2/29/2020

Los feminismos y los mercados simbólicos



María Teresa Priego

¿A qué hora los feminismos se convirtieron en un "buen producto" tan cotizado en los mercados simbólicos? La brutalidad de los asesinatos contra niñas, adolescentes y mujeres se desató hace más de dos décadas en Ciudad Juárez. El feminicidio es una tragedia nacional que no comenzó ayer. Tragedia negada, silenciada, ignorada, que las feministas y compañeros con el compromiso y la sensibilidad de Sergio González Rodríguez, han denunciado sin tregua. En todo el país los feminismos han hecho -por décadas- un trabajo de análisis, acompañamiento, propuestas, denuncias, marchas. Seguimientos. Mapas. Conteos. Actos de duelo. La violencia creciente contra las mujeres ha sido la más fundamental y la más desesperada de nuestras causas.
Las últimas marchas convocadas por colectivas feministas y a las que han acudido -sobre todo- mujeres jóvenes y muy jóvenes, han incluido actos de rebeldía que para muchos son  "vandalismo" sin razón y sin sentido. Las llaman a manifestarse "civilizadas" y "suavecito". No saben, se les olvida, que estas acciones son precedidas por décadas de no ser escuchadas. No saben, se les olvida, que ellas, esas mujeres jóvenes están luchando porque sienten sus vidas amenazadas todos los días. Están luchando por ellas y por todas.
Sin embargo, ¿no es extraño? Pareciera que esa amaneza de "incendiarlo todo" era indispensable para que tanto la sociedad, como los medios, los partidos, las autoridades, se detuvieran a intentar escuchar. Pero, ¿están escuchando, o alimentando el raiting y dispútandose causas? La marcha del 8 de marzo, como el paro del día 9, son convocatorias creadas desde los feminismos. El feminismo internacional, en el segundo de los casos. Hemos marchado por décadas en el Día Internacional de la Mujer. Y cada vez somos más. Jamás han sido marchas partidistas, y sería necesario aclarar: a nadie le interesaba afirmar que lo fueran, porque el feminismo, tan vilipendiado, tan motivo de rechazo y escarnio, no era un buen "producto" por el cual disputarse. Más bien al contrario. Me permito ironizar, no sin dolor: compañeras, estamos a la alza, mientras nos arrastran tan a la baja. Por los cabellos. De un lado y del otro, (qué absurdo ese "de un lado y del otro") se activa una especie de decreto de edición de la memoria, de la realidad, de lo analizado y de lo aprendido.
Si vamos a la marcha (a la que siempre fuimos) estamos "dándole argumentos al adversario", porque la derecha nos manipula, o no, pero en todo caso, aprovecha nuestros discursos y nuestros actos. ¿Nos quedamos catatónicas? Si no vamos, estamos cediendo un espacio que ha sido históricamente nuestro. Y lo seguirá siendo.  Porque lo hemos creado y porque nuestras reivindicaciones no se inventaron ayer. Nuestras identidades son las nuestras. No veo razón alguna para renunciar a ellas. Aunque nos quedemos atónitas ante la ola de feministas/os que de repente surgen por todos lados, cuando jamás se ocuparon del tema. Cuando han sido activistas del negacionismo.  Una las/los escucha y pareciera que nunca antes de este sexenio fue asesinada mujer alguna. México era el paraíso para niñas, adolescentes y mujeres, hasta que Andrés Manuel fue elegido presidente. ¡Qué tiempos aquellos!
Los feminismos son y siempre han sido siempre un movimiento político, basta con repetir lo que sabemos: comenzaron con el movimiento sufragista y las mujeres organizadas  tomando las calles para exigir su derecho al voto. "Lo personal es político" fue una de las consignas de los feminismos  de la "segunda ola".  ¿Qué querrían decir con "no politicen el feminismo?" Con "politizar" se refieren -en realidad- a no partidizar las reivindicaciones y las convocatorias de un movimiento independiente, cuya libertad de decir y actuar no puede ser sometida a los intereses de ningún partido político. No nos cosifiquen. No nos usen. En los partidos hay feministas, sí, y  como tales se suman a un movimiento cada vez más extenso y conformado sobre todo, por redes de mujeres -pertenecientes a colectivas, organizaciones de la sociedad civil, grupos de compañeras, feministas en solitario- lo que no excluye, por supuesto, el activismo feminista desde las redes mixtas
En la partidización de las causas que atañen a las mujeres, dejamos de hablar de lo que importa, para perdernos en los mecanismos de al lado. El centro es la violencia contra niñas, adolescentes y mujeres y su extremo feminicida. No, ¿quién tiene el poder? ¿cómo se recupera? ¿cómo se conserva? ¿a quién hay que atacar? ¿de qué causa nos colgamos? Así, como si vendieran y compraran acciones en los mercados simbílicos. De golpe, ya son súper feministas -como fiebre anti sexenio- cantidades de personas que jamás, en décadas, se ocuparon del tema. Recién descubren que el feminicidio existe. Aún cuando ejercieron posiciones de poder. Pero, de golpe, también ya son súper feministas cantidad de militantes de partidos de "izquierda", que han descalificado al feminismo culpándolo de todos los excesos. Ellos también descubren que el feminicidio existe. Un rasgadero -exaltado- de vestiduras que a las feministas nos deja perplejas. ¿Cómo? ¿a qué hora ese: "yo siempre fui feminista", "yo siempre estuve allí". Tú no tienes derecho a la palabra, "¡en cambio yo!"? Con tal cantidad de feministas, una se pregunta ¿cómo llegamos a donde estamos?
Qué bien que la violencia cotidiana contra nosotras dejara de ser negada (hasta el escándalo) y comenzara a considerarse como un tema urgente. Qué bien que se sumen. Esperamos ansiosas que los actos de esta cantidad de activistas de última hora estén a la altura de su indignación, (no la de unas/os contra otras/os), sino de su indignación contra la violencia brutal e in crescendo contra nosotras. También de golpe -como fiebre pro-sexenio- ya nos acusan a las feministas como traidoras a la 4T, y una activista en defensa de la integridad de las niñas, adolescentes y mujeres como Frida Guerrera, es acosada y amenazada en redes sociales porque acudió a una "mañanera" y expuso ante el presidente esa tragedia nacional que es el feminicidio, realidad que muy pocas personas conocen tan a fondo como ella. Los feminismos, ahora como "buen producto", se enfrentan a una amenaza de alienación que no hace sino provocar más de lo mismo: no ser escuchadas.
Ahora resulta que toda reflexión acerca del feminicidio queda reducida a un asunto de partidos. Ahora resulta que quienes ignoraron por décadas el asesinato cada vez más sistemático de mujeres, toman los argumentos y las reivindicaciones de los feminismos para probar a qué punto el gobierno de Andrés Manuel es un fracaso. Ahora resulta que hacer el trabajo feminista que hemos hecho por décadas, nos convierte en "enemigas" de la 4T. Cuando una vota tiene claro, que de ser necesario, en temas puntuales y de manera puntual, se opondrá -como es su derecho- a aquello que le provoque un franco desacuerdo con quienes gobiernan. Sobre todo, si es una causa que ha sido la suya, sin importar quién gobierna. Sí, el aumento en el número de feminicidios y la brutalidad con la que se cometen- como el aumento de las distintas formas de violencia- tiene mucho que ver con el capitalismo salvaje al que de manera eufemística llamamos "neoliberalismo". El "neoliberalismo" sucede en países "desarrollados". Los platos rotos, bien rotos, nos suceden acá.
Pero no es el único enfoque de análisis posible, ni el único enfoque que nos permitirá caminar hacia el alto a la impunidad y hacia la prevención. Los enfoques se entrecruzan y tenemos que sumarlos. Voté por Andrés Manuel, cuando no llamaba a voto alguno: durante la toma de los pozos petroleros en Tabasco. Era una lucha indiepensable y justa. Voté por él cada vez, pero es justo porque creo en él, y espero soluciones que otros, antes, no estuvieron interesados en ofrecer.
Que si un partido, que si el otro, que si los muros graffiteados. No nos dejemos alienar por el tema de al lado. Seguimos siendo las que hemos sido: activistas independientes. Por eso sí marcho el 8 de marzo. Por eso quiero caminar Reforma -una vez más- junto a mis compañeras. Por eso, me sumo al paro.


Feminicidio



CIMACFoto: César Martínez López

En días pasados, la sociedad mexicana se vio conmocionada por el terrible feminicidio de Ingrid Escamilla Vargas y la ulterior filtración de fotos de sus restos mancillados. Pero no sólo este evento ha estado en la agenda pública de nuestro país. Días antes, el Fiscal General de la República había propuesto desaparecer el delito de feminicidio, bajo el argumento de que en los últimos 10 años había habido un incremento alarmante del 134 por ciento y era muy difícil acreditar los elementos del tipo penal y que era mejor que se le tipificara como un agravante.
Lo cierto es que la tipificación del feminicidio es un logro del movimiento feminista, nadie nos ha regalado nada, nada le debemos a nadie, sólo a nosotras mismas, no podemos permitirnos el lujo de retroceder.
El Código Penal Federal establece que para que se pueda acreditar el feminicidio, éste debe cumplir con alguno de estos elementos: Que la víctima presente signos de violencia sexual de cualquier tipo; que a la víctima se le hayan infligido lesiones o mutilaciones infamantes o degradantes, previas o posteriores a la privación de la vida o actos de necrofilia; que existan antecedentes o datos de cualquier tipo de violencia en el ámbito familiar, laboral o escolar, del sujeto activo en contra de la víctima; que haya existido entre el activo y la víctima una relación sentimental, afectiva o de confianza; que existan datos que establezcan que hubo amenazas relacionadas con el hecho delictuoso, acoso o lesiones del sujeto activo en contra de la víctima; que la víctima haya sido incomunicada, cualquiera que sea el tiempo previo a la privación de la vida; que el cuerpo de la víctima sea expuesto o exhibido en un lugar público. Lo que realmente es difícil de probar, tal vez por insensibilidad o falta de pericia del Ministerio Público.
Por otro lado, ya el Poder Judicial en 2015 había determinado en la Tesis Jurisprudencial 1ª. CLXI/2015 de fecha mayo de 2015, bajo el rubro de FEMINICIDIO…
Con base en los Derechos Humanos a la igualdad y a la no discriminación por razones de género, cuando se investigue la muerte violenta de una mujer, los órganos investigadores deben realizar su investigación con base en una perspectiva de género, para lo cual, debe implementarse un método para verificar si existió una situación de violencia o vulnerabilidad en la víctima por cuestiones de género.
Así pues, en el caso de muertes violentas de mujeres, las autoridades deben explorar todas las líneas investigativas posibles -incluyendo el hecho que la mujer asesinada haya sido víctima de violencia de género- con el fin de determinar la verdad histórica de lo sucedido. Tal como lo ha destacado la Corte Interamericana de Derechos Humanos, esta Primera Sala considera que toda investigación se debe efectuar con seriedad y no como una simple formalidad condenada de antemano a ser infructuosa.
Además, debe tener un sentido y ser asumida por el Estado como un deber jurídico propio y no como una simple gestión de intereses particulares, que dependa de la iniciativa procesal de la víctima o de sus familiares o de la aportación privada de elementos probatorios, sin que la autoridad busque efectivamente la verdad.
En consecuencia, todo caso de muertes de mujeres, incluidas aquellas que prima facie parecerían haber sido causadas por motivos criminales, suicidio y algunos accidentes, deben de analizarse con perspectiva de género, para poder determinar si hubo o no razones de género en la causa de la muerte y para poder confirmar o descartar el motivo de la muerte. La determinación eficiente de la verdad en el marco de la obligación de investigar una muerte debe mostrarse, con toda acuciosidad, desde las primeras diligencias.
La valoración de la oportunidad y la oficiosidad de la investigación debe hacerse tanto de los actos urgentes, como del desarrollo de un plan o programa metodológico de la investigación. Así pues, la investigación de las muertes violentas de mujeres con perspectiva de género requiere que se realicen diligencias particulares. Para poder considerar que se está investigando una denuncia de muerte violenta de mujer por razón de género en forma efectiva, la investigación debe implicar la realización de conceptos criminalísticos aplicados con visión de género. En consecuencia, en el caso de las muertes violentas de mujeres se deben abrir las líneas de investigación con los elementos existentes que podrían ser compatibles con la violencia de género y avanzar la investigación sin descartar esa hipótesis para localizar e integrar el resto de los elementos probatorios.
“El deber de investigar adquiere mayor relevancia en relación con la muerte de una mujer en un contexto de violencia contra las mujeres…
Si fuera así, que todas las muertes violentas de mujeres fueran tipificadas como feminicidio, la propuesta no estaría tan mal.
Lo cierto es que las leyes solas no van a detener la violencia creciente contra las mujeres que ha incrementado el miedo y el enojo de las jóvenes, con toda razón, ya que cada día nos topamos con muestras más violentas de violencia contra las mujeres. Lo que hace falta el disminuir la impunidad y políticas públicas que no se han concretado.
Tendríamos que iniciar un ejercicio de rendición de cuentas de las funcionarias encargadas de los temas de las mujeres como el feminicidio, las desapariciones, la trata y la explotación sexual y reproductiva de las mujeres, las violaciones, violencia familiar, hostigamiento, acoso, el matrimonio temprano, el embarazo adolescente, como la exministra Olga Sánchez Cordero, ahora Secretaria de Gobernación; la Directora del Instituto Nacional de las Mujeres, Nadine Gasman; Candelaria Ochoa, Directora General de la Conavim, las ministras de la Suprema Corte de Justicia; las Legisladoras Feministas, y las titulares de los mecanismos estatales y municipales de las mujeres, son ellas las que nos deberían rendir cuentas, porque de lo contrario la paridad no nos sirve de nada.

Convocan a huelga mundial de mujeres el 8 de marzo


Ciudad de México. Más de 95 organizaciones feministas, de 36 países del mundo, convocaron a una huelga mundial de las mujeres el 8 de marzo de 2020, para protestar por“las promesas incumplidas hechas por los gobiernos”, en la promoción de la igualdad, el desarrollo y la paz para todas las mujeres. “Si las mujeres se detienen, el mundo se detiene”, es el lema de la huelga.
Aunque el 8 de marzo, este año cae en un domingo, las organizaciones llamaron a las mujeres a detener o ralentizar el trabajo formal o de cuidado y unirse a las protestas. “Forjaremos una alianza para defender y reclamar el poder colectivo de las mujeres para exigir nuestros Derechos Humanos”, explicó Fatima Burnad, fundadora de la Sociedad para la Educación y el Desarrollo Rural e integrante del Consejo Regional del Foro de Asia y el Pacífico sobre la Mujer, el Derecho y el Desarrollo (APWLD), una red de organizaciones feministas que inició la huelga.
“No haremos las tareas del hogar, la responsabilidad doméstica y, cuando sea necesario, pediremos a los socios y aliados masculinos que muestren solidaridad quedándose a cargo del hogar, la familia y la comunidad. Reuniremos a mujeres y aliados en nuestras redes y comunidades para manifestarnos, alzar nuestras voces y unirnos”, dijo Burnad. En la convocatoria, las organizaciones recordaron algunos datos sobre la desigualdad que persiste en el mundo:
  • Las mujeres y las niñas continúan realizando más de las tres cuartas partes de la cantidad total de trabajos de cuidados no remunerados, mientras que el trabajo doméstico es comúnmente mal remunerado y se realiza en condiciones de trabajo precarias.
  • A las mujeres de todo el mundo se les paga 63 por ciento de la cantidad que se les paga a los hombres. La brecha salarial global tardará 202 años en cerrarse.
  • 70 por ciento de las mujeres han experimentado violencia física y/o sexual por parte de una pareja íntima en su vida.
  • 80 por ciento de las personas desplazadas por el cambio climático son mujeres.
“La opresión estructural contra las mujeres, ya sea patriarcado, neoliberalismo, globalización, militarismo, fundamentalismo o destrucción ambiental, persiste”, constataron las organizaciones, por lo tanto, las comunidades y las organizaciones de todo el mundo respaldarían la huelga, y se unirían en solidaridad global para actuar y conectar sus luchas.
La Presidenta de la Unión Nacional de Empleadas Domésticas de Trinidad y Tobago e integrante de la Red Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Red- DESC, Ida LeBlanc , se sumó a la convocatoria: “Como trabajadoras del hogar, hacemos un llamado a las mujeres que han sufrido violencia y acoso en el trabajo y que han sido explotadas de muchas maneras, para defender sus derechos, y aquellas mujeres que no han experimentado tales abusos, para que se movilicen en solidaridad”, dijo.
Las demandas de las defensoras son sustentadas por una declaración política, del Comité de la Huelga. En ella, se mencionan las evidencias científicas sobre los datos mencionados arriba, pero también incluye demandas como el trabajo decente y salarios dignos para todas, el poner fin a la violencia de género, el acceso justo a los recursos, y la soberanía alimentaria para todas.
Con el fin de globalizar de manera efectiva la Huelga Mundial (Women’s Global Strike, en inglés), las organizaciones crearon una página web, que proporciona en cinco idiomas informaciones sobre las causas, la declaración, y una lista de eventos para organizarse.
20/SG/LGL

Feminicidio. La violencia de género como prioridad de la agenda nacional


CIMACFoto: Hazel Zamora Mendieta

“Qué sería de las mujeres sin el aliento y apoyo de otras mujeres conocidas o desconocidas, qué sería de las víctimas del feminicidio sin esa voz de otras exigiendo justicia. Urge erradicar las estructuras sociales del caldo de cultivo de feminicidas” (Marcela Lagarde).
En un país donde se asesinan entre 10 y 11 mujeres al día documentar el feminicidio parece una película de horror, abocarse a la tarea de explicar lo que está sucediendo (si es que hay alguna explicacion), sobre todo generar propuestas para avanzar en la solución deesta grave situación son tareas impostergables de ahorita, urgentes.


A la cabeza del feminicidio se ubica el Estado de México, sin embargo su gobernador dice “apoyar a las mujeres cuando en realidad ahí el feminicidio goza de cabal salud, reina la impunidad y son famosos por dar manga ancha a la corrupción, es un Afganistán para las niñas y mujeres que viven ahí. Chihuahua y Guerrero, la CDMX gobernada por la izquierda partidista desde hace más de 20 años, también con una amplia reputación en materia de corrupción e impunidad, en lo concerniente a feminicidio (ver gráfica).
La espiral de crecimiento es impactante, solamente para 2019 se registra un aumento del 6 por ciento, respecto al año anterior.
Según la Fiscalía General de la República en ese mismo año nueve de cada diez delitos cometidos contra mujeres no tienen castigo, ¿por qué? Parece que se tienen más preguntas que respuestas, respuestas de las autoridades correspondientes, es decir acciones para erradicar esta impunidad fatal.
Además de acuerdo con el informe de la Asociación Alto al Secuestro, de enero de 2018 a diciembre de 2019, los estados de México y Veracruz, así como la Ciudad de México, fueron las entidades que más secuestros de mujeres registraron, representan cuatro de cada diez delitos.
Para mayor abundamiento, al menos 6 mil denuncias de violencia contra las mujeres están sin investigar y, por lo tanto, los presuntos responsables siguen impunes, de acuerdo con estimaciones de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim).
Lo primero que dicen estos datos duros es que aquí se ha normalizado la crueldad contra las mujeres y la violencia de género tiene derecho de pernada. Tan terrible como el femicidio en las niñas o las jóvenes -al parecer las principales víctimas de esta cruda realidad-, sólo esto obliga a un nuevo pacto entre las feministas o las organizaciones de mujeres.
¡Alerta, alerta!, esa es la voz que convoca con mucho enojo, porque no han sido escuchadas, no han tenido respuestas.
También un nuevo pacto entre Estado y sociedad: identificar responsables, una hoja de ruta mínima, para aplicar medidas correctivas; a sabiendas de que las acciones punitivas son insuficientes, quizás necesarias pero insuficientes.
¿Qué se requiere para erradicar lo que llama Lagarde “caldo de cultivo de feminicida”? Apoyarse en las teóricas del feminismo, en las organizaciones de mujeres; retomar aportaciones de tantos y tantas voces sensatas, opuestas a provocar más destrucción convocar a un diálogo con el gobierno y sus instituciones.
El Estado es parte del problema desde luego, pero ¿dónde quedó el Estado? en un país que deliberadamente “lo adelgazó”, al punto de que se volviera inútil e invisible. “El problema se resuelve allá abajo, donde está la gran cantidad de agresiones que no son crímenes, pero que van formando la normalidad de la agresión” (Segato), ergo es indispensable la acción del Estado.
Gracias a la continua presión social el tema ya está en la agenda nacional, ¡ya era hora!.
Llegamos tarde, dice la Secretaría de Gobernación, aunque reconoce que las demandas son legítimas; a esta afirmación se agrega lo que el propio gobierno difunde: el paro del #9M no nos representa, porque es un movimiento contra la 4T y contra AMLO (no confundir al mensaje con el mensajero); el paro implica que las mujeres se dediquen a trabajos domésticos; la derecha conservadora o PRIAN están en este movimiento, agazapados para provocar un golpe blando.
Estas son algunas de las equivocaciones o yerros que revelan una subestimación, pone a las mujeres como ignorantes, infantiles, las descalifica a ellas y sus motivos, o como dice Lydia Cacho: reflejan una introyección de la misoginia, que reina a sus anchas en el país.
Los mensajes que se reproducen en las redes sociales tienen una carga tremenda de misoginia y machismo, tal vez lo más grave es que provienen de lo que se considera o consideraba “fuerza transformadora y progresista del país”.
No sólo desacredita un movimiento que tiene una sustentabilidad inexclusable totalmente justificada, lo más importante, no genera propuestas de solución o acciones mediatas o inmediatas. ¿Acaso esa es la intención: apagar y ahogar las voces de las mujeres, una vez más?
Ninguna de estas fake news (quizás son más que FKNws) abona a resolver la situación, sacurdirse a la derecha es bastante sencillo.
Esa parte de nuestra realidad no convoca, son las mujeres y mejor aún las feministas. No existen los movimientos sociales “puristas”, desde siempre han estado presentes o han intentado estar presentes las fuerzas conservadoras y de derecha: en el movimiento obrero, el campesino y estudiantil, obvio también en esta ocasión.
Con la salvedad de que en el movimiento feminista la derecha representa su antítesis, son cuna del patriarcado y del machismo. Hoy, imposible abordar el problema de la violencia de género como si fuera un tema separado de la situación de intemperie de la vida.
En efecto, el problema de la violencia de género no es un problema de los hombres y las mujeres como bien afirma la antropóloga y feminista Rita Segato. Aceptar y reconocerlo implica plantear soluciones que comprometan al Estado y sus Instituciones, no sólo al gobierno, o a las acciones individuales, aunque tampoco estorban.
En última instancia el gran culpable es el capitalismo neoliberal, pero hay que desmenuzarlo, meterse a las tripa porque en el camino se podrá encontrar muchos responsables intermediarios; con miras a ubicar soluciones, respuestas que se conviertan en acciones. Sin necesidad de inventar mucho en el marco juridico porque ya existe, hay que aplicarlo. Que la normatividad nacional e internacional para la protección de Mujeres y niñas no sean letra muerta.
Retomando una cita de Segato: la repetición de la violencia produce un efecto de normalización de un paisaje de la crueldad y, con esto, promueve en la gente los bajos umbrales de empatía indispensables para la empresa predadora. La crueldad habitual es directamente proporcional a formas de gozo narcisista y consumista, y al aislamiento de los ciudadanos mediante su desensibilización al sufrimiento de los otros. (Pedagogías de la crueldad. El mandato de la masculinidad (fragmentos), Rita Segato.
El que las mujeres se hayan empoderado -por cierto muy poco- no es la causa de tanta crueldad y violencia de género…. el problema se resuelve allá abajo, donde está la gran cantidad de agresiones que no son crímenes, pero que van formando la normalidad de la agresión.
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Jurado encuentra culpable a Harvey Weinstein, aún falta la sentencia


Ciudad de México. Harvey Weinstein, el ex productor del cine de Hollywood, acusado por más de 80 mujeres de violación, acoso sexual, y hostigamiento, fue encontrado culpable en dos de los cincos cargos que enfrentaba en la corte de Nueva York.
Los siete hombres y cinco mujeres lo encontraron culpable de forzar a la asistente de producción, Mimi Haleyi, tener sexo oral en 2006, un “acto sexual criminal de primer grado”, que podría ser condenado con hasta 25 años de prisión. El segundo acto por el cual lo condenaron fue “Violación en tercer grado”, que en la jurisdicción estadounidense significa sin consentimiento pero no con fuerza, de la actriz Jessica Mann en 2013, un acto que puede resultar en hasta cuatro años de prisión.
Weinstein fue absuelto de los dos cargos más serios de “ataque sexual predatorio”, y otro cargo de “violación en primer grado”, que podrían haber llevado a una pena más alta. El viernes pasado, una nota del jurado al juez James Burke, indicaba que las y los integrantes del jurado tenían opiniones opuestas sobre la pregunta si el acusado tenía un patrón de depredador sexual. Hoy, llegaron a una conclusión unánime.
El ex productor de cine, luego de escuchar el veredicto, fue esposado y llevado a un centro penitenciario. La petición de su defensa de quedar libre bajo fianza fue denegada. De acuerdo con el analista legal de la cadena CNN, Paul Callan, eso es común ya que el acusado, enfrentando 25 años en prisión, tendría razones de huir. Además, está pendiente otro caso penal por violaciones y ataques sexuales contra dos mujeres en Los Ángeles, en 2013. Se espera que las autoridades, que ya vincularon a Weinstein a proceso, esperen con el inicio del proceso hasta que haya concluido el caso en Nueva York.
A pesar de la absolución en los dos casos más graves, la defensa de las mujeres, tanto como feministas, celebraron el veredicto. “Las tres víctimas que representé son heroínas del movimiento de mujeres y el movimiento de víctimas. Relataron su verdad, a pesar de los ataques injustos en contra de su credibilidad por parte de la defensa”, dijo la abogada Gloria Allred, y agregó: “Esto es la era del empoderamiento de mujeres. Ya no van a ser silenciadas. ¡Ya no pueden intimidarlas más!”
Deborah Katz, también representante de una víctima, enfatizó el gran riesgo que significó el testimonio ante la corte para su cliente, y la felicitó por haber encontrado la valentía de testificar. “Argumentos como los de la defensa de Harvey Weinstein, que las mujeres querían aprovecharse de él para avanzar su carrera, han sido repudiadas con esta decisión del jurado. Nuestra sociedad ya no aceptará este tipo de mensajes ante una corte.”, dijo la abogada.
Mientras tanto, Ronan Farrow, uno de los reporteros que retrataron algunas víctimas de Weinstein y con su serie de artículos en el periodico New York Times y la revista New Yorker, en 2017, ayudaron a desencadenar el movimiento MeToo, tuiteó que el veredicto era el resultado de “las decisiones de muchas mujeres de decir la verdad a periodistas y fiscales, bajo un alto costo y riesgo personal. Por favor, piensen en estas mujeres hoy.”
Tarana Burke, la inventora del hashtag #MeToo, mencionó en su tuit los nombres de las seis mujeres que testificaron contra Weinstein, más una “sin nombre”, “más 84 otras”. Rose McGowan, una de las actrices que aparecieron en los artículos del New York Times, escribió: “Estoy orgullosa de las testigas, enfrentaron un monstruo. Gracias a las fiscales y el jurado que dijeron ‘Ni una más’. Gracias al público por examinar las cosas de manera más profunda.”
23 mujeres víctimas de Weinstein, reunidas en un grupo llamado “Rompedoras del Silencio” (Silence Breakers, en inglés) escribieron en un comunicado que mientras sería “decepcionante que el veredicto no trae la justicia completa que tantas mujeres merecen, Harvey Weinstein será siempre conocido como un depredador sexual condenado. Este proceso fue viciado desde el inicio pero sensibilizó al público a las dificultades que enfrentan las mujeres al exponer abusadores poderosos. Su valentía se recordará en la historia para siempre.”
Reese Witherspoon, una de las fundadoras del movimiento “TimesUp”, de mujeres en la industria de Hollywood, consideró el veredicto “histórico”, y dijo que era una victoria de sobrevivientes de violencia sexual en todo el mundo. “Esto es sólo el inicio”, escribió. “Este caso es sobre mucho más que un hombre. Se trata de terminar sistemas que permiten hombres como Weinstein. Se trata de cambiar el lugar del trabajo desde abajo hasta arriba. Se trata de crear una cultura donde se cree a sobrevivientes”, decretó “TimesUp” en un comunicado.

Se realiza Encuentro Continental de Mujeres Indígenas en la CDMX

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Ciudad de México. Más de 250 lideresas indígenas de 23 países se reúnen en la Ciudad de México en el VIII Encuentro Continental de Mujeres Indígenas, con el fin de discutir una agenda común frente al contexto de violencia en las Américas y revisar los avances en la garantía y reconocimiento a sus derechos de cara a Beijing +25 . 
Las indígenas se reúnen desde este 26 y hasta el 29 de febrero de 2020. El objetivo es construir una agenda común de incidencia en espacios estratégicos de la Organización de las Naciones Unidas, pues este 2020 habrá una revisión del cumplimiento de la Plataforma de Acción de Beijing +25, que es la hoja de ruta para alcanzar la igualdad de género en todos los gobiernos. 
Los temas a tratar son: coyuntura política y social actual de las Américas; mujeres, niñez y jóvenes indígenas; construcción de la libre determinación y autonomía; derechos territoriales; paz y justicia; madre tierra; diálogo intergeneracional; justicia; vida libre de violencia; derecho a la comunicación, soberanía alimentaria, entre otros. 
En el Encuentro participará la presidenta de “Chiarapaq Centro de Culturas Indígenas del Perú” y experta del Foro Permanente de Naciones Unidas, Tarcila Rivera Zea; la presidenta del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe, Myrna Cunningham; y la directora ejecutiva del Foro Internacional de Mujeres Indígenas, Teresa Zapeta.
También estarán Nadine Gasman Zylberman, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres en México; así como Larisa Ortiz Quintero, de la Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes de la Ciudad de México; Adelfo Regino Montes, del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas; Irma Juan Carlos, presidenta de la Comisión de Pueblos Indígenas. 
Estas lideresas indígenas se han reunido en otros años para reflexionar sobre los avances en la garantía y reconocimiento de sus Derechos Humanos. En el informe “Nada sobre nosotras sin nosotras”, de 2015, las indígenas de América apuntaron que “en los últimos 20 años, la situación política en nuestro continente ha virado hacia un reconocimiento formal de los pueblos indígenas, con diversos matices, pero que no llegan a un reconocimiento pleno de nuestros derechos”. 
“Se han vuelto más precarias nuestras condiciones de existencia. ¿En dónde radica el problema? Países como el Perú han visto incrementarse su tasa de exportaciones y de inversión privada, que ha sido celebrada como un respaldo a la estabilidad política y democrática y desde esta perspectiva, se debe profundizar y ampliar el modelo. Sin embargo los índices de pobreza real se mantienen y en algunas zonas se han agudizado, aunada a crecientes protestas y movilizaciones sociales que tienen como su principal escenario los territorios indígenas, lo cual ha conllevado a la criminalización de la protesta y una acentuación del racismo”, enfatizaron. 
En ese corte, hace 5 años, las mujeres indígenas señalaron que sus problemas no se centran únicamente en la representación o el acceso a oportunidades, sino que su situación y destino está ligado al de sus pueblos, y como tal, ser mujer indígena implica también la defensa del territorio, el racismo y la discriminación, identidad, respeto a nuestros sistemas de vida, acceso a bienes y servicios y representación política para nuestros pueblos.
Como parte de las actividades de este Encuentro también habrá una muestra de cine “Nuestras vidas en imágenes”, que reunirá cortos, mediometrajes y largometrajes de Ecuador, Canada, Colombia, Paraguay, Perú, Estados Unidos y México, todos realizados y protagonizados por mujeres indígenas.
Esta jornada audiovisual se realizará el 29 de febrero desde las 10:00 a.m. en el hotel Fiesta Americana Reforma, ubicado en avenida Paseo de la Reforma 80, en la colonia Juárez, delegación Cuauhtémoc. 

Anuncia UNAM creación de Comisión de Igualdad de Género


Ciudad de México. El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue, anunció hoy la creación de una coordinación de Igualdad de Género al interior de la Rectoría, cuya función será promover la igualdad y perspectiva de género en la docencia, la investigación y la difusión de la cultura, e implementar las políticas institucionales necesarias para conseguirlo. Esta instancia estaría a cargo de la investigadora y antropóloga social, Tamara Martínez Ruiz, actual secretaria de la Comisión de Género.  
Al presentar esta Coordinación, Graue dijo que también se cumplirá con todas las propuestas de las mujeres que hoy permanecen en paro y aseguró que está dispuesto a escucharlas, pero no se pronunció por los recientes actos de agresiones y hostigamiento contra ellas ni informó sobre el cumplimiento de las demandas en las instalaciones que ya se entregaron. 

Presionan para entrega de instalaciones, pero no cumplen

En entrevista con Cimacnoticias, un grupo de estudiantes que encabezaron el paro en la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) #7 “Ezequiel A. Chávez”, que duró más de dos meses, señalaron que si bien lograron hacerse escuchar sobre la violencia que se ejerce contra ellas dentro del plantel, en realidad entregaron las instalaciones sin que ninguna de las demandas de su pliego petitorio, como la adecuación de un sendero seguro y la destitución de profesores señalados por acoso, fueran cumplidas a cabalidad.
Presionadas por medio de amenazas por parte de padres de familia y autoridades universitarias, las jóvenes (que integran una colectiva de 20) entregaron las instalaciones el pasado 28 de enero, pero al regresar se sintieron inseguras porque alumnos y maestros las tenían identificadas y las amenazaron con presentar denuncias contra ellas por daño moral, daño psicológico y difamación.
Por su parte, integrantes de las Mujeres Organizadas de la Facultad de Filosofía y Letras, quienes llevan en paro desde el pasado 4 de noviembre (el más prolongado de todos), dijeron en entrevista en días pasados, que son criminalizadas por las mismas autoridades universitarias, medios de comunicación y funcionarios de gobierno, quienes aseguran que hay una “mano negra” y un grupo de hombres detrás de ellas.   
Este 28 de febrero, las Mujeres Organizadas de esa Facultad dieron a conocer que se les invitó a un diálogo público resolutivo para el próximo 3 de marzo a las 10 de la mañana, con el fin de iniciar las clases; sin embargo, precisaron que para ello aún se tiene que conformar la Comisión Tripartita Autónoma (un punto de su pliego petitorio), pero esto sigue en proceso porque las autoridades universitarias quieren que asuma funciones que no le corresponden. A esto se suma que, aunque hay avances, aún no se cumple con el límite mínimo establecido en cada uno de los 11 puntos de su pliego petitorio.
Las alumnas organizadas también informaron que el pasado 23 de febrero de 2020, después de un partido en el estadio universitario, alrededor de las 15:00hrs, grupos de hasta 90 “porros” comenzaron a rodear la Facultad, consumiendo bebidas alcohólicas y gritando consignas de orgullo universitario. Las alumnas aseguraron que éstos son mandados en repetidas ocasiones para intimidar a su movimiento.
Este día, las alumnas organizadas de la ENP #9 “Pedro de Alba”, que también permanecen en paro, hicieron circular en redes sociales un pronunciamiento en el que advirtieron que una presunta organización de “pseudopadres” de estudiantes y grupos de choque las amenazaron con rodear las instalaciones este viernes por la noche y durante el sábado con más de 200 personas, por lo que temen por su seguridad. 
Esto mismo sucedió este 27 de febrero, en la ENP #5, cuando un nutrido grupo de policías mujeres resguardaron las instalaciones para evitar que fueran tomadas por las estudiantes. 
Las amenazas e intimidaciones no son las únicas acciones en contra de las mujeres organizadas al interior de la UNAM. Como documentó Cimacnoticias, en días pasados, el Sindicato de Trabajadores de la UNAM (STUNAM) suspendió por tres meses los derechos sindicales de secretaria de Acción para la Mujer de ese gremio, Mary Carmen Larreda, quien denunció públicamente en días pasados que el Comité Ejecutivo del sindicato obstaculizaba las sanciones contra los trabajadores que eran acusados de proteger a profesores acusados de diferentes tipos de violencia. 
Al mismo tiempo, otras estudiantes de varias universidades en las entidades, como la Universidad Autónoma del Estado de México, también permanecen organizadas para denunciar agresiones al interior de sus planteles.
20/ AJSE/LGL

Estigmatización, criminalización y falta de justicia


                 Guatemala, tres años después del incendio que mató a 41 niñas


Fuentes: Rebelión

“No quiero que nadie me diga Feliz Día de la Mujer el 8 de marzo” dice Brendy Cuy Urizar. Tampoco Elsa Siquín Montafúr celebra este día. Brendy es la tía de Yohanna y Elsa la madre de Yemmi, dos de las 41 niñas que murieron en el incendio del Hogar Seguro en Guatemala el 8 […]
“No quiero que nadie me diga Feliz Día de la Mujer el 8 de marzo” dice Brendy Cuy Urizar. Tampoco Elsa Siquín Montafúr celebra este día. Brendy es la tía de Yohanna y Elsa la madre de Yemmi, dos de las 41 niñas que murieron en el incendio del Hogar Seguro en Guatemala el 8 de marzo de 2017.

© Frauke Decoodt. El cuarto donde duerme todo la familia de Elsa, con los peluches de sus dos hijas asesinadas. Guatemala 2020
Tres años después la tragedia ésta es considerada culpa de las menores por protestar el día anterior, o son estimadas delincuentes ya que “por estar ahí, algo habrán hecho mal”. También las madres tienen la culpa porque “abandonaron sus hijas en el Hogar”. Esta criminalización llegó a su colmo cuando a finales de 2019 las quince niñas sobrevivientes fueron denunciadas por ser las responsables de la muerte de sus compañeras. La estigmatización y criminalización no solamente determinan la búsqueda de justicia después la tragedia, sino también determinó la muerte y vida de las chicas, y de cómo llegaron al Hogar.
Una tragedia anunciada
El día antes del fuego, varias jóvenes protestaron y se escaparon del Hogar Seguro Virgen de Asunción en el municipio de San José Pinula, a las afueras de la Ciudad de Guatemala. El Hogar Seguro no era tan seguro como pretendía su nombre, tampoco según la ley que establece su función como casa de acogida para jóvenes en riesgo de sufrir violencia.


Cada domingo y lunes la madre Yemmi la visitaba en el Hogar. Yemmi lloraba mucho, quería irse de allí. “Se quejaba de la comida podrida y maltratos. El último domingo que la vi, me contó que ya no quería tomar el refresco porque temían que les drogaban para tranquilizarlas, que vio cómo llevaron a una niña en la noche. Ese día me dio una carta, y por eso luego la castigaron.” Yemmi no exageró. Entre 2012 y 2016 el Procurador de Derechos Humanos registró decenas de denuncias de abusos, entre ellos maltratos, violaciones y trata sexual. Brendy, la tía de Yohanna, entienda por qué las niñas protestaron. “Lo único que estaban pidiendo eran sus derechos. No gozaban ni de toallas sanitarias. Cuando tenían sus reglas sacaban pedazos de las colchones.”
El 7 de marzo no fue la primera vez que los jóvenes se rebelaron contra los abusos. Excepcional fue que esta vez llegaron, por orden del entonces presidente Jimmy Morales, mas de cien policías entrenados para combatir criminales a reprimir una protesta de menores de edad. Golpeadas y rociadas con gas pimienta las jóvenes capturadas tuvieron que esperar durante horas en el frío a las afueras del Hogar. Por no querer mezclar “los buenos” con “los malportados”, encerraron a los chicos en un auditorio grande y a 56 chicas en una aula de 47 metros cuadrados. Las chicas estaban aplastadas ahí desde la medianoche, sin acceso al baño, ni a agua potable. Lo que les dieron fueron unas colchonetas de polietileno. Tras un día y una noche de desesperación, una compañera les prendió fuego. Rápidamente un mar de llamas llenó la habitación.
Durante 9 minutos la Subcomisaria Lucinda Marroquín tuvo la llave, pero no abrió la puerta. Sobrevivientes dicen que les insultó y gritó que se quemaran. 23 niñas murieron calcinadas, 18 más en los siguientes días. 15 niñas sobrevivieron, con graves lesiones físicas y emocionales. “Nueve minutos”, llora Brendy sentada en el cuarto donde duerme toda la familia. “Ni abrió la puerta cuando escuchó esos gritos aterrorizados de las niñas que se estaban quemando. Nunca lograré entender esto.”
Sobrevivientes denunciados por asesinato
Doce personas, entre ellas policías, empleados del Hogar Seguro, una jueza y altos funcionarios de la Secretaría de Bienestar Social, enfrentan juicios por los eventos del 7 y 8 marzo. Se les acusa de delitos menores, como maltrato y homicidio culposo, delitos que implican penas de 3 a 8 años. El proceso penal apenas avanza. “El mayor obstáculo resulta que dividieron la investigación y enjuiciamiento en tres procesos, según la capacidad de mando y decisión de los sindicados”, explica Esteban Celada, el abogado de Mujeres Transformando el Mundo, una organización que es querellante adhesiva en el caso y que defiende a tres familias. El proceso también está plagado por otros retrasos y obstáculos. Ya solamente en la última semana de enero 2020 se canceló una audiencia porque un fiscal llegó dos minutos tarde, y la otra, porque olvidaron los permisos de transporte de una sindicada.

© Frauke Decoodt. Abogado Esteban Celada, de Mujeres Transformando el Mundo. Guatemala 2020

Otra estrategia de los abogados de los acusados es culpar a las sobrevivientes y familiares de las fallecidas. Es una campaña que se refleja también a nivel político, mediático y social. Celada habla indignado. “En vez de concebir las niñas como víctimas que sufrieron una cantidad de violencias, las pintan como jovenes malportadas y delincuentes que fueron institucionalizadas.” También cuestionan a las familias, en específico a las madres, insinúan que no les importaron sus niñas y por lo cual terminaron bajo custodia del Estado. Celada califica esos discursos muy ofensivos. “Pero lo mas perverso de todo este criminalización es denunciar penalmente a las chicas sobrevivientes como responsables.”
En septiembre 2019, un cierto abogado, Ludwig Sandoval interpuso una denuncia en contra de las 15 niñas sobrevivientes, acusándolas de 18 delitos y asesinato, cargo que acarrea una pena de 25 a 50 años de prisión. Sandoval no tiene nada que ver con el caso pero sí con el exdirector del Hogar Seguro. La denuncia se dio justo cuando los abogados querellantes buscaban que siete niñas sobrevivientes pudieran por fin dar su testimonio y que ningún sobreviviente debería repetir su historia en tres procesos penales distintos. Según Celada, esta denuncia busca no solamente estigmatizar las niñas sino también callarlas. Añade que para poder entender esta criminalización perversa, se debe contextualizar la estigmatización y la violencia continuada contra las niñas que ha determinado sus vidas, su llegada al Hogar, sus muertes y la búsqueda de justicia. “Este caso es un reflejo de Guatemala, un cóctel letal de misoginia, pobreza extrema y violencia intrafamiliar, estatal, institucional y criminal”.
Secuestrado por el Estado
Yemmi tenía 15 años cuando murió en el fuego. Vivió toda su vida en un barrio empobrecido de la ciudad de Guatemala. Su casa parece un callejón donde se han montado unos ladrillos y láminas. Aun con la cocina fuera de este reducido espacio, apenas hay lugar para el cuarto de baño y dos cuartos con piso de tierra para toda la familia. En el cuarto más grande no caben más que dos camas matrimoniales, donde Yemmi dormía con su madre, tres hermanas y un hermano. El padre murió hace años. Los dos cuartos están llenos de trofeos. A Yemmi la encantaba jugar fútbol. Afuera hay vestidos secando por todos lados. Elsa lava ropa y vende comida para ganarse la vida. Cuando terminó la escuela Yemmi y Carlota, su hermanita de cuatro años menor, ayudaban a su mama a preparar y vender tamales. “Nunca les faltó algo, siempre tuvieron que comer, aunque era solamente frijol. Si necesitaba un cuaderno yo miraba como podía comprarlo. Siempre fui papá y mamá para todos. ”
No solamente la extrema pobreza distinguió la vida de Yemmi. También la determinó la violencia que azota Guatemala y el barrio donde creció. Las pandillas y la violencia que generan es una realidad que no se puede negar allí. Tampoco se puede negar la violencia que generan las autoridades que estigmatizan a los jóvenes pobres de esos barrios como posibles pandilleros. Debido a la persecución a varones jóvenes, las pandillas cambian de táctica y encargan a chicas llevarles armas y drogas. Estando al lado de una amiga que cargaba una arma, Yemmi fue detenida en un retén de policía. No le permitieron llamar a su mamá. El policía que le sacó su teléfono nunca se lo devolvió. El juez mandó a su amiga a un penitenciario juvenil, y a Yemmi al Hogar Seguro. Nunca avisaron a Elsa donde estaba su hija.
El Estado tendrá el cuidado
Stef Arreaga es periodista guatemalteca y miembro del Colectivo 8 Tijax. Tras escuchar del incendio permaneció días en el hospital y en la morgue, desde entonces acompaña a la mayoría de las familias y sobrevivientes. “El dominador común de todas las 54 niñas que estaban en el incendio es la situación de pobreza extrema. Además la mayoría vivía en áreas rojas, consideradas muy peligrosas. Otro factor común es que varias niñas vinieron de familias con madres solteras. Las razones por la cual las chicas llegaron al Hogar fueron distintas, pero ninguna estaba ahí porque cometieran delitos. Unas fueron maltratados y hasta prostituidas en casa, otras madres las pusieron ahí porque las maras querían recluir a las niñas. También hubo madres que querían que sus niñas pudieran tener una educación, comida, acceso a un médico. Algo que las madres no pudieron darles». Otras niñas eran como Yohanna quien fue criada por su tía Brendy, porque sus padres se marcharon. “A los 15 años se puso rebelde, quería irse.” explica Brendy en su casa de madera en un municipio de Sololá. “Yohanna llamó al juzgado para llevarla al Hogar.” Stef se pregunta si los jueces que tuvieron que decidir sobre las chicas, habrían tomado la misma decisión si no vinieran de áreas marginales. También le llama la atención que tantas niñas provinieran de familias donde mujeres criaron a las niñas, y la marginalización que esto implica.
Elsa, quien no puede leer ni escribir y quien casi nunca salió de los alrededores de su barrio, buscó a su hija en hospitales, morgues, hogares y juzgados, dentro y fuera de la Ciudad de Guatemala. Varias veces preguntó por Yemmi en el Juzgado de la Niñez que la había encerrado. Al cabo de un mes la encontró en el Hogar Seguro, después una sugerencia de un desconocido. “Su pelo tieso, su ropa y cuerpo llenos de manchas. No la dieron ni cosas para bañarse. Estaba toda golpeada por otras chicas y quemada porque la ponían en la cancha como castigo. La prometí que iba a sacarla de ahí. En la audiencia el juez dijo que él decide, que el cuidado lo iba a tener el. Pero ¿qué cuidado? -llora Elsa- si me la entregó muerta.”
Si hubiera recibido algo de dinero sacaría mi familia de este barrio”
Elsa y Brendy lo tienen claro. Es el Estado que las quemó. “Pero los vecinos y mi familia me dicen que por mi culpa estaba ahí”, lamenta Elsa. “Hasta en el camino a la morgue mi madre y hermana me regañaron que Yemmi era mi responsabilidad.” También a Brendy la miran mal fuera de su pueblo. En las calles de la ciudad más cercana le gritaron asesina. “Ya no vamos por ahí.” Elsa ya tampoco vende sus tamales en el mismo puesto arriba del barrio por miedo a que la van a extorsionar. Muchas personas piensan que Elsa, Brendy y las otras familias, recibieron dinero por lo que pasó con sus hijas, les desprestigian alegando que su motivación por estar en juicios, es una indemnización.
“Si hubiera recibido algo de dinero sacaría mi familia de este barrio”, dice Elsa. Recién recibió amenazas de muerte de unos vecinos y hace un año y medio mataron a su hija Carolina de 13 años. Fue a una tienda al lado y nunca volvió, la decapitaron y la tiraron en un terreno baldío cercano. Elsa dice no tener idea porqué. “Quizás porque pensaron que yo recibí dinero, o quizás porqué Carolina no quería acompañar una persona como hizo su hermana. Aquí en Guatemala, la violencia lo agarra contra las niñas.”
Tres años sin justicia
Tanto Elsa y Brendy desesperan en su búsqueda por justicia, como cuando el juez suspende una y otra audiencia. Llegar a éstas cuesta dinero y tiempo, algo que varias familias no tienen. “No voy a todas. El día que voy es un día que no trabajo”, explica Elsa. Brendy se indigna que ya son tres años y que todavía no hay justicia. “Sabemos que estamos enfrentando a funcionarios muy altos y poderosas”. Con unos sindicados tardaron dos años para decidir si deberían enfrentar juicio, como la jueza que no cumplió con su deber de averiguar y asegurar la seguridad de los niños y adolescentes el 7 de marzo. Otros acusados tenían estrechos vínculos con el expresidente Jimmy Morales. Él también enfrenta querellas en este caso, por haber ordenado la llegada de 100 policías extra. Su inmunidad siempre lo protegió de persecución en este caso. Y sigue gozando de inmunidad, ya que en enero 2020 fue nombrado como diputado en el Parlamento Centroamericano, horas después de la toma de poder por el nuevo Presidente en enero 2020.
Celada considera que otra razón por la cual se incrementa la obstaculización de la justicia, es porque dos de los tres procesos penales están a punto de entrar en la etapa final. En esta etapa habrá debate público y se presentarán evidencias. Quizás el 2020 podrá ver condenas en el caso de Hogar Seguro. Sin embargo, Stef Arreaga del colectivo 8 Tijax teme que podrían ser penas leves, ya que no son juzgado por delitos de tortura sino por delitos como el maltrato. Además, penas como la de asesinato culposo no son acumulativas; se juzga por todo el grupo, no por las 56 individuos.
Justicia fuera de los tribunales
Para Brendy y Elsa justicia no es un memorial que el gobierno instaló en noviembre 2019 a la entrada del Hogar, escribiendo mal los nombres y olvidando de invitar a las familias y sobrevivientes a la inauguración. Justicia para ellas es que se conozca la verdad sobre lo que pasó, que los culpables sean condenados apropiadamente, y que no vuelva a pasar lo que pasó en ningún otro Hogar, y a ninguna otra niña.
Queda todavía mucho por hacer. “Siguen pasando esos episodios de motines en otros hogares donde los niños escapan, donde los niñas están pidiendo que les escuchen”, reflexiona el abogado Celada. “Lo malo es que la sociedad no escucha. Si siguen rebelándose es porque algo nos quieren decir, pero ni siquiera pensamos que son merecedores de ser escuchados.”
Celada enfatiza que la justicia también se debe buscar fuera de los tribunales, por ejemplo, manteniendo el altar que organizaciones de la sociedad civil y individuos montaron en la Plaza Central de Guatemala. En septiembre 2019 el gobierno lo quitó. Aunque activistas volvieron a ponerlo, la falta de indignación de la población en general dice mucho según Celada. Revela la estigmatización y criminalización hacia las familias y sobrevivientes. “Si una sociedad es incapaz de tener empatía por un hecho tan grave como este, se normaliza la violencia. Y puede volver a pasar una tragedia como este del Hogar Seguro.”
Texto y fotos de la autora: https://fraukedecoodt.org/

Derechos de mujeres indígenas en riesgo


Ciudad de México. “Estamos en un estado de emergencia continental. Tenemos que decirlo así, es la realidad. No hay guerras declaradas; sin embargo, el número de muertas y muertos, de desaparecidas y desaparecidos, de muertes por pobreza extrema, por hambre, por no tener agua, o por enfermedades provocadas por el saqueo de nuestros territorios, es tan grave que debemos asumir que sí, que sí hay una guerra”
Así lo dijo Fabiola del Jurado Mendoza, mujer Indígena Nahua, oriunda de Tepoztlán, Morelos, durante el VIII Encuentro de l Mujeres Indígenas de las Américas, que se lleva a cabo del 26 al 29 de febrero en la Ciudad de México. 
Con más de 250 mujeres indígenas de 23 países del continente americano reunidas, cinco líderes, cada una representando una región del continente, hablaron de la coyuntura política, económica y social que amenaza el avance en la garantía y reconocimiento de sus Derechos Humanos. 

CIMACFoto: Angélica Jocelyn Soto Espinosa
“Desde hace 10 años ha habido en América Latina situaciones cada vez más fuertes. Pese a que ha habido avances en derechos de los pueblos indígenas, estos derechos están en riesgo por la coyuntura política, económica, social, que se están dando en nuestro continente: desprotección, crimen organizado, gobiernos conservadores neoliberales, aún gobiernos también de izquierda que nos siguen debiendo, desestabilización social, modelos económicos en crisis y que están afectando nuestras vidas, tenemos que tomarlo en cuenta. El dolor de nuestros pueblos no es gratuito y necesitamos como mujeres ponerlo sobre la mesa”, dijo al presentar este panel la indígena Quechua, Esther Camac.
Aunque cada una con sus particularidades, todas las mujeres indígenas del sur al norte del continente coincidieron en que en ninguna de las regiones ni países existe un goce y disfrute pleno de sus derechos, y que si bien ha habido avances ha sido gracias al trabajo de ellas y no de los gobiernos. Por el contrario, coincidieron, ellos y sus políticas representan riesgos de retroceso para nuestros avances.
Por ejemplo, Isabel Ortega, de la organización” Bartolinas Sisas” en Bolivia, dijo que en su región persiste la violencia contra las mujeres indígenas, por ejemplo, las violaciones, pero explicó que específicamente en su país, tras la crisis política de 2019, cuando las fuerzas militares quitaron a Evo Morales la presidencia, se desataron agresiones directas por parte de elementos de la fuerza contra las mujeres indígenas. A esto se suma que ahora los grupos de “capitalistas”, como ella los llamó, las están despojando de su territorio y no reconocen los avances que ellas lograron a nombrar mujeres políticas en su gobierno. 
Frente a este escenario, dijo, se requiere forjar estrategias regionales y garantizar mayor capacitación y orientación a las mujeres y juventudes. 
Por su parte, María Vera Batista de León, de Conavigua, en Guatemala, alertó que la concesión exacerbada para la minería (tan sólo en Guatemala hay 344 licencias), la violencia sexual contra las niñas, y la migración, afecta la vida de las mujeres indígenas en la región de Centroamérica. 
Y Viviane Michel, presidenta de las Mujeres Indígenas de Quebec, en Canadá, explicó que en el norte del continente es falso que las cosas están bien para las mujeres indígenas, ya que aún existen leyes discriminatorias para ellas como la llamada Ley para los Indios (bajo la cual los pueblos indígenas enfrentaban limitaciones para administrar sus bienes) y otras que señalan la obligación del reconocimiento de la paternidad de la identidad indígena de un recién nacido. A esto se suma la desaparición de mujeres en la región del norte y agresiones contra las que protestan contra la acción policial. 
De cara a la revisión que este año se hará en Chile sobre el cumplimiento de la Plataforma de Acción de Beijing a 20 años, varias de las presentes coincidieron en que los gobiernos siguen teniendo deudas con las mujeres indígenas para garantizarles la autodeterminación, derecho a los territorios y a defenderlos, y otros derechos específicos de las mujeres indígenas. 

“Menos oportunismo, más feminismo” reclaman a senadores ante el Paro Nacional de Mujeres


Ciudad de México. Feministas se manifestaron esta mañana en el Senado de la República para exigir a integrantes de partidos políticos que legislen a favor de las mujeres, ahora que apoyan el Paro Nacional de las Mujeres programado para el próximo 9 de marzo.
Luego de que senadores de diversas bancadas manifestaron públicamente su respaldo a aquellas compañeras legisladoras que desearan parar sus actividades a propósito de las protestas por el Día Internacional de la Mujer, integrantes de colectivas feministas con el lema “menos oportunismo más feminismo”, les exigieron congruencia a la hora de legislar.
En entrevista con Cimacnoticias la integrante de la colectiva Acoso en la U, Priscila Palomares, señaló que es un logro que en el centro de la discusión pública estén colocadas las demandas de las mujeres a vivir libres de violencia, pero también exigieron coherencia a los agentes estatales e integrantes de partidos políticos quienes, de cara al Paro Nacional de Mujeres se dicen aliados del movimiento feminista. “Si se van a posicionar a favor de las mujeres, también que se posicionen a favor de las mujeres cuando legislan”, señaló Palomares.
Con esta consigna las jóvenes mujeres entraron en reunión con las senadoras. Del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) las recibieron Citlalli Hernández Mora, Martha Lucía Micher Camarena, Jesusa Rodríguez Ramírez, Martha Guerrero Sánchez y Martí Batres Guadarrama. Por parte del Partido Acción Nacional (PAN), Xóchitl Gálvez Ruiz, y del Partido Encuentro Social (PES), Renata Romo Molina.
“Nos extraña ver a partidos políticos como el Partido Acción Nacional, entre otros, invitando a la sociedad a sumarse a nuestro movimiento político. Cuando están en el poder no han respaldado nuestras exigencias”, denunciaron las feministas en el pronunciamiento que leyeron.
Las mujeres exigieron a las personas coordinadoras de los grupos parlamentarios posicionarse públicamente a favor de temas como la despenalización del aborto, de la creación de una fiscalía especializada para la investigación del feminicidio, la progresividad del presupuesto de egresos de la federación con perspectiva de género, fomentar la inserción laboral de las mujeres, los servicios integrales de salud para las mujeres, y la no criminalización de las protestas feministas.
Como ningún coordinador de los grupos parlamentarios acudió a la reunión, las feministas prefirieron no dialogar con las senadoras presentes, pues sabían la trayectoria que varias de ellas tienen en materia legislativa a favor de los Derechos Humanos. Ahora necesitaban escuchar el compromiso de los dirigentes de sus partidos.
Las senadoras pusieron de manifiesto las dificultades para coincidir dentro de sus partidos respecto a la agenda de género, mientras las jóvenes mujeres insistieron que no exigían nada que no estuvieran obligados a cumplir, pues sus demandas se encontraban dentro de la ley.
Cada senadora defendió el trabajo que han hecho sus partidos políticos a favor de las mujeres, aunque también reconocieron que habían “dentro y fuera” “resistencias conservadoras”, como mencionó de Morena la legisladora Micher Camarena. Ella también insistió que el gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador era feminista. Aunque el presidente ha tenido resistencias de hablar de problemas como el feminicidio y según sus últimas declaraciones, las protestas de las mujeres estaban siendo “infiltradas” y “manipuladas” en su contra.
De Acción Nacional, Xóchitl Gálvez, dijo que independientemente de que se le ligara con un partido de derecha, se tenía que construir una agenda a favor de las mujeres. Mientras que la senadora Renata Romo, de Encuentro Social, apoyó sus demandas, más declaró que su bancada prefiere no posicionarse sobre diversos temas como el feminicidio, a fin de no utilizar y revictimizar a las víctimas.
“Menos oportunismo más feminismo”, gritaron finalmente las mujeres frente a las legisladoras. “Están en deuda, tienen que mostrar un trabajo que sustente esas posturas que están tomando, eso venimos aquí, exigir esos derechos, exigir esa congruencia”, dijo Priscila Palomares de Acoso en la U.
Fuera del Senado la defensora recordó en entrevista que los paros de mujeres son manifestaciones históricas del movimiento feminista. Entre los antecedentes están la Huelga de Nueva York, de obreras textileras, quienes luchaban por mejores salarios y menores jornadas. Otro antecedente es el paro nacional convocado por el movimiento de mujeres que tuvo lugar en Islandia, el 24 de octubre en 1975.

La insoportable brevedad de ser mujer




Fuentes: https://arteydenuncia.wordpress.com

No se nombra lo que no se conoce. La maldad con la que se aniquila la vida de menores y mujeres en particular, no tiene nombre. Algo debe estar podrido en quien no tiene escrúpulos para infligir semejante daño a una criatura inocente. No es humano quien detona un arma a sangre fría, quien viola, […]
No se nombra lo que no se conoce. La maldad con la que se aniquila la vida de menores y mujeres en particular, no tiene nombre. Algo debe estar podrido en quien no tiene escrúpulos para infligir semejante daño a una criatura inocente. No es humano quien detona un arma a sangre fría, quien viola, quien tortura, quien mutila, quien apuñala, sin que le tiemble la mano. Y ni hablar de las cifras, que desafortunadamente resultan ser un indicador que la realidad siempre supera: mayor número de desapariciones, feminicidios, infanticidios, secuestros, asesinatos. Sé que tengo que escribir algo, no sé exactamente qué, ni con qué fin. Quien lea estas líneas solo podrá sentir la rabia, la impotencia y la tremenda conmoción, que intento expresar. 
Los titulares se han llenado con las opiniones de los expertos en culpar, revictimizar, criticar, desinformar. Sobra decir, que los medios de comunicación, tienen todo que ver en este declive social. Lo cierto es que todo falló en el cruel asesinato de la pequeña Fátima, y en el de Ingrid, y en el de la bebé Karen, y… Pero es que hace años que todo falla. 
Es imposible que esta cadena de feminicidios se cometa a manos de dos personas solamente. Yo no me lo creo, y esa justicia a medias no debería calmar nuestras conciencias. Detrás de estos incesantes crímenes hay una inmensa cantidad de cómplices, muchos de ellos de cuello blanco, a quienes el peso de la ley jamás ha incomodado. Y qué hay que hacer, cómo debemos actuar, a quién podemos recurrir, cuánto más tendremos que soportar.  
Reconozco, ahora que soy madre, que el día en que me anunciaron el sexo de mi bebé, inconscientemente sentí alivio de que no fuese niña. Tengo claro que nacer y ser mujer no es un castigo. Y sé que si hubiese parido una niña, la amaría igual, aunque no hubiese podido evitar esa terrible sensación de temor, por haber traído al mundo un ser más vulnerable que la otra mitad restante. Porque si somos vulnerables como mujeres, evidentemente es una cuestión más allá de nuestro deseo. Es porque el capitalismo y patriarcado se ha cebado con nosotras, por el simple hecho de ser dadoras de vida. Es su venganza, es la sinrazón. Al menos eso parece. 
Nadie puede llegar a entender el dolor que sienten las madres a quienes les han arrebatado a sus hijas, ni el daño irreparable que una pérdida en esas circunstancias ocasiona. Por ellas y por todas nosotras, debemos frenar esta violencia. Debemos recuperar el espacio público, un espacio que también es nuestro, llenar las calles, cuidarnos entre nosotras, y nunca más vivir con miedo. 
En estos días leí un post con una idea muy cierta: las mujeres vivimos pretendiendo que no se nos noten las arrugas, las estrías, las lonjas, etcétera. La lógica del “que no se nos note” llegó al tal grado, que tampoco se notaba cuando nos agredían, nos violaban, nos desaparecían o nos mataban. Pero una situación así, es insostenible en el tiempo. Teníamos que decir ¡basta! Y lo hicimos, sin embargo, no ha sido suficiente. 
Sí, México es un país feminicida, asquerosamente machista y misógino. Que todo el mundo lo sepa.  ¿Y después qué?
Como sugerí en un artículo anterior, nunca deberíamos responder que nos provoca miedo nuestra condición de género, mucho menos avergonzarnos, ni despreciarnos por ser mujeres. La voz y la palabra son armas de construcción masiva. Alcemos entonces nuestras voces, nuestros gritos cargados de futuro. Digamos ¡BASTA!
A la memoria de todas y cada una de las niñas, adolescentes y mujeres que han sido asesinadas en México. 

Nuevas tácticas de ataque contra el feminismo




Mientras pudieron, nos ignoraron… Su táctica durante años fue la de: “Hagamos como que no existen”. Pero llegó un momento en el que ya no pudieron seguir haciéndose los longuis.Entonces emprendieron nuevas maniobras: Los cafres, los machistas primitivos de siempre, los que aún no están en la “modernidad”, redoblaron insultos: “Feminazis” “Mal folladas”, “Feas”, “Machorras”, etc. […]
Mientras pudieron, nos ignoraron… Su táctica durante años fue la de: “Hagamos como que no existen”. Pero llegó un momento en el que ya no pudieron seguir haciéndose los longuis.Entonces emprendieron nuevas maniobras: Los cafres, los machistas primitivos de siempre, los que aún no están en la “modernidad”, redoblaron insultos: “Feminazis” “Mal folladas”, “Feas”, “Machorras”, etc.
Cuando las cabezas menos brutas de las huestes patriarcales se percataron de que esas agresiones groseras y cargadas de odio, a la postre, no nos hacían gran daño, empezaron a elaborar otros planes más sofisticados. Iniciaron, pues, una serie de maniobras diversificadas, aunque todas con el mismo objetivo: pudrir al feminismo desde dentro, inyectándole todo tipo de bacterias, virus, gérmenes nocivos, etc.
El protozoo tóxico más suave (y no específico contra el feminismo pues sistemáticamente se practica con todos los movimientos sociales) consiste en “comercializarlo” y banalizarlo. O sea, vender slogans sin gran contenido que desvirtúen los realmente subversivos. En la misma línea, pero yendo más lejos, están quienes se dicen partidarios del feminismo, pero del “bueno”, o sea, “el de antes”. Resumen: no se oponen a que estudiemos ni a que votemos y, si me apuráis –en un rasgo de liberalidad que nunca sabremos agradecer bastante- ni siquiera se encabritan porque “vayamos a los toros con minifalda”. O sea, Bertín Osborne ya no canta lo mismo que Manolo Escobar… Ni Pablo Casado se opone a que su niña le dé pataditas a un balón, siempre que se las dé con un toque femenino y siempre que la nena respete jerarquías y, si el hermanito exige el balón, ella, en vez de tirárselo a la cabeza, se lo entregue inmediatamente, reconociéndolo como legítimo usuario de tal viril juguete…
Vendernos como reclamaciones nuestras lo que siempre han sido privilegios masculinos.
En esencia, esta maniobra es la que la reacción siempre practica: oponerse a cualquier avance en derechos, pero, cuando ya no pueden seguir resistiéndose porque la sociedad y las leyes les han pasado por encima, entonces claman: “¡Quietos, paraos! (en masculino, por supuesto, aunque nos lo digan a nosotras). Lo que hemos conseguido (porque inmediatamente y con total descaro se apropian de lo conseguido) era justo. Pero, exigir más es un desmelene, una locura, un exceso”. O sea, aquello que dijo Marx: los reaccionarios admiten que hubo historia, pero aseguran que ya no la hay. Pero, esta táctica, aunque les da algún resultado, no consigue minar el fondo de nuestra lucha porque nosotras seguimos blandiendo la lista de demandas, esas que van desde “Y mi calle pa cuando” hasta “Ni una menos”.
Han de recurrir, pues, a otros patógenos mucho más peligrosos: adulterar nuestros objetivos, sustituir nuestras demandas por otras. Estas sibilinas tácticas se diversifican esencialmente en dos variantes:
1. Vendernos como reclamaciones nuestras lo que siempre han sido privilegios masculinos. Es la que emplean con la prostitución. Quieren hacérnosla tragar A) apelando a la libertad de las mujeres para prostituirse. Como si no viésemos el margen de “libertad” que tienen quienes lo hacen… B) alegando que, ante todo, piensan en el bienestar de las prostitutas (se cuidan, por supuesto, muy mucho de explicar las demandas concretas que exigen, claro).
2. Determinar que, en el feminismo, no solo cabemos todas, sino que también caben todos y todes. Es más: que los fines y las urgencias del movimiento ya no consisten en pedir nuestra igualdad en todos los terrenos, ni rechazar la doble jornada, ni protestar contra el ninguneo sistemático al que se nos somete, ni rebelarnos porque el cuidado de los demás recaiga en nosotras ni porque los trabajos feminizados sean subtrabajos basados en la explotación salvaje, ni por la escasez de ayudas y de leyes que nos protejan en aquello que necesitamos ser especialmente atendidas: maternidad, enfermedades ligadas a nuestro sexo, etc. etc. No, de eso nada. Se trata de apelar a nuestro corazón femenino (convenientemente engordado desde que nacemos) para que aceptemos que el bienestar ajeno es lo que importa y, por eso, hemos de acoger en nuestro seno materno a quien lo pida. Así, surgen enfebrecidos clubs de fans de colectivos maltratados (aunque sus demandas poco tengan que ver con las nuestras). Y vemos a chicas indiferentes ante los problemas de sus madres (cuidadoras a diestro y siniestro), de sus amigas (que sufren una presión constante para que complazcan a los chicos en todo lo que ellos reclamen) pero profundamente afectadas por los índices de prostitución de las personas trans (los de las nigerianas prostituidas no tienen glamour).
Estas tácticas son extremadamente peligrosas. Temibles, diría yo. Capaces, por ejemplo, de convertir el conato de estructuras de igualdad que haya en un pueblo en estructuras de “diversidad” con el aplauso entusiasta de chicas que, para mayor inri, se consideran feministas pero que no caen en el pequeño detalle de que el feminismo existe para luchar por las mujeres (lo que no impide, por supuesto, que otros movimientos luchen por lo que tengan a bien luchar y que el feminismo los apoye). Y, por eso, tenemos que insistir incansablemente en esto: el 8M es el día de los derechos de las mujeres.