7/25/2015

Programa Tiempo de Mujeres en CFRU la radio Universitaria de la Ciudad de Guelph sabado 25 de julio 2015

Desde cfru 93.3 fm la Radio de la Universidad de Guelph
en Ontario, Canadá
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MUJERES POR LA DEMOCRACIA

Bienvenida al programa de hoy
Noticias de Género en la Red



Género en la mira con

 Daniela Villegas
de vacaciones por motivos academicos

las políticias públicas implementadas por los gobernantes son generalmente inciativa ciudadana, porque somos la ciudadanía la que sabe que nos hace falta, donde están los errores y las carencias, no siempre sucede así pero debería, movimientos y manifestaciones hay todos los días en cualquier parte del mundo, pero hoy hablaremos por aquella sucedida el pasado 3 de junio en Argentina, misma que se replico en diversas partes de nuestro planeta, y hablaremos porque hay que darle seguimiento, a mes y medio de la histórica jornada del pasado 3 de junio, en la que miles de personas salieron a la calle a decir “Basta a los feminicidios y la violencia de género”, el Estado Argentinp debió enfrentarse a las deudas pendientes como la ausencia de un Plan Nacional, presupuesto, políticas integrales y de estadísticas y por otro a una demanda creciente que reclaman desde información y asistencia hasta capacitación, bien que paso al respecto, cuál fué la respuesta de gobierno ?

Y como decíamos la organización vibra en los lugares más lejanos, marchas, manifestaciones y protestas son producto de la organización para defender derechos y espacios, las mujeres saharauis tienen historia de lucha y hoy nos muestran su fortaleza ante la represión, como mujeres solidarias ante el sufrimiento de los demás el apoyo es urgente y ellas están ahí porque no se trata sólo de apoyo a los perseguidos, se trata también de la defensa de su cultura y sus tradiciones

Y como radio comunitaria defendemos los espacios de expresión, de difusión y hoy tenemos la historia de una valiemte mujere aymara que es productora y conductora de radio

y continuamos con el programa de   nuestra querida amiga María Néder y sus Mujeres de Puerto Almendro, un espacio para conocer de las mujeres latinoamericanas instrumentistas, compositoras y cantautoras a lo largo del tiempo

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La reacción del Estado frente al “Ni Una Menos”


Por Belén Spinetta
A un mes y medio de la histórica jornada del pasado 3 de junio, en la que miles de personas en todo el país salieron a la calle a decir “Basta a los feminicidios y la violencia de género”, el Estado debió enfrentarse por un lado a las deudas pendientes (ausencia de Plan Nacional, de presupuesto, de políticas integrales y de estadísticas) y por otro a la creciente demanda de diferentes sectores de la ciudadanía que reclaman desde información y asistencia hasta capacitación. Aquí las voces de la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia –pionera en la democratización del Poder Judicial desde un punto de vista de género- y dos nuevos organismos anunciados post-marcha: la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), dependiente del Ministerio Público Fiscal; y la Unidad de Registro, Sistematización y Seguimiento de Femicidios, que funciona dentro del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.

oberlinCOMUNICAR IGUALDAD-  ¿Qué pasa cuando miles de personas (mayormente mujeres pero no solamente), quizás millones, se manifiestan en todo el país al mismo tiempo para decir ‘Basta’? Tal vez ésa sea la pregunta fundamental que dejó el 3 de Junio, la jornada nacional Ni una Menos que quedará grabada en la memoria histórica de la Argentina.  Tanto organizaciones sociales, como referentes de las instituciones del Estado que trabajan en el tema, coinciden en afirmar que hubo un antes y un después en materia de toma de conciencia y visibilización de la problemática de la violencia de género contra las mujeres. Ahora bien: ¿hubo un antes  y después respecto a las respuestas que deben dar los gobierno a este flagelo?
Las víctimas se animaron a alzar la voz, de eso no caben dudas. Hecho que se expresa en el aumento de denuncias y consultas que se registraron durante los días posteriores. Por ejemplo, la línea 144 que depende del Consejo Nacional de las Mujeres (CNM) recibió ocho veces más llamados que lo habitual: de 1.500 llamados diarios, subieron a 13.700. La titular del CNM, Mariana Gras, afirmó a la prensa que el 30% pertenecen a personas que viven situaciones de violencia; el 40% son familiares y amigxs que buscan asesoramiento y otro 30% son personas que buscan constatar que la línea funcione. El aumento de las llamadas obligó a duplicar las operadoras. Desde el CNM anticipan que en septiembre serán publicadas las estadísticas de atención de la línea.
Vale aclarar que el 144 brinda “información, orientación, asesoramiento y contención para las mujeres en situación de violencia de todo el país”, pero no atiende situaciones de emergencia.  La línea que si da respuesta de este tipo es la 137, que depende del Programa Las Víctimas contra las Violencias y tiene funcionamiento sólo en ciudad de Buenos Aires y en algunas provincias como Misiones y Chaco. Precisamente, uno de los reclamos del Ni una menos fue la federalización de esta línea.
El 3 de junio fue contundente. Hubo algunas respuestas desde el Estado, como la creación de la Unidad de Registro, Sistematización y Seguimiento de Femicidios, para que por primera vez existan estadísticas oficiales sobre este drama que se lleva la vida de cientos de mujeres año a año. Un reclamo histórico. También, en el marco de la necesidad de dar respuesta a los reclamos surgidos del Ni Una Menos, el Ministerio Público Fiscal puso en marcha la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM).
Sin embargo, dos reclamos de la sociedad civil aún siguen sin respuesta: la efectivización del Plan Nacional contra la Violencia hacia las Mujeres, estipulado en la ley 26.485, y la Declaración Nacional de Emergencia en Violencia Sexual y Doméstica.
Las estadísticas que faltan
Un día después del Ni una Menos, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación anunció la creación de la Unidad de Registro, Sistematización y Seguimiento de Femicidios y de Homicidios Agravados por el Género. Por primera vez, nuestro país contará con estadísticas oficiales sobre la incidencia de esta problemática. Suena paradójico que Presidencia de la Nación haya difundido un spot en el que afirma “cada 30 horas muere una mujer por violencia de género”, dato que pertenece al sostenido trabajo de monitoreo del Observatorio Marisel Zambrano, de la Asociación Civil La Casa del Encuentro.
En diálogo con COMUNICAR IGUALDAD, Ana Oberlin, directora nacional de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia de la Nación, y quien estará al frente de la Unidad, afirmó que avanzar en la obtención de estadísticas oficiales permitirá “diseñar políticas públicas de prevención en todos los poderes del Estado y en los ámbitos provinciales; el principal objetivo es colaborar en empezar a frenar esta violencia”. Ratificó la importancia de que el organismo esté en el ámbito de la Secretaría de Derechos Humanos: “Fue una decisión conjunta con el Consejo Nacional de las Mujeres, implica un posicionamiento político de que el femicidio es un tema frente al que todos y todas tenemos que estar comprometidos porque constituye un asunto de Derechos Humanos”. 
oberlin2Al ser consultada sobre el anuncio posterior a la marcha, Oberlin aseguró que vienen trabajando en la creación de esta unidad desde septiembre del año pasado: “Sucedieron dos cosas; por un lado no quisimos dar publicidad previamente al 3 de junio para no hacer un uso oportunista de la convocatoria y, por el otro lado, coincidió que en junio concluyó el proceso administrativo para la puesta en marcha de la unidad”. Agregó que se encuentran trabajando de manera interdisciplinaria “con mucho compromiso y respeto a la movilización popular que iba dirigida a muchas áreas del Estado”. “Estamos analizando los datos cualitativos en las distintas provincias: en cuáles hay más casos, quiénes son las víctimas y los victimarios y buscando la mayor cantidad de detalles que podamos conseguir. No queremos arribar a un número solamente, sino a una análisis cualitativo que permita el diseño de políticas públicas con seriedad”. Oberlin agregó que también se encuentran realizando entrevistas con familiares de víctimas: “Hasta el momento hemos recibido muy buena respuesta, es un proceso doloroso para las familias pero entienden que su aporte es fundamental; se viene expresando una gran solidaridad entre familiares que me remite a las bases fundacionales del movimiento de derechos humanos en Argentina en el marco del terrorismo de Estado”. Para fines de año esperan tener los primeros resultados sobre el monitoreo que abarcará desde diciembre de 2012 a la actualidad.
Una Unidad Fiscal especializada
Frente a la necesidad de jerarquizar el trabajo vinculado con la incorporación de la perspectiva de género en la actuación del Ministerio Público Fiscal y en el abordaje específico de las violencias contra las mujeres, se creó recientemente la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM). La misma estará a cargo de la fiscal especializada en derecho penal, Mariela Labozzetta, quien en diálogo con COMUNICAR IGUALDAD señaló que “la procuradora generan entiende que hay un fenómeno grave que tiene que ser abordado con una mirada integral y por eso decide crear esta nueva unidad fiscal, que además responde a la movilización social”. Consideró que tras el 3 de junio se visibilizó el fenómeno, aumentaron las denuncias, y “hubo una serie de repercusiones positivas que ahora hay que salir a responder y sostener desde el Estado”.
Labozzetta agregó que: “hay que hacer una construcción conjunta porque la violencia contra las mujeres es un fenómeno que está instalado en la sociedad en todos los ámbitos. Debe ser abordado desde distintos lugares y todas las acciones ayudan a potenciar la reversión del fenómeno”. Sobre las repercusiones de la movilización en el acceso a la justicia sostuvo: “La reacción inmediata fue que se duplicaran las denuncias, a veces ocurre que hay fenómenos que envalentonan o dan sostén a las mujeres para animarse a denunciar. Hay que ver cuando baja la ola a dónde queda ese nivel y el desafío de las instituciones es generar las condiciones para que las mujeres pueden acceder a la justicia y a la vez sentirse protegidas”.
Al ser consultada sobre el alcance territorial de la UFEM, la titular aclaró que la mayoría de los delitos vinculados a la violencia de género se abordan en el ámbito de la justicia provincial. “Tenemos competencia en la Ciudad de Buenos Aires y nuestra intervención en caso va a ser ahí y en los delitos que tramitan en la justicia federal; sin embargo vamos a tener la posibilidad quizás de incidir más nacionalmente desde la articulación interinstitucional con  las fiscalías provinciales como para fortalecer e incidir más allá del procesos judiciales”.
Avanza la sensibilización en la Justicia
Otro organismo público que sintió los ecos 3 del junio fue la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema. Según expresó a COMUNICAR IGUALDAD Gabriela Pastorino, responsable de la unidad de capacitación de la OM: “Tenemos la sensación de que la marcha tuvo un impacto muy fuerte en la Justicia. Hemos recibido muchos más pedidos de talleres sobre perspectiva de género, comenzamos a hacerlo en todo el país. Estamos formando replicadores, alrededor de 120 en la provincia de Buenos Aires. Participaron defensores, fiscales y fiscales especializados que van a ser ellos quienes salgan capacitar para asegurarse que la gente que trabaja en las fiscalías y en las defensorías  tenga perspectiva de género”. Enfatizó que “esto es muy importante porque ésta es la gente que tiene que dar la primera respuesta cuando la víctima acude a la justicia”.
También un día después del Ni una Menos, la vicepresidenta de la Corte, Elena Highton de Nolasco, convocó a autoridades judiciales a trabajar en un registro de femicidios. Para esto, la Corte Suprema elaboró un sistema online para que las distintas jurisdicciones carguen “ los datos de las causas iniciadas durante el año 2014 por homicidio de mujeres (niñas, adolescentes y/o adultas) perpetrado por varones, por razones asociadas con su género, hayan sido tipificadas como femicidio o no”. Quien se encuentra coordinando este trabajo es la responsable de Gestión Administrativa y articulación de la OM, Nidia Marsero: “La idea es poder tener para este año los datos de las causas iniciadas por homicidios cometidos en 2014; en ese sentido nadie nos dijo que no, que no iba a colaborar… La respuesta es heterogénea en las distintas jurisdicciones; por la autonomía de cada provincia la Corte no puede obligar sino que invita a que se sumen;  todos dicen que si pero el grado de compromiso es diferente… Tenemos algunas jurisdicciones que ya cargaron la totalidad de los datos, otras que están todavía chequeando.
Marsero consideró que la movilización del 3/06 logró que “las áreas de género que trabajamos en los organismos que venimos con proyectos y cosas que por ahí no tenían tanta fuerza e ímpetu pudiéramos pasar las carpetas más arriba… No es que no se venía trabajando, sino que nos sirvió para que se le dé otra importancia”. Al tiempo que agregó que “siempre decimos que además de poner en agenda estos temas hay que ponerlos en los presupuestos para que podamos pasar del dicho al hecho”. Concluyó señalando que: “Lo que nos queda claro es que otro resultado como consecuencia del Ni una menos es que este tema sigue en el tapete y está en la discusión cotidiana, esto de empezar a mirar con otra lupa estas situaciones. Está pasando en gran parte de los juzgados de todo el país”.

Yola Mamani, la chola paceña que se rebeló


Bolivia
Página Siete

A los nueve años empezó a luchar por sus derechos y los de las mujeres como ella.
Hoy es productora y conductora de radio.

Se rebeló el momento que decidió escapar de la casa de su tía a los 11 años, cuando se impuso a sus empleadores para seguir usando pollera, asistir al colegio y a la universidad. La palabra "no” ha sido su combustible para ser aquella mujer aymara migrante que no se resigna a ser lo que la sociedad determinó para ella. Yola Mamani Mamani es aguerrida, de sonrisa constante, productora y conductora de radio.

El programa Trabajadora del Hogar con orgullo y dignidad, producido y conducido por ella y varias de sus compañeras, se difunde todos los días por Radio Deseo y este 21 de julio cumple seis años. Yola, además, pertenece a la cooperativa Sin patrón Ni patrona -que ofrece limpieza de casas y servicios- y estudia la Carrera de Sociología en la UMSA.

"Creo que desde chiquita era muy peleadora, siento que tenía muchas agallas, tal vez más de las que tengo ahora (...). Hoy, con mis compañeras en la radio, tenemos una responsabilidad muy grande de luchar por nuestros derechos porque no veo grandes cambios sociales para las verdaderas mujeres de pollera”, detalla. Aquel símbolo del 16 de julio Para ella, la chola es mucho más que una presencia simbólica que toma notoriedad por el 16 de julio, más que vestimenta, joyas y un rostro maquillado que participa en un certamen, que le resulta casi idéntico a la elección de una miss. "Al mostrarnos una candidata alta, flaca y bien maquillada, nos están vendiendo un modelo a seguir que no tiene los parámetros que compartimos (...). Yo he estado en una de esas elecciones y sé como es”. Al participar de una elección, hace varios años, se dio cuenta de que era un ambiente muy hipócrita. Piensa que actualmente hay muchos eventos que dicen reivindicar a la chola paceña, pero no hay una apertura para conocer su pensamiento. Y que, si bien existen estas elecciones, los premios deberían ser becas para que las participantes estudien. Por otro lado, también sabe que hay muchas jóvenes que sólo se visten de pollera para figurar en estas actividades por conveniencia.

Del inicio y la lucha


Tiene un ágil sentido del humor que acompaña a su franqueza. Desde que llegó a La Paz -y por todo lo que le tocó vivir- siempre tuvo esa "chispa” de rebeldía para luchar por las niñas o mujeres que, como ella, se sentían atrapadas en un trabajo sin futuro y en el que no tenían derechos básicos como trabajadoras del hogar. Su personalidad le valió el apodo de Imilla bocona, calificativo dado por sus exempleadores que hoy acepta con una sonrisa orgullosa.

Nació en la comunidad Santa María Grande, a media hora de Warisata, en la provincia Omasuyos del departamento de La Paz, y tiene cinco hermanos. En su localidad viven alrededor de 30 familias, existe una pequeña escuela en la que se imparten los primeros cursos de primaria y no hay hospital. A los nueve años, durante una vacación invernal, llegó a La Paz junto a una tía. Su papá, Pedro, la animó a viajar para que conozca la ciudad y aprenda español, pues hasta entonces solo hablaba aymara.


Su tía era trabajadora del hogar y tenía una hija de dos años. Al llegar a La Paz dispuso que Yola cuide a la pequeña y se mudó de domicilio, así perdió la posibilidad de que su padre la encuentre. No la trataba bien, le pagaba con comida y ropa, por eso decidió huir a los 11 años con una amiga -María Layme- que la entrenó en la casa donde brindaba sus servicios.

Después de tres meses, la ayudó a conseguir trabajo en una casa en la que estuvo por una década. La primera batalla que enfrentó fue a los 13 años, cuando decidió que quería seguir vistiendo pollera, algo que despertó los calificativos despectivos y racistas de sus empleadores, según recuerda, pero se mantuvo firme y lo logró. A los 16 años decidió volver a estudiar -había olvidado leer y escribir- lo que inició otra lucha porque sus empleadores tenían hijos y querían que los cuide todo el tiempo.

"Me decían que en ningún lugar me iban a tratar como ahí y que era parte de la familia. Cuando cumplí 17 años me pregunté qué parte de la familia era realmente, ya que era la primera en levantarme y la última en irme a dormir (...). Si no hubiera sido ‘bocona’ desde los nueve años, no me imagino dónde estaría ahora. Por ahí en el campo, con diez hijos y sin estudiar o quién sabe hubiera sido víctima de trata o tráfico”.

En 2007 decidió estudiar Trabajo Social y la echaron, luego de denunciar a sus exempleadores ante el Ministerio de Trabajo recibió un monto irrisorio como liquidación por una década de servicio. Estaba decepcionada y triste, abandonó todo y regresó a su comunidad. Luego de unos meses volvió a La Paz, pero ser universitaria y trabajadora del hogar era imposible. Se resignó a no estudiar. Radio, sociología y ser "bocona” En 2009, durante una reunión del Sindicato del Trabajadoras del Hogar de Sopocachi, se enteró que Mujeres Creando estaba organizando un taller de radio y decidió participar. A los seis meses se creó el programa Trabajadora del Hogar... y ella era la productora. "Me eligieron, he dicho qué les pasa. Yo sólo sé producir papa y chuño, qué cosa voy a producir”.

El objetivo del programa es difundir los derechos de las trabajadoras del hogar, pero también que sea un espacio de denuncia contra las formas de explotación laboral que sufre este sector. Entre las denuncias más recurrentes que reciben son las calumnias y despidos injustificados. En 2011 decidió irse a la marcha del TIPNIS y enviar reportes diarios. Nunca había hecho entrevistas y ese tipo de trabajo en semejantes condiciones, aprendió mucho de Bolivia. Cuando llegó a La Paz, con la marcha, decidió regresar a la universidad. Dentro de cinco años desea que el programa radial esté en televisión y ser socióloga. Pero sobre todo sabe que seguirá siendo una "chola bocona” que espera contagiar a otras para que se rebelen.

"Desde chiquita era muy peleadora, siento que tenía muchas agallas (...). Hoy, con mis compañeras en la radio, tenemos una responsabilidad muy grande de luchar por nuestros derechos”. Yola Mamani. Productora y conductora de radio.

Nada está perdido



   CRISTAL DE ROCA

De izquierda a derecha: Claudia Castello, secretaria de Equidad de Género del PRD, Yesenia Alamilla (candidata agredida) y Judith Díaz, secretaria nacional de Promoción Política de la Mujer del PAN 
Por: Cecilia Lavalle*


A veces, las certezas fundamentan nuestra desesperanza, que se alimenta de malas noticias. Pero, también a veces, la vida nos muestra que cuando se imponen las convicciones no todo está perdido.

 
Chiapas. De nuevo Chiapas.
 
La población de ese complejo y hermoso estado de nuestro país ha vivido un proceso electoral marcado por el desaseo (por decirlo de manera amable).
 
En materia de paridad, todos los partidos políticos –excepto Morena– ignoraron las leyes y jurisprudencias aplicables, como niños caprichosos dispuestos a comerse todos los caramelos sin despeinarse.
 
En general postularon muchos más hombres que mujeres, y apostaron a que no pasaría na-da. De otro modo no entiendo que el partido en el gobierno (PVEM) y su aliado (PRI) hayan postulado, cada uno, a más de 100 hombres y sólo a 14 mujeres.
 
Pero se equivocaron. Protestaron las mujeres de la Red por la Paridad Efectiva (Repare). Luego impugnó el PAN y después Movimiento Ciudadano e integrantes de Repare.
 
El juicio finalmente llegó a la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, y en una histórica sentencia obligaron a los partidos a recomponer, en 48 horas, sus planillas para ayuntamientos a efecto de cumplir con la paridad. Y conste que entonces faltaban sólo 11 días para los comicios.
 
A duras penas lo hicieron a escasos días de la jornada electoral. De modo que las candidatas no hicieron campaña, las boletas no pudieron reimprimirse, tres partidos perdieron su registro para competir en una docena de ayuntamientos por no cumplir con la paridad. Total, un desastre.
 
Y en ese contexto, de por sí complejo, hizo su aparición la violencia contra las mujeres candidatas.
 
La candidata a una alcaldía por el PAN fue golpeada (y le dijeron que tenía la dedicatoria del candidato del PVEM), y una candidata a regidora, también del PAN, fue violada.
 
Las denuncias penales correspondientes, en especial la del caso de violación fueron un viacrucis. Como suele suceder.
 
Pero en ese escenario fue patente la luminosa presencia de la sororidad. Esta bella palabra, sororidad, es un concepto que hace referencia a las alianzas entre mujeres, alianzas políticas para trabajar por los derechos de las mujeres.
 
Y en Chiapas estaban dos mujeres con altos cargos dentro del PAN y del PRD, partidos con ideologías, ya no digamos diferentes, a menudo opuestas, particularmente con respecto a algunos derechos de las mujeres.
 
En cuanto Judith Díaz Delgado, secretaria nacional de Promoción Política de la Mujer del PAN, dio la voz de alerta de lo que pasaba en Chiapas con dos de sus candidatas, Claudia Castello Rebollar, secretaria de Equidad de Género del PRD, se puso en contacto, y juntas, con mujeres de Repare, se acompañaron en parte del proceso judicial y en el político.
 
Juntas fueron a visitar al procurador de Justicia y al secretario de Gobierno. Juntas hicieron un frente común para proteger a esas candidatas agredidas y a otras que habían recibido amenazas.
 
Y juntas coincidieron que éste no era un asunto de partidos, sino de derechos de las mujeres a una vida libre de violencia y a participar en paridad en cargos de toma de decisiones.
 
La imagen que circuló de Claudia y Judith sosteniendo a la candidata panista lesionada me pareció el precioso símbolo de la sororidad.
 
Sí, a veces nuestra democracia se parece mucho a una dictadura nada perfecta. Sí, para los misóginos es inaceptable el poder de las mujeres y utilizan la violencia. Sí, cuando no se respeta el Estado de Derecho todo es un desastre.
 
Pero, ¿quién dijo que todo está perdido?
 
Mientras las mujeres ofrezcan su corazón, sus capacidades, sus inteligencias, sus habilidades para hacer alianzas muy por encima de los acuerdos o desacuerdos partidistas, nada está perdido, ni siquiera en un Chiapas que duele. 
 
Apreciaría sus comentarios: cecilialavalle@hotmail.com.
 
*Periodista y feminista en Quintana Roo, México, e integrante de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género.

| Foto: Octavio Aznar
Cimacnoticias | Quintana Roo.- 

Cambios inimaginables en una generación


Palabra de Antígona

"Me entusiasma saber que no hay en mi alma temor a los cambios. Me siguen, eso sí, asombrando profundamente, porque hay cambios inmutables, por ahora, como la tozudez de los hombres del poder contra la mujeres pidiendo igualdad o equivalencia; porque todos estos terremotos tecnológicos y políticos, no son todavía capaces de convencer a la mitad de la población de algunos cambios profundos y necesarios en las relaciones entre hombres y mujeres"

 Sara Lovera

México DF, 20 jul. 15, AmecoPress.- Supongo que le ha sucedido a mucha gente en su historia personal. Según cada época. Imagino que en 1936 nadie pensó en los terribles sucesos del nazi-fascismo que llegarían muy pocos años después con su estela de atrocidades. Ahora sé que en 1920 cuando ya teníamos la revolución del telégrafo, una suerte de comunicación instantánea, nadie podría imaginar que el chat del whatsapp sería algo de uso corriente para enviar datos, sonido y fotografías, como ahora sucede.

Seguro que en una sola vida nadie pensó al nacer en 1906 y morir en 1997 en Europa, que iba a escenificar dos guerras mundiales o que mi abuela iba a prepararse para lo que vivió: la violencia de la Revolución Mexicana en que perdió a su marido y al mismo tiempo vivir en el mismo país el progreso de los años 30 y 40; el voto femenino y votar; el uso generalizado de los anticonceptivos y menos, pensó, que las mujeres usarían pantalones sin inmutarse, como ella las enaguas, toda la vida. Una sola persona, menor de 70 años, hoy puede constatar que trabajó con el télex, el fax, con el teléfono para enviar y recibir noticias y ahora simplemente con un teléfono personal, chiquitito, manda reportes de los hechos más sobresalientes, cercanos o a miles de kilómetros.

Yo nunca pensé que habría de vivir cosas fundamentales para mi visión de la vida, en apenas 50 años, después de que cobré conciencia social a los 16: la Caída del Muro de Berlín, comprobando cambios in situ; la aprobación legal de la interrupción del embarazo en el Distrito Federal.

Oír discursos del poder con visión feminista, como por ejemplo: escuchar a Rosario Robles, al tomar posesión como jefa de Gobierno, decir que en la capital se arrinconaría al patriarcado; o bien leer en tiempo real, en el Facebook, que la Suprema Corte de Justicia reconoció como legal, para toda la República Mexicana, el matrimonio entre personas del mismo sexo y que éste dejó de tener como función primigenia la reproducción. Cosas inimaginables que tienen que ver con la democracia y cambios en la vida y el pensamiento de las personas, por fortuna; y ahora, este 20 de julio, como si nada, se reanudan materialmente las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos.

Hace 53 años, Cuba rompió con Estados Unidos y este país le aplicó un bloqueo económico que parecía interminable. Apenas y recuerdo el foquismo, la idea generalizada de que cualquier guerrilla en América Latina podría devenir en una Revolución, parecía una verdad infranqueable. Cómo imaginar que alguna vez el pueblo de Cuba podría discutir con el imperio y mantener su orientación política. Y que esto, posible, no sea un motivo de discusión entre “comunistas” de que se trata de una “traición”.

La vida de una persona en tan poco tiempo puede experimentar un montón de cosas que antes se pensaban como verdaderas historias de ficción. No sólo en la tecnología. Recuerdo que hace 30 años, en el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana me hablaron de la transmisión de datos, voz y sonido por un teléfono. No lo creí. Llegó a mi mesa de trabajo como una estampida; igual pisé las calles de Berlín en febrero de 1990, pensando que sería muy complicada la unificación, la nueva moneda y la desaparición del miedo. Y sucedió.

Así que mi hermosa Isla, cuya Habana Vieja se ha ido restaurando, hoy se ve por toda la capital de la Isla como multiplican los paladares, la venta libre de artesanías, los viajes al extranjero desde hace tiempo; la posibilidad de disfrutar en una casa privada las bellezas de Varadero, si nos habían dicho que ahí no se podía. La apertura en Cuba ha vivido un largo proceso. Por ello hoy nadie se desgarra las vestiduras, porque un sistema de economía planificada podrá convivir tranquilamente con el sistema capitalista, sin romperse.

Me entusiasma saber que no hay en mi alma temor a los cambios. Me siguen, eso sí, asombrando profundamente, porque hay cambios inmutables, por ahora, como la tozudez de los hombres del poder contra la mujeres pidiendo igualdad o equivalencia; porque todos estos terremotos tecnológicos y políticos, no son todavía capaces de convencer a la mitad de la población de algunos cambios profundos y necesarios en las relaciones entre hombres y mujeres.

Y mientas todo está listo para abrir este lunes la vieja mole gris construida para la embajada Cubana en Washington en 1917, y se recuperará esta enorme casa situada a tres kilómetros de la Casa Blanca, mientras este cambio sustantivo opera, todavía hay una voz, que parece de ultratumba que señala que las inquietantes y complicadas elecciones ayer en Chiapas, tienen que ver con la decisión del Tribunal Electoral de reconocer la paridad. Ayer todos los primeros comentarios sobre inconformidades e incidentes electorales fueron atribuidos al cambio de candidaturas para cumplir con el 50 por ciento de cada sexo en la listas.

Porque esas voces están ocultando la verdadera problemática en Chiapas: el atraso, la falta de vías de comunicación y, sobre todo, la pobreza y la marginación. No hay confusión por la paridad electoral, lo que hay es caciquismo, intereses inconfesables y desgobierno. En 1994 en Chiapas había esclavitud y los indios e indias eran marcados con un fierro ardiendo, con el sello del dueño de la finca de café, cuando el producto tenía comercio, precio y estaba íntimamente relacionado con el intercambio internacional; increíble que todavía hoy existan comunidades donde las niñas son vendidas o intercambiadas en matrimonio.

Es así como la vida personal se enfrenta a cambios, impensados y situaciones de ficción; también es verdad, que algunas de ellas, se establecieron en el Código Napoleónico. Mujeres propiedad de los hombres.

O pienso en la creación de la idea de familia en el siglo XIX, por personajes tan apreciados como los liberales de la República que nos definieron como las reinas del hogar, y haya sido necesario explicar a los líderes partidarios que somos iguales y que la indias son seres humanos capaces de gobernar un municipio.

Increíble que a partir de esta semana se vaya a desdoblar en Cuba la bandera norteamericana y en Estados Unidos la de la República Socialista. Supongo que será para bien. No puedo pensar al contrario, porque he visto cómo –sobre todo luego de la desaparición de la Unión Soviética- no había, ahí, aceite para guisar, ni una escoba para barrer, ni pantaletas para las mujeres. Hoy eso ya no existe, pero, sí, para quien pueda ofenderse, vendrá un tiempo de mayor consumo y las familias podrán reunirse, y habrá pintura Scherwin-Williams para remozar casas y edificios. Espero que la imagen gris de los edificios, algunos bellísimos frente al morro, no serán más así.

Dirán que me veo superficial. La vida está hecha de estas cosas. Y otras, también, espero que no se caiga la red tanto como ahora en los lugares donde la comunicación es fundamental en Cuba; no me da miedo que se pueda ver la televisión de cable, porque ya se hicieron arreglos hace mucho tiempo, pero las falta de información entre muchas personas hace pensar que ahora esta decisión acabará con la revolución y la autonomía de la Isla.

También espero que ahí, como sucede en México, más bien se trabaje para eliminar la violencia contra las mujeres, la que existe; que el machismo sea arrinconado; que la apertura permita ampliar la discusión de la igualdad, abierta lentamente en la Isla, pero todavía con muchos pendientes. Por fortuna llegará la gringada cuando ya en Cuba, es legal ser homosexual y es posible que entre los primeros cambios haya reconocimiento a la sociedad civil organizada.

Yo solamente espero que nadie se quede atrás, como la historia aquella de la película cubana, post revolución, Memorias del Subdesarrollo, porque la historia no es circular, sino va en espiral, como ya lo dijo hace mucho tiempo el tata, el abuelo, Carlos Marx.
Foto: Archivo AmecoPress. 

Ciudad Juárez: una historia con esperanza

   ZONA DE REFLEXIÓN
Por: Lucía Lagunes Huerta*


In memoriam de Esther Chávez Cano
Para todas las madres de Ciudad Juárez
Este fin de semana, cientos de mujeres que han sido asesinadas o desaparecidas en Ciudad Juárez rozaron la justicia luego de que la jueza María Catalina Ruiz Pacheco declarara culpables a cinco feminicidas tras un año de litigio y 180 testigos.
El juicio, si bien formalmente incluye 11 víctimas, simbólicamente representa a las cientos de mujeres a quienes la violencia feminicida en la ciudad fronteriza les arrancó la vida.
Ciudad Juárez es y seguirá siendo la urbe que nos develó de golpe a la nación y al mundo la violencia sistemática y generalizada que viven las mexicanas, de la mano de la impunidad y la injusticia.
Llegar al juicio oral que concluyó el pasado 19 de julio costó 23 años de movilizaciones, denuncias internacionales, documentales, investigaciones, comisiones legislativas, recomendaciones, descalificaciones gubernamentales y enfrentamientos.
Y a la vez estas décadas fueron el camino de transformación de cientos de madres que desarrollaron liderazgos y se organizaron para exigir justicia e impedir que el Estado siguiera omiso ante los crímenes contra sus hijas.
Si la historia necesita una fecha para iniciar, ésa es 1993. Gracias al trabajo de sistematización que realizara la activista Esther Chávez Cano a partir de las noticias de sucesos, tuvimos el primer acercamiento al contexto de peligro inminente para la vida de las mujeres que vivían y transitaban por Ciudad Juárez.
Las noticias aisladas narraban los hallazgos de cuerpos femeninos mutilados y sin vida que eran encontrados en zonas desérticas de Juárez. Notas aquí y allá fueron piezas clave para armar el rompecabezas de la violencia contra las mujeres.
En medida que Esther avanzó en la demostración de lo que estaba sucediendo y que el horror se extendía en todo el territorio nacional, que los cuestionamientos internacionales sobre lo que ocurría y ocurre en Juárez se incrementaron, también se fue armando la sombra del rompecabezas de la impunidad y la complicidad de la autoridad.
Impunidad que mantuvo hasta 2013 como embajador en Canadá, al ex gobernador Francisco Barrios Terrazas, quien no supo colocarse a la altura de la emergencia en Ciudad Juárez y prefirió ocultar la violencia culpabilizando a las víctimas y desdeñando la vida de las mujeres.
El juicio que concluyó el domingo pasado por el feminicidio de 11 mujeres es resultado de la lucha de madres y organizaciones que durante 23 años no han quitado el dedo del renglón para buscar justicia para las mujeres, y darle un nombre que explique la violencia extrema que arrebata la vida de mujeres en Juárez, el Estado de México y en todo el país.
El juicio va más allá de las teorías novelescas que buscan encontrar mafias “mata mujeres” y rescata dos elementos fundamentales que sustentan el término de feminicidio: la violencia sistemática y generalizada contra las mujeres, basada en su condición de desigualdad y usada como instrumento de sometimiento, que ocurre a la luz de todos y en donde la autoridad y el Estado, por omisión, colusión e inacción, permiten y justifican.
La sentencia de los cinco feminicidas es un primer paso para la justicia que se convierte en el empuje para continuar por la reparación de los daños y la no repetición.
Otra vez Juárez es la punta del iceberg, pero en esta ocasión para la esperanza. Ahí donde se desarrollaron los fracasos gubernamentales a sus planes y programas para proteger la vida de las mujeres, este fin de semana se abrió la puerta a la justicia, para que por ahí pasara la esperanza de que todas las hijas de Juárez puedan volver a casa.
Twitter: @lagunes28
*Periodista y feminista, Directora General de CIMAC.
15/LLH/RMB
In memoriam de Esther Chávez Cano

Para todas las madres de Ciudad Juárez
Este fin de semana, cientos de mujeres que han sido asesinadas o desaparecidas en Ciudad Juárez rozaron la justicia luego de que la jueza María Catalina Ruiz Pacheco declarara culpables a cinco feminicidas tras un año de litigio y 180 testigos.
El juicio, si bien formalmente incluye 11 víctimas, simbólicamente representa a las cientos de mujeres a quienes la violencia feminicida en la ciudad fronteriza les arrancó la vida.
Ciudad Juárez es y seguirá siendo la urbe que nos develó de golpe a la nación y al mundo la violencia sistemática y generalizada que viven las mexicanas, de la mano de la impunidad y la injusticia.
Llegar al juicio oral que concluyó el pasado 19 de julio costó 23 años de movilizaciones, denuncias internacionales, documentales, investigaciones, comisiones legislativas, recomendaciones, descalificaciones gubernamentales y enfrentamientos.
Y a la vez estas décadas fueron el camino de transformación de cientos de madres que desarrollaron liderazgos y se organizaron para exigir justicia e impedir que el Estado siguiera omiso ante los crímenes contra sus hijas.
Si la historia necesita una fecha para iniciar, ésa es 1993. Gracias al trabajo de sistematización que realizara la activista Esther Chávez Cano a partir de las noticias de sucesos, tuvimos el primer acercamiento al contexto de peligro inminente para la vida de las mujeres que vivían y transitaban por Ciudad Juárez.
Las noticias aisladas narraban los hallazgos de cuerpos femeninos mutilados y sin vida que eran encontrados en zonas desérticas de Juárez. Notas aquí y allá fueron piezas clave para armar el rompecabezas de la violencia contra las mujeres.
En medida que Esther avanzó en la demostración de lo que estaba sucediendo y que el horror se extendía en todo el territorio nacional, que los cuestionamientos internacionales sobre lo que ocurría y ocurre en Juárez se incrementaron, también se fue armando la sombra del rompecabezas de la impunidad y la complicidad de la autoridad.
Impunidad que mantuvo hasta 2013 como embajador en Canadá, al ex gobernador Francisco Barrios Terrazas, quien no supo colocarse a la altura de la emergencia en Ciudad Juárez y prefirió ocultar la violencia culpabilizando a las víctimas y desdeñando la vida de las mujeres.
El juicio que concluyó el domingo pasado por el feminicidio de 11 mujeres es resultado de la lucha de madres y organizaciones que durante 23 años no han quitado el dedo del renglón para buscar justicia para las mujeres, y darle un nombre que explique la violencia extrema que arrebata la vida de mujeres en Juárez, el Estado de México y en todo el país.
El juicio va más allá de las teorías novelescas que buscan encontrar mafias “mata mujeres” y rescata dos elementos fundamentales que sustentan el término de feminicidio: la violencia sistemática y generalizada contra las mujeres, basada en su condición de desigualdad y usada como instrumento de sometimiento, que ocurre a la luz de todos y en donde la autoridad y el Estado, por omisión, colusión e inacción, permiten y justifican.
La sentencia de los cinco feminicidas es un primer paso para la justicia que se convierte en el empuje para continuar por la reparación de los daños y la no repetición.
Otra vez Juárez es la punta del iceberg, pero en esta ocasión para la esperanza. Ahí donde se desarrollaron los fracasos gubernamentales a sus planes y programas para proteger la vida de las mujeres, este fin de semana se abrió la puerta a la justicia, para que por ahí pasara la esperanza de que todas las hijas de Juárez puedan volver a casa.
Twitter: @lagunes28
*Periodista y feminista, Directora General de CIMAC.
Foto: Ranllus Sleman López
Cimacnoticias | México, DF.- 

Sin empleo en AL, 2.5 millones de mujeres jóvenes: OIT


   Reformas laborales agravaron precariedad y falta de derechos


El desempleo de la población joven en América Latina (AL) es tres veces más grave que el de las personas adultas y, en el caso de las mujeres, está 6 puntos porcentuales arriba que el de los varones, informó la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

 
La OIT publicó el informe “Juventud y organizaciones sindicales en AL y el Caribe”, en el que destaca que el desempleo juvenil representa más de 40 por ciento de los 15 millones de personas desempleadas en toda la región.
 
De este total, 17.1 por ciento (2 millones 565 mil) son mujeres jóvenes, lo que contrasta con el 11.4 por ciento de sus pares varones.
 
De acuerdo con la OIT, 20 por ciento de las jóvenes se ocupan en tareas del hogar, “lo que limita sus perspectivas para una inserción laboral en empleos de mayor especificidad”.
 
Se suma que el desempleo ha empeorado para las mujeres de 15 a 24 años de edad desde 2005, ya que su tasa de participación se mantuvo hasta 2011 al menos 10 puntos por debajo de la de los varones, y desde 2007 bajó de los 45 puntos de participación hasta los 40, según las gráficas del organismo.
 
La OIT también detalló que más de la mitad de la juventud que sí trabaja tiene un empleo informal y menos del 40 por ciento cuenta con seguridad social y un sistema de pensiones, lo que también impacta más a la población femenina.
 
Con este informe, el organismo del trabajo señaló como responsable del deterioro en la calidad del empleo para la población joven de la región a “las reformas flexibilizadoras, el cambio de paradigma productivo y la vertiginosidad del cambio tecnológico”.
 
Indicó que los Estados de AL y el Caribe deben impulsar la sindicalización y presentar políticas públicas, que promuevan la educación y el trabajo decente para la juventud.
 
La OIT observó que la promoción de políticas públicas que impulsen mayores oportunidades de calidad, así como el desarrollo de programas sociales sobre empleo juvenil y libertad sindical son bastiones para mejorar el panorama laboral de la población joven.
 
Al respecto, agregó la importancia de desarrollar estrategias de inserción laboral desde un enfoque de derechos, que reconozcan la diversidad de la población joven y que son personas sujetas de garantías para participar en el desarrollo comunitario y el mercado laboral en sus países.



Por: la Redacción Cimacnoticias | México, DF.- 

Las mujeres saharauis toman la calle


 

De izquierda a derecha, Fátima Hamimid Aza Amidan y Rabab Lamin, tres integrantes del Foro para el Futuro de la Mujer Saharaui, en un lugar de El Aaiún sin especificar. Crédito: Karlos Zurutuza/IPS
De izquierda a derecha, Fátima Hamimid Aza Amidan y Rabab Lamin, tres integrantes del Foro para el Futuro de la Mujer Saharaui, en un lugar de El Aaiún sin especificar. Crédito: Karlos Zurutuza/IPS

EL AAIÚN, Sahara Occidental , 20 jul 2015 (IPS) - Diez mujeres han discutido durante toda la jornada sobre cómo transmitir la cultura y tradición saharauis a las más jóvenes. Como siempre, se han reunido en secreto. No hay alternativa en la capital del Sahara Occidental ocupado por Marruecos. 

Rabab Lamin fue la encargada de fijar el lugar y la fecha de este último encuentro del Foro para el Futuro de la Mujer Saharaui. Puede tratarse de una organización clandestina pero, aparentemente, está perfectamente vertebrada.
“Empezamos a organizarnos en 2009 y hoy contamos con 60 miembros activos, un comité ejecutivo de 16 y centenares de colaboradores”, explica Lamin, madre de un preso político. El objetivo, añade, es “la reivindicación los derechos fundamentales del pueblo saharaui a través de la lucha pacífica”.
“Nos golpean y detienen, entran en nuestras casas y se llevan a hombres, mujeres, e incluso niños menores de 15 años… Aquí no conocerás a ningún saharaui que no haya sido maltratado por la policía, ni familia que no haya perdido a uno de los suyos”: Aza Amidan.
“Nací con los españoles”, recuerda a IPS esta mujer de 54 años, que asegura “no haber conocido más que brutalidad” a manos del gobierno marroquí.
Precisamente, este año se cumplen cuatro décadas desde que España abandonara Sahara Occidental, su última colonia, en manos de Marruecos y Mauritania.
Si bien Rabat insiste en que este territorio del tamaño de Gran Bretaña no es sino su provincia más meridional, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sigue considerándolo como un “territorio en proceso de descolonización inconclusa”.
Desde el alto al fuego firmado en 1991 entre Marruecos y el Frente Polisario – la autoridad que la ONU reconoce como representante legítimo del pueblo saharaui-, Rabat controla la casi totalidad del territorio, incluida la orilla que baña el océano Atlántico.
Únicamente una exigua franja desértica, al otro lado del muro construido por Marruecos, permanece bajo control saharaui. Allí proclamó su independencia en 1976 la República Árabe Saharaui Democrática, que actualmente reconocen 82 países.
La catástrofe más conocida de este conflicto aún sin resolver fue el exilio de la casi la totalidad del pueblo saharaui al desierto de Argelia. Los que se quedaron siguen sufriendo las consecuencias de su decisión.
“Nos golpean y detienen, entran en nuestras casas y se llevan a hombres, mujeres, e incluso niños menores de 15 años… Aquí no conocerás a ningún saharaui que no haya sido maltratado por la policía, ni familia que no haya perdido a uno de los suyos”, asegura Aza Amidan, hermana de un preso político.
La activista de 34 años añade a IPS que la propia fundadora y actual lideresa de la organización, Zukeine Ijdelu, pasó 12 años en la cárcel.
En un informe publicado en mayo, Amnistía Internacional califica la práctica de la tortura en Marruecos de “endémica” y sitúa a los disidentes políticos saharauis en el principal grupo de riesgo. Asimismo, acusa al gobierno marroquí de “proteger a los torturadores, y no a los torturados”.
Mujeres saharauis participan en una de las múltiples protestas en El Aaiún, la capital de Sahara Occidental. Crédito: Equip Media
Precisamente, una de las labores principales del Foro de la Mujer Saharaui es la asistencia moral y económica a aquellas que han sufrido la cárcel, tanto en persona como la de sus seres más cercanos.
“Hacemos colectas entre la comunidad para ayudar a las afectadas porque la mujer es siempre la que más sufre, tanto si la detienen a ella como a sus familiares; ellas son las que han de sostener a la familia, con o sin sus maridos”, señala Amidan.
A pesar de numerosas llamadas telefónicas y correos electrónicos, las autoridades marroquíes se negaron a responder a las preguntas de IPS sobre éstas y otras vulneraciones de los derechos humanos presuntamente cometidas en Sahara Occidental.
Las mujeres saharauis toman la calleAsimilación
A sus 62 años, Fátima Hamimid es una de las activistas más veteranas del Foro. La tortura, dice, es algo que se puede llegar a superar. Pero hay otros agravios que resultan “irreparables”.
“El taller de hoy buscaba concienciar a las nuevas generaciones sobre la asimilación cultural de nuestro pueblo a manos de Rabat. Marruecos busca negar nuestra existencia borrando nuestra propia historia incluyéndola en la suya propia”, denuncia a IPS.
Puede que la ausencia en la educación y la administración del hassanía -la variante del árabe que hablan los saharauis- sea uno de los ejemplos más elocuentes de esas políticas.
No obstante, la activista habla también de otros más recientes, como la prohibición de levantar la tienda tradicional saharaui, el acoso a las mujeres por su vestimenta, fácilmente distinguible por su colorido, o el veto a poner a los recién nacidos nombres que se asocian a los de disidentes históricos saharauis.“Esta es otra de las razones que nos impulsa a organizar y tomar parte en manifestaciones”, subraya Hamimid. Las protestas pacíficas, explica, son otro eje de actuación importante de este colectivo
Pero no está exento de riesgos. En su Informe Mundial de 2015, Human Rights Watch denuncia que en Sahara Occidental las autoridades prohibieron “todas las reuniones públicas consideradas hostiles a la norma impugnada de Marruecos sobre ese territorio”.
Asimismo, esta organización humanitaria, con su sede central en Nueva York,  destaca la “gran cantidad de policías que bloquearon el acceso a los lugares de las manifestaciones” así como la dureza empleada para dispersarlas.
Circunstancias como esta son las que llevaron a Takbar Haddi a realizar una huelga de hambre durante 36 días frente al Consulado de Marruecos en Gran Canaria, la mayor de las españolas Islas Canarias, situadas frente a las costas del Sahara. La protesta culminó en junio con la hospitalización de la activista.
Haddi sigue exigiendo que le entreguen el cadáver de su hijo, Mohamed Lamin Haidala, apuñalado en febrero en El Aaiún, y que se investiguen tanto las circunstancias del crimen como la presunta negligencia de los médicos que le atendieron.
Familiares cercanos aseguraron a IPS que habían rechazado una oferta económica de Rabat a cambio de su silencio.
“Hay quien piensa que ser libre es, simplemente, no estar en la cárcel, o no ser torturado”, explica Hamimid, apurando la última de las tres tazas de té que marca la tradición saharaui. “Nosotras, las mujeres saharauis, entendemos el concepto en su totalidad”, sentencia.
Editado por Estrella Gutiérrez