Al dictar su conferencia “Sobrevivir a la muerte. Tortura de mujeres
por policías y fuerzas armadas en México”, Penman hizo énfasis en que la
Secretaría de Marina (Semar) es el principal “transgresor sexual” al
momento de hacer detenciones de mujeres por delitos federales.
“Arrestos
con violación o abuso sexual por parte de la Marina se presenta en el
80% de las detenciones a mujeres, en 60% se repite la violencia sexual
con la policía municipal, en 50% de los casos cuando actúa en
detenciones la policía estatal, y la violencia sexual aparece en el 50%
de los casos cuando la detención la hace el Ejército y apenas en un 19%
cuando actúa la Policía Federal (PF)”, detalló.
Madeleine Penman reprochó que pese a que la Marina-Armada de México
se presenta, o se tiene la concepción, de que es un “cuerpo de élite” en
la lucha contra el narcotráfico, aparece como “la más cruel”.
“La tortura aparece como un patrón escalofriante en México, son datos
que asombran, van desde los toques eléctricos en genitales, golpes en
los pechos, patadas a mujeres embarazadas, violación con dedos o
introducción del miembro masculino, todos como una tortura sistemática
para lograr la declaración deseada”, acusó.
Amnistía Internacional aplicó un cuestionario a 100 mujeres del
Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) de Morelos donde pese a
las trabas gubernamentales, logró documentar casos de tortura y
vejación por parte de las fuerzas policíacas y federales del país.
“Nos encontramos con mujeres presas por causas fabricadas, por
declaraciones extraídas bajo tortura, todos los casos con violencia
infligida, con mujeres que mientras se desarrolla su proceso penal,
pasan 22 o 23 horas al día encerradas en su celda, casi no ven el sol y
llevan años esperando una sentencia, en donde aparece como practica
rutinaria, la violación sexual”, expresó Penman.
La activista de AI lamentó que muchas de las mujeres encuestadas se
asimilaban como víctimas de violencia física, más no sexual, porque no
consideraban los toques eléctricos en genitales o los toqueteos y
manoseos en partes nobles como violencia sexual.
Penman señaló que el estudio arrojó como principal preocupación
femenina el hecho de las amenazas de distintos agentes del Estado a
hacer daño a la familia o a los hijos.
“Son repetitivas las amenazas que las fuerzas armadas y policías
ocupan al momento de un arresto: “vamos a matar a tu hija”, “acepta la
droga y nada le pasara a tus hijos”, “vamos a desaparecer a tus
familiares”, “todas las perras dicen lo mismo, que son inocentes”,
relató.
En el documento “Sobrevivir a la Muerte. Tortura de mujeres por
policías y fuerzas armadas en México”, la mayoría de las mujeres relatan
que fueron sometidas a 12, 15 y 24 horas continuas de tortura.
Incluso, y como dato alarmante, refieren que cuando una mujer se
quejaba de golpes por estar embarazada, era una provocación al policía o
marino que respondía golpeando con fuerza en el vientre y con todo tipo
de insultos.
Amnistía Internacional logró documentar en 2013 mil 500 casos por
tortura, en 2014 registró 12 mil quejas por tortura o malos tratos en el
país por agentes del Estado, mientras que en 2015 no existen
estadísticas claras de cuanta gente pudo haber sido torturada al momento
de ser detenida o previo al rendir una declaración confesa de
culpabilidad.
“La tortura en México se intensificó y va ligada a la militarización
del país en 2006, cuando se declaró la guerra al crimen organizado”,
expuso Madeleine Penman.
En conferencia magistral en la Universidad Iberoamericana, la
activista consideró un logró que ya haya una minuta en el Senado para
aprobar la Ley General contra la Tortura, la cual espera que se apruebe
bajo estándares internacionales.
“Tenemos que entender que hoy en día, la tortura no sirve ni para las
víctimas de delito, ni para las que están sujetas a un proceso penal”,
sostuvo.
Penman lamentó que no haya una postura oficial de la Secretaría de
Marina sobre este informe que los pone en el centro de las acusaciones.
Una mujer detenida en 2010 acusada de pertenecer al Cártel del Golfo. Foto: David Deolarte
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