Los casos del futbolista Cuauhtémoc Blanco y del payaso “Lagrimita” son
ejemplos de los nuevos personajes que buscan un lugar en la arena
política.
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Vivimos en un país que ha adoptado un sistema democrático, que de
acuerdo con el artículo 3º constitucional, se considera como un sistema
de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y
cultural del pueblo (democracia social.) Por otro lado, en la de
democracia representativa prevalece la idea de que la decisión de la
mayoría es el método más equitativo para gobernar una comunidad
política, sin que se deje de respetar la dignidad de las demás personas
que conforman a la comunidad. Todo individuo tiene derecho a participar
en igualdad de circunstancias en la vida política del país.
En todo caso, para la democracia, entendida como “forma de gobierno
conforme con la voluntad de la mayoría expresada en elecciones
razonablemente frecuentes con un sufragio casi sin restricciones tras
un debate político realizado con libertad de expresión y de prensa”, la
distribución equitativa del poder es fundamental, pues además de
generar mayor estabilidad política propicia una mayor participación
ciudadana y un respeto a los derechos humanos.
La representación popular, principio de la democracia
representativa, nos permite conformar nuestros órganos políticos con
personas provenientes de distintos grupos sociales, profesiones, grados
académicos y sobre todo, con diferentes experiencias de vida que
aseguran la pluralidad institucional. Participar en la vida política
del país constituye un derecho de toda persona, que de acuerdo con
nuestro marco jurídico, sólo puede ser restringido por razones de edad,
nacionalidad, residencia, instrucción, capacidad civil o mental.
La actividad a la que se dedique una persona no puede afectar la
posibilidad de convertirse en representante popular; sin embargo, en la
práctica pareciera existir en la sociedad un sentimiento de
desconfianza hacia aquellas personas que contienden para un cargo
popular de manera paralela al ejercicio de una actividad que no esté
vinculada directamente con la política.
Artistas, deportistas y otras personas que en principio carecen de
carrera política han desempeñado muchos tipos de cargos públicos. Ana
Gabriela Guevara, conocida primero como medallista olímpica y después
como senadora en la actual legislatura; María Rojo, actriz de teatro,
cine y televisión que cuenta con una carrera política de largo plazo;
Silvia Pinal, entre otros, son ejemplos de personas de los medios
deportivos y de la farándula que han incursionado en la política sin
contar en un principio con experiencia en la materia.
Los casos del futbolista Cuauhtémoc Blanco y del payaso “Lagrimita”
son ejemplos de los nuevos personajes que buscan un lugar en la arena
política. Han sido varios los cuestionamientos que su postulación ha
ocasionado en los medios y en redes sociales, sobre todo, por
considerar que no cuentan con las aptitudes necesarias. “Zapatero a tus
zapatos”, decía uno de los comentarios que leí, como si los futbolistas
no pudieran jugar en la cancha política o si los payasos no pudieran
también participar.
El ser parte del gremio artístico, deportivo o cultural no
imposibilita ejercer un cargo público de conformidad con el marco
legal, asícomo tampoco presupone una falta de capacidad. Existen muchas
críticas al desempeño de los representantes populares, con
independencia de la profesión que ejerzan, de su respaldo político o de
su experiencia. Si como dice nuestra Constitución, el poder público
viene del pueblo y se instituye en beneficio de éste, toda persona debe
tener la posibilidad de participar.
Ya sea a través de un partido político o como candidatos
independientes, son muchos los perfiles que actualmente buscan una
candidatura y que sin importar su profesión, pueden o no ser buenos
políticos. En el ejercicio público todo ciudadano puede intervenir,
pues la representación política busca que un grupo significativo de la
sociedad se encuentre presente simbólicamente en las discusiones y
deliberaciones de los temas de interés público. ¿Qué se necesita para
ser representante popular, además de representar a un sector de la
sociedad?
Si como dice el dicho: “Zapatero a tus zapatos”, entonces también
aplicaría: “Cada ciudadano a su ciudad”. Sin importar a que actividad o
profesión se dedique un ciudadano, éste puede participar en los asuntos
públicos como aspirante a una candidatura. Para ser representante
popular basta con ser ciudadano y no caer en alguna de las
restricciones previstas en ley. Se puede ser futbolista, actor,
pintor, carpintero, o abogado, por ejemplo.
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