6/19/2013

Hacia la balcanización de la cárcel global de la Internet estadunidense


Bajo la Lupa

Alfredo Jalife-Rahme

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Protesta contra el espionaje de Estados Unidos en Internet efectuada ayer en BerlínFoto Ap

Una triada de reporteros de The Financial Times (14/6/14) –Richard Waters, James Fontanella-Khan y Geoff Dyer– considera que Internet se desgaja y corre el riesgo de transformarse de una plataforma abierta (¡supersic!) en redes nacionales (¡supersic!) controladas.
Cita al polémico mandamás de Google y anterior consejero de la campaña de Obama, Eric Schmidt, quien aduce que el futuro de Internet podría sufrir un proceso de balcanización, una fragmentación implementada por los gobiernos nacionales (sic) que buscan ejercer mayor influencia.
Eric Schmidt alega que tal balcanización finiquitaría el libre (sic) flujo de la información que ha sido su sello distintivo.
El superescándalo orwelliano del PRISMA de NSA, del ciberespionaje de la dupla Estados Unidos/Israel (ver Bajo la Lupa 12 y 16/6/13), ha angustiado a todo el mundo, con la notable excepción del “México neoliberal itamita”, donde no ha existido la menor protesta oficial.
La triada de The Financial Times (FT) arguye que “Estados Unidos ha sido pintado como un opresor, que usa cínicamente su posición privilegiada para espiar a los extranjeros, lejos de ser visto como el guardián de un medio on line libre y abierto”, lo cual desembocaría en que otros países amurallen sus redes para proteger los datos de sus ciudadanos y limitar el flujo de información.
¿Estará enterado el “México neoliberal itamita”, obsesionado con la entrega de las telecomunicaciones al Cibercomando del Pentágono, de que los mexicanos somos motivo del ciberespionaje dual de Estados Unidos/Israel?
¿Quién protege a los inermes ciudadanos mexicanos que no desean ser espiados?
La triada cita a Rebecca MacKinnon, experta en censura on line, quien predice que Internet pronto será más compartamentalizada y balcanizada.
La triada conjetura que el ciberespionaje de NSA con su PRISMA amenaza otorgar, en los países autoritarios proclives a la censura de Internet, una cobertura (sic) retórica conforme colocan su propio sello en sus redes locales.
¿Cuál es el problema de crear redes nacionales (intranet) que hagan menos dependiente la ciberseguridad y la privacidad de los castrados ciudadanos?
En el “México neoliberal itamita” cada vez resuenan más las exigencias de los circuitos íntimos a Televisa para censurar las redes sociales: sus verdaderos competidores frente a su flagrante desinformación, que le ha valido su desplome en la bolsa.
Más allá del encriptamiento que propone como antídoto al ciberespionaje Edward Snowden –el ciberhéroe que destapó en Hong Kong la cloaca orwelliana, al unísono del gran periodista británico Glenn Greenwald, del rotativo The Guardian–, el mundo va que vuela a recuperar su soberanía cibernética, que en el “México neoliberal itamita” fue entregada mediante la ignominiosa ley telecom.
A mi juicio, el encriptamiento sería insuficiente y deficiente por la falta de confianza global tanto en la dupla Estados Unidos/Israel como en su instrumentación tecnológica sesgada.
La triada del FT calcula que se avizoran cambios notables en la arquitectura de las redes conforme los países buscan mayor control, lo cual “ocasionará un cambio inmenso en la amplitud de Internet: desde la operación de la infraestructura de las telecomunicaciones de un país hasta la regulación de la nube ( cloud) emergente en la industria de la computación”.
Steve Clemons, becario prominente del think thank New America Foundation, quien goza de información privilegiada en el Olimpo de Washington, informa que la escala se inclina mucho más hacia los países individuales (¡supersic!) y lejos de la visión de la Internet conectada.
Tan simple como pasar de la globalización monopólica de la Internet controlada por la dupla Estados Unidos/Israel a una multipolaridad más equitativa.
La triada reconoce que “Internet ha sido distintivamente un medio americanocéntrico” unipolar, pese al crecimiento rápido entre los usuarios en todo el mundo, y señala que la “influencia de Estados Unidos en la gobernación de Internet y en los parámetros técnicos, así como la participación desproporcionada del tráfico que fluye a través de las redes en suelo estadunidense –combinada a la influencia global de sus trasnacionales domésticas–, lo dejaron con una influencia descomunal”.
Las distintivas ventajas para la seguridad nacional (¡supersic!) y la influencia geopolítica (¡supersic!) de Estados Unidos fueron adelantadas desde 2006 por el entonces director de la CIA Michael Hayde, quien alabó la gran ventaja para Estados Unidos de contar con prácticamente todo el tráfico on line del mundo.
La ciberseguridad nacional (sic) de Estados Unidos se volvió la inseguridad de los ciudadanos del mundo.
Los países no tardarán en construir barreras en torno a sus redes nacionales, en sincronía con el debilitamiento del dominio de las trasnacionales de Internet de Estados Unidos en importantes partes de la economía digital, a juicio de la triada del FT.
Europa ha pegado el grito en el cielo, ya no se diga Rusia, cuando se ha develado que Gran Bretaña espió al entonces presidente Medvediev durante la cumbre del G-20.
Jacob Augstein, de la revista alemana Der Spiegel (17/6/13), expone el totalitarismo blando de Obama: Europa debe protegerse de Estados Unidos.
Global Times (14/6/13) sugiere que China debe exigir explicaciones a Obama por su hipocresía y arrogancia, mientras el enfoque deberá concentrarse en capturar la esencia de la tecnología de la industria de Internet en el futuro.
La triada del FT admite que las empresas europeas pueden desplazar a Google y Amazon mediante la oferta de opciones de alta privacidad.
Europa se prepara a reforzar una legislación que prime la privacidad de los ciudadanos, según Joe McNamee, mandamás de los derechos digitales europeos.
Tendrán mayor ventaja las empresas globales que se preocupen más por la seguridad tanto del país como de sus ciudadanos.
Si no son los europeos, podrán ser los integrantes del BRICS, pero los ciudadanos del mundo no queremos ser ciberesclavos de los amos de la Internet global: Estados Unidos/Israel, cuando tengamos la opción de seleccionar al espía menos intrusivo y maligno.
Steve Clemons prevé el advenimiento de una federación de diferentes centros de datos, con las propias reglas de cada feudo, lo cual socavaría las economías de escala que operan globalmente bajo una arquitectura tecnológica única que buscan las trasnacionales de las nubes computacionales. Pues sí: les preocupa más el lucro barbárico que la seguridad y privacidad de los ciudadanos, esa es la quintaesencia mental de la plutocrática bancocracia y su desregulada globalización financierista neoliberal.
Conclusión
En forma paradójica, puede resultar hasta benéfico que los ciudadanos del mundo hayamos descubierto que somos espiados implacablemente por el PRISMA dual de Estados Unidos/Israel, por lo que le estaremos eternamente agradecidos a Snowden, el nuevo Prometeo, quien le robó sus secretos a los ciberespías de los avernos.
Es la oportunidad dorada para que los países que aspiran a ser libres se consagren a crear su intranet nacional, tanto para proteger su ciberseguridad nacional como para preservar la intimidad de sus ciudadanos espiados sin expiación.
Twitter: @AlfredoJalife
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