Editado
por la OCDE y con prólogo de su secretario general, la recopilación
Getting it Right (Haciéndolo bien) presenta coincidencias muy precisas
con el plan de gobierno del presidente mexicano. Muchas de las
recomendaciones del organismo internacional ya se han puesto en
práctica en los primeros meses de gobierno, y el resto, seguramente
están en la agenda
"La gran mayoría de los mexicanos trabajan en condiciones rudimentarias,
muchas veces de subsistencia, en negocios informales"
Presidente de México
"En el eventual caso de establecerse, se debería compensar a través de
programas sociales a las familias pobres que se verían afectadas por una
imposición del IVA a alimentos y medicinas"
Secretario de Hacienda. Entrevista de Reuters en marzo de 2012
En la segunda semana de enero se encuentran por tercera vez. Se cumple así
lo que en 1993 profetizó el titular del organismo internacional (Gurría).
Dijo que la ‘era Salinas’ duraría 25 años
José
Ángel Gurría le habla al oído a Enrique Peña Nieto. La Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que dirige el
tamaulipeco, editó a finales del año pasado un libro que resulta un
manual para las reformas estructurales del gobierno federal, casi una
calca.
Las paridades entre el libro “Getting it Right” (Haciéndolo bien) y
las medidas implementadas por el ejecutivo federal llegan hasta el uso
de las mismas frases.
El libro, entregado formalmente a Peña Nieto por el secretario
general de la OCDE en enero de este año, indica qué reformas iniciar
primero, qué medidas incluir en los planes secundarios de gobierno y
qué enfoque dar a los asuntos más polémicos de estos “cambios
estructurales”.
La perspectiva es inamovible en sus prioridades: apertura a la
inversión privada, protección de los capitales, fomento al crecimiento
de una economía con enfoque global.
Los primeros meses del gobierno de Peña Nieto muestran una
obediencia casi absoluta de este manual con las acciones ejecutivas. Se
refleja propuesta por propuesta.
En recompensa, Peña Nieto ha obtenido un apoyo irrestricto. El
proceso se observa como una bitácora simple en que la medida aparece en
el libro, se anuncia por el gobierno, y es respaldada por la OCDE con
un reconocimiento público.
Cooperación para crecer
La foto es de septiembre del año pasado. Todavía Peña Nieto era
presidente electo, pero ya firmaba con la OCDE un acuerdo de
cooperación que enfocaría su gobierno.
En la imagen sonríen complacidos Peña Nieto y José Ángel Gurría,
secretario general de la organización, exsecretario de Hacienda de
Ernesto Zedillo y exdirector de Bancomext en el gobierno de Carlos
Salinas.
A su lado también lo hacen el procurador Jesús Murillo Karam y el secretario de Hacienda, Luis Videgaray.
Dos meses más tarde nuevamente se dan la mano en un acto público.
Gurría recibe en la entrada de la sede de la OCDE en París a Peña
Nieto, durante su gira por Europa antes de tomar posesión.
El mandatario electo da una conferencia magistral en el recinto y es
calificado por Gurría como el “líder de una nueva generación de
mexicanos”.
En la segunda semana de enero se encuentran por tercera vez. Se
cumple así lo que en 1993 profetizó el titular del organismo
internacional. Dijo que la “era Salinas” duraría 25 años.
Durante el evento de enero Gurría entrega en propia mano al
presidente, ya en funciones, el manual de “Getting it Right. Agenda
estratégica para las reformas en México”.
El libro es distribuido gratuitamente por la OCDE en su sitio web. Tiene fecha de edición en diciembre.
La justificación es que toma en cuenta los 13 puntos que delineó
Peña Nieto en su discurso de toma de posesión, y los 95 compromisos del
Pacto por México.
Pero un análisis más detallado del documento revela que las coincidencias van desde el enfoque de las políticas.
Se observan incluso desde la campaña presidencial, mucho antes de
que iniciaran estos encuentros públicos y se imprimiera el libro
editado por el organismo internacional.
Por el desarrollo
Sobre recomendaciones hechas por el organismo internacional existen coincidencias en medidas ya implementadas.
Las coincidencias se delinean a relieve en el documento.
Entre las “reformas estructurales” que el manual de Gurría pone
sobre la mesa a Peña Nieto la primera es “elevar el aprovechamiento
educativo”.
La reforma educativa fue la primera que promulgó Peña Nieto, el 25
de febrero. En este cambio legal la OCDE recomendó específicamente
“eliminar la interferencia sindical en la administración de los
recursos dedicados a la enseñanza”.
Se eliminó obedientemente. La lideresa sindical Elba Esther Gordillo
fue detenida por delitos de malversación de fondos del sindicato al día
siguiente de la promulgación de esta reforma, el 26 de febrero.
La segunda prioridad de Gurría fue “reducir la protección al empleo
sujeto a contratos formales”. El libro se enorgullece de que México
haya aprobado la reforma laboral, promulgada por Felipe Calderón dos
días antes de dejar su mandato, el 29 de noviembre.
Aunque fue aprobada aún por el PAN en el gobierno, el voto
determinante del PRI hizo que se considerara como la primera reforma de
Peña Nieto.
Para la OCDE es muy beneficioso que esta reforma haya estado
“orientada a reducir el costo de contratar y despedir trabajadores
regulares, facilitar contratos a plazos más cortos y simplificar
considerablemente los procedimientos judiciales en materia laboral”.
Su principal virtud, de acuerdo con el organismo, era mejorar la flexibilidad laboral.
Peña Nieto ya se había referido a este término durante su gira por
Chile en septiembre del año pasado. Allí anunció que “la reforma
laboral (…) permitirá que México tenga mayor flexibilización en el
mercado laboral”.
Este nuevo mercado laboral necesitaba por fuerza eliminar “la
excesiva protección al empleo y los altos costos no salariales
prevalecientes”, según la OCDE.
Se cumplieron sus deseos. La reforma en esta materia eliminó las
trabas para contratación de empleados por periodos de prueba y redujo a
un año la obligación del patrón para pagar salarios caídos, en caso de
un litigio laboral.
En tercer punto de las prioridades que la OCDE “recomendó” a México
está la eliminación de las barreras de entrada y salida a la
competencia. La primera era en telecomunicaciones.
Estas barreras, junto a los monopolios, son de los principales obstáculos para el crecimiento de la economía mexicana.
Los monopolios, publicó la OCDE en diciembre, “siguen afectando a
varios mercados de México, aumentando el costo de los negocios”.
Editado
por la OCDE y con prólogo de su secretario general, la recopilación
Getting it Right (Haciéndolo bien) presenta coincidencias muy precisas
con el plan de gobierno del presidente mexicano. Muchas de las
recomendaciones del organismo internacional ya se han puesto en
práctica en los primeros meses de gobierno, y el resto, seguramente
están en la agenda
"La gran mayoría de los mexicanos trabajan en condiciones rudimentarias,
muchas veces de subsistencia, en negocios informales"
Presidente de México
"En el eventual caso de establecerse, se debería compensar a través de
programas sociales a las familias pobres que se verían afectadas por una
imposición del IVA a alimentos y medicinas"
Secretario de Hacienda. Entrevista de Reuters en marzo de 2012
En la segunda semana de enero se encuentran por tercera vez. Se cumple así
lo que en 1993 profetizó el titular del organismo internacional (Gurría).
Dijo que la ‘era Salinas’ duraría 25 años
José
Ángel Gurría le habla al oído a Enrique Peña Nieto. La Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que dirige el
tamaulipeco, editó a finales del año pasado un libro que resulta un
manual para las reformas estructurales del gobierno federal, casi una
calca.
Las paridades entre el libro “Getting it Right” (Haciéndolo bien) y
las medidas implementadas por el ejecutivo federal llegan hasta el uso
de las mismas frases.
El libro, entregado formalmente a Peña Nieto por el secretario
general de la OCDE en enero de este año, indica qué reformas iniciar
primero, qué medidas incluir en los planes secundarios de gobierno y
qué enfoque dar a los asuntos más polémicos de estos “cambios
estructurales”.
La perspectiva es inamovible en sus prioridades: apertura a la
inversión privada, protección de los capitales, fomento al crecimiento
de una economía con enfoque global.
Los primeros meses del gobierno de Peña Nieto muestran una
obediencia casi absoluta de este manual con las acciones ejecutivas. Se
refleja propuesta por propuesta.
En recompensa, Peña Nieto ha obtenido un apoyo irrestricto. El
proceso se observa como una bitácora simple en que la medida aparece en
el libro, se anuncia por el gobierno, y es respaldada por la OCDE con
un reconocimiento público.
Cooperación para crecer
La foto es de septiembre del año pasado. Todavía Peña Nieto era
presidente electo, pero ya firmaba con la OCDE un acuerdo de
cooperación que enfocaría su gobierno.
En la imagen sonríen complacidos Peña Nieto y José Ángel Gurría,
secretario general de la organización, exsecretario de Hacienda de
Ernesto Zedillo y exdirector de Bancomext en el gobierno de Carlos
Salinas.
A su lado también lo hacen el procurador Jesús Murillo Karam y el secretario de Hacienda, Luis Videgaray.
Dos meses más tarde nuevamente se dan la mano en un acto público.
Gurría recibe en la entrada de la sede de la OCDE en París a Peña
Nieto, durante su gira por Europa antes de tomar posesión.
El mandatario electo da una conferencia magistral en el recinto y es
calificado por Gurría como el “líder de una nueva generación de
mexicanos”.
En la segunda semana de enero se encuentran por tercera vez. Se
cumple así lo que en 1993 profetizó el titular del organismo
internacional. Dijo que la “era Salinas” duraría 25 años.
Durante el evento de enero Gurría entrega en propia mano al
presidente, ya en funciones, el manual de “Getting it Right. Agenda
estratégica para las reformas en México”.
El libro es distribuido gratuitamente por la OCDE en su sitio web. Tiene fecha de edición en diciembre.
La justificación es que toma en cuenta los 13 puntos que delineó
Peña Nieto en su discurso de toma de posesión, y los 95 compromisos del
Pacto por México.
Pero un análisis más detallado del documento revela que las coincidencias van desde el enfoque de las políticas.
Se observan incluso desde la campaña presidencial, mucho antes de
que iniciaran estos encuentros públicos y se imprimiera el libro
editado por el organismo internacional.
Por el desarrollo
Sobre recomendaciones hechas por el organismo internacional existen coincidencias en medidas ya implementadas.
Las coincidencias se delinean a relieve en el documento.
Entre las “reformas estructurales” que el manual de Gurría pone
sobre la mesa a Peña Nieto la primera es “elevar el aprovechamiento
educativo”.
La reforma educativa fue la primera que promulgó Peña Nieto, el 25
de febrero. En este cambio legal la OCDE recomendó específicamente
“eliminar la interferencia sindical en la administración de los
recursos dedicados a la enseñanza”.
Se eliminó obedientemente. La lideresa sindical Elba Esther Gordillo
fue detenida por delitos de malversación de fondos del sindicato al día
siguiente de la promulgación de esta reforma, el 26 de febrero.
La segunda prioridad de Gurría fue “reducir la protección al empleo
sujeto a contratos formales”. El libro se enorgullece de que México
haya aprobado la reforma laboral, promulgada por Felipe Calderón dos
días antes de dejar su mandato, el 29 de noviembre.
Aunque fue aprobada aún por el PAN en el gobierno, el voto
determinante del PRI hizo que se considerara como la primera reforma de
Peña Nieto.
Para la OCDE es muy beneficioso que esta reforma haya estado
“orientada a reducir el costo de contratar y despedir trabajadores
regulares, facilitar contratos a plazos más cortos y simplificar
considerablemente los procedimientos judiciales en materia laboral”.
Su principal virtud, de acuerdo con el organismo, era mejorar la flexibilidad laboral.
Peña Nieto ya se había referido a este término durante su gira por
Chile en septiembre del año pasado. Allí anunció que “la reforma
laboral (…) permitirá que México tenga mayor flexibilización en el
mercado laboral”.
Este nuevo mercado laboral necesitaba por fuerza eliminar “la
excesiva protección al empleo y los altos costos no salariales
prevalecientes”, según la OCDE.
Se cumplieron sus deseos. La reforma en esta materia eliminó las
trabas para contratación de empleados por periodos de prueba y redujo a
un año la obligación del patrón para pagar salarios caídos, en caso de
un litigio laboral.
En tercer punto de las prioridades que la OCDE “recomendó” a México
está la eliminación de las barreras de entrada y salida a la
competencia. La primera era en telecomunicaciones.
Estas barreras, junto a los monopolios, son de los principales obstáculos para el crecimiento de la economía mexicana.
Los monopolios, publicó la OCDE en diciembre, “siguen afectando a
varios mercados de México, aumentando el costo de los negocios”.
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