12/08/2015

Sonora: pionero en lucha por la paridad


   De los primeros estados donde se pugnó por cuotas de género


Las mujeres activistas y de los partidos en esa entidad han sido ejemplo de organización, para lograr reformas que les garanticen más cargos de poder.
 
En Sonora, la reforma electoral de 2014 que elevó a rango constitucional la paridad de género en candidaturas federales y estatales (50 por ciento de mujeres y 50 por ciento de hombres), tuvo un impacto sin precedentes en el aumento de la presencia femenina en cargos públicos, al grado que por primera vez en su historia, la entidad ya cuenta con una mujer gobernadora.
 
Pero de ninguna manera fue una concesión graciosa para las mujeres del estado. Fue el logro también de una lucha de más de 20 años en la que las sonorenses organizadas –desde la sociedad civil y los partidos políticos– han pugnado por la igualdad sustantiva en los cargos de poder.
 
Sin importar diferencias ideológicas entre partidos y priorizando la sororidad de género, la insistencia de las mujeres dio su mayor fruto hasta ahora luego de la elección del pasado 7 de junio. 
 
Se trata de organizaciones como Mujeres por la Democracia, Grupo Plural Pro Derechos Políticos de las Mujeres, Red Feminista Sonorense, y Mujeres en Plural, que no cejaron hasta lograr el panorama que hoy abre otro ciclo: el del avance significativo en la paridad “vertical” en las candidaturas al Legislativo estatal y los municipios, donde ahora sí hay presencia equitativa de ambos sexos. 
 
COMBATIVAS DESDE HACE MÁS DE 20 AÑOS 
 
Las sonorenses organizadas siempre han perseguido la igualdad en todos los ámbitos, incluso el de las elecciones. Desde que en 1993 las mujeres se propusieron impulsar acciones afirmativas para incluir las cuotas en la ley electoral, se planteaban algo integral y por ello hablaban del principio de “Equidad, paridad y alternancia”. 
 
Consideraban que la paridad sola no serviría si no se especifica en dónde, quiénes, cuándo, en qué periodo y en qué orden. 
 
A partir de los comicios locales de 1993 había una intención clara de reformar el panorama electoral incluso desde las instituciones encargadas de organizar las votaciones. Se hablaba ya de una ciudadanización de los órganos electorales, candidaturas independientes, partidos políticos regionales, y una nueva distribución distrital en Sonora. 
 
Organizadas en el Grupo Plural Pro Derechos Políticos de las Mujeres, se acercaron a las dirigencias de los partidos para buscar un compromiso con la paridad, pero lo que encontraron fue la resistencia común en todo el país que consideraba que aplicar cuotas era dar “privilegios” a las mujeres. 
 
Lograron el compromiso del entonces gobernador de Sonora, Manlio Fabio Beltrones, quien presentó la iniciativa de reforma que incluía la precisión de que ninguno de los dos sexos podría ocupar más del 80 por ciento de las candidaturas, con lo cual –aunque no lo mencionaba tal cual– se plasmaban las cuotas de género. 
 
A partir de ahí esta disposición, conocida como “80-20”, asignaba 20 por ciento de las candidaturas a las mujeres, como si en automático la minoría debiera ser para ellas, mientras que los hombres conservaban la mayoría. 
 
Sonora se convirtió así en la primera entidad en instrumentar las cuotas electorales de género, lo cual quedó plasmado en la Ley Electoral del estado, promulgada en noviembre de 1993. 
 
Tres años después, el entonces Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales incluiría la cuota 70-30 en el mismo sentido que en Sonora. 
 
Su redacción era: “Los partidos políticos nacionales considerarán en sus estatutos que las candidaturas a diputados y senadores no excedan el 70 por ciento para un mismo género”. Luego, las reformas de 2002 y 2008 especificarían la cuota 60-40.
 
LUCHA QUE RINDIÓ FRUTOS 
 
Todo lo anterior fue preámbulo para llegar al proceso electoral de 2015 en condiciones normativas de obligatoriedad, no de sugerencia. La paridad “vertical” ha logrado que los resultados de las recientes elecciones en Sonora impacten en una presencia paritaria sin precedente. 
 
Sin embargo, las mujeres organizadas continuarán la lucha, pues todavía consideran que está pendiente lograr la paridad “horizontal” que permita tener exactamente igual número de candidatas a las alcaldías por parte de todos los partidos. Pues si bien las fórmulas incluyeron mitad mujeres y mitad hombres, esto se hizo respetando la paridad “vertical”, más no la “horizontal”. 
 
Las alcaldesas electas en 2015 en Sonora gobiernan municipios de poca población. Excepto Caborca –donde gobierna por primera vez una mujer–, todos tienen menos de 10 mil habitantes. Destacan cuatro con una población menor a 500 habitantes. 
 
Un caso que quedará para la galería de mujeres que sufrieron violencia electoral es el de Faustina Fuentes González, quien junto con su suplente, Leticia Beatriz Ontiveros Flores, fueron agredidas por una parte de su comunidad en el municipio de Cajeme, al rechazar que tomaran posesión como regidoras indígenas. 
 
Ellas fueron designadas para ocupar la regiduría plurinominal por la etnia yaqui, lo que molestó a algunos de los miembros de esa comunidad, quienes impidieron que rindiera protesta como su representante el pasado 14 de septiembre. 
 
El Instituto Estatal Electoral había anunciado que Faustina y Leticia Beatriz eran propietaria y suplente, respectivamente, de la regiduría de representación proporcional que correspondía a la etnia yaqui. Sin embargo, al presentarse a rendir protesta, algunos de sus compañeros impusieron en su lugar a dos varones. 
 
Las mujeres yaquis habían salido airosas del juicio de inconformidad SG-JDC-11408/2015 interpuesto contra ellas y contra la instancia electoral estatal. Aunque la Sala Regional de Guadalajara falló a su favor, aún no logran hacerlo debido a los usos y costumbres de su etnia. 
 
Respecto al Poder Legislativo, por diferencia de una curul, habría un Congreso casi paritario, con 17 varones y 16 mujeres, de acuerdo con la votación y la asignación paritaria de las diputaciones plurinominales. 
 
No obstante, varios fueron los casos que se judicializaron por parte de otros candidatos que se sintieron afectados en sus derechos político-electorales y que obtuvieron el fallo a su favor. El resultado: tres curules menos para mujeres, tres más para varones.
 
Son 63 mujeres síndicas que habrán de ocupar la segunda posición más alta en los 72 ayuntamientos del estado, lo cual es inédito. La cifra de presidentas municipales aumenta sólo en uno, ya que de ocho alcaldesas se pasó a nueve en el nuevo periodo. De las 864 regidurías, 432 serán para mujeres gracias a la paridad “vertical”. 
 
Y por primera vez en Sonora hay una mujer gobernadora: la priista Claudia Artemiza Pavlovich Arellano. 

Por: Silvia Núñez Esquer, corresponsal
Cimacnoticias | Hermosillo, Son.- 
   

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