. Esa misma tarde me descargué la app y en
cuestión de horas estaba entablando conversaciones con hombres que
parecían tener un alto nivel de vida. Algo que ni en sueños hubiese
podido alcanzar.
Yo no era una prostituta y tampoco tenía intención de serlo.
Simplemente quería tener algún ingreso extra a través de estos servicios
de compañía y amistad donde hombres adinerados, como él, solicitan
encuentros, quizás algo de cercanía, pero siempre acordado entre ambas
partes.
Después de la primera cita, fui teniendo más confianza en mí misma.
De los nervios iniciales pasé a comportarme como una más dentro de su
grupo de amigos y amigas. Miguel siempre me tranquilizó y me explicó que
era una situación normal, además, sería beneficiosa para ambos. Yo
podría pagar mis gastos sin problemas, él podría contar con una buena
compañía y en el camino veríamos si nos interesaba algo más… Sus
propuestas de fiestas y restaurantes se fueron ampliando a viajes y
lugares a los que jamás imaginé ir. Todo iba de maravilla y en el fondo
me apetecía estar más tiempo con él. Mi vida comenzaba a ser como la de
esas influencers a las que seguía en Instagram.
El acuerdo era muy simple, yo le acompañaba a sus eventos, me
mantenía a su nivel y podríamos divertirnos juntos. Por su parte, él me
pagaba el precio por las horas pactadas y si necesitaba más de mí me lo
haría saber. Al principio todo fue claro, solo si ambos queríamos
mantendríamos relaciones sexuales. Nuestras siguientes citas fueron más
largas y pasábamos más tiempo juntos en los viajes de fin semana. Miguel
siempre pagaba todo y me regalaba cualquier cosa que se me antojase.
Cada vez era más generoso conmigo, pero sus exigencias también fueron
aumentando: quería más encuentros y luego, por supuesto, vino el sexo.
Sin darme cuenta era ya su “sugarbaby”.
El dinero fue la trampa perfecta
No tuve opción y no porque él me forzase a nada, sino porque me
pagaba mucho más de lo que habíamos acordado. Además, ahora comenzaba a
gustarme él y su estilo de vida.
De repente, un día cualquiera, me encuentro con una transferencia de más
de 3.000 euros en mi cuenta. Me comentó que era para todas mis deudas y
que no me preocupara más. Con todo este dinero tuve de sobra, hasta me
fui de compras e invité a mis amigas a cenar. Ellas flipaban con mi
nuevo nivel de vida. Obviamente, ellas querían hacerlo también. Les dije
que todo era cuestión de contactos y que me había cambiado la suerte.
Al final las terminé involucrando…
Mientras tanto, Miguel cada vez quería más de mí. Me decía cómo tenía
que ir vestida, cómo debía comportarme en los eventos o de qué tenía
que hablar… Y, casi sin darme cuenta, empecé a ceder a sus exigencias
sexuales.
Comencé a sentir que ya no era yo. Me sentía coaccionada y abusada
sexualmente, tenía que complacerle en todo lo que él me pidiera. ¿Era el
dinero la respuesta a todo esto? No del todo. En parte estaba enamorada
y, en el fondo, me autoconvencía para creer que solo estaba teniendo
una experiencia más, pero con un hombre más mayor. Además, esto me
llevaría a donde yo merecía estar.
Los amigos de Miguel querían conocer a más chicas de mi edad, por lo
que me sentí presionada y animé a mis amigas a participar. Varias de
ellas, con el tiempo, empezaron a quedar con otros hombres.
Una noche, tras una larga cena con sus amigos, Miguel volvió a
intentar acostarse conmigo, sin importarle que yo no quisiera. Esa noche
empecé a ver cosas extrañas y encontré mensajes muy sospechosos con sus
colegas. Finalmente, no sé cómo, logré escapar de esa habitación y,
temblándome todo el cuerpo, conseguí llamar a una amiga y entre lágrimas
descubrí que ambas estábamos sintiendo lo mismo. La pasta y los
caprichos eran importantes, pero no lo eran todo…
Después de esto Miguel me amenazó con quitarme el dinero, aseguró que
haría de mi vida un infierno, y que la deuda ahora era con él. Había
caído en una trampa. Estas aplicaciones me habían vendido una idea fácil
de independencia económica; sin entender, en realidad, qué era lo que
se escondía detrás de las palabras ‘sugarbaby’ o ‘sugardaddy’.
En demasiadas ocasiones en los medios de comunicación escucho a los
hombres condenar los asesinatos machistas con mucha contundencia. Y me
alegro cada vez que los escucho. Suelen ser políticos cuando asesinan a
alguna de sus convecinas o alguno que otro presentador de informativos
que, cuando da la noticia del asesinato de una mujer o la violación
grupal de mujeres, se le nota la rabia e, incluso en algunos momentos,
la deja ir llegando a ser “políticamente incorrecto” en los
calificativos que dedica al agresor o al asesino. No voy a negar que me
alegra.
Pero salvo honrosas excepciones, ¿Dónde están los
hombres?, ¿Dónde sus denuncias de estos asesinatos, violaciones etc.?,
¿Dónde están sus voces de condena contundente ante chistes machistas,
imágenes que denigran o cosifican a las mujeres? No, no están, salvo,
insisto, honrosas excepciones.
Y no están, porque significaría renunciar a sus privilegios y eso no nos gusta a nadie.
Significaría, además, romper con las complicidades tejidas con otros
hombres con los que compartir privilegios y salirse de un sistema que se
sostiene gracias a esos privilegios y al sostén y protección que entre
ellos se procuran.
Y lo vemos claramente en la aplicación
de leyes sobre delitos cometidos contra la integridad física o
emocional de las mujeres cuando siempre hay alguien que cuestiona las
voces femeninas para favorecer las masculinas.
Lo vemos
también en la difusión de ese mismo tipo de noticias y en cómo las
mujeres, incluso con las que tienen responsabilidades públicas, en algún
momento son calificadas en base a sus atuendos y no a sus buenas o
malas praxis. Y eso nunca ocurre con los hombres.
También lo vemos en más manifestaciones y declaraciones contra el
sistema prostitucional en donde las voces de los hombres, prácticamente
en su conjunto, desaparecen. No conozco ni a un solo hombre que
reconozca haber consumido mujeres y, sin embargo, el Estado Español es
el mayor consumidor de mujeres de toda Europa y el tercero del mundo.
Las complicidades masculinas en este tema en concreto son, al menos para
mí, alarmantes.
La hipocresía de la negación del consumo
de mujeres esclavas sexuales de los proxenetas, junto con el disfrute
de sus privilegios de uso y disfrute propio sin importar para nada ni el
deseo ni el gozo de las mujeres prostituidas, es el máximo exponente de
esos privilegios que antes mencionaba.
Y esos
privilegios cuentan con demasiadas complicidades, incluso femeninas como
para permitir que se acabe el hecho de poder consumir mujeres esclavas
al gusto. Esas complicidades están en todas partes. En la política, en
la economía, en los medios de comunicación, en los centros de trabajo,
insisto, en todas partes, por eso es tan difícil conseguir la abolición
del sistema prostitucional.
Un ejemplo, el pasado 28 de
mayo se convocó una gran manifestación por la aprobación de la ley por
la abolición del sistema prostitucional y la televisión pública estatal
dedicó apenas treinta y siete segundos a informar. Al contrario, ocurrió
con la final de la Champions League masculina que, literalmente, se
“comió” prácticamente todo el informativo del mediodía.
Otro ejemplo, el exlíder de Podemos, esa formación chupiguay que
pretende aprobar una ley que nos borre a las mujeres como sujetos
políticos específicos, borrando incluso la propia palabra “mujer”, si,
ese exlíder reconvertido en tertuliano y comunicador de máximo nivel, se
permitió descalificar con una foto previa a la manifestación feminista,
la propia manifestación feminista. Sí, así pretenden que las mujeres
les votemos en las próximas elecciones. Lo tienen muy claro, al menos
con mi voto…
Como podemos ver, el mantenimiento de los
privilegios masculinos no entiende de clases sociales ni de lógicas
políticas. Los defienden siempre y a capa y espada. Sean de donde sean.
También y afortunadamente, las feministas seguimos sumando voces y
fuerzas al movimiento que ellos pretenden ningunear, desprestigiar y
eliminar si fuera posible. Pero lo tienen bastante crudo, bastante
crudo, porque la lucha feminista, al ser universalista y solidaria va
mucho más allá de los deseos individuales e insolidarios. Esa es nuestra
fuerza.
Viva ahora y siempre la fuerza del movimiento feminista. Por que fueron somos, y porque somos serán. Siempre!!!
Ciudad
de México.- Frente a la necesidad de herramientas que mejoren los
procesos de justicia ante los actos de violencia contra las mujeres, la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) Mujeres y la Oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH)
diseñaron el curso de autoformación virtual “Protocolo latinoamericano para la investigación del femicidio/feminicidio” para mejorar la práctica de quienes participan en la investigación de dichos crímenes.
El
curso es de acceso libre y gratuito; su objetivo es proporcionar
orientaciones y líneas de actuación para las y los operadores de
justicia, expertos forenses y personal especializado que intervienen en
las distintas etapas de investigación sobre las muertes violentas por
razones de género.
La presentación fue moderada por Michelle
Mendes Meireles, coordinadora Interagencial y gerente del Programa
Regional para América Latina de la Iniciativa Spotlight en ONU
Mujeres, quien destacó la necesidad de un protocolo para atender los
feminicidios con perspectiva de género y así garantizar el ejercicio
efectivo de la justicia. También se contó con la participación el asesor
Regional de Género de la ACNUDH, Pedro Vera Pineda; la miembra del
Grupo de Referencia de la Sociedad Civil de la Iniciativa Spotlight
para América Latina e integrante de la Red de Investigadoras Por la
Vida y la Libertad de las Mujeres, Teresa Incháustegui Romero; el
analista de Comunicaciones del Centro de Capacitación de ONU Mujeres,
Jorge Córdoba Rodríguez; y la abogada y especialista en eliminación de
la violencia contra las mujeres (ONU Mujeres), Leah Tandeter.
De acuerdo con Pedro Vera, el curso está basado en el “Modelo
de protocolo latinoamericano de investigación de las muertes violentas
de mujeres por razones de género (feminicidio/feminicidio)”,
elaborado por ONU Mujeres y resultado de un amplio proceso de consultas
regionales con profesionales encargados de la investigación de muertes
violentas de mujeres, desde personal policial, fiscales, forenses,
psicólogas y psicólogos, antropólogas y antropólogos, jueces y juezas,
así como organizaciones que brindan atención a las víctimas.
Las y los participantes coincidieron en que el
protocolo se convertirá en una herramienta muy útil para combatir la
impunidad en los crímenes de violencia contra mujeres, con la cual
se pretende combatir la desigualdad y discriminación presentes en la
atención y procesamiento de los crímenes contra las mujeres y niñas.
Las
y los especialistas señalaron que se busca promover la aplicación
efectiva del protocolo a través de la compaginación del curso con el
ejercicio de las funciones profesionales. Teresa Incháustegui subrayó
que el modelo del protocolo es muy completo: “Aterriza en elementos
prácticos con líneas de actuación, aterriza en los estándares de
derechos, procura elementos para el diseño de una investigación efectiva
y con perspectiva de género”.
Finalmente, Leah Tandeter concluyó que la difusión de esta herramienta en la sociedad civil es muy importante, pues es necesario que la sociedad exija y reciba recursos accesibles para hacer justicia.
Al respecto, Jorge Córdoba mencionó que el curso es asincrónico,
gratuito, cuenta con un registro simple y otorga el acceso a cualquier
persona interesada en el tema.Si te interesa conocer el material o
cursarlo, puedes consultarlo en el siguiente enlace: Protocolo latinoamericano para la investigación del feminicidio/feminicidio
Gema Fortea (Barcelona, España), Sharon Muss
(Ciudad de México, México), Lu Villanueva (Sao Paulo, Brasil) y Adela
Mizrahi (Ciudad de México, México), son cuatro mujeres artistas. Su
exposición ha sido presentada el pasado 26 de mayo, en In The Room
Cd. de México, 31 mayo 22.
AmecoPress/SemMéxico.- Gema Fortea (Barcelona, España), Sharon Muss
(Ciudad de México, México), Lu Villanueva (Sao Paulo, Brasil) y Adela
Mizrahi (Ciudad de México, México), son cuatro mujeres artistas que
decidieron unir fuerzas para impulsar sus propuestas individuales bajo
el nombre del colectivo Cuarto 33. Este 26 de mayo, presentarán la
exposición In The Room, curada por la gestora cultural Alejandra
Ponciano, en Casa Roma ubicada en Zacatecas 207, Colonia Roma en la
Ciudad de México.
Con más de 30 obras, se podrá hacer recorrido sobre la vida
íntima de 4 mujeres que rebeldes a los condicionamientos del sistema
predominante del arte, han buscado con un lenguaje propio la expresión
de su vida íntima, sus dudas y anhelos más profundos, bajo la premisa de
que la perfección no existe, aunque a las mujeres se les ha exigido
buscarla con vehemencia, a lo largo de la historia.
Todas ellas con formaciones multidisciplinarias diversas y fuera del
camino tradicional del arte, confluyen en la expresión visual, en la
desafiante búsqueda de ser ellas mismas, más allá de los protocolos
sociales, las ausencias hirientes y la melancolía. Es en la honestidad
emocional donde encuentran la reconfiguración del concepto de la mujer
contemporánea.
Reconocen que esto no habría sido posible, si no sucediera en el
momento presente, en que las luchas feministas y sus conquistas han
procurado espacios para las mujeres creadoras, más allá de su
tradicional papel musas, con el que ellas no se sienten identificadas.
Se expondrán las obras en un espacio seleccionado por la curadora
Alejandra Ponciano, que permite la sensación de intimidad, haciendo
alusión a la premisa de que lo íntimo es político. Con ello dará
visibilidad a las angustias, anhelos y pasiones que las mujeres de
mediana edad enfrentan.
Así el Colectivo Cuarto33 propone al espectador cuestionarse ¿Te
gusta quién eres?, ¿El protocolo social es vigente?, ¿Cuáles son tus
ausencias?, ¿Cómo conservamos nuestras vivencias cotidianas? entre otras
meditaciones que ellas mismas se han hecho, y que están seguras,
compartimos de manera humana y universal.
La exposición será inaugurada el 26 de mayo a las 19 hrs, Como parte
del programa de actividades se hará un concierto de música experimental
el 28 de mayo a las 18:00 hrs. y un recorrido guiado por las artistas el
29 de mayo con entrada gratuita.
Las obras que se expondrán son collage, pintura, escultura e
instalación. Estará abierta al público hasta el 29 de mayo. Curadora y
artistas disponibles para entrevista.
¿Pero, quienes son ellas?
Gemma Fortea nace en Barcelona en 1980. De formación
plenamente humanística. Amante de la teoría estética y de las leyendas y
mitos literarios, se ha centrado en lo poético de su entorno para dar
vida a sus obras. Obra que engloba los tres lenguajes; escritura,
pintura y fotografía. Dándole a sus creaciones la posibilidad de
acercarse a ella desde diferentes ángulos. El autorretrato, se ha
convertido en una herramienta primordial para el autoconocimiento. El
exponerse de forma privada o compartida le sirve para manifestar su
sentir y su modo íntimo de ser, creando una simbiosis entre artista y
modelo. Con un estilo que huye de ser clasificado, vemos en su obra una
línea creativa enmarcada por el trazo y complementada por una paleta que
se transforma con cada creación. Ha expuesto en más de 15 exposiciones
colectivas y 1 muestra individual.
Sharon Muss, nacida en la Ciudad de México, “desde
pequeña sentí́ curiosidad y asombro por el arte, la pintura,
fotografía”. El Arte siempre presente en mi vida, ensimismarme,
recrearme, observarme y tener un espacio propio, intimo conmigo.
Observando el comportamiento vinculado a situaciones casuales o
extremas, la curiosidad del Ser. Comienza su carrera artística
formalmente en el año 2000 en la escuela activa de fotografía. Sin
embargo, hoy en día enfoca su producción a la pintura. Siempre Curiosa
del comportamiento humano busca de expresar su más profundo sentir a
través de la creatividad en un lenguaje pictórico innovador.
Lu Villanueva, nació́ en São Paulo (Brasil) y
actualmente vive en la Ciudad de México. Inició su práctica artística
como fotógrafa. Desde 2014 comenzó́ a utilizar sus propias fotografías
para crear su propio estilo de collage y evolucionó a la pintura. Desde
entonces ha ido enriqueciendo sus técnicas pictóricas con cursos,
talleres y residencias artísticas por todo el mundo. Su proceso creativo
comienza con el dibujo, utilizando todo tipo de referencias urbanas
como esculturas, muebles icónicos o incluso referencias arquitectónicas.
Combinando múltiples procesos, materiales y diferentes medios, crea un
nuevo lenguaje que utiliza la línea para vincular el dibujo y la
pintura. Creando una atmósfera donde se conectan el color, la
abstracción, lo figurativo y una profunda investigación, su obra aborda
alegorías contemporáneas en su proceso. Su obra ha sido expuesta en
diversos foros nacionales e internacionales.
Adela Mizrahi nace en la ciudad de México en 1982,
donde vive y produce hasta hoy en día. Diseñadora textil egresadá de la
universidad Iberoamericana. Inicia formalmente su carrera artística en
el 2012 Ha logrado fusionar sus conocimientos como diseñadora y
fotógrafa para crear un nuevo lenguaje pictórico. Sus fotos proponen un
acercamiento a la sociedad y al momento histórico actual, realizando una
descripción en imágenes de dicha sociedad que vive de prisa, consumista
y la cual no se cuestiona; donde también cada individuo deja a un lado
su autenticidad para formar parte de las masas. Sin embargo, para la
artista, cada individuo vibra en diferente frecuencia, tiene su propia
fuerza y energía; es por ello y como medio final, que utiliza el
dinamismo de la pintura para intentarla plasmar. A participado en más de
20 exposiciones colectivas a nivel nacional e internacional, en
ciudades como Berlín, Venecia y Cuba.
Denuncias de las representantes de varias
organizaciones encargadas de proteger y denunciar la situación que
atraviesan las mujeres pakistaníes en España
Madrid, 31 mayo 22. AmecoPress.- Hace unos días,
la noticia del crimen de dos hermanas pakistaníes de 21 y 24 años a
mano de su familia por querer divorciarse de los maridos que sus
familias les habían impuesto. Arooj y Anisa Abbas que vivían en
Barcelona, fueron engañadas para viajar a su país de origen, en
Pakistán, donde se encontraban los primos con los que las habían casado a
la fuerza. Al no querer regresar con ellos a España, su propia familia
las torturó hasta la muerte.
En el programa radiofónico ’Julia en la Onda’, se habló del
choque cultural de los matrimonios forzados con tres mujeres que conocen
muy bien este tipo de situaciones: Huma Jamshed, presidenta de la
Asociación Cultural y Educativa de Mujeres Pakistaníes, Hannan Serroukh,
educadora social y analista del Grupo de Estudios Estratégicos y Aya
Sima Fatty, coordinadora de referentes de la Asociación Valientes y
Acompañadas.
Jamshed aseguró que en la asociación están de luto: "nadie se merece
que se castigue de esta forma a dos niñas, y más a manos de sus
familias". En la cultura pakistaní, este tipo de asesinatos se reconocen
como "asesinatos de honor", y en ellos suelen estar implicados los
familiares de las víctimas.
A pesar de que no es frecuente que trasciendan, el asesinato de
mujeres a manos de sus familias es frecuente, como el que sucedió el año
pasado en Italia con otra joven pakistaní. Serrouk asegura que "se
trata de una realidad que no está basada en casos aislados y en vez de
crear protocolos para erradicarla, se crean para acompañar".
Durante todo un año, añade, "estas chicas no tuvieron un espacio en
el que alguien las comprendiera y tratara de ayudarlas". A esta
situación conviene añadirle el miedo que sufren a poner denuncias, y en
el caso de que las pongan, a mantenerlas después de ser amenazadas,
incluso, con la muerte de su madre.
Desde la asociación que lidera Jamshed, median con los maridos y sus
familias para evitar llegar a situaciones de riesgo para ellas, aunque,
asegura, "normalmente acaban obedeciéndolas".
Aya Sima Fatty asegura que estos "crímenes de honor" se justifican
con la supuesta humillación a la familia por parte de las chicas,
incluso a pesar de que es un delito que se persigue por ley en Pakistán.
CIMACFoto: César Martínez López.- Ciudad de México.- La pandemia de COVID-19 tuvo diversos efectos negativos alrededor del mundo. ¿Uno de ellos? Las mujeres siguen en lo más bajo de la pirámide económica a nivel internacional. Mientras tanto, los 10 hombres más ricos duplicaron sus fortunas.
El
Comité de Oxford de Ayuda contra el Hambre (Oxfam, por su abreviatura
en inglés) publicó un informe sobre la desigualdad a nivel global. El
archivo titulado Las desigualdades matan
coloca a la violencia económica como una de las principales causas de
desigualdad a nivel global; además, revela que esta violencia empobrece
de manera desproporcionada a las mujeres.
Las más afectadas por la pandemia
En
muchos países, las estructuras políticas, económicas y sociales están
diseñadas para favorecer la riqueza de unos cuantos y mantener
empobrecido al resto, a esta violencia sistemática se le conoce como violencia económica.
Su presencia en nuestra sociedad es tal que, de acuerdo con Oxfam, los
10 hombres más ricos del mundo duplicaron sus riquezas durante la
pandemia de COVID-19.
Mientras ellos acumulaban más dinero, la
economía del 99 por ciento de la población mundial se deterioraba.
Dentro de ese gran 99 por ciento, las mujeres fueron las más afectadas
al tener que realizar más trabajo no remunerado relacionado con los cuidados y las labores domésticas.
“Conjuntamente, 252 hombres poseen más riqueza que los mil millones de mujeres y niñas de África, América Latina y el Caribe”.
Oxfam
Según
los datos obtenidos por Oxfam, en 2021 las mujeres dejaron de percibir
unos 800 mil millones de dólares de ingresos, a pesar de la paulatina
reactivación económica y el cese a las restricciones pandémicas en
diferentes partes del globo. ¿La razón? En primer lugar, el desempleo y los confinamientos.
La
rama de servicios fue una de las más golpeadas por el desempleo tras el
cierre de restaurantes, hoteles y negocios similares; negocios en los
que la mayoría del personal son mujeres.
Las mujeres que perdieron
sus empleos tuvieron que quedarse en sus hogares al cuidado de sus
hijos e hijas, quienes no iban a la escuela; y de sus esposos u otros
familiares, quienes tampoco podían salir.
Oxfam explicó que 13 millones de mujeres a nivel mundial enfrentan esta situación desde el 2021. Tan solo en América Latina, la tasa de ocupación entre las mujeres se ha reducido en un 9.4 por ciento.
De acuerdo con la organización, en términos del desempleo masculino la
recuperación será rápida, pero para ellas no se augura un buen camino.
A
la par, millones de mujeres realizan trabajos de cuidado y labores
domésticas sin remuneración y con todavía menos dinero del que tenían
antes, y no solo adultas: las niñas también están haciéndose cargo de
sus hogares. De hecho, es posible que más de 20 millones de ellas no vuelvan a ir a la escuela tras abandonar sus estudios por la pandemia.
Otra historia de violencia sistémica contra las mujeres
La segunda razón por la cual las mujeres han sido particularmente afectadas por la pandemia es la falta de igualdad en el campo laboral y en la sociedad en general. Oxfam calculó que 3 mil millones de mujeres no
pueden acceder a las mismas oportunidades laborales que los hombres
debido a la existencia de leyes machistas que lo prohíben
explícitamente.
Hay lugares donde la situación es aún más limitante. Según el Banco Mundial, hay 18 economías internacionales donde los maridos pueden impedir legalmente que sus esposas trabajen, entre ellas las de Irán y Siria.
Todas estas circunstancias ocasionan que por lo menos 740 millones de mujeres vivan del trabajo informal,
una de las ramas más desprotegidas y afectadas por la crisis económica
de la pandemia. Gracias a esta situación, esos 740 millones de mujeres
vieron sus ingresos reducidos en un 60 por ciento durante 2021.
Y las violencias del sistema no terminan. La existencia de sociedades y culturas machistas también expuso a las mujeres a un aumento en los índices de violencia de género en diversos países: tan solo en Israel, la tasa de feminicidios aumentó un tercio.
Desde
2020 se proyectaba un aumento del 20 por ciento en los casos de
violencia contra las mujeres durante los múltiples confinamientos
obligados. Esto quiere decir que, por cada tres meses de confinamiento, se esperaban 15 millones más de casos de violencia, sobre todo violencia en la pareja.
Oxfam señaló que con la emergencia epidemiológica se ha eliminado una tercera parte de los avances para la erradicación de la violencia de género en 2030. A pesar de lo alarmante sobre la situación, los gobiernos del mundo solo han invertido el 0.0002 por ciento
de sus fondos en respuesta a la pandemia para atender las necesidades
de las mujeres. Muchos de ellos tampoco se han preocupado por
implementar leyes que favorezcan la inclusión económica de las mujeres. A
este paso, se estima que la brecha de género se eliminará en
aproximadamente 135 años.
.- Ciudad
de México.- La muerte violenta de una mujer no representa solo una
cifra, es la pérdida de una vida que deja un vacío en la sociedad y
particularmente en la familia de la víctima.
En el marco de los
“Miércoles de Charla” del Grupo de Estudios Sobre la Mujer “Rosarios
Castellanos” (GESMujer), organización civil enfocada en el trabajo en
favor de las mujeres en el estado de Oaxaca, se realizó la plática “Las madres que lloran a sus hijas. Duelo por feminicidio”,
donde se abordó la importancia de reconocer que las madres de las
mujeres asesinadas se convierten en las otras víctimas, a la vez que su
duelo es un proceso único, irrepetible y válido en cualquiera de sus
expresiones.
La charla contó con la participación de la psicóloga
Flor Robles López y la psicóloga especialista en Tanatología, Laura
Cortés. Flor Robles enfatizó la relevancia del acompañamiento
tanatológico con perspectiva de género a partir de los duelos por
feminicidio, pues las características propias de este delito y las significaciones alrededor del dolor y el contexto impactan de forma particular a las y los familiares de las víctimas, quienes son víctimas indirectas de los asesinatos.
Las
especialistas señalaron que cada duelo es único e irrepetible, ya que
diferentes factores como el contexto y las características del entorno
alrededor del feminicidio determinan cómo responderán y atravesarán la
situación las familias de las víctimas. Laura Cortés afirmó que, si bien
la sociedad también espera una reacción particular ante los asesinatos
de mujeres, cada etapa tiene un mecanismo de enfrentamiento distinto que
nunca será universal, por lo cual no hay un modelo único de vivir el duelo.
De
acuerdo con la tanatóloga, muchas víctimas indirectas de feminicidio,
en particular las madres, utilizan mecanismos de enfrentamiento como la
ira y es necesario reconocer que son completamente válidos. Cada madre
puede atravesar por procesos de resignificación ante la muerte de sus hijas
para darle un nuevo sentido a la vida, aun con la ausencia de las
mujeres asesinadas; por ello es importante acompañar y respetar sus
duelos de manera empática y responsable.
En este sentido, las
especialistas recordaron las declaraciones de Elideth Yesenia Zamudio en
2020, madre de María de Jesús Jaimes Zamudio, estudiante del Instituto
Politécnico Nacional (IPN) que fue víctima de feminicidio en 2016:
“Y
si me ven de negro y soy muy radical, y si quemo y rompo y hago un
pinche ‘despadre’ en esta ciudad, ¿cuál es su pinche problema? ¡A mí me
mataron a mi hija! (…) Yo soy una madre que me mataron a mi hija, y sí
soy una madre empoderada y feminista, y estoy que me carga la chingada.
Tengo todo el derecho a quemar y a romper, no le voy a pedir permiso a
nadie porque yo estoy rompiendo por mi hija”.
Elideth Yesenia Zamudio
Las psicólogas indicaron que el feminicidio no solo es un tipo más de muerte violenta, sino que engloba muchas muertes a la vez:
físicas, simbólicas, sociales y políticas, todas violentas e impuestas
sobre una mujer. Ante esto, las madres de las víctimas no solo se ven
forzadas a enfrentar la muerte traumática de su familiar, sino que deben
aprender sobre derecho, temas de género y Derechos Humanos para acceder
a la justicia.
A esto se suma que en la actualidad los casos de
feminicidio suelen ser públicos, lo que conlleva la revictimización
mediática de las mujeres asesinadas e incluso de sus familia, por lo que
Flor Robles concluyó que se necesitan medios de comunicación que rescaten la memoria de las víctimas, en vez de concentrarse en compartir los detalles de las muertes y exaltar las virtudes de los victimarios.