La fastuosa ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024 terminóconvirtiéndose en un transgresor espectáculo de cabaret para adultos,alejado de los principios éticos que deben orientar la conmemoracióndel evento deportivomás relevante a nivel mundial. Más allá de la espectacularidad y lodesconcertanteque resultaron algunas actuaciones, salta a la vista la fragrante violación de los principios y normas de la Carta Olímpicapor parte del Comité organizador francés (CENOSF), al haberseincurrido en discriminación por razón de sexo y por motivosreligiosos.Los agravios contra la dignidad y los derechos de las mujeres no habrían sucedido con ningún otro grupo humano. Y los insultos a las creencias y símbolos religiosos no se habrían tenido con ningún otro culto. De la ceremonia inaugural,podemos resaltar tres cuestiones principales:
La paridad en la participación entre mujeres y hombres
Laprimera, y fundamental, es la toma colectiva de conciencia de la gran importancia de la CEDAW, la Declaración de Brighton de 1994, la Carta Olímpica, y los demás instrumentos internacionales de protección de los derechos de las mujeres, así como de las leyes y políticas públicas que reconocen la igualdaddederechos, trato y oportunidades para mujeres y hombres. Por primera vez en los 128 años de celebración de las Olimpiadas, tenemos paridad entre mujeres y hombres deportistas en la representación y participación, ya que de los 10.500 atletas, la mitad son mujeres y la otra mitad hombres.
Sin duda, la paridad supone un merecido y justo avance en la lucha por la igualdad, pero no olvidemos que hemos debido esperar 128 añosde lucha feminista para que la paridad en la participaciónen las Olimpiadas fuera una realidad. Lo más significativo de estos datos es que debemos seguir trabajando con más ahínco, si cabe, para lograr que esa igualdad de derechos y oportunidades se refleje también en el trato que reciben las mujeres deportistas en materia de remuneración y reconocimiento social de su profesión, especialmente en los medios de comunicación, que las siguen invisibilizando o relegando. Así como también la necesidad de garantizar la protección por embarazo, lactancia y maternidad ydereforzar las garantías frente a las distintas formas discriminación y de violencia sexual y acoso que siguen sufriendo las deportistas por el hecho de ser mujeres.
Y, lo que es más urgente en nuestra realidad actual, que se proteja de forma eficaz la categoría femenina en los deportes, garantizando el cumplimiento de la regla del juego limpio, máxima fundamental que rige en materia deportiva, para lo que resulta indispensable que se asegure desde el COI, los Estados y todas las Federaciones y organizaciones internacionales deportivas que sólo las nacidas mujeres puedan participar en la categoría femenina, sin excepción.
Esto quiere decir, que los nacidos varones, al margen de sus percepciones internas, deben participar en la categoría correspondiente a su sexo, pues los deportes se practican con el cuerpo (el sexo),y no con los sentimientos y roles y estereotipos con los que se identifican (el género).
De las Olimpiadas de París esperamos que quede categóricamente establecido en las normas y protocolos del COI, y la interpretación de las mismas,que sólo se puede hablar de igualdad de derechos entre mujeres y hombres, si se protegen de forma efectiva los derechos de las mujeres deportistas, garantizando que la categoría femenina sea sólo para las mujeres y niñas.
El homenaje feminista a las mujeres ilustres de Francia
Lo más destacable de la ceremonia de los Juegos Olímpicos de París ha sido, sin duda, el justo reconocimiento que se hizopor parte del país que es cuna de algunas de las mujeres que cambiaron la historia de la humanidad.
Aunque los datos relativos y absolutos referentes a la violencia machista indican que Francia es un país que necesita reformas sociales y políticas profundas para combatir lasdiversas formas de discriminación y violencia estructural que persisten contra las mujeres y niñas, no es menos cierto que enel país galo también se honra la figura de las mujeres, cuyo ejemplo más emblemático es la Marianne, que representa a la venerada República francesa. Además, es de reconocer que tiene dos leyes de excepcional importancia para la defensa de los derechos de las mujeres y niñas: la ley Veil, elevada a canon constitucional, y la ley abolicionista de la prostitución, avalada por el TEDH.
Por ello, es de justicia recordar en las Olimpiadas a las mujeres que han dejado una marca indeleble en la historia de Francia y de la misma humanidad, por su importante defensa de la valía femenina y de los derechos de las mujeres. Es de celebrar, pues, el reconocimientoen el acto de inauguración de las Olimpiadas delasvidas y contribuciones de las diez mujeres francesas homenajeadas: Christine de Pizan, Olympe de Gouges, Paulette Nardal, Jeanne Barret,Alice Milliat, Gisèle Halimi, Simone de Beauvoir, Louise Michel, Alice Guy y Simone Veil. Listado al que habría que añadir a las dos francesas más universales: Juana de Arco y Marie Curie.
La transgresión de la Carta Olímpica.De la fraternité a la diversitéqueer
No obstante lo anterior, también hemos asistido con estupefacción al ofensivo y esperpéntico espectáculo de la performance queer de una ‘Última Cena’, interpretada por individuos caracterizados con la indumentaria, el maquillaje y las expresiones gestuales del concepto hipersexualizado, deformado e histriónico de lo que los hombres misóginosconsideranque es la feminidad, conocido como el show drag queen.
Cabe decir que a esta representación vulgar y burlesca ya le había precedidola escenificada por el drag ‘Mínima Gesté’, elegido junto a otro hombre, para portar la antorcha olímpica durante su recorrido por el distrito 19 de París, el pasado día 14 de julio, durante la celebración de la Fiesta Nacional Francesa, a invitación de la alcaldesa de París, la política de origen español, Anne Hidaldo. Es decir, la “paridad” la escenificaban dos hombres, uno ellos ataviado de drag.
Resulta inconcebible el protagonismo que se les ha dado a los dragen los JJOO, porque valida la misoginia que comportan estos shows. Si en los JJOO se hubiera tomado al otro grupo humano que más opresión y violencia ha sufrido,después de las mujeres, las consecuencias de esta transgresión habrían sido muy distintas:si existe consenso el considerar como actos de racismo intolerablesver a gente de origen europeo disfrazarse de gente de origen africano, pintándose la piel, exagerando las facciones, las expresiones corporales y otras manifestaciones de su cultura, ¿por qué no se considera misoginia ver a hombres disfrazándose con estereotipos que se atribuyen a las mujeres, ridiculizando su figura y simbolismo hasta los extremos más ofensivos e inaceptables?Pues porque las objeto de degradación somos las mujeres y, como grupo humano oprimido por el grupo dominante, se espera que toleremos todos los agravios. ¿En queda, “la sororité”,como insignia de esta ceremonia?
Hay quienes alegan que el espectáculo “drag” es una manifestación de arte y de libertad de expresión, dentro de un supuesto ejercicio de tolerancia. Discrepo totalmente. Lo dragno es arte, porque utiliza la figura de las mujeres para desfigurarla y corromperla, haciendo mofa de los estereotipos y roles sexistas que se imponen a las mujeres. Un espectáculo tan grotesco y vejatorio loaleja delos cánones del arte. Lo drag tampoco es libertad de expresión, porque se basa en la humillación y la degradación pública de las mujeres, de nuestra dignidad y lo que representamos por nuestra biología, para propiciar la burla y el menosprecio colectivo, traspasando todos los límites de la libertad de expresión, que bien sabemos no ampara el insulto ni el escarnio.
Al ultrajar y despreciar abiertamente a las mujeres, convirtiéndolas en objeto de afrenta y bufonada pública; así como a los sentimientos religiosos de las mujeres y hombres cristianos, única religión a la que se atreven adesafiar, y al permitirse la participación de menores en dicho espectáculo, la organización de los Juegos Olímpicos de París ha infringidogravemente las normas y principios de la Carta Olímpica, vigente desde el 23/10/2023, a la que están obligados.
Entre las normas infringidas destacan, los Principios Fundamentales del Olimpismo, Nº 1, 2, 4, 6, que establecen con meridiana claridad que:
“El Olimpismo es una filosofía de vida, que exalta y combina en un conjunto armónico las cualidades del cuerpo, la voluntad y el espíritu. Al asociar el deporte con la cultura y la educación, el Olimpismo se propone crear un estilo de vida basado en la alegría del esfuerzo, el valor educativo del buen ejemplo, la responsabilidad social y el respeto de los derechos humanos reconocidos internacionalmente y los principios éticos fundamentales universales dentro del ámbito de competencia del Movimiento Olímpico”.
“El objetivo del Olimpismo es poner siempre el deporte al servicio del desarrollo armónico del ser humano, con el fin de favorecer el establecimiento de una sociedad pacífica y comprometida con el mantenimiento de la dignidad humana”.
“El disfrute de los derechos y libertades establecidos en esta Carta Olímpica debe garantizarse sin ningún tipo de discriminación, ya sea por raza, color, sexo, religión…”
“Art. 50. Publicidad, manifestaciones, propaganda 1. Excepto cuando lo autorice la Comisión Ejecutiva del COI en casos excepcionales, no se permitirá ningún tipo de anuncios ni publicidad…. 2.No se permitirá ningún tipo de manifestación ni propaganda política, religiosa o racial en ningún emplazamiento, instalación u otro lugar que se considere parte de los emplazamientos olímpicos”.
Vistas las infracciones cometidas, resulta exigible que el COI dé aplicación al Régimen de Medidas y Sanciones previsto en la Carta Olímpica, para lo que resulta imperioso que abra una investigación,a fin de depurar las responsabilidades en las que hayan incurridoel ComitéOrganizador francés, al violarseen el acto inaugural la dignidad y los derechos de las mujeres, así como los sentimientos religiosos de las mujeres y hombres cristianos y permitir la participación de menores de edad en edad escolar, inobservando las normas, principiosy códigos éticos que establecen límites de edad.
Francia, país conocido por su devoción a la libertad, la igualdad y la fraternidad, estátrasformando sus valores democráticos, para abrazar el dogma queerdeuna diversidad malentendida, porque la llamada ‘diversidad’ queersólo se centra en defender hasta el paroxismo las distintas formas en las que se expresan los hombres misóginos no hegemónicos del siglo XXI.
Resulta insólito tener que recordar que humillar a las mujeres, violando nuestros derechos y dignidad, no es un derecho de los hombres. Por el contrario, es una violación de los DDHH de las mujeres que los Estados y organizaciones internacional deben garantizar, conforme establecen las normas que nos protegen.
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