México
D.F. 11 jun. 13. AmecoPress.- Una masa abundante nunca vista corre como
caudal de agua por caminos y pueblos en estos días. Se trata del
proceso electoral en 14 entidades del país, del cual nos llegan apenas
algunas noticias fijadas en las discusiones del poder y entre el poder.
Esa
masa, hervidero de ideas y palabras rebasa la imaginación. Son las
mujeres, finalmente, que como oleadas invaden, se mueven, actúan,
hablan, discursan y como resultado de un largo proceso han certificado
que es mentira que no quieran gobernar. Si quieren y lo muestran,
precisamente en los prolegómenos de la conmemoración del 60 aniversario
del voto femenino que se cumplirán el 17 de octubre próximo.
Dejemos atrás
la formalidad y el busto o monumento de alguna de las miles de
sufragistas que develará en los festejos el Senado de la República,
cuya contribución a esta inmensa participación femenina se traducirá en
fórmulas idiomáticas: los derechos, la paridad, el no a la violencia ni
a la discriminación, así como la urgencia de reiterar el discurso
histórico que comenzó un día, a las afueras de un simulacro de Congreso
por la libertad en el año 1824, en Zacatecas, donde las mujeres que
escribían en la más antigua revista de mujeres: El Abanico, pidieron
votar y ser votadas.
Y es Zacatecas
por esa tradición cimentada, aunque usted no lo crea, gracias a la
gubernatura femenina de la ex comunista y mujer de izquierda llamada
Amalia García, hoy las cosas anuncian una transformación indiscutible.
Ahí en Zacatecas se construirá estos días la olla más grande de
menciones y acciones por la libertad y los derechos de las mujeres.
¿Pueden
imaginarlo? Tres mil 430 mujeres en campaña. Sólo en Zacatecas, donde
el Instituto Estatal Electoral, a cargo de Leticia Catalina Soto, hizo
a los partidos políticos cumplir con la ley; capacitó a cientos de
mujeres en lo que llamamos perspectiva de género y ha roto el primer
dique. Para el congreso local 44 por ciento de candidaturas locales,
donde cada propietaria tiene como suplente a otra mujer, y en las
planillas municipales muy pocas encabezan la planilla, sólo 22 mujeres
de todos los partidos; en contraposición 253 candidatas a las
sindicaturas y sólo 20 hombres; y en regidurías, jamás visto, se ha
logrado casi la paridad: 48 %.
Es ahí, en las
planillas municipales, donde se ha producido este caudal de mujeres que
participarán sin duda, gane el partido que gane, en los gobiernos
locales.
Zacatecas para
muestra de lo que ha sido desde que comenzó 2013 es una cruzada
efervescente. En los otros 13 estados donde habrá elecciones los
partidos políticos y sus dirigentes siguen discutiendo lugares y
aprobaciones. Sólo una elección gubernamental en Baja California. En
general, solo avances regulares.
La resistencia
ha sido brutal, porque no en todas partes se hizo lo de Zacatecas. En
Chihuahua, por ejemplo, ha tenido que haber, como en 2012 en las
elecciones federales, una sentencia del Tribunal Electoral para cumplir
con la ley, ya sea electoral o aplicando los estatutos internos de cada
partido para conformar las candidaturas femeninas con 40 por ciento y
no en todos los niveles.
En Michoacán
la lucha, me decía una dirigente, ha sido a muerte e inútil. Cómo las
leyes electorales no fueron modificadas, el avance es casi nada para la
participación de las mujeres. Las coaliciones admitidas entre partidos
muy dispares, arrinconaron a muchas aspirantes.
En Oaxaca de
acuerdo con el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana
dos coaliciones y cuatro partidos cumplieron con la llamada cuota de
género en las candidaturas por las diputaciones locales. De esta forma,
60 mujeres buscan una de las 25 curules por la vía del voto directo,
frente a otros 90 varones. Mientras que por la vía de representación
proporcional compiten 142 mujeres, frente a 164 hombres, que buscan las
17 curules restantes. En total, 202 mujeres buscan ser diputadas
locales. En esa entidad también se elegirán autoridades en 153
municipios, las listas definitivas de las planillas se darán a conocer
esta semana, pero ellas nuevamente serán las menos.
Los resultados
son pálidos en Durango y Aguascalientes, tal vez como cara del crisol
que es México, desde antes de la independencia y gracias a la creación
ideológica que operó en la República que definió a las mujeres sólo
como “ángeles del hogar” y no obstante todas sus acciones las preparó
sólo para atender a las otras y a los otros.
Y no se ha
podido romper el dique, especialmente en las elecciones municipales,
eso no obstante, la suma de iniciativas diversas y la movilización. Las
promotoras viajaron por todo el país. Apenas el jueves último, en
Michoacán, la representante de ONU Mujeres decía: “llamamos a los tres
órdenes de gobierno, a los partidos políticos, a los institutos
electorales y a toda la ciudadanía para sumar todos los esfuerzos y
voluntades para lograr la plena participación política y económica de
las mujeres en igualdad de condiciones”.
Se espera en
Zacatecas, que durante las campañas, las miles de mujeres participen
por un puesto, pidiendo el voto, hagan lo que decía un viejo político,
esa escena didáctica y masiva que se incrusta en las conciencias, con
un discurso de género, hablando de los derechos de las mujeres, de su
problemática social y económica. Tal vez una repulsa a la violencia
contra las mujeres y la protesta por la poca efectividad de las
políticas públicas. Y lo harán también todas aquellas que en menor
proporción, han conseguido una candidatura en las 14 entidades del
país, donde previamente pelearon al interior de esos círculos cerrados
de las dirigencias machistas e insensibles.
Al parecer
habría, en algunas entidades mayor apertura en el Partido
Revolucionario Institucional, ahora con la sartén por el mango, que en
los partidos de izquierda sumidos en sus competencias internas. No
decimos nada de Acción Nacional donde sólo ha habido demagogia sin
resultados.
Por ejemplo,
en Quintana Roo sólo se registraron como propietarias 32 mujeres que
equivalen al 34 por ciento y 61 hombres. En candidaturas independientes
de mayoría relativa 10 candidaturas de las cuales sólo hay tres
mujeres. Al final de 80 personas postuladas 29 son mujeres, el 36 por
ciento, más del doble que en 2010, lo significativo es que no se sabe
que sucedió en los municipios.
Además no
todos los partidos cumplieron con la cuota de ley. El PAN llevará en
Quintana Roo 43 por ciento de mujeres; el Partido del Trabajo 40 por
ciento y el Movimiento Ciudadano 47 por ciento. El PRI 43 por ciento, y
se desconoce qué pasó con el PRD, donde la discusión ha bateado a
montones de mujeres en todo el país.
Paralelamente
y para festejar los 60 años del voto ya se prepara un amplio programa
de actividades en el Senado de la República y orgullosamente la
papelería del Instituto Federal Electoral lleva un sello recordando ese
acontecimiento que en tiempos del presidente Adolfo Ruíz Cortines se
hizo universal.
Un foro, un
libro sobre las primeras senadores, una muestra plástica, un sello
postal, un boleto de lotería y la promoción de seis iniciativas
específicas , en el campo, en la economía y por supuesto relevar a
nivel nacional esto de la paridad.
En medio de
toda esta algarabía que nos ocupará todo junio, en que se desarrollarán
las campañas, todavía no hay respuesta a dos demandas urgentes: las
alertas de género para parar la violencia y el cese a la impunidad por
los miles y miles de asuntos; de violencia contra las mujeres y
violaciones sexuales; la liberación de mujeres encarceladas por
sospecha de aborto; los despidos masivos de mujeres que están a la
orden; los casos de hostigamiento sucedidos en la Comisión Nacional de
Derechos Humanos, los expedientes que se quieren enviar al archivo
porque hombres con poder golpean a sus parejas, novias, esposas,
compañeras de trabajo.
Nos quedan
tantos pendientes que sólo puede mitigarse la angustia por este hecho
increíble que sucede en Zacatecas. Tenemos que decirlo.
Veremos.
Foto: Archivo AmecoPress.
Pulicado por Sandra Chaher | Publicado el 18 junio, 2013