seguimos en el mes de marzo y continuamos con nuestras reflexiones, retos, pendientes, logros y realidades, y un pendiente es la igualdad de género en los medios, soñar es muy bonito, pero la realidad es a veces una pesadilla, es por eso que ONU Mujeres invito a un selecto grupo de organizaciones de medios de comunicación a unirse a dar el paso por ésta igualdad de género, éste pacto con los medios de comunicación pretende ser un acuerdo mutuamente beneficioso a través del cual se invita a destacados medios asociados a prestar una mayor atención a los derechos de las mujeres y a la igualdad de género mediante una cobertura y decisiones editoriales de alta calidad, aunadas a prácticas corporativas sensibles al género, comprometiéndolas a convertirse en defensoras del género a través de sus reportajes, sus decisiones editoriales y sus prácticas corporativas. Pese a que cada compañía deberá definir por sí misma la mejor forma de ejecutar esta colaboración
Y hablando de violencia o terrorismo de estado, recién se llevó a cabo una marcha multitudinaria a 40 años del golpe en Argentina, una de las movilizaciones más grandes de los últimos años, más de cien mil manifestantes encabezados por Abuelas y Madres Fundadoras de Plaza de Mayo e H.I.J.O.S de desaparecidos marcharon para recordar cuatro décadas del golpe militar que instaló la dictadura más cruenta del país. La movilización llevó el lema "40 años de lucha, memoria y militancia: sin derecho no hay democracia", y en el derecho de la verdad y la justicia hoy recordaremos a - Las mujeres y la dictadura argentina - las torturas, desapariciones, abusos y violacioens sexuales que éstas víctimas sufrieron en manos del Estado, el supuesto encargado de protegerlas y respetarles sus libertades, y que por el contrario ordenó al aparato represor disciplinar y "corregir" para destruir la integridad física y psíquica de esas mujeres que habían sido protagonistas del ascenso obrero previo al Golpe, y que expresaban un cuestionamiento profundo al régimen político, económico y social,
Y para redondear el tema de las mujeres torturadas por el estado y la falta de respeto a los derechos humanos, hablaremos sobre Mujeres en prisión preventiva, más vulnerables a la tortura: ONU-, las mujeres representan entre 2 y 9 por ciento de la población reclusa en 80 por ciento de los sistemas penitenciarios del mundo, Mientras están en detención preventiva, las mujeres corren un riesgo particular de sufrir torturas y malos tratos, ya que agentes del Estado pueden emplear la violencia y los abusos sexuales como medios de coacción o para obtener confesiones, de acuerdo con el informe presentado ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en enero pasado
Y parece mentira o una broma que una Organización que se dice defensora de los DDHH derechos humanos no trabaje con el ejemplo, durante la mayor parte de sus 70 años de existencia, la ONU se ha caracterizado por el predominio masculino, característico de la cultura política. El ambiente parece cambiar, aunque las apariencias suelen resultar engañosas en las cuestiones políticas del foro mundial
A 21 años de que por primera vez Naciones Unidas
incluyera un capítulo a las mujeres y los medios de comunicación en la entonces
resolución de la IV Conferencia Mundial de la Mujer en Beijing 1995, ONU
Mujeres vuelve a retomar la importancia de la plena participación y la
representación no estereotipada de las mujeres con el Pacto de Medios lanzado
el pasado 22 de marzo.
Éste Pacto conformado por alrededor de 35 empresas mediáticas
alrededor del mundo no solo ha generado polémica al menos en el caso de México
por haber incluido a Tv Azteca, televisora conocida por difundir contenidos
discriminatorios y estereotipados sobre las mujeres, sino que también reabre la
discusión sobre las violencias que viven las periodistas en el campo profesional
así como el impacto del periodismo feminista desde distintos contextos de
etnia, raza, diversidad sexual, clase en la construcción de políticas
institucionales a favor de las mujeres en los medios.
Los anteriores puntos son fundamentales a la hora de
abordar el mundo de los medios de comunicación y la participación y
representación de las mujeres de y desde diversas latitudes. Es así que me
surgen preguntas relacionadas tanto con los medios como con las mujeres. Por un
lado ¿de qué mujeres se está hablando?, ¿blancas, mestizas, negras, indígenas,
lesbianas, heterosexuales, etc.? ¿urbanas, de campo? ¿qué mujeres están tomando
la palabra, escribiendo, representando a otras mujeres?, ¿cuáles son los
tópicos y enfoques de abordaje? Por otro lado ¿de qué medios estamos hablando,
de medios impresos, radiofónicos, televisivos, de las redes sociales, de
plataformas informativas en Internet?, ¿de aquellos medios públicos, privados,
mixtos? ¿de dónde provienen sus financiamientos?, ¿a quién le están dando voz
en relación a la línea editorial de cada medio?
Todas estas preguntas y seguramente más se irían
sumando a la relación mujeres y medios de comunicación, sin embargo me gustaría
enfocarme en lo que yo considero la institucionalización y cooptación del periodismo
feminista vía organismos e instituciones tales como la ONU y algunos medios de
comunicación sólo interesados en obtener ingresos económicos con la postura del
empoderamiento de las mujeres a través del discurso desarrollista que se
inscribe específicamente en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los
Objetivos de Desarrollo de Naciones Unidas.
Cuando hablo de institucionalización me refiero a
que las instancias gubernamentales y/o empresariales han cooptado y diluido el
discurso radical feminista para ya sea obtener ganancias (entre los beneficios
de que las empresas mediáticas se unan: difusión y ampliación de sus
contenidos; aparecer como socios de ONUMujeres) o avanzar políticas públicas -no
dejo de lado que éstas políticas públicas pueden llegar a funcionar a legislar
a favor de una equilibrada representación y participación de las mujeres en los
medios, así como amonestar a quienes no cumplan con directrices de equidad y
respeto- concordantes con el sistema heteropatriarcal en el que vivimos.
El que ONU Mujeres y las empresas mediáticas se
posicionen como portavoces e impulsoras de la participación de las mujeres en
medios y a no estereotiparlas,considero
puede generar la impresión de que éstas medidas han surgido únicamente de éstos
grandes núcleos de poder diluyendo el potencial radical del periodismo
feminista. Por ejemplo el hecho de que fuera hasta Beijing 1995 que se creara
el apartado J “Mujer y medios de comunicación” nos habla del tardío interés en
éste aspecto por parte de la ONU. Fueron las periodistas feministas las que
impulsaron éste apartado con el claro objetivo de que los medios de
comunicación fueran aliados en la defensa de los derechos de las mujeres y
lamentablemente ha sido uno de los apartados en que menos se han dado avances.
Los medios de
comunicación hechos de, por y para mujeres han existido desde los inicios de
los mismos, si bien su difusión y financiamiento no ha sido el mismo al de sus
contrapartes masculinas si ha buscado dar voz a aquellas que no la tienen.
Habría que recordar en el caso de México a la revista feminista fem fundada en octubre de 1976 por la
activista y académica guatemalteca Alaíde
Foppa (quien fuera en 1980 secuestrada y asesinada en Guatemala) y Margarita
García Flores(precursora del voto de las mexicanas). Esta revista,
que se editó ininterrumpidamente hasta 2005, es un referente imprescindible de
los movimientos feministas y de la lucha por los derechos de las mujeres en
México y América Latina.
Actualmente se han generado, diversificado y
difundido alrededor del mundo muchas más propuestas de comunicación desde
diversos frentes feministas y desde diversas plataformas mediáticas que no
necesariamente tienen que ver con estructuras de medios ya institucionalizadas
o desde las grandes empresas de medios sino desde la autonomía y desde el DIT (Do It Together/Lo hacemos juntas) como
son Pikara magazine de España, las radios comunitarias lideradas por mujeres de
contextos indígenas, rurales o urbanas, los blogs y páginas en redes sociales,
etc. El periodismo feminista sigue vivo y continuará luchando por abrir
espacios a las historias, expresiones de las mujeres y a sus propias representaciones
sin depender de empresas ni de grandes instituciones para florecer.
[1]Activista
indígena mixteca de Oaxaca, México. Fungió como directora de CACTUS (Centro de
Apoyo Comunitario Trabajando Unidos) y fue asesinada en 2010 por un grupo
paramilitar esto en relación a su firme impulso a la
Red de Radios Caracol, que aglutinaba a muchas radios comunitarias de la Mixteca-Triqui.
“El uso de Periscope por parte de servidores públicos puede
representar actos violatorios de los Derechos Humanos a la seguridad
jurídica, a la honra y a la protección de la imagen… con la utilización
de la aplicación Periscope se expone a las personas a quienes se exhibe a
una violencia innecesaria”: Comisión de Derechos Humanos del Distrito
Federal.
“Me contrataron para poner orden, no para generar empatía emocional
con los infractores de normas de convivencia”: Arne aus den Ruthen.
“La forma es fondo” o “La estructura es el mensaje”. Claude Lévi-Strauss.
La frase de Arne es una joya, sobre todo pronunciada por un
funcionario público. A él no lo contrataron para “generar empatía
emocional con los infractores de normas de convivencia”. ¿Qué es lo que
él trata de “generar” entonces, entre sus seguidores en Periscope? ¿Lo
contrario a la “empatía”? Qué peligroso. ¿El llamado a acosar y
humillar exhibiendo a las personas como una forma de castigo previa al
castigo estipulado por la ley? En las escenas de su acoso a una señora
que se niega a recoger la basura, la conducta de Arne es de una
prepotencia y un autoritarismo tal, que una corre el riesgo de perder de
vista que se trata de recoger la basura, y así perderse en un juicio
despiadado y deshumanizante hacia la señora que camina con su hijo, y
–efectivamente- cometió una falta administrativa: Dejó su basura en un
rincón.
SUPER EGO CONTRA LOS VECINOS “COCHINOS”
En la puesta en escena de Arne y su “muleta narcisisante”, en este
caso, la señora, la gravedad de la falta administrativa crece y crece y
deja de ser el punto en litigio. La señora dice que no la recoge, que él
fue “muy violento”. No la deja pasar. Le atraviesa el cuerpo. Unos
segundos vemos la mano de Arne en el hombro de la señora, deteniéndola.
“Recoja su basura”. “La recojo después”. Se repiten y se repiten.
Mientras todo sucede en tiempo real y los seguidores ven el rostro de
la señora y pueden hacer todo tipo de comentarios contra ella. Generar
lo contrario de la “empatía”, los colocó en un impasse, en una
absurda lucha de fuerzas: ella no quiere humillarse obedeciendo –frente a
su hijo y a sus vecinos y al público de Periscope- a un desconocido con
tonos tiránicos, una cámara y policías, él no puede permitir que no le
obedezca. Su poder está en juego.
A Arne le gusta mucho, pero mucho, ese ejercicio de poder sobre los
otros. Publicitado. Transmitido en redes. Avalado por el cumplimiento de
su “deber”. Con “mano dura”. He is the City Manager in Mexicou City. You Know? “La
puedo procesar por penal, pero le voy a dar la oportunidad por esta
ocasión”, le dice a la señora bien magnánimo. La señora responde que no
tiene por qué hacerle un procedimiento penal. Insiste en no recoger su
basura en ese momento. Tiene que llevar a su hijo a la escuela. Tampoco
acepta subirse a la patrulla.
Ningún vecino o vecina se precipitó a recoger la bolsa de basura que
dejó la señora, para desaparecer “el cuerpo del delito” y que la dejaran
en paz. Lo que no deja de ser muy triste. Después podían hablar con
ella, pedirle que cambie. ¿Una vez más? Sí. La humillaron frente a su
hijo. Humillaron a un menor de edad. “¿Quiere usted que le inicie el
procedimiento penal? (insiste Arne) ¿Sale? Lamento mucho la situación.
¿Sale?”. Eso sí que es ser “poderoso”. Al final la señora se sube a la
patrulla. ¿Quizá –en ese in crescendo- temió terminar en Santa Martha Acatitla compartiendo celda con una asesina serial?
No hago la defensa de una señora que deja su bolsa de basura en la
calle. Ni de lejos. Pero hay límites. El “operativo” llamado “Ciudadanos
cochinos”, durante el cual el Administrador General de la Miguel
Hidalgo le comenta a sus seguidores: “Cazando a los vecinos que tiran la
basura”, en este caso, fue un exceso. Antes de las denuncias contra
Arne –que ya recibió la Comisión de Derechos Humanos- ¿quién marcaba los
límites en los tonos y las “técnicas educativas” de Arne? ¿”Cazando”?
Cierto que “La forma es fondo”.
Arne constata después que funcionó: ya no hay basura. Muy
probablemente no porque los vecinos se hayan decidido a ser empáticos y
civilizados entre ellos, lo que significaría un cambio de fondo y a
largo plazo en los hábitos de las personas, sino porque es un hecho:
exhibir y humillar “funciona”. La historia ofrece abundantes e
indeseables pruebas.
El Diccionario de la Real Academia define “empatía”: Sentimiento de
identificación con algo o alguien. 2. f. Capacidad de identificarse con
alguien y compartir sus sentimientos. La empatía (que hasta dónde sé, no
puede ser sino emocional) no significa que una coincida con las
palabras o los actos de otra persona, tampoco que esté dispuesta a
permitir conductas inadmisibles, sólo significa que los modos de
relacionarnos con los otros no pueden dejar de lado el respeto a su
dignidad, a sus circunstancias, a su seguridad y a su privacía. La
empatía es la base de toda convivencia respetuosa y un principio básico
de la salud emocional.
¿Quién puede abogar por una cultura de respeto avasallando los
derechos de las personas con el poder que le otorgan las instancias de
gobierno? Arne no es empático, lo suyo es “castigar”, en el mejor estilo
de la célebre “Pedagogía negra”, con la que los niños aprendían a ser
violentados y humillados por cualquier falta, y a sentir –además- que
debían agradecer la humillaciones infligidas “por su bien”. Hay otras
maneras de llamar a la civilidad ¿No es cierto? La civilidad misma, por
ejemplo. El mundo desde ese Periscope se polariza: “los buenos” y “los
malos”. Los “malos” tiran su basura en la calle (y son “esencialmente
malos”), los “buenos” los denuncian para que sean exhibidos, (y son
“esencialmente buenos”). La cantidad de fantasmas discriminatorios que
se desatan. Sobre todo si hablamos de trabajo sexual. SUPER EGO CONTRA LAS TRABAJADORAS SEXUALES.
Las trabajadoras sexuales pertenecen a uno de los grupos humanos más
vulnerables y estigmatizados. Sobre todo las que trabajan en las
calles. En la Ciudad de México el trabajo sexual no es un delito. No me
refiero acá al crimen (que corre tan impune) de trata, ni a la
esclavitud sexual. Ni al lenocinio. Tras un largo proceso, las/los
trabajadoras/es sexuales ganaron el derecho a ser consideradas/os
“trabajadores no asalariados”, con derecho a una credencial que los
acredite como tales. Las credenciales se expiden – para quien así lo
solicite- en la Secretaría del Trabajo, como informó en su momento la
entonces secretaria Patricia Mercado.
La credencial es un intento de disminuir la ferocidad de la extorsión
policiaca. Un intento de protegerlas y deconstruir –poco a poco- el
estigma que ahonda sus vulnerabilidades. El Trabajo sexual es
considerado una falta administrativa. “Una infracción contra la
tranquilidad de las personas… Invitar a la prostitución, ejercerla, así
como solicitarla”, siempre y cuando haya queja de vecinos.
La solución no será nunca acosarlas, exhibirlas, humillarlas y
contribuir –alegremente- a sostener el estigma y la violencia que se
ejerce contra ellas. Las Trabajadoras Sexuales Independientes, Brigada
Callejera y feministas como Marta Lamas, proponen cambios en la ley que
les permita ejercer su oficio en condiciones más seguras y de
tranquilidad para todos.
En una de las expediciones de Arne contra las trabajadoras sexuales
(camina acompañado por un vecino y policías) sostuvo este diálogo con el
vecino en cuestión:
Arne: Vamos pues a la esquina donde está la señorita que ejerce o incita a la prostitución.
Arne: Aquí está la señorita, lleva muchos años, ¿verdad?
Vecino: Algo.
Arne: ¿Cuántos años?
Vecino: Muchos, unos quince. (Risitas) Ya es conocida.
Arne: Unos quince en la zona… tú si puedes decir muchas cosas, yo soy el que no puedo.
¿Qué esperaba Arne que le dijera el vecino? ¿Cantidad de esas
palabras que no “generan empatía”, sino todo lo contrario. Lo
desilusionó el vecino.
Vecino: (algo que no se escucha y luego)… Derechos Humanos, también.
Arne: Derechos Humanos sólo aplica para las autoridades, no para los vecinos. (Risita).
¡Enorme! Los Derechos Humanos – en boca del Administrador General de
la Miguel Hidalgo son una oficina. Una instancia que redacta
recomendaciones. Nada que ver con él si no tuviera un puesto público.
Nada que ver con el vecino. Nada que ver con la única trabajadora sexual
a la que llegó a aterrar en un callejón oscuro. Ella estaba solitita.
Ellos eran varios. No tenía a ningún niño secuestrado. La vemos avanzar
rapidito hacia la patrulla. El tono de Arne es jocoso, tanto en este
“operativo”, como en el que realizó contra las personas transexuales.
Me llama la atención en ambos casos, que dado que “solicitar” es también
una falta administrativa, Arne no haya esperado (disfrazados todos
ellos de arbustos) la llegada de los “solicitantes”.
Tendría carro completo.
Podría decir a los solicitantes, algo así (siguiendo sus tonos): ¿A
ver? Solicitar es una falta administrativa. Está en la Ley de Cultura
Cívica. Es cívico, es cívico. ¿Díganme ustedes por qué solicitan? Grabar
a la clientela masculina. Pero él, tan impúdico, allí sí que ha sido
púdico.
¿Me parecería menos grave si los solicitantes estuvieran incluidos en
la exhibición? No. Pero por lo menos no corroboraría esa frase tan
ruda: El hilo se corta por lo más delgado. Y seguramente las respuestas
de muchos de sus seguidores en Periscope serían muy distintas: Ya ni la
amuelas, Arne, no andes balconeando a los cuates. Te pasas Arne, hoy va a
dormir en el sofá. Y frases bastante peores. Allí sí que “generaría
empatía” con los agraviados. Estoy segura. Quizá lo sabe y por eso se
lo ahorra. No saber diferenciar entre pelearse con guaruras y acosar a
una trabajadora sexual que está sola en un callejón, habla mucho de un
cierto daltonismo emocional del señor Arne.
La grabación del “operativo” contra las trabajadoras sexuales en una
esquina de la Anzures es indignante. Vemos sus rostros. Son dos, luego
cinco. “Señoritas, señoritas”. Les lee el apartado que corresponde. Una
de ellas le pregunta ¿cómo va a probar que está ejerciendo la
prostitución? Como les digo, no hay cliente alguno. Los suecos no
penalizan la oferta, sino la demanda. Es muy interesante.
Una de ellas no se dejó intimidar: “Yo soy una persona transexual
soltera, no le rindo cuentas a nadie y estoy esperando a un hombre para
pasar la noche y hacer el amor”. No se tragó el micrófono Arne, le
repitió lo del artículo 24. Esperaron a sus compañeras. Llegaron. Arne
nos señala: “Este es el oficial del sector, él tiene que impedir que se
suban al automóvil”. Él no se les atraviesa para impedir “la fuga”,
como con la señora que abandonó su basura en la calle. No las detiene
por el hombro. “(Risitas) estaban muy fuertes, el oficial no pudo con
los cinco”. “Ya se fueron pero hay que perseguirlas (risitas)".
En El Universal: “La organización ciudadana defensora de este gremio,
Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez, consideró que el
funcionario violentó la propia Ley de Cultura Cívica que establece que
para proceder en su contra se requiere de la denuncia de por lo menos 10
vecinos ante un juez cívico y notificar a la policía para hacer el
operativo, situación que no realizó”.
La Comisión de Derechos Humanos levantó una queja de oficio contra el
Administrador General de la Miguel Hidalgo. En una escena grabada, Arne
se identifica con un policía (seguro que bilingüe, si no políglota) de
la Miguel Hidalgo, le da su nombre y luego se presenta como el City Manager. Así, como si oficiara en Nueva York y no en la Ciudad de México. Y como si de alguna manera simbólica, ese City Manager extendiera
sus poderes a todo lo largo y ancho de la ciudad. Me sorprende que
tantos medios lo nombren así, en inglés. ¿Por qué?
SUPER EGO “PONE ORDEN”
Arne dice que lo contrataron para “poner orden”. Nos queda claro que
las maneras de hacerlo pueden ser vastísimas. ¿Cómo se “pone orden”?
¿Según quién? ¿Con qué discursos, actos, herramientas? A través de la
aplicación Periscope, el Administrador General de la Delegación Miguel
Hidalgo, decidió que una de sus maneras era infligir humillaciones
públicas a los infractores. Dar la dirección de sus casas, el número de
sus placas. Arriesgarse a provocar un linchamiento mediático. ¿Se da
cuenta de que tal vez esté incitando a los vecinos a elegir formas más
agresivas que negociadoras en sus diferencias cotidianas? Todos
espiándose a todos para atrapar “la falta”. Como si te defendieras del
crimen organizado. La consigna pareciera: “Conviértete en el policía de
tu vecino”.
Refiriéndose a el “operativo” contra las trabajadoras sexuales, Andrés Lajous –en twiter- después de exponer que las trabajadoras sexuales son un grupo muy vulnerable, le escribe a Arne: @arnemx
“No sólo no coincidimos. Creo que activamente estás haciendo daño, y
ojalá el riesgo de hacer ese daño te hiciera pensarlo dos veces”.
En uno de los videos en los que Arne detiene al chófer de una
camionetota que porta equipo ilegal, aparece de golpe otra camionetota,
de la primera extraen una maleta que colocan en la segunda. Unos señores
salen del hotel y caminan hacia esa segunda camioneta. Arne los
increpa, no le hacen caso. No insiste. Se suben y se van. Arne se
limita a pronunciar una frase en tono desolado: “Ahí van los patrones de
quienes violan las leyes en la Ciudad de México”. ¿Cómo? ¿Los patrones
no las violan nunca ellos mismos? Lo menos que puede decirse es que es
una frase rarísima. Arne regresa a continuar interrogando al
“subalterno”.
Otra escena: un vecino interviene en la disputa entre Arne y un señor
que obstaculiza la vía pública. “¿Es usted su pariente?”. “No, soy un
vecino”. Le pregunta a Arne por qué no retiran los camiones que
llegaron con ellos y también obstaculizan la vía pública. Arne responde:
“Todos los camiones que están allí son de investigaciones de la
Procuraduría”, después le dice algo inaudible que termina en “cívico”.
Descalificado el distractor, Arne sigue su pleito contra el señor que
obstaculiza la vía pública, y no forma parte del equipo de
investigaciones de la Procuraduría.
TEJER REDES EMPÁTICAS Y SOLIDARIAS
No minimizo lo indispensable y urgente que es transformar los modos
de convivencia en la Ciudad de México. Es ya un muy triste clásico: “El
tejido social está desgarrado”. La falta de civilidad disminuye de
manera considerable nuestra calidad de vida. Es cotidiana. Faltas de
respeto, basura en las calles y los parques, música a todo volumen,
empujones, carros aventándose hojalata. La suma de miles y miles de
faltas –es cierto- van convirtiendo los espacios en difíciles de habitar
o inhabitables. Es necesario que se apliquen las sanciones estipuladas
por la ley. Sin humillación y sin acoso. En el caso de las trabajadoras
sexuales, hay propuestas importantes para hacer cambios en la ley.
Protegerlas y respetarles espacios de trabajo. Son “trabajadores no
asalariados”. Personas, pues.
Necesitamos tejer redes de solidaridad y de apoyo. Es un hecho. Pero
el llamado al espionaje, a la humillación y a la riña no crean redes,
bien al contrario, las tensan hasta destruirlas. El “no generar
empatía”, es uno de los datos duros de la indiferencia y el egoísmo en
el que vivimos. Un de las causas principales de la desgarradura de las
redes.
Declaró Arne: “Acostúmbrese, vamos a Periscopear todo. Transparencia
hasta las orejas”. ¿Y quién le dijo a Arne que queremos “transparencia”,
o lo que sea, “hasta las orejas”. ¿No ve la diferencia entre
interpelar a un guardaespaldas a la luz del día en un espacio lleno de
personas, y acosar a una trabajadora sexual (eran varios) sola y en una
calle oscura? ¿Cuál es el costo en términos humanos de los “hasta las
orejas? “Se expone a las personas a quienes se exhibe a una violencia
innecesaria…”. La forma es fondo. Recordé una frase que me dijo un señor
mayor en una parada de autobuses en Roma: “En la época de Mussolini,
los autobuses sí llegaban a tiempo”.
Mujeres de Gujarat, India. Crédito: Krishnakant/IPS.
NACIONES UNIDAS, 21 mar 2016 (IPS) -
Cuando fracasó el intento de la única mujer que se propuso encabezar la
Organización de las Naciones Unidas en 2006, un diplomático asiático
ejemplificó la situación con una cita bíblica: “Es más fácil que un
camello pase por el ojo de una aguja que una mujer sea secretaria
general de la ONU”.
Pero como bromeó una caricatura del diario New Yorker no relacionada
con ese hecho: “Quizá necesitemos agujas más grandes o camellos más
pequeños”.
La candidata en cuestión, Vaira Vike-Freiberga, presidenta de Letonia
(1999-2007), nunca llegó al piso 38 de la secretaría general de la ONU,
donde tiene su oficina el jefe del foro mundial.
Sus competidores entonces eran todos hombres, el secretario general
adjunto Shashi Tharoor, de India, el excanciller de Afganistán, Ashraf
Ghani, el embajador de Jordania, el príncipe Zeid Raad al-Hussein, el
vice primer ministro de Tailandia, Surakiart Sathirathai, y el
secretario general adjunto Jayantha Dhanapala, de Sri Lanka.
El sexto candidato, el entonces canciller de Corea del Sur, Ban
Ki-moon, terminó siendo el elegido para ocupar el cargo secretario
general, que asumió en enero de 2007.
Durante la mayor parte de sus 70 años de existencia, la ONU se ha
caracterizado por el predominio masculino, característico de la cultura
política. El ambiente parece cambiar, aunque las apariencias suelen
resultar engañosas en las cuestiones políticas del foro mundial.
Pero si la actual campaña para que una mujer encabece la secretaría
general toma impulso, quizá todavía sea posible que, a fines de este
año, la ONU haga historia en un mundo en que la población femenina
representa casi la mitad de sus 7.000 millones de habitantes.
Por primera vez en la historia del foro mundial, el presidente de la
Asamblea General, de 193 miembros, el danés Mogens Lykketoft, dijo que
está comprometido con un “proceso abierto y transparente” en la elección
y designación del próximo secretario general.
Todos los países miembros recibieron una invitación para enviar sus
candidaturas al presidente de la Asamblea General, así como al del
Consejo de Seguridad. En la tercera semana de marzo se habían presentado
siete, cuatro hombres y tres mujeres.
“Creo que finalmente llegó el momento de tener una secretaria
general”, sentenció Jessica Neuwirth, una de las fundadoras y presidenta
honoraria de Igualdad Ya, en diálogo con IPS.
“Ban Ki-moon declaró que le gustaría que una mujer lo sucediera;
algunos países miembros apoyan formalmente la idea de que es hora de
tener una secretaria general. Si bien siempre hubo mujeres calificadas
para la tarea, ahora hay unas cuantas que, de hecho, están haciendo
campaña”, acotó.
“En lo que respecta a la rotación regional, más que cualquier región,
creo que es el turno de que las mujeres estén representadas y podría y
debería haber cierta flexibilidad para garantizar que una mujer pueda
ocupar el cargo”, opinó.
Neuwirth también es fundadora y directora de Donor Direct Action,
derivada de Igualdad Ya, creada para reunir fondos para las
organizaciones que defienden los derechos de las mujeres.
Además, aclaró que su organización lanzó su primera campaña para que
una mujer esté al frente de la secretaría general tras la adopción de la
Plataforma de Acción de Beijing, en 1995, en el marco de la Cuarta
Conferencia Mundial sobre la Mujer.
La Plataforma de Beijing reclamó el desarrollo de “mecanismos para
designar candidatas a ocupar cargos altos en la ONU” y se propuso la
meta de lograr “la igualdad de género, en especial en el ámbito
profesional y cargos superiores, para el año 2000”, recordó Neuwirth.
“Todavía esperamos que se implemente ese compromiso, 16 años después
de la fecha límite prevista de 2000. Quizá si empezamos desde arriba lo
consigamos”, acotó.
Por su parte, Charlotte Bunch, directora fundadora del Centro para el
Liderazgo Mundial de las Mujeres, además de profesora distinguida de la
estadounidense Universidad Rutgers, dijo en diálogo con IPS: “Estamos
más cerca que nunca de tener una mujer al frente de la secretaría
general”.
“Hay numerosas mujeres muy calificadas y de varias regiones cuyos
nombres se propusieron formalmente o se discutieron públicamente y
esperamos que todas reciban una seria consideración”, observó.
Pero es de fundamental importancia quién es la mujer que se elige,
pues una mala elección puede predisponerla al fracaso, acotó. “Su género
debe ser un elemento fuerte, pero no su principal calificación”
subrayó.
La visión de la candidata sobre el futuro de la ONU en estos
atribulados tiempos y su capacidad de comunicación y de llevar adelante
la parte organizativa, así como su compromiso probado con los principios
históricos del foro mundial en materia de derechos humanos, desarrollo e
igualdad de género, son fundamentales, precisó Bunch, una de las
figuras principales de la campaña para crear ONU Mujeres.
En el marco del proceso de transparencia, el presidente de la
Asamblea General comenzará una serie de diálogos informales con las y
los candidatos entre el 12 y 14 de abril.
Las entrevistas darán a los candidatos una plataforma para presentar
su candidatura y será una oportunidad para que los 193 estados miembros
les hagan todas las preguntas que crean convenientes. Cada uno dispondrá
de dos horas para la presentación.
En el ámbito de la sociedad civil, hay una campaña mundial encabezada
por varias organizaciones no gubernamentales llamada “1 for 7 Billion”
(“1 para 7.000 millones”), que reclama un proceso abierto de selección, el “que hasta ahora estuvo envuelto en un manto de secreto”.
Las organizaciones cuestionan la “forma deplorable en que un puñado
de países poderosos (a saber: China, Estados Unidos, Francia, Gran
Bretaña y Rusia, las cinco potencias con poder de veto en el Consejo de
Seguridad) han elegido al secretario general a puertas cerradas”.El año pasado, la embajadora de Colombia, María Emma Mejía, hizo
circular una carta de apoyo para que una mujer ocupe el cargo de
secretaria general, que reunió al inicio la firma de 44
representaciones.
Pero entre ellas no había ninguna de las potencias con poder de veto
en el Consejo de Seguridad, que siempre tienen la última palabra en lo
que respecta a la designación del secretario general. De hecho, Rusia ya
declaró que el cargo lo ocupará la persona más competente,
independiente de su género.
Pero sí aboga por que la persona sea originaria de Europa oriental
con el argumento de respetar la rotación geográfica, pues los anteriores
ocho secretarios generales procedieron de Europa occidental (3), de
Asia (2), de África (2) y de América Latina (1).
Una periodista estadounidense que trabajó en la sede de la ONU, pero
no quiso publicar su nombre, dijo a IPS: “Mi instinto me dice que la
opción de una mujer puede resultar muy acotada, pues no hay candidatas
obvias, y veo que últimamente Estados Unidos ha criticado mucho la
gestión del PNUD” (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo).
“No creo que Washington esté muy concentrado en esto con el
pandemonio que son las elecciones primarias (de Estados Unidos). Y la
designación por parte de Rusia de una mujer de Moldavia parece más una
picardía que otra cosa”, opinó.
Además, acotó, a la ex secretaria general adjunta Angela Kane le
gustaría integrar la lista de candidatas, pero no ha logrado ningún
respaldo de su país, Alemania.
Los antecesores del actual secretario general fueron: Kofi Annan
(Ghana), Boutros Boutros-Ghali (Egipto), Javier Pérez de Cuellar (Perú),
Kurt Waldheim (Austria), U.Thant (Birmania, ahora Myanmar), Dag
Hammarskjöld (Suecia) y Trygve Lie (Noruega).
Indígenas
brasileños durante una protesta en demanda de que se cumplan sus
derechos como pueblos originarios, en la ciudad de Río de Janeiro.
Crédito: Mario Osava/IPS.
NACIONES UNIDAS, 22 mar 2016 (IPS) -
“Nosotras, las indígenas, queremos ser consideradas como parte de la
solución al desarrollo sostenible porque tenemos capacidades y
conocimientos”, subrayó la periodista quechua Tarcila Rivera, defensora
de los derechos de las comunidades indígenas de Perú, en una conferencia
de prensa sobre el “Empoderamiento de las Mujeres Indígenas”.
Rivera, al igual que muchas mujeres más que luchan por los derechos
de las comunidades autóctonas en América Latina, el norte de Europa,
Canadá, Asia, Australia, Nueva Zelanda y África, participa en la 60
sesión anual de la intergubernamental Comisión sobre la Condición
Jurídica y Social de la Mujer (CSW60), que concluirá este jueves 24.
La
periodista quechua Tarcila Rivera, defensora de los derechos de las
comunidades indígenas de Perú, en marzo de 2015. Crédito: UN Media/ Mark
Garten.
En tanto que comisión del Consejo Económico y Social de la
Organización de las Naciones Unidas (Ecosoc), la CSW se reúne con
representantes de los países miembros de la ONU, agencias del foro
mundial y organizaciones no gubernamentales internacionales, así como
otras entidades de la sociedad civil para el avance político, económico y
social de las mujeres y la eliminación y la prevención de todas las
formas de violencia contra la población femenina.
En la inauguración de la CSW60, el secretario general de la ONU, Ban
Ki-moon, quien en sus nueve años al frente del foro mundial designó a
más de 150 mujeres como secretarias generales adjuntas o subsecretarias
generales, urgió a los gobernantes a tomar medidas para poner fin a la
desigualdad de género.
“En los países donde hay niñas y niños ‘desaparecidos’, las abuelas
organizadas reclaman justicia. En zonas asoladas por el sida (síndrome
de inmunodeficiencia adquirida), las madres con VIH (virus de
inmunodeficiencia humana) reemplazan el estigma con esperanza. En las
sociedades homofóbicas, lesbianas víctimas de violación sobrevivieron y
se organizaron (…). Mientras se violen los derechos humanos de una
mujer, nuestra lucha no termina”, declaró.
En el marco del lema de la convocatoria de este año “El
empoderamiento de la mujer y su vínculo con el desarrollo sostenible” y
de la Agenda 2030, las indígenas reclaman a los gobiernos que las
reconozcan como fuerza para lograr el desarrollo económico y social.
En Kenia son principalmente las mujeres las que desempeñan un papel
clave en la manutención de las familias, pese a vivir en una sociedad
patriarcal, explicó Valerie Kasaiyian, una abogada maasai y educadora de
derechos sexuales y reproductivos.
Hay grupos de mujeres indígenas, como las de Samburu, que desde hace
20 años se ocupan de su comunidad construyendo casas y escuelas. También
crearon actividades económicas autosustentables mediante la venta de
ganado y joyas tradicionales para sacar a sus familias de la pobreza,
continuó Kasaiyian.
La indígena mixteca Myrna Cunningham, de la comunidad Waspam en Nicaragua, en mayo de 2013. Crédito: UN Media/Evan Schneider.
Mujeres de Marsabit, en el norte de Kenia, crearon granjas
sostenibles en las que cultivan tomates y otros productos en
invernaderos, que luego venden en su comunidad sin la participación de
los hombres.
“El desarrollo sostenible se trata de preservar los recursos y la
tierra para las generaciones futuras. Las comunidades indígenas, que
durante siglos vivieron en aislamiento, encontraron su propio sistema
para trabajar la tierra y conservarla”, acotó Kasaiyian en diálogo con
IPS.
“Está en nuestra identidad y nuestra cultura ancestral”, recalcó.
“Sin embargo, vemos un etnocidio sistemático de nuestra cultura
indígena a manos del gobierno, en que se pretende homogeneizar a las
mujeres indígenas e integrarlas a una cultura dominante”, se lamentó.
Desde la adopción de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, en 1995, junto con la resolución de la ONU 1325 sobre la importancia de las mujeres en las negociaciones de paz, así como la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas,
de 2007, hubo varios avances importantes para elevar las voces de las
mujeres indígenas en el concierto internacional. Pero a un ritmo lento.
Las mujeres y las niñas indígenas, que no son campesinas, tienen su
propia identidad, definida por su propia lengua, educación, valores
socioeconómicos y conocimientos tradicionales, subrayó Rivera, fundadora
del Centro de Culturas Indígenas de Perú (Chirapaq).
Sin embargo, ellas suelen quedar fuera de las políticas
gubernamentales, pues no las tratan con dignidad humana, se lamentó la
activista peruana.
“Muchos programas nos consideran como sujetos de asistencia. Pero no
queremos depender de ese tipo de programas de alimentación. Tratamos de
que nos consideren como sujetos de cambio y de desarrollo desde adentro
gracias a nuestra capacidad”, subrayó.
A pesar de la falta de estadísticas nacionales exhaustivas, las
indígenas sufren una enorme discriminación, violencia sexual y
doméstica, pobreza extrema, trata, falta de acceso a los derechos a la
tierra, educación y mala atención materna e infantil.
La indígena mixteca Myrna Cunningham, de la comunidad Waspam en
Nicaragua, conversó con IPS sobre el problema de la falta de datos
estadísticos en ciertos países, donde no cuentan a las poblaciones
indígenas o las excluyen de algunos indicadores.
“Al hablar sobre estadísticas, la autodeterminación debería ser el
principal indicador, que podría utilizarse para complementar otro tipo
de preguntas indagatorias”, precisó Cunningham, quien preside el Centro
para la Autonomía y Desarrollo de los Pueblos Indígenas (Cadpi).
“Además, las estadísticas oficiales deberían utilizar indicadores
culturalmente más sensibles, lo que ayudaría a definir las políticas
públicas e implementarlas”, añadió quien también fuera presidenta del
Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU.
Con la adopción de la Declaración de los Derechos de los Pueblos
Indígenas, la ONU creó un marco que impulsará la asociación entre los
estados miembros y las comunidades indígenas a través del diálogo,
propuestas y proyectos a fin de implementar el texto del documento y
reconocer, así como proteger, a las mujeres indígenas, dijo a IPS la
secretaria del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, Chandra
Roy-Henriksen.
“Vamos a impulsar una declaración de la ONU sobre los derechos de las
mujeres indígenas, en especial, para que puedan entablar demandas en
tribunales internacionales en casos de violación de sus derechos”,
precisó Kasaiyian.
Las mujeres indígenas deben acortar la brecha entre académicos,
profesionales y activistas creando su propia jurisprudencia y teorías
del derecho en lo que respecta a la erradicación de la violencia contra
las mujeres y el empoderamiento de las futuras generaciones. Traducido por Verónica Firme
La violencia específica contra las mujeres en los
centros clandestinos de detención, dentro del plan sistemático del
último genocidio. La lucha contra la impunidad, bandera del movimiento
de mujeres.
Lo primero que hace falta decir, para abordar este trabajo, es
que la violencia específica hacia las mujeres durante la última
dictadura, y particularmente dentro de los Centros Clandestinos de
Detención (CCD) se enmarca dentro del plan más general, destinado, desde
las clases dominantes, a poner a los militares en el poder para
aniquilar a la vanguardia obrera y disciplinar socialmente a los
trabajadores y al conjunto de los explotados.
Dentro de este plan abordaremos de manera sintética las
particularidades del tipo de disciplinamiento que quisieron imponerle a
las mujeres detenidas.
Ya en 2008, Myriam Bregman, como parte de la querella en los juicios a
los genocidas, sostenía que el delito de “genocidio”, entre otras
causales, implicaba un ejercicio sistematizado de la violencia sexual.
“En todos los genocidios hay violaciones masivas. La violación es otra
manera de humillar y someter. No es lo mismo violencia sexual y tortura,
tal como suele entenderlo la justicia. En mi opinión, la violencia
sexual compone el delito de genocidio. Creemos que si logramos instalar
ese criterio, las mujeres víctimas de esos sucesos aberrantes
encontrarán el marco necesario para declarar quién las violó y cómo
fueron violadas”. (Artemisa, 20-02-2008).
Aunque desde el año 2000 la Corte Penal Internacional incluye dentro
de la definición de “lesa humanidad” a “toda violación, esclavitud
sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada u
otros abusos sexuales de gravedad comparable (...) cuando se cometa
como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población
civil y con conocimiento de dicho ataque”, en la Argentina esta
perspectiva se incorporó recién en 2010. Hasta entonces, eran
considerados hechos eventuales que no formaban parte del plan
sistemático de disciplinamiento: fueron callados o denunciados como una
modalidad más de tortura. La Justicia, incluso, los consideraba
prescriptos o quedaban incluidos dentro de las múltiples vejaciones que
se realizaban contra las secuestradas (Sonderéguer; 02-05-2012).
"Recuperarlas" o desaparecerlas
Según el “Informe Nacional sobre Desaparición de Personas”, las
mujeres constituyeron un 33% del total de los desaparecidos durante el
período 1976-1983. Dentro del siniestro plan de las clases dominantes,
los represores tenían objetivos específicos con las mujeres:
“recuperarlas”, según su jerga, o desaparecerlas, incluyendo la
apropiación de sus hijos e hijas.
Como plantea Andrea D’Atri
“La política ideológica que tuvo la dictadura militar hacia las mujeres
se centraba en la exacerbación de los roles estereotipados de género
existentes en la sociedad capitalista patriarcal: se exaltaron las
funciones reproductivas y domésticas, relegando a las mujeres al espacio
privado, pero otorgándoles supremacía en tanto garantes de la unidad
familiar, como “célula básica de la sociedad”. La dictadura, también,
exacerbó el modelo dicotómico de “virgen o prostituta”, resignificado en
la oposición del modelo mariano representado en la Virgen de Luján
contra el de la subversiva que transgredía la supuesta esencia
femenina.” A raíz de los testimonios recopilados es evidente que la violencia
específica hacia las mujeres fue sistemática, previamente planificada y
aplicada reiteradamente sobre la mayoría de las detenidas en los
diversos CDD que funcionaron en el país. Allí se desplegaron las
técnicas que los militares habían aprendido en las “escuelas de guerra”
creadas por los países imperialistas. Cada una tenía sus fundamentos,
sus objetivos, sus pasos específicos, premeditados. Nada quedaba librado
al azar, ni siquiera el hecho de que estos centros fueran comisarías,
locales, hospitales, fábricas emblemáticas, todos ellos "escondidos" y a
la vez visibles, para amedrentar a los y las trabajadoras, jóvenes y
mujeres que intentaran resistir a la dictadura.
Cualquier vejación estaba permitida: violaciones reiteradas y
llevadas a cabo, muchas veces, por más de un represor, en la mesa de
torturas o cuando las detenidas querían ir al baño. La violación,
constituía una forma de sometimiento y extorsión, una forma específica
de denigración: desde la desnudez forzada de las detenidas (no sólo a la
hora de las torturas), hasta la colocación de elementos en sus vaginas.
Disciplinar y "corregir", destruir la integridad física y psíquica de
esas mujeres que habían sido protagonistas del ascenso obrero previo al
Golpe, y que expresaban un cuestionamiento profundo al régimen
político, económico y social. Incluso no es casual los testimonios que
dan cuenta del enseñamiento de los represores con las mujeres, haciendo
alusión a la hora de la detención, secuestro y torturas, a su militancia
política en las distintas organizaciones de las que eran parte. Por eso
D’Atri plantea también que “las mujeres militantes –es decir, que
tenían una actividad política, pero además con la intención de subvertir
el orden social- serán consideradas como elementos transgresores
altamente peligrosos, no sólo por su militancia contra el orden
establecido, sino en tanto encarnaban una ruptura con los roles de
género tradicionales”.
Cristina Zurutuza, coautora del libro “Grietas en el silencio”,
sostiene que “había una gran dosis de machismo, y de violencia machista,
por dos caminos. Uno, contra las mujeres en general, y otro, contra las
mujeres que se habían atrevido a desafiar el estereotipo, el modelo de
mujer (...) el de una mujer sumisa, una mujer en su hogar, en su casa
cuidando de sus niños, que se habían atrevido a desafiar el orden
social” (Radio Nacional; Mujeres ¡de acá!; 20-03-2016). Ante semejante
desafío, aniquilarlas, era el objetivo y por eso se recrudecían las
vejaciones cuando las detenidas desafiaban a los represores.
Embarazo y maternidad en los CCD
Como decíamos, las clases dominantes, junto a la Iglesia, querían
imprimir un estereotipo de mujer "santa", ligado exclusivamente a la
función procreadora, siempre y cuando no procrearan "subversivos". La ESMA, el Hospital Naval y el Hospital Militar fueron tres de los
más importantes centros equipados como maternidades. Casi la totalidad
de las embarazadas (un 10% de las desaparecidas) eran menores de treinta
años. Las mantenían encerradas bajo pésimas condiciones de higiene,
salubridad y alimentación, expuestas a todo tipo de violencias. El
ingreso de estas detenidas en las maternidades clandestinas no era
registrado: las mujeres eran “NN” que, alrededor de los siete meses de
embarazo, eran inducidas al parto, practicado generalmente por cesárea. Sala de parto | ESMA
La "sala de parto" contaba con un médico que supervisaba el proceso,
parteras y enfermeras (algunas de las cuales eran monjas). Mientras que
los nacimientos eran realizados en presencia de militares y policías
uniformados y de civiles armados. Aún así, muchas veces las detenidas
entraban en trabajo de parto y como nadie se acercaba a asistirlas eran
los propios compañeros y compañeras los que oficiaban de asistentes. La
tortura específica en estos casos consistía también, como denunciaron
Adriana Calvo y otras parturientas, en obligar a las mujeres limpiar la
sala donde habían parido y hacerlas recoger la placenta, instantes
después de dar a luz en cautiverio.
Incluso muchas detenidas tuvieron abortos inducidos por la tortura.
El Informe del CELS da cuenta de ellos a través de un testimonio: "Ya en
diciembre de 1976, un documento firmado por detenidas políticas de
Córdoba, que habían pasado un período en el campo de "La Perla", daba
cuenta de la suerte corrida por Isabel G. de Negrotti, quien perdió su
criatura a consecuencia de las torturas recibidas".
Gracias a los testimonios fue posible reconstruir una lógica de
tratamiento y posterior expropiación de estos bebés de las manos de sus
madres y/o padres.
Ni ellas, ni sus hijos e hijas
La incertidumbre que cada mujer tenía acerca del destino de sus hijos
e hijas, la sensación de que serían separadas de ellos y la incógnita
de saber si alguna vez saldrían en libertad para ir en su búsqueda, era
parte de la tortura.
Una de las prácticas sistemáticas hacia las detenida era "invitarlas"
a redactar una carta a sus familiares bajo la falsa promesa de que
sería entregada a ellos junto con la criatura. Pero esas cartas nunca
llegaban a salir de los CCD y esos niños y niñas tenían un claro destino
desde un principio. La ESMA contaba con un listado de matrimonios
militares, empresarios y civiles afines, dispuestos a criarlos, en
algunos casos por la imposibilidad de tener hijos, en muchos otros por
la convicción ideológica de que esos niños y niñas debían ser "salvados"
de las ideas subversivas de sus padres. Una de las detenidas cuenta
acerca de su compañera Graciela: "la llevaron al baño por error,
mientras yo me estaba bañando. Pudimos hablar unas palabras. Ella fue
trasladada el 23 de abril. Unos días antes le habían sacado el nene.
Pregunté mucho por él y uno de los guardias me confió que se lo había
llevado uno de los torturadores que no tenía hijos. Que ya le había
comprado la ropita, y que no le habían dicho nada a Graciela" (Nunca
más; Conadep; 1984).
Si el plan sistemático aplicado por las clases dominantes tenía como
objetivo aniquilar a una generación entera que había desafiado al orden
social imperante, la apropiación de sus hijos e hijas, tenía como
objetivo garantizar incluso aniquilar la continuidad hasta biológica de
aquella generación de mujeres y hombres.
La (in)justicia
El libro “Hacer justicia” publicado por el CELS en 2011 sostiene que
“la desnudez forzada, la inexistencia de intimidad respecto de la
satisfacción de las necesidades fisiológicas y la violación sexual a
personas débiles producto de la tortura, encadenadas o engrilladas y
privadas de la visión, fue parte de la cotidianidad en los CCD. (...) En
muchos casos la situación se vio agravada por tener que vivir parte de
sus embarazos y partos en el contexto de sus desapariciones”. En el
mismo sentido Cristina Zurutuza de CLADEM sostuvo al ser entrevistada en
Radio Nacional, que “todas las mujeres detenidas durante la dictadura
sufrieron distintos tipos de abusos sexuales”. Recordemos que se estima
fueron más de 600 los CCD creados en ese periodo, por eso el CELS hace
referencia en la misma publicación a “la gran cifra negra” de delitos
contra la integridad sexual que se perpetraron contra los y las
secuestradas, que a esta altura es imposible saber con exactitud.
Un estudio realizado por Bilbao, sostiene que en el diagnóstico
realizado por el CELS y el CIJT (Centro Internacional para la Justicia
Transicional) se ve cómo la judicialización de estos delitos se encontró
con los obstáculos de la Justicia, entre los cuales se menciona “el
carácter sexista y discriminatorio” que reproduce el Poder Judicial (Bilbao),
o como el actual juicio que se está desarrollando en Mendoza contra
cuatro ex magistrados (Otilio Romano, Luis Miret, Guillermo Petra y
Rolando Carrizo) por connivencia y complicidad ante ataques sexuales
perpetrados en CCD de aquella provincia durante la represión. En junio de 2010 por primera vez delitos contra la integridad sexual
en el marco del genocidio recibieron una condena. En Mar del Plata se
dictó prisión perpetua al ex Sub Oficial Gregorio Molina, por homicidio,
violaciones y ataques sexuales. Sin embargo, las mujeres que estuvieron
secuestradas, aún hoy son expuestas a la revictimización por parte de
la Justicia. Mientras que por la lentitud de los juicios y porque no se
llevan adelante por CCD, entre otras causales, hasta el momento sólo se
pudieron conquistar condenas excepcionales. Hasta la actualidad, son
sólo ocho los juicios en los que se incluyó, como parte de la tortura,
la violencia específica hacia las mujeres. Gregorio Molina, primer condenado por el delito de violencia sexual
Por un movimiento de mujeres de lucha contra la impunidad
En este artículo sólo abordamos de manera sintética los aspectos
centrales de la violencia hacia las mujeres en los CCD. Una tarea
llevada adelante gracias a la lucha de los organismos de derechos
humanos, abogados querellantes contra los genocidas e investigadoras.
Pero sobre todo, a las sobrevivientes que lo contaron. Como plantea
Nilda Jelenic “Sigo teniendo una ideología (...) Ese convencimiento hace
que nunca me haya visto como víctima. A mi no me van a victimizar”. (documental “Lesa Humanidad”).
Todos los gobiernos constitucionales se negaron a abrir la totalidad
de los archivos de la dictadura. La Justicia tardó más de 20 años en
incorporar muchos de estos testimonios e inscribirlos como delitos de
lesa humanidad. La Iglesia Católica, hizo su voto de silencio. Y muchos
de los 400 hijos e hijas apropiados, continúan sin tener derecho a su
identidad.
Hoy Obama está en la Argentina y uno de los anuncios más demagógicos
que prepara será el de la apertura de parte los archivos secretos que
tiene en su poder EE.UU. Para avanzar en saber la verdad los archivos de
la dictadura, de los países imperialistas o los de las fuerzas locales,
deberían ser públicos, y entregados a los organismos de derechos
humanos, familiares y víctimas del genocidio, para a través de
comisiones investigadoras independientes, podamos acercarnos a saber qué
es lo que sucedió y quiénes son los responsables.
Compartimos con Myriam Bregman que “a cuarenta años del golpe cívico
militar, en Argentina los archivos de la represión permanecen ocultos y a
los únicos que ha favorecido esta situación es a los que participaron
del genocidio, civiles y militares. Nos consta que la documentación
existe, el Gobierno tiene que abrir los archivos de la ex-SIDE, del
Batallón 601, de Servicio de Inteligencia Naval y de todas las fuerzas
que participaron del plan represivo”.
Todavía la gran mayoría de los empresarios, militares, policías,
funcionarios, jueces, curas, obispos y civiles que fueron parte de los
años del terrorismo de Estado siguen libres. Cuando se sabe que en todos
los CCD hubo violaciones sexuales y abusos contra las mujeres, sólo en 8
juicios se incorporó la especificidad de la violencia ejercida contra
las mujeres, y sólo se han conseguido algunas pocas penas contra los
genocidas. La lucha contra la impunidad de ayer, y la que persiste hoy,
debe ser parte también de las tareas de un movimiento real de mujeres
que se exprese en las calles. Por estos motivos, desde Pan y Rosas nos
preparamos para marchar este 24/3, con el PTS y el FIT, junto al
Encuentro, Memoria, Verdad y Justicia. *Trabajo de investigación original publicado en el sitio panyrosas.org.ar, marzo de 2008.