Despidos, liquidaciones injustas y violencia laboral
Dos
años después del declive de la industria textil en México –que duró de
1998 a 2013–, las trabajadoras de maquilas y talleres de costura en
esta capital padecen despidos injustificados, liquidaciones injustas, y
otras violaciones a sus derechos laborales.
En 2013, la Cámara Nacional de la Industria Textil reportó que el
sector tuvo una caída de 10 mil millones de pesos “en valor generado”
desde 1998, presuntamente provocado por el contrabando de productos
chinos y vietnamitas.
La crisis trajo consigo ajustes financieros para las empresas de la
industria, que disminuyeron gastos de importación e hicieron recortes,
que afectaron principalmente a su personal (casi en su totalidad
femenino).
Para el caso del DF, el sector sumaba un total de 3 mil 917 personas,
según datos de 2008 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(Inegi). Aunque no está desagregada por sexo, se trata de la cifra
disponible más reciente al respecto.
De acuerdo con Daniel Ramírez Enriques, presidente de la ahora
asociación civil de costureras y costureros del Sindicato 19 de
Septiembre (que se formó como un gremio sindical tras el terremoto de
1985), desde hace dos años inició una ola de despidos de personal de
costura en las grandes empresas y los pequeños talleres en la Ciudad de
México.
El activista asegura que ha recibido más de 20 casos en los recientes dos años, la mayoría individuales pero también colectivos.
La mayoría de las personas que se acercan a la asociación son mujeres
(costureras, cortadoras o planchadoras), a quienes sus patrones
disminuyeron su salario –que de por sí es de menos de 2 salarios
mínimos diarios–, o (en el caso de los colectivos de trabajadoras)
pretendían despedir sin ninguna liquidación.
De acuerdo con Ramírez Enriques, la situación de los pequeños talleres,
algunos improvisados dentro de los hogares, “es peor”, ya que las
trabajadoras tienen contratos temporales o ni siquiera cuentan con
documentos que comprueben su relación laboral.
La asociación civil –que ahora asesora e informa sobre sus derechos
laborales a otras costureras– observó que muchas mujeres también son
despedidas poco tiempo antes de que llegue su jubilación, a fin de no
pagarles esta prestación.
Si bien las integrantes de la asociación –que años atrás se capacitaron
con expertas en derechos laborales– buscan convencer a las trabajadoras
de que exijan a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCyA) que
se les brinden todos los derechos que les corresponden e incluso la
reinstalación, la mayoría de ellas –de bajos recursos y sin
oportunidades laborales– aceptan liquidaciones de hasta 20 mil pesos
aunque les correspondan 100 mil.
Daniel Ramírez explicó que en el DF hay una “competencia voraz” entre
las pocas empresas textiles que sobreviven, y que ya no llegan a las
más de 10 mil que hubo en otros años, por lo que los dueños que
quiebran en esta capital –la mayoría familias extranjeras–deciden ir a
estados donde “tienen más posibilidad de explotar a la gente pobre”.
La asociación Sindicato 19 de septiembre no cuenta desde hace varios
años con el registro sindical, por lo que no puede litigar ni proteger
directamente a las trabajadoras.
En su lugar, la asociación turna los casos al Frente Auténtico del
Trabajo –que alberga el registro de la agrupación– y a la Consultoría y
Defensa de Derechos Humanos Laborales, que se encargan de litigar ante
la JLCyA.
Al respecto, Eduardo Díaz Reguera, integrante de la Consultoría,
explicó a Cimacnoticias que “es común” que los empresarios de las
maquilas realicen “prácticas ilegales” a fin de desproteger a sus
trabajadoras.
Por ejemplo, algunas tienen varias razones sociales o se registran con
datos falsos, y otras pagan a sindicatos “charros” (de protección) para
evadir las demandas laborales.
La mayoría de las maquilas incurre en esas violaciones a la Ley Federal
del Trabajo, y para colmo los juicios tardan mucho tiempo en concluir,
o al menos lo suficiente para que las empleadas elijan cualquier
liquidación y no quieran irse a huelga.
Prueba de esta situación es el caso de la maquila Cartagena, ubicada
sobre Calzada de La Viga, en la delegación Iztapalapa –al oriente de la
capital– que lleva más de dos años cerrada por falta de recursos,
mientras que su personal mantiene un plantón afuera de la empresa y no
ha recibido cada una los 200 mil pesos que merecen por los años
laborados.
Otro caso es el de “María”, una de las 200 mujeres afectadas –con más
de 25 años de antigüedad– tras el cierre de una de las empresas de
costura de Industrias Cavalier, ubicada en la delegación Coyoacán –al
sur del DF–, y que produce ropa de vestir para caballeros.
En este caso, los dueños de la empresa –de origen francés– decidieron
cerrar por supuestos “problemas familiares”, y ofrecieron a las
trabajadoras irse a otra empresa o una liquidación –de diferentes
montos– que a ninguna pareció justa.
Algunas trabajadoras fueron presionadas sin dejarlas salir de la
empresa para que aceptaran la liquidación, y otras presentaron demandas
laborales individuales que siguen pendientes ante la JLCyA. Las mujeres
no contaron con un sindicato independiente que las ayudara a defender
sus derechos.
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Angélica Jocelyn Soto Espinosa
Cimacnoticias | México, DF.-
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