Un
grupo de manifestantes con cruces negras, simbolizando las víctimas de
feminicidio en Perú y otros países latinoamericanos, pasan por una calle
del centro de Lima, durante la multitudinaria marcha celebrada el 13 de
agosto bajo la consigna “Ni Una Menos”. Crédito: Noemí Melgarejo/IPS
LIMA, 15 ago 2016 (IPS) -
Con una multitudinaria marcha, bajo la consigna “Ni Una Menos”, la
sociedad peruana se pronunció contra la violencia hacia las mujeres, en
lo que representa una toma de conciencia colectiva en el tercer país en
agresiones sexuales del mundo.
La manifestación en Lima el sábado 13, a la que acompañaron protestas
en una decena de otras ciudades del país, surgió como rechazo a
sentencias judiciales que han escandalizado por ser muy benignas con los
agresores en casos de feminicidios, maltrato de varones contra sus
parejas o exparejas y agresiones sexuales.
El caso que detonó la protesta fue el de Arlette Contreras, golpeada
brutalmente en julio de 2015 por su entonces pareja en un hotel de la
sureña ciudad de Ayacucho, Adriano Pozo, en una agresión registrada por
las cámaras de un hotel.
"Queremos
justicia, queremos que esos hombres agresores, esos hombres violadores y
asesinos vayan a la cárcel. Queremos que el Estado nos dé seguridad a
nosotras, las víctimas": Arlette Contreras.
Pese a ello, a Pozo, hijo de una autoridad política de la zona, se le
sentenció a solo un año de prisión suspendida, por los cargos de
feminicidio en grado de tentativa y violación, por los atenuantes de
estar ebrio y actuar por celos. Un tribunal superior ratificó el fallo
el mes pasado, en lo que el fiscal del caso calificó como “indignante”.
“Queremos justicia, queremos que esos hombres agresores, esos hombres
violadores y asesinos vayan a la cárcel. Queremos que el Estado nos dé
seguridad a nosotras, las víctimas”, comentó Contreras a IPS durante la
marcha, cuyo recorrido encabezaron víctimas y familiares y que terminó
ante el Palacio de Justicia.
Cifras de la Organización Mundial de la Salud y otros organismos
indican que Perú es el segundo país de América Latina en asesinatos de
mujeres por razón de género, además del tercero del mundo en
violaciones, con la particularidad de que 42 por ciento de esas
agresiones son en sus hogares y 90 por ciento de las denuncias quedan
impunes.
“Basta ya”, “Fuera violadores”, “Poder Judicial, vergüenza nacional”,
“Tocan a una, tocan a todas”, fueron algunas de las consignas más
coreadas durante la marcha, en que participaron unas 100.000 personas
según los organizadores de una protesta surgida desde las redes sociales
y sin banderas partidistas, aunque el presidente Pedro Pablo Kuczynski y
miembros de su gobierno concurrieron a la movilización.
Entre los participantes hubo familias completas, incluidos padres,
niñas y niños, y sobresalieron los de parientes de víctimas de
feminicidios, que portaban carteles con las fotos de las mujeres muertas
o la de los agresores con sus nombres.
“A mi hija la mató un hombre pero solo le dieron seis meses (de
prisión) preventiva”, denunció Isabel Laines, quien llevaba un cártel
con la imagen de su hija, y contó a IPS que viajó más de cuatro horas en
bus desde el sureño departamento de Ica, para unirse a la movilización
en Lima.
En la marcha también estuvieron presentes familiares y víctimas de
esterilizaciones forzadas del gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000)
en la década de los 90. Una comisión investigadora del parlamento
calculó en 2002 que más de 346.000 mujeres fueron esterilizadas entre
1993 y 2000 contra su voluntad.
A comienzos de este mes, el Ministerio Público (fiscalía) archivó una
denuncia contra el expresidente Fujimori y funcionarios del Ministerio
de Salud de su gobierno por este caso, en otra criticada acción contra
la obtención de justicia y reparación por estas miles de víctimas.
Las redes sociales fueron el espacio desde el que surgió la reacción
ciudadana y que permitieron a las víctimas contar sus historias y
conectarse con otras en su misma situación, bajo etiquetas como
#YoNoMeCallo, además de la común #NiUnaMenos.
“Después de ver el video de Arlette (Contreras) y la indignación al
ver que su agresor era liberado, un grupo nos organizamos en Facebook y
empezamos a hacer un pequeño chat, una pequeña reunión”, contó a IPS una
de las organizadoras de la marcha y del colectivo Ni Una Menos, Natalia
Iguíñiz.
Las cifras también indican que todos los días se cometen 16 violaciones en el país.
El
presidente Pedro Pablo Kuczynski durante su participación en parte del
recorrido de la marcha contra la violencia hacia las mujeres en Perú,
donde solo en el primer semestre de 2016 hubo 54 feminicidios y 118
intentos frustrados en el país. Crédito: Presidencia de Perú
Esas mismas estadísticas indican que entre 2009 y 2015 fueron muertas
795 mujeres por razones de género, 60 por ciento de ellas de entre 18 y
34 años.
El fenómeno se da en una sociedad hasta ahora permisiva con la
violencia de género, según denuncian organizaciones defensoras de los
derechos de las mujeres y muestran las encuestas.
Un sondeo realizado por la encuestadora Ipsos en Lima antes de la
marcha, mostró que 41 por ciento de las mujeres entrevistadas cree que
Perú es “nada seguro” para ellas y 74 por ciento considera que vive en
una sociedad machista.
En tanto, 53 por ciento de todos los entrevistados cree, por ejemplo,
que si una mujer se pone minifalda, es culpable de que se la acose en
los espacios públicos, y 76 por ciento disculpa que la mujer sea
golpeada por el hombre si descubre una infidelidad.
Desde el comienzo del gobierno de Pablo Kuczynski, el 28 de julio, el
tema ha entrado en la agenda pública y diferentes actores políticos ya
se pronunciaron por reforzar mecanismos como la capacitación de los
operadores policiales y judiciales, para que apliquen mejor las normas
en caso de maltrato contra las mujeres.
“El problema de la violencia de género es que el silencio absorbe los
golpes y no es fácil de denunciar”, afirmó el presidente antes de
participar en la marcha, al igual que hicieron varios ministros,
legisladores y otras autoridades.
Iguíñiz subrayó que la marcha representa el comienzo de una nueva
manera de afrontar el fenómeno de la violencia contra las mujeres en el
país y que se mantendrá la movilización ciudadana con más encuentros y
actividades.
“Hay muchas personas, miles organizando. Aquí estamos un pequeño
grupo que planteamos algunas coordenadas básicas pero finalmente hay un
montón de grupos que están trabajando en cultura, en sus barrios, en
miles de acciones que se están tomando a nivel nacional: distritos,
colegios profesionales, asociaciones diversas”, afirmó.
A su juicio, la convocatoria “ha calado tanto por su amplitud”.
Bajo el movimiento Ni Una Menos ya ha habido anteriores
movilizaciones contra la violencia machista en otros países
latinoamericanos, como Argentina, donde también hubo
otra manifestación multitudinaria en la capital, en junio de 2015.
“Estamos en coordinación con los colectivos en otros países. Vamos a
hacer una plataforma para peticiones pero la estamos planeando hacerla a
nivel regional, a nivel de todos los países de Latinoamérica”, afirmó
Iguíñiz.
El grupo privado “Ni Una Menos: movilización ya”, en la red de
Facebook que desde julio impulsó la convocatoria, tiene ya 60.000
miembros, y fue el espacio desde el que se coordinó la marcha, a cuya
tarea se sumaron después medios convencionales y organizaciones de
defensa de los derechos humanos.
Además, centenares de mujeres que han sido víctimas de maltrato,
agresión sexual o acoso laboral, comenzaron a dejar su testimonio en el
espacio digital, en un proceso que va a continuar.
La marcha se extendió también por una decena de ciudades como Cusco,
Arequipa, Libertad. Además, peruanos residentes en el exterior apoyaron
la movilización con actividades en ciudades como Barcelona (España),
Ginebra, Londres, Madrid o Washington, entre otras.
Con aportes de Alicia Tovar y Jaime Vargas (Lima)
Editado por Estrella Gutiérrez