8/31/2019

Leyes antiaborto castigan sin clemencia a mujeres centroamericanas


Evelyn Hernández, de 21 años, en el centro con camisa rosada, es vitoreada a la salida del juzgado de la ciudad de Cojutepeque, luego de ser absuelta y quedar libre tras una condena a 30 años en 2017 por la interrupción involuntaria de su embarazo. Esa sentencia fue anulada después por la Corte Suprema de Justicia, que ordenó un nuevo juicio. La joven pasó casi tres años en prisión y aún permanecen 16 mujeres presas en El Salvador por casos de aborto o complicaciones obstétricas. Crédito: Francisco Campos/IPS
SAN SALVADOR, 28 ago 2019 (IPS) - En buena parte de América Central, una región donde prevalecen draconianas leyes contra el aborto, las posibilidades de cambios en esa legislación no solo son escasas sino que en algunas naciones la situación podría deteriorarse aún más.
La fuerte influencia de grupos políticos y económicos conservadores, conectados con el enorme peso que tiene la Iglesia católica y los credos evangélicos en las decisiones de Estado, junto con patrones culturales machistas, son algunas de las razones que explican que tres de los seis países centroamericanos tengan rigurosas leyes antiaborto, coincidieron activistas a favor de los derechos de las mujeres que consultó IPS.
“Las organizaciones de mujeres no tenemos esa fuerza, los recursos ni el poder político para poder enfrentar toda esta avanzada. Lo hacemos, y nos enfrentamos, pero es una avanzada muy fuerte”, explicó desde Tegucigalpa la hondureña Regina Fonseca, del Centro de Derechos de Mujeres.
En Centroamérica, con 48 millones de habitantes, tres de sus seis países –El Salvador, Honduras y Nicaragua- poseen códigos penales que criminalizan con cárcel a las mujeres que ejercen su derecho a interrumpir su embarazo o incluso las que sufren abortos espontáneos por emergencias obstétricas.
Eso implica que practicarse un aborto es ilegal aun en los casos de violaciones, incestos o cuando la madre corre riesgo de muerte, entre otras causas.
En tanto, Guatemala permite una excepción, la de preservar la salud de la mujer, aunque Fonseca advirtió que esa nación podría enfrentar un retroceso si sigue ganando terreno la arremetida de lo que consideró grupos ultraconservadores del país.
Esos grupos, añadió, estarían vinculados con el presidente electo, Alejandro Giammatei, el ganador de las elecciones del pasado 11 de agosto.
“Ojalá que Guatemala no caiga en la desgracia de retroceder”, subrayó.
Pero de todos los países del área, es El Salvador, particularmente, el que ha acaparado en los últimos años los titulares de la prensa internacional, y la atención de grupos de derechos humanos, porque la justicia salvadoreña no vacila en encarcelar hasta por 30 años a mujeres por casos de abortos.
Si bien Honduras y Nicaragua poseen también leyes igualmente estrictas, El Salvador es el único de los tres que ha encarcelado a mujeres por interrumpir el embarazo, incluso en casos en que no responde una decisión voluntaria.
“Por suerte no tenemos esas penas tan vergonzosas como las tiene El Salvador”, explicó Fonseca.
Agregó que si bien en Honduras 47 mujeres han sido procesadas judicialmente por abortos en los últimos tres años, ellas han recibido medidas sustitutivas de la cárcel, algo que permite la legislación cuando las penas son menores, seis años en el caso de abortos.
Esas medidas incluyen pagos de multas, trabajos comunitarios y presentarse al juzgado respectivo periódicamente para firmar un documento que de fe de que no se han ido del país.
Mientras en El Salvador, las mujeres, generalmente jóvenes, rurales, pobres, con poca educación, prácticamente ven truncadas sus vidas y sus aspiraciones, una vez enfrentan una situación como esa.
El último y resonante caso ha sido el de Evelyn Hernández, una joven de 21 años que permaneció en prisión por casi tres años, purgando una pena de 30 años, y que el 19 de agosto fue dejada en libertad por un tribunal de la ciudad de Cojutepeque, a 40 kilómetros al este de San Salvador, en el central departamento de Cuscatlán.
Hernández, cuyo embarazo fue fruto de una violación, fue condenada en 2017 por lo que ella siempre defendió que había sido una pérdida espontánea del feto.
Pero luego de que la  defensa interpusiera recursos de revisión ante la Corte Suprema de Justicia, esa instancia anuló la sentencia y se ordenó realizar un nuevo juicio, gracias a la cual recuperó ahora su libertad.
Los acusadores “no pudieron probar que ella actuó con dolo, con intención de matar a la criatura, y uno de los principios es que ante la duda, prevalece el derecho de la persona imputada”, dijo a IPS Morena Herrera, presidenta de la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto en El Salvador.
La legislación salvadoreña establece, desde 1999, que las personas son reconocidas como tales desde la concepción.
La recién liberada Hernández, se convirtió en el más reciente triunfo de colectivos feministas locales cuyas abogadas defienden casos de mujeres en prisión por abortos o complicaciones obstétricas.
Con ella, son 42 mujeres las que han sido liberadas en los últimos años.
Esas organizaciones pugnan también por modificaciones en el código penal para flexibilizar las leyes y permitir casos excepcionales, como violaciones, cuando corre peligro la vida de la mujer o en malformaciones fetales que le impedirán vivir fuera del útero.
Sin embargo, la lucha por esos cambios parece ir cuesta arriba, a juzgar por la desfavorable correlación de fuerzas en la Asamblea Legislativa, que desde el 2016 no ha analizado un proyecto de ley, promovido por colectivos de defensa de los derechos de las mujeres, que plantean la despenalización del aborto en esas excepciones.
“En este momento la correlación política en la Asamblea apuntaría a que es muy difícil lograr consenso parlamentario que apruebe la reforma de la ley”, subrayó Herrera a IPS.
Sin embargo, añadió que no ve imposible de lograrlo a mediano plazo.
Aún quedan en las cárceles salvadoreñas unas 16 mujeres, 15 purgando penas de 30 años, y una, de 35, informó.
También el Comité de las Naciones Unidas para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, en inglés), pidió en 2017 al gobierno salvadoreño “agilizar la aprobación del proyecto de ley de despenalización del aborto”.

Por casi dos décadas, agregó el organismo de las Naciones Unidas, El Salvador ha criminalizado el aborto en todos los casos, imponiendo penas desproporcionadas a las mujeres y al personal médico.
En efecto, los médicos y enfermeras de los centros de salud y hospitales se ven presionados a denunciar a mujeres que llegan con casos de aborto, pues de lo contrario pueden ser considerados cómplices.
La prohibición absoluta, acotó, ha resultado en el encarcelamiento injusto de innumerables mujeres que han sufrido complicaciones en sus embarazos y terminan siendo juzgadas por el delito de homicidio, y condenadas hasta por 40 años de prisión.
Por su parte, Fonseca explicó que en su país, Honduras,  se perdió una oportunidad de oro de cambiar la legislación en 2017, cuando los diputados tuvieron la posibilidad de establecer algunas excepciones en la discusión de las reformas al código penal.
Sin embargo, y aunque la mayoría de ellos estuvieron de acuerdo con los cambios planteados por la organizaciones de mujeres, al final votaron en contra, dijo.
De modo que, ahora esos tres países centroamericanos conforman la exigua lista mundial donde se prohíbe el aborto en todas sus formas, y que dentro de América Latina también incluye a República Dominicana.
Pero no siempre fue así.
El Salvador, para el caso, modificó su legislación en 1998 para que el aborto fuera penalizado en todas sus formas. Antes de eso se permitía la interrupción del embarazo por  algunas causas terapéuticas.
También en Nicaragua, el aborto terapéutico estuvo despenalizado desde 1893 y hasta 2006, cuando una alianza del desde un año después gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional con grupos de derecha estableció un pacto político-religioso con la cúpula católica para prohibir el aborto en forma absoluta.
En contracorriente de sus vecinos, Costa Rica y Panamá mantienen reducidas causales terapéuticas en que se permite el aborto voluntario, y en los dos países hay movimientos para ampliar esas excepciones.

Edición: Estrella Gutierrez

Feminicidio galopante en el capitalismo, las mujeres dicen BASTA

Feminicido & Capitalismo

Sobre como avanza el feminicidio en un sistema como el capitalista.

El caso de México.



Varios policías se llevan a una adolescente y la violan. No es la primera vez que pasa algo similar. El feminicidio(1) avanza moliendo vidas, por todo el planeta: el feminicidio se incrementa al amparo de un sistema, el capitalismo, que promueve misoginia a través de su industria de alienación cultural; un sistema en el que los medios de comunicación están en manos de un puñado.

La clase explotadora usa los medios para alienar a la clase explotada, inyectando machismo y racismo porque son paradigmas de sumisión y explotación, de división de la clase explotada. 

El feminicidio galopa desenfrenado al amparo de un sistema, el capitalismo, profundamente patriarcal, racista y clasista, que banaliza la explotación y la tortura porque sobre ellas se yerguen fortunas, galopa en un sistema que produce violadores a granel. 

Millones de niños son hoy educados en la misoginia, en el porno y la banalización de la injusticia y la crueldad, marinados en machismo y bombardeados por la industria de alienación masiva (televisión, cine, publicidad, video juegos, productos de la industria musical profundamente misóginos, etc): una educación que lesiona la capacidad de empatía y genera violadores en masa.

El feminicidio galopa en un sistema, el capitalismo, en el que las mujeres son utilizadas como "chivos expiatorios" de toda la rabia que genera un sistema de explotación, por su carácter injusto y maltratador.

La clase explotadora promueve misoginia, racismo, xenofobia, banalización de la tortura, para desviar la rabia de las y los explotados, para que esa rabia nunca llegue contra los grandes capitalistas, que son quienes explotan a las y los trabajadores y saquean el planeta hasta la médula, que esa rabia se quede estallando entre la misma clase explotada pulverizada, desmembrando vidas, comunidades y toda posibilidad de organización para subvertir este abyecto sistema de explotaciones concatenadas.


El feminicidio galopa en un sistema, el capitalismo, en el que el aparato judicial beneficia siempre a la clase explotadora y a sus matones, dejando en impunidad a los ladrones de cuello blanco mientras se ceba contra quien roba un pan, dejando en impunidad a los banqueros que desahucian familias enteras mientras encarcela a quien busca un techo, dejando en impunidad a las multinacionales que saquean montañas y ríos, mientras encarcela durante décadas a las y los campesinos e indígenas en lucha.

El feminicidio galopa en un sistema, el capitalismo, cuyo aparato judicial deja en impunidad total o parcial a los violadores de mujeres y niñas (en total impunidad o con penas ínfimas por violar y destruir vidas). El feminicidio galopa cuando los militares, los policías y demás encargados de reprimir a los pueblos y salvaguardar al Capital, son cobijados de impunidad por las violaciones que cometen...

A los capataces del capital se les paga también con prebendas que incluyen impunidad por las torturas cometidas. Los policías violadores resultan en la mayoría de los casos impunes. Los militares gozan también de impunidad. Los militares estadounidenses gozan de total inmunidad en ciertos países, cuyos gobiernos títeres han firmado convenios que los eximen de ser perseguidos por las violaciones sexuales que cometan (por ejemplo, el gobierno colombiano firmó un convenio que les otorga inmunidad a los militares estadounidenses, incluso por violaciones sexuales. Hay decenas de niñas que fueron llevadas a bases militares y violadas, que han sido incluso filmadas, que no obtendrán "justicia" alguna en virtud de este convenio).

En México las mujeres dicen ¡BASTA!

Las mujeres toman las calles hastiadas del feminicidio; y los medios de alienación titulan que "las mujeres son violentas y destruyen monumentos", pero guardan silencio sobre la impunidad casi absoluta que desde siempre y estructuralmente cobija a las fuerzas represivas, incluso en casos de violaciones sexuales, torturas y desaparición forzada... 


A la clase explotadora, propietaria de los medios de comunicación, le parece más "violenta" una pintada callejera que la violencia cotidiana y brutal contra las mujeres, o que la violencia impune ejercida por los aparatos represivos contra la población. A los medios, propiedad de la burguesía, siempre les parecerá más violenta la persona que protesta contra la injusticia, que la injusticia en sí, porque de un sistema profundamente injusto sacan sus privilegios.

Varios policías se llevan a una adolescente y la violan. Otro policía viola a una adolescente en un baño de un museo. En México, cada 18 segundos violan a una mujer, y cada día 9 mujeres son asesinadas por violencia machista.

En el mundo se estiman en no menos de 6 feminicidios cada hora en el ámbito familiar (asesinatos perpetrados predominantemente por la pareja o expareja) sin contar los feminicidios que ocurren fuera del ámbito familiar. El 60 % de las 87.000 mujeres que fueron asesinadas en 2017 en todo el mundo fueron víctimas de un crimen machista cuyo perpetrador fue su expareja o un familiar, según denuncia un informe de naciones Unidas (2).

El informe arroja que 15 millones de muchachas adolescentes (de entre 15 y 19 años) de todo el mundo han sido obligadas a relaciones sexuales forzadas en algún momento de sus vidas. Según los datos recogidos en 30 países, solamente el 1 por ciento de ellas ha buscado ayuda profesional.

Las cifras de violaciones intrafamiliares o extrafamiliares son elevadísimas, y aún así, no reflejan sino una pálida punta del iceberg de una realidad brutal. El empobrecimiento por saqueo capitalista aboca a la aberrante explotación de la prostitución a las mujeres más empobrecidas de la clase explotada mundial (coacción económica). La cifras de la Trata (tráfico de seres humanos y prostitución con coacción violenta), arrojan que los proxenetas capitalizan más de 32 millones de dólares al año: más de 4 millones de mujeres y niñas víctimas, en su inmensa mayoría mujeres de la clase explotada (cifras en aumento). 

El feminicidio es una realidad tangible, que cabalga al amparo de un sistema que promueve incesantemente misoginia a través de su aparato cultural, que cabalga en un sistema de explotaciones concatenadas.

Las mujeres toman las calles hastiadas de tanta barbarie, del feminicidio galopando, de la impunidad que cobija a los policías violadores, de las injusticias y agresiones cotidianas y continuadas que padecemos las mujeres bajo este sistema criminal que promueve misoginia y feminicidio.



Notas:

(1) Feminicidio no es únicamente el homicidio contra una mujer por violencia machista; en un sentido integral el feminicidio es también el asesinato del derecho a la integridad, las violaciones sexuales y todas las violencias ejercidas contra las mujeres. El feminicidio como realidad social se compone de todo el ámbito de la barbarie misógina y crece de manera dramática en el capitalismo.

(2) Ending violence against women, facts and figures, UN WOMEN, 2018

Fuente: Blog de la autora: www.cecilia-zamudio.blogspot.com

Capitalinas tejen en memoria de desaparecidas y víctimas de feminicidio

Como actos de revuelta y preservación de la memoria

Como un acto de preservación de la memoria y la rabia colectiva por las desaparecidas y víctimas de feminicidio en México, el domingo por la mañana un grupo de mujeres realizaron un tejido colectivo en el Hemiciclo a Juárez, en la Ciudad de México.
La cita fue a las 9:30 de la mañana del 24 de agosto a un costado del Hemiciclo, mientras las mujeres platicaban, reían y hablaban de tejidos realizados en protestas anteriores, sacaban de sus morrales y mochilas madejas de colores; el azul, negro, morado y rosa, predominaban y contrastaban con el pasto del parque de la Alameda del Centro Histórico.
Bordar y tejer eran pasatiempos considerados aptos sólo para la población femenina, pero ellas han reivindicado su significado y son usados ahora como espacios de denuncia y lucha contra la violencia que viven las mujeres y niñas; la aguja, el gancho, las mantas y los estambres, son las herramientas de revuelta y preservación de la memoria, creadores también de espacios seguros y redes de apoyo entre mujeres.
Sin perder la concentración, Teresa Palerm y Miriam Mabel, daban entrevistas a la prensa mientras mantenían la vista en sus tejidos. Con sus compañeras intercambiaban sonrisas y miradas, narraban cómo su niñez fue el impulso y la enseñanza de la técnica, sobre la velocidad, interés, amor que dedicaban a tejer.
Con el gancho y el estambre entre sus dedos, algunas mujeres sentadas en la jardinera del lado izquierdo del Monumento, tejían corazones de tamaños variados. Las que se encontraban paradas colocaban fichas de búsqueda de mujeres desaparecidas y fotos de mujeres que fueron asesinadas, al igual que cruces de color negro y senos femeninos tejidos, los cuales colocaron en una urna.
Una hora después, al llegar otras interesadas que se unieron al encuentro llamado “Justicia para las que ya no pueden ser escuchadas”, gritaron: “¡Ni una asesinada más!”, para seguir adelante con el tejido.
Esta manera de expresarse contra la violencia de género se da en un clima de protestas en diversos puntos del país provocadas por la indignación de las investigaciones de presuntas violaciones de adolescentes por parte de policías de la Ciudad de México, documentadas en los dos últimos meses.
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública sobre los delitos que atentan contra las mujeres a nivel nacional, se ha registrado en lo que va del año 2019 un total de 540 casos de feminicidio, siendo el mes de julio el más violento con 85 casos.

CIMACFoto: María Fernanda Esparza Quintana
Por: María Fernanda Esparza Quintana
Cimacnoticias | Ciudad de México.-

Las mujeres soportan la “segregación ocupacional” en América Latina


Una trabajadora latinoamericana en un taller textil. Crédito: OIT
LIMA, 27 ago 2019 (IPS) - Por cada hora trabajada, las mujeres de América Latina y el Caribe reciben ingresos laborales que son en promedio 17 por ciento inferiores a los de los hombres con la misma edad, educación, presencia de niños en sus hogares, condición de ruralidad y tipo de trabajo, destaca un nuevo informe, presentado este martes 27.
La persistencia de las brechas de género y la evidencia que la igualdad entre hombres y mujeres en el trabajo está demorando más de lo esperado, hace necesario que los países de la región adopten una serie de medidas transformadoras para abordar tanto los desafíos de políticas de empleo como aquellos factores “no observables”, dijo la Organización Internacional del Trabajo (OIT) al lanzar el documento en la capital peruana.
Al mismo tiempo la participación laboral femenina, tras subir en forma importante hasta el año 2000 ahora evoluciona de forma muy lenta y llegó a 50,3% según los últimos indicadores, 25 puntos porcentuales por debajo de los hombres, dice el Panorama Laboral Temático titulado “Mujeres en el mundo del trabajo. Retos pendientes hacia una efectiva equidad en América Latina y el Caribe”.
“Si bien es cierto que ha habido avances muy importantes en la incorporación de las mujeres al trabajo, el camino hacia la igualdad aún es largo, y a veces empinado”, dijo Juan Hunt, director regional interino  de la OIT para América Latina y el Caribe al presentar el informe que pone en evidencia diversas dimensiones de una “segregación ocupacional”.
“El informe que estamos presentando advierte que las diferencias de género constituyen una de las formas de desigualdad injustificables hoy en día. Y es claramente, un hecho que conspira contra la posibilidad de construir sociedades más prósperas, justas y cohesionadas”, agregó Hunt.
El informe de la OIT plantea la necesidad de una renovación de los instrumentos de políticas, y pone énfasis en la necesidad de reconocer que “una parte importante de las limitaciones del progreso de las mujeres reside en los hogares”, en particular porque el reparto por género de las tareas domésticas aún es abrumadoramente desigual.
“Las mujeres se encargan de 80 % de las tareas del hogar, lo cual restringe su participación efectiva en el mundo del trabajo”, dice el documento.
Plantea que la persistencia de las brechas salariales se produce a pesar que las tendencias de largo plazo muestran evoluciones importantes, por ejemplo en el caso de la educación, donde el número de mujeres con estudios terciarios supera al de hombres.
Entre los nacidos en1990, 40% de las mujeres que trabajan tienen educación terciaria, frente a 25% de los hombres, dice el documento.
A partir de las diferencias detectadas en los ingresos laborales el nuevo Panorama Laboral Temático de la OIT explora varias dimensiones de la brecha de género, con la finalidad de identificar las mayores vulnerabilidades, una información que también debe ser útil al diseñar las políticas y estrategias de intervención.
“Son necesarias políticas activas de empleo que apoyen la inserción laboral femenina, servicios de información y orientación que asuman las necesidades específicas de las mujeres, programas de capacitación y formación para mejorar su empleabilidad, así como programas específicos para atender, principalmente, los requerimientos de mujeres afectadas por la desigualdad (migrantes, jóvenes, mujeres rurales y trabajadoras agrícolas)”, dijo el economista regional de OIT, Hugo Ñopo.
El análisis de datos realizado en el marco de este informe que fue coordinado por Ñopo permite detectar donde es mayor la brecha de ingresos, al destacar los “patrones diferenciados”. Las desigualdades, por ejemplo, son más pronunciadas entre el 20% de trabajadores de ingresos más bajos, o entre los autoempleados rurales.
También se detectó una brecha salarial elevada “en la zona ubicada alrededor del salario mínimo”, lo cual es atribuido a que un alto nivel de informalidad genera también elevados niveles de incumplimiento en el pago de esta remuneración.
“El problema de las brechas de género está asociado al de la pobreza”, dijo Ñopo.
Ñopo destacó que para acelerar los cambios que conducen hacia la igualdad será necesario hacer frente a “los factores no observables detrás de las brechas salariales de género y al tratamiento diferenciado con respecto a las mujeres en América Latina y el Caribe”.
Entre estos factores el informe menciona:
  • Los estereotipos: presencia de diversos tipos de sesgos cognitivos y discriminación;
  • Los comportamientos: aspiraciones, habilidades de negociación y aversión al riesgo;
  • Las normas sociales: división sexual del trabajo y nuevos arreglos familiares.
También se refiere al tema del cuidado no remunerado y participación laboral. “El grueso del trabajo de cuidado en todo el mundo es realizado por cuidadoras y cuidadores no remunerados, en su mayoría mujeres y niñas pertenecientes a grupos socialmente desfavorecidos”. Esto obliga a las trabajadoras a buscar flexibilidad en sus arreglos laborales, y “tienden a tomar empleos en inferioridad de condiciones frente a los hombres y con un poder de negociación menor”.
El nuevo informe de la Oficina Regional de la OIT está enmarcado en las celebraciones del Centenario de la OIT y en uno de sus capítulos hace un recuento histórico al revisar una serie de Convenios y Recomendaciones adoptadas desde 1919 para promover la igualdad de género.
Al mismo tiempo, incluye un capítulo sobre el futuro del trabajo, y los desafíos y oportunidades que plantean los cambios profundos y las oportunidades que se ofrecen. Si no se toman las medidas adecuadas, el riesgo es que se perpetúen las brechas de género.
Una serie de conclusiones y recomendaciones de la OIT sobre cómo abordar el desafío de acelerar la igualdad de género en los mercados laborales cierra el informe. El documento destaca que “mejorar el reparto de las labores domésticas es probablemente el cambio cultural más importante que se requiere para el avance en igualdad de oportunidades”.

Este artículo publicado originalmente por la Oficina para América Latina y el Caribe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con sede en Lima. IPS-Inter Press Service lo reproduce por un acuerdo general con la ONU para la difusión de sus contenidos.

Plan de Acción Inmediata



En el contexto de las movilizaciones feministas de días recientes, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, presentó el Plan de Acción Inmediata de Atención a la Violencia contra las Mujeres conformado por cinco ejes de acción que involucran espacios públicos, seguridad y justicia, atención a víctimas, así como campañas permanentes dirigidas a la sociedad y en las escuelas.
Hay un tema que atender en la capital: la violencia de género. Hemos realizado acciones que no han sido suficientes, requerimos más. En esta visibilización que han hechos las mujeres es indispensable escuchar, reconocer y generar políticas necesarias para erradicar la violencia de género en la ciudad, palabras textuales de la jefa de gobierno. Se trata de acciones adicionales a las que regularmente se están realizando como parte de las políticas que ya se venían efectuando en la Secretaría de las Mujeres como en diferentes entes públicos. El primero está dirigido a nuevos dispositivos de seguridad para combatir la violencia hacia las mujeres en el transporte público: se habilitará un botón de auxilio especial, vinculado al C5 y a la policía, en taxis, microbuses y servicio de aplicación. Otro conjunto de acciones se dirigen al entorno urbano para las mujeres en la ciudad: banquetas iluminadas, botones de auxilio y cámaras Mi Ca911E en segmentos identificados como de mayor riesgo de violencia hacia las mujeres en toda la ciudad. Además pondrán en operación un botón de auxilio en los celulares a partir del 5 de septiembre, y para el 15 del mismo mes ya lo tendrán plataformas como Uber y Didi, entre otros. Además se reforzará la señalética de los espacios exclusivos para mujeres, y se hará una inversión de 20 mil luminarias para mejorar la Iluminación afuera de las estaciones del Metro, senderos seguros, y banquetas seguras.
En relación con las agencias del Ministerio Público (MP), se anunció la apertura de seis agencias especializadas en mujeres víctimas de violencia, espacios dignos que contarán con acompañamiento de sicólogas, trabajadoras sociales y abogadas.
Un programa de gran alcance es el de capacitación de policías, se han diseñado programas integrales con perspectiva de género para policías y MP. Además se dio a conocer que también se dará atención a la violencia por Internet apoyadas por la Policía de Investigación en colaboración de empresas como Facebook y Twitter. En respuesta directa a una solicitud de las activistas feministas, se contará con una auditoría social, un mecanismo de participación de grupos de la sociedad civil en los procesos de seguridad y justicia.
Están en preproducción dos tipos de campañas de comunicación, una más enfocada a las escuelas, titulada No es costumbre es violencia, y otra en medios que se enfocará en detener el acoso sexual en los espacios públicos.
Lo más novedoso de las acciones adicionales es la propuesta que se hará desde la Secretaría de Gobierno, una iniciativa de ley para crear un banco de ADN de los agresores sexuales. Este banco permitirá identificar a agresores sexuales, por principio plantea incluir a quienes han cometido delitos sexuales y a los integrantes de las policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y de la Procuraduría General de Justicia de a la Ciudad.
Desde la Secretaría de las Mujeres hemos participado y valoramos la concreción de todas estas propuestas, y en cuanto al trabajo cotidiano de prevención, atención y acceso a una vida libre de violencia, así como de otras estrategias que apuntan a las causas de la violencia de género, reconocemos que el problema principal es de comunicación, se trata de una brecha intergeneracional. Quienes salieron a manifestarse los días 12 y 16 de agosto son jóvenes del Siglo XXI, con un nuevo impulso y un nuevo lenguaje, nos toca escucharlas y trabajar en conjunto con la finalidad de colocar las políticas a la atura del siglo.

* Titular de la Secretaría de Mujeres

Acciones incluidas en plan contra la violencia en CDMX han sido insuficientes


Gobierno muestra compromiso, defensoras


Académicas y defensoras por los derechos de las mujeres consideran que el plan emergente de atención a la violencia contra las mujeres del gobierno capitalino contiene iniciativas recicladas y debe encaminarse hacia una política pública más efectiva.
Este miércoles 28 de agosto la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, presentó el “Plan de Acción Inmediata de Atención a la Violencia contra las Mujeres” como respuesta a las manifestaciones del 12 y 16 de agosto, donde mujeres organizadas demandaron justicia y un alto a los casos de violaciones sexuales contra mujeres cometidos por policías.
La defensora Adriana Lecona Escartín, integrante de la colectiva “Las del Aquelarre” destacó que ver a la jefa de Gobierno del lado de las mujeres –como pronunció en su discurso- es un avance luego de mencionar que las movilizaciones de #NoMeCuidanMeViolan eran una “provocación”. Aunque esperan que su declaración haya sido sincera, “Es importante que desde el Gobierno se reconozca que es un problema grave que quiere atención inmediata”, dijo en entrevista con Cimacnoticias.
En cuanto a las medidas que se implementarán a partir de septiembre a diciembre de 2019, Lecona Escartín señaló que esperan que estas acciones también apelen a los agresores, una exigencia que hicieron a la mandataria durante las reuniones a puerta cerrada que sostuvo con colectivas y feministas los días 18 y 19 de agosto.
“Estas campañas y políticas públicas deben de estar dirigidas a la sociedad en general y a los hombres también, porque ellos son los primeros generadores de la violencia y no solo dedicarlas a las mujeres, ya que lo único que hacen con ello es seguir culpándonos de haber sido agredidas”, comentó Lecona.
Las acciones anunciadas ayer por Sheinbaum Pardo tienen cinco enfoques: protección de mujeres en el transporte público; iluminación de espacios públicos; capacitación al personal del gobierno: fortalecimiento de las LUNAS (centros de atención para mujeres que viven violencia de género o familiar) y campañas de comunicación.
Al respecto la defensora de Derechos Humanos y coordinadora de Las Constituyentes Feministas de la Ciudad de México, Yndira Sandoval Sánchez, señaló en entrevista que son acciones repetidas de administraciones pasadas. Tales como el transporte público seguro, que ya cuenta con la señalización y separación de vagones y secciones exclusivas para mujeres a fin de evitar el acoso sexual en el Metro y Metrobús, ejemplificó.
“Las acciones a seguir, me parecen muy prudentes, pero no son suficientes…  hay un asunto que tiene que ver con las causas estructurales de la violencia… que reconozcan que es un asunto de alerta y que no hay algo que vaya encaminado a hacer un marco jurídico eficaz para combatir la violencia que sufrimos las mujeres”, dijo la también antropóloga social.
En mismo sentido coincidió la investigadora de la UNAM e integrante del Grupo de Trabajo que evaluó la procedencia de la Alerta de Violencia de Género en la Ciudad de México, Aleida Hernández Cervantes, muchas de las acciones presentadas por Sheinbaum Pardo son recicladas de otras administraciones, en las que se demostró que no fueron suficientes para atender la violencia contra las capitalinas.
La doctora en Derecho añadió que se necesitan crear nuevos métodos frente a la violencia, pues existen diagnósticos como el derivado de la petición de AVG –que fue negada por la Secretaría de Gobernación el 7 de junio- que pueden ser puntos de referencia.
Asimismo, Hernández Cervantes puntualizó que estas acciones de emergencia deben evaluarse, un hecho que se omitió durante la presentación del Plan, no se aclaró cómo, ni cuándo, habrá una revisión de la eficacia que tuvieron.
Ambas defensoras y la investigadora coincidieron que estás primeras medidas muestran un compromiso por parte del Gobierno y esperan que no sea una estrategia de control de daños.
“Ojalá sea parte de un cambio más profundo…vamos a seguir platicando en los espacios de diálogo que se abran y esperamos que éste continúe para la construcción de políticas públicas y medidas de carácter permanente” dijo Lecona Escartín.
De acuerdo con la jefa de Gobierno estas no serían las únicas medidas a desarrollar, sino se tomarán acciones adicionales que permitan afinar el objetivo de erradicar la violencia de género en la Ciudad de México.
CIMACFoto: Hazel Zamora Mendieta
Por: Carolina Huerta García
Cimacnoticias | Ciudad de México.

Gobierno feminista



Está fuera de cualquier duda el compromiso de la primera jefa de Gobierno electa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y la primera procuradora general de Justicia de la capital, Ernestina Godoy, con la causa feminista. Ambas vienen de largas trayectorias de lucha desde los movimientos sociales y han asumido con enorme responsabilidad sus nuevas tareas públicas.
Desde el primer día de su mandato, Sheinbaum cumplió con su promesa de campaña de transformar el Instituto de las Mujeres en una Secretaría de las Mujeres con el fin de dar la más alta prioridad a las políticas de género. El 13 de diciembre de 2018, la jefa de Gobierno nombró como responsable de esta cartera a la destacada activista de la sociedad civil Gabriela Rodríguez, quien ha denunciado el hecho intolerable de que en la Ciudad de México 43 por ciento de las mujeres viven en condiciones de pobreza; 30 por ciento no tienen ingresos propios; 19 por ciento no cuentan con servicio médico; 79 por ciento han enfrentado algún tipo de violencia, y nacen 52 bebés por cada mil menores de edad en la capital.
El 17 de abril de 2019 se instaló el primer Consejo de Gabinete para el Seguimiento de las Políticas de Igualdad, lo cual obliga a todas las secretarías a garantizar la perspectiva de género en absolutamente todas sus acciones. El gobierno local también ha establecido 27 centros, Lunas, para ofrecer atención jurídica y sicológica a mujeres víctimas de violencia durante las 24 horas al día. Existe una nueva red de información que registra en tiempo real todos los datos sobre violencia de género. Se han establecido Redes de Mujeres por la Igualdad y No Violencia en toda la ciudad, así como una Red de Hombres Jóvenes por la Paz para generar una nueva cultura de respeto y de igualdad. Todos estos esfuerzos se han implementado con la activa participación de la sociedad civil.
Respecto de la procuración de justicia, al llegar a su cargo Godoy estableció inmediatamente Módulos de Abogadas de las Mujeres en las 78 agencias del Ministerio Público para dar acompañamiento personalizado a las mujeres que quisieran denunciar cualquier abuso en su contra. La procuradora también ha transformado de manera radical cómo se investigan los feminicidios e implementado un programa de capacitación con perspectiva de género para todos los trabajadores de la procuraduría. La nueva administración también ha reactivado los Centros de Justicia para las Mujeres, aumentando 80 por ciento la cantidad de carpetas de investigación.
En respuesta a las movilizaciones más recientes, Sheinbaum ha anunciado que trabajará cercanamente con los colectivos que protestaron para consolidar las estrategias gubernamentales. No ha habido un solo acto de represión contra la ciudadanía ni se ha utilizado a la Procuraduría General de Justicia de Ciudad de México para acosar a activistas. Mientras, las autoridades ya detuvieron al presunto agresor del reportero Juan Manuel Jiménez y avanzan en sus investigaciones del caso de la denuncia de violación por policías de una menor de edad en Azcapotzalco.
Recordemos también que la Ciudad de México cuenta ya con uno de los marcos jurídicos más avanzados del mundo en derechos y libertades de las mujeres. La nueva Constitución de la Ciudad de México defiende con particular claridad estos principios y contamos también con una Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, una Ley de Igualdad Sustantiva entre mujeres y hombres de la ciudad y una Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México. La capital también ha estado a la vanguardia internacional con respecto al derecho a la interrupción legal del embarazo y el derecho al matrimonio igualitario.
Se justifica plenamente el enorme coraje e indignación por la violencia contra las mujeres, pero también es importante saber distinguir bien entre los aliados y los adversarios de la causa. Por ejemplo, llama la atención cómo algunos activistas y políticos, hombres y mujeres, han intentado utilizar esta digna causa para fines políticos. Han querido montarse a la ola de legítima protesta para atacar injustamente al gobierno más feminista que tenemos hoy en la República.
De manera hipócrita, muchas de las mismas voces que mantuvieron un silencio cómplice con los gobiernos de PAN, PRI y PRD, y condenaron el supuesto vandalismo de los maestros de la CNTE o los estudiantes de Ayotzinapa, ahora celebran con particular emoción la violencia ejercida contra símbolos del gobierno local. Y no es gratuito que el símbolo de la diamantina rosa haya sido retomado por algunos de los representantes de la derecha más retrógrada y machista del país ávidos de utilizar cualquier causa para avanzar en su golpe blando contra la Cuarta Transformación. Este símbolo originalmente se usó como protesta contra el abuso policial pero ahora encarna el peligroso principio de todos son iguales.

Digna rabia tierna



No fue una marcha más. Fue síntoma de un parteaguas.
Las marchas de mujeres contra la violencia de género de la semana pasada suscitaron muy diversas reacciones, muchas negativas y otras ambiguas. Debemos ponerlas en perspectiva y tratar de imaginar su horizonte.
Hace tiempo cunde la convicción de que es preciso modificar las formas de la lucha social. Debemos, por ejemplo, aquilatar el valor actual de las protestas multitudinarias.
Por una parte, los gobiernos han aprendido a no hacer caso de las expresiones populares de descontento y reivindicación. Además, han creado múltiples dispositivos para contrarrestarlas. Usan la represión directa, ampliando y modificando los recursos de las policías antimotines, y también recurren a provocadores e infiltrados y a una gran variedad de métodos, muy conocidos en nuestro país, para socavar desde adentro las iniciativas y desprestigiarlas. Todo el repertorio se aplicó sistemáticamente contra los chalecos amarillos, en Francia, desde noviembre de 2018... y se sigue empleando en México.
Por otra parte, se ha puesto en cuestión el valor de esa forma de lucha en las actuales circunstancias. Occupy Wall Street expresó con claridad lo que hay de por medio cuando se le preguntó por sus demandas. Uno presenta demandas cuando piensa que el gobierno puede satisfacerlas. Nosotros no creemos que lo podrá hacer. Por eso no las tenemos.
En muchas ocasiones, sin embargo, las marchas no buscan sus interlocutores arriba, sino abajo. Se conciben horizontalmente y con ellas se busca ante todo la propia afirmación, ver el propio número, la fuerza y dignidad de quienes participan. Y se busca también que todo mundo se entere que ahí están… y que seguirán estando.
No estamos, en este siglo, ante crisis circunstanciales o problemas de algunos funcionarios o gobiernos. Experimentamos el colapso de una era, el colapso climático y el sociopolítico, el colapso de todas las instituciones. Se han hecho enteramente evidentes las raíces patriarcales, capitalistas, racistas, sexistas y antropocéntricas del régimen dominante. Es claramente autodestructivo, pero también arrasa con todo a su paso, acaba con todo lo vivo. La era termina en un clima de inmensa violencia, en que se usan todos los recursos legales e ilegales en la cuarta guerra mundial, la primera guerra total de la historia, en la cual amplias capas de la población son identificadas como el enemigo. Se creó una clase de personas que se consideran desechables. Y están siendo desechadas.
Como siempre, son las mujeres quienes más padecen la violencia, junto con niños y niñas y personas de mayor edad. No es proporcional a la que padecen los hombres; se multiplica, se amplía y adquiere formas de degradación humana insoportables. Se intensifica hasta grados abyectos la violencia doméstica y aumentan cada día los feminicidios. La mitad de éstos son cometidos por cónyuges, compañeros, familiares…
Desde hace años, un número creciente de mujeres decidió decir ¡basta! Con inmensa dignidad y coraje se pusieron de pie y acordaron no sólo enfrentar esa situación atroz, sino recrear el mundo. Se ocupan, una vez más, de cuidar la vida. Van más allá de antiguas reivindicaciones feministas, sólo asociadas con la igualdad. No buscan recibir el mismo trato que los hombres, en la explotación y la opresión, aunque denuncien la discriminación reinante. Quieren cambiar los términos de la vida social, para fundarla sobre otras relaciones.
La lucha recurre a procedimientos jurídicos, aunque se tenga conciencia que el estado de derecho está roto. Se presentan también reivindicaciones puntuales, aunque se reconozca la incompetencia y corrupción de las autoridades. No se renuncia a derechos ni al valor de la presión pública.
Pero la lucha va más allá y está tomando forma en la vida cotidiana, en las relaciones de todos los días, en la continua reacción de las mujeres ante el abuso constante, ante comportamientos que habían normalizado actitudes inaceptables.
No siempre lo hacen suavemente. A veces estalla la rabia y se hace incontrolable. Incurren en violencias como las que combaten. Y las defienden: No nos vamos a parar ni a pedir disculpas por los vidrios rotos y las paredes pintadas, expresaron en Oaxaca. Hay quienes pretenden perdonar o justificar esos excesos y otros los condenan como delitos. No parece pertinente ni una cosa ni otra, desde una autoridad moral por lo menos cuestionable.
Es hora de entender y acompañar. Se trata de acostumbrarnos a la idea de que las mujeres están tomando el liderazgo de un cambio largamente esperado ante una situación infame. No basta solidarizarnos. Es preciso, además, reconocer la magnitud y hondura del desafío actual… y admitir nuestro fracaso y responsabilidad como varones, autores o cómplices de algo insoportable.
Necesitamos aprender a dejarnos guiar por la digna rabia tierna que hoy se está expresando y puede ser la única, última opción ante el desastre.

Mujeres de Bangladés ya no deberán informar si son vírgenes para casarse


   Tribunal Supremo llama al gobierno a garantizar derechos civiles 



Las mujeres en Bangladés (Sur de Asia) ya no tienen que declarar si son vírgenes o no en los documentos necesarios para un matrimonio. Esta semana el Tribunal Supremo falló que el gobierno tiene que cambiar los derechos civiles que requieren que una mujer que quiere casarse se declare viuda, divorciada, o “kurami” que en lengua bengalí significa “virgen” o “soltera”.
Las leyes datan desde los años 1960, cuando Bangladés, hoy el tercer país musulmán más grande del mundo, con 168 millones de habitantes, todavía era parte de Pakistán, sin embargo, no fueron modificadas cuando el país se independizó en 1971. En 2014, defensoras de derechos humanos interpusieron un recurso ante para cambiar el formulario existente en la Ley de Matrimonio y Divorcio Musulmán.
La organización Fundación para Servicios y Ayudas Legales en Bangladés (BLAST, por sus siglas en inglés), junto con dos mujeres, argumentó durante el litigio que la práctica humillaba y discriminaba a las mujeres. Sobre todo, porque los hombres no tenían que declarar estatus civil cualquiera en los formularios. Bangladés es un país que todavía combate el matrimonio infantil.
El Tribunal Supremo declaró que el gobierno no había explicado por qué la redacción de los certificados no debía declararse ilegal. Impuso que la palabra “kumari” debía ser eliminada de todo trámite matrimonial y sustituida por el término bengalí “obibahita”, que significa literalmente "soltera", según el fiscal general adjunto, Amit Talukder.
En una sentencia diferente, las y los magistrados también exigieron que, de ahora en adelante, el novio debía declarar su condición de soltería, divorcio o viudedad. Se espera que el gobierno introduzca las reformas correspondientes después de octubre, cuando ambos veredictos sean publicados.
Organizaciones feministas y defensoras celebraron el fallo del Tribunal. “Preguntar a una mujer si es virgen o no, viola su derecho a la privacidad”, explicó la abogada y fundadora de BLAST, Ainun Nahar Siddiqua. “Ese veredicto marca un hito”, comentó a la agencia Reuters. "Es una sentencia que nos hace creer que podemos luchar y crear más cambios para las mujeres en el futuro.”
La abogada añadió que Bangladés firmó la Convención de la ONU para la Eliminación de Todas las Formas de Violencia Contra la Mujer para asegurar la igualdad entre hombres y mujeres. “Pero la igualdad había sido cercenada para las mujeres desde el comienzo del matrimonio”, dijo.
El funcionario del registro matrimonial, Mohamad Ali Akbar Sarker, explicaba a Reuters que burócratas como él esperan a que el Ministerio de Justicia les informe oficialmente sobre los cambios. "He registrado muchos matrimonios en Dacca y me solían preguntar por qué los hombres tenían la libertad de no desvelar su estatus y las mujeres no. Siempre les decía que no estaba en mi mano. Supongo que ya no me plantearán más esa pregunta", resumió Akbar Sarker.
CIMACFoto: César Martínez López
Por: la Redacción
Cimacnoticias | Ciudad de México.

Mujeres jóvenes no observan acciones tras protestas en CDMX


Excluidas de reuniones gubernamentales y no se sienten representadas 
   
Las jóvenes que han protestado en las calles de la Ciudad de México para exigir su derecho a vivir libres de violencia consideran los diálogos a los ha convocado el gobierno de la Ciudad de México a un grupo de feministas como reacciones por contener las movilizaciones, y siguen sin observar acciones concretas frente a la violencia de género.

“Me parece que es una suerte de querer conciliar todas estas acciones para que no haya más afectaciones en cuanto a lo material, pero no han hecho buenas estrategias, para que se pueda dar un mayor acercamiento para ver lo que realmente afecta a las mujeres”, opinó en entrevista con Cimacnoticias la estudiante Estefanía Labastida.
Estefanía es una de las varias mujeres que se encuentran dudosas respecto de las reuniones a puerta cerrada que mantienen diversas autoridades de la Ciudad de México tras las protestas del 12 y 16 de agosto detonadas por los casos de violaciones sexuales cometidos por policías del Gobierno. Para ella, es una respuesta tibia ante la ineptitud de las autoridades capitalinas.

Los mismos sentires han exteriorizado en las redes sociales otras manifestantes, pues a los encuentros gubernamentales sólo han acudido un grupo conformado sobre todo por líderes de opinión en Twitter, o feministas que ni convocaron o asistieron a las protestas.
Por ejemplo, en un pronunciamiento firmado como “#FuimosTodas” se rechazó la convocatoria discrecional que la jefa de Gobierno hizo hacia “40 feministas” dos días después de la última protesta del 16 de agosto, y las reuniones consecuentes en las que se abrió la invitación sólo a otras mujeres.
Las firmantes consideraban ese acto como un intento para desarticular y acallar las inconformidades de las mujeres capitalinas.
“Esos grupos ya no nos representan, me parece que no fue una buena táctica y no nos sentimos representadas”, comentó también en entrevista la historiadora Jimena Marroquín.
Mantener el diálogo entre los diversos grupos feministas ha sido la principal exigencia de estos encuentros, la Secretaría de las Mujeres de la Ciudad de México (antes Inmujeres DF) es la que se ha encargado de hacer públicas las relatorías, sin embargo, todavía no tienen acciones concretas para hacer frente a la violencia.
Sólo se sabe que las mujeres invitadas a estas reuniones se les dará información sobre las investigaciones de violaciones sexuales perpetradas por policías y que se abrirán mesas de trabajo, talleres y foros públicos para elaborar “una estrategia contra la violencia de género”. La jefa de Gobierno prometió tener este plan listo en 30 días a partir de las protestas sociales.  
Esta dilación de acciones ha sido señala por expertas como la antropóloga Marcela Lagarde y de los Ríos, creadora de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia como “un abuso y maltrato a la ciudadanía, a las víctimas y los familiares de víctimas”, pues el Estado tienen la obligación del desarrollo y la aplicación de políticas públicas con perspectiva de género sin esperar.  

LEJANAS A LA JÓVENES

Para la profesora de yoga Aidé Arévalo ha resultado muy desafortunada la forma como el gobierno de Claudia Sheinbaum –en el que se tenían expectativas altas- ha reaccionado a las manifestaciones. “Lo que estamos viendo es la punta del iceberg, es una violencia sistemática contra las mujeres que se manifiesta a todos niveles ¿Cómo vamos a combatir eso sino empezamos por las propias instituciones? Es muy lamentable que no pudieran empatizar con las demandas que se están haciendo... Es indignante que no logren ver cómo está la situación y salgan a defender una cuestión que es indefendible.”
El discurso de la mandataria, incluido el de su gabinete, se ha ajustado frente la indignación y descontento social que causan sus reacciones. De la primera movilización feminista, en la que Sheibaum Pardo dijo se trataba de una “provocación” y que abriría investigaciones contra las personas que causaron daños a las instalaciones de los edificios públicos; paso a comprometerse con las jóvenes a ofrecer una disculpa pública por su mensaje y “dar puntual seguimiento a sus peticiones y demandas”. 
Incluso funcionarias como la secretaría de las Mujeres, Gabriela Rodríguez Ramírez, difundió el 22 de agosto un video en Twitter donde dijo “que la nueva generación tiene un nuevo lenguaje, un nuevo impulso para detener la violencia de género, una nueva manera de protestar y de exigir sus Derechos Humanos. Este nuevo impulso abre una oportunidad entre gobernantes y las mujeres jóvenes”.
Ante este panorama, Estefanía, Jimena y Aidé coinciden en que este tipo de acciones no están dando una solución verdadera o concreta al problema de feminicidio, desapariciones y violencia en la Ciudad de México.  Además, consideran que las autoridades capitalinas no han querido reconocer su ineptitud ante el tema de la violencia contra las mujeres de la CDMX, es por ello que ayer se realizó una Asamblea General Feminista para definir estrategias propias, entre otras reuniones a las que están convocando grupos de feministas.


CIMACFoto: César Martínez López
Por: Carolina Huerta García

Cimacnoticias | Ciudad de México.-

Trump, Xi Jinping, la Amazonia, la 4T y el ecofeminismo



En apariencia, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el incendio en la Amazonia, los megaproyectos para el sur-sureste de México de la 4T y el ecofeminismo socialista, serían temas inconexos sin relación lógica de causa-efecto entre sí.
No obstante, esos cuatro ejes temáticos se inscriben en la geopolítica del capitaloceno, nueva categoría analítica y explicativa que remite a la edad del capital como una era geológica y ya no sólo histórica, artífice de los cercamientos de tierras y la apropiación de los bienes comunales; de la mercantilización de la vida; del colonialismo y el neocolonialismo imperial e interno; de la industrialización irracional y depredadora de la naturaleza, sus ecosistemas y la biodiversidad, fauna y flora; del hiperconsumismo y el despilfarro; de las guerras (convencionales, atómicas, frías, encubiertas y/o híbridas o de cuarta generación), y de las complejas y contradictorias relaciones entre clases, género, raza, nacionalidad, identidad…
Existe estrecha relación entre los procesos de la acumulación de capital −de la producción de mercancías y la extracción de plusvalía− con el deterioro ambiental (deforestación, polución del agua y el aire, aumento de la temperatura del planeta y otros desastres ecológicos). En ese contexto, resulta central la reivindicación de las ecofeministas sobre el papel de las mujeres en la preservación de los ecosistemas y su lucha antipatriarcal como contribución decisiva contra la opresión y la discriminación. Así como el anteponer una ética de la tierra −basada en la responsabilidad entre los seres humanos y los ecosistemas− a los valores dominantes del capitalismo actual, violento y explotador por naturaleza, desigual, individualista, competitivo, utilitarista, egoísta, cultor de las mercancías y antropocéntrico ante la naturaleza.
Esa es la razón por la que algunos científicos sociales consideran que el término capitaloceno es más preciso que el vocablo antropoceno, acuñado en 2000 por el Nobel holandés Paul J. Crutzeny preferido por The Economist para indicar que la acción del homo sapiens (anthropos) tiene incidencia directa sobre el planeta Tierra, hasta el punto que pudiera considerarse como una nueva era geológica. Sólo que esa visión limitada de la historia, que involucra a los seres humanos en su conjunto −como si todos fuéramos igualmente responsables de la transformación destructiva del planeta−, pretende camuflar y legitimar ideológicamente al capitalismo, en su doble papel destructor de gran parte de los seres humanos (trabajadores, campesinos, indígenas, mujeres pobres) y de la madre tierra, la naturaleza.
En manos de alianzas cambiantes entre estados, corporaciones privadas y poderosos actores políticos y económicos, el capitalismo global y las cadenas de suministro de energía y materias primas requieren aún combustible fósil: carbón, petróleo y gas natural; lo que ha desatado una caótica y feroz competencia internacional por esos recursos estratégicos, a los que se suman metales, minerales, el agua y la tierra.
Eso explica también la actual geopolítica de la energía y la guerra económica entre Estados Unidos (con la administración Trump como brazo ejecutivo del complejo militar, industrial, energético, financiero, mediático) y China (con su ruta de la seda), con énfasis en la construcción de infraestructura multimodal (oleoductos, refinerías, plataformas petrolíferas, carreteras, puertos, ferrocarriles) para el transporte de energía fósil y materias primas.
Mientras crecen las protestas contra el protofascista presidente brasileño, Jair Bolsonaro, por los incendios en la Amazonia –devorada por el saqueo y la depredación capitalista−, conviene voltear hacia el sur-sureste mexicano y los megaproyectos de la 4T de Andrés Manuel López Obrador, en particular el Tren Maya, el corredor del Istmo de Tehuantepec, la siembra de un millón de hectáreas de árboles maderables y frutales (como futuras mercancías para el mercado mundial), a lo que se suman la minería (oro, plata, uranio, etcétera) y las agroindustrias (la producción, industrialización y comercialización de productos agropecuarios, forestales y otros recursos naturales biológicos), con la consecuente contaminación del agua y la conversión de la tierra bajo régimen ejidal o comunal en mercancía.
El embate de las economías extractivistas y de enclave impulsado por las multinacionales y el imperialismo en el sur-sureste de México −y otras regiones sureñas del globo−, encuentra en la primera línea de resistencia y defensa de los territorios donde se generan las materias primas a la mujer, con su crítica feminista al progreso y a la noción de desarrollo; a la ciencia como instrumento de la dominación imperialista; a la mercantilización y destrucción de la naturaleza y de la vida; a la razón heteropatriarcal del capitalismo occidental, con la triple opresión reproductiva, doméstica y laboral de las mujeres; al armamentismo, el militarismo y el paramilitarismo, predominantemente machistas; es decir, la mujer como sujeto protagónico de una sociedad que rebase al actual sistema de dominación clasista, junto con los trabajadores, los campesinos y los habitantes pobres de las ciudades.

Desigualdad y discriminación matan a las mujeres


Monedero



“Matar es la culminación de la desigualdad social”, apuntó la profesora de la Universidad de California, Berkeley, Judith Butler: “Las mujeres son asesinadas no por lo que hacen, sino por lo que son”. Las mujeres son asesinadas no en función de lo que hacen, sino de lo que se percibe que son, y por la jerarquía que tienen en un sistema dominado por los hombres”.
Y México es un país muy desigual y de alta discriminación en todas las esferas, esto provoca que la situación de las mujeres -en especial jóvenes y adultas mayores- sea muy crítica, fácilmente son presa de la violencia y la pobreza, acompañada de la impunidad del Estado.
Algunos de los hallazgos del importante estudio que publicó Oxfam en julio de 2019, titulado “Por mi raza hablará la desigualdad. Efectos de las características étnico-raciales en la desigualdad de oportunidades en México”, lo señalan:
“Entre las mujeres es donde se encuentran contrastes estadísticamente significativos de manera más frecuente. Esto sugiere un efecto de interseccionalidad, según el cual, las desigualdades étnico-raciales son más marcadas para las mujeres que para los hombres.
Por otra parte, llama la atención que sea en la dimensión económica en la que las características étnico-raciales tengan mayores efectos para las mujeres que para los hombres.
Esto es particularmente notorio en los modelos ajustados, pues controlan por la condición socioeconómica de origen. Así, en esta dimensión, 86 por ciento de los contrastes étnico-raciales generó diferencias estadísticamente significativas para las mujeres, frente a solo 45 por ciento entre los hombres”.

El estudio de Oxfam encuentra que el tono de piel marca una diferencia al momento de conseguir empleo, dado que quienes tienen rasgos físicos indígenas tienden a ser menos aceptados por las empresas que quienes tienen aspecto blanco.
Pero este efecto se observa para las mujeres y no para los varones, lo cual sugiere que la discriminación cromática sólo se hace efectiva cuando se combina con el género como eje adicional de desigualdad: “Y dentro de esta plétora de discriminación, ser mujer indígena es la que genera una marea en contra más fuerte. La desigualdad de oportunidades de hoy todavía se alimenta de la discriminación y el racismo del pasado”.
El informe muestra cómo la desigualdad de oportunidades, así como la desigualdad de ingreso, de riqueza, de género y la motivada por características étnico-raciales son resultado de decisiones de políticas públicas y pueden ser revertidas con las políticas adecuadas.
Desde esta mirada en México URGEN políticas públicas para resolver la desigualdad y la violencia de la que son objeto las mujeres; el climax de esta violencia que son los casos de feminicidio. Como bien dice Sabina Berman “matan a las mujeres cotidianamente con la desigualdad y la discriminación y luego, las asesinan físicamente”.
En medio de una trenza de impunidad y complicidades que obviamente tiene que atender el Estado (a veces también forma parte de esa trenza) con políticas públicas “urgentes”.
El estudio de Oxfam recuerda que “la desigualdad también se expresa en el ejercicio efectivo de los derechos civiles, políticos y sociales. Esto revela que México es una sociedad con alta desigualdad, tanto distributiva, como de oportunidades.”
La discriminación -que se acentúa en las mujeres-, es un mecanismo clave para explicar la desigualdad de oportunidades.

Por ello, es indispensable entender las características socioeconómicas de origen y las étnico-raciales como dimensiones entrelazadas por una historia de confluencia de desigualdades socioeconómicas y étnico-raciales. En el caso de género se debe abordar con el enfoque de la interseccionalidad que surge del feminismo negro crítico (Crenshaw 1989).
Es decir, bajo este enfoque, las desigualdades se estructuran a partir de la interrelación de múltiples niveles de injusticia social, pues se entretejen la discriminación étnica y racial, el sexismo y la opresión de clase, entre otras formas de discriminación. Adoptar una perspectiva interseccional para analizar la desigualdad de oportunidades supone considerar que las brechas existentes resultan de los efectos conjuntos de sus determinantes.
Así, las desigualdades sociales responden a la confluencia de posiciones (des)ventajosas de (al menos) clase, género y pertenencia étnica y racial, lo que se traduce en una asignación (des)favorable de oportunidades”.
“En pocas palabras, la desigualdad de oportunidades de hoy todavía se alimenta de la discriminacion”. En el estudio se utilizó un índice de orígenes sociales (IOS), el efecto simultáneo de las condiciones socioeconómicas de la familia de origen. que es un indicador multidimensional de la posición socioeconómica de la familia. incluye tres dimensiones: la educativa, la ocupacional, y la económica”.
En el nivel o cuartil I la disponibilidad de bienes como automóvil o camioneta, otra vivienda o apartamento, o recursos financieros como cuentas bancarias o tarjetas de crédito, era prácticamente nula. En promedio, dormían 5 personas por cuarto en las familias de este estrato. Los níveles se clasificación en cuartiles del I al IV y como se aprecia claramente en la gráfica las diferencias en la calidad de vida son enormes.
Por ejemplo, únicamente el 2.5 por ciento de las personas del nivel I disponen de lavadora, mientras que las del nivel IV son 78 de cada 100, esto se repite en los renglones de: teléfono fijo, tarjeta bancaria, automóvil, agua entubada en vivienda, o refrigerador. Todos elementos básicos en la calidad de vida, que obviamente es tremendamente desigual.

CARACTERÍSTICAS ÉTNICO-RACIALES SON DISTINTOS PARA HOMBRES Y MUJERES

Según el informe ser hablante de lengua indígena y tener un tono de piel oscuro genera mayores desventajas ocupacionales para las mujeres, mientras que la autoadscripción étnico-racial como indígena, negro o mulato, se asocia con mayores desventajas entre los hombres.
La probabilidad de alcanzar la educación superior es 26 y 35 por ciento menor para quienes hablan lenguas indígenas; para las mujeres es 73 por ciento menor respecto a las mujeres no hablantes de leguas indígenas.
En el empleo, el estudio indica que la desigualdad de género es más alta, 38 menos de oportunidades para hombres hablantes y 68 por ciento para mujeres hablantes.
No hay vuelta de hoja, resolver o por lo menos disminuir los niveles de desigualdad de las mujeres es indispensable, no sólo para que mejore su situación económica o su capilaridad social, que desde luego son muy importantes. También para que puedan vivir, es un asunto de superviviencia. Es una gran verdad: “Matar es la culminación de la desigualdad social”, Judith Butler.
*Economista especializada en temas de género
Twitter @ramonaponce

CIMACFoto: César Martínez López
Por: Carmen R. Ponce Melédez*
Cimacnoticias | Ciudad de México.

Mecanismos como la AVG en universidades, propone experta


En universidades se reproduce discriminación contra las mujeres


En el segundo día del foro “Reflexiones actuales sobre feminicidio” llevado a cabo durante el 22 y 23 de agosto en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) la abogada feminista Andrea Medina Rosas, señaló que uno de los ejes principales para hacer frente a la violencia feminicida es erradicar la impunidad. “Tiene que ver con la impunidad del Estado, pero también con la impunidad social”.
En ese sentido Medina Rosas destacó que para enfrentarla seguirá pugnando por implementar en las universidades un mecanismo similar a las Alertas de Violencia Género (AVG) “porque es donde se enseña la discriminación y misoginia y eso produce que todos los egresados la reproduzcan y construyan una impunidad social”.
El mecanismo de AVG se estableció en 2007 en la Ley de General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV) como un conjunto de medidas coordinadas por los tres niveles de gobierno para terminar con la violencia feminicida y con cualquier trato jurídico que impida el pleno ejercicio de los Derechos Humanos de las mujeres.
Actualmente este mecanismo sólo se aplica en territorios determinados (municipio o entidad federativa); la AVG está activa en 411 municipios de 18 estados de la República Mexicana.
En el caso de las instituciones de educación superior, lo más cercano a medidas para atender la violencia de género son los protocolos de atención para la violencia de género, que según el Observatorio Nacional para la Igualdad de Género en las Instituciones de Educación Superior (ONIGIES) están implementados en 20 de 40 universidades del país para hacerle frente a las agresiones contra alumnas y trabajadoras.
Pese a la existencia de estos protocolos hacen falta mecanismos de acción que realmente apoyen el proceso de denuncia de las alumnas y trabajadoras víctimas de violencia en las universidades porque “a veces el mayor daño que van viviendo -las víctimas- es el aislamiento y polarización que se da en su entorno social además de la violencia institucional” señaló la abogada Medina Rosas durante su participación en la mesa “Feminicidio. Casos, justicia y derecho”, en la que se señalaron las fallas en el acceso a la justicia en casos de violencia de género.
CIMACFoto: Hazel Zamora Mendieta
Por: Carolina Huerta García
Cimacnoticias | Ciudad de México.-

Protestas por la vida de las mujeres no deben dar marcha atrás: Patricia Olamendi


“La indignación, el coraje y el enojo no se nos tiene que quitar” 


Tras indicar que la violencia contra las mujeres en México debe ser tratada como un asunto de seguridad nacional, la directora del Instituto en Formación de Justicia y Derechos Humanos, Patricia Olamendi Torres, señaló que las protestas por la vida de las mujeres no deben dar marcha atrás. “La indignación, el coraje y enojo no se nos tiene que quitar”, sostuvo.
De visita el 23 de agosto por Oaxaca para ofrecer la conferencia magistral “Derechos Sexuales y Reproductivos de las Mujeres en México, Mitos y Desafíos”, organizado por el Instituto Municipal de la Mujer del ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, Olamendi Torres, quien es una de las pioneras en la elaboración de distintas leyes a favor de la igualdad, víctimas de delitos y no discriminación, manifestó que hoy los movimientos tienen que estar enfocados a la protesta para el cumplimiento de las leyes ya construidas.
“Hoy surge por primera vez en México un movimiento enfocado a la protesta porque en muchos años el movimiento feminista en México se enfocó a proponer, a hacer leyes, a hacerles los programas a investigación, a documentar, a entregar propuesta de política pública, es decir, que les hemos hecho la tarea en los últimos 30 años (...) Protestemos más contra las arbitrariedades y exijamos que los derechos que hemos logrado se cumplan”, dijo.
Actualmente, señaló la abogada, las estadísticas y encuestas de violencia contra las mujeres en México son aterradoras. “No deja de sorprenderme e indignarme lo que sucede en el país, compartimos un sentimiento mutuo de enojo”.

SE LEGISLA Y SANCIONA A LAS MUJERES BAJO IDEAS CATÓLICAS

Por otro lado, al abordar el tema de los derechos sexuales y reproductivos, Olamendi Torres señaló que las mujeres no pueden seguir siendo oprimidas y criminalizadas con base en ideas religiosas. “Los pecados no pueden seguir siendo delitos. Tenemos que poner un alto a esto porque mucha de la idea de lo que es pecado para algunas religiones lo han establecido como delitos para las mujeres. Estamos pagando penitencias y cárcel”, señaló.
Los derechos sexuales y reproductivo, expuso, son un indicador de qué tanta autonomía tienen las mujeres. Al rememorar el inicio de esta lucha recordó que fue a finales de los 60 cuando el movimiento feminista en el mundo acuñó la frase “Mi cuerpo es mío”, una idea que motivó una revolución que, sin embargo, no ha terminado de triunfar ante la criminalización del aborto, la obligatoriedad a la lactancia materna, la decisión del número de hijos e hijas a procrear, la utilización de métodos anticonceptivos, así como las relaciones sexuales forzadas.
“Los cuerpos de las mujeres a lo largo de la historia han sido utilizados como objetos para la reproducción”, enfatizó la abogada feminista.
En este sentido la especialista en temas de género alertó sobre algunas prácticas que se mantienen como usos y costumbres de comunidades de Oaxaca en donde las mujeres son vistas como objetos a quienes se les puede “raptar” para el matrimonio o sometidas a revisiones médicas para demostrar su virginidad.
“Todavía seguimos hablando en este estado de violencia como usos y costumbres: se llevó a la chamaca, la violó, pero luego se casó, la embarazó y tiene que ser madre. No solamente han tomado el cuerpo de las mujeres también el de las niñas y siguen tomándolo como costumbre”.
Agregó que hay padres que llevan a sus hijas menores de edad ante el médico para que las revisen y cercioren si aún no han sostenido relaciones sexuales. Dicha práctica -apuntó- pude ser considerado como violación sexual y también violación a los Derechos Humanos.

Imagen retomada del Instituto Municipal de la Mujer Oaxaca
Por: Citlalli López Velázquez, corresponsal
Cimacnoticias | Oaxaca, Oax.